En el club de las grandes
economías desarrolladas, España volverá a ser este año la que más crezca,
seguida de Estados Unidos y Reino Unido. El FMI calcula una expansión del 2,6%
en 2017, lo que supone una mejora de tres décimas respecto a la última estimación
del pasado enero, y se sitúa una décima por encima de la previsión oficial del
Gobierno.
GLOBAL:
Según el economista jefe
del Fondo Monetario Internacional (FMI), “la aceleración que esperábamos desde
hace tiempo parece materializándose. Las perspectivas de crecimiento mundial
para este 2017, se sitúan en el 3,5%, lo que suponiendo una mejoría leve (una
décima), respecto a la anterior previsión de hace cuatro meses, sin embargo,
marca un cambio de tendencia sobre los últimos años”.
Durante el pasado año, se
registró un crecimiento económico global del 3,1%, y el FMI mantiene su
previsión para el próximo 2018 en un 3,6% de aumento de la producción mundial.
No obstante, preocupa el
“lento crecimiento” de las economías desarrolladas, y también la ralentización
que está sufriendo la economía de China (crecerá su PIB un 6,6% y un 6,2%,
respectivamente durante 2017 y 2018).
El FMI también ha
advertido, respecto a las incertidumbres y riesgos geopolíticos que se
mantienen abiertos, que provocan temores que, pese al optimismo de los mercados
financieros, puedan dar lugar a un
retraimiento de las inversiones.
Por otro lado, la
directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha tratado de evitar asperezas
con el presidente Trump, afirmando que “espera progresos con la nueva Casa
Blanca”. Lagarde aseguró que en el FMI, aunque no son una organización dedicada
a mejorar el comercio mundial, están preocupados por tratarse de un “motor
crucial para el crecimiento economico”.
La directora del FMI prometió
que batallaría “por un terreno de juego justo y equilibrado”. Se trata de una
expresión similar a la que el presidente Trump ha repetido hasta la saciedad
para denunciar que Estados Unidos ha jugado en desventaja frente a países como
China. Ahora bien, según Lagarde, las medidas que se adopten, no pueden conducir
a “medidas proteccionistas”.
Como ya se ha comentado
inicialmente, aunque las previsiones del FMI para la economía mundial para este
año mejoraron una décima, del 3,4% al 3,5%, el organismo está preocupado por el
Brexit en el Reino Unido y las elecciones en Francia (una posible victoria de
la ultraderechista La Pen en Francia "causaría desde luego un gran trastorno
y supondría un riesgo de distanciamiento de la UE").
Y es que las proclamas nacionalistas
también están ganando fuerza en la eurozona, cuyas previsiones de crecimiento,
aunque han mejorado una décima, se mantiene en un débil 1,7% para este año, el
mismo ritmo lento del año 2016. Alemania, tan solo crecerá un 1,6%, manteniendo
su criticado gran superávit comercial.
No obstante Lagarde
celebró el posible aumento de la inversión en la economía germana y también de
la ayuda a los refugiados. Este año habrá elecciones en Alemania, y el FMI
realiza sus pronósticos con mucho cuidado.
LATINOAMERICA:
Según el FMI,
Latinoamérica ha logrado superar la recesión económica. Ahora bien, su recuperación
será más débil de lo deseado.
Se prevé para este año
por el Fondo, para toda la región, un débil crecimiento del 1,1%. Y para el 2018
será del 2%, igualmente inferior a las expectativas.
Para la economía
mexicana, una de las más importantes, prevé
un crecimiento del 1,7% este año, y de un 2% en 2018. Una de las causas
que se cita, son las incertidumbres en sus relaciones comerciales con Estados
Unidos.
Para Brasil, frente a la
contracción económica (caída del PIB) del 3,6% en 2016, se espera un débil
crecimiento del 0,2% durante este 2017, y para 2018 del 1,7%.
Según el FMI la mejoría
de la economía brasileña se debe a la menor incertidumbre política y al avance en el
programa de reformas, aunque la economía siga amenazada por los graves casos de
corrupción.
En Argentina, la
estabilidad interna también permitirá que su economía deje de contraerse y crezca
su PIB a un ritmo del 2,2% este año, manteniéndose en 2018, si se recuperan las
exportaciones y la inversión.
