En un corto espacio de
tiempo, el Royal Bank of Scotland (RBS) y su filial NatWest, durante
varios días, han dejado sin acceso a sus cuentas (sin acceso a su dinero) a
millones de sus clientes por un problema informático; Barclays ha aceptado
pagar una sanción multimillonaria por manipular durante años el LIBOR (tipo de
interés a que se prestan dinero los bancos); y de nuevo Barclays, además de
HSBC, RBS y Lloyds, han aceptado compensar con 7.500 millones de euros a miles
de “clientes no sofisticados” a los que vendieron productos financieros muy
arriesgados, a sabiendas de que no eran plenamente conscientes de los riesgos
que asumían, un caso semejante al de las participaciones preferentes en España.
GLOBAL:
Amenazas financieras y
económicas avanzan globalmente: en la eurozona, Estados Unidos, China y en
otras áreas, por lo que es posible que durante el año 2013, se deteriore la
economía mundial.
Por un lado, la crisis
de la eurozona no termina de aclararse. La extrema austeridad fiscal está llevando a la recesión
a algunas de sus economías, lo que junto a la inexistencia de los créditos en
las economías periféricas, está minando a las expectativas de recuperación
económica.
Las fugas de capitales
se están manteniendo en las economías con mayores dificultades; las tensiones
fiscales y de la deuda soberana están empeorando a medida que los diferenciales
de las tasas de interés para España e Italia regresan a sus insostenibles
niveles máximos. No han desaparecido los riesgos de ruptura de la eurozona.
Al otro lado, Estados
Unidos se está desacelerando, con un débil crecimiento durante el primer
trimestre de un 1,9 por ciento (cifra muy por inferior a su crecimiento potencial).
No ha sido buena la creación de empleo los meses de abril y mayo. Por esta
razón, se hace más probable una recaída en la recesión económica durante 2013: el
esperado aumento de algunos impuestos y la reducción de algunos pagos de
transferencias reducirán el crecimiento de la renta disponible y el consumo.
En otro lado, China
podría verse en apuros durante el próximo año, si continúan cayendo sus
inversiones, dado que las medidas de impulso al consumo no parece que vayan a
tener éxito.
La desaceleración
económica conjunta de EEUU, de la eurozona y de China implica un lastre para
mantener el crecimiento en otros mercados emergentes, debido a sus vínculos
comerciales y financieros con EEUU y la Unión Europea.
Las cotizaciones en los
mercados de valores están cayendo en casi todas las plazas, lo que va en contra
de la necesaria reactivación del consumo y la inversión. Los costes financieros
y la escasez del crédito están dañando seriamente a las pequeñas y medianas
empresas.
Mientras tanto, la
capacidad de respaldar, garantizar y rescatar a los bancos y otras
instituciones financieras se ve limitada por las limitaciones del sistema
político y la incapacidad de las naciones soberanas casi insolventes para
absorber las pérdidas adicionales de sus sistemas bancarios.
Casi todo el mundo está
de acuerdo, respecto a que la austeridad fiscal debería ser mucho más gradual, y
que un pacto de crecimiento tendría que complementar el nuevo pacto fiscal de
la UE. Además, se debería imponer una unión fiscal con la mutualización de la
deuda (Eurobonos). Se precisa la unión
bancaria total, comenzando con un fondo de garantía de los depósitos en toda la
eurozona.
Alemania, obsesionada con
el riesgo de crédito al que se verían expuestos sus contribuyentes con una
mayor integración económica, fiscal y bancaria, se opone a las medidas citadas, por lo que no
desaparecen los riesgos en la eurozona.
Por si parte, el premio
Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz, recientemente ha criticado la
fuerte austeridad impuesta por Bruselas para afrontar la crisis financiera.
Señalando que “ese plan de reducir drásticamente el gasto público, probablemente,
está abocado al fracaso”.
Stiglitz señaló que “la
austeridad ha destruido el crecimiento y la confianza, y recordó que a lo largo
de la historia nunca ha servido para salir de una crisis. Ninguna gran economía
ha salido jamás de una crisis con austeridad, lo que no nos da muchas
esperanzas”.
