La raquítica recuperación
económica europea, el riesgo de una mayor desaceleración, y la ausencia de
inflación, ha llevado a la situación de tipos de interés negativos que vivimos,
pero que está situando en una situación de extrema vulnerabilidad a la banca
española y alemana por la caída de rentabilidad que implica.
GLOBAL:
Desde hace, quizá demasiado
tiempo, la economía mundial está creciendo muy lentamente. Esta circunstancia
implica, según ha manifestado el Fondo Monetario Internacional (FMI), el riesgo
de que se instaure una situación de “trampa de la liquidez a la japonesa”. Es
decir, una situación de débil, o incluso crecimiento negativo del PIB, leves
caídas de los precios, y tipos de interés próximos a cero.
El FMI ha señalado su
temor, en el momento de rebajar sus previsiones de crecimiento de la economía
mundial para este 2016: espera que sea de un
3,2% (el menor nivel desde el año 2009). De la misma forma, para el
próximo 2017, ha bajado su estimación en una décima, hasta un 3,5%.
A pesar de la mejoría de
la situación económica de China, el FMI ha señalado que han aumentado los riesgos de permanecer o
caer en esa peligrosa situación de estancamiento anteriormente señalada.
Las economías de Latinoamérica sufrirán de forma acusada,
por la recesión económica de Brasil, Argentina, Rusia, y el tremendo caos económico
de Venezuela.
Con referencia a la
economía española, el Fondo Monetario Internacional rebaja también sus
estimaciones para este 2016 al 2,6%, y del 2,3% para el 2017 (cifras que se
encuentran por debajo de las anunciadas por el Ejecutivo español).
Este mensaje de la reunión de primavera
en Washington del FMI, ha sido de abierta alarma. La región del euro es un
claro ejemplo de la fotografía reflejada, ya que la zona, a pesar de los
históricos estímulos monetarios, sigue sin reaccionar. Alemania no acepta la necesidad de políticas de
demanda que incentiven la inversión (el FMI ha señalado la conveniencia de acelerar
la inversión en infraestructuras), ya que la política monetaria, de confirmarse
la posible “trampa de la liquidez” no es
suficiente: “se ha agotado la munición”.
Como ha expresado el FMI: “la política
económica global está en un momento crítico; con la expansión monetaria cerca
de sus límites, cualquier crisis parcial, aunque pasajera, puede provocar otra
convulsión financiera y empujar hacia atrás los escasos avances en la
reactivación de la economía desde 2014”.
Por ello, el FMI
reclama que prosigan las reformas y, a
la vez, demanda más estímulos fiscales
para el crecimiento. No es suficiente con la actuación de los Bancos Centrales
(algo que pese a aparecer reflejado en los libros de texto de teoría
Macroeconómica, parece olvidado por algunos).
Postula el FMI la necesidad de políticas
fiscales en aquellas economías que tengan margen para hacerlo. Se precisan,
sobre todo en la economía europea, más medidas para el empleo de los jóvenes.
En definitiva, una política fiscal que incentive el crecimiento económico
intensificando la demanda global: “la política monetaria no puede seguir siendo
el alfa y omega de la recuperación. De hecho, será mucho más efectiva con apoyo
de elementos fiscales y estructurales”.
Con referencia a la economía
estadounidense, el FMI ve con buenos ojos, que la Reserva Federal
estadounidense (Fed) subiera tímidamente los tipos en diciembre, aunque el
Banco Central de Estados Unidos) ha señalado que ese proceso de alzas va a ser
bastante lento.
El Fondo Monetario Internacional apoya
los excepcionales estímulos monetarios implantados por el Banco Central
Europeo. En especial, ha apoyado las tasas negativas nominales del tipo de
interés adoptadas por el BCE y por el Banco de Japón.
Durante el pasado mes de marzo, el BCE
fijó el tipo para la facilidad de depósito (el dinero que las entidades de
crédito depositan en el Banco Central Europeo) en el -0,4%, encareciendo estos
depósitos, para conseguir estimular a las entidades para que presten más dinero
a las empresas y a las familias (El Banco Central de Japón lo rebajó, nada
menos, que al -10% durante el pasado mes de enero.