El punto más negro se
localiza en la economía venezolana: su PIB se contraerá, nada menos, que un 7,4%
este 2017, y un 4,1% en 2018. “La monetización de los déficits fiscales, las
amplias distorsiones económicas y las graves restricciones a las importaciones
alimentan una inflación en rápido aumento”: los precios, según el FMI, subirán,
nada menos, que un 720% este año y
un 2.070% el que viene.
Por lo que respecta a
Chile y Colombia, sus economías crecerán un 1,7% y un 2,3% respectivamente en
2017. Aunque los países exportadores de petróleo van a seguir atravesando
dificultades.
Según el FMI, la economía
de Bolivia tendrá la tasa de crecimiento más alta de la región este año. Le
sigue la de Perú, con un 3,5%, y Paraguay, con un 3,3%. Estos tres países
avanzarán un 3,7% en 2018. Ecuador, por su parte, se contraerá un 1,6% y
seguirá arrastrando un ligero descenso de su PIB de tres décimas el año próximo.
No coinciden las
condiciones financieras en cada una de estas economías: los tipos de interés se
recortan en Brasil mientras suben en México. Algo parecido ocurre con las
divisas: el peso mexicano sufrió una notable depreciación tras las elecciones en EE UU y,
sin embargo, se ha fortalecido recientemente, alcanzando los niveles previos a
la victoria de Trump. En cualquier caso, persisten los riesgos de las amenazas
proteccionistas de Trump.
ESTADOS UNIDOS:
El rendimiento de la
economía estadounidense con el presidente Donald Trump, durante el primer
trimestre de este 2017, ha sido mediocre: la actividad económica creció en ese
periodo a una tasa anual equivalente (el correspondiente al trimestre, pero
anualizado) del 0,7%.
Se trata de una cifra muy
alejada de sus promesas del 4% durante su campaña electoral, y supone una merma
notable frente al 2,1% de aumento en el tramo final del mandato del presidente Obama.
Esta desaceleración
económica, que se viene dando año tras año, refleja la dificultad que tiene la
mayor potencia del mundo para registrar en su PIB un aumento superior al 2%.
Janet Yellen, presidenta
de la Reserva Federal, ya había señalado que había que acostumbrarse a vivir
con unas tasas de crecimiento que están por debajo del potencial y, desde
luego, se trata del ritmo de crecimiento económico más lento habido en tres
años.
Veremos si las iniciativas
que promueve Trump logran cambiar esa tendencia. El secretario del Tesoro,
Steven Mnuchin, insiste en que el plan permitirá elevar el crecimiento a un
ritmo sostenido del 3%.
El presidente Trump
quiere recortar la presión fiscal a los individuos y las empresas, disminuir
aún más la regulación e intervención de las autoridades en la economía
estadounidense, e incrementar el gasto en infraestructuras. Pero hasta ahora
las medidas adoptadas han sido más bien simbólicas.
Respecto a los
consumidores estadounidenses, la evolución del gasto de los hogares mostró un
crecimiento muy pobre (0,3%), frente al 3,5% a final de 2006. Es el menor
incremento en el consumo privado desde 2009, que aporta dos tercios al
crecimiento. En parte refleja la moderación en la compra de grandes productos
como los automóviles.
Sin embargo, la inversión
en el sector inmobiliario subió un 13,7%: las ventas de viviendas crecieron
durante el pasado marzo a un ritmo anual del 4,5%. El precio medio de venta
subió cerca de un 7%. La inversión empresarial, entre tanto, mejoró un 10,4%. Se
trata de un aumento respecto a trimestres anteriores.
Todo ello, podría dar a
la Reserva Federal un “descanso” en la normalización de la política monetaria
en Estados Unidos: subió tres veces los tipos de interés. Los dos últimos
incrementos se produjeron en diciembre y marzo. Se esperan, al menos, dos
subidas más de un cuarto de punto este año (en junio y en diciembre), lo
que dejaría el precio del dinero próximo al 1,5%. Para el próximo 2018 se
esperan tres subidas, dependiendo de las iniciativas de Trump.