El premio Nobel aseguró
que el euro “está más que en peligro”, ya que “un mal diagnóstico por parte de
Europa ha llevado a recetar soluciones equivocadas”. En ese punto indicó que la
actual apuesta europea por la austeridad “solo empeora las cosas”. Así, defendió
la necesidad de generar crecimiento para estimular la demanda, algo a lo que,
en su opinión, no contribuye la reforma laboral en España.
Finalmente, criticó con
dureza el papel de Alemania en la respuesta que está imponiendo a la crisis. Aseguró
que deberá cambiar su postura si le preocupa la supervivencia del euro.
“Alemania tendrá que enfrentarse a la realidad, ya que si no cambia de postura
el euro no podrá sobrevivir a largo plazo”.
Es sin duda, por esa
razón, por la que el presidente Obama recibió en la cumbre del G-20 en Los
Cabos, garantías por parte de los líderes europeos del acometimiento de un plan
global con medidas para la unificación fiscal y otras de estímulo al
crecimiento económico. Todo ello, enmarcado en los esfuerzos del presidente de
los Estados Unidos para conseguir una enérgica reacción europea a la continua
pérdida de confianza de los mercados en el futuro del euro.
En la cumbre, los
líderes europeos prometieron actuar en
tres frentes simultáneamente: el diseño de un camino para la unión fiscal como
complemento a la unión monetaria, el apoyo específico a los países más
amenazados, como España e Italia, y la adopción de un proyecto de inversión
para revitalizar la actividad económica y crear empleo.
ESTADOS UNIDOS:
La economía de Estados
Unidos se ha desacelerado en el primer trimestre de este año, ya que creció a
un ritmo anual del 1,9%. La causa fundamental ha sido un comportamiento del
consumo peor del esperado.
Y es que el gasto de
los consumidores -uno de los principales indicadores ya que representa cerca
del 70% del PIB estadounidense- creció ligeramente por debajo de lo previsto en
mayo: un 2,5% en lugar de un 2,7%.
Las exportaciones estadounidenses
crecieron un 4,2% (por debajo de las estimaciones previas del 7,2%), mientras
que las importaciones también aumentaron menos de lo previsto, un 2,7% (se
esperaba un 6,1%).
Por tanto, se ha confirmado la desaceleración de la economía estadounidense, que en el último trimestre de 2011 se expandió a un ritmo anual del 3%.
Por tanto, se ha confirmado la desaceleración de la economía estadounidense, que en el último trimestre de 2011 se expandió a un ritmo anual del 3%.
Respecto al Gasto
Público, ha seguido un comportamiento acorde con la intención del Gobierno para
disminuir el déficit. La contracción anual del gasto fue 5.9% y, básicamente,
se explica por la caída de 8.3% en los gastos
en defensa.
Si nos referimos a la Inversión,
la no residencial registró un incremento anual de 3.1%, y la
inversión en vivienda tuvo un incremento del 20.0%.
En los indicadores que
se han conocido de los diferentes sectores en el segundo trimestre, existen
dudas sobre todo en los temas de industria y empleo, con lo que se podría
esperar que la cifra de crecimiento en este periodo pueda ser inferior a la
registrada durante el primer trimestre de este año.
Sin duda, la tensión en
los mercados por la crisis de Europa, y la debilidad de la economía de Estados
Unidos, ha llevado a la Fed (autoridad monetaria) a proseguir con la Operación Twist
de recompra de bonos hasta final de año: instrumento no convencional que le
permite vender deuda a corto y medio plazo para comprar letras a largo y así
mantener baja la perspectiva de tipo de interés.
Ben Bernanke,
presidente de la Reserva Federal, ha insistido en que está dispuesto a adoptar
"medidas adicionales de estímulo" para apoyar el crecimiento de la
economía y la creación de empleo si fuese necesario.
La Reserva Federal
procedió, además, a revisar a la baja su previsión de crecimiento y al alza la
del paro. La tasa de expansión de la economía de EE UU rondará este año el
2,15%, frente al 2,6% que anticipó en abril. Para 2013 el crecimiento repuntará
al 2,5%, y de ahí al 3,2% en 2014.
