Se
mantienen los riesgos en el horizonte de este año: Trump y el Brexit del Reino
Unido; la incertidumbre política en una serie de Estados de la Unión Europea
que celebran elecciones; la propuesta de Le Pen en Francia de que siga al
Brexit Inglés; y la tragedia económica griega que continua sin solución.
JAPÓN:
El
PIB de la tercera mayor economía del mundo, la de Japón, creció un 0,2% entre
octubre y diciembre de 2016 en comparación con los tres meses anteriores. Una
circunstancia que no se vivía en esa economía, nada menos, que desde septiembre
de 2013.
Aunque
la efectividad de sus medidas de estímulo fiscal y monetario ha ido
disminuyendo, la economía nipona se benefició el año pasado de un yen débil y
de la incipiente recuperación de la demanda global.
Según
el Gobierno de Japón, la economía ha crecido durante el pasado año a un ritmo anual del 1%, algo menos del 1,2%
registrado en 2015.
Han
sido el aumento de las exportaciones (un 2,6% respecto al trimestre anterior) y de la
inversión empresarial (un 0,9%) los motores a los que se debe el crecimiento
económico logrado.
Las
exportaciones mejoraron por el incremento de la demanda del mercado estadounidense y chino, así como también es
consecuencia de la debilidad del Yen,
que se ha beneficiado de la apreciación del dólar desde que Trump ganó las
elecciones.
Ahora
bien, también se han encarecido las importaciones, lo que ha perjudicado a los
consumidores. Esta circunstancia, unida a una subida mínima de los salarios, ha
dado lugar a una pérdida de capacidad adquisitiva de muchas familias. Esta y no
otra, es la causa del estancamiento del consumo (equivale al 60% del PIB
japonés).
Para
este 2017, la mayoría de analistas esperan aumentos en el gasto público para
mantener el aumento del producto nipón. Aunque todo va a depender del mantenimiento
de las exportaciones del país.
El
papel del presidente Trump va a ser decisivo: si aprueba planes de estímulo en
Estados Unidos, la economía de Japón podría beneficiarse de una mayor demanda
de sus productos. Pero si se
materializan las amenazas proteccionistas de la nueva administración
estadounidense (en campaña Trump acusó al país asiático de robar empleos y de
manipular su moneda) y se imponen restricciones al comercio, Tokio será una de
las economías más afectadas
ESTADOS
UNIDOS:
Hay
un elemento que parece vislumbrarse como “un tirón” de la demanda en Estados
Unidos. Un aspecto que no es en absoluto innovador, y que históricamente ha
sido empleado por la administración republicana: y es que de nuevo suenan
“tambores militares”.
A
la voz de “tenemos que empezar a ganar guerras”, Trump ha pedido a su
administración la preparación de un presupuesto con un aumento de 54.000
millones de dólares (9,3%) en los gastos de defensa. Esta subida record habrá
de ser compensada con un plan de recortes general, muy duro con el capítulo de ayudas exteriores. Eso sí, tratando de
evitar disminuir los dos aspectos de gasto políticamente más sensibles:
pensiones y asistencia sanitaria.
Según
el nuevo presidente, “antes decíamos que Estados Unidos jamás perdía una
guerra, ahora no ganamos ninguna. Es inaceptable”. Quiere fortalecer la
primacía militar, dando un salto en defensa que no se veía desde 2008, al final
de la era Bush, con el conflicto de Irak y Afganistán.
Trump
ha despreciado públicamente el tratado de limitación de armas nucleares con Rusia
y ha anunciado su deseo de ampliar el arsenal atómico: “soy el primero que
querría ver al mundo sin armas, pero no podemos quedarnos por detrás de ningún
país, aunque sea amigo. Nosotros tenemos que estar a la cabeza de la manada”.
La
economía estadounidense se expandió a un ritmo moderado desde inicios de enero
hasta mediados de febrero, pese a que las empresas se mostraron menos optimistas
en medio de la incertidumbre sobre las políticas de Trump.
Por
otro lado, en la Reserva Federal (Banco Central de Estados Unidos), se está produciendo
el encuentro entre los partidarios de las medidas de laxitud monetaria y, por
el contrario, los más drásticos de frenar aún más los estímulos monetarios en
esa economía. La presidenta, Janet Yellen, ha señalado de alguna forma esa
circunstancia, al afirmar que el alza de los tipos de interés sería “apropiada”
en la próxima reunión del 14 y el 15 de marzo si los datos económicos
evolucionan en la dirección esperada.
