El aumento de la
vacunación, sobre todo en los países más desarrollados, está motivando que
podamos vislumbrar la esperanza del comienzo del retorno a la ansiada
normalidad social y económica. En todo caso, una vuelta gradual, dónde debemos
mantener todas las precauciones.
GLOBAL:
Estados Unidos y China se
han declarado “comprometidos a colaborar” en la lucha contra el cambio
climático. Han señalado que “junto con otros países, están comprometidos a
colaborar entre sí y con el resto para atajar la crisis climática, para
responder con la seriedad y urgencia que requiere, fortaleciendo sus acciones
respectivas y cooperando en frentes multilaterales como la Convención Marco de
Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el Acuerdo de París”.
El presidente Biden ha
dado un giro de 180 grados a la política de Trump, que había retirado a su país
del Acuerdo de París con el argumento de que perjudicaba a las empresas
estadounidenses.
En el comunicado conjunto
de ambos países, Washington y Pekín incluyen entre las medidas a tomar a corto
plazo el fortalecimiento de las “inversiones y la financiación
internacionales”, para apoyar la transición a la energía verde en los países en
desarrollo. También prevén la eliminación gradual de la producción y el consumo
de hidrofluorocarbonos, gases que se utilizan principalmente en refrigeración,
acondicionadores de aire y aerosoles.
CHINA:
La economía china está
creciendo con fuerza tras el golpe de la covid. El PIB creció en el primer
trimestre del año un 18,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Se trata
del mayor salto en un trimestre desde que comenzaron los registros en 1992 y,
aunque la abultada cifra se debe a la comparación con el periodo en el que el
coronavirus se abatió con más fuerza sobre China, supone una indicación de la
fuerza de la recuperación después de que este país haya superado la
pandemia de covid. La subida está impulsada por un aumento de la producción
industrial y del consumo interno.
En todo caso, el aumento
es ligeramente inferior al que esperaban los analistas (hasta un 22% de subida).
La abultada cifra de crecimiento declarada se debe a que comparada con el primer
trimestre del año pasado (fue tremendamente baja en el peor momento de la
pandemia, ya que la economía china se contrajo un 6,8%, es decir, la peor
caída en décadas).
El PIB de China cerró el
año 2020 con un aumento del 2,3% (una cifra muy baja). No obstante, aunque
China fue el primer país donde se detectó el coronavirus, una serie de
estrictas medidas (las más duras del mundo a nivel mundial), e iniciativas
gubernamentales de apoyo a las empresas permitieron iniciar una recuperación
apuntalada por la fortaleza de las exportaciones y un gradual aumento del
consumo.
En todo caso, ha habido
cierta desaceleración, ya que el crecimiento en el primer trimestre de 2021 fue
del 0,6%, muy inferior al 2,4% alcanzado en el cuarto trimestre de 2020 con
respecto al tercero. En parte se debió a la producción industrial, que en marzo
creció un 14,1% interanual, bastante por debajo del crecimiento del 35,1%
registrado en los meses de enero y febrero, y por debajo de las previsiones de
los analistas, que anticipaban un aumento del 17,2%. En cambio, las ventas al
por menor, debilitadas el año pasado, crecieron en marzo un 34,2% con respecto
al mismo mes del año anterior, por encima del 28% que calculaban los expertos y
del 33,8% de enero y febrero.
ESTADOS UNIDOS:
Según la Oficina de Análisis
Económico (BEA), la economía de Estados Unidos creció a una tasa interanual del
6,4 % en el primer trimestre de 2021. Se trata de una señal de la recuperación
económica en marcha tras la aguda crisis provocada por la covid-19. Todo ello, después
de la contracción anual del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5% registrada
en 2020.
