El nobel Krugman, en un
reciente artículo, parafraseando el título del libro de Nicholas Shaxson, “las
islas del tesoro” incidía en la existencia de los paraísos fiscales
internacionales (jurisdicciones con secreto bancario) que debilitan a las
economías en todo el mundo: restringen los ingresos públicos, facilitando la
corrupción, distorsionan a los flujos mundiales de capital, y alimentan a las
crisis financieras.
Chipre, las islas
Caimán y otras muchas, siguen funcionando más o menos igual que antes de la
crisis financiera mundial. Una gran parte del negocio financiero mundial sigue
canalizándose a través de jurisdicciones que permiten a los banqueros esquivar
hasta las normativas más suaves existentes. Muchos se aterrorizan por los
déficits presupuestarios, y sin embargo, no se inmutan cuando muchas sociedades
anónimas y personas ricas siguen utilizando libremente los paraísos fiscales
para evitar pagar los impuestos que soportamos los ciudadanos corrientes. Parece que nuestros líderes no quieren
aprender de los desastres.
GLOBAL:
Los líderes de las
grandes economías emergentes, congregadas en el grupo conocido como BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han celebrado una cumbre en Durban
con unos objetivos no sólo dirigidos a sus relaciones comerciales, sino a una
serie de aspectos de gran incidencia en
el futuro orden global.
Están
trabajando en la creación de un banco destinado a financiar proyectos de
desarrollo (supondrá un desafío a siete décadas de dominio del Banco
Mundial) y de un mecanismo de reservas para reforzar la estabilidad financiera
de los BRICS, implicándose más en la geopolítica mundial, y enviando un clara
señal a Estados Unidos y Europa de que
el actual equilibrio de poder global ya no les vale.
Critican al Banco
Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI), instituciones
nacidas después de la Segunda Guerra Mundial, alegando que obedecen a los
intereses de Estados Unidos y los países industrializados, y no a la nueva
realidad internacional.
Los BRICS que suponen el
43% de la población total y equivalen al 21% del PIB mundial, quieren
contribuir a las necesidades crecientes de financiación de las naciones
emergentes y en vías de desarrollo para construir carreteras, puertos, líneas
ferroviarias o redes de distribución de energía. Se ha hablado de una
aportación inicial de 50.000 millones de
dólares: una cifra superior a los 29.100 que comprometió en el año 2010
el Banco Mundial para este tipo de proyectos.
Economías como China
han invertido grandes cantidades en infraestructuras, pero otras naciones más
pobres se han encontrado con muchas dificultades para financiarlas.
Los BRICS también quieren
establecer un mecanismo de reservas al que puedan acudir para resolver crisis
financieras. El fondo conseguiría dotar de una mayor autonomía a las economías
emergentes, y serviría para solucionar desequilibrios de sus balanzas de pagos.
Pekín ha llegado a postular que estos mecanismos de los BRICS deberían ser lo
suficientemente grandes para afectar e influir en los mercados financieros.
JAPÓN:
Frente a la situación
de leve deflación (caída de precios) que padece, desde hace demasiado tiempo,
Japón va a acometer una auténtica revolución monetaria: se pretende realizar
una inyección de dinero equivalente al 30% del PIB en solo dos años. Con esta
estrategia, el banco central de la tercera economía del mundo espera poner fin
a más de 15 años de deflación y depresión económica.
Con esa finalidad, el
comité del banco central japonés ha apostado por una nueva fase de relajación
monetaria, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. El objetivo es
situar la inflación en el 2% cuanto antes, a más tardar en un plazo de dos
años. Sólo como referencia, los precios cayeron en enero, a una tasa interanual
un 0,2% y excluidos los precios más volátiles de la energía y los alimentos, el
descenso fue del 0,7%.
El banco de Japón (con
unos tipos de interés próximos a cero) quiere duplicar su Base Monetaria (variable
que comprende a la suma del efectivo en manos de público y el encaje bancario o
reservas de caja de los bancos comerciales, y sobre la que actúan los bancos
centrales ya que afecta a la oferta monetaria o dinero existente).