De esta forma, la presidenta Yellen
considera que los fundamentales de la economía están en línea con los objetivos
buscados, lo que justificaría un nuevo incremento de los tipos de interés
estadounidenses (el tercero en este ciclo). “En la reunión de marzo, el comité de
la Fed evaluará si el empleo y la inflación siguen evolucionando en línea con
nuestras expectativas, en cuyo caso probablemente sería apropiado un mayor
ajuste de los tipos”.
EUROZONA:
La
Comisión Europea ha adelantado que el PIB de la región del euro crecerá, este
año y el que viene, casi el 2%. Pero el
ambiente económico está plagado de incertidumbre: la designación de Trump como
presidente de Estados Unidos, el Brexit del Reino Unido. Y por si fuera poco,
en palabras de la propia Comisión, “si gana Le Pen y su idea de sacar a Francia
del euro y la UE, sería el fin del proyecto europeo”.
De
forma que la previsión de las autoridades de la Unión Europea para este 2017, son un “catálogo de riesgos”.
Además,
hay que citar un peligro latente –no desaparecido- que es la vulnerabilidad
existente en algunos sistemas bancarios, una posible elevación de las primas de
riesgo, y la temida, ya durante años, caída fuerte del crecimiento en la
economía china.
La
Comisión hace hincapié en su informe, que el Presidente Trump amenaza con “romper
radicalmente” con las formas de hacer política de las últimas décadas. Bruselas
afirma que los primeros perjudicados por esa política económica estadounidense serán los países emergentes (aún más si se
materializan sus amenazas proteccionistas).
Otro
peligro en la región del euro, es una posible alza de las tasas de interés. En
la actualidad hay cuatro billones de euros en bonos con intereses negativos. Si
se elevasen los tipos, Grecia, Portugal, Italia y España volverían a sufrir
serias dificultades.
Con
respecto a Francia, el riesgo se encuentra en el posible triunfo de la extrema
derecha en ese país: “Marine Le Pen tiene un proyecto muy específico, la salida
del euro y de Europa. La salida de Francia de la Unión sería simplemente el fin
del proyecto europeo”.
Por
lo que se refiere a la economía italiana: Bruselas espera un débil aumento de
su PIB durante 2017 y 2018, y viene reclamando al Ejecutivo de Italia, medidas
de ajuste y recortes por el riesgo de aumento de su déficit público,
incrementando su volumen de Deuda Pública que ya se encuentra en una cifra
superior al equivalente del 130% de su PIB. A todo ello, hay que añadir los
riesgos en su sector bancario.
Y completa el panorama Grecia: la Comisión espera
que este año la economía helena crezca en torno al 3%, pero las discusiones
entre el Eurogrupo, el Gobierno griego, y el FMI pueden romper el tercer
rescate.
Se piden para Grecia más reformas laborales
–pendientes siempre en cualquier economía- y. como no, también mayores recortes
en las pensiones. En fin una serie de recetas muy innovadoras…
ESPAÑA:
La
realidad, es que la economía española, en el contexto actual de incertidumbres
globales sigue a buen ritmo. La Comisión Europea prevé para nuestro país crecimientos
ligeramente por encima del 2% en 2017 y 2018. Apunta en su informe que “sorprende
al alza, aunque detecta ya signos de desaceleración”.
Sin
embargo el Ejecutivo de Bruselas es menos optimista por el lado del ajuste
fiscal, ya que prevé un déficit del 3,5% del PIB este año (cuatro décimas por
encima del objetivo, y dos décimas más que hace tres meses). Si su análisis es
correcto, habría que acometer un nuevo ajuste extra de 4.300 millones de euros.
Aunque
las “previsiones de invierno” de la Comisión está plagadas de referencias a la
incertidumbre global, España ya no es el principal riesgo de Europa: tras los
fuertes ajustes y el rescate bancario, la economía crece ahora con fuerza, creando
empleo, exportando, y superando a la media de crecimiento del resto de socios europeos.
Ahora
bien, sin duda, el mayor riesgo es el fuerte endeudamiento y una frágil
situación fiscal que podría desencadenar problemas importantes si los riesgos
globales acaban generando inestabilidad, y una nueva subida en las primas de
riesgo.