La evolución del PIB
entre enero y marzo fue del 1,6 % respecto al trimestre precedente. Señala el
informe del organismo citado que "el aumento en el primer trimestre reflejó
la continuada recuperación económica, la reapertura de negocios, y la
continuada respuesta del gobierno relacionada con la pandemia". Se señala
como medidas positivas: las transferencias directas, la extensión del subsidio
de desempleo, las ayudas a pequeñas y medianas empresas, y la exitosa campaña
de vacunación
El multimillonario plan
de inversión en infraestructuras y en programas de protección social que quiere
sacar adelante el presidente Joe Biden puede hacer que la economía crezca a
niveles no alcanzados desde hace más de cuarenta años.
A medida que los estadounidenses
abandonan el aislamiento al que les condenó una pandemia que se ha cobrado ya
más de 570.000 vidas, se han incrementado las compras de bienes, gastan más en
servicios como hoteles y restaurantes (el gasto de los hogares creció por
primera vez desde hace un año, al avanzar un 1,6% tras haber caído un 2,2% en
el cuarto trimestre), y la construcción y la inversión en negocios han
aumentado ante las buenas perspectivas de crecimiento futuro (la inversión de
las empresas fue del 2,9%, tras haber avanzado un 5,2% en el trimestre anterior).
Las exportaciones del
país se contrajeron un 8,5% en comparación con un año antes y las importaciones
aumentaron un 4,2%.
La Inversión y el Gasto Público
del Gobierno estadounidense se expandió un 1,5% interanual entre enero y marzo.
UNIÓN EUROPEA:
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los tipos de interés en sus actuales
niveles históricamente bajos. La autoridad monetaria ha señalado que su
política expansiva “se mantendrá hasta que se observe una convergencia sólida
de las perspectivas de inflación hacia un nivel suficientemente próximo, aunque inferior, al 2%".
Igualmente, la entidad va
a continuar con su agresiva política de compra de activos, con una
dotación total de 1,85 billones de
euros al menos hasta final de marzo de 2022 (a un ritmo mensual de 20.000
millones de euros al año). Ha señalado que. en todo caso, se mantendrá
"hasta que se considere que la fase de crisis del coronavirus haya
terminado. Las compras se realizarán con flexibilidad de acuerdo con las
condiciones de mercado y con vistas a evitar un endurecimiento de las
condiciones de financiación que sea incompatible con el objetivo de
contrarrestar el impacto a la baja de la pandemia en la senda de inflación
proyectada".
La presidenta del BCE, Christine
Lagarde, ha señalado que la economía de la eurozona "podría haberse contraído en el primer
trimestre" y, en función de los datos disponibles, parece que ser
ha reanudado el crecimiento en el
segundo trimestre.
La realidad es que todo
está ligado a la evolución de la pandemia
y el proceso de vacunación para paliar los efectos del virus, con
lo que los riesgos a corto plazo siguen siendo altos, pero se moderan a medio
plazo. Y desde luego, también muy ligada a la evolución de la inflación y a las
condiciones financieras.
Todo viene, sin duda, por
la situación de la Unión Europea, que volvió a entrar de nuevo en recesión durante
el primer trimestre del año. Según la Oficina Estadística Eurostat, las duras
medidas de restricción impuestas para frenar la oleada de contagios de invierno
arrastraron a las economías de la zona euro a un retroceso del Producto
Interior Bruto (PIB) del 0,6% respecto al trimestre anterior.
La caída señalada de PIB,
liderada por Alemania, fue del 0,4% para el conjunto de la UE.
La Unión Europea ha
perdido fuerza, encadenando dos trimestres de caídas del PIB, frente a Estados
Unidos y China, cuyo crecimiento se aceleró durante el arranque del año. El
nuevo derrumbe, además, mete más presión a los países para dejar suspendidas
las reglas fiscales en 2022.
La economía china apenas
tardó unos meses en recuperar el PIB anterior a la pandemia. Estados
Unidos casi lo consiguió gracias a la progresiva apertura social y económica y
a los estímulos fiscales. En contraste. la Unión Europea volvió a quedarse
atrás: las duras restricciones en Alemania y la dureza climática en el sur del
continente volvieron a llevar a los socios de la UE a los números rojos y a
perder de nuevo terreno respecto a sus principales competidores mundiales.