Las expectativas
respecto al desempleo están empeorando. En estos momentos se espera una tasa de
paro del 8,1% para este año (la previsión en Abril era del 7,9%). Para el año
2013 se mantendrá cerca del 7,75%, bajando al 7,35% en 2014.
Por lo que respecta a
los precios, la inflación se moverá por debajo del 2%, lo que permite mantener
la misma estrategia monetaria que se viene aplicando.
La confianza del
consumidor también está cayendo, y lo mismo está ocurriendo con la producción
industrial. Benanke espera que la prolongación de los estímulos consiga un
impulso adicional a la economía. Pero señalando que la política monetaria no
debe ser vista como la panacea para solucionar los problemas actuales. Es una
manera de solicitar al presidente Obama y al Congreso que adopten políticas que
permitan estimular la actividad económica y le generación de puestos de trabajo.
Más allá de mantener el
precio del dinero a un nivel excepcionalmente bajo, existen dudas respecto al
efecto real de este tipo de medidas no convencionales en la economía. Según
muchos analistas, el mayor incentivo para el ciudadano y las empresas sería una
extensión de los incentivos fiscales a los asalariados y a las pymes.
Una de las pocas vías
que falta por explorar a la Reserva Federal es comprar bonos corporativos
(Obligaciones privadas de empresas), ya que se considera un paso extremo para
un momento de gran dificultad. La otra posibilidad es volver a activar la
máquina de imprimir dinero para comprar más deuda. Pero para que su efecto se
note en el empleo, los bancos comerciales deben estar dispuestos a conceder
préstamos. La Reserva Federal insiste que estará vigilante y que actuará en
caso de necesidad.
La intención de
Bernanke sigue siendo mantener los tipos excepcionalmente bajos, al menos,
hasta final de 2014. En su última intervención en el Capitolio, el presidente
de la Fed aseguró disponer de toda la munición para actuar. Pero en este
momento, con los tipos entre el 0% y el 0,25%, su principal arma es el lenguaje
y su modulación para señalar el rumbo al mercado, y evitar que no sea el
mercado el que mande en las decisiones económicas.
CHINA:
China cerró el pasado
junio el trimestre de crecimiento más débil en tres años, después de que entre
enero y marzo la economía ya echara el freno con un crecimiento del 8,1%. Para
el conjunto del año, los analistas prevén un alza del PIB del 8,2%, el ritmo
más débil desde 1999, pero muy encima del pronóstico del Gobierno (un 7,5%).
Sin duda por lo
expuesto, China bajó a primeros de junio los tipos de interés un cuarto de
punto, tratando de impulsar su crecimiento económico que comenzó a perder
fuerza. Se trata de la primera bajada desde 2008, y es una muestra del impacto
que está teniendo el empeoramiento de la crisis europea en la economía global y
en el gigante asiático.
La producción
industrial de China, el mayor productor de acero y cemento del mundo, creció un
9,8% el mes pasado respecto a igual mes del año anteriores, según las
previsiones de los analistas. De confirmarse el dato, cuya publicación será el
9 de junio, se trataría del nivel más bajo en tres años.
Con esta decisión, hasta
ahora la más importante tomada para impulsar la segunda economía del mundo, el
tipo de referencia a un año se colocó en el 6,31%.
Pues bien, a primeros
de Julio, China bajó de nuevo los tipos de interés para conseguir un mayor
impulso a su economía. El Banco Popular del país asiático tomó la decisión
después de que el crecimiento se frenara desde el inicio de este 2012. Durante
el primer trimestre, la economía china se había ralentizado al progresar un
8,1%.
El nuevo recorte del
precio del dinero ha sido del 0,31% y se sitúa ahora en el 6%, mientras que se
ha rebajado un 0,25% la facilidad de depósito, que se coloca en el 3%. El
anuncio de la entidad asiática se produce después de una inyección de liquidez
en los bancos del país de 22.700 millones de dólares (unos 18.200 millones de
euros).
El Gobierno Chino, de
esta forma, trata de mantener un buen ritmo de crecimiento en la segunda
economía del mundo. La crisis de deuda en Europa unida a ciertas medidas, como
las restricciones en el mercado inmobiliario, han afectado a la economía china y
a su progresión ascendente de los últimos años.