Ahora
bien, si bien los efectos beneficiosos de los bajos precios del petróleo, los
recortes de impuestos y la mejora de las condiciones financieras gracias al Banco
Central Europeo eran importantes impulso, estos efectos han empezado a disminuir.
Por lo que, según las previsiones, el
PIB español “seguirá siendo fuerte, pero tiende a desacelerarse”.
Según
la Comisión europea, la tasa de paro bajará al 17,7% este 2017, y cerrará 2018
en el 16%. Sin embargo, señala el informe, que “el crecimiento salarial y las
bajas ganancias de productividad provocarán que los costes laborales sean similares
a la media europea”.
Lo
peor, quizá, es que el déficit público de 2017 puede ser preocupante: si se
confirmasen las expectativas de Bruselas, el déficit finalizará cuatro décimas
por encima del objetivo (3,1% del PIB). Por lo que la Comisión ya ha avisado al
Gobierno español que debe “estar listo para tomar medidas adicionales si
incumple las metas”: un ajuste extra de casi 4.300 millones (subidas de
impuestos o bien recortes del gasto público).
Obviamente,
la Comisión Europea no alude a la situación en minoría del Ejecutivo español
para aprobar los Presupuestos Públicos.
Port
otro lado, según el indicador adelantado del Instituto Nacional de Estadística
(INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) se mantuvo en el 3% en tasa interanual durante el pasado mes de febrero,
después de dispararse en enero y marcar el registro más alto desde
octubre de 2012 por el alza de los precios de la energía eléctrica.
El precio
de la electricidad en España se abarató más de un 19% durante la primera
quincena del mes de febrero con respecto al mismo periodo de enero, lo que
representa una rebaja de casi el 7% en el recibo de la luz.
Por
su parte, los precios de consumo
registraron en febrero una tasa negativa del -0,3% respecto al mes de enero
pasado.
En
cuanto a la variación anual del IPC Armonizado (mide la evolución de los
precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro) el
indicador adelantado subió el 3% en febrero respecto al mismo mes de 2016, de
manera que se mantuvo la tasa alcanzada en enero. En tasa mensual, este
indicador armonizado se situó en el -0,3%
Por
otro lado, un dato muy positivo de la economía española durante el año 2016, es
que la Balanza por Cuenta Corriente (mercancías, servicios, rentas y
transferencias corrientes con el exterior) registró un superávit de 22.306
millones al final del ejercicio.
La
cifra publicada por el Banco de España, es un nuevo récord histórico, y supone un
incremento del 51,4% respecto al ejercicio anterior. Equivale a alrededor del
2% del PIB español.
En
pocas palabras, España está “gastando menos de lo que dispone” ya que obtiene
más recursos de los que necesita en sus relaciones comerciales y financieras
con el mundo.
Las
causas hay que buscarlas en el incremento de la competitividad externa por la
depreciación del euro (abaratamiento de las exportaciones); la contención
salarial o devaluación interna; el auge del turismo, y la caída de los precios
del petróleo (de gran peso en nuestras importaciones).
La
cifra de la Balanza por Cuenta Corriente viene determinada por el mayor
superávit de bienes y servicios (un 23,2% más que en 2015, hasta 32.328
millones) y un menor déficit de la balanza de rentas (balanza de rentas
primaria: rentas de trabajo, de la inversión, impuestos sobre producción y la
importación y subvenciones; y la balanza secundaria: transferencias personales,
impuestos corrientes, cotizaciones y prestaciones sociales, etc.) registró un
déficit de 10.023 millones, inferior al desfase de 11.503 millones de 2015
(descenso del 12,8%).
El
saldo agregado de las cuentas corriente y de las transferencias internacionales
de capital (determina la capacidad o, por el contrario, la necesidad de
financiación de la economía) ascendió a 26.857 millones de euros en 2016, por
encima de los 21.733 millones de euros de 2015.
En
contraste con lo anterior, el Informe España 2017 de la Comisión Europea señala
que “el legado de la crisis no se ha superado totalmente y persisten desafíos
significativos": Bruselas alerta a España de “los altos niveles de
desigualdad, pobreza y exclusión social, entre los más elevados de la UE".
Igualmente alerta de los problemas de un mercado de trabajo que, a pesar de las
reformas, padece una de las tasas de temporalidad más altas de Unión Europea.
