martes, 10 de marzo de 2020

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A MARZO 2020: al 10 de marzo, la crisis por el coronavirus se está agudizando y la incertidumbre se intensifica enormemente.


Desde hace tiempo, la sociedad en general y, en particular, la economía se mueve a una aceleración vertiginosa. Por si era poca la incertidumbre que generaba la guerra comercial desencadenada por Trump, y el Brexit del Reino Unido, ha aparecido una amenaza aún más grave para la salud de la población mundial y, para colmo, amenazando a la economía global o mundial con una recesión, que, en caso de prolongarse y agudizarse en el tiempo, tendrá unos efectos impredecibles.

GLOBAL:

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían señalado que estaban “listos y comprometidos” con la contención del coronavirus. Pero tras el movimiento de la Reserva Federal de bajar medio punto los tipos de interés en Estados Unidos, el Banco Mundial ha anunciado un paquete de 12.000 millones de dólares (10.730 millones de euros) para reforzar los sistemas de salud de países en vías de desarrollo, tratando de frenar la epidemia que ha disparado todas las alarmas sanitarias y económicas (se trata de líneas de financiación con condiciones favorables y tipos de interés bajos para países de renta baja y media que no han sido concretados).
El Banco Mundial ha señalado que ayudará a la formación del personal sanitario frente al Covid-19 y mejorará las comunicaciones y la “participación de la comunidad” para “mantener la confianza pública” en las instituciones y, sobre todo, mejorar el acceso al tratamiento de los pacientes más pobres.
La realidad se está imponiendo, y es que la crisis del coronavirus se está convirtiendo en una amenaza mucho mayor que las tensiones comerciales del año pasado.
La OCDE ha señalado que, si la epidemia se prolonga más allá del verano y se vuelve más virulenta, la economía mundial sufrirá un severo frenazo. Pronostica que, en este caso, el PIB global crecerá un 1,5% en 2020, la mitad que la anterior previsión realizada hace tan solo cuatro meses (2,9%).
China y los países más desarrollados del hemisferio norte serían los más perjudicados. La OCDE advierte además sobre el riesgo de recesión en Europa, y advierte que “hay un escenario malo y otro aún peor. En el menos malo, que es por el que apuesta por el momento y que tiene como base que se supere el pico del Covid-19 en esta primera parte del año y que sus efectos mundiales sean “suaves”, la OCDE proyecta un crecimiento global para 2020 de 2,4%, medio punto menos de lo previsto en su último informe en noviembre (2,9%).
Los problemas podrían ser aún mayores en caso de confirmarse las peores predicciones acerca del coronavirus.  Según el informe de la OCDE que titula Coronavirus: la economía mundial amenazada, un brote “más intenso y duradero” podría hacer que el crecimiento de la economía mundial cayera al 1,5% este 2020, la mitad de lo proyectado antes de que estallara el virus. Este escenario, advierte la OCDE, -por teleconferencia en vez de la tradicional sesión presencial en la sede en París “podría empujar a numerosas economías a la recesión, incluidas las de Japón y la zona euro. Una respuesta coordinada del G20 en materia política sanitaria, fiscal y monetaria enviaría un mensaje de confianza muy fuerte. Esto ayudaría en dos años a la recuperación de casi todas las pérdidas incluso en el peor de los escenarios”.
Todas las regiones del mundo se ven afectadas por la rebaja de las previsiones: para la eurozona, la OCDE prevé ahora un crecimiento este año de 0,8%, frente al 1,1% que vaticinaba hace poco más de tres meses. Para 2021, las proyecciones no se mueven del 1,2%.
Respecto a las tres economías europeas más importantes, la de Italia (el país más afectado), es la que más sufre, con una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales desde noviembre que lleva a un crecimiento cero a su PIB este año. Francia mientras tanto crecerá a un tímido 0,9% (1,2% en noviembre) y Alemania a un más flojo aún 0,3% (0,4%).
Las perspectivas para Estados Unidos solo caen ligeramente a 1,9% (-0,1), por ser menos dependiente que otras economías, como las asiáticas, a la china. No obstante, señala la OCDE, también en estos países “la caída de la confianza, las interrupciones en las cadenas de suministros y una demanda externa más débil moderarán las perspectivas de crecimiento”.
China sufrirá un impacto mayor. El PIB crecerá este 2020 solo 4,9% (ocho décimas menos de lo que se proyectaba en noviembre).
La OCDE insiste en la necesidad de “reforzar las acciones de política para contener la propagación del virus, reforzar los sistemas de salud, impulsar la confianza y la demanda y limitar los efectos adversos del suministro. Es esencial que se establezca un diálogo multilateral que permita acordar medidas apropiadas de contención para restringir la expansión del coronavirus y limitar sus costes económicos”.
También la agencia Standard & Poor´s (S&P) ha señalado que la amenaza ha aumentado, ya que las cuarentenas dañarán las exportaciones y, sobre todo, el turismo. El deterioro de China y Estados Unidos socavará el comercio con la eurozona.
El deterioro no solo afectará a las ventas exteriores. La demanda interna también sufrirá. En Italia, las cuarentenas y el cierre de tiendas y restaurantes están constriñendo el consumo. En el resto de Europa, los consumidores podrían detener sus compras no esenciales y posponer planes. En medio de las cancelaciones que ya están ocurriendo de grandes eventos, destaca que España es el país más dependiente del turismo, al suponer un 11% de su PIB.
S&P destaca que las medidas fiscales podrían ayudar a restaurar la confianza, pero advierte de que algunas economías no disponen de margen de maniobra. Se propone centrar los créditos fiscales a evitar apuros en las empresas, sobre todo en las pymes. 
Si se diese una pandemia aguda, y una parte importante de las plantillas empresariales cayese en cuarentena, se produciría un enorme problema por la falta de trabajadores y la importante caída de la demanda.
Por su parte el FMI, además de empeorar sus expectativas, ha movilizado un paquete de 50.000 millones de dólares (45.000 millones de euros), para ayudar a los países pobres y emergentes a combatir la expansión del coronavirus.

