Respecto al crecimiento de la economía global, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha
empeorado sus pronósticos para 2019, en dos puntos porcentuales.
La expansión global
continúa perdiendo impulso en medio de la incertidumbre política y la
resistente tensión comercial.
ECONOMÍA GLOBAL:
A
nivel internacional, la OCDE vislumbra un panorama económico menos expansivo. La
institución ha reducido nuevamente sus pronósticos para la economía global en
2019 y 2020, al advertir que las disputas comerciales y la incertidumbre sobre
el Brexit, podrían afectar el comercio y los negocios a nivel mundial.
La
OCDE acaba de señalar, que la economía mundial crecerá un 3,3 por ciento en
2019, y 3,4 por ciento en 2020.
Esos
pronósticos representan una reducción de 0,2 puntos porcentuales para 2019, y
0,1 puntos porcentuales para 2020 en comparación con las últimas previsiones de
la OCDE divulgadas en noviembre.
Señala
que: “la gran incertidumbre política, las actuales tensiones comerciales y una
mayor erosión de la confianza empresarial y del consumidor están contribuyendo
a la desaceleración. La sustancial incertidumbre política se mantiene en
Europa, incluyendo al Brexit. Una salida desordenada del Reino Unido de la
Unión Europea, elevaría sustancialmente los costes para las economías
europeas".
Para Alemania, la mayor economía de Europa, la OCDE ha reducido en más del 50% su pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 (a un 0,7 % desde el 1,6%), esperando una leve recuperación con un aumento de su PIB del 1,1% en el año 2020.
Para Alemania, la mayor economía de Europa, la OCDE ha reducido en más del 50% su pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 (a un 0,7 % desde el 1,6%), esperando una leve recuperación con un aumento de su PIB del 1,1% en el año 2020.
Por
otro lado, la propia OCDE no ha dejado de señalar los peligros para la economía
mundial de las tensiones comerciales.
Washington es, sin duda, el destinatario principal de estos avisos: los
intercambios comerciales con China, la Unión Europea, y otros vecinos
norteamericanos, se tambalean y los precios estén aumentando. Afirma la
economista jefa de la OCDE, que “el comercio sigue siendo lo que más nos
lastra”.
Según
la OCDE, Estados Unidos ya ha comenzado a sufrir las tensiones que ella misma
ha propiciado: “tarifas más altas han comenzado a influir en los costes
empresariales y precios, y el crecimiento de la inversión empresarial y las
exportaciones se ha moderado”.
Aunque
los efectos son aún bajos, la OCDE insiste en pedir a Washington que se siente
a dialogar en una mesa multilateral “porque esto es lo que ha sostenido un
crecimiento económico elevado hasta el año 2017”.
ESTADOS UNIDOS:
El
PIB de la economía de Estados Unidos creció durante el pasado 2018 a un ritmo
del 2,9%, sin duda, gracias al impulso de los estímulos fiscales. Ahora bien,
pese a la solidez del dato, (el aumento es mayor en siete décimas al registrado
en 2017, igualando al conseguido durante 2015) pero es inferior al objetivo
prometido por el presidente Trump.
El
dato anterior correspondiente al año 2018, se ha publicado con retraso de un
mes, como consecuencia del cierre parcial del Gobierno, que afectó a la agencia
que lleva a cabo la realización y seguimiento de estas estadísticas.
El
consumo privado, que representa las dos terceras partes del crecimiento del PIB
estadounidense, creció a una tasa anualizada del 2,8% en los tres últimos meses
del año (ocho décimas menos que en el tercer trimestre). Las exportaciones, aumentaron
un 1,6% (habían caído un 4,6% en los tres meses anteriores).
Lo
cierto, es que las rebajas fiscales impulsaron el crecimiento económico, pero
su efecto comenzó a disiparse en el final del año pasado, por lo que se espera
que durante este 2019, siga diluyéndose.