Por otro lado, en este
reciente mes de abril, el empleo ha repuntado en Estados Unidos, habiéndose
registrado durante el mes 211.000 nuevos ocupados. La tasa de paro se redujo al
4,4%, una décima menos que en marzo, y se coloca así al nivel más bajo desde
mayo de 2007, antes de que la economía cayera en la Gran Recesión.
El dato de empleo supone
una mejoría en relación a los 79.000 nuevos contratos firmados en marzo, que en
su caso se revisó además a la baja en cerca de 20.000 ocupados respecto a lo
anticipado hace un mes. El total de empleos creados en los tres primeros meses
de la presidencia de Donald Trump supera el medio millón de ocupados, a pesar
de la decepcionante situación económica hasta marzo. Pero la realidad, es que la
economía se encuentra en una situación de pleno empleo, por lo que las empresas
están teniendo dificultades para cubrir nuevos empleos, por lo que los salarios
se han incrementado tres décimas.
La situación del mercado
de trabajo refuerza los argumentos de la Reserva Federal para mantener el
proceso iniciado de normalización de la política monetaria, aunque de forma
gradual.
UNIÓN EUROPEA:
Según
los datos publicados por Eurostat (Oficina Estadística de la Unión Europea), el
PIB de la eurozona creció un 0,5% entre los meses de enero a marzo (el
mismo aumento del trimestre anterior). Esto supone un aumento
anual del 1,7%.
El crecimiento económico
del conjunto de los Estados de la Unión Europea durante el primer trimestre del
año fue del 0,4% (por debajo del 0,6% registrado entre noviembre y diciembre).
En tasa interanual, el avance fue del 1,9%.
España
continúa siendo una de las economías que más crece
(un 0,8% entre enero y marzo), muy por encima de la media de la eurozona. Por
su parte, la economía francesa sólo se expandió un 0,3%, una cifra que los
analistas atribuyen a la campaña electoral para las elecciones presidenciales.
Pese al dato
decepcionante de Francia, el
crecimiento de la eurozona supera ampliamente al de Estados Unidos, cuya
tasa interanual durante el primer trimestre fue apenas del 0,7% (frente al
1,7% de la eurozona), el ritmo más bajo en tres años; y al de Reino Unido, que
se expandió un 0,3% entre enero y marzo.
Para algunos analistas, la
mejora económica de la eurozona aumenta la presión sobre el presidente del
Banco Central Europeo, Mario
Draghi, para que empiece a eliminar gradualmente su programa de compra
de deuda. Draghi ya ha comentado que aunque se prevé que la recuperación "continúe
consolidándose y ampliándose, todavía persisten riesgos a la baja por la lentitud en las reformas y la
incertidumbre mundial”.
Y
es que Mario Draghi sostiene que el estímulo monetario sigue siendo necesario para
lograr el objetivo de que la subida de precios se sitúe en el 2% de forma
sostenible a medio plazo. No obstante, el BCE ya ha disminuido su ritmo de
compra de deuda de 80.000 a 60.000 millones de euros al mes, pero ha señalado
que las mantendrá "hasta el final de diciembre de 2017 o hasta una fecha
posterior si fuera necesario", subrayando que seguirán en vigor en todo
caso hasta que se observe un ajuste sostenido de la senda de inflación
compatible con el objetivo de inflación de la entidad.
Por ello, el BCE ha
mantenido el tipo de interés de referencia en el 0%, mientras que el tipo
aplicado a la facilidad de préstamo continuará en el 0,25%, y el interés de la
facilidad de depósito seguirá en el -0,40%.
En este sentido, el Banco
Central Europeo ha reiterado que los tipos de interés oficiales se mantendrán
en los niveles actuales, "o en niveles inferiores", durante un
período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de
activos.
La tasa de inflación
interanual de la zona euro se sitúo en el pasado mes de marzo en el 1,5%, frente al 2% observado en el
mes anterior, mientras que la tasa interanual de inflación súper-subyacente (además de energía y alimentos frescos excluye
también la evolución de los precios del alcohol y el tabaco), se situó en el
0,7%, frente al 0,9% del mes anterior (la cifra más baja desde abril de 2016).