Algunas compañías como
Nike o McDonalds aseguran que sus resultados se están viendo afectados por la
progresiva desaceleración. La mayor compañía de material de construcción de
China, Anhui Conch, ha avanzado que sus beneficios durante la primera mitad del
año pueden haber caído hasta un 50%.
Para el conjunto del
año, algunos analistas prevén un alza del PIB del 8,2%, el ritmo más débil
desde hace 13 años, pero por encima del pronóstico del Gobierno (un 7,5%).
Credit Suisse ha reducido su estimación al 7,7% debido a la caída de las
exportaciones, las inversiones y los beneficios empresariales. El pronóstico de
Deutsche Bank llega hasta el 7,9%.
LATINOAMERICA:
Para cubrir el enorme
déficit que América Latina tiene en infraestructuras, se necesitan 250.000
millones de dólares al año. Esa es la cifra necesaria para acometer proyectos en
carreteras, ferrocarriles, redes eléctricas y comunicaciones. Habría que invertir
al menos el doble de lo que se ha hecho, tanto en inversión pública como
privada, según Enrique García, presidente del Banco de Desarrollo de América
Latina (CAF).
Es una oportunidad para
las constructoras españolas, que necesitan nuevos mercados ante el desplome de
la licitación pública y el sector inmobiliario en España. Ahora bien, las
recientes expropiaciones sufridas por Repsol en Argentina y Red Eléctrica en
Bolivia, motivan que las empresas reclamen la mayor seguridad para sus
inversiones.
Afirmaba la ministra de
Fomento, Ana Pastor, en un foro sobre infraestructuras en América Latina
celebrado recientemente en Madrid, que
“es necesario crear un nuevo marco legal para que las Administraciones e
iniciativa privada tengan la seguridad de que se cumplirán las condiciones de
los proyectos. Una financiación a largo plazo y en moneda local sería lo ideal,
mientras el plazo de amortización debería coincidir con la vida de la
infraestructura”, según la Ministra.
La región tiene un gran
atractivo, dado que es una de las pocas cuya economía crece a pesar de la
crisis internacional, al menos de momento. “Los últimos años han sido los
mejores en términos macroeconómicos. Pero hay que crecer por encima del 6% y,
para ello, son necesarias reformas para un modelo más competitivo y las
infraestructuras son una de las claves”, según el presidente del CAF.
Pero con el dinero
público y los préstamos de los organismos multilaterales no hay suficiente para
cubrir la demanda de proyectos, por lo que la colaboración de la empresa
privada es clave. Según el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, “para
invertir fuera, las empresas necesitamos una alta capacidad técnica, capacidad
financiera, una buena reputación en los mercados financieros e implantación
local”. Igualmente otras empresas están interesadas en hacer negocios en
América Latina.
Brasil constituye uno
de los destinos más atractivos para los empresarios (es el cuarto del mundo,
tras China, Estados Unidos e India). La potencia emergente ha crecido a un
ritmo anual superior al 4% durante la última década. El país lanzó en 2011 un
plan de inversiones para impulsar el crecimiento de 477.000 millones de dólares
hasta 2014. Este programa incluye proyectos para carreteras (unos 25.000
millones de dólares), ferrocarriles (23.000 millones, sobre todo para líneas de
alta velocidad cuya concesión se abrirá en el segundo semestre de 2012) y
aeropuertos (11.000 millones).
Chile es otro país con gran
potencial. Contrariamente a lo que sucede en España, la construcción está
creciendo a un ritmo del 9% en el país sudamericano, frente al 4% de aumento
del PIB de la economía chilena. “La inversión en infraestructuras ahora
equivale al 3% del PIB, pero se necesita alcanzar alrededor de un 5% o un 6%”, según
Gastón Escala, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción.
EUROZONA:
El Banco Central
Europeo (BCE), hasta ahora el más ortodoxo con la política antiinflacionista de
todos los bancos centrales, rebajó a primeros de julio los tipos de interés
oficiales por debajo del 1%.
