Como ha declarado
Christine Lagharde, directora del Fondo Monetario Internacional, “nadie puede
ganar en una guerra comercial. Perderán los pobres”
GLOBAL:
El primer G-20 presidido
por un país sudamericano se celebró en Buenos Aires con la apuesta de los
países emergentes de abrir más sus economías al exterior. Lo que contrasta con la
inquietud existente derivada de la guerra comercial abierta entre las grandes
potencias económicas que ha desencadenado el presidente Trump.
Como es sabido, el G20
nació en 1999 como una reunión técnica de ministros de Finanzas y presidentes
de Bancos Centrales y en la crisis económica de 2008 se convirtió en un espacio
clave de discusión y toma de decisiones.
Sus miembros representan
85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y 75% del
comercio internacional.
La cita ha tenido lugar
en un contexto de peticiones a Estados Unidos para que no aplique las tasas del
25% a las importaciones de acero, y la del 10% a las de aluminio que ha
implantado el presidente de Estados Unidos.
Los nuevos aranceles de
Trump y la amenaza de la UE de tomar represalias con contramedidas han
aumentado el riesgo de una guerra comercial, en la que las naciones tratarían de
castigarse entre sí con incrementos de sobretasas a las importaciones de bienes.
La crisis en Venezuela
también se coló en el encuentro del G20. El punto principal estuvo en la
coordinación de medidas económicas para lograr objetivos democráticos en
Venezuela, el tratamiento de la crisis económica y humanitaria y la consecución
de respuestas constructivas una vez que ese país permita la celebración de
elecciones libres y justas.
La cita de Buenos Aires
es la primera de este tipo de las cinco que habrá a lo largo del año. Reunirá a
ministros de Finanzas, presidentes de Bancos Centrales y titulares de
organizaciones internacionales. Argentina ejerce la presidencia temporal del
Grupo formado por los 19 países industrializados y emergentes más importantes,
y la Unión Europea.
Jim Yong Kim, presidente
del Banco Mundial; Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo;
Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional y Olaf Scholz,
ministro de Finanzas de Alemania, han sido algunos de los participantes en la
cita.
Según las autoridades
argentinas la reunión fue un gran éxito, destacando como aspectos más
importantes, al amplio consenso alcanzado respecto a los beneficios del
comercio internacional, que junto a la inversión son los motores más importantes
del crecimiento, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el
desarrollo.
Igualmente, hubo consenso
respecto a la necesaria respuesta a los desafíos que presentan los
criptoactivos o criptomonedas, destacando sus riesgos respecto a la
financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales. Financieramente, dado
su volumen actual, no constituyen aún un riesgo sistémico para la estabilidad financiera,
pero hay que vigilar su desarrollo y evolución.
En base a ese diagnóstico,
se encomendó al Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en
inglés) en conjunto con otras entidades como el Comité de Pagos e
Infraestructuras de Mercado (CPMI), la Organización Internacional de Comisiones
de Valores (IOSCO), y al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que preparen
informes sobre el tema de las criptomonedas para las próximas reuniones a lo
largo del año.
Finalmente, destacar
cierto consenso sobre la necesidad de la búsqueda de soluciones globales de imposición
para el logro de un sistema impositivo más justo, moderno y sostenible. Se
prevé un informe final para el año 2020 con un adelanto en 2019, que será
realizado por la OCDE (a través de su Marco Inclusivo de BEPS, por su sigla en
inglés de Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios). Es un
trabajo técnico muy complejo que llevará bastante tiempo.
ESTADOS UNIDOS:
Contra la opinión de
buena parte de su partido y a pesar del enfado de sus socios estratégicos, el
presidente de Estados Unidos ha fijado nuevos aranceles para la importación de
acero y aluminio, que serán del 25% y del 10%, respectivamente. Lo hizo en un
acto de corte populista, rodeado de trabajadores del acero y del aluminio, un
sector que, según Trump, “ha sido devastado por las prácticas comerciales de
otros países y que es vital para nuestra seguridad nacional. Ha sido un asalto a nuestro país”,
señalando que “solo queremos justicia, que todo sea recíproco”. Igualmente
adelantó que, “en algún momento implantará un impuesto recíproco a todas las
transacciones con su gran rival económico”, es decir, a China.
