Cada día tienen mayor
influencia en la marcha económica los estados de ánimo de los agentes en
general. La confianza para los empresarios es determinante, ya que influye
notablemente en sus decisiones de inversión y estrategias a medio y largo
plazo. Pues bien, según un Barómetro Empresarial publicado, los empresarios
españoles no confían en la evolución del entorno económico más inmediato, es decir,
en la situación y evolución la maltrecha
economía española.
GLOBAL:
Mario Draghi,
presidente del BCE, declaró en la reciente cumbre de Davos, "la percepción
que tenemos es que el nivel de actividad va camino de estabilizarse a niveles
muy bajos y esperamos que se produzca una recuperación a finales de año. Pero
el camino está lleno de dudas porque todavía hoy el objetivo estratégico para
la Eurozona este año es superar la fragmentación de los mercados
financieros".
El anuncio de Draghi,
el pasado 6 de septiembre, anunciando la disposición a conceder el respaldo a
la Deuda Pública de Italia y España mediante el programa de compra de esos
bonos a los Gobiernos que lo solicitaran formalmente, dio lugar a una
manifiesta relajación de las tensiones financieras. Supuso además el respaldo a
la viabilidad de la eurozona que se encontraba muy cuestionada, debido a la
falta de decisiones realmente eficaces por parte de las instituciones europeas.
Igualmente, el
alejamiento de la amenaza sobre la economía global derivada del “abismo fiscal”
en Estados Unidos fue otro factor que calmó las tensiones del mercado
financiero. También la disposición de los principales bancos centrales,
liderados por la Reserva Federal estadounidense, adoptando decisiones poco
frecuentes, ha cooperado muy favorablemente.
Estas favorables
circunstancias han dado paso a una muy buena acogida en las subastas a los
bonos soberanos de Italia y España, con una considerable presencia de
inversores extranjeros. Ahora bien, con todo, lo más positivo ha sido la buena
acogida a los valores privados: algunas de las más importantes empresas
españolas más internacionaladas han logrado, incluso, precios más favorables
que los propios bonos emitidos por el
Tesoro Público.
Ahora bien, la economía
real continúa estancada. Es necesario para retornar al crecimiento económico,
que la generación de rentas permita sustentar el crecimiento de los beneficios
empresariales y, desde luego, la recaudación impositiva de los Gobiernos. Las
previsiones de crecimiento de la economía mundial para el conjunto del año no
amparan precisamente la euforia financiera. La más reciente, del FMI, señala
que la economía mundial crecerá un 3,5% en 2013, apenas tres décimas más que en
2012.
Un año más, la
esperanza se mantiene en las economías emergentes: solo China será responsable
del 40% del crecimiento económico mundial. Los estímulos decididos por el nuevo
Gobierno japonés también forman parte de esa renovada, aunque tímida expansión
global. Sin embargo, poco podemos esperar de la región del euro, que depende
del renovado dogma de las autoridades alemanas relativo a la extrema austeridad
presupuestaria, con sus efectos sumamente contractivos. Ello sin tener en
cuenta las lentas y confusas decisiones adoptadas.
El FMI retrasa la recuperación
en la eurozona desde la recesión actual y la califica de frágil. En todo caso,
totalmente dependiente de las amenazas de inestabilidad bancaria y de los
sustos en la prima de riesgo.
ESTADOS UNIDOS:
La primera economía
mundial sufrió en el último trimestre del año pasado un brusco frenazo. Por
primera vez en los últimos tres años y medio, Estados Unidos ha vuelto a
registrar una leve contracción económica (crecimiento negativo del 0,1 por
ciento Producto Interior Bruto) según los datos facilitados por el Departamento
de Comercio. No obstante, durante todo el año 2012 la economía estadounidense
creció a una tasa de aumento del 2,2 por ciento (cuatro décimas más que en
2011).