La economía de la locomotora
europea se vió castigada por las medidas de confinamiento, un duro invierno
para la construcción y problemas de las cadenas de suministro (Alemania cayó un
-1,7%). Pero también retrocedieron otras dos grandes economías: España
(-0,5%) e Italia (-0,4%). Y junto a ellas, Portugal (-3,3%), Letonia
(-2,6%) o la República Checa (-0,1%). La sorpresa llegó de Francia o Bélgica,
que a pesar de las duras medidas aplicadas por sus gobiernos para contener los
contagios lograron una expansión del PIB del 0,4% y el 0,6%, respectivamente,
en el arranque del año.
Consecuencia de lo
apuntado, es que Bruselas estime que la recuperación económica tendrá lugar
durante el segundo semestre de este año 2021. Para entonces, el proceso de
vacunación debería permitir que los sectores más vinculados al ocio y la cultura
vayan recobrando el pulso.
Por otro lado, las
empresas europeas también creen que la recuperación está por llegar. Así lo ha
señalado el indicador sobre el sentimiento económico publicado por la Comisión
Europea para el mes de abril, que indica que la confianza empresarial vuelve a
estar de nuevo en los niveles anteriores al estallido de la pandemia. En
especial en el sector industrial, que está beneficiándose de la rápida
recuperación de China o Estados Unidos. Según Eurostat, además, la inflación
volvió a subir y se situó en el 1,6% en el mes de abril.
ESPAÑA:
Según el Instituto
Nacional de Estadística (INE), entre enero y marzo, el PIB de la economía
española cayó un 0,5%. La crisis desencadenada por la pandemia ha sido una de
las más rápidas y profundas de la historia reciente de España.
Las limitaciones a la
movilidad provocaron que, durante el año 2020, el PIB se desplomase un 10,8%, la
mayor caída registrada desde principios del siglo XX (sólo durante la Guerra
Civil podemos encontrar una caída mayor).
Sin embargo, durante el
mes de marzo, la situación ha ido mejorando, y las últimas cifras de confianza
publicadas en Europa apuntan ya una recuperación generalizada en los próximos
meses conforme se avanza en la vacunación. El Ejecutivo español espera para
este 2021 un crecimiento del 6,5%. Todo va a depender de la recuperación que se
de en el turismo. Lo que está íntimamente relacionado con los progresos en la
vacunación; de la evolución del consumo, y de la velocidad en la ejecución de
los fondos europeos.
Durante el primer
trimestre, el consumo de los hogares se hundió un 1% trimestral, y la inversión
cayó un 2,2% por la construcción. El consumo de las Administraciones compensó un
poco estas caídas con un incremento del 0,5% en el trimestre (gasto sanitario y
en educación).
Las exportaciones
cedieron entre enero y marzo un 0,1%, y las importaciones se desplomaron un
1,3%.
Por sectores, la
agricultura perdió un 2%, la industria, un 2,1%, y la construcción se hundió un
4,2% trimestral. Solo aguantaron los servicios, con un repunte del 0,2%
impulsado por un crecimiento del 1,4% en la rama de comercio, transporte y
hostelería, algo que parece sorprendente dadas las limitaciones a la movilidad
y la caída de las exportaciones de turismo, que volvieron a desplomarse un 58%,
hasta cotas prácticamente nulas, un 4% del turismo que había antes de la
pandemia.
Por otro lado, la última Encuesta
de Población Activa (EPA) publicada ha mostrado cierta ralentización frente al
trimestre anterior y sobre todo arrojó una caída muy significativa en el número
de horas trabajadas, probablemente bastante afectadas por las interrupciones
provocadas por las restricciones, el temporal o el desabastecimiento
industrial. Y así se ve en los datos de PIB conocidos: las horas trabajadas se
recortaron un 2% trimestral. Aunque los puestos de trabajo equivalentes a
tiempo completo crecieron un 1,4%, las jornadas medias se redujeron un 3,4%.
