A la mayoría de las
economías avanzadas les va bien gracias a unos tipos de interés
históricamente muy bajos. Nuestras economías necesitan esos tipos de interés
tan bajos para aproximarnos a lo que se entiende económicamente pleno empleo
(una situación en la que tasa de paro se sitúa próxima al 5%).
Por esa razón, “normalizar”
los tipos subiéndolos a niveles históricos sería un error terrible que podría
dar lugar a una recesión.
GLOBAL:
Según un Informe de Naciones
Unidas, desde la crisis financiera mundial iniciada en el año 2008, pasando por
la crisis de la deuda soberana europea de 2010, hasta los reajustes de los
precios mundiales de los productos básicos de los años 2014 a 2016, la realidad
es que la economía mundial se ha fortalecido, concediendo así un mayor margen
de maniobra para reorientar las políticas hacia cuestiones de más largo plazo en
temas relacionados con la economía social y ambiental del desarrollo
sostenible.
Estima la institución que
en el pasado 2017 el crecimiento económico mundial ha alcanzado el 3,0%,
porcentaje que representa una fuerte aceleración frente al exiguo 2,4% de 2016,
y que constituye la mayor tasa de crecimiento mundial registrada desde el año 2011.
Los indicadores del
mercado laboral siguen mejorando en un amplio abanico de países, y alrededor de
dos tercios de las economías mundiales han crecido más en 2017 que en el año
anterior. A escala mundial, se espera que en 2018 y 2019 el crecimiento se
mantenga estable en el 3,0%.
No obstante, se señala
que a pesar de que muchas de las debilidades derivadas de la crisis financiera
mundial son menos acuciantes, sobre el horizonte se ciernen algunas
incertidumbres y riesgos. La elevada incertidumbre política sigue
ensombreciendo las perspectivas de las metas relativas al comercio mundial, la
asistencia para el desarrollo, las migraciones y el clima, y podría retrasar el
repunte más amplio de la inversión y la productividad a escala mundial.
Las crecientes tensiones
geopolíticas podrían agudizar la tendencia hacia políticas económicas más
unilaterales y aislacionistas. Asimismo, el prolongado período de abundante
liquidez y bajo costo de endeudamiento ha contribuido a un incremento adicional
del endeudamiento mundial y al alza de los desequilibrios financieros, y
también está vinculado a los actuales precios de los activos, que son elevados
y sugieren una infravaloración del riesgo.
Muchas economías en
desarrollo, en especial aquellas cuyos mercados de capitales son más abiertos,
siguen siendo vulnerables al aumento repentino de la aversión al riesgo, el
endurecimiento desordenado de las condiciones de liquidez a nivel mundial y la
salida inesperada de capital. La normalización de las políticas monetarias de
las economías desarrolladas podría provocar dicha situación. En la actualidad,
los bancos centrales de las economías desarrolladas operan en un terreno
prácticamente desconocido, pues carecen de precedentes históricos que les
sirvan de guía. En esa situación, todo ajuste de los mercados financieros es
menos previsible que en anteriores períodos de recuperación y multiplica los
riesgos asociados a los errores de las decisiones que se puedan adoptar.
ESTADOS UNIDOS:
La Reserva Federal de
Estados Unidos, de nuevo, ha incrementado las tasas de interés. La subida, de
un cuarto de punto, ha situado al precio del dinero en la economía
estadounidense dentro de una banda del 1,25% y el 1,5%.
El banco central
estadounidense también ha confirmado su plan para seguir adelante con la
reducción gradual de la cartera de títulos de deuda que tiene en su balance.
Los cuatro años del
mandato de Yellen se caracterizaron por su deseo de mantener los tipos muy bajos
el mayor tiempo posible. De esta forma, se ha pretendido impulsar a una economía
que crecía por debajo de su PIB potencial. No obstante, la presidenta Yellen también
entendió que la laxitud tenía riesgos si se mantenía demasiado tiempo, y por
eso activó hace dos años el proceso de subidas en las tasas de interés.