El banco central de
Japón desea que su volumen pase de los 138 billones de yenes (1,08 billones de
euros) de 2012, a 270 billones (2,13 billones de euros) a finales de 2014, lo
que supondrá en torno al 55% del PIB de la tercera economía del mundo.
De esta forma, se está
imitando la estrategia de Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal
estadounidense tras la caída de Lehman Brothers. Aunque según ha afirmado el
presidente de la Reserva Federal estadounidense, él se ha inspirado en el papel
que desempeñó el Ministro de Finanzas japonés entre 1931 y 1936, los años de la
Gran Depresión, y cuyas medidas “salvaron brillantemente a Japón de la
depresión mundial”.
La receta aplicada
entonces, traducida a la actualidad, consiste en una combinación de estímulos
fiscales, relajación cuantitativa y depreciación del tipo de cambio. Además,
Bernanke, ha reconocido que “su objetivo es evitar las consecuencias que una
falta de decisión en la adopción de medidas o la retirada anticipada de los
estímulos pueden tener sobre la economía” (lo que le ha sucedido a Japón desde
la década de los años 90 y que explican en buena medida la situación actual).
La Reserva Federal de
EE UU ha aumentado su balance un 233% desde 2007, lo que situaba a finales de
febrero la base monetaria en Estados Unidos en el equivalente a 2,11 billones de euros.
Una cifra muy parecida a la meta que ahora se ha fijado Japón, sólo que EE UU
tiene una economía tres veces mayor que la nipona y lo ha llevado a cabo en un
plazo de cinco años frente a los dos que se han marcado como objetivo en Tokio.
Se trata de un aumento de liquidez realmente histórico e inusitado.
Hasta ahora el banco
central de Japón se ha mantenido centrado en controlar el ortodoxo funcionamiento
del mercado y en la disciplina fiscal, frente al miedo a la inflación en caso
de que la economía volviera a crecer de forma sostenida. La nueva postura
supone abandonar ese papel.
ESTADOS UNIDOS:
La Reserva Federal
(Fed) ha decidido mantener la intensidad de los estímulos económicos: tipos de interés
oficiales próximos a cero, y emisión de dinero por valor de 85.000 millones de
dólares al mes para poder comprar deuda pública e hipotecaria.
El retraso de la
negociación fiscal entre el Congreso y la Casa Blanca y la crisis de la
eurozona, agravados por los problemas de Chipre, en palabras del propio
presidente Bernanke, no permiten otra postura. De esta forma, se ha recalcado que
“solo habrá un cambio de estrategia cuando existan evidencias claras respecto a
la economía y el mercado laboral de que pueden funcionar adecuadamente por si solos
sin necesidad de estímulos económicos”.
Con referencia al mes
de febrero se han publicado datos esperanzadores: el nivel de empleo en ese mes,
las ventas del comercio, y también algunas variables referidas a la vivienda.
Ahora bien, ¿la mejora del empleo es real? El paro bajó al 7,7% en el mes
citado gracias a que se ocuparon 236.000 nuevos puestos de trabajo. El problema
es que gran parte de la mejora en el desempleo se debe también a la caída de la
tasa de actividad que se encuentra en el nivel más bajo durante tres décadas.
El presidente de la
Fed, ha señalado que “los riesgos de la política actual son manejables".
Remarcando que se mantiene en la postura de no retirar los estímulos económicos
mientras la tasa de paro no se sitúe en un 6,5%, y la subida de precios sea de
un 2,5% de tasa anual de aumento (recuérdese el contraste con el objetivo de
inflación del BCE de que los precios no
sobrepasen un aumento del 2%). Una postura claramente contradictoria y opuesta
a la impuesta de extrema austeridad impuesta por la Sra. Merkel y los Estados
ricos de la eurozona.
Las estimaciones de la Reserva
Federal es que la economía
estadounidense crezca un 2,5% en 2013, y que suba al 3,15% en el año 2014, y al
3,3% finalmente durante 2015. El desempleo, se mantendrá en una tasa de paro del
7% hasta comienzos del 2014. Respecto a la evolución de los precios, se estima
que permanecerán estables, situándose por debajo del 2,5% de referencia.
