La Comisión Europea ha
elevado sus previsiones de crecimiento del PIB de España para este año del 2,8%
al 3,1%, y para 2018 del 2,4% al 2,5%, con una moderación del 2,1% en 2019. Eso
sí, hay un peligro para el crecimiento y se llama Cataluña, si bien evita
ponerle cifras al impacto que provocaría.
En sus previsiones de
otoño, la institución cree que el conflicto catalán puede ser un “riesgo” para
el PIB en el futuro. “La reacción de los mercados a los acontecimientos
recientes en Cataluña ha sido contenida, pero hay un riesgo de que los
acontecimientos del futuro puedan tener un impacto en el crecimiento”.
GLOBAL:
La OPEP, el cartel de 14
productores de petróleo, ha acordado prorrogar durante nueves meses, hasta
finales de 2018, los recortes en la producción que, premeditadamente, han
logrado subir los precios. De no haberlo renovado, este pacto habría vencido el
próximo mes de marzo. A esta decisión se han adherido otros diez productores,
entre ellos Rusia, no miembros de la OPEP.
La decisión prorroga la retirada
del mercado, que se acordó desde principios de 2016, de casi 1,8 millones de
barriles diarios. La medida ha dado lugar a que el precio del brent se
haya elevado más del doble, hasta llegar a los 63 dólares actuales por barril.
Rusia ha aceptado por
primera vez reducir su producción, pero ha mostrado cierta disconformidad, ya
que alega que la política de recortes de la oferta beneficia a los rivales que
en Estados Unidos se dedican al fracking.
UNIÓN EUROPEA:
Alemania ha cerrado el
tercer trimestre de este año creciendo su PIB al 0,8%. El impulso viene
favorecido por las exportaciones que han aumentado alrededor de un 1,7%.
La economía germana suma
ya tres mejores trimestres consecutivos desde antes de la crisis.
El PIB alemán ha crecido
a un ritmo interanual del 2,8% entre julio y septiembre, su mejor cifra desde
el primer trimestre de 2014. Este crecimiento empuja a la economía de la zona
euro, junto a otros países, como España que va a crecer por encima del 3%.
En contraste, Francia e
Italia, la segunda y tercera economía del euro, se encuentran a la cola de esa
recuperación. Ambas economías, en un momento delicado, crecerán poco en 2017 y
2018 (alrededor del 1,5%).
Italia tiene un problema
de sobreendeudamiento y va a entrar en unas elecciones políticas inciertas; y
la Francia de Macron se enfrenta a protestas por las calles como consecuencia
de las reformas que no acaban de cuajarse.
La Comisión Europea elevó
para la eurozona sus previsiones de crecimiento económico este 2017 hasta el
2,2%, el mayor aumento en una década, en tanto que para 2018 anunció un
incremento del PIB del 2,1%.
En el tercer trimestre,
la eurozona creció al 0,8%, el mejor ritmo en seis años, desde 2011 y, según
las previsiones de otoño de la Comisión Europea, el crecimiento se mantendrá
algo más bajo, pero en torno al 2%, en 2018 y 2019. Bruselas ha destacado que continua
"el ajuste de los desequilibrios" previos a la crisis, y subraya que
el paro bajará por debajo del 8% en 2019, aunque con grandes diferencias entre
los Estados miembros.
Según la Comisión
Europea, la recuperación es aún "incompleta" y está plagada de
fenómenos "atípicos. La inversión no termina de recuperarse y no hay incrementos
salariales dignos de ese nombre”.
Señala que existen muchos
riesgos: en el exterior, las tensiones geopolíticas y el endurecimiento de las
condiciones financieras por el cambio de sesgo de las políticas monetarias,
especialmente en Estados Unidos; en Europa, la complicación del Brexit; la
apreciación del euro (que dificulta las exportaciones continentales); y la
aparición de burbujas inmobiliarias y tensiones políticas como el desafío
independentista catalán.
Bruselas cree que
Cataluña no sólo puede tener impacto en el crecimiento de España, sino que también
traslada ese riesgo para el conjunto de la economía europea.