Se ha sabido que hubo
algún disidente en el Comité de la Fed, al decidir este tercer alza de tipos de
2017. Los analistas ven posible tres incrementos más en 2018. Es una progresión
que, en todo caso, está en el aire.
Por otro lado, respecto a
la reforma fiscal del presidente Trup, Yellen ha señalado que impacto es
"incierto". La Reserva Federal estima para 2018 un crecimiento del
2,5%. La tasa de paro bajará al 3,9% el año próximo.
Según la presidente
saliente Yellen, en este momento no se vislumbran riesgos de recalentamiento de
la economía (inflación). Todo lo contrario, la baja inflación en este momento,
es el principal problema para los grandes bancos centrales. Los precios
subieron cuatro décimas en noviembre. La tasa anual es del 2,2%. La expansión y
un mercado laboral en situación de pleno empleo no están, sin embargo, dando el
impulso esperado. Descontando energía y alimentos, la subyacente (la que
excluye los componentes más volátiles, alimentos frescos y energía) es del
1,7%, su nivel más bajo en tres años.
La inflación lleva cinco
años y medio por debajo del nivel de referencia del 2%. Hay miembros de la
Reserva Federal que temen por eso que los factores que mantienen baja la
inflación sean permanentes, por el efecto combinado del fenómeno de la
globalización y el comercio electrónico (situación que se aprecia en la caída
de precios como el de la ropa).
Respecto a los posibles
cambios en la Reserva Federal, señalar que van a permitir al presidente Donald
Trump nombrar para esa institución a determinados personajes que se ajustan más
a su visión económica y, desde luego, favorables a la desregulación financiera
que propone.
La realidad, es que Janet
Yellen deja su cargo del banco central estadounidense con una política
monetaria bien encauzada, con el crecimiento económico ganando cuerpo, el paro
bajo, sin riesgos inflacionistas, y sin amenazas al sistema financiero. Ese es
el legado de la primera mujer que ha presidido el banco central más poderoso
del mundo.
EUROZONA:
Según Mario Draghi la
recuperación es cada vez más sólida, la inflación se acerca lentamente al
objetivo, los indicadores de confianza mejoran y, sin embargo, está decidido a
mantener el extraordinario nivel de estímulos monetarios, con tipos de interés muy
bajos y un multimillonario programa de compras de activos (QE, por sus siglas
en inglés).
No obstante, el Banco
Central Europeo ha anunciado la mejora "sustancial" de sus
previsiones: la economía del euro crecerá el 2,4% este año (el mayor aumento en
una década, incluso superior que el de Estados Unidos). El ritmo de crecimiento
económico se mantendrá en el 2,3% en el recién iniciado 2018 y bajará al 1,9%
en 2019.
Los precios también han
aumentado levemente: cerrará este año 2017 en el 1,5%, y repuntará hasta el
1,7% en 2020.
Por otro lado, el mercado
laboral mejora, pero, según Draghi “los salarios están tardando más que en
otras recuperaciones en responder a la mejoría del mercado de trabajo".
Por esta razón el presidente del BCE lleva meses solicitando subidas de sueldos.
Draghi ha recordado que "el
mandato del BCE no es el crecimiento ni el empleo: es la inflación. Y aún no se
ven tasas de inflación que se acerquen al objetivo, aunque por debajo, del
2%". Esto significa que los tipos de interés no van a subir, ni tampoco se
va a acelerar la retirada de las medidas de expansión cuantitativa (QE). De
esta forma se está resistiendo a levantar el pie del acelerador. Las subidas de
tipos de interés no llegarán al menos hasta septiembre de 2018. Y el BCE
rebajará desde enero hasta septiembre del año próximo las compras mensuales de
activos, de 60.000 a 30.000 millones mensuales, pero deja la puerta abierta a
seguir con ese volumen más allá de septiembre o a volver a elevarlo incluso
"si la inflación o las perspectivas de estabilidad financiera
empeoran".
Y es que, a distancia de
la autocomplacencia de algunos líderes políticos europeos, el BCE “ve el vaso
medio lleno”, no dejándose llevar por un optimismo excesivo.