Frente a los ataques a Mario Draghi,
sobre todo alemanes, por la relajación monetaria, el presidente del BCE ha insistido en que “los ahorradores no
deben fijarse tan solo en el nivel de los tipos de interés, sino también en las
tasas de inflación, que están en niveles mínimos. Lo que importa es lo que uno
gana en términos reales, es decir, los intereses menos la inflación”.
CHINA:
Las autoridades de China han sustituido su tasa sobre ventas por
el IVA en algunos sectores clave. Se trata de
implantar un impuesto neutral para las empresas, como el IVA. Se trata de incentivar
a su desacelerada economía, mejorando la eficiencia económica.
Durante estos últimos años China ha venido reformando su sistema
tributario. En esta ocasión se va a aplicar el IVA a la construcción, las
finanzas, los servicios de consumo, y al
sector inmobiliario. En estos sectores, las empresas han venido pagando (lo que
se va a sustituir) un impuesto sobre su cifra de negocios (un impuesto ineficiente
al recaer sobre cada eslabón de la cadena de valor independientemente del valor
añadido que aporta).
Desde el año 2012, dentro del progresivo
cambio de la economía asiática hacia una economía de mercado, el IVA en el
sector servicios se ha venido implantando. La nueva situación afectará a
alrededor de 11 millones de empresas que aportan el 80% de los ingresos
fiscales de la anterior tasa sobre las ventas. En palabras del viceministro de
Finanzas chino, Shi Yaobin, “la reforma ha entrado en una fase crucial y su
implementación es más complicada. Son sectores que despiertan mayor
preocupación en la sociedad: solamente la construcción emplea a 50 millones de
personas"
La realidad, es que la reforma fiscal
persigue rebajar la presión para luchar contra la constante desaceleración de
la economía de China: Pekín calcula que solamente este año las empresas se
ahorrarán alrededor de 500.000 millones de yuanes (unos 67.800 millones de
euros), especialmente las pequeñas y medianas. Un estímulo económico para las
empresas.
Según Hu Xingdou, economista del Instituto de Tecnología de Pekín, para los próximos años, el Gobierno chino
pretende modificar el impuesto sobre la renta e
introducir nuevos gravámenes sobre los recursos naturales, los bienes
inmobiliarios o la protección del medio ambiente. "Queda mucho camino por
recorrer para tener un sistema comparable al de un país moderno. Hay que seguir
simplificando y reduciendo los impuestos para que la economía de mercado sea
más activa”.
ESTADOS
UNIDOS:
La Reserva Federal (Banco Central Estados Unidos, la Fed) no ha
variado los tipos de interés.
Pero no ha cerrado la posibilidad de llevar a cabo una tímida subida durante el
próximo mes de junio.
La debilidad de la economía global es un riesgo para la
estadounidense, lo que unido al proceso electoral en ciernes en el país, deja a
la autoridad monetaria poco margen de actuación.
El pasado mes de diciembre se aprobó una
ligera subida de los tipos de interés, pero las tasas siguen situadas en
mínimos históricos (del 0,25% al 0,50%). Hay que citar también como argumento
para la subida gradual, que el diferencial positivo de los tipos de interés
estadounidenses respecto al resto del mundo (fundamentalmente a la eurozona),
implica una mayor apreciación o fortaleza del dólar y, por tanto, un lastre
para las exportaciones de Estados Unidos. Todos son argumentos a favor de la calma en la
llamada “normalización monetaria” de Estados Unidos.
No obstante, la Reserva Federal ha precisado
que “continúa vigilando de cerca los indicadores de inflación y el desarrollo
económico y financiero global”.
En todo caso, hay algunas voces que
señalan que se están aplicando demasiados estímulos monetarios, lo que está
incentivando una burbuja financiera.
Pesa mucho, aparte de la incertidumbre
de la economía global, el argumento señalado de los diferenciales de los tipos
de interés entre Estados Unidos, y los del BCE y de Japón, lo que motivaría una
mayor depreciación de sus divisas respecto al dólar, dañando a las ventas
exteriores estadounidenses.
Los precios en Estados Unidos siguen bajos
(subieron sólo el 0,9 % el pasado mes de marzo), como consecuencia de la caída
de los precios del petróleo. Según la Reserva Federal se mantendrán así durante
más tiempo, aunque confía que se acerquen, a medio plazo, al objetivo del 2%.