Y por lo que respecta a
las cifras del Ministerio de Trabajo y Economía Social, los datos del Paro
Registrado en las Oficinas de Empleo, el número de desempleados disminuyó en
39.012 personas durante el mes de abril hasta alcanzar la cifra de 3.910.628
parados, mientras que la afiliación a la Seguridad se incrementó en 134.396
nuevos cotizantes respecto al mes de marzo, y fueron 19.055.298 las personas
que estuvieron dadas de alta de media el pasado abril.
Y es que el mercado laboral
mejoró durante el pasado abril gracias a la creación de empleo en sectores como
la construcción, la agricultura, la pesca y la ganadería. Mientras que en el
sector del turismo se ha seguido destruyendo empleo.
La brecha de género entre
hombres y mujeres sigue mostrando el abismo existente entre ambos géneros: las
mujeres siguen siendo mayoría (2.263.125 y representan el 57,8% de la cartera
de desempleados), muy por encima de los hombres (1.647.503, el 42,2%).
Por distribución
geográfica, Andalucía (984.497), Cataluña (497.185) y la Comunidad Valenciana
(447.650) son los territorios que más parados concentran. Sin embargo, Cataluña
es la comunidad que más ha rebajado su cifra con respecto al mes de marzo
(-8.715), por delante del País Vasco (-3.039).
Según los datos ofrecidos
por la Seguridad Social, 638.238 personas se encontraban acogidas a un ERTE a
29 de abril, lo que supone un descenso con respecto a los registros anteriores
(36.621 menos que en el último día del mes de marzo), y que el ministerio ha
justificado por “la relajación de las restricciones administrativas para luchar
contra la pandemia y al avance de la campaña de vacunación”.
¿A qué se deben las
diferencias entre los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA)
correspondientes al primer trimestre de 2021 (parados en 3,6 millones), y
el dato de Paro Registrado que ofrece Trabajo? Se deben a las diferentes metodologías
que siguen ambos estudios. Mientras que la EPA es una estadística elaborada a
partir de una encuesta y que contabiliza como parado a toda persona que no haya
trabajado ni una hora en la semana que es entrevistado y pueda y quiera
hacerlo; el paro registrado obtiene los datos a partir de un registro de
inscripción de forma voluntaria en el que no se considera como desocupado a
aquella persona que busca un empleo de menos 20 horas semanales o tres meses de
duración.
Tanto en un caso como en
otro, para analizar la cifra total de parados que se desprende de las
estadísticas ofrecidas por ambos ministerios, conviene también tener en cuenta
que aquellos trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o en
reducción de jornada como consecuencia de un Expediente de Regulación Temporal
de Empleo (ERTE) no son contabilizados como parados.
Por otro lado, en
relación a la evolución de los precios, según el INE, durante el pasado mes de
abril crecieron un 2,2% respecto al mismo mes de 2020, un incremento mayor en nueve
décimas que el registrado en marzo (1,3%).
De forma, que la
inflación encadena su cuarta subida anual consecutiva en España, subiendo hasta
cifras no vistas durante los últimos años: el Índice de Precios al Consumo
(IPC) no alcanzaba cotas tan altas desde octubre de 2018, cuando se situó
en el 2,3%. En comparación mensual, la subida se queda en el 1,2%, dos décimas
más que en el mes precedente.
La subida del pasado
abril tiene su origen en el llamado “efecto comparación o efecto base o
escalón” de los precios de la energía. El encarecimiento
de la electricidad y la estabilidad en el precio de los carburantes
registrados en ese mes contrastan con la fuerte bajada registrada en el mismo
mes del año pasado, cuando las restricciones a la movilidad que impuso el
primer estado de alarma provocaron importantes desplomes, cercanos al 20%, en
ambos frentes.