Trump aseguró que su nueva
política comercial no afectará a todos por igual y que su plan será muy
flexible: mencionó los casos de sus vecinos México y Canadá, con quienes están en plenas negociaciones para la
reforma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que quedarán
exentos de momento. Algo similar dijo de Australia, con quien la economía
estadounidense tiene un superávit comercial. “Haremos algo con ellos y con
algunos otros países”, dijo, pero recordó que “al mismo tiempo, tenemos algunos
países amigos y enemigos que se han aprovechado de nosotros durante años”
El acto en que el
presidente desencadeno las medidas implantadas, fue la última reunión de Gabinete
a la que asistió Gary Cohn (el principal asesor económico de la Casa Blanca)
que dimitió por su oposición al plan de aranceles. “Es un globalista”, bromeó
Trump sobre el exejecutivo de Goldman Sachs.
La dimisión de Cohn fue
el primer síntoma de una reacción furiosa del partido republicano tras
confirmarse la medida. Paul Ryan, el republicano que preside la Cámara de
Representantes, ha señalado en un comunicado que “las malas prácticas en
comercio por parte de países como China son incuestionables, pero que la mejor
estrategia es penalizar esas prácticas, no establecer tarifas arancelarias”.
Para muchos analistas la
decisión de Trump dañará a la economía americana y a sus trabajadores.
Por otro lado, cumpliendo
el guion esperado, Jerome Powell,
el nuevo presidente de la Reserva
Federal, se ha estrenado en el cargo con una subida de los tipos de
interés, que pasan a situarse en una horquilla entre el 1,5% y el 1,75%. Un
alza de 25 puntos porcentuales que era esperada en el mercado y que dejó
encaminada su antecesora en el cargo, Janet Yellen.
Para esa medida hubo unanimidad
dentro del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC). De esta forma, Powell
opta por seguir el camino abierto por Yellen para no inquietar demasiado al
mercado de valores estadounidense, que en los últimos meses se ha mostrado muy sensible
a situaciones de volatilidad.
La Reserva Federal ha reconocido
que la economía estadounidense ha arrancado el año con un mayor dinamismo de lo
esperado. De tal forma, que incluso ha elevado su previsión de crecimiento para este año 2018 hasta el 2,7%, (supone dos décimas más que en la
anterior previsión macroeconómica de diciembre), y para el próximo año 2019 lo
eleva hasta el 2,4% (tres décimas más). Powell ha justificado estas mejores previsiones
económicas en los estímulos fiscales decretados por Donald Trump, la confianza de los agentes
económicos y en las condiciones financieras acomodaticias. Señala el presidente
de la Reserva Federal que "la economía está más sana que hace diez años".
La Fed también ha
anticipado que va a producirse un “repunte de la inflación en los próximos meses, aunque en todo caso sin sobrepasar
el objetivo del 2%”.
La buena situación y
marcha de la economía apunta hacia una situación en la que la subida de los tipos de interés será algo más rápida de
la marcada por la institución hace ahora tres meses. En estos momentos, solo
hay dos miembros de la Fed que esperan que el precio oficial del dinero se
mantenga este año por debajo del 2%, mientras que el resto lo elevan hasta el 2% o el 2,5%.
Por tanto, ha quedado
abierta la posibilidad de tres nuevas subidas de tipos de interés durante este este
año 2018. Consiguientemente, la Reserva Federal posiblemente sitúe a las tasas
de interés este año entre el 2,1% y el
2,4%.
El Banco Central
estadounidense espera que en el año 2020 los tipos de interés se sitúen ya en
el 2,5% (25 puntos básicos más que
en su anterior previsión). En cuanto al rango central de los tipos, estarán
entre el 3,1% y el 3,6%, claramente por encima de la horquilla del 2,6% al 3,1%
que estimaba en diciembre.
