Llevo treinta años analizando el devenir y acontecimientos
económicos, y jamás me ha gustado el término de “experto” – ya saben:… hábil o
con mucha experiencia en algo -… en otras materias quizá, pero en economía, dada
la complejidad y el gran número de variables sociales, políticas y de todo tipo
que en ella influyen prefiero hablar de estudioso.
Hace bien poco, leía la siguiente noticia: “un grupo de
expertos ha señalado que hasta finales de
2014 los ciudadanos no notaremos la recuperación económica”. Sólo les ha faltado
fijar el día y la hora exacta.
No dudo de la pericia y conocimientos del afortunado grupo,
pero la verdad es que debemos procurar no confundir la ansiedad que todos
sufrimos de vislumbrar de una vez el final de esta agobiante crisis, sin
exagerar con la nueva versión de los antiguos “brotes verdes”, la del Ministro
de Guindos: “las flores de invernadero”…
Entiendo lo importante que es animar sicológicamente el
ambiente eliminando temores y miedos: hay que conseguir que crezcan el consumo y la inversión, y es lógico tratar
de animar a los ciudadanos y agentes económicos.
Ahora bien, personalmente me cuesta hablar de recuperación
con un volumen de desempleo de casi 6 millones de personas, y con tasas de
crecimiento de nuestro PIB de una décima. Aunque muchos titulares económicos lo
hayan destacado en su primera página.
Me temo que la recuperación económica, abandonada la
recesión, se va a producir a un ritmo lento. Sobre todo debido a que el grifo
del crédito sigue prácticamente cerrado por quienes realmente deberían animarse
y comenzar a ayudar a las sufridas pequeñas y medianas empresas y a los autónomos,
que son los que más están sufriendo con la crisis que padecemos.
Las PYMES, con grandes sacrificios, en su mayor parte han
realizado los ajustes y reformas precisas, y quizá les quede adoptar las nuevas
estrategias que los grandes cambios producidos van a necesitar… entre ellos
acometer la aventura exterior…
Ellas constituyen la mayor parte de nuestro tejido
empresarial, y mientras no encuentren facilidades financieras y vean
incrementar su demanda y ventas, difícilmente asistiremos una auténtica
recuperación económica.
Sólo de esa forma, será posible mejorar la situación de ese
ejército de personas, la mayoría jóvenes desempleados, a los que se les está
privando del su mayor derecho: “tener un trabajo digno que les permita ganarse
la vida”.
Lo siento, pero, mientras tanto, me cuesta mucho hablar de
recuperación...
Hola Juanjo, me tengo que acostumbrar a manejar los indicadores y ver cómo evolucionan para hablar con propiedad, mientras tanto funciono modo "sentido común" y veo las cosas como tú: destrucción de modelos productivos no recurrentes o sobreexplotados o improductivos, incremento de desempleo, desaparición de ocupaciones que nunca más volverán a existir, caida de consumo, sobreendeudamiento previo que hay que pagar, empresas con exceso de capacidad productiva (mayoría Pyme), stocks sin vender, incobrables, reajustes de plantillas y despidos... vuelta a empezar; otra pescadilla: reducción de contribuciones fiscales por reducción de cotizantes o de rentas a las que gravar, queda sin sentido la tarea redistributiva de los impuestos, expoliadas las cajas a manos llenas y sin que al menos tengamos la satisfacción moral de que los ladrones de lo público estén todos en la cárcel ya con el equivalente robado obtenido de la expropiación de sus propias rentas y patrimonio; las coberturas sociales sin parar de demandar más necesidades y la hucha cada vez más esquilmada. Los ciudadanos bloqueados, sin darnos cuenta de que con razón o sin ella, ya no podemos estar esperando a que venga alguien a solucionarnos nuestras cuitas, tenemos que empezar a pensar qué hacemos nosotros por nosotros. Mire, la banca ya da asco. No quiero tener que pedir un euro al banco en toda mi vida si lo puedo evitar, si tengo el dinero compro lo que necesito, si no me quedo sin ello. Aún no he tenido que pasar hambre o verlo pasar, a lo mejor entonces cambio de idea, pero lo dudo. Casi es irrelevante a quien votamos, todos están manejados por intereses supraestado y supracontinente, quienes son los que realmente mandan ¿lobbies de poder, empresas planetarias? Grupos a los que les importamos muy poco y para quienes somos colaterales en diferentes grados.
ResponderEliminarEs desalentador, y sin embargo sigo teniendo esperanza en pasar por todo ello es lo único que puede sacar de nosotros el ser capaz de decir Basta¡, sacar un papel en blanco y un bolígrafo y empezar a replantear las cosas en su básica y necesaria esencia. No tardemos en empezar, porque nos llevará tiempo.
Juanjo, un abrazo.
Yolanda
Buenos días Yolanda, realmente es desalentador... siempre he sido muy optimista y positivo, pero esta crisis a veces puede con esa actitud...
EliminarEn todo caso, Yolanda, vamos a mantener la esperanza, que en estos momentos es muy necesaria.
Realizas en pocas líneas un resumen muy acertado de lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo.
Muchas gracias por tus comentarios.
Un cordial saludo.
Juan José Pintado