Por otro lado, en
relación al Brexit, la Comisión Europea ha señalado que es necesario que el
Reino Unido salde sus cuentas pendientes con la Unión Euroea, y garantice
los derechos tanto de los europeos residentes en Reino Unido como de los
británicos que viven en la UE.
Según fuentes de la Unión
Europea, “algunos han creado la ilusión de que el Brexit no tendrá
impacto, que se puede negociar rápido, y no es el caso. De forma que se está
exigiendo al Gobierno británico una previsión clara de los desembolsos
anuales que ha de realizar para arreglar las cuentas pendientes,
sosteniendo que todos los ciudadanos europeos que recalen en Reino Unido antes
de la salida efectiva de la UE (el 30 de marzo de 2019) tienen derechos
adquiridos, y que por tanto, podrán invocarlos ante el Tribunal de Justicia de
la UE hasta el día de su muerte”.
Han sido los propios Estados
miembros de la UE, quienes han insistido en endurecer la posición de los
Veintisiete. Holanda, Alemania, Francia y también España han reclamado que la
salida británica no les cueste un euro (en el caso de España, que no le reste
fondos) del periodo presupuestario 2014-2020. En derechos de ciudadanos,
también España (junto a otros países del sur y los del Este) presiona para
asegurar que los 4,5 millones de personas afectadas (3,2 millones de
comunitarios en Reino Unido y 1,3 británicos en el resto de Europa) no sufran
cambios (como si no hubiese ocurrido el Brexit).
Y
es que la falta de prisas del Reino Unido (estamos casi
un año después del referéndum del Brexit),
han cansado al resto de los
Estados miembros, que exigen ahora un pago exhaustivo de todos los compromisos
adquiridos en la UE antes de la salida (entre ellos, el cheque millonario a
Turquía por la acogida de refugiados que se irá desembolsando durante muchos
años). Incluso piden que Londres cubra los gastos que generará el traslado de
las dos agencias comunitarias que ahora alberga y que deberán reubicarse en
otros países comunitarios (España aspira a acoger la del medicamento). Bruselas
niega, además, que Reino Unido pueda recibir compensación alguna por los
activos comunitarios (edificios y otras propiedades de la UE) a los que ya no
tendrá acceso y que se abonaron con dinero de los Estados, incluido el
británico.
En otro orden, la creación
de un nuevo euríbor, otro índice que sirva de referencia para las
hipotecas variables, se retrasa. El Instituto Administrador de los Índices Bancarios,
ha concluido que no se puede llevar adelante un nuevo modelo de
euríbor que sustituya al actual tal y como exigía la legislación europea:
“bajo las actuales condiciones de mercado no será factible evolucionar de la
metodología del actual euríbor a una basada completamente en
transacciones". Esto es lo que sostiene la filial de las patronales
bancarias europeas que ha llevado a cabo el estudio de la nueva metodología
supervisado por los reguladores nacionales, incluida la española CNMV (Comisión
Nacional de los Mercados y Valores).
Por otro lado, una mala
noticia, es que Europa que era una especie de “máquina de la convergencia”: el mercado interior y los fondos
europeos facilitaban la reducción de la brecha de renta per cápita, se ha
acabado: documentos de la Comisión Europea admiten que, a pesar de la
recuperación, las divergencias entre países y regiones persisten: “en los
últimos años, la convergencia se ha desacelerado considerablemente, incluso se
ha detenido”.
España, que superó la
renta per cápita europea antes de la crisis, está ahora claramente por debajo
de la media de la eurozona, situada en torno a los 30.000 euros anuales. Con
índices de pobreza y de desigualdad al alza. Y con una tasa de paro que solo
supera Grecia y que está muy lejos del 5% de Alemania. “La crisis ha afectado a
Europa por diferentes vías, pero particularmente a sus jóvenes generaciones”,
asegura el documento. “Por primera vez desde la II Guerra Mundial, hay un
riesgo real de que los jóvenes vivan peor que sus padres”.