Aunque prudentemente, la
Reserva Federal no se ha mantenido ajena al buen momento de la economía mundial. Advierte en su comunicado que
"la previsión económica se ha fortalecido en los últimos meses, pero
advierte que los episodios de volatilidad últimamente sufridos han endurecido
las condiciones de financiación en los mercados, por lo que todavía hay que ser
prudentes”. Se sigue así la línea de conseguir una retirada de estímulos sin
afectar a la confianza de los inversores.
Respecto a la situación
del desempleo, se estima que disminuirá en el año 2019, nada menos, que hasta
el 3,6%. Sin duda, la mayor economía del mundo se encuentra, claramente, en una
situación de “pleno empleo”. Ahora bien, frente a esta circunstancia la Fed aún
no observa presiones inflacionistas en la economía, lo que permite argumentar
una política todavía muy acomodaticia: "necesitamos que las previsiones de
inflación estén ancladas en el 2%", ha remarcado Powell, "no vemos en
los datos una aceleración de la
inflación".
Por otro lado, el
presidente Powell ha querido minimizar el impacto de la política comercial proteccionista que
ha comenzado a implantar el presidente Trump pero, al mismo tiempo, ha
advertido de los riesgos de esta
decisión. Powell ha señalado: "no creo que las decisiones en la
política comercial afecten a nuestra previsión de crecimiento, pero si se ha
convertido en una preocupación para el futuro".
Igualmente, Powell ha
insistido en las consecuencias positivas que tendrá la política fiscal expansiva aprobada
por Trump, al considerar que “estos estímulos de la demanda agregada deberían
generar también una respuesta positiva por la vía de la oferta, lo que sería
positivo para el crecimiento del país en el medio plazo. "las empresas
invertirán y así elevarán la
productividad del país, aunque los efectos tarden más en
aparecer".
CHINA:
China, en respuesta a las
tarifas arancelarias que Estados Unidos ha aprobado sobre sus importaciones de
acero y aluminio, ha anunciado la imposición de aranceles comerciales a un
conjunto de 128 productos estadounidenses.
Según ha anunciado el
Ministerio de Comercio de China, un conjunto de 120 productos, entre ellos
frutas, frutos secos y vino, tendrán un arancel del 15%, mientras que productos
porcinos y relacionados tendrán un arancel del 25%. Se aplicarán aranceles
también a algunos productos siderúrgicos. La medida, que ya ha entrado en vigor,
es una respuesta a los aranceles estadounidenses sobre el 25% en las importaciones
de acero y del 15% en las de aluminio procedentes de China.
Las autoridades chinas ya
habían anunciado que responderían a Trump con aranceles sobre importaciones por
3.000 millones de dólares (2.400 millones de euros). Con todo, no se han
aplicado barreras comerciales a la soja, tal y como habían amenazado las
autoridades chinas (una medida de muy graves efectos sobre el sector agrícola
estadounidense, dónde cuenta mayor apoyo electoral Trump).
China ha emitido un
comunicado oficial, dónde insta a Estados Unidos a dar marcha atrás en sus
medidas que violan las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y a
devolver los intercambios bilaterales a la senda de la normalidad: “se debe evitar
una guerra comercial y no abrir una caja de Pandora".
Los nuevos aranceles de
China frente a Estados Unidos, lógicamente, aún no responden a la última
amenaza de Trump (ya que no se ha materializado) respecto a aplicar nuevas barreras
comerciales sobre 60.000 millones de dólares (48.500 millones de euros) en productos
tecnológicos anunciadas posteriormente por supuestos robos de propiedad
intelectual.
Las medidas de Trump han
sido fuertemente criticadas por diversas organizaciones, y la propia OMC ha
anunciado que observa con gran atención y cautela las primeras consecuencias de
la decisión del Gobierno de estadounidense.