“Vivir para ver”: los bancos centrales, en lugar de luchar para contener los
precios, están anhelando cierta subida de los precios…
En todo caso, se ha sabido que, durante el
primer trimestre de este año, se ha moderado de manera notable el crecimiento
de la economía de Estados Unidos: la tasa de crecimiento anual del PIB durante
ese periodo supone tan sólo el 0,5% (tres veces menor que en el cuarto
trimestre de 2015). La situación justifica aún más la prudencia de la Reserva
Federal para no subir los tipos de interés.
Sin bien al inicio de cada año, juegan
negativamente la combinación del mal tiempo y el fin de las compras navideñas,
la ralentización económica de Estados Unidos puede situar a la primera economía
mundial al borde de la recesión (caídas del producto). Hay que esperar que en este segundo trimestre
se produzca el necesario repunte económico.
Para este año 2016, se espera que el PIB
de Estados Unidos crezca alrededor del 2,4%. El consumo ha crecido tan sólo un
1,9%, y el dólar fuerte está lastrando las exportaciones (cayeron un 2,6% en el
trimestre).
Se están recortando las inversiones en
bienes de equipo, a consecuencia del desplome del precio del petróleo. Sin
embargo, el sector inmobiliario, propició una mayor actividad, con un aumento
del 14,8% de las inversiones en vivienda (la mayor tasa de los últimos cuatro
años).
La realidad, es que el ritmo de aumento de las tasas de interés,
lo fijará la evolución del empleo en el mercado laboral, que podría
ralentizarse en la segunda mitad del año por el deterioro de los resultados
empresariales.
LATINOAMERICA:
Ya van dos años de recesión económica (caídas del PIB) de
América Latina. El Fondo Monetario
Internacional (FMI) prevé para este 2016 una caída del PIB de alrededor de un 0,5% en Brasil, Venezuela, Argentina y
Ecuador.
La situación china, la caída de los
precios del petróleo y de las materias primas han sido el detonante, aunque por
si solas no explican la situación.
EL FMI señala que gran parte de la situación se debe a Brasil
que se ha precipitado en el vacío, con una clase política muy afectada por la corrupción, una presidencia al
borde del desfallecimiento , está registrando tasas negativas de su producto
(nada menos que un – 3,8%): “la actividad económica se ha contraído debido a la
escasa confianza de las empresas y los consumidores, el elevado nivel de
incertidumbre respecto a la política interna, el debilitamiento de los precios
de las exportaciones y la escasa competitividad”.
Sin embargo, para el FMI, el colmo de errores políticos y
fragilidades, lo ostenta Venezuela: padece una hiperinflación que alcanzará el
720% a finales de este 2016. Señala que: “las condiciones económicas de
Venezuela no dejan de deteriorarse, con distorsiones políticas y desequilibrios
fiscales que siguen sin resolverse. Su situación a medio plazo no es sostenible
y exige un viraje sustancial. Los efectos sobre la salud y la calidad de vida
empiezan a ser importantes”.
El panorama lo completa Argentina con una disminución de su PIB
de un 1%, y Ecuador con una caída del 4,5%.
Respecto a Argentina, las medidas adoptadas por Macri, han sido
calificadas por el FMI como “ambiciosa
transición” alabando las medidas dirigidas a reactivar la inversión y
competitividad, como la reducción del tipo de cambio, y el aumento de las
tarifas de servicios públicos: “el cambio de Administración ha venido
acompañado de un cambio en la política económica muy importante que permitirá
reducir la inflación, contener el déficit público y reinsertar a Argentina en
los mercados internacionales. Esto generará un aumento de la inversión y un crecimiento
en 2017”.
En relación a México, avanza con normalidad. El FMI espera que
crezca un 2,4% este año. Sin embargo, este país tiene 55 millones de pobres, un
20% de ellos en condiciones extremas.
Sin embargo, el FMI contempla a la
economía mexicana con cierto optimismo: “los retos de México son ajustar las
finanzas públicas a la caída del precio del petróleo y seguir desarrollando las
reformas estructurales en energía, telecomunicaciones y educación. Estos
cambios más el comportamiento positivo de Estados Unidos permitirán una
aceleración y una buena senda de crecimiento sostenido en los próximos cinco
años”.