Después de cuatro años
de continua crisis, la economía de la eurozona sigue estancada o en leve
recesión, por lo que la autoridad monetaria del euro rebajó un cuarto de punto el precio del dinero,
hasta el 0,75%. Además, también ha rebajado la facilidad de
depósito del 0,25% a cero, lo que debería ayudar a que fluya la liquidez que
las entidades mantienen en las arcas del instituto emisor.
Esta rebaja viene a sumarse
a la decisión del Banco de Inglaterra de sacar la artillería pesada
contra la crisis con la decisión de comprar otros 50.000 millones de libras en
deuda pública, y también a la segunda rebaja de tipos de interés decidida
por el Banco de China anteriormente señalada.
Los tipos de interés de
la zona euro son aún superiores a los de Estados Unidos, que oscilan entre el
0% y el 0,25%; de Japón, de 0% al 1%; y a los del Reino Unido del 0,5%. Una
medida de estas características, que los inversores de todo el mundo esperaban
desde hace días, implica teóricamente un abaratamiento del crédito y por tanto
estímulos para que la renqueante actividad productiva del sur de Europa pueda
recuperar algo el pulso.
Según Draghi, la medida
está justificada ya que "los indicadores del segundo trimestre apuntan a
un renovado debilitamiento del crecimiento de la economía y a una elevada
incertidumbre, aunque mirando más allá del corto plazo esperamos que la
economía de la zona euro se recupere gradualmente”.
Y es que la eurozona
está en recesión y la contracción parece que se extenderá también al tercer
trimestre del año y desde luego, la
inflación, actualmente en el 2,6%, y con unas expectativas bajistas, no es hoy un riesgo para Europa. Al
contrario, muchos economistas pensamos que cierta aceleración de los precios y
una leve depreciación del euro animaría
a las exportaciones y facilitaría la recuperación económica en los países con
mayores dificultades.
El BCE, hasta la fecha,
ha sido menos agresivo que el resto de Bancos Centrales en las rebajas de los
tipos de interés, y mucho más
reacio a aplicar medidas menos ortodoxas, como la compra de Deuda
Pública de los países con problemas, como España o Italia. La demanda del BCE
en esos títulos subiría su precio, en estos momentos denostado por los posibles
inversores, lo que permitiría reducir su rentabilidad (que los emisores
tuvieran que pagar menos para conseguir colocarlos).
Lo anterior, supondría
una forma directa de inyectar dinero en el mercado. El BCE, hasta la fecha, ha
comprado mucho menos Deuda que la comprada por la Reserva Federal de Estados
Unidos o el Banco de Japón. De hecho, el BCE ha “parado en seco” las compras de
deuda desde hace meses y ha permitido que los diferenciales de tipos de interés
a largo plazo de países como España e Italia se disparen, pese a que eso
dificulta la transmisión de su política monetaria.
Sin embargo, aunque los
tipos de interés del BCE estén en su mínimo histórico, el crédito no llega a la
economía real, especialmente en los países periféricos, en los que las empresas
se ven obligadas a pagar tipos de interés mucho más altos que otras del centro
de Europa aunque sus finanzas sean equiparables. En ese sentido, Draghi ni tan
siquiera entró a debatir otras medidas adicionales para superar la crisis y
ayudar a los socios del euro en apuros. "No discutimos ninguna otra medida
no convencional", señaló.
El BCE también intentó
hacer frente a la crisis realizando,
durante los pasados diciembre y febrero, dos
macrosubastas de crédito barato (al 1%) a tres años para la banca, por
un montante global de un billón de euros. Los bancos españoles e
italianos acapararon alrededor de la mitad de esa monumental cifra. El objetivo era aliviar
los problemas de liquidez de las entidades, facilitarles la financiación para
que pudieran luego prestar a empresas y familias. El problema es que no se ha
conseguido ese efecto, ya que la mayor parte del dinero se ha depositado en el
propio BCE. Alrededor de 800.000 millones se depositan cada día en el
organismo.
Para evitar que esta
cantidad ingente de dinero siga aparcada en las arcas del BCE, el consejo
ejecutivo de la autoridad monetaria ha decidido reducir el interés que paga por
estos fondos (la llamada facilidad de depósito). Esta remuneración pasa de un
0,25% a cero.