Un buen indicador de la
evolución de los precios, “la inflación subyacente” (variación de los precios que
descuenta los elementos más volátiles: energía y alimentos). Pues bien, este
indicador descendió en abril de 2021 en tres décimas, hasta el 0%, más de dos
puntos por debajo del índice general y tres décimas por debajo del registro de
marzo. Ese resultado refuerza la tesis de que el incremento de precios, aun
considerable para el bolsillo del común de los ciudadanos, será algo transitorio.
Lo observado con la
evolución de los precios al consumo sigue una verdadera “montaña rusa”. Tras el
confinamiento estricto extremo del año pasado, el IPC pasó 10 meses en terreno
negativo. Hasta enero, cuando la ola de frío y el temporal Filomena presionaron
al alza el coste de la electricidad y devolvieron al índice a cifras
positivas.
En todo caso, hasta el
Fondo Monetario Internacional (FMI) ha descartado de plano una escalada abrupta
de los precios. La mayoría de los economistas esperan que este incremento de
los precios sea coyuntural y apuntan a la citada inflación subyacente, que se
encuentra contenida y, sin duda, es el mejor indicador de la situación real.
Respecto a la subida del
precio de la luz, se opina por la mayoría que, partiendo de niveles tan
elevados, los precios de la luz solo pueden bajar. Aunque las tarifas para los
hogares seguirán siendo muy altas. Si no cambia la forma en que se determina el
precio de la luz, la única salida que hay para que desciendan los precios es
que la demanda caiga y suba el peso de las renovables en el mix.
Sin
embargo, el efecto de los carburantes sobre la inflación es temporal: el
precio del crudo petrolífero pueda ocasionar que el diésel y la gasolina puedan
subir algo más en los próximos meses, pero su recorrido al alza será
breve.
MERCADOS:
El Ibex cerró un buen mes
de abril en el que se anotó un alza del 2,7%, arropado por el avance de la
campaña de vacunación, la influencia de los estímulos económicos de la
Administración Biden, y el mantenimiento de una política monetaria de bajos
tipos desde el BCE. La Bolsa española consolidó el nivel de los 8.800 puntos.
Los malos datos del PIB
español, con un retroceso en el primer trimestre del 0,5%, no ayudaron a la
recuperación de los precios.
El mercado de valores
sigue pendiente a las posibles incidencias en la campaña de vacunación, que
marcará, sin duda, las expectativas bursátiles.
El resto de bolsas
europeas cerraron de forma desigual, con un aumento del 0,12% en Londres y
con caídas del 0,53% en París, del 0,12% en Fráncfort y del 0,56% en Milán.
Por otro lado, según los
datos publicados por las patronales de fabricantes, concesionarios y vendedores
de vehículos (Anfac, Faconauto y Ganvam), las matriculaciones de turismos y
todoterrenos el pasado mes de abril alcanzaron las 78.595. Si se compara con el
año pasado, el repunte es espectacular: las ventas se dispararon un 1.787% y ya
son dos meses consecutivos de alzas. Aunque esta cifra está distorsionada
por las condiciones de este mes de abril durante el año 2020, (las cifras
estaban distorsionadas por el confinamiento domiciliario más duro desde el
inicio de la pandemia). Así, si se compara con abril de 2019, ajeno a los
estragos del coronavirus, el dato está todavía un 34,2% por debajo.
Estos datos muestran,
según Anfac, que la mejora del sector se retrasa: “la recuperación, que
estimábamos más cerca del segundo semestre, se está retrasando y no vemos, de
momento, motivos para un cambio de tendencia. La incertidumbre económica, la
lentitud de las vacunaciones y la falta de estímulos a muchos consumidores para
la renovación siguen afectando a los volúmenes de venta”.
Por canales, los
particulares fueron los que lideraron las compras: matricularon 29.349
vehículos en abril (+3.466%) y ya acumulan 105.491 en lo que va de año, un 6,1%
más que en el mismo periodo de 2020. El repunte de las empresas es menor en el
último mes, pero mayor en el cuatrimestre: 105.348 coches, un 34,2% más que en
ese periodo de hace un año.