EUROZONA:
La Comisión Europea ha rebajado sus
previsiones de crecimiento para la eurozona, al situar el aumento del PIB de la
región en un 1,6% para 2016, y de un 1,8% en 2017, con la economía alemana a
medio gas, el paro por encima del 10%, y sin inflación… Para muchos, no es un
cuadro a la japonesa posible en el horizonte, sino que ya está aquí.
El FMI, el G-20, y el Tesoro de Estados
Unidos, hace tiempo que identificaron el problema: una política monetaria muy
expansiva, pero sin política fiscal que la acompañe: el BCE lleva tiempo
postulando una mayor inversión pública a aquellas economías que pueden
permitírselo, en particular, Alemania.
El BCE ha anunciado que en junio comenzará a comprar deuda corporativa (la emitida
por empresas), y también la emitida por compañías aseguradoras. De igual forma,
Draghi ha anunciado que en esa misma fecha se va a acometer la primera de las
nuevas operaciones de refinanciación a muy largo plazo, a cuatro años, a un
tipo de interés del 0 %.
El límite de compra máximo de deuda emitida por empresas
que no sean bancos, incluidas compañías aseguradoras, que acometerán seis
bancos centrales nacionales, entre ellos el Banco de España coordinados por el
BCE, será de un 70 % por cada emisor o, incluso, menos en el caso de empresas
públicas que serán tratadas como en el programa de compra de deuda pública.
Según el BCE, "en combinación con otras medidas no
convencionales, el programa proporcionará una expansión monetaria mayor y
ayudará a que las tasas de inflación vuelvan a niveles por debajo, pero
cercanos, al 2 % a medio plazo".
Las compras se realizarán en los mercados primario y
secundario, es decir emisiones iniciales y títulos de deuda que ya están en el
mercado.
El volumen de deuda corporativa denominada en euros y con
grado de inversión que existe en el mercado es de unos 1,1 billones de euros, y
la mayor parte de ella es de empresas de Francia, Alemania, Italia y España, (en
ese orden).
El emisor de la deuda corporativa no podrá ser un
vehículo de gestión de activos o un fondo de desinversión y gestión de activos
nacionales como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) o la
Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria
(SAREB).
En caso de que la deuda corporativa tenga una
rentabilidad negativa, deberá superar la tasa de la facilidad de depósito, que
está en el -0,40 %.
El BCE aceptará deuda corporativa de empresas
automovilísticas, siempre y cuando la matriz no sea un banco.
Todo ello, hasta alcanzar unas compras de 80.000 millones
de euros mensuales, como decidió el consejo de gobierno del BCE durante el
pasado mes de marzo.
Según Draghi, el Banco Central Europeo, llevará a cabo estas compras, como mínimo,
hasta marzo de 2017, y más allá de esta fecha en caso de que sea necesario o
hasta que el consejo de gobierno vea "un ajuste sostenido en el ritmo de inflación consistente con su objetivo de
inflación”.
Las excepcionales y
heterodoxas medidas monetarias adoptadas, han dado lugar a la polémica,
abanderada por el Gobierno alemán y, sobre todo, por su ministro de
Finanzas, Wolfgang Schäuble, que han sido interpretadas por muchos como un
ataque a la independencia del BCE.
Pues bien, los
institutos económicos más influyentes de Alemania han mostrado su apoyo al
presidente del Banco Central Europeo (BCE): “consideramos adecuada la
orientación actual de la política monetaria en la eurozona”.
Los economistas más respetados de Alemania (los llamados “sabios
alemanes”) consideran que el programa de compra de deuda del BCE es un buen
instrumento para estimular la economía, ya que abarata la financiación de los
países de la eurozona: "el ahorro por los bajos tipos de interés permite a
los Estados invertir en partidas que, con las reglas sobre topes de deuda, no
serían posibles de otra forma. Esta situación también
beneficia a Alemania de forma considerable".
Además del Instituto para la Investigación Económica alemán, han apoyado el diagnóstico conjunto el Instituto ifo de Múnich
(normalmente alineado con los más ortodoxos), el
DIW de Berlín, y el RWI de Renania-Westfalia.