Algún analista apunta
que “el PIB cayó un 0,1 por ciento en el cuarto trimestre, tras haber subido un
3,1 por ciento en el anterior”, y señala a los dos factores que contribuyeron a
un importante crecimiento económico entre julio y septiembre del año pasado (los
gastos de defensa y los inventarios que retrocedieron durante el cuarto
trimestre del año pasado).
La importante
corrección del crecimiento (casi 2,6puntos porcentuales) es consecuencia, entre
otras cosas, del fuerte recorte del gasto federal habido durante el último
trimestre de 2012 (la mayor caída desde 1973), ya que el gasto en todos los
niveles de gobierno se redujo en un 6,6 por ciento.
Un hecho que prueba
que, a corto plazo, la reducción de presupuestos podría hacer mella directa en
el crecimiento estadounidense. .
Sin embargo, si echamos
un vistazo a la radiografía económica del país durante los meses de octubre y
diciembre, los pilares que sostienen la recuperación a este lado del Atlántico
confirmaron su solidez.
El gasto del consumidor
mejoró un 2,2 por ciento, desde el 1,6 por ciento anterior, mientras que el
crecimiento de la inversión residencial se disparó un 15,3 por ciento, un
síntoma que prueba que el sector inmobiliario vuelve a recobrar algo de fuerza.
Dentro del sector
privado, la inversión empresarial repuntó un 8,4 por ciento después de haber
caído un 1,8 por ciento en el tercer trimestre, y sólo las exportaciones decepcionaron
al caer un 5,7 por ciento en su tasa anualizada.
JAPÓN:
El Fondo Monetario
Internacional (FMI) mientras le pide al Reino Unido menos austeridad y un replanteamiento
de su política fiscal, a Japón le advierte sobre los nuevos estímulos
económicos que están aplicando sus autoridades, apercibiéndole que “conlleva
riesgos importantes”. Añade que “la recuperación de la economía japonesa
provocada por los estímulos podría ser de corta duración, y las perspectivas de
crecimiento de la consiguiente deuda pública podrían ser significativamente
peores”.
Los estímulos fiscales
en Japón ya se han aplicado reiteradamente durante su ya larga crisis,
impulsando el crecimiento económico temporalmente.
Los estímulos
monetarios han conseguido que se deprecie el Yen –algo fundamental para
incentivar sus exportaciones- pero para el FMI las repercusiones de estas
medidas para el crédito y la inflación no están claras.
CHINA:
El Gobierno ha
comunicado un plan para tratar de reducir las tremendas desigualdades sociales
que existen en el país: aumentará el salario mínimo y gravará más a las
empresas estatales para recaudar fondos para financiar la Seguridad Social. El
salario mínimo deberá situarse en el 40% del salario medio urbano en la mayor
parte de China para el año 2015.
Las medidas anunciadas
responden a la creciente preocupación por el fuerte descontento ciudadano con
la corrupción oficial, los excesos del partido, y las grandes disparidades
sociales.
El coeficiente de Gini
(mide las disparidades en la distribución de la renta, en una escala de 0 a 1,
de forma que 1 es la mayor igualdad) fue del 0,474 en 2012 (los analistas
consideran que por encima del 0,4 existe un potencial peligro de aumento de la
conflictividad social).
“La brecha entre las zonas urbanas y las
rurales y la diferencia de ingresos entre ciudadanos es relativamente grande,
estos están distribuidos irregularmente, hay problemas obvios de ingresos no claros
e ilegales, y algunos grupos viven en condiciones difíciles”, señala el
documento publicado por el Consejo de Estado de China.
El plan no solo
contempla más gasto social, sino también reformas estructurales: una de las
principales medidas adoptadas exige a las empresas estatales para 2015 un
incremento del 5% en el porcentaje de los beneficios que deben aportar al
Gobierno. Se trata de un paso crucial para financiar el desarrollo de los
sistemas de pensiones y seguridad social, sin los cuales las familias se
resisten a consumir para disponer de ahorros con los que hacer frente a la
vejez o a problemas de salud. Además, los aumentos de sueldo de los altos
ejecutivos en las compañías estatales deberán ser inferiores a los de los
empleados.