Las tasas de interés se
mantienen entre el 0% y el 0,25% desde diciembre de 2008. Y por otro lado, como consecuencia de los
enormes estímulos no convencionales, se
han disparado los activos del balance de la Reserva Federal que existen en el
mismo (3,16 billones). Al ritmo existente en estas operaciones de compra de
bonos, probablemente llegará a los cuatro billones de dólares antes de finales
de 2013.
Aunque la Reserva
Federal sigue de cerca la situación de Chipre, calificada como "muy difícil por el tamaño de
su sistema bancario respecto al PIB, su impacto no ha sido importante en la
economía de Estados Unidos”.
No obstante, el acta de
la última reunión del banco central mostró que cada vez hay más miembros que
consideran que hay que empezar a retirar los estímulos más pronto que tarde. Sin
embargo, Ben Bernanke insiste que no quiere hacerlo antes de tiempo y
lamentarlo después. Del total de sus miembros, 13 ven la política actual
“apropiada” hasta 2015. A cuatro le gustaría un cambio ya en 2014, y a uno de
ellos este año.
EUROZONA:
¿Es lógico imponer
pérdidas a los depositantes de los bancos con problemas? La UE trabaja en un
nuevo lote de medidas para lidiar con futuras crisis bancarias, y las economías
centrales –las más ricas- dirigidas por Alemania, han conseguido que Chipre sea
la demostración de que ese será, más temprano que tarde, el modelo a seguir.
Tras las
controvertidas declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jeoren Dijsselbloem,
que apuntan en ese sentido, fuentes europeas explican que Berlín, junto con
Gobiernos como el holandés, presiona para acelerar todo lo posible esa fórmula
para resolver crisis financieras.
Un portavoz del
Ejecutivo alemán ha confirmado que esa es la línea de trabajo en la que insiste
el equipo de la canciller Ángela Merkel desde el año pasado.
Berlín y los países del
club de la Triple A insisten en adelantar a 2015 los nuevos poderes de
resolución de crisis bancarias que quiere la Comisión. Y Dijsselbloem (el líder
del Eurogrupo más apoyado por Alemania) siguió esa línea argumental al sugerir
que Chipre servirá como guía. Varias capitales, e incluso el BCE, lanzaron duras críticas al holandés por esas
declaraciones, de las que se retractó chapuceramente.
El peligro mayor es
para la banca europea, especialmente las de los países del sur, que corren el
riesgo de que sus clientes salgan corriendo, retirando sus depósitos por la
falta de confianza: un aspecto vital y fundamental en la actividad bancaria,
que estos líderes europeos parecen desconocer.
No obstante, los
portavoces alemanes se esforzaron en señalar que no hay ningún parecido entre Chipre
y otros casos, y descartando cualquier riesgo para países como España.
Chipre es un caso sin
par, insisten en Berlín, porque sus bancos apenas tenían nada más que
depósitos. España, por el contrario, cuenta con dinero suficiente para
recapitalizar sus bancos: 100.000 millones de euros (el límite del rescate
bancario europeo concedido a España), de los que ya se han recibido 40.000
millones de euros.
Tanto el partido de
Merkel (CDU) como los socialdemócratas y los Verdes, con las elecciones a la
vuelta de la esquina, están de acuerdo en que el mito de que los bancos no
pueden quebrar debe caer. Y para ello coinciden en que hay que hacer pagar a
quienes tomaron riesgos a cambio de jugosos intereses.
La realidad es que la gestión
de la crisis chipriota ha sido auténticamente una chapuza, abriendo muchas
heridas y riesgos: Mario Draghi, presidente del BCE, desapareció del Eurogrupo
porque sabía que podía aprobarse un castigo que no le gustaba impuesto por el
FMI y Alemania. Y Jörg Asmussen, miembro del consejo de gobierno del BCE y ex
asesor de Merkel, fue quien intervino en los acuerdo adoptados (las diferencias
entre Draghi y Asmussen son evidentes). Por otro lado, el malestar en varios
países (Francia, Italia y España) por las declaraciones de Dijsselbloem ha sido
muy fuerte.
