Según el FMI la eurozona
está en un momento crítico, de la que afirma que tiene una mala salud de
hierro. Alerta sobre los riesgos que la acechan, y ha criticado sin ambages la
política económica europea y el mal estado de la banca.
GLOBAL:
El BIS (Banco
Internacional de Pagos), algo así como el banco central de bancos centrales, ha
alertado del riesgo de que “se abra un periodo de incertidumbre y ajustes” por
la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El Reino Unido está
estrechamente integrado en la economía mundial y alberga uno de los centros
financieros más importantes del mundo”.
No obstante, el
presidente del BIS, Jaime Caruana, ha precisado que “con una adecuada
cooperación a nivel mundial, la incertidumbre puede quedar contenida y que
los ajustes se realizarán de la manera más suave posible: los sectores
privados y los bancos centrales han puesto en marcha planes para contener los
efectos de las perturbaciones financieras. Además, el sector privado cuenta con
unos colchones de liquidez y capital más fuertes que han aumentado la
resistencia del sistema financiero a estas alteraciones.
Finalmente, los bancos
centrales están preparados para adoptar las medidas necesarias con tal de
garantizar el funcionamiento ordenado de los mercados: “en el pasado, los
bancos centrales han actuado con rapidez y ahora están dispuestos a hacerlo, y
cuentan con las herramientas necesarias para ello”.
Por
otro lado, el BIS ha precisado que “señalar que la recuperación mundial esté
siendo anémica, no hace justicia a lo mucho que ha conseguido avanzar la economía
global desde la crisis”.
Ahora
bien, “eso no significa que la economía haya conseguido embarcarse en una
expansión robusta, sostenible y equilibrada. El crecimiento de la productividad
está siendo demasiado bajo debido al legado de deuda y baja inversión que deja
la crisis financiera.
También
alerta el BIS respecto al declive en el crecimiento de la fuerza laboral, que está
mermando la capacidad de crecer en casi todos los países. En Europa, este
crecimiento se ha ralentizado abruptamente y se encuentra en negativo en estos
momentos. En China, la trayectoria que se perfila es incluso peor. Y es que, en
ambos territorios, ha comenzado a reducirse la población en edad de trabajar.
Se
explica de esa forma lo que ocurre con la economía global: mientras que el
aumento del PIB mundial registrado en 2015 fue 0,5 puntos porcentuales por
debajo de la media del periodo 1987-2007, el PIB por persona en edad de
trabajar se colocó 0,2 puntos porcentuales por encima de la media. “La ralentización
del crecimiento de la población en edad de trabajar está reduciendo el
crecimiento del PIB en un punto porcentual durante una década para una serie de
países”.
Por
otro lado, apunta el BIS de que el fuerte volumen de deuda con tipos de interés
negativos, supone una “elevada fragilidad de los mercados financieros”. Por lo
que precisa que se “habrá que seguir más de cerca la evolución de las burbujas
financieras y no solo de la inflación a la hora de confeccionar las políticas
monetarias”.
Según
el BIS, estos niveles de tipos tan históricamente bajos podrían tener efectos
perniciosos sobre la economía:
De
un lado, afectan especialmente a la rentabilidad de los bancos, de forma que no
se trasladan con bajadas a los tipos que han de pagar los prestatarios
(tomadores de fondos) y, de esa forma, se puede anular el efecto buscado por la
política monetaria.
Igualmente,
estos tipos de interés tan bajos permiten que muchas empresas ineficientes
continúen funcionando, por lo que los recursos no se asignan eficientemente por
los mercados.
También
la baja rentabilidad de la deuda pública obliga a los inversores a buscar otros
destinos, lo que puede acabar incentivando la inversión en productos de riesgo
en lugar de la inversión productiva o industrial.
Finalmente,
la existencia de tipos negativos constituye un gran estímulo para aumentar el
endeudamiento, por lo que, debido al fuerte volumen que alcanza este, en caso
de necesidad, no se podrían subir los tipos de interés. De forma que estos
pueden quedar perpetuados: la política monetaria pierde capacidad de maniobra,
mermando la capacidad de los bancos centrales para garantizar la estabilidad de
precios y financiera.
Cabría,
no obstante preguntar al BIS, cuáles serían actualmente los efectos de una
subida de los tipos de interés, sobre la renqueante economía mundial. Aspecto
este último, que no aparece contemplado en su informe.
ESTADOS
UNIDOS:
La
Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido mantener las tasas de
interés entre el 0,25 y el 0,5%. Por tanto, siguen inalterados desde el pasado
mes de diciembre. Momento en el que cambió el ciclo de la política monetaria
estadounidense.