El
Banco Central de Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed), ha señalado en
su último informe de expectativas para 2019, un aumento del PIB estadounidense
del 2,3%. La realidad, es que se trata
de una cifra importante dentro del crecimiento normal de una economía
desarrollada, pero que se encuentra alejada de las promesas de Trump, una vez
que ya era presidente de la primera potencia mundial.
Jerome
Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, ya indicó en su
intervención semestral ante el Congreso, que el crecimiento económico será más
moderado que el del pasado año 2018.
Igualmente,
Powell, señaló la existencia de, en sus propias palabras, “señales
conflictivas” y “corrientes cruzadas” que obligan a “ser pacientes y prudentes”
en el proceso de normalización de la política monetaria (las tasas de interés
oficiales se encuentran en estos momentos entre el 2,25% y el 2,5%).
El
presidente de la Reserva Federal, indicó que la Fed se encuentra preparada para
poner “en pausa” el programa de reducción del balance (venta del enorme volumen
de bonos que, como consecuencia de las medidas de expansión cuantitativa
monetaria, se encuentran en poder del Banco Central estadounidense, y que se
sitúan, en nada menos que, cuatro billones de dólares).
Powell
citó como factores de incertidumbre, el Brexit, la moderación del
crecimiento económico de la economía global, y las tensiones comerciales
por el litigio entre China y Estados Unidos.
Algunos
analistas afirman que el pasado 2018 ha sido el año en el que Trump ha tenido y
tendrá un mayor crecimiento económico, ya que en 2020 el producto
estadounidense volverá a moderarse, y se situará algo por debajo del 2%. Incluso,
algunos anticipan que podría tener lugar cierta contracción económica cuando se
pierda todo el efecto de los estímulos fiscales. Y es que la economía de
Estados Unidos está teniendo un comportamiento totalmente irregular desde la
Gran Recesión iniciada en el año 2008.
La
mayoría de analistas económicos, coinciden en que para que la economía de
Estados Unidos alcance un ritmo de crecimiento sostenido del 3%, es preciso
incrementar la productividad (algo bastante alejado en este momento).
En
definitiva, la oficina presupuestaria del Congreso, al igual que la Reserva
Federal, ve así el crecimiento potencial al largo plazo en un nivel que está
más cerca del 2% de aumento del PIB estadounidense.
UNIÓN
EUROPEA:
Los
países de la Unión Europea han adoptado medidas para incentivar a sus economías.
Ante las tensiones políticas y sociales y el impacto en las exportaciones de
las guerras comerciales, Bruselas constata que, junto con la creación de
empleo, unas políticas más expansivas permitirán que los socios de la Unión Europea
sigan creciendo a un ritmo del 1,5%, y los del euro, del 1,3%.
Alemania,
Francia y Holanda, con una posición fiscal más que cómoda, lideran esos planes,
mientras que Italia sigue con unas medidas que rayan el incumplimiento de la
normativa comunitaria.
Los
tiempos en los que la Unión Europea crecía más que Estados Unidos han pasado.
Por lo que el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, ha señalado como
prioridades, “reducir los riesgos políticos, e impulsar la expansión de la
demanda interna gracias al crecimiento del empleo, los salarios y la expansión
fiscal”.
En
el mismo sentido, la Comisión Europea ha constatado que los presupuestos
de la zona euro para este 2019, han adoptado un “ritmo ligeramente expansivo”: un
incremento global del gasto y un deterioro del déficit estructural (aquel que
no incluye al déficit derivado del ciclo económico) de 0,3 puntos, sobre todo en
Italia, Alemania y Holanda. Fuentes del Ejecutivo comunitario, no obstante, han
señalado que estos datos pueden ser mayores ya que aún no recogen las medidas
adoptadas por Macron en Francia para intentar atajar la crisis de los chalecos
amarillos.
La
economía germana aumentará su gasto público en una cifra equivalente al 0,5% de
su PIB, fundamentalmente, en educación, vivienda, e incentivos y reducciones
fiscales.
En
Holanda, las medidas consisten en rebajar el impuesto sobre la renta, y
destinar 8.000 millones de euros a innovación, defensa, seguridad e
infraestructuras.