Draghi ha reclamado
reformar la eurozona, y ha recomendado a los países del euro que aprovechen la
recuperación para "reconstruir los colchones fiscales",
particularmente a los países con deuda pública más elevada. Pero de momento, el
BCE no ve el momento de desandar el camino de las medidas extraordinarias, a
pesar de que Estados Unidos acaba de subir (una vez más) los tipos de interés y
hace tiempo que retiró el QE. "No hay cambio de lenguaje ni de
intenciones", ha resumido Draghi, que justifica la diferencia entre la política
monetaria estadounidense y la europea por el hecho de que la recuperación
"está en un estadio más avanzado" al otro lado del Atlántico.
Decía Keynes que los
tipos de interés son la medida del miedo de los banqueros centrales. En Europa
siguen en negativo, por lo que habría que inferir que, a pesar de los mensajes
de Berlin, Draghi aún no lo tiene claro.
Por otro lado, la
calificación de las Agencias de las economías europeas no termina de dar por
finalizada la crisis. Una década después del inicio de las turbulencias y tras
cinco años de crecimiento en la eurozona, el panorama es no se ha despejado: la
economía española está a siete u ocho escalones de la máxima nota que disfrutó
hasta 2009. Según Moody´s, ese nivel aún tardará en llegar: “no vemos que en el
futuro próximo los ratings de la zona euro vayan a recuperar
los niveles precrisis”.
Mientras Alemania mantuvo
la calificación de sus títulos en la apreciada triple A, las economías más
afectadas tardarán muchos años en recuperar lo perdido. El caso más espectacular
es el de Grecia, que lleva ocho años instalado en el nivel de bono basura, y
está aún muy lejos de volver a tener una calificación aceptable.
Las tres grandes agencias
(Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch) ofrecen un historial con ciertos
matices diferenciadores, pero que en lo fundamental no se alejan demasiado. La
primera arrebató a España el rating máximo a principios de
2009, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero empezaba a
admitir la existencia de una crisis que hasta entonces había minimizado. Las
otras dos agencias tardaron solo un año en tomar una decisión similar. Desde el
primer resbalón de la deuda española, en solo cuatro años descendió ocho o
nueve peldaños, y frente a esta caída desde 2013, el momento más bajo en las
calificaciones, España solo ha recuperado uno o dos escalones. Una tendencia
similar ha seguido Portugal.
Irlanda, sin embargo, ha
escalado cinco puestos desde el nivel de bono basura que tuvo hasta 2013.
Y, ¿cuál es la razón para
que, frente al crecimiento económico, las calificaciones otorgadas por las
agencias, no hayan mejorado? Según la
agencia Moody´s, los datos básicos de la calidad de la deuda de estos países
son mucho peores que antes de la crisis: “los Gobiernos están mucho más
endeudados, el peso del desempleo persiste y las fragilidades institucionales
han quedado a la vista y, en algunos casos, no han sido resueltas.
ESPAÑA:
Según el Banco de España,
durante el último trimestre del pasado año, la tasa de crecimiento del Producto
Interior Bruto español mantuvo un ritmo similar al del tercer trimestre del
año, situándose en el 0,8%, gracias al buen comportamiento de las exportaciones
que han contrarrestado los efectos adversos derivados del aumento de la
incertidumbre relacionado con la situación política en Cataluña,
El impacto negativo de la
incertidumbre derivada de esa situación, se habría manifestado sobre todo en el
gasto privado interno y en las exportaciones turísticas.
En términos de empleo,
creció un 3,2% en el cuarto trimestre, su mayor nivel desde el primer trimestre
de 2016.
A medio plazo, el Banco
de España espera una continuación de la fase expansiva, favorecida por los
avances observados en el proceso de reconducción de los desequilibrios de la
economía, si bien se prevé que el crecimiento del PIB pierda cierta intensidad
en los próximos años.
En concreto, estima un
avance del PIB del 2,4% en 2018 y del 2,1% tanto en 2019 como en 2020.
Por lo que respecta a la
evolución de los precios, según el INE, el IPC se situó en el pasado diciembre
en el 1,2%, cinco décimas menos que en el mes de noviembre.