JAPÓN:

Durante el último trimestre de 2019, el PIB de la economía de Japón retrocedió un 6,3% (su peor dato en cinco años). Sin embargo, lo peor puede estar por llegar, de nuevo por la aparición del coronavirus.  
El virus afectará principalmente a las llegadas de turistas y a las exportaciones, pero también podría pesar bastante en el consumo interno. Según el analista Taro Saito del instituto NLI, “si esta epidemia no se contiene para cuando se celebren los Juegos Olímpicos de Tokio, el daño a la economía será enorme".
Se trata del segundo país más afectado por el brote, a la zaga de China, donde se originó. Pero, más allá de ambos países, el coronavirus también ha hecho mella a las perspectivas en otras economías clave para el continente asiático: Singapur, por ejemplo, acaba de reducir sus proyecciones de crecimiento para 2020 y Tailandia ha visto mermadas sus expectativas al nivel más bajo en un lustro.
La economía de Japón desde hace décadas está instalada en la llamada “japonización o trampa a la japonesa”. Algo que para muchos analistas ya se ha trasladado a la economía europea como una realidad que se ha impuesto.
En la economía de Japón, durante, nada menos que once de los últimos veinte años, la inflación media ha sido negativa (deflación, aunque moderada) y el año pasado su PIB creció un 0,8%. En las últimas dos décadas, su crecimiento económico solo ha superado el 2% en tres ocasiones. El país está muy lejos de ser aquella locomotora económica que fue, cuando sorprendía al mundo con cifras de dos dígitos de aumento de su PIB durante la década de los años 60.
Sin embargo, Japón cerró el año 2019 con una tasa de desempleo muy baja (el 2,4%). Y el tipo de interés de referencia a corto plazo en Japón es negativo (un -0,1% a los depósitos de los bancos). Para reactivar la economía, el mensaje oficial no es otro que el de “gaste usted, consuma e invierta”.
Frente a este nivel tan exiguo de los tipos de interés, con una reducida  rentabilidad para los bancos por esa circunstancia, la banca nipona ha transformado a sus tradicionales sucursales en algo más que oficinas: se han convertido en establecimientos en los que no solo se puede abrir una cuenta bancaria, sino tomar un café, beber un vino de autor o usar como espacio de coworking, entre otras posibilidades.
En la economía de Japón, como consecuencia de los tipos de interés cercanos al cero ha disminuido la morosidad bancaria, motivando una necesidad menor necesidad de provisiones por el deterioro de valor de sus créditos.
La rentabilidad de la banca japonesa sobre sus fondos propios oscila entre el 5 y el 7%.