Aunque los aranceles de
Trump afectan a otros países, China es el que sale especialmente dañado, ya que
hasta ahora el presidente de Estados Unidos ha decidido dejar fuera a sus
socios norteamericanos (Canadá y México), así como a la Unión Europea,
Australia, Corea del Sur, Brasil y Argentina.
El Secretario del Tesoro
de Estados Unidos, ha señalado que "estamos procediendo con estos
aranceles a menos de que, finalmente, tengamos un acuerdo aceptable y que el
presidente dé su aprobación. Lo que estamos haciendo es, a largo plazo, muy
bueno para la economía".
UNIÓN EUROPEA:
El
próximo presupuesto de la UE abarcará al periodo comprendido entre los años
2021 y 2027. Parece que falta aún mucho para ello, pero en absoluto es así.
La Comisión Europea trabaja
ya desde hace meses en la manera de encontrar fondos que cubran o resuelvan el
problema de la pérdida de recursos que supondrá el hecho de que el Reino Unido
vaya a abandonar la Unión Europea (las arcas comunitarias dejarán de ingresar
entre 10.000 y 12.000 millones de euros anuales).
Existen muchas
diferencias entre los Presupuestos de un Estado y los de la Unión Europea: en
los presupuestos de cada país, los fondos se destinan sobre todo a prestar
servicios públicos y financiar sistemas de seguridad social, mientras que en el
europeo, se dedican a inversión. Además, los presupuestos de la UE han de estar
siempre en equilibrio (ingresos igual a gastos). Otra
de las diferencias con las cuentas públicas de los países es que el dinero
europeo ayuda a solucionar una amplia gama de desafíos, tanto dentro de sus
fronteras como en el resto del mundo, con el control de la emigración o la
política de defensa común como áreas de actuación que cada vez reclaman más
atención de la UE.
Durante los últimos
años, el presupuesto comunitario
ha supuesto una cifra equivalente al 1% de la Renta Nacional Bruta (RNB) de los
veintiocho países de la Unión Europea, y solamente el 2% del
gasto público total. Se argumenta en Bruselas que ello “significa que cada
ciudadano disfruta de los enormes beneficios de la Unión por menos del precio
de un café diario”.
Históricamente, el
porcentaje del gasto en agricultura y cohesión se ha reducido, aunque todavía sigue
alcanzando una cifra equivalente al 70% del total. Si bien, desde hace unos
años ha aumentado la inversión en proyectos de investigación e innovación, en
redes transeuropeas de transporte y energía, en programas de movilidad para
jóvenes y en actividades relacionadas con la acción exterior europea.
Entre los objetivos
prioritarios de las inversiones de la Unión Europea se encuentra en lugar
destacado el fomento de la convergencia económica para las regiones menos
desarrolladas, a través de las políticas de cohesión que refuerzan el mercado
único y crea oportunidades para las empresas, los trabajadores y los
consumidores en toda la Unión.
El presupuesto de la UE tiene
que ser aprobado por unanimidad tanto en el Consejo de la Unión Europea como en
el Parlamento Europeo. Pues bien, en esta complicada situación, el comisario
europeo de presupuesto, Günter Oettinger, tiene encomendada la difícil tarea de
encontrar países “voluntarios” a aportar más a las arcas comunitarias, a fin de
poder mantener las políticas, para lo que está haciendo una ronda de visitas
por todas las capitales.
Aunque no se han
concretado las cifras, que se harán públicas durante el próximo mes de mayo en
forma de propuesta de la Comisión Europea, (aunque todos los países estén
dispuestos a contribuir más), el
aumento preciso de la aportación podría estar entre un 10 y un 20% respecto
a la actual contribución. No obstante, según ha afirmado Oettinger, “algunos
recortes serán inevitables tanto en la política de cohesión como en la agrícola
ya que, como pasa en la vida, cuando un tío rico se muere hay menos regalos en
Navidad”. Y es que hay que tapar el agujero financiero que supone la salida de
Reino Unido
Una vez que la propuesta
sea aprobada en la Comisión Europea, pasará al Consejo y al Parlamento y en un
segundo momento a los Parlamentos nacionales, con un horizonte máximo de
aprobación final en mayo de 2019, cuando están previstas nuevas elecciones a la
Eurocámara.