La subida se debe al
incremento del precio de la gasolina y el gasóleo (aunque menor que la de hace
doce meses).
La tasa de aumento de los
precios, la más baja del año, implica una pérdida de poder adquisitivo para los
funcionarios y los pensionistas. Estos últimos pierden casi un punto de poder
de compra, dado que la subida de las pensiones fue este año del 0,25%, el
mínimo que marca la ley aprobada por este Gobierno. Los funcionarios, por su
parte, también pierden, puesto que sus sueldos subieron un 1%. Si en vez de
tomar el dato interanual, que es el que se usa habitualmente como referencia
para pensiones y salarios (y también el que emplea el INE para la
actualización de rentas), se toma la media anual, cercana al 2%, la
pérdida de poder de compra es mayor.
Los pensionistas son los
que salen peor parados, unidos a los funcionarios (un grupo en total de más de
12 millones de personas), son hoy un poco más pobres que a comienzos del año
pasado.
Las pensiones durante
2017 continuaron prácticamente congeladas. En enro de 2017, a los pensionistas
se les aplicó por cuarto año consecutivo la subida automática del 0,25%. Es lo
que marca la fórmula de revalorización introducida en la última reforma de
pensiones, que tiene en cuenta la situación financiera de la Seguridad Social,
y esta lleva en números rojos desde 2012. La fórmula establece una subida
mínima del 0,25% y un techo máximo del IPC más un 0,50%.
Pues bien, el Consejo de
Ministros ha aprobado una nueva subida del 0,25% para 2018 (la quinta llevada a
cabo).
Así, teniendo en cuenta
que la inflación, a falta de que el INE confirme el dato a mediados de enero,
llega a diciembre en el 1,2%, la pérdida de poder de compra de los pensionistas
es de 0,95 puntos porcentuales.
Por lo que respecta al
desempleo, el número de parados
registrados en las oficinas de los servicios públicos de
empleo (antiguo INEM) se situó al finalizar diciembre del 2017 en 3,41 millones
de personas, tras bajar en
290.193 desempleados en el conjunto del año (-7,84%), lo que
representa su quinto descenso anual consecutivo, aunque por debajo del
descenso registrado en el 2015 y el 2016.
En concreto, el volumen
total de parados en España alcanzó al cierre del 2017 la cifra de 3.412.781
desempleados y se sitúa en el nivel más bajo de los últimos ocho años en un mes
de diciembre.
A esa cifra de 3,41
millones de desempleados con la que se cerró el año se ha llegado después de
que el paro experimentara una caída de 61.500 desempleados en diciembre, un mes
caracterizado por las contrataciones en la campaña de Navidad.
El desempleo entre los menores de 25 años bajó en el
2017 en 14.128 personas, lo que supone una caída del 9,37% que se sitúa por
encima de la media, aunque la mayor parte de ese descenso se produjo en el mes
de diciembre (10.148 personas).
Por sectores económicos,
el descenso del paro anual se concentró en el sector servicios (153.252
personas), seguido de la construcción (61.742
personas), la industria (39.008
personas), el colectivo sin empleo anterior (21.927 personas) y la agricultura (14.264
personas).
Por comunidades
autónomas, los mayores descensos absolutos fueron para Andalucía (57.713
personas), Catalunya (35.627)
y Madrid (35.401),
si bien en términos relativos las mayores caídas anuales se dieron en la ciudad
autónoma de Melilla (14,94 %), en Cantabria (12,52 %), Aragón (11,54 %),
Navarra (10,77 %) y Galicia (10,15 %).
El número de contratos celebrados
durante 2017 ascendió a 21.501.303, de los que nueve de cada diez (19,57
millones fueron temporales con una fortísima rotación o duración muy reducida)
y sólo 1,9 millones fueron indefinidos.
La Seguridad Social cerró el
año 2017 con un
aumento medio de 611.146 afiliados (+3,42%), la cifra más alta desde 2005.