Aunque las recetas
tradicionales no han cambiado (reformas y contención de gastos), el informe
contiene alguna novedad con algún rasgo marcadamente keynesiano: elevar los
salarios "sería importante para la sostenibilidad de la expansión
económica" de la zona euro.
Bruselas critica el bajo
crecimiento de la productividad, y porque el subempleo es la norma desde
Alemania (con los minijobs) hasta España. Pero añade una dinámica más
preocupante: los agentes económicos están incorporando a sus expectativas la
bajísima inflación.
Finalmente, se especifica
que “aunque las tensiones deflacionistas han desaparecido por las políticas
extraordinarias de Mario Draghi y su BCE, los índices de precios malviven en
una extraña anemia que impide una recuperación completa”.
Por otro lado, el Banco
Central Europeo va a comenzar a retirar algunas de las medidas históricamente
extraordinarias de política monetaria. Mario Draghi, ha asegurado que ese
proceso será gradual para no poner en peligro la reactivación, pero ha pedido a
los agentes sociales que den prioridad a las subidas salariales respecto a las
medidas de seguridad en el empleo. “Europa necesita incrementos de sueldos”.
Tanto la Comisión
Europea, el FMI y el BCE tradicionalmente durante muchos años, vienen
postulando reformas laborales que, lo que realmente han conseguido, ha
sido quitar poder de negociación a los sindicatos y provocar fuertes
devaluaciones internas (bajadas de los salarios) en el Sur de Europa: caídas de
los costes laborales con el objetivo de recuperar competitividad.
Pero parece que los
tiempos han cambiado: el presidente del Banco Central Europeo lleva meses
reclamando subidas salariales ante la constatación de que la inflación no
termina de recuperarse a pesar de toda la munición monetaria.
Esa posible situación de
agotamiento de la munición de la política monetaria, le lleva a declarar que
"la mejoría en los mercados laborales aún debe traducirse en subidas
salariales". De forma que ha reclamado la prioridad de los incrementos de
los salarios, frente a otras demandas en el mercado de trabajo.
Mario Draghi cree que una
parte del problema es que los agentes sociales han incorporado a las
expectativas los “animal spirits
keynesianos” (la emociones o afectos que influyen en el comportamiento
humano y que se puede medir en términos de la confianza de los
consumidores): el largo periodo de inflación cero (trampa de liquidez a la
japonesa), incluso de riesgo de deflación en el que se ha metido la economía
europea.
Según Draghi, "la
recuperación de la eurozona es una historia de éxito". El mérito se debe
al histórico programa de compra de deuda (la versión europea del QE o programa
de expansión cuantitativa) de la mayor parte de la situación.
Igualmente, señala Draghi
que no ve riesgos sistémicos para la estabilidad financiera: no contempla una
segunda Gran Recesión, a pesar de que avisa algunas burbujas hipotecarias en determinados
mercados locales.
No obstante, advierte de
que la enfermedad económica europea sigue ahí, en algunas macrovariables: las
dificultades de conseguir una aumento de los precios, obligan al BCE a una
larga salida del QE, y a dejar los tipos de interés próximos al 0% o, aún
durante años, incluso en negativo.
La realidad, es que como
se ha citado anteriormente, “la política monetaria ha agotado su munición” (no
da para más). En contraste, siguiendo la ideología económica imperante, Europa
continúa negándose a acompañar a la política monetaria con estímulos fiscales.
Por esa razón, Draghi,
propone una última posibilidad: subidas salariales nada fáciles de imponer, ya
que también dependen de la evolución de la productividad y de los agentes
sociales.
España es una de las
economías donde, dentro del paquete de las reformas laborales, se ha dado prioridad
a salarios bajos, con incrementos nulos, o incluso propiciando bajadas salariales.
Por otro lado, para
completar la unión monetaria y evitar que el euro salte por los aires en la
próxima crisis. Bruselas va a proponer a principios de este mes de diciembre un
fondo de estabilización. Algo así como la versión europea del FMI. La Comisión
Europea quiere aprovechar la recuperación. Según ha declarado, hay que "completar
el euro” (hace casi 16 años desde que las primeras monedas y billetes de euro
entraron en circulación en la región).