En el plano de las necesarias actuaciones para
incrementar la inversión, el denominado “Plan Juncker” (persigue realizar inversiones
por un importe de 315.000 millones en tres años), la gran receta de Bruselas
contra el estancamiento, el desempleo y la deflación en la UE, ha vivido sus
primeros meses de implantación, provocando una gran disparidad de criterios respecto
a su funcionamiento: fuentes europeas han señalado que el programa de inversiones
ha logrado movilizar ya 82.100 millones de euros gracias a una inversión
pública a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI)
Sin embargo un informe
de la OCDE ha calificado de "decepcionante" al Plan: se reclama más
ambición para poner a Europa en la senda del crecimiento y la productividad.
"El BEI tiene que aceptar proyectos de mayor riesgo que en el
pasado".
Otros analistas
afirman que “es más de lo mismo: proyectos que antes ya financiaba
habitualmente el BEI los están incluyendo en el plan Juncker solo para
conseguir llegar a la cifra que han marcado por motivos de comunicación. Solo
les ponen una etiqueta. La mayoría de proyectos se han enfocado en pequeñas y
medianas empresas, energía y transportes. Decían que se iba a dedicar más a
innovación, pero cuando se observan en detalle, son proyectos típicos del BEI,
como autopistas o instalaciones aeroportuarias".
El Instituto Delors,
un centro de estudios con sede en París, ha señalado que "teniendo en cuenta la presión que existe
para alcanzar la cifra de 315.000 millones, existe el riesgo de que el plan sea
utilizado para reforzar operaciones ordinarias del BEI".
Ese temor ya se ha
traducido a las cifras sobre el terreno: Reino Unido, Francia e Italia son los
países que han puesto en marcha los proyectos de mayor envergadura gracias al
plan. España apenas ha firmado propuestas por valor de 615 millones, con los
que espera movilizar 2.500 millones de inversión privada y crear 5.500 empleos,
cuando Reino Unido, con 1.400 millones de fondos públicos, espera generar
70.000 empleos y Francia, con una cantidad similar, planea lograr 24.000 nuevos
puestos de trabajo. "Italia, Reino Unido y Francia tienen mucha
experiencia en pedir dinero al BEI frente a otros países más pequeños como
Grecia, por lo que el plan puede beneficiar a países más burocráticos".
La participación de China como inversor
en el plan es una de las cuestiones que vienen planteándose desde meses atrás,
pero, aunque se ha creado un grupo de trabajo al respecto, hasta el momento no
se ha concretado su entrada en el fondo. "El principio de la negociación
es que China debe adaptarse a las reglas, no habrá tratamiento favorable",
según han informado diversas fuentes comunitarias.
Entre los proyectos firmados hasta el
momento con empresas españolas están los logrados por Abengoa (investigación biotecnológica,
financiado con 50 millones sobre un total de 313), Grifols (100 millones para
la investigación de enfermedades cardiovasculares y el alzhéimer), y la red
gasista española, que a través de Redexis contará con una financiación de 160
millones de euros en una iniciativa que contará con una inversión total de 326
millones.
ESPAÑA:
La Comisión Europea ha corregido las cifras
del programa de estabilidad enviado por España a Bruselas para los próximos
años y ha concluido que tampoco
cumplirá en 2017 el objetivo de colocar el déficit por debajo del 3%,
tal y como se comprometió a hacer con la UE para este año 2016.
Según el comisario de Asuntos Económicos y
Financieros, Pierre Moscovici, "en muchos Estados miembros se prevé que el
déficit siga cayendo en 2016 y 2017. En la Eurozona, esperamos que sólo Francia
(3,4%), España (3,9%) y Grecia (3,1%) sitúen su déficit por encima del 3% este
año".
El Ejecutivo comunitario prevé que España sume un 3,9% de déficit
este año, tres décimas por encima del cálculo del Gobierno, y que sea del 3,1% en 2017,
cuando Madrid espera haberlo rebajado al 2,9%.
Estas expectativas comunitarias contradice
la posición defendida por el ministro de Economía, Luis de Guindos,
que ha planteado que “será suficiente un año de prórroga para recolocar las
cuentas en las cifras comprometidas con la UE”.
Moscovici ha eludido pronunciarse sobre
este pronóstico, pese a las preguntas sobre si es partidario de conceder uno o
dos años extra al Gobierno para cumplir los objetivos. "Obviamente
hay decisiones que tomar, pero abordaremos ese asunto a su debido
tiempo. En todo caso, las previsiones de la Comisión sobre España son
acertadas".