Ya
la Comisión Europea había pedido a ambos países, Alemania y Holanda, que aprovechasen
sus superávits fiscales para invertir. “la política fiscal en la eurozona debería
ser idealmente anticíclica (déficit en depresión económica y superávit en
etapas de expansión). El problema es que muchos planes de gasto no tienen en
cuenta esa orientación. Más bien, son el resultado de la presión política.
España
también incrementará el gasto y ha decidido una subida del salario mínimo que supondrá
mayores ingresos para las familias.
Italia
es un caso aparte: su plan, aceptado a regañadientes por Bruselas, podría
quedar anulado por la desconfianza de los mercados.
Las
últimas previsiones de la Comisión también identifican hasta 18 países de
dentro y fuera de la zona euro que han adoptado medidas para apoyar el
crecimiento, desde el Reino Unido hasta Estonia. Entre ellos también están los
países del Este, de los que se espera que aceleren las inversiones gracias a un
uso más intensivo de los fondos comunitarios.
Analistas
cualificados señalan que “algunos países, como Alemania u Holanda, tienen muchas
más posibilidades fiscalmente. Pero hay otros países en los que, en caso de que
hubiera una recesión, sería más complicado que pudieran seguir con esas
políticas”.
Ahora
bien, existen dudas respecto a la eficacia de estos planes de expansión
económica. Bruselas opina que muchos de esos planes van a tener un efecto
temporal y limitado. Y, en el caso de los aumentos salariales, considera que el
deterioro de la confianza del consumidor puede llevar a que el aumento de la
renta disponible lleve a ahorrar en lugar de gastar más.
Además,
esos planes se han realizado sin coordinación entre Estados, lo que ha llevado
al presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, a solicitar que sean “diseñados con
mucha prudencia” y en coherencia con las políticas de la zona euro.
Por
otro lado, la OCDE ha alertado de que no queda nada del aterrizaje suave al que
se refería respecto a la Eurozona. La región, está en un continuo estado de
turbulencias, entre otros motivos por el Brexit, que pagará este año con un
crecimiento de solo el 1%, (el inicialmente previsto en noviembre era el 1,8%).
Italia,
según la OCDE prevé que continuará en recesión técnica (crecimiento negativo
del PIB durante dos trimestres consecutivos).
Pero
la incertidumbre generalizada en la eurozona, advierte la OCDE, es una de las
causas de que las empresas “planean emplear menos”. Lo que ya es un hecho desde
hace un tiempo en Reino Unido a causa del Brexit, empieza a suceder también en
la eurozona, donde “la creación de empleo podría reducirse a la mitad, a dos
millones, entre 2019 y 2020”.
De
forma que, para la Eurozona, la OCDE rebaja el crecimiento del PIB en 0,8
puntos, hasta un aumento previsto para 2019 de un 1%, que llegará escasamente
al 1,2% en el 2020.
Sobre
todo, preocupan dos países: Alemania, para la que la OCDE prevé ahora un
crecimiento de 0,7% en 2019 (hace solo tres meses todavía preveía 1,4%) y de
1,1% el año próximo. También Italia, economía que como hemos señalado se
encuentra en recesión técnica.
Una
de las principales causas, según la OCDE, es una débil producción industrial. También una leve caída de la demanda externa y,
lo que llama, “factores excepcionales”, como la “perturbación del sector del
automóvil tras nuevos test de emisiones para vehículos”. Además, señala como
peligro para que se prolongue la situación, “un debilitado crecimiento del
comercio en la eurozona, una alta incertidumbre política y una confianza
moderada que apuntan a una ralentización subyacente de la demanda, que podría
persistir”.
Según
la OCDE, se precisa actuar urgentemente y coordinadamente, de forma que
aquellas economías que tengan cierto margen fiscal, deben “aprovechar las bajas
tasas de interés para realizar más inversiones públicas, continuando con las
reformas estructurales”.