El mes de diciembre está
influenciado por la campaña de Navidad y
el paréntesis natural en actividades como la industria o la construcción, y en
este año, especialmente, por la meteorología, según ha informado el Ministerio
de Empleo, que ha destacado que la Seguridad Social ha finalizado 2017 con el
mejor dato interanual de creación de empleo de la serie histórica.
La ganancia de cotizantes
en 2017 es la más elevada desde el año 2005, cuando el sistema sumó 975.962
nuevos afiliados, y es la cuarta subida anual consecutiva tras la de 2014
(+417.574 cotizantes).
En otro orden, hay que
resaltar que el año 2017 ha sido el que España ha recibido más turistas
extranjeros de toda su historia. En el mes de noviembre, 4,4 millones de
turistas internacionales visitaron el país, con lo que la cifra acumulada en
los once primeros meses del año asciende a 77,8 millones. A falta del dato de
diciembre, ya son 2,5 millones más que en todo 2016, cuando se consiguió
un máximo histórico de 75,3 millones.
Todo apunta a que 2017,
octavo año consecutivo de crecimiento, cerrará holgadamente por encima de los
80 millones de visitantes, solo superada en el mundo por Francia.
Según la encuesta de
movimientos turísticos en fronteras (Frontur), publicada por el INE, los
4,4 millones de turistas internacionales que viajaron a España en noviembre
suponen un 7,4% más que en el mismo mes de 2016, mientras que el acumulado en
los 11 primeros meses es un 9,1% superior al mismo periodo del año pasado.
Solo Francia, que espera
recibir hasta 89 millones de turistas en 2017, supera a España en Europa y,
probablemente, en el mundo. Estados Unidos, que el año pasado fue visitado por
75,6 millones, disputa a España el segundo puesto mundial y hasta junio
registra una caída de visitantes del 3,9%.
La afluencia turística a
España, beneficiada en los últimos años por problemas de seguridad en otros
destinos mediterráneos competidores, como Túnez, Turquía o Egipto, traerá
también un récord de gasto turístico. Ya en octubre, último dato publicado, se
alcanzaron los 77.600 millones de euros, por encima de los 77.400 del año
pasado completo, y el desembolso de los turistas crecía a un ritmo del 13%.
En noviembre, Canarias
fue el destino más concurrido, con 1,24 millones de turistas, un 6,7% más que hace
un año, y el 28,2% del total de extranjeros que vinieron a España. En el
acumulado del año, ya suma casi 13 millones de visitantes.
En los 11 primeros meses,
no obstante, Cataluña es la comunidad más visitada, con 18,2 millones de
viajeros, el 23,4% del total nacional. Pese a las caídas de octubre (-4,7%) y
noviembre (-2,3%), aún está por encima de las cifras acumuladas en los once
primeros meses de 2016. Por detrás de Cataluña, las comunidades más visitadas
en lo que va de año son Baleares (13,7 millones de turistas), Canarias (12,9
millones) y Andalucía (11 millones).
Por otro lado, en
relación al déficit público, el ministro Montoro ha anunciado que el déficit de
todas las administraciones públicas cerró el tercer trimestre del año en
el 1,5% del PIB, lo que supone 1,3 puntos menos que al final del mismo
trimestre de hace un año, cuando se situaba en el 2,88% del PIB.
El Ministro ha asegurado que
España tiene "al alcance" el objetivo de déficit del 3,1%, por lo que
va a abandonar "muy pronto" el procedimiento de déficit excesivo en
el que lleva inmersa desde 2009.
Finalmente señalar, que
han llegado a un acuerdo Gobierno, Patronal y Sindicatos respecto a elevar el
Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta el 20% en tres años, siempre y
cuando el país mantenga el ritmo de crecimiento y generación de empleo actual.
El acuerdo alcanzado
contempla una subida escalonada del salario hasta situarse en 736 euros mensuales en 2018, 773 euros
en 2019 y 850 euros en el año 2020.
El aumento sólo tendrá
lugar si el PIB nacional sigue creciendo a un ritmo del 2,5% y se crean 450.000
empleos por ejercicio.