El borrador de la
Propuesta sobre la creación del Fondo Monetario (FME). (podría acabar
llamándose Fondo Europeo de Estabilización si cuaja la denominación que
prefiere Mario Draghi), tiene en cuenta la sensibilidad alemana, y se inicia
con las propuestas del francés Emmanuel Macron, alineado con el jefe de la
Comisión, Jean-Claude Juncker, en la necesidad de activar una reforma más
ambiciosa. Las medidas permitirían dar un salto adelante en la Unión Bancaria,
al permitir que el FME actúe como cortafuego común cuando se cierre un banco.
Estos son los principales
rasgos del nuevo fondo propuesto:
La
conversión del Mede (mecanismo de rescate europeo), ya que
el nuevo FME será clave para “salvaguardar la estabilidad financiera”.
Contaría con Medio billón más un 20%,
para rescatar países "a cambio de una estricta política de
condiciones", como ocurrió en el rescate español.
El
Mede está formado por los países del euro, que lo financian directamente,
mientras que el nuevo FME será más amplio: la Comisión le otorga un papel
fundamental en la culminación de la unión bancaria, por lo que el abanico de
países que formarán parte de ese nuevo fondo de estabilización incluye los
socios que forman parte de la unión bancaria.
El
FME apoyará "en el futuro" la función de estabilización de la
eurozona: un presupuesto del euro para luchar contra shocks asimétricos, contra
crisis en un solo país. La oposición alemana gana la partida en este capítulo:
solo se usará después de cada país use sus estabilizadores automáticos (el
seguro de desempleo, por ejemplo) y las políticas fiscales discrecionales.
"Si eso no es suficiente se podrá activar la función de estabilización",
dice la propuesta.
En
todo caso, desafortunadamente, el veto alemán sigue presente: el nuevo FME tendrá un consejo de gobernadores
(los ministros) y un consejo de dirección, con un director general, el alemán
Klaus Regling. Las decisiones más importantes (elevar el capital o rescatar a
un país) se tomarán por unanimidad; los desembolsos de los rescates se
aprobarán por mayoría cualificada, con el 85% de los votos (frente al 80%
actual). Eso da derecho de veto a Alemania, a Francia y a Italia: cualquiera de
esos países puede bloquear una decisión por sí solo. España, con un 12%, sigue
sin poder de veto.
Finalmente, en este
apartado destinado a la Unión Europea, hay que señalar que en este momento se
ha avanzado en la negociación del Brexit. No obstante, la falta de cohesión en el
Reino Unido para acudir con una sola voz a las negociaciones, ha impedido el
acuerdo: en este caso por la frontera irlandesa.
En las reuniones
celebradas, la primera Ministro May aseguró que sólo quedan un par de
divergencias pendientes, esperando un próximo acuerdo: “aún confío en que
concluiremos esto de manera positiva”.
La llamada “factura de
salida” (cantidades que Londres deberá a Bruselas como consecuencia de la
salida del RU) ha dejado de ser un obstáculo insalvable y la solución al
problema de la frontera de Irlanda parece cercana. Al cabo, en Bruselas queda
la convicción de que el resultado dependerá en buena medida de la capacidad que
tenga la líder británica para atraerse el apoyo de su partido y de la formación
unionista de Irlanda del Norte que la apoya en el Gobierno. El rechazo de ese
partido, la DUP, al encaje único que pretendían certificar Bruselas y Londres
fue decisivo para que se frustrara. Y en ese debate los socios europeos poco
pueden hacer.
Los problemas de la
frontera entre la República de Irlanda, miembro de la UE, y su vecina Irlanda
del Norte, territorio británico que abandonará el club británico con Reino
Unido. Londres había rehusado hasta ahora ofrecer salidas concretas ante la
evidencia de que, si el país sale de la UE, resulta imposible mantener la
frontera invisible que existe ahora entre Irlanda y sus vecinos británicos del
norte. Al mismo tiempo, los temores a que cualquier tipo de linde en ese territorio
pudiera avivar el conflicto que se prolongó durante 30 años, hasta 1998, han
impulsado a todas las partes a prometer que evitarán una frontera física. Pero
las alternativas son limitadas.