Por
otro lado, la realidad es que todos los países se están preparando para lo
peor: una salida dura del Brexit. De forma que el BCE y el Banco de Inglaterra
han anunciado una línea de liquidez mutua: Londres tomará prestados euros que
podrá inyectar cada semana en las entidades financieras británicas si les
hiciera falta. A cambio, Fráncfort recibirá libras esterlinas. La operativa
sigue el modelo de crisis anteriores. Los bancos centrales tratan así de alejar
el riesgo de tormentas financieras ante la posibilidad, que nadie se atreve a
descartar de la salida dura del Reino Unido de la Unión Europea.
Las
líneas de liquidez que ahora se activan forman parte de unos acuerdos ya
antiguos, firmados en octubre de 2013, no solo por el Banco Central Europeo y
el Banco de Inglaterra, sino también por los bancos centrales de Estados
Unidos, Canadá, Japón y Suiza.
Tal
como ocurrió durante crisis como la de los ataques yihadistas del 11-S, o la
caída de Lehman Brothers en 2008, los banqueros centrales tratan de eliminar
factores de riesgo, ahuyentando los temores a un escenario de falta de
liquidez.
El
Banco de Inglaterra adopta la decisión de conceder préstamos en euros a partir
del 13 de marzo a las entidades que requieran liquidez pese a que, como señala
la entidad, “el sistema bancario británico es lo suficientemente fuerte para
hacer frente a los shocks económicos que podrían acompañar al
peor escenario de un Brexit desordenado”. Así lo aseguraba el Comité de
Política Financiera de la autoridad monetaria británica en su reunión del
pasado 26 de febrero, cuyas actas acaban de ser publicadas. La estabilidad
financiera no es lo mismo que la estabilidad de los mercados. Y es previsible
una volatilidad significativa en estos mercados en el caso de un Brexit sin
acuerdo, añadía ese organismo.
La
fecha de salida de Reino Unido de la UE está fijada oficialmente para el
próximo 29 de marzo, y los esfuerzos realizados por la primera ministra, Theresa
May, por ahora, han resultado fallidos.
Por
su lado, el Gobierno español ha aprobado un decreto con el que persigue asegurar
que, de consumarse el Brexit duro, se mantendría el funcionamiento normal de
los flujos comerciales entre los dos países y, sobre todo, garantizar los
intereses de los españoles en Reino Unido.
ESPAÑA:
Según
el Ministerio de Trabajo, el empleo creció en 69.172 afiliados a la Seguridad
Social, y elevó la cifra total de cotizantes hasta los 18,9 millones. Se
trata del menor incremento de los últimos tres años. Aunque la recuperación
continúa, están reflejándose los síntomas de desaceleración. Además, el paro
volvió a crecer: las oficinas públicas contaron 3.271 desocupados más. Aunque
este es el peor dato desde 2013.
En
un solo año ha aumentado el número de cotizantes (un 2,86% más). Creación de
puestos de trabajo que se da en pocas economías de la UE, pero es menor al que
se venía manteniendo hasta la fecha.
También
ha habido cierta ralentización en la reducción del Paro Registrado (aquellos
que acuden a las oficinas de empleo, a inscribirse como desempleados
demandantes de empleo). El número de parados registrados ha aumentado en 3.279,
a diferencia de lo que pasó en los años 2017 y 2018, cuando ser redujo. El dato
del pasado febrero es el peor desde 2013, cuando en los últimos meses de la
recesión, el desempleo aumentó casi 60.000 personas.
Por
otro lado, si bien el resto de economías europeas se ralentiza, y el consumo de
las familias españolas se ha moderado, la economía española, por ahora, está
resistiendo. Entre octubre y diciembre arrojó un crecimiento trimestral del
0,7%, muy por encima del 0,2% que se registraba en la zona euro.
Una
de las razones que justifica ese comportamiento, ha sido el fuerte incremento
del gasto de las Administraciones: ya que de no ser por el consumo público, el
PIB habría crecido un 0,5% y no un 0,7%. Es decir, a ritmos anuales del 2% y no
del 2,8%.