También se detalla en el
acuerdo, que la subida no se aplicará a los convenios colectivos que tengan el
SMI como referencia para evitar "distorsiones económicas" dada la
cuantía de las subidas.
MERCADOS:
El
año 2017 ha sido un buen año para las bolsas a nivel mundial.
Entre las bolsas europeas, la griega ha sido la líder con un 24,66% (un 8,40%
en diciembre), aunque sigue todavía a niveles muy alejados de los de otros
años.
El IBEX 35, que ha
perdido otro 1,64% en diciembre, ha cerrado el año con un +7,40% cuando ha
llegado a estar por encima del 13%.
De las compañías del
selectivo español destaca Cellnex,
filial de Abertis especializada en telecomunicaciones, con un +56,90%;
le sigue IAG (la antigua Iberia) con poco más del +46% y, precisamente, Abertis
(aupada por el proceso de OPA en el que está inmersa). En el lado opuesto
encontramos Técnicas Reunidas que ha perdido casi un 30% de su valor, seguida
por Siemens Gamesa con un -28,58%. Ya más alejada está Mediaset con un -12,50%.
De
las “tres grandes” solo ha perdido valor Telefónica,
un 3,76%; mientras que los bancos BBVA y Santander se han anotado un 15,75 y un
16,50% respectivamente. Y la única balear cotizada, Meliá, ha acabado el año
con una revalorización del 4,85%.
En el resto de
Europa, el DAX ha cerrado cerca de
sus máximos históricos a pesar de perder este mes un 0,82%, pero
sumar durante el año un 12,51%, mientras el CAC francés ha ganado un 9,26%, el
FTSE británico un 7,63%, el MIB italiano un 13,61% y el el EuroStoxx 50, con 5
españolas entre sus 50 componentes, un 6,49%.
Las
bolsas norteamericanas han seguido con su excelente tendencia,
anotándose un 28,24% el tecnológico Nasdaq, y un 19,42% el S&P. Similar ha
sido la revalorización del Nikkei con un 19,10%. Hay que tener en cuenta que a
ambos países se les ha debilitado su divisa. Los emergentes también han sido
muy rentables, especialmente el Hang Seng de Hong Kong (+35,99%) y el Bovespa
brasileño (+26,86%).
En este sentido, las
empresas españolas cotizadas en Bolsa repartieron entre sus accionistas
24.271 millones de euros en dividendos entre enero y noviembre, un 1,84%
menos que en el mismo periodo del año anterior, según datos del Informe de
Mercado 2017 de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Se trata del tercer año
consecutivo en el que caen las retribuciones por acción. Saeta Yield y Endesa
son las cotizadas con mayor rentabilidad por dividendo (es decir, teniendo en
cuenta retribución del accionista en relación con el precio de la acción),
ambas por encima del 7%.
De media, la rentabilidad
por dividendo en la Bolsa española se sitúa en el 4,1% hasta noviembre del año
pasado, según los datos del ponderador estadounidense de fondos de capital
inversión MSCI. Así, se mantiene en las primeras posiciones entre los mercados
bursátiles desarrollados, con más de diez años con rentabilidades por
dividendos por encima del 4%.
En total han sido 117 las
empresas cotizadas en la Bolsa española que han retribuido a los accionistas en
2017. La mayoría lo han hecho con subidas, excepto 11 compañías que lo bajan
frente a 2016. Así, del Ibex 35 Endesa es la empresa que ofrece más
rentabilidad con un 7,09%, con un dividendo de 1,33 euros por acción. Le sigue
Telefónica con un 6,27% (0,54 euros por acción) y Técnicas Reunidas con una
rentabilidad del 5,88%, con 1,39 euros de dividendo por acción.
En relación al mercado de
crudo petrolífero, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, de
referencia para Europa, ha superado los 68 dólares, algo que no sucedía desde
la primavera de 2015, en un contexto marcado por la incertidumbre por la
situación en Irán.
En concreto, a principios
de este mes de enero, el precio del barril de Brent ha llegado a alcanzar un
máximo intradía de 68,27 dólares, su mayor coste desde mayo de 2015.