Con el incremento del
salario mínimo el Gobierno pretende conseguir la necesaria transformación del
modelo económico ligándolo más al consumo interno y menos a la inversión y las
exportaciones. El plan promete más gasto en sanidad y educación, y crear más
oportunidades para que los trabajadores emigrantes de las zonas rurales
transfieran su residencia legal a las ciudades, donde los sueldos y los
servicios sociales son mejores.
La mayoría de analistas
considera que incrementar los ingresos de la población rural no solo es
necesario para mantener la estabilidad social, sino también para impulsar el
consumo y garantizar un crecimiento económico continuado a largo plazo.
EUROZONA:
Según los cálculos
provisionales de la Oficina Federal de Estadística alemana, el país ha comenzado
a pagar la factura de su imposición de austeridad extrema. Aunque el contagio
ya se venía apreciando, hasta ahora, la economía germana había sido capaz de
mantener un tenue crecimiento pese a la entrada en recesión de la zona euro. Y
es que en el último trimestre de 2012, Alemania ha sufrido cierta caída de su
Producto Interior Bruto (PIB).
La primera economía
europea creció, durante el año recién terminado, sólo el 0,7%. Con ello, en el
cuarto trimestre habría retrocedido hasta un 0,5% respecto al trimestre
anterior. Es la mayor caída de la actividad económica alemana desde el fin de
la Gran Recesión, en 2009.
La caída ha resultado
ser más intensa de lo que esperaban la mayoría de analistas. No obstante, se
espera que Alemania salga de la recesión, ya que los indicadores de confianza
de los empresarios alemanes han mejorado, anticipando de esta forma que
probablemente el PIB alemán se recupere algo en el comienzo de este año 2013.
Durante los ejercicios
2010 y 2011, el PIB alemán aumentó un 4,2% y un 3%, respectivamente (en el año
2009 disminuyó un 5%). En la actualidad a la recesión económica que sufre la
eurozona (absorbe el 40% de las exportaciones alemanas), se ha unido la suave
ralentización de China, India y Brasil.
El Bundesbank (Banco
Central de Alemania) ha corregido a la baja sus previsiones para este año 2013,
anunciando que el PIB crecerá un 0,4% en lugar del 1,6% que habían calculado en
estudios anteriores. El Instituto Macroeconómico IMK, próximo a los sindicatos,
es más optimista y espera por su parte un crecimiento del 0,8%.
Sin duda, dado que el
verdadero motor económico de Alemania son sus exportaciones, esa es la causa
del enfriamiento: en el año 2012 crecieron un 4,1% (un poco más de la mitad de
lo que lo hicieron en 2012).
En el pasado mes de
noviembre, las exportaciones de bienes y servicios germanos se redujeron un
3,4% respecto al mes anterior (el peor registro en más de un año). La
disminución de la demanda de productos “Made in Germany”, motivó que muchas
empresas alemanas revisaran sus compras, reduciendo parte de sus gastos: la
inversión en maquinaria y equipos cayó, nada menos que, un 4,4% respecto a 2012,
(el primer retroceso habido desde el año 2009).
Sin embargo, aunque
débilmente, el año pasado creció el consumo interno un 0,8% respecto al año
anterior. Las cifras laborales siguen siendo excelentes, aunque el mercado
laboral ya está perdiendo oxígeno. La tasa de paro ha aumentado hasta el 6,9% y
se espera que supere el 7% este año. Alemania ya ha intensificado su programa
de subvenciones públicas a los empleados que vean reducidas sus jornadas
laborales. El sistema evita despidos y el aumento del número de parados. El
llamado “kurzarbeit” (reducción temporal de jornada) se incrementa desde el
verano pasado, llegando a afectar en noviembre a 88.000 trabajadores. Tanto la
patronal como los sindicatos alemanes defienden que este método detuvo la
sangría de empleos durante la recesión de hace cuatro años.