Algo similar ocurre con
las compañías de alquiler de vehículos: 53.816 automóviles comprados en
los cuatro primeros meses de 2020, un 19,7% más.
Durante el pasado mes de
abril, casi un tercio de los coches vendidos (30,4%) eran de propulsión
alternativa (aquí se incluyen los eléctricos puros, híbridos, de gas natural).
La opción más elegida fueron los de gasolina, que coparon el 49,1% de las
matriculaciones. El diésel, por su parte, quedó relegado y solo supuso un 20,5%
de las ventas.
En el conjunto del
cuatrimestre, los vehículos de propulsión alternativa coparon el 29,5% del
mercado español. Los más escogidos son los de gasolina (48,3% del total) y los
de diésel se quedan a la cola (22,2%) del total de las matriculaciones de
turismos.
Por otro lado, por lo que
respecta al Euribor, mientras la política monetaria del Banco Central
Europeo (BCE) siga sin variaciones, el índice al que se vinculan los tipos
de interés de las hipotecas continuará estable en niveles ínfimos. Esta es la
previsión para el euríbor, cuya media mensual ha cerrado el mes de abril en
-0,483%, apenas 0,4 puntos básicos por encima de la registrada el mes
anterior y muy cerca del -0,505% al que cayó en enero, su mínimo
histórico.
Un euríbor tan bajo no
solo afecta directamente a los tipos de interés variables, sino que empuja
también a la baja el coste de las hipotecas fijas, por las que están apostando
fuerte tanto las entidades como sus clientes.
El euríbor, en terreno
negativo desde hace más de cinco años, resta en lugar de sumar con el
diferencial que aplican los bancos a la hora de calcular el tipo de interés de
la hipoteca. De esta forma, por un lado, los préstamos hipotecarios variables
que se firmaron en febrero a través del comparador bancario iAhorro tuvieron un
tipo de interés nominal medio extraordinariamente bajo, del 0,69%.
De forma que, según iAhorro.
los hipotecados que tengan ahora la revisión anual de su préstamo verán su
cuota reducirse notablemente, por efecto de un descenso del euríbor de 3,7
décimas de punto con respecto a abril del año pasado, cuando su media fue
-0,108%: en una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un tipo de interés
calculado con el euríbor más un diferencial del 0,99%, la cuota mensual pasará
de los 474,31 euros que el usuario pagó en el último año a los actuales 450,76
euros. Lo que se traduce en un ahorro de 282,60 euros a lo largo de los
próximos 12 meses.
En un entorno de tipos de
interés tan bajos, los bancos ofrecen hipotecas fijas a un coste cada vez más
ventajoso, en el intento de asegurarse márgenes de beneficios seguros durante
mucho tiempo. La oferta parece haber encontrado una demanda que ya
descuenta la subida del euríbor a largo plazo, a tal punto que la proporción de
hipotecas fijas que se firmaron en febrero ascendió al 55% y las variables
cayeron al 45%, según el INE. Estos datos contrastan con los marcados el mismo
mes del año anterior, cuando los préstamos hipotecarios fijos suponían apenas
el 37,4% frente al 62,6% de variables.
Finalmente, respecto al
mercado de la vivienda, según los datos facilitados por el Consejo General
del Notariado, el precio de los inmuebles ahondó su caída en febrero con
un ajuste interanual del 5,1% mientras la compraventa de viviendas suavizó
su caída hasta el 1,1%.
En febrero se
contabilizaron 44.833 transacciones de viviendas y un precio medio por
metro cuadrado de 1.366 euros. La caída registrada en los precios se debió
a la de los pisos (-5,1%), ya que el precio de las viviendas unifamiliares se
incrementó un 0,9%.
Por su parte, el precio
por metro cuadrado de los pisos de precio libre se redujo un 5,4% y,
dentro de éstos, aquellos de segunda mano se anotaron una caída del 6,3%
hasta los 1.509 euros y los nuevos del 3,6% hasta los 2.120 euros.