ESPAÑA:
El mercado de trabajo en
España está mostrando signos contrapuestos: según la EPA (Encuesta de Población
Activa del INE) correspondiente al primer trimestre de este año, la mejoría
laboral, que se prolonga ya durante tres años, ha sufrido en el comienzo de
2017 un cierto frenazo. La destrucción de empleo tradicional de los primeros
tres meses del año, que no ha contado con alivio alguno, ha sido de 69.800
puestos de trabajo. El paro, por su parte, subió en 17.200 personas, cebándose
exclusivamente en mujeres. Estos datos, completados con una nueva caída de la
población activa, han elevado la tasa de desempleo hasta el 18,75%.
En invierno es habitual
que en España se destruya empleo y que suba el paro. Posteriormente, cuando se
acerca la Semana Santa, la contratación se anima, muy especialmente en la
hostelería, y la coyuntura se invierte hasta que llega el otoño. Pero la Semana
Santa este año no ha aliviado el primer trimestre, porque cayó en abril. Así
que en el arranque de 2017 se ha reducido el número total de puestos de trabajo
hasta los 18,44 millones y el paro ha crecido hasta los 4,25 millones de
desempleados.
Esta ausencia de temporada
turística durante marzo, se ha sentido con claridad en la encuesta de
población activa (EPA) relativa al primer trimestre, al observar lo
sucedido en la rama de la hostelería. En el primer trimestre del año, ocupaba a
1,486 millones de trabajadores, 18.000 menos que el año anterior en el mismo
periodo pese a que en todo el conjunto de la economía hay casi 410.000 ocupados
más.
También en el
comportamiento regional se nota este fenómeno, pues son Cataluña, Baleares y la
Comunidad Valencia, junto a Galicia, las comunidades autónomas donde más ha
subido el paro.
Al contrario de lo que ha
sucedido en la hostelería, otras ramas sí que han registrado incrementos
anuales de empleo, como la agricultura, la construcción o el comercio.
La misma explicación, en
cambio, sirve para afirmar que lo más probable es que este año toda la
contratación que lleva aparejada este corto periodo vacacional aflorará en el
segundo trimestre. Este fenómeno servirá para que se mantenga la tendencia de
creación de empleo que se mantiene desde que hace tres años comenzara a crearse
empleo, algo que se constata cuando los datos de la EPA se limpian de los
altibajos que provocan las temporadas turísticas o las campañas agrícolas y
muestran que los puestos de trabajo aumentaron un 0,7% en los tres primeros
meses.
También apuntalará el
crecimiento el previsible tirón del empleo público, ahora que el Gobierno ha
dado luz verde a la oferta de 67.000 plazas de funcionarios para este año. Si
se ejecutan estos planes, lo más probable es que se invierta o, al menos, se
alivie la evolución a la baja de las plantillas públicas. Según las cifras del
INE, tanto en el último año como en el último trimestre los trabajadores de la
Administración han disminuido en 44.400 y 12.300 ocupados, respectivamente en
esos periodos.
Otro de los aspectos más
relevantes de los datos divulgados de la última EPA es que el aumento del desempleo se ha centrado
exclusivamente en las mujeres, entre quienes ha subido el paro en 21.700
personas. En cambio, entre los hombres ha bajado en 4.500 desocupados.
Una de las
características propias de los primeros compases del año es el retroceso de la
temporalidad. Los contratos con fecha de caducidad están muy asociados a
actividades de temporada, como la hostelería. En particular, este año el
retroceso ha sido de 122.600 empleos asalariados temporales frente a un
incremento entre los fijos de 78.000. Esto ha situado la tasa de temporalidad
en el 25,8%, ocho décimas más que el año anterior.
Sin embargo, en contraste
con lo anterior, si nos atenemos a las cifras publicadas por el Ministerio de
Empleo, correspondientes al Paro Registrado (aquellos que se inscriben como
desempleados demandantes de empleo en las Oficinas de Paro), la bajada
del desempleo durante el pasado
mes de abril ha sido histórica: la mayor de toda la serie (que empieza a
mediados de los años 80) para cualquier mes: nunca se había producido un descenso de 129.000 parados.
Quizá lo más importante,
sea la subida de la afiliación de
212.216 personas, récord para el mes de abril y que además
permite recuperar la cifra de 18
millones de afiliados alcanzados por primera vez en agosto de 2009. Por
comparar, el año pasado el paro bajó en 83.599 personas y la afiliación subió
en 158.038 en abril.
