Han sido las
autoridades de Estados Unidos las que han desencadenado la intervención del BPA
andorrano y su filial el Banco Madrid por blanqueo de capitales procedentes del
crimen organizado. Desde entonces los acontecimientos se han precipitado de tal
forma que el banco domiciliado en España ha quedado al borde de la liquidación.
Aunque no implique riesgo sistémico alguno para el sistema financiero español,
el asunto es muy grave, ya que evidencia que es posible que traficantes de
drogas, bandas mafiosas u organizaciones terroristas cuentan de forma más o
menos cómoda con algunas instituciones financieras para lavar el dinero captado
en operaciones que violan la ley.
GLOBAL:
Todavía no puede
hablarse de recuperación económica mundial, a pesar de cómo se está reanimando
la economía estadounidense. Las dudas sobre el crecimiento en la zona euro, en
una situación próxima al estancamiento y con una amenaza deflacionista que sólo
la media estadística consigue enmascarar, las vacilaciones de Japón y la
moderación del crecimiento chino (el 7% parece un avance excepcional en Europa,
pero en Pekín apenas consigue crear actividad para absorber el crecimiento de
la población activa) pesan todavía demasiado en la economía mundial. Hay alguna
expectativa fundada de cambio de tendencia en Europa, pero es un movimiento
insuficiente para mejorar las expectativas.
De ahí, la importancia
de la pretensión de llegar a un acuerdo transatlántico de comercio entre Estados
Unidos y la Unión Europea, mediante el denominado “Transatlantic and
Investment Partnership”. Se trata de un proyecto de especial significación para los
dos bloques comerciales más importantes en la escena global. Si llegara a
suscribirse, los acuerdos y sus especificaciones serían una referencia para el
resto de la comunidad económica internacional, porque estaríamos ante el pacto
comercial más ambicioso jamás firmado. Entre estas dos economías se
intercambian casi la mitad del comercio mundial. De alcanzarse en los términos
inicialmente previstos, el aumento de las relaciones comerciales y de los
flujos de inversión implicaría un crecimiento adicional del PIB estadounidense
y de la UE cercano al 0,5%.
En todo caso, existen
grandes dificultades para lograr ese acuerdo. Debe implicar necesariamente la
reducción de todo tipo de barreras al comercio internacional, incluidas las no
arancelarias y otro tipo de restricciones a los intercambios, más allá del
desarme importante que ya existe en las relaciones entre ambas economías.
Paralelamente, ha
venido creciendo la susceptibilidad de las organizaciones europeas de
consumidores, y existen temores a que la liberalización erosione sus derechos o
a las exigencias de supervisión de la calidad de los bienes y servicios
intercambiados, desde los alimentos a los productos farmacéuticos. Incluso las organizaciones
sindicales europeas, han llegado a considerar el acuerdo como una especie de
caballo de Troya en el que se introducirían en Europa las pretensiones de las
grandes empresas americanas para ganar cuota en los mercados comunitarios. De
especial interés serán las negociaciones en torno a los servicios financieros,
donde la Unión Europea tampoco tiene ventaja.
Es preciso que la
extensión de los beneficios del comercio no se lleve a costa de la debilidad
defensiva de los consumidores y de las pequeñas empresas.
ESTADOS UNIDOS:
La economía estadounidense
ha mostrado durante el pasado mes de marzo, sólo un aumento de 126.000 nuevos
ocupados. Se trata del ritmo de creación de empleo más bajo desde diciembre de
2013 y queda a la mitad de lo visto durante los 12 meses previos. La tasa de
paro se mantuvo estable en el 5,5%.
Esta debilidad en el
ritmo de creación de empleo, podría llevar a la Reserva Federal de Estados
Unidos a aplazar el alza de tipos de interés hasta finales del verano próximo.
El consenso de mercado
anticipaba la creación de 243.000 empleos en marzo, y no ha sido la única mala
noticia en el informe del Departamento de Comercio, ya que, además, se
revisaron a la baja las cifras de los
dos meses precedentes. El dato de febrero queda ahora en 264.000 ocupados,
frente a los 295.000 que se avanzó hace un mes, mientras que el de enero pasa
de 239.000 a 201.000 empleos.