En
definitiva, casi un tercio del crecimiento del último trimestre de
2018, se explica por un mayor aumento del gasto público, que ha pisado el
acelerador mientras el resto de rúbricas perdía impulso.
Según
el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el último trimestre de
2018 el consumo público avanzó al 1,2% trimestral, un ritmo que,
salvo por un trimestre de 2015, no se daba desde 2008. Además, estos datos de
consumo público no incluyen el aumento de la inversión.
El
reciente tirón del sector público se ha visto, igualmente, confirmado por la
Encuesta de Población Activa (EPA), que ha señalado cómo entre octubre y
diciembre, el sector público creaba 43.400empleos, mientras que el privado
destruía 6.900 empleos.
Es
probable que el Déficit Público acabe el año 2018 en el 2,7% del PIB.
Por
otro lado, en relación al sector exterior, hay que señalar que se ha reducido
el superávit de España con el exterior. Según los datos publicados por el Banco
de España, en diciembre de 2016 la diferencia entre pagos e ingresos alcanzó
los 28.000 millones de euros a favor de la economía española. Dos años más
tarde, al cierre de 2018, el saldo de flujos con el extranjero se sitúa en un
superávit más pequeño, de 14.000 millones, justo la mitad. Solo en el acumulado
de 2018, este excedente con el exterior se ha desplomado un 53%, desde los
24.000 millones hasta esos 14.000 millones, un significativo empeoramiento por
valor de 10.000 millones de euros.
Y
respecto a la deuda con el exterior (una cifra equivalente al 84% del PIB) hay
que señalar que se trata de un importante factor de vulnerabilidad de la
economía española.
El
turismo ha mantenido en 2018 su importante contribución a la balanza de pagos a
pesar de la recuperación de otros destinos competidores. En parte porque han
subido los desembolsos de los visitantes. Gracias a los ingresos del sector
turístico, la economía española consigue compensar los déficits en mercancías y
rentas que se van al exterior, sobre todo remesas de inmigrantes. De modo que
lo que ha hecho disminuir la capacidad de financiación con el extranjero ha
sido el comportamiento de las ventas de bienes y servicios no turísticos.
Una
parte de ese deterioro se corresponde al encarecimiento del precio del
petróleo. Pero otra parte sustancial se debe al peor comportamiento de la
cuenta de bienes y servicios no energéticos y no turísticos. Según se
desprende de datos de aduanas, las exportaciones solo de bienes crecían un 2,9%.
En cambio, las importaciones avanzaban mucho más: un 5,6%. De ahí que el
saldo comercial se deteriore.
El
déficit comercial en mercancías no energéticas se duplicó desde los 4.000 a los
8.700 millones. Y el energético empeoró en cerca de 4.000 para situarse cerca
de los 25.000 millones. La ralentización de los principales socios
comerciales de España está pesando bastante. Por países, están lastrando mucho
las ventas a Alemania, Reino Unido, Italia o Turquía.
Por
otro lado, según datos del Banco de España, la inversión extranjera directa
en España aumentó desde los 6.700 millones registrados en 2017 hasta los 38.200
millones de 2018. Se trata del mejor dato desde 2008, cuando justo antes del
estallido de la burbuja entraron en España unos 52.000 millones. La buena
noticia puede explicarse por el mayor crecimiento de la economía española
respecto a la media de la zona euro. También se han elevado las inversiones de
España fuera: desde los 23.600 millones de 2017 hasta los 29.100 millones de
2018.
Por
el contrario, la inversión extranjera de cartera, aquella que es puramente financiera
y más volátil, ha caído desde los 60.400 millones hasta los 36.800 millones. De
hecho, el Ibex 35 arrojó una caída superior al 10% en 2018. Y la de los
españoles fuera, retrocedió desde los 78.600 millones hasta los 42.100
millones.
En
total, la balanza cuenta financiera obtuvo en 2018 un saldo favorable de 38.427
millones de euros. "Lo que significa que las inversiones españolas en el
exterior superaron a las de los extranjeros en España. Es decir, hubo una
salida neta de fondos, aunque inferior a la de un año antes (53.601 millones de
euros).