Anunció
en aquel momento, que podrían haber hasta cuatro subidas durante este año 2016,
pero finalmente y, hasta la fecha, no ha habido ninguna. Por lo que en la
situación actual no está claro cuándo se producirá una nueva subida (quizá el
próximo diciembre).
El
Brexit del Reino Unido, convierte a Estados Unidos en un lugar seguro para las
inversiones financieras, pero la ola de inestabilidad que puede desatarse
afectaría directamente a Estados Unidos, por lo que este riesgo externo también
ha conducido a la decisión de mantener los tipos de la Fed.
Por
otro lado, el último dato de empleo de mayo también frenó la intención de subida
de los tipos, ya que la creación de empleo ha estado por debajo de las
expectativas: se contabilizaron tan sólo 38.000 nuevos ocupados, y el paro bajó
al 4,7%.
La
Reserva Federal actualizó sus previsiones económicas. Anuncia un crecimiento
algo menor del PIB: un 2% para este año, esperando un aumento muy similar
durante los años 2017 y 2018. En palabras de la Fed, la economía avanza a un
ritmo “moderado”. La tasa de paro rondará, entre tanto, el 4,7% este año y el
4,6 los dos siguientes.
Respecto
a la evolución de los precios, se espera un aumento del 1,5% por el
encarecimiento de la energía, aunque la presidenta Yellen asegura que están
bajo control y, muy posiblemente, se aproxime al 2% en el año 2017.
El
mensaje de la Reserva Federal es que garantizará la mayor estabilidad, aunque
algunos de los miembros del consejo asesor opinan, no obstante, que existen
condiciones para subir un cuarto de punto. Algunos ven, incluso, cierta
aceleración en la inflación ¿…?
La
realidad, es que la presidenta Yellen no
puede subir los tipos observando tan sólo a la economía estadounidense. Es
plenamente consciente, de que si la Reserva Federal avanza sola hacia la
normalización monetaria, abriendo una brecha aún mayor con el resto de grandes
bancos centrales mundiales, tendría unos efectos muy perniciosos en el contexto
mundial actual. Por tanto, está dando un ejemplo, muy digno de agradecer, al
considerar también a la situación de las demás economías, en este momento de
posible ralentización de la coyuntura actual.
UNIÓN
EUROPEA:
Como
ha señalado el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, “Europa no está en buena
forma”. Según la mayoría de analistas, a todas luces, el Brexit es
una amenaza adicional en un contexto nada sencillo, con los populismos al alza,
varias crisis en liza y liderazgos cuestionados en los grandes países. Por lo
que el cambio y reconstrucción europea son inevitables.
Aunque
los bancos centrales están preparados para inyectar liquidez a mansalva, es
difícil evitar la posible ola de referéndums en los Estados miembros dónde es
más fuerte el euroescepticismo más populista. Y en la situación actual no son
muy posibles respuestas tendentes a una mayor integración política.
En
Italia hay un referéndum en otoño que puede dejar muy tocado al primer ministro
Matteo Renzi. España lleva seis meses sin Gobierno. Francia, Alemania y Holanda
tienen elecciones en 2017, con la extrema derecha pegando fuerte, sin
incentivos para empujar hacia una mayor unión política. Y los países del Este
se han vuelto también más hostiles a Bruselas, en particular Polonia, Hungría y
Eslovaquia.
Una
vez más -lo que es un dato que evidencia la necesidad de reformas para salvar a
la UE- la lentitud en las decisiones es inevitable: el jefe de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, perfilará la respuesta a más largo plazo en otoño
en el discurso sobre el Estado de la Unión, aunque se han apuntado algunos
pasos, eso sí, a largo plazo: un Tesoro europeo, eurobonos, un presupuesto de
la eurozona. En todo caso, aunque es evidente que son aspectos que no se pueden
decidir de “hoy para mañana”, permítanme recordar aquella célebre frase de
Keynes: “a largo plazo todos muertos”.
Quizá
la realidad imponga una Unión Europea remodelada a “dos velocidades”: un núcleo más integrado con los países que
quieren una Unión más federal, y una periferia cada vez menos integrada con los
países que “ponen palos en las ruedas” cada vez que Europa ha querido avanzar.
El
propio FMI ha apuntado que la eurozona
necesita urgentemente un Presupuesto Público, y de Eurobonos para protegerse
contra crisis venideras. En ese mismo sentido, Mario Draghi ha insistido ante
la Eurocámara.