La estabilidad del
mercado laboral y el moderado aumento de los salarios hace que los alemanes
sigan dispuestos a consumir. A mediados de 2012, los salarios reales en
Alemania habían crecido un 1% respecto al año anterior. Así y todo, nadie
espera que una población tan dada al ahorro se ponga a gastar dinero alegremente
mientras acecha la crisis que está hundiendo a sus socios.
Por otro lado, Alemania
ha terminado 2012 con un superávit en sus cuentas públicas equivalente al 0,1%
de su PIB (es el primero en cinco años y el tercero desde la unificación en
1990). La economía alemana se está beneficiando del gran número de personas con
trabajo (se encuentra en su máximo histórico de 41,5 millones de personas).
La realidad, es que
Alemania se endeuda a costes mínimos gracias a la crisis de sus socios: los
bonos alemanes son el valor refugio europeo en la crisis de la deuda soberana
que afecta a los periféricos. Así se pasó de un déficit del 4,1% en 2010 al
0,8% en 2011, y al superávit en 2012.
Ante el suficiente
margen de maniobra que le otorga su ventajosa situación presupuestaria, muchos
economistas postulan que Alemania debería estimular su crecimiento.
En otro orden, once
Estados de la Unión Europea (suponen las dos terceras partes del PIB de la UE)
se han puesto de acuerdo para avanzar hacia la adopción de la tasa Tobin. Se
trata de un impuesto sobre las operaciones financieras con un doble objetivo:
recaudar recursos suficientes como para que los responsables de esta crisis
compensen el daño que provocaron en las arcas públicas y, por otro lado, tratar
de desincentivar unas prácticas que aportan poco a la economía real y que han
dejado a tantos países en una crisis tan profunda.
Tras vencer las
resistencias de Gobiernos como el británico y el polaco, los ministros de
Finanzas de la UE han dado el visto bueno a una medida que, según los cálculos
del Instituto Alemán para la Investigación Económica, podría recaudar alrededor
de 37.000 millones de euros al año en los 11 países que se han decidido a
adoptarla (España, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Bélgica, Austria,
Grecia, Estonia, Eslovenia, y Eslovaquia).
Después de que el
Consejo Económico y Financiero de la UE impulsara la tasa Tobin a través de la
cooperación reforzada (un mecanismo ideado para avanzar en decisiones en las
que no existe consenso en los Veintisiete), ahora la Comisión Europea tendrá
que presentar su propuesta para que sea aprobada por los Estados miembros.
Bruselas ya cuantificó en 2011 los porcentajes del gravamen: 0,1% para la
compraventa de acciones y bonos, y 0,01% para los productos derivados. No
obstante son los Gobiernos los que tienen la última palabra. Esta tasa no se
aplicaría a los pequeños inversores.
Bruselas confía en que
el impuesto entre en vigor este año o el próximo, pero algunos observadores
recelan de que, efectivamente, vaya aplicarse.
En todo caso, quedan
muchos detalles por definir: ¿qué efectos tendrá el que sólo se aplique en una
parte de la UE? ¿A qué se van a destinar los fondos recaudados? ¿Irán
directamente a Bruselas, como reclama la Comisión, o a cubrir los déficit de
los presupuestos nacionales, según desean los Estados miembros?
ESPAÑA:
Según el FMI, 2013 será
peor que el año 2012. España seguirá a la cola de la recuperación entre las
economías avanzadas (sólo Grecia está peor que España).
Señala el Fondo, que el
Producto Interior Bruto (PIB) de España se contraerá este año un 1,5% (en octubre
auguraba una caída del 1,4%). Y según ha señalado el Banco de España, el 2012 se
ha cerrado con un retroceso del 1,3%
(supone el triple de lo esperado por el Gobierno, que insiste en mantener una
caída del 0,5%).