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que “hay elementos
positivos” en la evolución de los países “periféricos” de la zona euro, los más
afectados por la crisis, y que las reformas estructurales emprendidas
constituyen “bases sólidas” para su recuperación.
La OCDE, en su informe
de perspectivas, consideró que para salir de la recesión en la eurozona, hace
falta “un estímulo monetario y financiero” que permita “restablecer el
mecanismo de transmisión del crédito”.
Eso debería llegar en
parte con una nueva disminución de los tipos de interés del Banco Central
Europeo, ya que teniendo en cuenta “la debilidad de la demanda” y la baja
inflación “hay todavía margen para reducirlos más”, indicaron los autores del
estudio.
La organización también
se pronunció por una flexibilización de los programas de reducción del déficit
público, al constatar que “se han conseguido progresos considerables” y que en
la mayoría de los países se ha realizado “la mayor parte del ajuste
presupuestario necesario tras la crisis”.
La OCDE ha reiterado
que los países con superávit en su balanza por cuenta corriente, “y, en
particular, Alemania pueden hacer más” para estimular la actividad en el
conjunto de la zona euro con subidas salariales y con una liberalización en el
sector de los servicios.
El conocido como el
“Club de los países desarrollados” hizo hincapié en que “las reformas
estructurales, en particular en España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal,
constituyen una base sólida para una recuperación de la competitividad y un
aumento del empleo cuando la demanda se recupere”.
ESPAÑA:
Tras la oportuna
amenaza verbal de Draghi, desde el pasado verano los mercados están más tranquilos.
Ahora bien, España sigue en una situación económica de depresión y,
desafortunadamente, no hay visos de una recuperación real. Todos confiamos en
que sean las exportaciones las que, una vez más, tiren de nuestra economía,
pero la situación de recesión de los principales socios europeos, han motivado
la caída de nuestras ventas al exterior. De nuevo, se pone de relieve la
insuficiencia de demanda, y se avecinan nuevos ajustes.
Por otro lado, están
arreciando las críticas a la Sareb (Banco Malo) que hasta ahora parece que nadie
entiende. Está disminuyendo el negocio bancario y continúa aumentando la
morosidad especialmente en las pequeñas y medianas empresas. Realmente, hasta
que no se saneen completamente las entidades de crédito, no retornará el crédito,
y proseguiremos con la destrucción de empleo: ojalá estos pronósticos estén
errados.
Y es que la inyección
en la banca de decenas de miles de millones de euros de dinero público
procedentes del rescate europeo no está teniendo por ahora ningún efecto en la más
que necesaria reanimación del crédito a familias y empresas.
A comienzos de 2013,
culminado el saneamiento de las cajas nacionalizadas y el traspaso de activos
tóxicos al banco malo, cerrada la recapitalización de las entidades con
problemas y una vez cubiertas las provisiones exigidas por el Gobierno a los
bancos, el crédito sigue sin fluir.
Lo peor, es que no solo
no remonta, sino que se acelera su disminución. La financiación a familias y empresas se
contrajo un 5,8% interanual en febrero (la mayor caída desde el arranque de la
crisis).
Desde que el actual Gobierno
comenzó su reforma financiera hace ahora un poco más de un año, el crédito a
familias y empresas casi ha triplicado el ritmo de caída.
Lo peor para la
situación que estamos sufriendo, es que es el sector que más sufre la ausencia
del crédito es el empresarial, por lo que continúa sin poder recuperar su
actividad. La financiación de las sociedades no financieras ha pasado de caer a
una tasa del 1,65% (febrero de 2012) a hacerlo al 7,1%. Tras 23 meses
consecutivos a la baja, la financiación total se sitúa en 1,12 billones.
Según refleja la
estadística del Banco de España, el descenso se explica por la caída del
crédito de la banca española, que se contrae a un ritmo interanual del 8,5%.
Los préstamos recibidos desde el exterior, por su parte, agravan el descenso
hasta el 6,7%, mientras que solo la emisión de valores permite amortiguar algo
la caída de la financiación bancaria.
Igualmente, según el
Banco de España, en el crédito a las familias el recorte ha sido del 3,9%, una
décima más que en enero, hasta los 823.500 millones. En su caso, el descenso se
prolonga ya durante más de dos años.