De este modo, en lo que
va de 2018 el petróleo de calidad Brent acumula una revalorización
del 2%, tras despedir 2017 en 66,87 dólares por unidad.
Por su parte, el precio
del barril de calidad Texas, de referencia en EEUU, subía hasta los 62,21
dólares, en máximos desde mayo de 2015 y casi un 3% por encima de los 60,42
dólares del cierre de 2017.
EMPRESAS:
Gracias a la reforma
fiscal de Donald Trump en Estados Unidos, Iberdrola ingresará 1.200
millones de euros gracias al ajuste contable que le permite el cambio
impositivo realizado por la administración estadounidense, según ha informado
la empresa al regulador bursátil español: "ponemos en su conocimiento que
la aprobación de la reciente reforma fiscal en los Estados Unidos de América el
pasado 22 de diciembre de 2017 dará lugar al reconocimiento de un ingreso no
recurrente de los estados financieros consolidados de Iberdrola a elaborar
conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF)
correspondientes al ejercicio 2017", señala en un comunicado a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores.
De acuerdo con los
cálculos preliminares realizados, dicho ingreso podría alcanzar un importe en
el entorno de los 1.200 millones de euros después de impuestos, consecuencia de
los ajustes a realizar en diversas partidas contables, afirma el comunicado.
La cantidad resultante
del ajuste es consecuencia del efecto que supone haber reducido del 35% al 21%
el impuesto de sociedades. La empresa que preside Ignacio Sánchez Galán
contabilizó pasivos por impuestos diferidos con la Administración
estadounidense valorados al 35%. Al haber pasado al 21%, lo que ha hecho es
valorarlos a este porcentaje, lo que reduce significativamente los pagos.
Aunque la rebaja es
aplicable desde 2018, la empresa ha optado por hacer el ajuste sobre este
ejercicio, al haber sido firmada la orden por Trump este mismo año y por
permitirlo la autoridad bursátil de Estados Unidos (SEC), que, bajo los
principios contables US GAAP, admite un registro provisional de los efectos de
dicha reforma fiscal durante el periodo de medición que no puede exceder de un
año. A 30 de septiembre, el grupo eléctrico contaba con unos impuestos
diferidos pasivos de 12.446 millones e impuestos diferidos activos de 6.673,
gran parte de ellos correspondientes a Estados Unidos.
La empresa destinará ese
dinero extra a sanear otras partidas de su cuenta de resultados, por lo que no
espera impactos en su beneficio neto de este ejercicio. En concreto, explica
que: "se espera que dicho ingreso no recurrente no altere significativamente
el beneficio neto consolidado de la sociedad del presente ejercicio, ya que su
impacto será compensado mediante la aplicación de diversas medidas de gestión
relacionadas con la optimización del perfil de negocio del grupo, que incidirán
en la mejora de los resultados consolidados de la sociedad en los próximos
ejercicios, así como por el valor final contable del negocio de Brasil una vez
realizada la ampliación de capital en Neoenergia, tras la reciente suspensión
del proceso de su salida a Bolsa".
El pasado 20 de diciembre
el presidente Trump logró la aprobación definitiva a sus cambios de
impuestos, que entraron en vigor dos días después. Supone la mayor rebaja de
impuestos en ese país desde la de Ronald Reagan, hace más de 30 años. El
recorte premia sobre todo las empresas y algunas de las corporaciones españolas
que están presentes en ese mercado también lo aprovecharan. Entre otras cosas,
el Impuesto de Sociedades cae del 35% al 21%, la mayor rebaja de la
historia reciente.
Iberdrola está presente
en Estados Unidos a través de Avangrid, una firma que cotiza en Bolsa desde
2015 y de la que controla la matriz española el 81,5% de las acciones. Es el
segundo mayor operador eólico del país, opera en 25 Estados y cuenta con
activos por valor de 31.000 millones de dólares (unos 26.360 millones de
euros). Avangrid integra a ocho compañías reguladas que operan en Nueva York,
Maine, Massachussetts y Connecticut, con 3,2 millones de clientes.
Excelente informe
ResponderEliminarGracias