El paro registrado ha
bajado en todas las comunidades
autónomas, salvo en Melilla, que sube en 162 personas. Las bajadas más
importantes se han dado en Andalucía (-33.984), Cataluña (-20.266) y Madrid
(-12.375).
Por sectores, el crecimiento del empleo lo
han liderado en abril los sectores más relacionados con el turismo: la hostelería y el comercio, pero los aumentos se han
dado en todos los sectores y en todas las comunidades autónomas. No ha habido
retrocesos en la afiliación durante el pasado mes de abril.
Si nos fijamos en
la contratación, durante el
pasado mes de abril se han firmado más de 1.600.000 contratos (una subida de un 4% respecto al año pasado). El
ritmo de subida de la contratación indefinida es más lento, de un 3,8%. En
total, los indefinidos representan el 9,4% del total de los contratos firmados.
En cuando a los datos
de protección social, la
cobertura (el porcentaje de parados que han trabajado antes y tiene acceso a
prestación o subsidio) sube: está en 54,8%, algo más de un punto y medio más
que hace un año.
Por lo que respecta a la
evolución de los precios, la inflación ha vuelto a crecer durante el pasado mes
de abril. El dato adelantado del Índice de Precios al Consumo subió durante el
mes pasado hasta situarse en el 2,6%, (tres décimas más que en marzo, cuando se
situó en el 2,3% desde el 3% que había registrado en enero y febrero).
Según el INE (Instituto
Nacional de Estadística), un factor ha contribuido especialmente al acelerón
del índice en abril: la subida de los precios de los servicios turísticos por
la Semana Santa. Según el INE, el precio de la electricidad, que se ha
mantenido estable frente a la bajada registrada el año pasado, también tira del
índice de precios hacia arriba.
Y es que la Semana Santa ha
dado lugar a un nuevo récord turístico en España. El buen tiempo ha abarrotado las
playas, y ha animado a los rezagados a escaparse al campo o a visitar otras
ciudades. El aspecto negativo han sido los precios que han aumentado al crecer la
demanda.
Así, el IPC subió en
abril un 1% respecto al mes de marzo, según el indicador adelantado del INE.
Hay que remontarse hasta abril de 2012 para encontrar una subida mensual mayor
en ese mes. También aquel año la Semana Santa cayó en abril. Además, los
precios encadenaron en abril ocho meses consecutivos al alza, desde que en
septiembre se situaran en positivo por primera vez desde julio de 2015.
Finalmente, el INE
informa de que el indicador adelantado del IPC Armonizado, el que se elabora
con la misma metodología que en el resto de países de la UE para poder realizar
comparaciones, se situó en abril en el 2,6% (cinco décimas más que en el mes
anterior).
En otro orden, la
confianza del consumidor subió siete puntos el pasado mes de abril en relación
al mes anterior, hasta situarse en 106,7 puntos, nivel solo siete décimas inferior al máximo
histórico alcanzado en diciembre de 2015. Este fuerte repunte de la
confianza se debe al aumento de la valoración que hacen los ciudadanos de la
situación actual y, en menor medida, a la mejora de sus expectativas.
Con el avance de mes de abril, la confianza de los consumidores encadena dos
meses consecutivos de ascensos tras haber repuntado en marzo
4,6 puntos. Este indicador ha recuperado en el cuarto mes del año los descensos
experimentados a lo largo de 2016 y en los dos primeros meses de 2017.
MERCADOS:
La Bolsa ha vivido un
buen cuatrimestre, al menos de momento, pero lo más importante es que el alivio
que ha supuesto el triunfo de Macron en la primera vuelta de las presidenciales
francesas, junto a los resultados empresariales que se van publicando, han dado
lugar a mejoras en el mercado.
Además, a excepción de
unas pocas que cotizan a precios demasiado elevados, las acciones parecen estar
baratas y con potenciar de subida, por lo que la posibilidad de sostener el
nivel de los 11.500 podría alcanzarse.