ESTADOS UNIDOS:

Por sorpresa, la Reserva Federal de Estados Unidos ha tratado reorientar su política monetaria ante la amenaza del coronavirus: ha rebajado medio punto el tipo de interés, por la que esta tasa de referencia ha quedado entre el 1% y 1,25%.
Pues bien, en un primer momento la Bolsa de Wall Street la acogió con fuertes subidas que, sin embargo, duraron poco. Las Bolsas mundiales cayeron con una fuerza que no se veía desde hace años.
Se acordó por unanimidad el primer recorte desde la crisis de 2008 (tras el colapso de Lehman Brothers). Veremos que ocurre en la próxima reunión en marzo próximo.
Y es que también el Banco Central de Estados Unidos ha señalado que “el coronavirus plantea riesgos crecientes para la actividad económica. Por eso estamos monitorizando de cerca los desarrollos y sus implicaciones para las perspectivas económicas, y utilizaremos las herramientas, actuando de manera apropiada para apoyar la economía”.
California ha declarado el estado de emergencia tras anunciar la primera muerte por coronavirus, lo que eleva a 11 el número de víctimas del covid-19 en Estados Unidos, y la Casa Blanca ha decidido extender el uso de los kits de prueba para detectar el virus a todo el país. Las cifras publicadas correspondientes a Estados Unidos, tienen un notabilísimo retraso en su publicación.

UNIÓN EUROPEA:

Para no variar, siguiendo con las malas noticias, la ralentización de la zona euro es un hecho. Ya durante el pasado 2019 la economía europea creció menos. Italia y Francia han tenido tasas negativas de crecimiento, y Alemania se ha estancado.
Pues bien, ¿qué va a pasar en los próximos meses con la amenaza del coronavirus? ¿Cómo puede verse afectada España?
La zona euro sigue estancada. La mayor parte de los analistas indican que volverá a crecer un 1,2% en 2020 pero es posible que haya que recortar algo esa previsión como consecuencia de los factores geopolíticos y sanitarios existentes. Sin olvidar el impacto potencial del coronavirus, no tanto por la incidencia previsible de mortalidad -factor realmente difícil de determinar-  sino por la parálisis que pueda producir en determinados territorios.
Las cadenas globales de valor ya se están viendo afectadas de forma significativa por el coronavirus, lo que era previsible por la caída significativa del comercio: no solo es difícil poder enviar productos para vender, sino que las empresas de todo el mundo tienen problemas para recibir los productos intermedios que necesitan para completar la producción.
La Comisión Europea ha señalado que “el coronavirus ha empezado a recaer sobre la economía europea, por lo que el impacto será seguro, si bien considera que aún es pronto para hacer una previsión sobre su magnitud”.
Concretamente, la economía italiana, que ha caído un 0,3% en la última parte de 2019, venía de tener un crecimiento exiguo en los últimos trimestres y ya había encadenado dos trimestres en negativo (lo que se considera ya recesión técnica) en 2018.
Según la Gestora de Inversión AXA IM, "hasta ahora, el impacto económico de la epidemia del Covid-19 ha sido de un shock en el suministro de productos, pero la aparición de un foco de contagio espontáneo en Italia ha cambiado la dimensión del problema. Las zonas afectadas son cruciales en términos de producción: Lombardía, Véneto y Emilia-Romagna representan por sí solas el 40% del PIB en Italia y el 6% del PIB total de la eurozona".
Por otro lado, la economía de Francia se ha contraído un 0,1% en el último trimestre. Los expertos achacan parte de su caída a las continuas huelgas por la reforma de las pensiones que vivió el país vecino en esos meses. ¿Cómo afectará la crisis sanitaria a la economía gala? Todo va a depender de como afecte al tejido empresarial francés.
Por su parte, según la Gestora de Inversión AXA IM, Alemania registró en el último trimestre de 2020 un crecimiento del 0% y el impacto del coronavirus podría llevarla a la contracción. "Los datos de actividad en Alemania ya eran pobres antes del estallido del brote, pero hay un desafío a corto plazo: la dependencia de Alemania de la demanda china de bienes, con la inversión empresarial menos dinámica, algún daño será inevitable. Alemania se verá sometida a un evidente examen, ya que China es ahora su mayor mercado de exportación".
La exposición de la economía de la región del euro al coronavirus es notoria: sus exportaciones de bienes a China valen casi el 3% del PIB alemán, el doble de importantes que para la zona del euro en su conjunto.
Según la mayoría de analistas, en la eurozona “hay muchas posibilidades de recesión técnica porque el coronavirus está teniendo efectos en la economía real de una manera directa o indirecta. La probabilidad de recesión es mayor si el PIB mundial se desacelera más rápido".
Según la Agencia Reuters, el BCE, con un margen de acción mucho más estrecho en política monetaria, ya está trabajando en medidas para proporcionar liquidez a las empresas afectadas por las consecuencias económicas del brote de coronavirus. Una de las posibles medidas podría incluir una operación de refinanciación a largo plazo dirigida a las pequeñas y medianas empresas, que pueden ser las más afectadas por la situación.
En este sentido, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado que “el banco está listo para tomar medidas apropiadas y específicas”.
El impacto del coronavirus está afectando fuertemente al turismo: ha crecido el número de países que recomiendan evitar los viajes a Italia, Bosnia, Irlanda, Croacia o Israel, y en España a ciertas zonas. Han caído en picado las reservas turísticas. La cancelación del carnaval de Venecia, el cierre de todos los espectáculos musicales y teatrales y la cancelación de ferias y congresos han sido el primer aviso.
La prueba de fuego será la Semana Santa. En Italia, los operadores empiezan a temer que se cumplan las peores previsiones. Nápoles ha perdido 15.000 visitantes y se espera que la demanda caiga un 30% para el periodo vacacional. Venecia ha anunciado que ya ha habido un 40% de cancelaciones. Los peores datos los aporta la región de Lacio, con Roma como foco principal del turismo: la caída de reservas alcanza alrededor del 60%.
No es de extrañar que, tras años de exigir la estabilidad de las cuentas públicas, los ministros de finanzas comunitarios hayan acordado dar a sus cuentas públicas una orientación presupuestaria “ligeramente expansiva” en 2020 y 2021: los países de la UE podrán salir de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para afrontar la crisis del coronavirus. Tras una reunión telefónica con los ministros de Finanzas de los Veintisiete, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, señaló que los Gobiernos pueden pedir a la Comisión Europea emplear la “flexibilidad” que contemplan las normas para atender “circunstancias inusuales” siempre que lo hagan de forma temporal, los gastos estén vinculados a la crisis sanitaria y preserven su sostenibilidad fiscal. Los socios europeos se comprometieron a “coordinar sus respuestas” a los efectos económicos del brote, si es necesario, mediante “medidas fiscales”.
Bruselas advertía de que la epidemia podía golpear a la economía de la zona euro con más o menos fuerza dependiendo de su duración y del calado de las medidas que se adoptaran para afrontarla. Y estas cada vez son más drásticas: cancelación de grandes eventos y congresos, suspensiones de vuelos y reservas hoteleras, escasez en algunas fábricas… Según el presidente del Eurogrupo, “este brote está teniendo un impacto negativo en la economía global, pero el alcance y la duración del problema aún es incierto en este momento”
Italia, por ejemplo, ha decidido lanzar un plan de 3.600 millones de euros para paliar el efecto del brote. Sin embargo, los ministros de Finanzas se comprometen a actuar juntos si la actual situación va a más. “Dado el impacto potencial sobre el crecimiento, incluida la interrupción de las cadenas de suministro, coordinaremos nuestras respuestas y estaremos listos para usar todas las herramientas políticas adecuadas para lograr un crecimiento fuerte y sostenible y protegernos contra una mayor materialización de los riesgos a la baja”.
De momento, los países podrán usar la flexibilidad que les permiten las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Es decir, desviarse temporalmente de los objetivos de déficit y deuda para atender esta emergencia. “Esta cláusula se puede usar, en la medida necesaria, siempre que se demuestre que el gasto adicional está relacionado con el acontecimiento inusual y si es solo de naturaleza temporal”. En todo caso, el presidente del Eurogrupo, ha señalado que “corresponde a la Comisión implementar las reglas y evaluar las peticiones de los países miembros”.
Por otro lado, el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), a raíz de la expansión del coronavirus, ha enviado una carta a las principales entidades financieras europeas: el organismo insta a los bancos a que “revisen sus planes de continuidad de negocio y adopten las medidas necesarias para minimizar los posibles efectos adversos de la Covid-19”. Entre los cometidos que reclama a las entidades se incluye “considerar el escenario de una pandemia en los planes de contingencia", así como “incluir la gobernanza” y "pasos a adoptar para garantizar la continuidad operativa y análisis de riesgos”. Algunos directivos de entidades consultados apuntaron que era la primera vez que veían unas recomendaciones tan profundas y concretas que afectan a las principales funciones de un banco.
Se señala en la carta que se debe “valorar y testear la capacidad de que el personal crítico pueda trabajar de forma remota”. También pide el BCE que se evalúe “la capacidad e infraestructura de seguridad IT”, es decir la tecnológica, “ante un potencial incremento de ciberataques”. Incluso se indica que deben conocer “la capacidad de las infraestructuras de mercado y proveedores de servicios críticos para afrontar una situación de pandemia”.
En el comunicado, se explica que los bancos deben contactar con el grupo de inspectores del BCE que tiene asignada cada entidad “si se identifican riesgos al realizar las comprobaciones mencionadas". "Adicionalmente se solicita enviar a los inspectores los datos de contacto de una persona responsable de la continuidad de negocio en caso de pandemia”.