Sin embargo, el
presidente del BCE ha sido muy prudente: "no está claro qué medidas
son efectivas en un mercado tan fragmentado como la eurozona". No obstante,
ha justificado que “la falta de transmisión de la política monetaria tiene más
que ver con factores de índole nacional, contra las que hoy por hoy poco puede
hacer la autoridad monetaria”.
Fue bien recibido el
acuerdo de la cumbre de los líderes de la Eurozona en el Consejo Europeo, a fin
de conseguir relajar las presiones
financieras sobre Italia y España, y que
los bancos puedan ser
recapitalizados directamente sin que las ayudas computen en el déficit
de los Estados. Para ello, se creará a finales de este año un órgano único que controlará a los
bancos de la zona euro, como primer paso hacia una unión bancaria europea. El
futuro fondo permanente de rescate del bloque, el Mecanismo Europeo de
Estabilidad (MEDE), será capaz de prestar directamente para recapitalizar
bancos sin aumentar el déficit presupuestario de un país.
En ese sentido, el
Fondo Monetario Internacional, en declaraciones de su directora gerente
Christine Lagarde, ha denunciado la pésima gestión en Berlín, en Fráncfort y en
Bruselas, por lo que presentó una serie de propuestas a largo -pero también a
cortísimo plazo- que suponen una enmienda a la totalidad de la política
anticrisis europea, con ese sello alemán que ha impuesto austeridad, recortes y
reformas con un celo mesiánico.
El FMI apostó por
recapitalizar los bancos débiles directamente con los fondos de rescate
europeos, “sin pasar por los Gobiernos”, para romper el círculo vicioso entre
la deuda soberana y la deuda bancaria.
Frente a la sucesión
inacabable de negativas de Berlín, el FMI emplazó a Europa a avanzar en la
dirección contraria para combatir “la situación de estrés agudo en los bancos y
en los Gobiernos”.
Christine Lagarde instó
al BCE a poner en marcha una política monetaria “creativa” ante la fase aguda
de la crisis europea, tanto en el sistema financiero como en una economía
maltrecha que camina hacia la recesión. “El BCE debería activar el programa de
compra de bonos o soluciones políticas más tradicionales”, como una rebaja de
los tipos de interés oficiales.
Pidió a los países bajo
presión de los mercados “consolidación presupuestaria decisiva y creíble” (recortes).
Pero, eso sí, teniendo en cuenta las consecuencias de la recesión, que provoca
una caída de los ingresos públicos y un repunte de ciertos gastos, como el
relativo al subsidio de desempleo.
ESPAÑA:
El Banco de España ha
advertido en su último boletín económico de junio que “la actividad ha seguido
disminuyendo a un ritmo más intenso" en el arranque del año por culpa del
menor consumo y el persistente deterioro del empleo. Así, la caída del Producto
Interior Bruto (PIB) en este periodo ha sido superior a la contracción del 0,3%
registrada entre enero y abril frente al último trimestre de 2011. La
contracción fue del 0,4% en tasa interanual.
Los expertos del Banco
de España justifican su advertencia en que los datos relativos al consumo
privado, a la confianza de los hogares y las ventas del comercio minorista, que
en abril cayeron a ritmos de 2003, están "por debajo de la media del
primer trimestre". También las matriculaciones de vehículos particulares
aceleraron en mayo su retroceso interanual hasta el 15,3% mientras el consumo
de las grandes empresas elaborado por la Agencia Tributaria acentuó su descenso
interanual en abril.
Por el lado de la
oferta, la inversión sigue dando síntomas de debilidad. Así, el ritmo de caída
de la producción industrial se incrementó en casi cuatro puntos en abril, hasta
un 13% interanual. Por lo que respecta al mercado de trabajo, "prosiguió
la senda de intensificación de la destrucción de empleo iniciada en la segunda
mitad 2011" y que ha situado la tasa de paro sobre el 24%, según constata
el Banco de España.