La comparación con el
resto del mundo no es buena: el PIB español se queda muy lejos del 3,5% que se
prevé para la economía internacional en 2013 y del 1,4% proyectado para los
países ricos.
Ahora bien hay
coincidencia entre los economistas del FMI y del Gobierno, al estimar que el
crecimiento en España volverá en el año 2014. Ahora bien, a un ritmo muy leve,
que según el FMI será un 0.8% de aumento del PIB.
En un contexto de clara
insuficiencia de demanda en la economía española, las familias, en especial las
perceptoras de rentas bajas, están sufriendo las peores consecuencias de la
crisis. El comportamiento del mercado de trabajo es suficientemente explícito
al respecto. España no solo sufre la tasa de paro más elevada de todas las
economías desarrolladas, sino que también es una de las que tiene peores
perspectivas para el conjunto del año en curso.
El empleo seguirá
destruyéndose, y no será fácil que la tasa correspondiente baje del 27%, donde podría
situarse en marzo de este año. Ocurre además que la familia media española
mantiene un muy elevado nivel de endeudamiento, mayoritariamente amparado en
hipotecas sobre viviendas cuyo valor no deja de descender.
Todo ello explica
suficientemente el fuerte desplome del consumo privado en España. El último
dato conocido de ventas del comercio minorista, el correspondiente a diciembre,
es demoledor. Han caído un 10,7% lo que, sin duda, viene a completar el
conjunto de señales indicativas de esa muy difícil situación, agravada en los
últimos meses del pasado año.
La fuerte caída del
consumo privado es la variable que más ha contribuido a esa sustancial
disminución del PIB en el último trimestre de 2012.
El importante descenso de
la renta disponible de la familia media española, le está obligando a utilizar
ahorro del pasado para sufragar el consumo básico. Así se observa en el
descenso de la riqueza financiera de las familias, las ventas de activos
financieros y el descenso de los depósitos bancarios.
Se ha reducido el
endeudamiento familiar, pero se mantiene en cotas muy altas (equivalente al 123%
de la renta disponible) y, además, en demasiados hogares ya no trabaja ningún
miembro de la unidad familiar.
La fuerte reducción del
consumo privado alcanza a la alimentación. En realidad, todas las empresas
dependientes del consumo privado hace tiempo que revisan a la baja sus
previsiones de ingresos y beneficios. Los bancos incluidos, lo que precisamente
no favorece la normalización de la actividad crediticia.
Está desafortunadamente
claro que la caída de la inversión, los cierres empresariales, y los últimos descensos de las
exportaciones a los demás países de la UE, motivan que no consigamos acerquemos
a corto plazo a ese nivel de crecimiento del PIB (alrededor de un 2%) que se
precisa para volver a crear empleo.
Por todo ello, para
corregir esta dramática situación no sólo es preciso prolongar los plazos de
cumplimiento en la reducción de déficit público español, sino también exigir a
los más poderosos la puesta en práctica de políticas de estímulo de sus
demandas.
Sin duda, lo más grave
en España son los volúmenes de desempleo que se están alcanzando. Según la
Encuesta de Población Activa (EPA) del
INE nos quedamos a la puerta de la cifra de 6 millones de personas. Sin duda en
el primer trimestre de este 2013 la sobrepasaremos.
Lo que sí rebasamos ya
hace unos cuantos trimestres es el máximo histórico de la tasa de paro de la
Encuesta de Población Activa (EPA), que mantiene su tendencia al alza y alcanzó
el 26% en el último trimestre del año pasado.
Hacer previsiones sobre
el comportamiento del empleo a corto plazo, sobre la evolución de la emigración
o de la tasa de actividad es bastante difícil, ya que dependerá de la evolución
del paro.