La presunta solución que
parece haber encontrado Londres y Dublín reside en el compromiso británico de
que mantendrá su regulación (por ejemplo, en materia fitosanitaria) alineada
con la de la Unión Europea para permitir que bienes y servicios sigan
circulando sin controles por ese punto norirlandés que, tras marzo de 2019, se
convertirá en frontera exterior de la UE.
Pero la convergencia en
Irlanda del Norte debe garantizarse permanentemente y en todos los dominios. Y
resulta difícil de explicar a las empresas por qué entre Belfast y Dublín no
deben someter los intercambios de mercancías a la correspondiente inspección
aduanera, mientras que entre Londres y Dublín sí. Está por ver, además, qué
ocurriría con el tráfico de personas.
Paradójicamente, la
solución para el problema irlandés parece depender de que Reino Unido acepte
cumplir con la regulación europea a perpetuidad (las normas que quiso rechazar
la ciudadanía al votar no a la permanencia en la Unión Europea).
ESPAÑA:
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ha sumado a las alertas sobre
Cataluña: "la persistencia de tensiones en Cataluña podría hacer disminuir
la confianza de los consumidores y las empresas, frenando la demanda doméstica
más de lo proyectado".
La OCDE deja la previsión
de crecimiento de la economía española para el año que viene en el 2,3%, justo
la misma tasa de aumento del PIB que remitió el Gobierno a Bruselas.
Entonces advirtió de que se podrían perder en 2018 unas 3 décimas por Cataluña,
esto es, unos 3.000 millones de euros. En junio, la OCDE había pronosticado un
2,4% para 2018, apenas una décima más.
La Autoridad Fiscal
cifró el posible efecto en una pérdida entre 3.000 y más de 12.000 millones, y
el Banco de España, entre 3.000 y 27.000 millones en dos años. Todos estos eran
escenarios hipotéticos que dependían de cuánto se perpetuaba el problema.
"Las tensiones políticas en Cataluña han elevado la incertidumbre",
apunta la OCDE.
Hasta ahora solo se
han registrado pequeñas caídas en el comercio, el desempleo, las pernoctaciones
hoteleras y las ventas de viviendas y automóviles, todas ellas rúbricas
afectadas por la incertidumbre tras el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Cosa distinta será
comprobar si los traslados de empresas terminan restando inversiones y,
por lo tanto, capacidad de crecimiento de la economía catalana a medio y largo
plazo.
Respecto a 2018 y 2019,
el llamado club de los países ricos augura una moderación del crecimiento, si
bien permanecerá en niveles robustos: el 2,3% en 2018 y el 2,1% en 2019.
"La demanda doméstica se suavizará, conforme se disipe el impulso
proporcionado por los precios del petróleo y los impuestos más bajos",
sostiene la OCDE. Por otro lado, añade que la creación de empleo sostendrá la
demanda interna, y que las ganancias de competitividad seguirán favoreciendo
las exportaciones incluso si la demanda externa se ralentiza. Además, la
política monetaria continuará apoyando el crecimiento de España.
Eso permitirá bajar la
tasa de paro hasta el 15,4% en 2018 y el 14% en 2019. A finales de 2019 se
colocará en el 13,5%, avanza el organismo. Sin embargo, esta tasa estará
"muy por encima de la de la zona euro" y afecta mucho a jóvenes y
desempleados de larga duración. De ahí que recomiende reformas. "Para mejorar
el crecimiento de la productividad de España, se deberían priorizar reformas
estructurales adicionales que fomenten la inversión y la innovación y mejoren
las capacidades de la fuerza laboral", explica. Y pone un mayor énfasis en
el habitual recetario para atajar el exceso de temporalidad en el empleo.