No obstante, es preciso
extremar la prudencia. Aunque haya analistas muy optimistas que ven potenciales
alcistas muy importantes, hay que tener sumo cuidado.
Para algún analista, el
conocido aforismo "Sell in May and
go away", que en castellano significa: “vende en mayo y vete”, aunque con cierta frecuencia haya sido
válido, no es de obligado cumplimiento.
Hay que observar los
resultados de la segunda vuelta en Francia para tomar decisiones. Si saliera victoriosa
Le Pen, el batacazo bursátil podría ser histórico. Y si ganara Macron, se
intensificaría el alza de las cotizaciones, para continuar con moderadas
correcciones.
También habrá que estar
pendiente de la evolución de los precios del petróleo, que se mantiene en torno
a los 50 dólares el barril. Su subida complicaría la situación.
Por otro lado, el Euribor
sigue en caída libre, pareciendo que no ha tocado fondo. En abril ha cerrado el
mes a -0.118%. Esta tendencia ha propiciado que la cuota de un préstamo medio para
la compra de vivienda que se tenga que revisar en estos momentos, se beneficie
de una bajada de 65 euros anuales.
EMPRESAS:
La multinacional Repsol alcanzó
un beneficio neto de 689 millones de euros en el primer trimestre de este año,
un 59% superior a los 434 millones obtenidos en el mismo periodo del ejercicio
anterior.
La empresa atribuye la
mejora a los planes implantados para afrontar el actual escenario de precios
bajos. Los proyectos en curso del programa de sinergias y eficiencias
supusieron más de 500 millones de euros del objetivo establecido para 2017. Se
espera que este año el programa aporte un total de 2.100 millones.
El beneficio neto
ajustado de Repsol, se situó en 630 millones, una mejora del 10%
frente a los 572 millones del primer trimestre de 2016. Este beneficio ajustado
excluye el impacto patrimonial de las variaciones en el precio del crudo (que
ha subido en el trimestre) y los extraordinarios. Entre estos últimos, Repsol
ha contabilizado un deterioro de 31 millones en el valor de los activos
exploratorios en el Golfo de México, "conforme a la evolución prevista de
los planes de desarrollo del área".
Los negocios de la
compañía continuaron su senda positiva, con un destacado comportamiento del Upstream (exploración y producción), que
con 224 millones, superó en 207 millones el resultado obtenido en los tres
primeros meses de 2016. El negocio de Downstream
(refino y comercialización) se mantuvo como gran generador de caja de la
compañía y alcanzó un resultado de 500 millones de euros, en línea con el
obtenido entre enero y marzo de 2016.
La buena evolución de los
negocios permitió que el resultado bruto de explotación (EBITDA) mejorase un
80%, hasta los 1.844 millones, aunque ese EBITDA incluye el impacto patrimonial
por la mejora del precio del petróleo, frente a las caídas del primer trimestre
de 2016.
La producción media del
trimestre fue de 693.400 barriles equivalentes de petróleo al día, un 3%
inferior a la del mismo periodo de 2016. El decline natural y cese de producción
en campos de Noruega y Estados Unidos y la pérdida de producción por la venta
de activos en Indonesia y Trinidad y Tobago se ha visto compensado por la
aportación de Reino Unido, Libia y Brasil, país donde la puesta en marcha del
yacimiento Lapa contribuyó a alcanzar un nuevo récord de producción de Repsol.
En Libia, se reinició la producción a finales de 2016, pero se han producido
dos paradas "por causas externas", del 28 de marzo al 2 de abril y
del 9 al 27 de abril.
En cuanto a la actividad
exploratoria, en el mes de marzo Repsol anunció el mayor descubrimiento
convencional de hidrocarburos logrado en los últimos 30 años en suelo de
Estados Unidos, realizado en la prolífica zona del North Slope de Alaska.
La compañía estima que los recursos contingentes de la formación donde se
realizó el hallazgo, denominada Nanushuk, alcancen aproximadamente 1.200
millones de barriles recuperables de crudo ligero.
Realmente interesante...
ResponderEliminarEscribes magistralmente sobre Economía.
Saludos
Que amable eres Mark. Te hago extensivo, y muy merecidamente, el comentario a tus artículos.
ResponderEliminarSaludos