Este dato se ha valorado
como una brusca variación de la tendencia que venía registrando Estados Unidos,
que desde hace un año venía siendo una máquina de crear empleo, al registrar
más de 200.000 ocupados al mes desde marzo de 2014.
Aunque sólo en parte, el
mal tiempo podría explicar este fuerte frenazo en la contratación. Pero también
puede estar manifestándose el efecto de la apreciación del dólar en el sector
exportador, que ocasiona la disminución de las mismas, y el abaratamiento del
petróleo en la energía.
Esta evolución del mercado laboral es calificada como
decepcionante, pero la realidad es que va en la línea de otros indicadores del
lado del consumo, la producción industrial y la vivienda, que muestran que la
economía estadounidense no está avanzando con tanta fuerza como se esperaba. La
sólida creación de empleo vista hasta ahora había alimentado el debate sobre el
primer alza de tipos en EE UU desde junio de 2006, aunque desde la Reserva
Federal se viera la situación con cautela.
Está por ver cómo el
dato de empleo comentado, puede o no cambiar el debate. La Fed anticipó en sus
últimas proyecciones un crecimiento del 2,5% este ejercicio (sólo una
décima por encima al registrado en 2014). Para el paro la previsión es que baje
al 5,1% a lo largo de 2015 y que se alcance el pleno empleo en 2016. En el
mejor de los casos, podría haber dos alzas de tipos de un cuarto de punto este
año en Estados Unidos. El estancamiento de los salarios y la baja inflación le
daría margen para esperar.
Janet Yellen, presidenta
de la Reserva Federal, tendrá en cuenta estos datos a la hora de decidir cuándo
sube los tipos. Se barajaba la posibilidad de que la escalada comenzara en
junio, después de que el tipo de intervención de corto plazo haya estado
paralizado casi en el 0% más de siete años.
La Reserva Federal (el
Banco Central estadounidense) ha dejado claro que sigue sin ser probable que
eleve los tipos de interés en la reunión de este mes de abril y, para
tranquilizar al mercado, también indicó que "este cambio en el forward
guidance (objetivo futuro) no indica que haya decidido ya el momento
en el que subirá el precio del dinero”.
Está por ver cuál es la
reacción de Yellen ante estos débiles datos de empleo, que podrían anticipar
que la recuperación económica de Estados Unidos está perdiendo fuelle.
Por otro lado, Estados
Unidos no está frenando el llamado defracking del petróleo, lo
que está provocando que en el mercado esté entrando más crudo del que se
consume y, por tanto, a que se disparen los inventarios. Hasta tal punto, de
que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido en su informe
mensual que se está cerca del tope de la capacidad de almacenamiento. El
Departamento de Energía de EE UU propuso, por su parte, comprar cinco millones
de barriles para las Reservas Estratégicas.
El mayor complejo en
tierra para almacenar petróleo, situado en Cushing (Oklahoma), está lleno ya al
70%. Goldman Sachs ha anticipado que el límite de la capacidad en Estados
Unidos podría alcanzarse en el próximo mes de junio, porque el incremento que
se espera en la demanda no va a ser suficiente para absorber todo el petróleo
que sale de los pozos. “Eso, inevitablemente, llevará a una nueva reducción de
los precios”, según la AIE.
También se encuentra en una tendencia a la baja el
Brent europeo, que parecía que había logrado recuperar los 60 dólares. La AIE
señala que la repuesta de los productores de EE UU a la caída de precios está
tardando en llegar, pero advierte de que si se rebasa la capacidad de
almacenamiento, el efecto en el suministro podría ser “abrupto”.
La economía
estadounidense está produciendo más de nueve millones de barriles de petróleo
diarios. Es un ritmo que no se veía desde 1972 y sucede incluso con las
petroleras cerrando algunos pozos. Mientras tanto, según Bloomberg, los inventarios
se encuentran al nivel más alto de las últimas ocho décadas.
EUROZONA:
Según la oficina
estadística de la Unión Europea (Eurostat), la inflación cosechó durante el mes
de marzo pasado, otro mes en cifras negativas.
El comienzo del
programa de compras de activos del Banco Central Europeo —que comprará 1,1
billones de euros en deuda pública y privada al menos hasta septiembre de 2016—
permitió suavizar los temores a la deflación: los precios cayeron apenas el
0,1% en marzo, frente al 0,3% del mes anterior. Y sin embargo el continente
sigue en zona de peligro: quitando energía y alimentos, la inflación sigue
cayendo e inaugura la primavera un poco más cerca del 0%; concretamente, en el
0,6%.