Además, añade el
boletín, el deterioro corre en paralelo a un "notable aumento de la
aversión al riesgo y una elevada volatilidad en los mercados" por el
recrudecimiento de la crisis de deuda. Fruto de la peor situación que
atraviesan los países vecinos, principal destino de las ventas de las empresas
españolas, las exportaciones reales de bienes cayeron un 0,5% interanual en
abril, tasa similar a la observada en el conjunto del primer trimestre.
La evolución de la
recesión está volviendo a dar al traste con las previsiones ante un deterioro
de la actividad mayor de lo esperado. Según la síntesis que realiza la
Fundación de las Cajas de Ahorros sobre los estudios de 18 servicios de
análisis, el PIB aumentará su ritmo de caída hasta registrar un descenso del
0,9% en tasa trimestral, un dato que rivaliza con la etapa más destructiva de
la Gran Recesión de 2009.
Pese al tono in
crescendo de la crisis económica, los analistas mantienen que se cerrará el
año con una caída del PIB del 1,7%, en línea con lo que calcula el Gobierno,
porque el primer trimestre fue mejor de lo previsto, lo que compensa el
balance. Para 2013, sin embargo, sí hay diferencias. La última previsión media
para el próximo año de los servicios privados de análisis que recoge Funcas se
sitúa en un negativo 0,6%, ocho décimas menos que la anterior cifra. El
Ejecutivo, sin embargo, confía en una recuperación del 0,2% pese a que en el
cuadro macroeconómico que ha supervisado para la reciente prueba de resistencia
a los bancos admitía como escenario más probable una caída del 0,3%.
Por otro lado, la
situación del mercado laboral es tan dura que hasta el hecho de que el paro
registrado haya bajado en junio en 98.853 personas, se ha acogido con total escepticismo.
El buen dato de paro del reciente junio, según
las autoridades, ha de ser examinado con cautela: “hay que esperar para ver si esto
se convierte en tendencia”. Las Oficinas de Empleo todavía registran 4,6
millones de parados. Y la afiliación creció en 31.332. Lo justo para que la
Seguridad Social vuelva a contar más de 17 millones de cotizantes, un número
insuficiente para asegurar que el instituto público cerrará 2012 con sus
cuentas cuadradas.
El desempleo bajó en
más de 52.000 personas en servicios; mientras la Seguridad Social contó a
29.726 cotizantes más en hostelería.
A la aportación de los
servicios hay que sumar la industria, la construcción y el colectivo de parados
que no ha trabajado hasta ahora. El paro en los tres grupos ha bajado de forma
significativa. Solo creció en agricultura.
El tirón de los
servicios también sirve para explicar por qué la evolución por sexos resultó
muy pareja. Este es un sector que emplea más mano de obra femenina que el
resto. Así el paro bajó en 46.000 mujeres, por 52.845 hombres.
Tampoco los contratos
ofrecen síntomas de mejoría en la temporalidad: ya que se mantiene -y
profundiza- la misma tónica desde comienzos de año. La caída es mayor, incluso,
en la contratación indefinida (-3,59%). Y esta bajada habría sido mayor de no
ser por los contratos ordinarios de tiempo parcial. En junio se firmaron más de
15.000 compromisos de este estilo, un 4,4% más. Lo más probable es que este
aumento se deba a la finalización del régimen especial de empleadas de hogar y
su trasvase al régimen general de cotización, ya que este tipo de empleo está
muy asociado al trabajo a tiempo parcial.
Lo sucedido con la
contratación demuestra que, al menos en los primeros meses, la reforma laboral
no logra uno de sus objetivos: estimular los compromisos de empleo estable y
reducir los altos niveles de temporalidad, uno de los males endémicos del
mercado laboral español. No obstante, la secretaria de Estado de Empleo, dijo
que el nuevo contrato creado por la reforma “está funcionando”. Lo justificó
por los más de 39.000 firmados desde febrero, a pesar de que esta cifra apenas
supone el 8,9% del total de los contratos indefinidos firmados en este periodo.
Por otro lado, el gasto
en desempleo se ha acelerado, creciendo hasta el pasado mes de mayo un 4,5%.
Por lo que respecta a
los precios, según ha informado el
Instituto Nacional de Estadística (INE), el adelanto del índice de precios de
consumo (IPC) se situó en junio en el 1,9%. De confirmarse la cifra, el IPC
repetirá el dato de mayo, de forma que se mantiene en el nivel más bajo desde
agosto de 2008 en plena recesión de la economía española.