Y
es que como ha señalado, muy gráficamente, en Londres el Centro Europeo para la
Reforma, "el pecado original de la eurozona es que requiere un nivel mayor
de integración política que el que los Estados miembros pueden vender a sus respectivos
electorados”.
Pero
la realidad es muy tozuda en sentido contrario, ya que las iniciativas de mayor
integración van más encaminadas a asuntos de seguridad y defensa, que a
materias de política económica o fiscal. Esta circunstancia evidencia, quizá el
mayor fallo en el diseño del euro, el pretender apoyarse sólo en la Unión
Monetaria.
En
cualquier caso, se plantea un segundo semestre peligroso: riesgo de fuerte
debilitamiento económico en la economía estadounidense, la grave crisis humanitaria
de los refugiados, y los coletazos de la Gran Recesión, que ha agrandado las
diferencias entre Norte y Sur, Este y Oeste, y ahora puede ahondar en la
fractura entre los dos lados del Canal de la Mancha.
Inglaterra
desde su entrada, tras su negativa a integrarse en la fundación de la antigua
CEE, siempre ha buscado la excepción en el proyecto europeo: tampoco quiso
formar parte de la moneda única, tiene una política a “la carta” en los temas
de interior y justicia, se ha blindado contra los rescates financieros, y un
largo etc…
Ya
con independencia del resultado del referéndum, abrió una importante brecha, logrando
abrir su excepción a la igualdad de derechos para trabajadores europeos en
suelo británico.
En
otro orden, el Banco Central Europeo ha llegado a la medida más expansionista:
la compra de deuda corporativa, es de decir de bonos de empresas.
Hasta
ahora sólo había adquirido bonos emitidos por los Estados. Pues bien, ha
comenzado a incluir también a la deuda privada de empresas. La condición básica
es que sea deuda que posea el grado de inversión, es decir, que las agencias
de rating la consideren por encima del bono basura. Y puede
tener un plazo de vencimiento de entre 6 meses y 30 años.
Según
Bloomberg, las inversiones diarias de bonos por parte del BCE, incluyen a
Anheuser-Busch, la mayor cervecera de mudo; Telefónica, la mayor compañía de
telecomunicaciones de España; Siemens, la mayor firma de ingeniería de Europa;
Assicurazioni Generali, la mayor aseguradora de Italia; Renault, el mayor
fabricante de automóviles de Francia; y la utility Engie.
Considerando
las condiciones tan genéricas que ha impuesto el BCE, la cantidad de deuda que
podría encajar en el plan es enorme (los analistas lo fijan en el entorno de
los 600.000 millones de euros en emisiones), aunque en principio no se espera
que desembolse más de 5.000 millones al mes en estos instrumentos de deuda.
En
el caso de España, muchas compañías disponen del grado de solvencia exigido y
el mero anuncio en marzo por parte de Draghi de que se comprarían bonos
corporativos animó a las compañías a realizar más emisiones. En abril
Telefónica abrió la veda con la mayor operación: 2.750 millones de deuda a unas
condiciones muy favorables. Uno de los tramos, 1.400 millones, logró tipos por
debajo de la barrera psicológica del 1%. Iberdrola, Enagás, Dia, Abertis o
Merlin Properties también han acudido recientemente a los mercados con buenos
resultados.
El
programa de bonos corporativos no incluye en ningún caso las emisiones de la
banca. Tampoco la deuda emitida por entidades como el Fondo de Reestructuración
Ordenada Bancaria (FROB) o la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la
Reestructuración Bancaria (Sareb), aunque si permiten la compra de deuda
emitida por aseguradoras que no sean entidades de crédito o tengan como matriz
una institución de crédito.
ESPAÑA:
El
Brexit del Reino Unido de la UE, tendrá unos efectos para economía española,
que van a estar muy ligados a la evolución de la libra esterlina respecto al
euro: la depreciación de la Libra (apreciación del euro) está directamente
relacionada con la gran mayoría de ellos:
Para
determinados bancos, como el Santander, los beneficios obtenidos en el Reino
Unido suponen alrededor de 23% del total; Telefónica tiene una gran
implantación en ese país; Iberdrola obtiene nada menos que el 25% de su EBITDA
en el Reino Unido; Ferrovial obtiene un 63%
de sus ventas en esa economía… y así podríamos seguir con otras grandes
empresas españolas.
También
puede suponer un gran parón para las ventas de casas en las costas españolas y,
en general, para el turismo en España, por la citada depreciación de la Libra
frente al euro.