El índice de precios al
consumo de la eurozona ya acumula 26 meses por debajo del 2%, el objetivo
declarado del BCE. Y lleva un año y medio por debajo del 1%. En gran parte por
el desplome de los precios energéticos, que en marzo bajaron el 5,8% ante el
abaratamiento del petróleo.
Si la inflación es el
principal dolor de cabeza del Eurobanco y en general de la tecnocracia europea,
las tasas de paro son el indicador del grado de profundidad de la crisis
social. Y ahí las noticias son algo mejores, a pesar de que el desempleo
se reduce con exasperante lentitud y sigue en niveles estratosféricos en
países como Grecia y España, con tasas superiores al 20% y un paro juvenil que
supera el 50%. En el conjunto de la eurozona, la tasa de paro se redujo una
décima en febrero respecto al mes anterior, hasta situarse en el 11,3%. La
incipiente reactivación de la economía del euro permite empezar a suavizar los
niveles de paro, desde los máximos alcanzados a mediados de 2013, aunque las
cifras están aún muy altas en términos históricos.
Son muy grandes las
disparidades en Europa en términos de desempleo. Países como Alemania y Austria
rondan el 5%, frente al 23,2% de España y al 26% de Grecia, que ha vuelto a
empeorar tras la ligera mejoría experimentada el año pasado. Las subidas más
fuertes en febrero se produjeron en Croacia (del 17,3% al 18,5%), Chipre (del
15,6% al 16,3%) y Finlandia (del 8,4% al 9,1%), que ha vuelto a caer en
recesión a pesar de las reformas de los
últimos años.
Según Eurostat, en la
eurozona hay 18,2 millones de parados —cifra equivalente a la población de
Holanda—, y más de tres millones de desempleados menores de 25 años. En toda la
Unión, el número de parados asciende a 23 millones de personas, de los que casi
cinco millones son jóvenes de menos de 25 años.
Por lo que respecta a
la economía alemana, el Ejecutivo alemán se propone un objetivo más ambicioso: su
Ministerio de Finanzas prevé mantener la política de deuda cero durante el
próximo lustro, según las directrices financieras para el periodo 2016 a 2019.
Berlín ha recibido en
los últimos tiempos críticas de instituciones como el Fondo Monetario
Internacional, que reclaman más gasto público a la primera economía del
euro. “La política de no generar más deuda nos permite ahora poder incrementar
algunas partidas”, justifica en el Ministerio de Finanzas Wolfgang Schäuble.
En su primer año y
medio de vida, la coalición de democristianos y socialdemócratas ha sacado
adelante normas con marcado carácter social, como la jubilación a los 63 años
para los trabajadores con más años cotizados o mejoras fiscales para las
madres, lo que ha generado malestar en el sector más liberal de la CDU, el
partido democristiano de Merkel. Schäuble se ha propuesto concentrar en lo que
queda de legislatura los esfuerzos en la inversión, principalmente para mejorar
las infraestructuras, y en Defensa. Pero siempre respetando el ortodoxo principio
de que el Estado no gaste más de lo que ingresa.
Para cubrir el déficit
inversor que lastra las capacidades futuras de la economía alemana, Schäuble ya
anunció a finales del año pasado 10.000 millones suplementarios, dinero que se
destinará en los tres próximos años a lo que el ministerio denomina
“inversiones de futuro”: principalmente infraestructuras y medidas de
eficiencia energética. Pero muchos expertos consideraban esta cantidad
insuficiente.
Según Kristina van
Deuverden, analista del prestigioso Instituto de Investigación Económica (DIW),
ha señalado que “si el Gobierno no modifica su política fiscal, no tendremos un
presupuesto equilibrado, sino que a medio plazo habrá superávits importantes,
algo que habría que evitar. No hay ningún motivo para seguir reduciendo la
deuda. Es necesario gastar más en inversiones”. Sin embargo, los economistas
más ortodoxos defienden la política de Merkel y Schäuble.