El
13,1% de los trabajadores españoles están en riesgo de pobreza. Según el
Informe, "la desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre es una
de las más elevadas de la Unión y sigue al alza". El índice de Gini (mide
la desigualdad en la distribución personal de la renta) se encuentra
"entre los más altos de la UE".
El
Informe España 2017 subraya que, pese a la mejoría económica, ha habido “una caída
mínima de las tasas de pobreza y exclusión social". El riesgo de pobreza
está muy por encima de las cifras medias europeas, incluso entre quienes tienen
empleo.
Las
razones que, según el Informe de la Comisión Europea” explican estos graves
hechos son: unos beneficios sociales "limitados" en relación a otros
países; la "falta de coordinación" entre los servicios de empleo y
sociales; un apoyo a las familias relativamente bajo respecto a los estándares
europeos y, sobre todo, una tasa de temporalidad en el empleo que es la segunda
peor de Europa y que no ha conseguido reducir la reforma laboral: "los altos índices de contratos
temporales (el 27%, solo por encima de Grecia) tienen consecuencias sociales
negativas, y socavan el alza de la productividad y tienen implicaciones
fiscales negativas, en especial sobre la Seguridad Social” (lleva cinco años con
cifras “en rojo”).
A
juicio de Bruselas, uno de cada ocho trabajadores está en riesgo de pobreza. El
28% de los ciudadanos está en riesgo de exclusión social; un tercio de los
niños entran en esa categoría. Uno de cada cuatro contratos firmados en 2016
tuvo una duración inferior a siete días. Hay un "alto riesgo" de que
el desempleo de larga duración se enquiste, y el paro juvenil sigue por encima
del 40%. Ni la garantía juvenil, ni la tarifa plana a los autónomos, ni el
resto de planes anunciados por el Gobierno español (como el programa Prepara,
que combate el paro de larga duración) han tenido un impacto significativo. Se
trata de una paradoja: Bruselas aplaude la reforma laboral, pero a la vez
critica duramente sus efectos.
El
extenso informe de 72 páginas, también se refiere a la corrupción: “a pesar del
aumento de las investigaciones no se han puesto en marcha estrategias
preventivas". Los cambios legislativos de 2015, además, "limitan
temporalmente las investigaciones y podrían provocar impunidad en los casos más
complejos de corrupción”.
Por
otro lado, el Fondo Monetario Internacional realiza un examen cada cinco años a los sectores
financieros considerados sistémicos, es decir, inestables. Pues bien, una delegación del FMI realizará
este examen a la banca española durante este mes de marzo. La prueba supone un examen en profundidad del
sector financiero español al completo (incluyendo, sobre todo, a su
supervisor).
Las
autoridades españolas se preparan para recibir otra vez a los expertos del Financial Sector Assesment Program o
Programa de Evaluación del Sector Financiero. Según el jefe de esta misión, Udaibir
Das, director adjunto del departamento de mercados de capital del FMI, "la
evaluación de 2017 tendrá lugar en un contexto muy diferente a 2012, cuando
España abordó una decisiva y ambiciosa reforma financiera. Tomaremos nota
del progreso conseguido. Es más, comprobaremos como se está ajustando el sector
financiero a un contexto de cambios muy rápidos y revisaremos las conexiones
transfronterizas de los bancos y los flujos financieros en general", Y
añade: "El último examen del FMI publicado recientemente ya indicaba que
el sistema financiero ha ganado fortaleza y que está cerca de dejar atrás la
mayor parte del legado de la crisis". "No obstante, los bancos han
progresado a diferentes velocidades y, al igual que ocurre en otros sistemas
bancarios, se enfrentan a nuevos retos como por ejemplo la baja
rentabilidad", señala.
A
diferencia de las evaluaciones realizadas por el Banco Central Europeo, esta misión
no sólo analiza los bancos. Va más allá y toma el conjunto del sistema
financiero incluyendo el marco institucional, los organismos reguladores y
supervisores, los seguros y fondos de pensiones o los riesgos de contagio.
La
realidad, es que pese a la mejora, la situación de la banca no está exenta de
dificultades. Todavía queda el legado de activos improductivos de la crisis que
lastran sus resultados; la baja rentabilidad del sector por los bajos tipos de
interés; unas estructuras muy grandes en un entorno de alta competencia
procedente de las nuevas tecnologías y la mayor carga regulatoria con más
requisitos de capital. En ese contexto, el diagnóstico generalizado se resume
en que las entidades tienen que ajustarse aún más y ganar eficiencia; fusionarse
para adquirir tamaño; aplicar nuevas tecnologías; diversificar fuentes de
ingresos y cobrar más comisiones por servicios.