También se insiste en
mejorar las políticas activas de empleo para recolocar parados y en reforzar la
formación profesional, lo que en su opinión "podría mejorar las
perspectivas laborales de los menos cualificados reduciendo la
desigualdad".
Por último, aunque la
deuda de empresas y familias ha descendido en 55 puntos porcentuales de PIB, la
OCDE advierte de que este proceso de desapalancamiento o desendeudamiento no ha
terminado. Sobre todo, en las empresas de la construcción y las familias con
ingresos bajos. Pese a que reconoce que el sistema financiero español es ahora
más fuerte, subraya que todavía se enfrenta a retos en el medio plazo debido a
"la baja demanda de crédito y rentabilidad. Incluso si la morosidad ha
bajado mucho, permanece relativamente alta en unas pocas instituciones
financieras", resalta. Por eso, anima a reforzar todavía más los balances
de las entidades.
En cuanto al entorno
global, la OCDE destaca la recuperación generalizada de los países. Sin
embargo, hace mucho hincapié en que el crecimiento no es todavía lo robusto que
debería ser, y se encuentra amenazado por el exceso de deuda y los altos
precios de los mercados financieros.
Por lo que respecta al
mercado de trabajo, el empleo ha caído y ha aumentado el paro: la hostelería
pierde fuelle y no hay otro sector que en temporada alta que lo compense. El
paro subió en 7.255 personas, hasta los 3,47 millones, y la Seguridad Social
perdió 12.733 afiliados.
Los datos podrían haber sido
mejores, si no hubiera sido porque noviembre acumula más indicios de que la
crisis política catalana ha enfriado algo su buena marcha económica: el paro
registrado subió en 7.391 personas, el peor dato desde 2009.
En noviembre la Seguridad
Social perdió 4.038 afiliados, un dato que empeora sensiblemente lo sucedido el
año anterior. Otras señales apuntan a que el procés se está
cobrando su factura económica: las reservas hoteleras menguan y el comercio
minorista vende menos. Y esto acaba por llegar al mercado laboral. En noviembre
la Seguridad Social perdió 4.038 afiliados, un dato que empeora sensiblemente
lo sucedido el año anterior.
Pero si hay un dato que
muestra que las cosas se han deteriorado es el paro registrado. El mes pasado
las oficinas de empleo catalanas contaron 7.391. Es el peor noviembre desde
2009. También Baleares tuvo un comportamiento muy negativo. No obstante, si se
compara lo sucedido este año con la media registrada desde 2008, se aprecia que
el aumento del desempleo en Cataluña supera en un 48% ese promedio. En cambio,
en Baleares, donde el final del verano y la temporada turística convierten en
habitual una muy pronunciada subida del paro al llegar el otoño (12.500 parados
más el mes pasado), el incremento empeoró en un 25% lo sucedido en los últimos
nueve años.
Este enfriamiento no se
ha trasladado al resto de España, donde el mercado laboral ha seguido mejorando
a un ritmo alto. Los datos mensuales han sido negativos, pero por debajo del año
pasado. Y, además, cuando se observa los números limpios de los efectos de la
estacionalidad ambas cifras se convierten en positivas.
Un aspecto positivo que
se repite, es la buena marcha del régimen general, con el que cotizan a la
Seguridad Social los asalariados. Su crecimiento supera holgadamente el del
conjunto del sistema. En el último año, el incremento es del 4,7%. La cifra
absoluta, 625.956 afiliados más en este régimen, casi iguala a la de todo el
instituto previsor, en el que también se agregan los autónomos y los regímenes
especiales (mar, carbón, hogar o agrario).
Pese a este incremento
del régimen general, el volumen total de empleo de peor calidad continúa
creciendo y ganando peso en el conjunto del mercado laboral. Según los datos de
la Seguridad Social, los afiliados que tenían un contrato temporal y/o a tiempo
parcial suponen un 41,3%.
En otro orden, hay que
resaltar que en noviembre los precios han registrado una subida interanual del
1,6 %, sin duda debido al incremento de los precios de la gasolina y gasoil. No
obstante, esa subida ha sido compensada en parte por la ralentización de otros
componentes de la cesta de la compra.
