Con ocasión del Premio Nobel
de economía de 2017, Richard Thaler, se habla frecuentemente de la economía del comportamiento o conductual.
Comenzaré señalando que, en mi opinión, el termino no es muy afortunado ya que
toda la teoría económica estudia el comportamiento de cada agente, tanto individualmente como de forma colectiva.
Ahora bien, sin duda, su
gran novedad es que pretende relacionar más estrechamente a la teoría económica
con la psicología, e incluso con la neurología.
Tradicionalmente, en la
mayor parte de la teoría económica, los modelos suponen que los sujetos tienen
un comportamiento completamente racional y, en todo momento, optimizan sus
decisiones y estrategias.
Pues bien, la economía
del comportamiento no viene a revolucionar a los planteamientos y postulados
clásicos - como alguien ha declarado la Ley de la Demanda sigue siendo la misma-
pero pone de relieve que, la mayoría de las veces, los sujetos tomamos las
decisiones de forma emocional, compulsiva, e irracionalmente. Por tanto,
no decidimos las estrategias adecuadas o correctas.
Se deduce de dichos
planteamientos, que las limitaciones cognitivas, nos hacen vulnerables a nuestros
propios impulsos y a la manipulación de otros. Nuestro cerebro es incapaz de
manejar tanta información, por lo que, además en muchas ocasiones, se decide instintivamente.
Esta es, sin duda, la razón de que esté encontrando tanto eco en el ámbito del
marketing.
El peligro es lo que se
ha llamado “paternalismo libertario”,
ya que el propio Thaler llega a afirmar que los Gobiernos y autoridades no
sólo pueden, sino que deben manipular,
de forma más o menos sutil, a los sujetos a fin de inducirles a tomar aquellas
decisiones en los ámbitos de pensiones, sanidad, educación, etc., que les
beneficien a largo plazo.
Thaler postula los que
denomina nudges o empujones que, siguiendo
esta economía conductual o mezcla de economía y psicología, conduzcan a los
sujetos a cambiar o alterar su comportamiento en determinada dirección. Todo
ello, afirma, respetando la libertad de expresión.
Evidentemente, los
debates en torno al paternalismo libertario y al nudge no están cerrados, de forma que la economía del
comportamiento, o behavioural economic,
de ser una rareza, puede situarse en una de las corrientes principales de los
debates económicos actuales. Sin duda, aún más aupada por la concesión del
Nobel a este profesor de la Universidad de Chicago.
Siempre interesante ...
ResponderEliminarGracias Mark. Saludos.
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