Bruselas también ha corregido las
previsiones de crecimiento del PIB español, y lo
sitúa en un 2,6% en 2016 frente al 2,7% del Gobierno, si bien es más
optimista de cara a 2017, para el que pronostica un alza del PIB del 2,5% en
lugar del 2,4%.
Bruselas advierte de los riesgos para las
cuentas españolas por la "necesidad" de medidas de ajuste adicionales
para corregir el desvío en la reducción del déficit en 2015, "sumado"
al riesgo de una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento "por la incertidumbre que
rodea a la formación de un nuevo Gobierno".
La Comisión Europea considera que el
crecimiento de la economía española será "robusto", pese a que
"seguirá relajándose", ya que se apoyará en una creación
"sostenida" de empleo y en la bajada del desempleo. También ayudará
la mejora de las condiciones de financiación y una caída de los precios del petróleo.
Las cifras comunitarias corrigen también
los datos de empleo del cuadro macroeconómico presentado por el Ejecutivo
español, ya que estima en
un 20% el paro en España el próximo año (frente al 19,9% que prevé el
Gobierno) y lo sitúa en un 18,1% en 2018 (cuando el Gobierno lo sitúa en un
17,9%).
En sus conclusiones, la Comisión espera
que la caída de los precios de la energía mantenga en negativo la inflación a
corto plazo, mientras que confía en que el déficit de las administraciones
públicas se reduzca, principalmente gracias a la recuperación económica.
En ese
sentido, los precios han vuelto a caer con fuerza, situando a la inflación a su
nivel más bajo en 14 meses. El IPC se situó en el pasado mes de abril en el
-1,1%, como consecuencia de los menores precios de la electricidad y de los
viajes organizados.
La bajada de precios
se ha acentuado y supone cuatro meses a la baja, tras situarse en diciembre en
el 0,0%. Hasta ahora la bajada llegaba sobre todo de la mano del abaratamiento
de la gasolina y los alimentos, algo que en este mes no tiene un efecto tan
significativo.
Hace ya más de dos años que los precios no
terminan de alcanzar cifras positivas, y aunque con algunos débiles rasgos de crecimiento (el pasado verano marcó dos
meses alzas del 0,1%), sigue en niveles muy bajos. El último mes en el que los
precios registraron una tasa más habitual hasta entonces para la economía
española fue el de agosto de 2013, cuando el IPC se situó en el 1,5%.
En tasa mensual (es decir, comparado el
dato de abril con el de marzo), los precios al consumo aumentaron un 0,7%. Sin
embargo, esta tasa es inferior a la registrada en el mismo mes de los dos
últimos años, cuando alcanzó el 0,9%.
Por su parte, la variación anual del
indicador adelantado del IPCA (Incremento de Precios al Consumo Armonizado que permite
hacer comparaciones con el resto de países de la Unión Europea) se situó en el
–1,2% en abril. Si este dato se confirma, la tasa anual del IPCA disminuiría
dos décimas respecto al mes anterior.
Las dudas del FMI sobre España están
íntimamente relacionadas con las expresadas respecto a la marcha de la economía
global, que el FMI ha expresado en el arranque de las reuniones de primavera: España
sigue siendo el país que más crece en el club de las grandes economías
avanzadas, pero por primera vez desde octubre de 2013, el FMI ha recortado las
expectativas económicas de cara a este año.
En el corto plazo, la economía española
sigue mostrando buenas credenciales frente a los grandes de la zona euro, Alemania,
Francia o Italia, con crecimientos mucho más tímidos en 2016, de entre el 1% y
el 1,5%. En la carrera de fondo, sin embargo, la economía española está plagada
de incertidumbres: la previsión muestra cómo el avance del PIB se va
desinflando hasta 2021. El crecimiento del 3,2% de 2015, pierde ocho décimas
este (2,6%), queda en el 2,3% en 2017 y ya baja de la barrera psicológica del
2% después, hasta quedar en el 1,6% en 2021.