Con
respecto al turismo, en el pasado año 2018 terminó con un nuevo récord de
llegada de turistas (82,7 millones) y de gasto desembolsado (89.856,4
millones de euros), gracias al tirón del último tramo del año. El comienzo de
2019 sigue la inercia de ese tirón y en el mes de enero se batieron los récords
históricos de llegadas y de gasto turístico para un primer mes del año. En
total, visitaron España casi 4,2 millones de turistas, un 2,2% más que en el mismo
mes de 2018, y gastaron un total de 4.689,3 millones de euros, un 3,6% más.
Según
los datos publicados por el INE, visitaron España 4.196.939 turistas
extranjeros, 90.000 más que en enero de 2018, anterior récord histórico. De
hecho, el de este año es el sexto año consecutivo en que se supera el máximo de
la serie histórica. Reino Unido ha sido el país que más visitantes ha enviado,
807.347, apenas un 1% más que el año pasado. El colectivo, además, que más ha
aumentado su nivel de gasto, un 7,88% más que un año antes, hasta 811,6
millones de euros.
También
ha crecido ligeramente el número de alemanes, el siguiente mayor mercado
español, con más de medio millón, aunque aumentaron el gasto más levemente
(1,24%). Mientras, cae con fuerza el número de turistas franceses, el tercer
mercado, un 8,7%, hasta 446.307, con una caída del gassto del 8,2%. Pero el
mayor impulso es el de los turistas estadounidenses, un mercado en fuerte alza
para los destinos españoles. En enero llegaron 149.000, un 25,5% más que un año
antes. También creció mucho el mercado portugués, un 21%, hasta 141.000.
Como
suele ser en esta época invernal, el destino preferido de los turistas ha sido
Canarias, que recibió a 1,16 millones de extranjeros, un 27,6% del total. No
obstante, fueron un 2,1% menos que los llegados en enero de 2018. Cataluña fue
el siguiente destino preferido, con 910.000 visitantes, un 5% más. Madrid y
Andalucía superaron el medio millón de visitantes, con crecimientos robustos
del 9 y el 6,6%, respectivamente.
La
mayor parte de los turistas, tres millones, se alojaron en establecimientos de
mercado (en los que hay transacción monetaria), mayoritariamente en hoteles
(2,4 millones), cuya demanda crece más (4,9%) que la de las viviendas de
alquiler de mercado (2,4%, hasta 378.467 turistas). Por el contrario, cae un
3,2% la demanda de alojamiento de no mercado (vivienda en propiedad, vivienda
de familiares o amigos y otro alojamiento de no mercado). Los hoteles, además
de alojar a la mayor parte de los turistas, también atrajeron la mayor parte
del gasto, con 2.668 millones de euros, un 4,8% más. El gasto en
establecimientos de no mercado ascendió a 1.228,1 millones, un 4,4% más.
El
gasto que realizaron los turistas para visitar España también marcó un nuevo
máximo histórico, con 4.689 millones de euros, un 3,6% más que en el mismo mes
del año anterior. Aunque esta cifra no supone exactamente lo que los turistas
dejan en España, puesto que incluye gastos como el billete de avión, que pagan
en origen, la ecuación de mayor crecimiento del gasto que del número de
visitantes es la que busca el sector para rentabilizar más cada visita sin que
los destinos se vean saturados.
El
gasto diario por turista, que sí refleja algo mejor el desembolso en destino,
crece un 5%, hasta los 138 euros al día. Sin embargo, la estancia media volvió
a descender hasta situarse en una media de 8,1 días, 0,3 días menos que en
enero de 2018. Solo en cuatro de los últimos 40 meses se han registrado tasas
positivas de crecimiento de la estancia media.
MERCADOS:
En
la Bolsa, un total de 86 compañías, cierran el pasado febrero con ganancias, y
más del 50% de ellas, con incrementos de dos dígitos.