El Parlamento Europeo,
por su parte, ya ha movido ficha y ha aprobado una propuesta para elevar los
gastos del marco presupuestario, que deberían elevarse al 1,3% de la renta
bruta de la UE. En materia de prioridades, los eurodiputados señalaron que el
nuevo marco presupuestario “debería
ampliar sustancialmente los programas de investigación y Erasmus+ con
el objetivo de garantizar el progreso en la lucha contra el desempleo juvenil y
en el apoyo a las pequeñas y medianas empresas”.
La Eurocámara también se
ha posicionado en materia de nuevos impuestos al proponer un IVA revisado, una parte de lo que
ingresan los países con la base imponible común y consolidada del impuesto de
sociedades, un impuesto a los servicios financieros o una proporción de la tasa
a las empresas del sector digital e impuestos medioambientales.
Por otro lado, en materia
de requisitos se ha debatido la posibilidad de condicionar la recepción de
ayudas comunitarias al respeto de las leyes comunitarias, como es la libertad
de expresión, en clara referencia a los problemas que están teniendo en esta
materia en Hungría, Polonia o Rumanía.
Al contrario de los
“grandes” de la UE, Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria se han mostrado ya
abiertamente en contra de aportar más fondos a las arcas comunitarias. El
principal argumento es que hay que aplicar el principio de realidad y si hay un
país miembro que sale del club y deja de aportar se tiene, lógicamente, que
reducir el presupuesto europeo. Bélgica, Finlandia y Luxemburgo, también
contribuyentes netos, se han mostrado en contra de aportar más fondos a
Bruselas.
La realidad es que, a más
tardar en mayo de 2019, debe haberse alcanzado un acuerdo para que pueda
arrancar el presupuesto en 2020: según Bruselas hay una serie de proyectos ya
iniciados que está previsto que se terminen a partir de 2020, como son el Rail Báltica, un proyecto
destinado a construir un enlace ferroviario vital hacia los Estados bálticos, o
la conexión ferroviaria Évora-Mérida que conectará finalmente Lisboa y Madrid.
En total, más de 100.000 proyectos financiados por la UE (apoyo a las empresas,
eficiencia energética, cuidados sanitarios, educación e inclusión social) no
podrían iniciarse a tiempo.
Además, hasta un millón
de jóvenes no podrían irse de Erasmus+ en 2021 y se perderían 5.000 empleos en
investigación cada mes.
ESPAÑA:
El Banco de España ha
revisado al alza sus previsiones de crecimiento de la economía española para
2018. El organismo ha pronosticado
un crecimiento de 2,7% para este año, frente al 2,4% de la estimación
inicial. Para 2019, la entidad prevé un crecimiento del 2,3% y para 2020 del
2,1%.
Según
la institución, esta revisión del pronóstico responde a un entorno
internacional más favorable de lo esperado, una política fiscal más expansiva y
una menor incertidumbre política en Cataluña. La actividad
exterior, sobre todo en la zona euro, ha ganado fuerza y ha impulsado una
mejora de las exportaciones y los indicadores de confianza en España. El
organismo redujo su pronóstico de crecimiento el pasado diciembre en 0,2 puntos
a raíz de la incertidumbre generada en Cataluña.
El organismo estima
que el crecimiento económico en el
primer trimestre del año será del 0,7%, en línea con los dos trimestres
anteriores gracias al mantenimiento de la demanda interna y a la menor
incertidumbre en Cataluña.
Estima el Banco de España
que el IPC crecerá un 1,2% de media,
experimentando cierto repunte en los próximos meses hasta alcanzar un pico en
verano y caerá de nuevo a finales de año. En 2019 el IPC se aceleraría hasta el
1,4% y el 1,7% en 2020.