Si los datos del
supervisor se observan desde la óptica contraria, esto es, por la deuda que ha
de devolver las familias, el balance de febrero supone su nivel más bajo desde
mayo de 2007. Del total, la mayor parte, 635.315 millones corresponden a los
créditos para comprar una vivienda, lo que supone otro descenso del 3,7% frente
al mismo mes de 2012. Este ritmo de caída es el más acusado de toda la serie
histórica, que arranca en 1996.
Los datos publicados
por el Banco de España demuestran que la mejora de los mercados financieros
registrada en el arranque del año no se tradujo en una mayor financiación. El
regreso de la confianza de los inversores siguió sin convertirse en crédito
pese a que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi,
señalase que “los bancos españoles están bien capitalizados y en posición de
prestar”.
Desde el sector
financiero, la patronal bancaria niega un recorte sistemático del crédito. En
su lugar, asegura que ahora son más selectivos a la hora de prestar por miedo a
que la morosidad siga aumentando. Según afirmaba la Asociación Española
Bancaria (AEB) “los bancos no recortan el crédito a todos los sectores de forma
indiscriminada. Continúan analizando todas las operaciones, con independencia
del sector del que provengan, aplicando los criterios de solvencia y
rentabilidad ponderada por el riesgo”.
Por otro lado, la tasa
de créditos dudosos en todos los préstamos hipotecarios se incrementó un 2,2%
en el cuarto trimestre del pasado año, hasta el 10,7%, según los indicadores de
la Asociación Hipotecaria.
También hemos sabido
que la tasa de ahorro de
los hogares se situó en el 8,2 % de su renta disponible en 2012, el nivel más
bajo desde que hay datos comparables (los del año 2000) debido principalmente a
la caída de las rentas salariales.
En 2012 los ingresos de
las familias disminuyeron casi un 4 %, debido al descenso del 5,4 % de la
remuneración de los asalariados.
La realidad, es que en
una situación de recesión económica
reducir el ahorro es la única forma de ajuste que se impone a las familias con
menor nivel de rentas. El paro, la subida de impuestos, la bajada de
salarios, la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones, y la supresión de
la paga a funcionarios (alrededor de 2,6 millones de euros) explican,
sobradamente, esta merma del ahorro.
También los últimos
datos del Banco de España apuntan en un sentido similar: el movimiento de
efectivo con tarjetas (retiradas de dinero en los cajeros automáticos) en el
cuarto trimestre de 2012, muestra que los clientes retiraron 27.535 millones en
los cajeros, un 4,53% menos que el mismo periodo del año anterior. Esta caída
no se había registrado en, al menos, los últimos 10 años, periodo desde el que
se dispone de estadísticas.
Respecto a la que
parece ser la mayor preocupación de las autoridades, el déficit público, hay
que señalar que el Gobierno ha tenido que corregir al alza la cifra que había
presentado relativa a 2013. Ha pasado del 6,74% del PIB que había anunciado, al
6,98%. La oficina estadística de la UE, Eurostat, ha impuesto la modificación ya
que el Ejecutivo español no estaba aplicando correctamente las reglas establecidas
para computar el déficit.
No se trata de una
buena noticia, ya que se han vuelto a sembrar dudas sobre las cuentas públicas
españolas, cuya credibilidad ya resultó afectada tras las controvertidas
revisiones aplicadas a las cifras de 2011 por el Gobierno de Mariano Rajoy.
La diferencia se debe a
la forma en que Hacienda ha contabilizado las devoluciones de impuestos
correspondientes a 2012 pero aún pendientes de pago al cerrar el año. Las devoluciones
que solicitan los contribuyentes cuando el fisco les debe dinero (liquidaciones
de impuestos que salen a devolver) acumulaban un no habitual retraso a finales
del año pasado.
Pues bien, Eurostat ha
obligado al Gobierno español a cambiar el déficit, y de paso, ha negado la
versión del Ministro Montoro, que presentó las cifras como consecuencia de un
cambio metodológico introducido por Bruselas. “Eurostat no ha cambiado de
método; simplemente descubrió que el método usado por España era incorrecto”,
asegura una portavoz de la Comisión Europea tras confirmar el procedimiento con
la agencia.