Para 2013 se parte de
las hipótesis de que la población en edad de trabajar (población con 16 y más
años) continúe acelerando ligeramente su ritmo de descenso y que la tasa de
actividad se estabilice (número de activos por cada 100 personas en edad de
trabajar).
La otra variable es el
empleo, que viene determinado por la evolución del PIB y por la productividad
aparente del factor trabajo. Las previsiones apuntan a que el PIB siga cayendo
hasta el tercer trimestre de 2013 y que la productividad se desacelere, lo que
daría lugar a caídas del empleo durante todo el año, aunque a un ritmo
decreciente. El resultado de todo ello en términos de paro es que, corregido de
estacionalidad, siga aumentando en los dos primeros trimestres del año y se
estabilice después a una tasa del 26,7% de la población activa, es decir, algo
por encima de los seis millones de personas. Desde luego, un panorama nada
alentador.
A estas alturas desde
la última reforma laboral, podemos afirmar que ninguna creará empleo en plena
recesión, pero teóricamente debería frenar la caída del empleo, produciendo el
ajuste por los salarios (este es el argumento que esgrimen sus defensores).
Pues bien, casi 12 meses después, no se ha logrado ese objetivo: la tasa de
paro ha pasado del 22,8% al 26%. Incluso cuando se compara lo sucedido durante
el último año con lo que pasó en 2009, otro año nefasto para el empleo, se
observa que el desplome se ha acelerado. Y esto sucede en un mercado laboral dónde
no ha dejado de caer el empleo en los últimos cinco años.
La reforma laboral acometida
tenía por misión corregir la pérdida de empleos que se produce cuando entramos
en una crisis económica. Se facilitó a las empresas bajadas de sueldo
unilaterales, traslados o reducciones de jornada. Se pretendía que esa, la
llamada flexibilidad interna, fuera la primera opción ante los problemas
económicos. Pero en la misma ley se facilitó y abarató el despido. La gran
mayoría de analistas señala que “este tipo de reformas deben hacerse en épocas
de crecimiento, que es cuando se crea empleo”.
En el lado positivo de
estos últimos meses, hay que citar que la Balanza por Cuenta Corriente (el
saldo de las operaciones de bienes, servicios y transferencias entre España y
el resto del mundo) registró en noviembre un superávit de 1.777,4 millones de
euros, el mayor desde 1990, cuando arranca la serie estadística difundida por
el Banco de España. Los datos consolidan al sector exterior como el mejor
impulsor de la economía española.
El buen comportamiento
de la balanza de pagos de noviembre está relacionado con la reducción del
déficit comercial (exportaciones de bienes menos importaciones de bienes), que
se situó en noviembre en 776,1 millones de euros, uno de los mejores de la
serie estadística. Y eso a pesar de que las exportaciones sufrieron en
noviembre un frenazo por el agravamiento de la recesión en el corazón de
Europa. Este dato revela la gran dependencia española de los países del entorno
europeo.
También hay que tener
en cuenta que las importaciones siguen a la baja por la continua pérdida de
poder adquisitivo de la economía española. Además, este capítulo está afectado
por el alto importe de la factura energética con el exterior por el constante
aumento del precio de los combustibles (petróleo y gas). “La disminución del
déficit comercial se concentró en su componente no energético, cuyo saldo
volvió a ser positivo, mientras que el déficit energético siguió ampliándose”,
ha señalado el Banco de España en un comunicado.
El superávit de la
balanza de servicios, impulsado sobre todo por el sector turístico, sirvió para
apuntalar la cifra positiva de la balanza de pagos de España en noviembre. Otro
de los capítulos que explican el buen dato de noviembre es el saldo de las
transferencias corrientes, que arrojó un saldo de 1.902 millones de euros, el
segundo mayor de la estadística del Banco de España.
A pesar de que
noviembre fue un buen mes para el sector exterior no compensa el déficit
acumulado durante los primeros once meses del año pasado. El déficit por cuenta
corriente ascendió hasta los 13.132 millones de euros, un 60% menor que el
registrado el año precedente.