Las exportaciones continuarán registrando tasas de
avance del 4,9% para este año, del 4,8% para 2019 y del 4,5% en
2020. El crecimiento se situaría por encima de las importaciones durante los
tres años, por lo que la demanda externa aportará tres décimas al crecimiento en
2018 y dos décimas en los dos ejercicios consiguientes.
El Banco de España estima
que las tasas de empleo se elevarán,
aunque a ritmos más moderados que los últimos tres años. El
organismo espera un crecimiento del empleo del 2,7% con lo que avanzaría a un
ritmo similar al del PIB. El paro descenderá hasta una tasa del 11% para
finales del año 2020.
Por otra parte, la entidad estima que el déficit público
cierre este año en el 2,5% del PIB, tres veces más que lo acordado con
Bruselas. En 2019 será del 2,1% y en 2020 del 1,7%.
En relación al mercado de
trabajo, el pasado mes de marzo ha cumplido su tradicional papel en el
estacional mercado laboral español. Suele ser el mes en que se inaugura la
buena época para el empleo. Y así ha sido en 2018, con la ayuda de una Semana
Santa que ha coincidido casi toda con el mes de marzo.
Pues bien, la afiliación
a la Seguridad Social ha crecido en 138.573 afiliados. Con este incremento, ha
superado los 18,5 millones de cotizantes con empleo por primera vez desde
diciembre de 2008. Según el Ministerio de Empleo, también ha bajado el paro
registrado: ha disminuido en 47.697 personas situándose en 3,4 millones.
El empuje de la Semana
Santa se aprecia cuando se observa la afiliación en la rama de la hostelería,
que ha contado con 58.612 nuevos cotizantes en el régimen general y 3.652 entre
los autónomos. Es decir, entre ambos regímenes han sumado más de 60.000
afiliados.
Los datos divulgados del
Paro Registrado durante el pasado mes de marzo, muestran que se mantiene la recuperación
del mercado de trabajo.
Si nos fijamos en las comunidades
autónomas, el número de afiliados subió en casi todas ellas, salvo en
Castilla-La Mancha. Y donde más aumentó fue en Cataluña y en Baleares, con
28.918 y 25.445 nuevos empleos creados.
La contratación
indefinida está mostrando una mayor fuerza, ya que está creciendo por encima de
los dos dígitos en los tres primeros meses de 2018. Sin embargo, este tipo de
contratos no implica estabilidad en el empleo, como han demostrado en un
estudio reciente tres economistas, que han puesto de relieve que el 40% de
contratos fijos no llega a cumplir el año.
Por
otro lado, según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de
Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó
un 0,1% en marzo en relación al mes anterior y elevó su tasa interanual una décima,
hasta el 1,2%, su nivel más alto desde el pasado mes de noviembre.
En el aumento del IPC de
marzo han influido principalmente el encarecimiento de los servicios
turísticos, por la Semana
Santa, y la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no
alcohólicas frente al descenso que experimentaron en igual mes del
año 2017.
La tasa interanual de
aumento de los precios correspondiente a marzo es el decimonoveno aumento
mensual que encadena el IPC, e implica que los precios son hoy un 1,2% superiores
a los de hace un año.
Tras haber registrado en
enero una tasa interanual del 0,6%, la más baja en 16 meses, el IPC interanual
volvió en febrero a superar el 1%, tendencia que se ha mantenido en marzo,
donde los precios han alcanzado una tasa del 1,2%. Se trata de su valor más
alto desde noviembre de 2017, cuando el IPC interanual llegó a situarse en el
1,7%.
En el tercer mes de 2018,
el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en
el 1,3%, una décima por encima de la registrada en febrero, mientras que la
variación mensual fue del 1,2%.