En este sentido, aunque
el Gobierno se haya mostrado tan optimista –ojala acierte en sus previsiones- la
economía va peor de lo esperado por lo que se precisa un mayor margen para no
cercenar con mayores recortes la recuperación que no acaba de producirse, por
lo que se ha solicitado ampliar el
déficit de este año. Bruselas tiene prácticamente concedido un año más para
rebajar el objetivo del déficit público.
El Gobierno tiene
previsto pedir un punto y medio extra de margen. Pendiente de cerrar el acuerdo en los próximos días, el Ejecutivo está
negociando para relajar la meta de 2013
(que era del 4,5% sin ese año adicional) hasta un 6% del PIB, según fuentes
gubernamentales. Bruselas se inclina por tensar algo más la cuerda y dejar el
objetivo un poco más difícil: en el 5,5%.
Relacionado con lo
anterior, está el hecho de que nunca antes España debió tanto dinero; no solo
porque la deuda pública representa el mayor porcentaje del PIB desde hace más
de un siglo; la dificultad para el Gobierno reside, sobre todo, en que jamás la
deuda pública española había crecido tanto y tan rápido como en este año 2012.
La deuda de las
Administraciones públicas españolas se incrementó en 148.000 millones de euros
el año pasado, cerrando el ejercicio en 884.416 millones de euros, un 20% más
que a finales de 2011. La cifra equivale al 84,1% del PIB, 14,8 puntos
porcentuales más que en el ejercicio anterior. Hay que remontarse a 1910 para
encontrar un año donde la deuda representase un porcentaje mayor del producto
interior bruto nacional: un 88%.
Por otro lado, Cristobal
Montoro ha anunciado que el nuevo impuesto estatal sobre los depósitos
bancarios tendrá un gravamen de entre el 0,1 y el 0,2 por mil. Según los
últimos datos del Banco de España, el ministerio de hacienda podrá recaudar
hasta 300 millones de euros con la medida, dado que los depósitos en manos de
la banca suman 1,457 billones de euros. Esta cifra, sin embargo, incluye más
fondos que los meros depósitos de familias y empresas.
MERCADOS:
En la Bolsa las
alegrías de la primera quincena tuvieron como protagonista la ausencia de malas
noticias. El susto de la segunda tuvo su epicentro en Chipre con las quitas a
depósitos bancarios superiores a los 100.000 euros, junto a las desafortunadas
declaraciones del presidente del Eurogrupo ya comentadas, que hacían suponer
que las medidas impuestas a los bancos chipriotas podrían ser un patrón a
aplicar a cualquier banco con problemas dentro de la UE.
En relación al mercado
de trabajo, la hora de trabajo se pagó entre octubre y diciembre de 2012 un 4%
menos que el año anterior, según el Índice de Coste Laboral Armonizado. Es la
mayor caída registrada en la docena de años de vida que cuenta este
indicador.
El dato anterior
confirma la tendencia desde la reforma laboral del Ejecutivo español, pero se
ve agudizada por la circunstancia de no haber pagado la paga extra de diciembre a los
empleados públicos. Entre las ramas vinculadas a la Administración, la caída
alcanza la categoría de desplome: funcionarios y militares cobraron casi un 20%
menos; el recorte llegó al 11,8% en la sanidad y en la educación quedó en el
4,5%.
EMPRESAS:
Pescanova ha acordado solicitar
voluntariamente la declaración de concurso de acreedores al no lograr alcanzar
un acuerdo con los mismos. Además, la compañía destacó en un comunicado
remitido a la CNMV que su situación financiera presenta actualmente un
importante riesgo de deterioro.
«El consejo de
administración, en aras de la preservación de la continuidad empresarial de
Pescanova y de la protección de los intereses afectados, ha acordado solicitar
voluntariamente ante el juzgado de lo mercantil competente la declaración de
concurso de acreedores».
Igualmente, el consejo
de administración también decidió revocar el nombramiento del auditor que
inspeccionaba sus cuentas, BDO Auditores, y solicitar al Juzgado Mercantil la
designación de un sustituto.