La cuenta financiera
volvió a arrojar en noviembre datos positivos por tercer mes consecutivo tras
despejarse en septiembre las dudas sobre la supervivencia del euro. Durante
buena parte del año los inversores extranjeros huyeron de España, pero como
hemos comentado anteriormente, desde que el presidente del Banco Central
Europeo, Mario Draghi, despejó las dudas sobre la moneda única a final del
verano pasado, los inversores internacionales regresaron a la economía
española. Esto se tradujo en la entrada neta de 13.177 millones de euros a los
mercados y bolsas españolas en noviembre. No obstante, esta vuelta de los
inversores aún no compensa la importante fuga neta de capitales durante los
primeros once meses de 2012, que asciende a 197.897 millones, cinco veces más
que el año pasado, lo que revela las dificultades de financiación de la
economía española.
A pesar de ello, se
aprecia una ligera mejoría en los últimos meses. Los inversores extranjeros
inyectaron en España 20.865 millones de euros en noviembre, sobre todo a través
de la compra de acciones y la adquisición de deuda, tanto pública como privada.
Frente a esto, sacaron 16.725 millones en préstamos, depósitos y operaciones
temporales como cesión de activos.
Otra buena noticia, es
que los bancos españoles quieren devolver el dinero de los préstamos del BCE incluso antes de tiempo, ya que necesitan
poner de manifiesto en los mercados su “mala salud de hierro”.
Para los analistas, el
hecho de que la banca española que ha sido objeto del rescate europeo y de un
zarandeo continuo en los mercados, tenga esa disposición a devolver las deudas,
es una excelente señal. Se trata de una muestra de confianza o vuelta a una
relativa normalidad.
Aunque también podría
interpretarse como un empeño por quedar bien. Los principales bancos españoles
se apresuran a mandar mensajes al mercado: Banco Popular (que se ha visto
obligado a ampliar capital recientemente) adelantó ayer que devolverá 1.300
millones de los 17.000 que pidió al BCE en las dos subastas. Sabadell y
Bankinter han asegurado que reintegrarán cifras similares, y BBVA tiene
previsto reembolsar entre enero y febrero una parte sustancial de los 22.000
millones que solicitó.
Una muy buena noticia,
es que según las estadísticas del Eurosistema, la apelación de las entidades
españolas al auxilio del BCE registró un descenso notable. De diciembre a
noviembre, el nivel de deuda de la banca española con el emisor del euro bajó
un 8%, para quedarse en 313.109 millones, el nivel más bajo desde mayo pasado.
El sector financiero
español necesita aún una porción muy notable del enorme volumen de
liquidez (1,1 billones de euros) con el
que el BCE inundó a la banca de los Diecisiete para evitar el colapso
financiero. Pero también este trozo de la tarta es ahora menor (pasa del 38,5%
al 35,4% del crédito neto), un indicador de que sus necesidades no son tan
acuciantes como antes. Y de que la
reestructuración de la banca (menos negocio, menos oficinas, menos empleados) está
cogiendo ritmo.
Además, las entidades
nacionalizadas recibieron al cierre de 2012 casi 39.500 millones del fondo de
rescate europeo, inyección que contabiliza como deuda pública española al estar
garantizada su devolución por el fondo estatal de reestructuración bancaria, el
FROB. Su traducción en liquidez no es inmediata: lo que reciben son títulos de
deuda emitida por el fondo de rescate que le pueden servir como garantía ante
el BCE para pedir más crédito.
El préstamo neto del
Eurosistema se mantiene en niveles similares al de meses precedentes (884.094
millones).
Las entidades
nacionalizadas también traspasaron activos por 37.000 millones al “banco malo”
SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración
Bancaria) en diciembre (85.000 inmuebles
y 270.000 hipotecas).