Los
resultados empresariales correspondientes al cierre del ejercicio 2018 han sido
buenos y los síntomas de desaceleración de la economía europea no se
trasladaron a la economía real de un día para otro.
Según
analistas destacados, “las Bolsas son en cada momento lo que son quienes
invierten en ellas”. Y el sentimiento optimista o pesimista de los gestores de
fondos y grandes carteras da lugar a mercados alcistas o bajistas.
Para
marzo el entorno, salvo imprevistos, es propicio: la guerra comercial entre
EEUU y China ha entrado en un periodo de calma. Los tipos no van a subir, Los
bancos centrales echarán, si hace falta, dinero a paladas y hay predisposición
a ver la situación con optimismo.
Respecto
al Euribor, ha cerrado el mes de febrero con cifras récord: el indicador, referencia para el cálculo de
los préstamos variables, ha cumplido tres años en tasas negativas. En concreto,
ha cerrado en el -0,108%, un 0,008% más que en enero de 2019, cuando se situó
en el -0,116%.
Hace
un año, el euríbor tocaba fondo con el -0,191% por lo que la tasa interanual ha
aumentado 0,083 puntos en estos doce meses, el crecimiento más alto
registrado desde 2014. En este caso, los ciudadanos que tengan que revisar su
hipoteca este mes pagarán más cuota que hace un año.
Aunque
se va acercando a cero, el euríbor seguirá en negativo los próximos meses y es
muy difícil que a corto plazo veamos un cambio drástico. La tendencia seguirá
siendo creciente, pero no será hasta finales de 2019 cuando se llegue a esa
cifra de cero.
En
el caso de un ciudadano con una hipoteca de 130.000 euros a 20 años con un
diferencial de euríbor +0,99% ahora pagará 591,04 euros cada mes, 4,53 euros
más que hace un año. Por lo que, en el total de 2019 pagará 54,30 euros más por
su hipoteca. Si el importe de la hipoteca fuera de 300.000 en lugar de 130.000,
el hipotecado pagará gasta 125,64 euros más en este año, según indica el
comunicado remitido a los medios de comunicación por iAhorro.
Para
una hipoteca de 130.000 euros a un plazo de 30 años y con un diferencial de
0,99%, el cliente pagará 411,12 euros al mes, 56,76 euros más al año comparado
con lo que ha pagado durante el 2018. Si la hipoteca fuera de 300.000, el nuevo
importe a pagar se dispararía a 130,92 euros más al año.
La
diferencia a la hora de pagar la hipoteca ahora o hace un año comienza a crecer
poco a poco.
EMPRESAS:
Según
ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Iberdrola
obtuvo un beneficio neto récord de 3.014,1 millones de euros en 2018, con un
incremento del 7,5 % con respecto al ejercicio anterior.
El
resultado bruto de explotación (EBITDA) de la energética se situó al cierre de
2018 en los 9.349 millones de euros, con un crecimiento del 27,7 % frente
al año anterior, gracias al buen comportamiento de todos los negocios. El 78 % de este importe procedió de áreas
reguladas o con contratos a largo plazo, de acuerdo con el enfoque estratégico
del grupo.
El
grupo señaló que este resultado se vio impulsado por las inversiones de cerca
de 200.000 millones de euros realizadas en los últimos cuatro años, de las
cuales 5.320 millones de euros correspondieron al ejercicio pasado, la
expansión internacional, la normalización de las condiciones operativas en
España y la buena marcha de todos los negocios.
Por
su parte, la energética aumentó su flujo de caja un 13,1 % hasta los 7.328
millones de euros, mejorando la ratio entre caja operativa y deuda neta hasta
el 21,5 %.
Mientras,
las compras del grupo, excluyendo los aprovisionamientos energéticos,
alcanzaron los 8.000 millones de euros a miles de suministradores en 2018,
siendo un 85 % empresas locales.
En
lo que respecta a la plantilla, tras incorporar a más de 1.600 profesionales en
el ejercicio, supera los 34.000 trabajadores -el 99 % con
contratos indefinidos- y genera un total de 425.000 puestos de
trabajo.
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