Por
último, en España se encuentra además la peculiaridad del banco malo Sareb,
que no está logrando deshacerse de los activos al ritmo que tenía previsto, con
los riesgos que ello implica para las cuentas públicas.
MERCADOS:
A
finales del pasado febrero, nuestro
principal indicador el Ibex, se mantuvo entre un soporte en 9.300 y una
resistencia en 9.600 a la espera de acontecimientos.
Los
principales índices bursátiles de uno y otro lado del Atlántico comenzaron este
mes de marzo con recortes que no llegaron a profundizar y no tardaron en
desarrollar un acompasado movimiento al alza, bajo la tutela de Wall Street
cuyo índice bursátil más popular, el Dow Jones, ha encadenado 12 sesiones
consecutiva al alza estableciendo otros tantos récords históricos.
Las
bolsas de París y Madrid han subido con cierta desgana… y ambos mercados han
detenido la escalada a la altura de los máximos del mes anterior; en 4.925 y
9.600 puntos, respectivamente.
Los
bancos se han detenido durante febrero y han iniciado un suave planeo que no
parece peligroso, traspasando el protagonismo a los “chicharros” bursátiles,
que están haciendo su agosto.
Se
llama “chicharros” a aquellos valores que su nivel de capitalización es bastante bajo y tienen un riesgo muy elevado.
Sufren grandes oscilaciones en su
cotización por lo que son objeto de especulación. Son muy fáciles de manipular, pudiendo ser víctimas
de rumores.
Por
otro lado, en relación al mercado de divisas, el euro está demasiado débil
frente al dólar estadounidense. Paradójicamente, según han declarado tanto
Alemania como Estados Unidos, la situación perjudica a ambas economías. Ahora
bien, la economía americana va por delante en el ciclo, y tiene tipos de
interés más elevados, por lo que es muy difícil que revierta la situación.,
sino más bien todo lo contrario.
Las
posibles subidas de los tipos en la economía estadounidense, pueden incluso
provocar que se alcance cierta paridad en ambas monedas.
EMPRESAS:
El
pasado 2016, ha sido el año de la recuperación de los beneficios para las principales
empresas del Ibex 35. Después de un 2015 marcado por una pronunciada caída del
25% originada por los fuertes retrocesos experimentados en el sector
energético, en plena espiral bajista de los precios del petróleo, y unas
empresas industriales, especialmente las siderúrgicas, sometidas a la crisis
del acero en un mercado inundado por la producción china.
Durante
el año pasado, las firmas que integran el principal selectivo español ganaron,
en conjunto 32.970 millones, un 48,9% más que durante el ejercicio anterior
(22.252 millones). De este modo, las principales firmas españolas regresan a los niveles de 2014,
cuando las sociedades lograron su mayor repunte en la última década al cosechar
una subida del 41,4% hasta los 32.000 millones.
Precisamente,
han sido las empresas más debilitadas el año pasado las que en 2016 han
permitido, al recuperar su pulso, impulsar las ganancias. Es el caso, sobre
todo, de Arcelormittal (el gigante siderúrgico
europeo-indio, que tuvo en la española Aceralia, dueña de los míticos
altos hornos del norte de la Península, una de sus sociedades fundacionales),
que pasó de registrar unas pérdidas superiores a los 7.000 millones de euros a
ganar 1.669 millones. El propio presidente ejecutivo de la multinacional,
Lakshmi N. Mittal, reconoció que, al margen de las decisiones estratégicas
adoptadas para reducir el endeudamiento y canalizar las inversiones, el avance
se debe en buena medida a las medidas
aprobadas para hacer frente a las prácticas comerciales desleales de
determinados países.
De hecho, la Comisión
Europea determinó imponer definitivamente aranceles «antidumping» a la
importación de determinados productos de acero originarios de China, después de
haber detectado que algunas empresas del país asiático comercializan sus
productos con valores inferiores entre un 120% y el 127% a los precios
reales de mercado. Esta situación también ha impulsado la cuenta de resultados
de Acerinox, que ha cerrado el año con un balance positivo de 80