Centrándonos
más en la situación actual, Según el Banco de España, la economía española
creció en el segundo trimestre del año un 0,7%. Se trata de una décima
menos que el obtenido a comienzos de este año, y que el alcanzado en los
dos últimos trimestres del año pasado.
Supone,
por tanto, un crecimiento económico más pequeño que el pronosticado por los
Organismos y el propio Ejecutivo.
Según
el Boletín Económico del Banco de España, durante el período que va de abril a junio
se estima que el PIB español habría avanzado a un ritmo del 0,7%
intertrimestral. Y el consumo parece sólido, así como cierta recuperación del sector inmobiliario privado. Sin embargo, la obra
pública, tras el periodo de elecciones, ha sufrido cierto parón.
Según
el Banco de España, "desde la perspectiva de la demanda, la composición de
este aumento del producto no habría experimentado variaciones sustanciales con
respecto a lo observado en el tramo inicial del año. Así, la evolución
favorable del mercado de trabajo y la mejora de las condiciones financieras
habrían seguido sustentando la expansión del consumo de los hogares, a un ritmo
muy similar al de los trimestres anteriores”.
Sin
embargo, señala el Boletín que “la inversión empresarial habría experimentado
una cierta ralentización, conservando, no obstante, su pauta expansiva. Dentro
de la inversión en construcción, el componente residencial habría continuado su
proceso de recuperación, en un contexto de repunte de las compraventas de
viviendas. Por su parte, el debilitamiento reciente de algunos indicadores,
como el consumo de cemento o las afiliaciones a la Seguridad Social en la rama
de ingeniería civil, sugiere que la inversión en otras construcciones podría
estar acusando una desaceleración de la obra pública".
Respecto
al sector exterior, “se aprecia cierto aumento de las exportaciones tras el "debilitamiento
notable" sufrido en el primer trimestre. Y lo hace tirado por la demanda
de la zona euro frente a unos mercados emergentes que padecen una coyuntura más
frágil”. La entidad también destaca el buen comportamiento del turismo, lo que
llevará junto con la mejora de las exportaciones a una contribución más
favorable del sector exterior hasta situarse en valores neutros o ligeramente
positivos.
El
Banco de España advierte además de la necesidad de aumentar la disciplina para
conseguir las metas presupuestarias comprometidas con Bruselas. "El
cumplimiento del objetivo de déficit público fijado para este año por la
Administración Pública del Estado requerirá, a la luz de los datos de ejecución
presupuestaria disponibles, que el aumento de los ingresos y/o la contención
del gasto en lo que resta de 2016 sean superiores a lo observado en los
primeros meses del ejercicio. En concreto, la recaudación debería mejorar en
los próximos trimestres para aproximarse a la previsión oficial de aumento de
los ingresos en el conjunto de 2016 (del 3,5%). Por su parte, el cumplimiento
del objetivo agregado de gasto público, que comporta un avance del 0,1%, requerirá
una ejecución presupuestaria estricta por parte de todas las Administraciones
Públicas".
En
lo referente al posible impacto del Brexit sobre los mercados
financieros, la entidad resalta que “es difícil discernir qué parte obedece a
efectos de medio y largo plazo sobre la economía, y cuál se corresponde
simplemente con un repunte transitorio de la volatilidad. Si bien la zona euro
sorprendió con un crecimiento al alza, estas perspectivas se encuentran ahora
sometidas a riesgos a la baja. Desde comienzos de junio, se puso de manifiesto
la persistencia de elementos de vulnerabilidad de la economía mundial, a medida
que la incertidumbre acerca del resultado del referéndum en el Reino Unido dio
paso a un episodio de turbulencias que el desenlace de la consulta ha
amplificado con intensidad".
Por
otro lado, los precios siguen en terreno negativo, ya que durante el pasado
junio se moderó la caída por los precios de la energía, El IPC de junio se ha
situado en el -0,8% en tasa de variación anual (dos décimas por encima de lo
registrado en mayo).
Por
lo que respecta al déficit público consolidado del Estado, alcanzó el 2,08% en el
pasado mes de mayo, por encima del 1,8% fijado para el Gobierno para el conjunto de 2016. En
concreto, en el periodo entre enero y mayo, el déficit público del Estado se ha
situado en 23.301 millones de euros, un 2,08% del PIB, ligeramente superior al
registrado en el mismo periodo del año anterior, que fue del 2,04%.