REINO UNIDO:

Si bien la realidad es que está prácticamente todo por negociar, Boris Johnson, ha amenazado con abandonar parcialmente el acuerdo del Brexit suscrito con Bruselas y renunciar a la Declaración Política que especificaba la voluntad de ambas partes de alcanzar una relación "ambiciosa, amplia, profunda y flexible". El Gobierno británico ha advertido incluso de que puede retirarse de la mesa negociadora en junio y optar por un "no acuerdo" económico si la UE no reconoce la "libertad regulatoria" del Reino Unido para sellar un tratado comercial similar a los alcanzados por Canadá y Japón
Aunque la Declaración Política se consideraba como no vinculante, al menos creaba las bases para mantener "una relación comercial de bienes tan estrecha como sea posible, con vistas a facilitar el comercio legítimo y la creación de un área de libre comercio". El texto reconocía también la intención de Londres y Bruselas de buscar un equilibrio "que garantice la integridad del mercado único y la unión aduanera, así como la soberanía del Reino Unido". También marcaba las pautas en materias de seguridad, cooperación institucional, transporte.
La decisión de Boris Johnson de renunciar a estas alturas a la "declaración política" se interpreta como un paso decisivo hacia su intención de optar en última instancia por un Brexit sin acuerdo económico. El "premier" sostiene que su victoria electoral del 12 de diciembre, en la que logró la mayoría absoluta, es un mandato para "recuperar la independencia económica y política de la UE".
El "premier" recalcará que la supuesta "independencia" arrancará el 1 de enero del 2021, al término del improrrogable período de transición. 

ESPAÑA:

Lo más curioso es que en el cuarto trimestre del año pasado, haya habido un empeoramiento de las economías del euro en general, mientras que la economía española ha mejorado al crecer un 0,5% frente al 0,4% del trimestre anterior.
Pero es irremediable que la desaceleración económica de nuestros socios afecte al crecimiento español. Todo ello agravado por la incertidumbre y ampliación del coronavirus.  
Según un informe del Ministerio de Industria, las exportaciones españolas de bienes aumentaron en 2019 un 1,8% hasta un récord de 290.000 millones. Se trata del menor crecimiento desde 2010 y una fuerte desaceleración frente el 3,3% de 2018 y el 7,7% de 2017. Además, crecen ligeramente menos que la media de la zona euro, que suma un 1,9%. Y se pierde cuota respecto a Francia e Italia, cuyas ventas suben un 2,9% y un 2,3%, respectivamente. El dato no es tan malo si se tiene en cuenta que el comercio mundial hasta noviembre bajó un 0,5%.
Una parte de la desaceleración de nuestras ventas al exterior, se debe al automóvil (sus ventas al exterior retrocedieron un 0,1%, sobre todo por los componentes, que caen cerca de un 5%).
Ahora bien, las importaciones crecieron menos que las exportaciones: un 1%, hasta un máximo de 322.000 millones (en volumen han caído un 3,82%). Por esta razón, el déficit comercial de mercancías español se redujo un 5%, hasta casi 32.000 millones.
En relación al sector turístico, el temor a viajar a Italia también está afectando a los agentes turísticos en España: hay cancelaciones moderadas en toda Italia y un poco más fuertes en la zona norte, y en China la situación está paralizada por completo. La situación está “paralizada por completo en China. Habrá que esperar para ver la incidencia en la Semana Santa.
Con respecto al Paro Registrado en las Oficinas de Empleo, este se redujo el pasado febrero en 7.806 personas, hasta un total de 3.246.047 desempleados personas respecto al mismo mes del año anterior. En términos desestacionalizados, el paro disminuyó en febrero en 19.043 personas, mientras que, en el último año, el desempleo acumula un descenso de 42.993 personas (-1,3%).
Por sectores, el Paro Registrado en la industria bajó en febrero en 2.259 personas; en construcción, en 4.819; y en servicios, en 9.485. Frente a esto, subió en la agricultura, en 2.855, y en el colectivo sin empleo anterior, en 5.902.
El desempleo masculino bajó más, en 7.005 hombres hasta los 1,34 millones, mientras que solo descendió en 801 mujeres hasta los 1,89 millones. Por edades, el desempleo entre los menores de 25 años aumentó en febrero en 7.208 personas mientras que bajó en 15.014 en los de más de 25 años.
Y por comunidades, en términos mensuales, el paro registrado bajó en once de ellas, principalmente en Canarias, Baleares y Castilla-La Mancha.
En febrero, se firmaron 1,59 millones de contratos, lo que supone una subida del 1,51% sobre el mismo mes del año pasado. De ellos, 178.193 fueron contrataciones indefinidas, el 11,2% del total, y el resto, 1,4 millones, el 88 %, eran contratos temporales. Trabajo destaca que no se firmaban tantos contratos indefinidos en un mes de febrero, desde 2009.
Según el Banco de España, también ha mejorado la economía española en sus cuentas públicas: la deuda de las Administraciones públicas ascendió a 1,189 billones de euros en diciembre, una cantidad equivalente al 95,5% del PIB. Se trata de un descenso de algo más de dos puntos porcentuales respecto al año pasado y la menor tasa desde 2012.
Lo anterior significa el cumplimiento de nuestra economía con el objetivo marcado por Bruselas de rebajar la Deuda por debajo de una cifra equivalente al 96% del PIB.
Por otro lado, según el INE, la construcción ha encadenado dos trimestres consecutivos en negativo al cierre del año pasado, por lo que ha entrado en recesión.
Entre octubre y diciembre, la construcción sufrió un desplome trimestral del 1,7% en el PIB, que se sumó al retroceso del 0,3% anotado en el trimestre anterior.
La inversión en construcción ha pasado de avanzar a tasas anuales del 7% a retroceder un 3,5% al cierre de del pasado 2019. Si se toma solo la construcción de vivienda, rozaba crecimientos del 12% hace un año, y ahora solo suma un 3%.
La que se ha hundido ha sido la inversión no residencial (edificaciones privadas como naves industriales, centros comerciales u oficinas), ya que caído un 12%.

MERCADOS:

El coronavirus ha dado lugar al pánico en los mercados Si bien la fuerte caída registrada por la Bolsa en las últimas jornadas incitaba a pensar que, a esos actuales precios, volverían las compras al mercado, ha cundido, quizá, el peor enemigo de las Bolsas: el miedo.
Los índices bursátiles de todo el mundo, se han despeñado viviendo una de sus peores rachas desde la Gran Recesión desencadenada en el año 2008.
El pánico por la expansión del coronavirus ha hundido al selectivo español en algunos momentos por encima del 12% (una pérdida de 74.000 millones de euros en la capitalización bursátil de los 35 valores del Ibex).
Se debe extremar la prudencia, ya que la crisis del coronavirus amenaza con más jornadas de volatilidad.
Con respecto al mercado de divisas, los más prestigiosos analistas de los bancos de inversión del mundo se han equivocado: según sus predicciones, el euro debería haberse apreciado respecto al dólar. Cosa que no ha ocurrido, ya que, en estos primeros meses de 2020, ha sido la divisa estadounidense la que llegó a revalorizarse algo más del 3%. No obstante, ha recuperado los niveles que venía manteniendo anteriormente.
La explicación a esta circunstancia, hay que buscarla en las expectativas de la evolución de ambas economías europea y estadounidense; los tipos de interés y sus previsiones; la capacidad de refugio de ambas divisas; y, de nuevo, la crisis nacida del coronavirus chino. Hay que añadir a todo ello, la salida del Reino Unido de Europa -con todo por decidir y acordar- y sus repercusiones comerciales.
En relación al Euribor (principal índice al que se referencian los tipos de interés de las hipotecas), cerró el mes de febrero con nuevos descensos: una bajada de tres puntos básicos frente a enero, y unos 28 puntos básicos inferior al de hace cuatro años.
El efecto sobre las hipotecas con tipos de interés variables es un sensible abaratamiento de su coste: aquellos que tengan su revisión anual de los tipos de interés de su hipoteca, notarán como la cuota será más baja este año, puesto que el euríbor se encuentra ahora unos 18 puntos básicos por debajo del nivel alcanzado hace 12 meses (-0,108).
Aún más relevante es la disminución con respecto a hace cuatro años. El prestatario o endeudado que, en febrero de 2016, hubiera tenido un préstamo hipotecario de 150.000 euros a 30 años con un interés compuesto por el euríbor más un diferencial del 0,99%, habría visto menguar sus cuotas de los 479,77 euros mensuales que pagaba en aquel entonces, a los actuales 462,47 euros. Siguiendo la evolución del euríbor, en estos cuatro años hubiera ahorrado unos 207 euros.
La mayoría de analistas esperan que el Euríbor permanezca en terreno negativo un año más, por lo menos.
Por otro lado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha confirmado que la demanda global de petróleo ya está sufriendo el golpe del coronavirus, en buena medida por las cancelaciones habidas en los vuelos comerciales. El cartel ha reducido el incremento previsto del consumo global de crudo para el conjunto del año en 230.000 barriles diarios, dejando el aumento final en menos de un millón de barriles por día: una merma de casi la quinta parte de lo esperado hasta ahora. 
Rusia está en contra de las medidas adoptadas por la OPEP, lo que ha dado lugar a una guerra de precios, que ha acabado hundiendo el precio del petroleo.

EMPRESAS:

El Corte Inglés ha cerrado la refinanciación de su deuda financiera por importe de 2.000 millones de euros, lo que le permitirá pagar menos intereses, a mayor plazo y evitando algunas garantías. El nuevo préstamo consta de dos tramos, uno de 900 millones en préstamos a largo plazo y otro de 1.100 millones en una línea de crédito para hacer frente a las operaciones ordinarias. Además, los 24 bancos que participan en el acuerdo permiten al grupo de grandes almacenes segregar activos inmobiliarios a una nueva filial por valor de 2.500 millones sin necesidad de amortizar deuda.
El Corte Inglés tenía a finales de septiembre pasado del ejercicio 2019, una deuda financiera neta de 3.114 millones de euros, casi 538 menos que un año antes. En los últimos dos años, la reducción de la deuda ha sido una obsesión de la empresa, para conseguir el grado de inversión de las agencias de calificación, que le permitiría financiarse más barato, y para conseguir una refinanciación del pasivo, que hoy ha anunciado.
Además, señala la empresa en un comunicado, que el acuerdo al que se ha llegado con los bancos se ha realizado "con formato investmet grade", es decir, como si tuviese ya la máxima calificación crediticia, aunque no la tiene.
El acuerdo de refinanciación, firmado con 24 bancos, asciende a 2.000 millones y sustituye al préstamo sindicado de 2050 millones firmado a comienzos de 2018. "El acuerdo disminuye en 50 millones de euros la financiación bancaria actual de la compañía, reducción que ha sido posible gracias a la generación de caja del Grupo". El pacto significa que El Corte Inglés tendrá más plazo, hasta febrero de 2025 (más dos años, uno más uno, opcionales), y menos condiciones para devolver esos 2.000 millones.
Según ha informado el grupo, 900 millones corresponden a préstamos a largo plazo y otros 1.100 a una línea de crédito para "hacer frente a necesidades de circulante", es decir, las necesidades de efectivo para operar.