Las cuatro entidades
nacionalizadas (lo que se denomina Grupo 1), Bankia, Catalunya banc,
Novagalicia y Banco de Valencia, está negociando recibir comisiones de hasta el
6% por vender y financiar los activos que han traspasado a la SAREB, ya que
serán los bancos los que sigan comercializando los activos traspasados.
MERCADOS:
Los inversores en Bolsa
esperaban con atención el dato del PIB del cuarto trimestre de Estados Unidos que
finalmente sentó muy a las Bolsas. Además los graves escándalos de corrupción
política motivaron de nuevo sobresaltos en la Prima de Riesgo española, lo que
igualmente afectó a la cotización del Ibex.
Además el euro aceleró
la carrera alcista que mantiene con el dólar una vez que se conoció el dato del
PIB estadounidense anteriormente citado. Hasta el punto de que, por primera vez
en los últimos trece meses, un euro se intercambió por 1,35 dólares.
Pero el cruce entre
ambas divisas se amplió más una vez que la Reserva Federal (Fed) confirmase que
la actividad económica estadounidense "se había detenido en los últimos
meses" y se mostrase dispuesta a continuar su política monetaria
expansiva. La intención de la Fed de seguir con su plan de compra de bonos y de
mantener los tipos bajos (entre el 0 y 0,25%) llevaron al euro a los 1,3587
dólares, el nivel más alto que no tocaba desde noviembre de 2011.
El euro se ha apreciado
más de un 12% desde los mínimos que marcó a mediados de junio. En aquel
momento, de auge de la crisis de deuda de los países periféricos, solo se
necesitaban 1,2 dólares para comprar un euro. El peligro, según apuntan muchos analistas,
es que la fortaleza del euro continúe hasta representar un freno real para la
competitividad que han ganado las exportaciones de los países euro en los
últimos meses, entre ellos España.
Por otro lado, el
precio de la vivienda libre en España terminó 2012 en 1.531 euros por metro
cuadrado, un 10% menos que el año anterior, de acuerdo al estudio hecho público
por el Ministerio de Fomento. Estas cifras devuelven al sector a los niveles
registrados en el segundo trimestre de 2004. Desde los 2.101 euros que llegó a
costar el metro cuadrado cuando la burbuja inmobiliaria llegó a su tope,
durante el primer trimestre de 2008, la vivienda se ha depreciado un 27,1%.
EMPRESAS:
El Santander en el año
2000 gano 2.258 millones y en el año recién acabado, 2.205 millones. En medio
del ciclo, pasó por la exuberancia como tantas entidades en la burbuja
inmobiliaria, aunque el Santander sigue en pie para contarlo. El punto álgido
de esta borrachera fue junio de 2008, cuando el presidente, Emilio Botín,
declaró: “El Santander aspira a ganar más de 10.000 millones en 2008”. La
entidad acababa de lograr 9.060 millones, un podio desde el que se veía todo al
alcance de la mano.
Pero llegó el
hundimiento de Lehman Brothers, tres meses después de aquellas declaraciones, y
el capitalismo se puso al borde del precipicio. Desde entonces los resultados
del Santander no han dejado de caer. El diagnóstico del presidente del
Santander (“la crisis es como la fiebre de los niños, que empieza muy fuerte y
luego se baja”), no fue acertado.
Botín ha anunciado que
la entidad ganó en 2012 un 59% menos, tras dotar 18.800 millones a provisiones.
De ellos, 6.100 millones fueron a cubrir todo el riesgo inmobiliario y los dos
reales decretos del Gobierno del PP.
Botín ha augurado: “en
2012 el beneficio ha marcado un punto de inflexión. Este año veremos un fuerte
aumento, una vez terminados los saneamientos especiales”. No obstante, en 2013
el Santander aún tendrá que destinar 800 millones al banco malo, el Sareb.
El banco ha anunciado
que devolverá 24.000 millones pedidos al BCE y se quedará con 11.000 más por si
acaso.