En otro orden, según los
datos provisionales de la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera
(Frontur), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), España ha
superado los 8,3 millones de turistas internacionales en los dos primeros meses
del año, lo que supone un aumento del 3,9% con respecto al mismo mes de 2017,
que gastaron 9.009 millones de euros (un incremento del 5,2%).
En febrero, España
recibió 4,2 millones de visitantes internacionales, un 2,6% más que el mismo
mes de 2017, que realizaron un gasto total de 4.507 millones de euros, lo que
supone un incremento del 4,7% respecto al mismo mes de 2017, según los datos
provisionales de la encuesta Egatur recientemente publicada.
El gasto medio por
turista se sitúa en 1.067 euros, con un aumento anual del 2,1%. Por su parte,
el gasto medio diario crece un 8,2%, hasta 143 euros.
La duración media de los
viajes de los turistas internacionales es de 7,5 días, lo que supone un
descenso de 0,5 días respecto a la media de febrero de 2017.
El Reino Unido continúa
siendo el principal mercado emisor, con 1,66 millones de turistas, tras un
descenso del 3,1% respecto a los dos primeros meses de 2017. Le siguen Francia,
con más de un millón de turistas y una caída del 2,2%, y Alemania que emitió
más de un millón de visitantes hacia España (un aumento del 3,5%).
Canarias es el primer
destino principal de los turistas extranjeros llegados a España en los dos
primeros meses del año, con cerca de 2,4 millones, cifra similar a la del mismo
periodo de 2017; Cataluña con casi 1,9 millones de visitantes (+2,4%) y
Andalucía con más de 1,1 millones (+1,4%).
Un buen dato, es que se
prevé que la deuda publica caiga este 2018 a una cifra equivalente al 97,6% del
PIB, al 95,4% en el 2019, y al 92,5% en el año 2020. En ese sentido el
Gobernador del Banco de España, Linde, ha señalado que faltan décadas para que
baje hasta una cifra equivalente al 60% del PIB.
Se ha presentado el
proyecto de Presupuestos del Estado para 2019, que señalan los objetivos que el
Gobierno ha negociado con el partido Ciudadanos, pero la situación del posible
apoyo del PNV está en el aire, por lo que habrá que esperar al desenlace final.
MERCADOS:
El Ibex ha comenzado el segundo
trimestre del año con una caída
del 0,53%, lo que ha situado al selectivo alrededor de los 9.500
puntos básicos. Tras la Semana Santa también se ha vivido la preocupación por el temor a una guerra comercial con China. La
mayoría de los principales mercados europeos también han registrado caídas
arrastradas por ese miedo a una disputa entre EEUU y China.
Por otro lado, los
precios de la vivienda nueva y usada en España, si bien comenzaron a subir hace
tres años, han experimentado un fuerte aumento en el último semestre de 2017.
Según un informe de la
Sociedad Española de Tasación, el precio medio creció un 4,3% anual, situándose
en los 1.532 euros por metro cuadrado. Se trata de la mayor subida desde el año
2007, antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
La situación está
llevando a que bastantes analistas adviertan del riesgo de fuertes subidas en
el precio de la vivienda, siendo las peor paradas Madrid, Cataluña y Baleares.
EMPRESAS:
Mercadona, la cadena de
distribución líder en España, redujo su beneficio en 2017 a la mitad respecto a
2016, tras sacrificar ganancias para acelerar el crecimiento y dar un fuerte
impulso de la inversión, que se elevó a 1.008 millones, principalmente en la
reforma de tiendas para ofrecer productos frescos y nuevos servicios.
La empresa que dirige
Juan Roig ganó 332 millones, un 49% menos. La compañía, en cambio, aumentó su
facturación un 6,1%, hasta los 21.011,5 millones. Ya es la compañía con más
ventas en España. También elevó su plantilla, que sumó 5.000 nuevos trabajadores,
hasta un total de 84.000.
De forma que la compañía
está sacrificando beneficio para acelerar su crecimiento e inversión.
Muy interesante ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Muchas gracias Mark, eres muy amable.
ResponderEliminarSaludos.