El indicador adelantado
del índice de precios de consumo (IPC), que ha publicado el Instituto Nacional
de Estadística (INE), muestra una tasa positiva de inflación por quinto mes
consecutivo, pero mucho más moderada que la contabilizada a comienzos de año,
cuando se disparó al 3 %.
De confirmarse esta tasa
el próximo 14 de diciembre, aún estaría por encima del 1 % que, según las
previsiones del Gobierno, marcará al cierre de año, de forma que la inflación
media de 2017 se sitúe por debajo del 2 %.
Asimismo, el indicador
adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA que mide la
evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona
euro) se situó en noviembre en el 1,7% interanual, la misma que en octubre.
En cuanto a la evolución
mensual, los precios de consumo subieron un 0,4% en noviembre con respecto a
octubre, y un 0,3% en el caso del indicador armonizado.
En otro orden, según ha
informado el Banco de España, las empresas siguen manteniendo congelados a los
salarios. El dato proviene de la Central de Balances de las empresas no
financieras que elabora el Banco de España.
La remuneración media por
asalariado entre las grandes empresas disminuyó un 0,2% hasta septiembre,
mientras que en 2016 se recortó un 0,1% cogiendo el total de compañías. Al
analizar los tamaños de las firmas, las medianas empresas subieron un 0,9% sus
salarios hasta septiembre mientras que las grandes los recortaron un
0,2%. Como las mayores compañías del país tienen un peso mayor en la muestra,
la media final trimestral da una bajada del 0,2%. En 2016 se dio la misma
tendencia: si las pequeñas empresas subieron los sueldos un 0,8% y las medianas
los elevaron un 1%, las grandes los recortaron un 0,3%.
Los empleados que entran
al mercado laboral cobran menos que los que ya están, lo que presiona a la baja
la estadística de remuneración media. Un factor que alimenta este fenómeno es
la dualidad laboral entre fijos y eventuales cuya brecha sigue aumentando.
En cuanto a los
beneficios han aumentado un 68,5%, y las condiciones de financiación han
mejorado, ya que los costes financieros continuaron bajando (un 11,6%).
Una negativa noticia, según
datos del INE, es que la inversión en I+D sigue perdiendo peso en España. Y es
que, a pesar de la recuperación económica, la inversión en Investigación y
Desarrollo ha caído aún más. Aunque el gasto aumentó un 0,7% en 2016, la
economía creció un 3,3%. Así que el desembolso se situó en el 1,19% del PIB
frente al 1,22% de 2015. Es decir, la proporción de I+D en la economía
retrocede.
Pese a que este aspecto
tiene un papel fundamental para beneficiarse de la revolución tecnológica,
España continúa perdiendo puestos en el ranking europeo.
MERCADOS:
Las tensiones
geopolíticas han aflorado. A primeros de diciembre, Las Bolsas europeas,
replicando las caídas de Wall Street y el frenazo registrado en Asia, han caído
por debajo de los 13.000 puntos del Dax alemán y los 10.200 del Ibex.
Los inversores en Bolsa se
decantan por la recogida de parte de los beneficios cosechados en el ejercicio
que está a punto de finalizar.
El temor a un
recrudecimiento de la tensión en Israel mantiene en guardia a los
mercados. El freno de las tecnológicas y los temores a una escalada de la
tensión en Corea del Norte, debido a las maniobras militares de EEUU en la
zona, han desinflado al Nikkei
japonés.
Las Bolsas europeas no logran hacer
frente a las presiones bajistas, y los números rojos se generalizaron a
principios de este diciembre.
Por otro lado, el Tribunal
Supremo español ha dictaminado la nulidad parcial de una hipoteca
multidivisa por la falta de transparencia con la que la comercializó el
banco, al entender que la entidad no detalló debidamente a su cliente de los
riesgos que asumía.
La sentencia adapta
la doctrina recientemente fijada por el Tribunal de Justicia de
la UE (TJUE), que el pasado mes de septiembre estableció los criterios mínimos
de transparencia que deben cumplir los bancos para poder comercializar estos
créditos.