La
razón es que, mientras que los gastos se han reducido un 2,9% interanual, hasta
82.200 millones, los ingresos también lo han hecho en un 5,8%, hasta 58.899
millones.
Por
otro lado, según los últimos datos del Paro Registrado publicados por el
Ministerio de Trabajo, el mercado laboral ha mejorado. La afiliación a
la Seguridad Social ha crecido en 98.432 cotizantes. Es el mayor
aumento en este mes en 10 años y ha dejado el número total de afiliados en
17.760.721, un 2,9% más que hace un año, un ritmo más alto que el de los
últimos meses.
Con
relación al paro, las noticias son buenas, ya que ha descendido hasta los 3,7
millones, tras suponer 124.349 desempleados menos. No obstante, el aspecto
negativo se encuentra en el tipo de empleo que se está creando: solo el 5,3% de
los contratos firmados es indefinido a jornada completa.
Han
sorprendido los casi 100.000 nuevos afiliados de junio, ya que se esperaba un
dato más bajo. La cifra publicada implica que los cotizantes con empleo han aumentado
en 12 meses un 2,9%, tres décimas más que en mayo. Se interrumpe así la
tendencia mantenida desde hace más de un año, en la que de forma muy lenta, se
apreciaba cómo se estaba frenando el aumento de puestos de trabajo.
También
los datos desestacionalizados, en los que se elimina los vaivenes de la
temporada turística o campañas agrícolas y que, por tanto, muestran las
tendencias con más claridad, mejoran las cifras de los meses anteriores. En
afiliación, el incremento en junio fue de 75.500 cotizantes. Desde marzo de
2015 no había un dato tan alto.
En
el caso del paro, la caída de casi 125.000 desempleados menos en junio, es la
mayor en ese mes desde 2013, y deja la cifra total en 3.767.054. Este es el
número más bajo desde septiembre de 2009. Si se analizan las cifras
desestacionalizadas la bajada disminuye hasta los 48.579 personas.
La
temporada alta turística ha servido de motor para el mercado de trabajo. No
obstante, la mejora ha sido bastante amplia. Cuando se observa la evolución en
junio de la afiliación, se aprecia que prácticamente todas las ramas de
actividad han visto cómo se incrementaba el empleo en ellos. Solo la educación,
por el fin del curso escolar, y el sector del ocio y el entretenimiento han
sufrido caídas de cotizantes.
En
cambio, el número de trabajadores en el resto de ramas ha crecido. En el
régimen general, la rama que más cotizantes ganó el mes pasado fue la
hostelería, con 38.337 afiliados más, le siguió el comercio (27.936), las
actividades administrativas (18.587), la industria manufacturera (14.031) y la
construcción con 11.468 más.
En
el último año, la afiliación a la Seguridad Social ha subido en poco más de
medio millón de cotizantes. Desde el verano del año pasado, aunque el número de
trabajadores dados de alta en el instituto previsor crecía en términos anuales,
cada vez lo hacía con menos fuerza. En junio, en cambio, se ha impulsado y ha
aumentado un 2,92%.
Por
lo que respecta a la evolución de los contratos firmados, estos siguen
creciendo a un ritmo alto. En julio se firmaron casi dos millones de contratos
(un 11,2% más que en el mismo mes del año anterior). No obstante, el peso de
los indefinidos, pese a que aumentan a un ritmo alto, sigue siendo muy bajo en
el conjunto: del total de compromisos rubricados, solo el 7,7% fueron
fijos.
Un
aspecto muy negativo, es que la mejora de los últimos meses no ha evitado que
la protección por desempleo siga cayendo. En mayo, último mes con datos
disponibles sobre este aspecto, la tasa de cobertura oficial había bajado hasta
el 52,9%. Este descenso está en consonancia con la evolución del gasto en
prestaciones y subsidios que bajó hasta los 1.480 millones, un 9% menos que el
año anterior.
Con
respecto al empleo público, las Administración Públicas, como consecuencia de
la política de no renovación de años recientes, están envejeciendo de golpe.
Por lo que la oferta de empleo público, en base a la situación, está abriendo
la posibilidad de más plazas. En 2015 se aumentó al 50% la tasa de reposición
en áreas esenciales y se sacaron 11.000 plazas, y en 2016 se ha
alcanzado, en algunas áreas, la
tasa de reposición al 100% y han sacado 13.500. Según un portavoz oficial “esperemos que podamos llegar a
reponer todas las jubilaciones en cuanto podamos”.
Las jubilaciones masivas de los próximos lustros,
debidas al envejecimiento, vendrán
acompañadas, previsiblemente, de importantes y sostenidas ofertas de empleo
público.