Respecto al Paro Registrado, se ha entrado en su buena época del año. Abril se ha saldado
con una fuerte creación de empleo, pese a que la Semana Santa cayó plenamente
en marzo. En un mes la Seguridad Social ha visto incrementado el número de
nuevas afiliaciones en 158.038 nuevos cotizantes. Ha llegado a 17.463.836
afiliados, un 2,68% más en un año.
El número
de desempleados que se han inscrito en las Oficinas de Empleo, cayó en 83.599
personas y quedó ligeramente por encima de los cuatro millones.
Los datos de paro y empleo en abril
muestran que el mercado laboral español continúa con su recuperación. A los datos
mensuales brutos, se suman otros que prueban que la tendencia iniciada hace un
par de años se mantiene. Se ve en las cifras desestacionalizadas, las que se
limpian de los efectos que tienen en las contrataciones y los despidos, el
impacto de las temporadas turísticas o las campañas agrícolas: el paro
registrado cayó en poco más de 8.300 desocupados y la afiliación creció en más
de 55.000 cotizantes nuevos.
Aunque la tendencia al
alza se mantiene, el ritmo se ha aflojado en sintonía con el crecimiento
económico. El mejor termómetro para comprobarlo es la Seguridad Social. Y en
ella se ve, desde hace meses que la creación de empleo se ha frenado.
El aumento del empleo en abril fue
prácticamente generalizado. Casi todas las ramas de actividad que cuenta la
Seguridad Social ganaron afiliación. Destacó la hostelería, que solo en el
régimen general (el que agrupa a la mayor parte de quienes trabajan por cuenta
ajena) creció en 58.192 cotizantes nuevos. Le siguieron las actividades
administrativas y el régimen agrario.
El tirón de estos sectores también
explica el poco empuje de los contratos indefinidos, que en abril se quedaron
en el 9,5%. Este porcentaje supone una mejora respecto al mismo mes del año
anterior, y también lo es cuando se miden de forma acumulada el peso de todos
los contratos suscritos durante los primeros cuatro meses del año. No obstante,
este porcentaje es insuficiente para corregir al alto peso que tienen los
contratos temporales en el conjunto de la Seguridad Social. Si se tiene en
cuenta, el conjunto de afiliados en el instituto previsor, los contratos
temporales suponen el 29,8% del total.
En otro orden, la banca que se está
jugando hasta 7.600 millones de euros con la devolución de las cláusulas suelo,
ha seguido aumentando su cartera de pisos y fincas embargados por impagos. Al terminar 2015, según el Informe de
Estabilidad Financiera de mayo publicado por el Banco de España, el sector
tenía activos adjudicados o recibidos en pago de deudas procedentes de los
negocios en España por 84.000 millones (un 0,95% más).
A pesar de que las
entidades venden pisos y promociones aprovechando la recuperación del mercado
inmobiliario, no están rebajando su cartera de activos tóxicos. Además, una
parte de estos activos se pasan a fallidos cuando se provisionan al 100%, por
lo que si se tuviera en cuenta todo lo recibido por las entidades desde 2012,
incluyendo esos fallidos, el importe sería mayor.
Según el Banco de España, lo relevante
es que "esta cifra de activos adjudicados se ha mantenido estable desde
diciembre de 2012, siempre con valores entre los 75.000 millones de euros y los
84.000 millones". Esto supone que en los cuatro últimos años no han podido
librarse de este lastre. Para la banca es una rémora porque consumen recursos,
como el capital, y además de generar gastos ya que estas propiedades exigen el
pago de impuestos, el cuidado de las viviendas, el pago de gastos de comunidad,
la seguridad, etc. En un momento en el que los ingresos financieros están
en caída por los bajos tipos de interés, este problema frena aún más sus
rendimientos.
Según el informe citado, de este
conglomerado de activos embargados o entregados en pago, "un 37,6% del
total es suelo. Su peso en un año ha disminuido el 0,5%". El suelo es el
activo menos líquido porque para desprenderse de él es necesario realizar una
promoción de viviendas, lo que supone una nueva inversión de dinero. No
obstante, la Sareb ha explicado que ya ha empezado a promocionar suelos porque
en algunas zonas la recuperación es clara.
Según el informe del Banco de España, "otro
25% son edificios terminados, que han descendido 0,43% en el último año, y un
22,3% son activos adjudicados procedentes de adquisiciones de vivienda (aumento
de 0,018% en diciembre de 2015 en comparación con diciembre de 2014).