El fallo,
contra Barclays (cuyo negocio español fue asumido por CaixaBank),
allana el terreno a resolver a favor de los consumidores el importante volumen
de litigios en materia de hipotecas multidivisa que hay abiertos en toda
España. De hecho, varios juzgados españoles se habían adelantado ya a conocer
el sentido del fallo del Supremo y venían resolviendo contra la
banca en base al pronunciamiento europeo.
EMPRESAS:
El sistema financiero
internacional estrenará al comienzo del próximo año 2018, un nuevo método para
calcular las dotaciones o provisiones frente al impago de los créditos (lo que
en el ámbito contable se reconoce como deterioro de valor).
Según un informe de BBVA
Research, la nueva normativa contable IFRS
9, obligará a los bancos a hacer provisiones por los quebrantos esperados, y no cuando se produce el impago, como
ahora. La normativa, que en nuestro país está siendo adoptada a través de
una nueva circular del Banco de España, obligará a la banca española en su
conjunto a elevar un 21% su nivel de provisiones en el momento de adopción del
cambio. Esto, según cálculos propios, implicará un esfuerzo adicional de 5.200 millones de euros en dotaciones.
Las provisiones
acumuladas por el sector financiero español ascienden actualmente a 48.200
millones de euros aproximadamente, según datos sectoriales. Por tanto, un
incremento del 21% supondría elevarlas a 58.300.
Así, el conjunto de
entidades tendría que afrontar un aumento en los requisitos obligatorios de
10.100 millones. Teniendo en cuenta que los bancos nacionales tienen ya un
colchón de provisiones por encima de los requisitos exigidos de unos 4.900
millones, las necesidades finales se reducen a unos 5.200 millones.
El
Servicio de Estudios del BBVA, en su informe mensual de noviembre “Situación
Banca”, señala que “a pesar de que el impacto parece reducido para el sistema
en conjunto, es muy heterogéneo entre los bancos”. Se calcula que
ese incremento del 21% en las provisiones equivale a una caída del nivel de
capital de máxima calidad del sector (CET1 establecido por el Comité de Basilea)
de 67 puntos básicos.
Tanto el Banco de España
como la propia industria bancaria han reiterado en numerosas ocasiones que el
impacto de la norma en el sector no tendrá un impacto significativo en términos
agregados. Ahora bien, ese aumento del 21% en las provisiones y la reducción
del capital de 0,67 puntos está por encima del coste medio para la banca de la
Eurozona.
El pasado mes de
julio la Autoridad Bancaria
Europea (EBA, por sus siglas en inglés) estimó en un 13% el esfuerzo adicional
de saneamientos y en 45 puntos básicos la merma de los recursos propios de las
entidades como consecuencia de la dotación a esas provisiones.
Juanjo, muy buen articulo, prolijo en cifras y datos, dando una visión muy completa del panorama económico actual.
ResponderEliminarRespecto a España me surge una cuestión que me hace pensar si los bajos salarios son consecuencia de que el crecimiento de la población activa está viniendo por la inmigración que nos viene de fuera. Me gustaría saber tu opinión, pues no parece lógico ver los crecimientos en beneficios que está habiendo en las empresas, con la contención de salarios.
Bien planteado ...
ResponderEliminarMuchas gracias Mark. Un abrazo
EliminarHola, todo es consecuencia, en gran parte de la reforma laboral, un objetivo ha sido quitar poder a los sindicatos en las empresas y, sobre todo, en los convenios colectivos... si no se puede devaluar la moneda, había que conseguir el abaratamiento exterior de nuestras exportaciones devaluando los salarios. Paralelamente, en un momento de crecimiento del producto y renta, lógicamente, si disminuye la participación de los salarios, aumenta la de los beneficios.
ResponderEliminarTambién han influido en gran
manera que se crean empleos precarios con salarios más bajos -aquello de los mileuristas ya es historia-
El problema es que está creciendo el consumo a expensas de la tasa de ahorro, que está cayendo a niveles de 2008. Una situación muy negativa.
Saludos