En
otro orden, la confianza del exterior en España parece no palidecer pese a la
incertidumbre política y la inestabilidad en el exterior. Así lo reflejan los
datos de inversión extranjera productiva registrados en el arranque del año.
España acogió 2.966 millones entre enero y marzo, un 15% más que en
el primer trimestre de 2015 y una cifra que no se alcanzaba en el inicio
de un ejercicio desde 2012.
La
estadística trimestral que ha actualizado el Ministerio de Economía incluye
datos muy volátiles e influidos por grandes operaciones, por
lo que en los próximos trimestres se pueden registrar cambios notables. Sin
embargo, esta cifra sirve de termómetro para conocer el estado de ánimo de los
inversores y su percepción de la economía española.
Una
buena noticia, por lo que se refiere a la deuda externa neta de España es que comienza
a bajar. Después de casi dos décadas de imparables subidas, los pasivos netos
de España con el exterior han descendido en dos años en 5,7 puntos y se sitúan
en el 90,5% del PIB al cierre de 2015, unas cotas muy elevadas y que sólo
superan países como Grecia o Portugal. La recuperación apenas consigue reducir
una de las mayores debilidades de la economía española. Ni siquiera cuando se
acumulan cuatro años de saldos positivos con el exterior. Según el Banco
de España, eso significa que harán falta nuevos esfuerzos con tal de recortar
la alta dependencia de la financiación exterior.
Sin
embargo, esta información contrasta con la situación, según el XX informe Mundial de la Riqueza (World
Wealth Report, en sus siglas en inglés) difundido por la consultora
Capgemini, de que el número de millonarios españoles aumentó el año pasado en
España más que en cualquier otro país de Europa. Ya son 193.000 personas las
que declaran tener un patrimonio superior al millón de dólares en España, lo
que supone un incremento del 8,4% respecto a 2014. Desde que estalló la crisis
financiera, en 2008, el número de millonarios españoles se ha incrementado un
50%.
Unos
15.000 españoles entraron a formar parte de este exclusivo club de millonarios
durante el año pasado cuando la economía avanzó a un ritmo del 3,2%, el mayor
crecimiento desde que se desató la tormenta sobre la economía, en 2008.
MERCADOS:
La
mera posibilidad del Brexit, posteriormente confirmada, desató el pánico en los
mercados financieros. Las principales Bolsas europeas han acumulado tremendas
perdidas, de forma que buscando rentabilidades más seguras, el bono alemán a 10
años, considerado el refugio más fiable, se situó en terreno negativo por
primera vez en su historia debido a la inestabilidad financiera.
Respecto
al mercado de la vivienda, se sigue recuperando el pulso. Los precios de la
vivienda hace tiempo que no registraban, desde el año 2007, una subida como la del primer trimestre de
2016 y la compraventa supera ya la barrera de las 35.000 viviendas. Después de
ochos largos años de reestructuración, el mercado inmobiliario no cesa de
crecer, aunque está aún lejos de las cifras récord alcanzadas en los
mejores años del boom
inmobiliario.
Aunque
desde luego, los precios alcanzados en el “histórico burbujón” sufrido, están
muy lejos. Aunque ahora el movimiento del mercado sea menos frenético, lo que
está claro es que tras años de vacas flacas, especialmente en comunidades como
Madrid o Cataluña, se está recuperando a cierto ritmo.
EMPRESAS:
Mercadona iniciará
su expansión internacional en 2019. La compañía abrirá sus cuatro primeras
tiendas en el extranjero en Portugal tras haber crecido por todas las provincias
españolas. Antes de dar el salto al extranjero, la cadena abrirá también
supermercados en Ceuta y Melilla. La inversión inicial en esta
fase alcanzará los veinticinco millones de euros y se prevé la
creación de 200 puestos de trabajo.
Mercadona
ha trasladado a las autoridades portuguesas su decisión de establecer su
proyecto empresarial en el mercado portugués y las claves del modelo de
crecimiento compartido que impulsa la compañía.
“Portugal
es una gran oportunidad para iniciar el crecimiento internacional de
la compañía y un país del que podemos aprender tanto del consumidor como de un
sector altamente competitivo, como el de la distribución. La posibilidad de
contribuir al progreso económico y social del país y al impulso del sector
agroalimentario, es un reto ilusionante y una aspiración que todos los que
formamos parte del Proyecto Mercadona sentimos como un compromiso”, según ha
manifestado el presidente de la compañía, Juan Roig.
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