Finalmente, los edificios en construcción suponen, en diciembre de 2015, un 5%
del total, habiendo permanecido estable este porcentaje en el último año”.
También el Banco de España, ha señalado
que el impulso de la economía española está perdiendo fuerza. En el Boletín
Económico del mes de abril se precisa que: “los indicadores de la economía de
mercado apuntan a una modesta ralentización, como consecuencia de una menor
actividad de las empresas, que han paralizado sus inversiones en un entorno de
fuerte incertidumbre”. En otro lado, se encuentran las familias que,
prácticamente, han conseguido mantener estable su consumo.
MERCADOS:
Durante el mes de abril, la Bolsa ha
vivido un mes bastante tranquilo: comenzó con recortes, pero se fue normalizando la situación con
el inestimable apoyo del sector bancario y la reacción alcista del crudo, a
pesar de que la cumbre de los países productores terminase sin acuerdo. El Ibex
35 ha cerrado el mejor mes en lo que va de año, con un avance del 3,4%.
El cierre del mes se ha visto animado
por tres salidas a Bolsa: Telepizza y Parques Reunidos, que repiten suerte tras
haber sido excluidas con anterioridad, y Global Dominium, la filial de Cie
Automotive de servicios tecnológicos y soluciones de ingeniería.
Se ha producido el
fracaso de la reunión en Doha de varios países productores de petróleo para
congelar los volúmenes de producción, y así lograr la subida de precios. La fuerte
rivalidad entre Irán y Arabia Saudí, impidió que se lograra un acuerdo.
La cita buscaba
mantener los niveles del pasado enero hasta octubre para animar los precios del
petróleo. Sin embargo, la exigencia saudí de que Teherán se uniera al plan
evitó que prosperara, ya que los iraníes, recién reincorporados al mercado tras
una década de sanciones, quieren recuperar su cuota de producción histórica.
El ministro de Energía de Qatar, Mohamed
Saleh al Sada, al final de la conferencia señaló que “los fundamentos del
mercado están mejorando. Todos necesitamos más tiempo para más reuniones”
Por otra
parte, la incertidumbre sobre los precios del crudo petrolero, junto a la volatilidad de los mercados de
valores, ha devuelto el protagonismo al oro como activo de refugio. En el
primer trimestre de 2016, el valor del metal precioso repuntó un 16,4%, hasta
cotizar a finales de marzo 1.238 dólares la onza. Se trata de la mayor subida
trimestral del oro en 30 años, ya que su valor no subía de forma tan repentina
desde 1986.
La
cotización del oro fue creciendo a lo largo de los tres primeros meses del año,
hasta tocar su máximo el 11 de marzo, cuando la onza se intercambiaba por 1.289
dólares. A finales de diciembre del año pasado, la onza valía 1.061 dólares.
Treinta días después, su valor ya alcanzaba los 1.118 dólares, y en febrero
llegaba hasta los 1.238 dólares, con un repunte del 16,6%. A finales de marzo
el precio del oro se consolidó por encima de los 1.200 dólares por onza, y
muchos analistas apuntan a que durante todo 2016 su cotización se mantendrá en
una horquilla de entre 1.100 y 1.300 dólares.
EMPRESAS:
Según las cifras de las patronales
Faconauto, Anfac y Ganvam, las ventas de coches siguen creciendo. Una vez
concluido el efecto estacional de la Semana Santa que condicionó de manera
notable el mes de marzo pasado, las ventas de automóviles en abril alcanzaron
las 100.281 unidades, experimentando un crecimiento del 21,2% respecto del
mismo mes del anterior.
En lo que va de año, hasta mayo, el
mercado registra un volumen de 385.775 unidades lo que representa un
crecimiento del 10,3%, siendo el mejor cuatrimestre desde 2008.
Los fabricantes achacan este buen
comportamiento de las ventas por una parte, a causas macroeconómicas, como el
descenso progresivo de la tasa de desempleo y la mayor renta disponible de los
consumidores. Y, dentro, del sector, al Plan PIVE 8, la mejora de la
financiación y el esfuerzo comercial de concesionarios y marcas. Las cifras del
primer cuatrimestre apuntan a unas ventas de 1,1 millones de unidades para todo
el año.
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