Según el responsable de
finanzas públicas del Centro para la Investigación Económica Europea, Friedrich
Heinemann, “hay buenos motivos para imponer el ahorro. El primero es interno.
Alemania se enfrenta a un proceso de envejecimiento acelerado y tiene sentido
prepararse ahora para el aumento de las pensiones y otros gastos relacionados
con la edad a los que tendrá que hacer frente en los próximos 10 o 15 años. Es
importante recobrar la confianza de los inversores en la eurozona. Y esta solo
llegará si logramos mostrar que somos capaces de equilibrar nuestros
presupuestos. Alemania puede contribuir así a la estabilidad financiera”.
El Gobierno planea ir
reduciendo la deuda pública hasta dejarla por debajo del 70% del PIB a finales
de 2017; y alcanzar el objetivo trazado en los criterios de Maastricht de
reducirla al 60% en 2023. El Ministro de Finanzas, Schäuble , debido al agravamiento de crisis
como la de Ucrania o la Estado Islámico, aconseja aumentar los fondos disponibles
para Defensa.
ESPAÑA:
En relación al paro,
los datos del pasado mes de marzo han sido relativamente buenos, también en
comparación con la serie histórica. El retroceso del desempleo registrado
(aquellas personas que acuden a inscribirse como desempleados en las oficinas
de empleo) en 60.214 personas, supone que es el mejor mes de marzo en 13 años. Como comparación, en
marzo del año pasado el paro bajó en 16.620 personas.
La afiliación a la Seguridad
Social es también muy positiva, la mejor de la serie (que empieza en 2001) para
un mes de marzo: 160.579 afiliados más; casi el doble de los 83.984 cotizantes
ocupados de marzo de 2014.
Por comunidades
autónomas, el paro baja en todas
las comunidades menos en el País Vasco, donde el desempleo
sube en 510 personas. Las autonomías en las que el descenso ha sido más acusado
son Andalucía (-10.737), Cataluña (-9.469) y Comunidad Valenciana (-7.772).
Sin duda, lo más
destacable por sectores, es que hay una subida generalizada en la afiliación a la Seguridad Social,
pero es especialmente marcada en la hostelería (45.979), en la Construcción
(13.151), en las Actividades Administrativas y Servicios Auxiliares (12.865) y
en las Administraciones Públicas (10.067).
La contratación sigue
al alza, tanto en general (con un repunte del 18,5% respecto a marzo del año
pasado) como en indefinida (del 27,1%). El porcentaje de indefinidos sobre el total alcanza sólo el 10%.
En prestaciones, sigue
el retroceso de los perceptores de algún tipo de ayuda, un retroceso que va a un ritmo del 13,7%
anual; es decir, es más rápido que el del descenso del paro (del
7,1%). La caída es especialmente fuerte entre los perceptores de las
prestaciones contributivas, las de mejor calidad: el retroceso respecto a marzo
del año pasado es del 22,6%.
La tasa de cobertura, el porcentaje de parados
registrados que han trabajado antes que tienen acceso a prestación o
subsidio, baja así hasta el 55,7%, casi
5 puntos menos que hace un año.
Por otro lado, según el
último Boletín del Banco de España, la economía española está fortaleciéndose,
ya que el PIB (Producto Interior Bruto) ha crecido un 0,8% desde principios de
enero hasta finales de marzo.
La cifra anterior
supone una tasa de crecimiento interanual del 2,5%, aunque el Banco de España
espera un avance del 2,8% al final de este 2015.
No cabe duda, de que la
caída del precio del petróleo, la depreciación del euro, y las medidas de
liquidez adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), están siendo fundamentales
para esta mejoría de la actividad económica española.
El Boletín Económico
del Banco de España, anticipa un aumento del consumo de los hogares gracias a
la mejora del empleo, y a la rebaja del impuesto sobre la renta que liberará
más recursos para los bolsillos de las familias.
Otro aspecto clave que
señala el Banco de España, es la recuperación en la compra de la vivienda,
dónde prevé un aumento del 4,2% en este 2015, y de un 6,6% durante 2016,
basándose en el fortalecimiento de la demanda, y en la reducción del stock de
viviendas vacías.