Los préstamos hipotecarios para la adquisición de una vivienda aumentaron
un 10,3 % interanual en febrero, hasta los 24.623
nuevos préstamos. Su cuantía media experimentó una caída del 3,6 % en
términos interanuales, hasta los 137.936 euros.
EMPRESAS:
El Corte Inglés ha
señalado que ha llegado a un amplio acuerdo en el primer ERE de su
historia. La empresa, que pretende reducir su plantilla en 3.292 trabajadores,
ha cubierto con creces sus expectativas: más de 4.000 empleados se han apuntado
de forma voluntaria al plan (4.312 según los sindicatos). De esta forma, la
propuesta de salida (además de una prima, indemnización de 33 días por año
trabajado y un máximo de 24 mensualidades) ha convencido a buena parte de la
plantilla. Ahora la compañía dispone de un mes para analizar cada caso, hasta
el 23 de mayo.
La empresa ha destacado
que “el número de empleados que se han sumado a la iniciativa de bajas
voluntarias ha superado en más del 20% la cifra inicial de 3.292 personas
acordada por la empresa y los sindicatos (CC OO, Fasga, Fetico y UGT). A partir
de ahora se inicia un proceso de análisis de solicitudes, tramitación de las
bajas voluntarias y ajuste de la plantilla”.
Así, tras el análisis de
las solicitudes, la cifra de salidas podría variar respecto de las 3.292
acordadas inicialmente. Dependerá de cómo quede la estructura de la plantilla,
ya que la prioridad es garantizar el servicio en todos los departamentos. Por
tanto, podría ocurrir que, ante los más de 4.000 interesados, tras la
negociación acaben saliendo de la empresa incluso más de los 3.292 previstos
tras la negociación o algo menos. El número final no está cerrado todavía.
Fuentes de la empresa
destacan la generosidad de la propuesta económica, lo que ha facilitado el
proceso de salidas voluntarias. Otro punto a favor, inciden, es la posibilidad
de recolocación en otras firmas, ya que el Corte Inglés buscará las mejores
condiciones posibles para los empleados que hayan decidido desvincularse
de la compañía y por ello ha contratado a dos empresas de prestigio (LHH y
ManpowerGroup) para que ayuden a los trabajadores salientes a encontrar un
nuevo empleo en función de su perfil e intereses profesionales.
Por la parte de la
propuesta económica, El Corte Inglés ofreció 33 días por año trabajado con un
máximo de 24 mensualidades (la indemnización que contempla la ley para el caso
de despido improcedente), justo lo que reclamaban los sindicatos. Además,
abonará una prima de un 5% del salario anual para los trabajadores con una
antigüedad en la empresa de entre 5 y 10 años; del 10% del sueldo para los que
lleven entre 11 y 15 años, y del 20% del salario para los que tengan más de 15
años de antigüedad en la cadena de centros comerciales.
El Corte Inglés avisará
al personal que ha accedido a dejar la empresa con 15 días de antelación, y el
proceso se prolongará hasta el 28 de febrero de 2022, según recuerdan los
sindicatos en un comunicado que han emitido.
La empresa ha declarado
que de las cifras de voluntarios para acogerse al plan están excluidos los empleados
con más de 50 años de edad, así como los trabajadores eventuales o que solo
trabajen días sueltos, ya que tienen más difícil reinserción en el mercado
laboral.
El proceso ha concluido
en apenas dos meses desde que se comunicó a los sindicatos dicho plan y se
iniciaron las negociaciones pertinentes. Todo el proceso se ha desarrollado en
un clima de consenso.
La situación es la
respuesta tras el embate del coronavirus, que cerró los centros de la empresa
en España durante lo más duro de la pandemia y, sin duda, al impacto de la
competencia de firmas como Amazon, Inditex o Mercadona, y al complejo proceso
de transformación digital que afronta el gigante comercial.