La inflación subió dos
décimas en abril hasta el 2,1% por el encarecimiento de luz y tabaco, así como
por la incidencia de la Semana Santa en la hostelería y el apartado de viajes
organizados. Sin embargo, la media de lo que va de año se mantiene en el 1,9%.
Por su parte, el índice
de precios de consumo armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios
con el mismo método en todos los países de la zona del euro, alcanzó el 1,8% en
el sexto mes del año.
Con estos niveles de
inflación, España se sitúa a la cola del resto de la eurozona. La media de los
países que comparten la divisa europea fue en mayo, último dato publicado, del
2,4% en tasa interanual, dos décimas por debajo del nivel de abril. En toda la
UE se situó durante el pasado mes en el 2,6%.
Si se mantienen o
amplían las distancias en junio, el diferencial negativo con la zona euro sería
de al menos cinco décimas porcentuales. Según apunta Ángel Laborda, director de
coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), "aunque este
no es el mejor índice de competitividad-precios, sí que indica que la economía
española está corrigiendo la desviación de la inflación con la eurozona que se
produjo desde el inicio del euro hasta el comienzo de la crisis, lo que a la
larga redundará en una mejora de la competitividad y en un reforzamiento del
motor de las exportaciones como fuerza de arrastre de la economía
española".
En otro orden, el G-20
ya advirtió, al término de la cumbre de Los Cabos, que pese al esfuerzo fiscal
muy notable, España suspende en el ajuste presupuestario. Y es que la
desaceleración económica, motiva una menor recaudación por el IRPF (caída del
0,2% hasta el mes de abril), y también
por IVA por la caída del consumo.
MERCADOS:
La rebaja de tipos anunciada por el BCE ha decepcionado a los mercados (como señalamos anteriormente ha descartado otro tipo de medidas contra la crisis). La prima de riesgo española, en estos momentos se encuentra en los 539 puntos básicos, tras haber alcanzado un máximo de 544 al final de las declaraciones de Draghi (ha vuelto al nivel de hace una semana, el que tenía antes de la cumbre europea que dio un respiro a España e Italia). Por lo que “balón de oxigeno parece haberse acabado”.
En el momento de redactar este análisis, el Ibex 35 ha perdido los 7.000 puntos y el bono español a 10 años cotiza al 6,77% tras una subida del 5,7%, (el nivel más alto de la semana). El alemán lo hace al 1,38%.
Por otro lado, la primera subasta de bonos del Tesoro Público español tras el acuerdo europeo alcanzado para la recapitalización directa de la banca desde el fondo de rescate permanente ha logrado que el diferencial se estabilice.
Cuando Mario Draghi ha salido en rueda de prensa los parqués han comenzado a presentar números rojos. Su afirmación, señalada anteriormente: "no discutimos ninguna otra medida no convencional” sentó muy mal a los mercados.
Sin embargo, otros países de gran peso, simultáneamente, adoptaban medidas para impulsar sus sistemas económicos. Así el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra decidió mantener los tipos de interés en el 0,5%, mientras que acordó elevar el importe de su programa de recompra de activos mediante la emisión de reservas en 50.000 millones de libras (59.0000 millones de euros), lo que le ha llevado a alcanzar los 375.000 millones de libras (445.000 millones de euros). Distintos miembros del Comité han expresado que "a pesar de los progresos alcanzados en el último Consejo Europeo, persiste la preocupación sobre el endeudamiento y la competitividad de varias economías de la eurozona".
Para acabar, señalar que la vivienda en el mercado español, ha iniciado 2012 con la mayor caída de precios de toda la democracia: los inmuebles se abaratan un 12,6% frente al mismo periodo de 2011 como consecuencia del parón de las ventas y además, los pisos de segunda mano son los que más han bajado con un descenso superior al 13% (en los registros y series de las tasadoras y organismos no hay ninguna caída igual al menos desde 1976).
La Agencia Standard & Poor´s calcula que la vivienda bajará otro 25% en España.