Sin embargo, la
devaluación salarial sigue ahí, atenuada por el menor coste de la vida: la
encuesta de coste laboral ha revelado que a finales del año pasado, el
salario medio había descendido un 0,2% en tasa anual. Un nuevo retroceso que
llega en buena medida de la mano de los sueldos de esos nuevos empleos,
significativamente más bajos que los de los destruidos durante la crisis.
La devaluación salarial
se refleja en la nómina de quienes, en el mismo empleo, cobran menos; también
en los que trabajan más horas ganando lo mismo; en la intensidad de las tareas
de quienes continúan conservando el trabajo. Pero, sobre todo, impacta en los
que perdieron su empleo y han encontrado otro, en los llamados salarios nuevos.
En las grandes empresas
el empleo creció un 1,8% mientras que el salario medio bajó un 0,8%. Eso,
teniendo en cuenta que, por el momento, los descuelgues o incumplimientos de
convenios no se han generalizado, tiene un claro motivo: los sueldos de los
nuevos empleados son sensiblemente inferiores y empujan la media a la baja.
El mismo Mario Draghi, ya
señaló hace meses: “que en algunos países los salarios reales de los nuevos
contratos están en niveles vistos en los años ochenta del siglo pasado”.
Lo que también muestran
los datos es la desigualdad de la devaluación salarial. El estudio de la EPA
por deciles (división de la población asalariada en diez grupos por nivel de
ingresos) muestra que el retroceso de los sueldos se ha cebado más en quienes
menos cobran. Se pone de relieve cómo durante la crisis ha crecido esa
desigualdad entre quienes tienen un salario más alto y uno más bajo: en 2007 el
salario medio de los trabajadores que más ganaban multiplicaba por 5,9 el de
quienes tenían un sueldo más bajo; en 2013, el múltiplo llegaba a 8,1.
Con una reserva de más
de cinco millones de parados, no parece que la devaluación salarial vaya a
acabarse este año.
Por otro lado, por lo
que respecta a la evolución de los precios, el incremento de precios al consumo
(IPC) durante el pasado mes de marzo, han bajado un 0,7% en comparación con los
registrados en el mismo mes del año anterior, con lo que ya se encadenan nueve
meses consecutivos de caída, según el dato preliminar publicado por el
Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este descenso interanual es inferior al registrado en febrero (-1,1%), una
moderación de la caída que el INE ha explicado, principalmente, por la subida
de los precios de los carburantes registrada en la mayoría de las semanas del
pasado mes de marzo.
En términos mensuales,
el IPC ha repuntado un 0,6% en marzo respecto al mes anterior, su mayor alza en
este mes desde el año 2012, cuando los precios se incrementaron un 0,7%, según
el INE.
En cuanto al IPC
Armonizado (IPCA), el elaborado con criterios comunes a toda la UE y utilizado
para comparar entre los países de la Unión Europea, su variación anual se sitúa
en el mes de marzo en el -0,7%, cinco décimas por encima del que había en febrero.
Según un informe
publicado por la Agencia Tributaria (AEAT), hay que destacar que la mejora de
las rentas de las familias y la recuperación del consumo impulsaron la
recaudación tributaria durante el pasado año 2014, que creció un 3,6% respecto
al año anterior hasta los 174.987 millones de euros. Así, el aumento de las
bases imponibles supuso un incremento de los ingresos en todos los grandes
impuestos, salvo el de sociedades.
La mejora de la
situación económica y del empleo han sido la base de ese aumento de la
recaudación, a diferencia de los años anteriores en que los incrementos se
debieron a los cambios normativos del Gobierno que aumentaron la presión
fiscal. Incluso en términos homogéneos (corrigiendo, entre otros elementos, el
distinto grado de ejecución de las devoluciones de 2013 y 2014), los ingresos
en 2014 registraron el mismo alza, el 3,6%.
El mayor crecimiento se
registró en el IVA (8,2%) como consecuencia del aumento del gasto sujeto al
impuesto y a las menores devoluciones solicitadas, sobre todo, las
correspondientes al ejercicio 2013. El consumo de las familias, el gasto en
vivienda y el de las administraciones públicas contribuyeron a la mayor
recaudación.
Finalmente, por lo que
respecta a la pensiones, el Gobierno ha
sacado de la llamada “hucha de las pensiones” (Fondo de Reserva de la Seguridad
Social) más de un 37% en tres años. El informe entregado en el Congreso por la
Ministra de Empleo, Fátima Báñez, confirma que tan sólo quedan en el fondo
41.634 millones en la hucha.
MERCADOS:
El Ibex 35 ha cerrado el primer
trimestre con un alza del 12,08 %, el mejor arranque anual cosechado por el
principal indicador de la Bolsa española desde 1998, ya que durante el pasado
mes de marzo ha experimentado una revaloración mensual del 3,07 %.
El resultado obtenido
entre enero y marzo supone el mejor trimestre de la Bolsa desde el periodo
julio-septiembre de 2013, cuando el mercado se anotó una subida del 18,34 %.
Todos los grandes
valores del Ibex 35 han
terminado al alza el trimestre; Inditex ha
sido el que más se ha revalorizado al subir el 26,05 %, mientras que BBVA lo ha hecho el 21,50
%; Repsol, el 11,51 %; Telefónica, el 12,52 %; Iberdrola, el 7,24 %; y Santander, el 2,58 %.
Dentro del Ibex 35, treinta y tres valores han
registrado ganancias trimestrales, y solo 2 dos pérdidas, ya que FCC ha caído el 3,32 % entre
enero y marzo y ArcelorMittal,
el 2,87 %.
Por el contrario, Abengoa ha sido el valor más
alcista al subir el 84,50 %; seguido de Gamesa, con el 55,64 %; Sacyr, con el 33,54 %; Indra, con el 35,44 % e IAG, que ha ganado el 34,93 %.
En este primer
trimestre, la Bolsa española se ha visto beneficiada por la mejora de los datos
macroeconómicos de España, Europa y Estados Unidos, además de la caída del euro
y del precio del crudo.
No obstante, el Ibex 35 se ha visto sobre todo
aupado por el inicio del programa de compra de deuda masiva por parte del Banco
Central Europeo (BCE), que ha logrado borrar las pérdidas que el mercado había
cosechado por el miedo ante la situación de Grecia.
De esta manera, el
mercado nacional se ha anotado el mejor arranque de año desde 1998, cuando ganó
un 40,7 %.
Respecto a la vivienda,
parece que el sector inmobiliario ha comenzado su salida de la recesión.
Los principales indicadores sobre el mercado de la vivienda, que quedó
completamente hundido tras el estallido de la burbuja, indican que este
encontró su suelo en la segunda mitad del año pasado. La inversión se recuperó,
los bancos volvieron a prestar, las compraventas se incrementaron y las grúas
incluso se pusieron de nuevo en marcha en las principales ciudades.
Los datos que ha
publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran que por
primera vez en seis años, una subida anual de los precios.
Según el INE, los
precios de la vivienda subieron el 1,8% en 2014. Solo en tres comunidades
(Asturias, Extremadura y Navarra) las casas siguieron perdiendo valor. A pesar
de que los datos contrastan con los del Ministerio de Fomento, que aún recoge
un leve descenso interanual, ambas estadísticas indican también la tendencia
del mercado a recuperar el equilibrio. La de Fomento indica que doce
comunidades vieron cómo los precios se incrementaron de forma trimestral y
siete acabaron 2014 con valores superiores a los del año anterior.
EMPRESAS:
China está de compras
por Italia. La última adquisición es la del fabricante de neumáticos Pirelli,
quinto fabricante a nivel mundial y uno de los símbolos de la industria
italiana. La operación, valorada en 7.100 millones de euros, permitirá a
ChemChina hacerse primero con el 26% que la compañía italiana Camfin posee en
Pirelli y más tarde lanzar una oferta de compra obligatoria para el resto de
los accionistas, entre los que se encuentran el gigante energético ruso Rosneft
y la banca americana JP Morgan. El acuerdo contempla que el actual presidente
de Pirelli, Marco Tronchetti Provera, se mantenga al frente de la compañía
durante los próximos cinco años.
Las negociaciones
empezaron en noviembre y se han comenzado a filtrar algunos detalles de la
operación. La compra de una de las joyas de la corona de la industria de Milán
concita de nuevo el debate sobre la creciente desamortización de Italia. La
crisis ha provocado que marcas tan italianas como Parmalat, Edison, Bulgari,
Valentino, Alitalia, Ansaldo Sts, La Rinascente o Coin hayan terminado bajo
control extranjero.