miércoles, 14 de octubre de 2009

EL INFORME DE MOODY´S Y LA SITUACIÓN DE LA BANCA ESPAÑOLA…

¿REALIDAD O EXAGERACIÓN?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recientemente señaló que la economía española será la única de la zona euro que continuará en recesión en 2010, con la excepción de Irlanda. Y es que tardará más que la mayoría en salir: EE UU, Canadá y Francia recuperarán los niveles de PIB previos al batacazo actual en 2011. Japón y Reino Unido lo harán en 2012. Sólo Alemania e Italia comparten con España ese perfil sombrío: su convalecencia, según el FMI, no finalizará hasta el 2014…
Incluso, se ha comentado a “nivel oficioso” (por los pasillos lejos de los despachos…) que uno de los expertos del FMI al ser preguntado por las razones del Fondo para vislumbrar un horizonte tan oscuro para la economía española, manifestó la siguiente lapidaria frase que ha aparecido en algún medio de comunicación: "no somos expertos; somos cínicos", añadiendo que: "la crisis ha ido arrancando capas a la economía española, como si se tratara de una cebolla, y ahora que lo peor ha pasado y que algunos empiezan a salir del pozo aparece el rey desnudo. En España persisten en carne viva los excesos iniciales: enorme burbuja inmobiliaria, enorme endeudamiento, enorme déficit exterior, enormes problemas en el mercado laboral". El propio número dos del FMI, John Lipsky, aseguró que el organismo "podría haber sido aún mucho más pesimista" con la economía española.
Pues bien, a estos negros augurios se une el informe de Moody´s que se acaba de conocer…
La agencia Moody´s, que realiza la calificación de la solvencia, entre otras, de las entidades financieras mundiales, acaba de publicar un informe en el que advierte que la banca española necesita provisionar 57.000 millones de euros adicionales para afrontar el previsible deterioro de su cartera de activos, que, según la agencia, “aún no ha alcanzado su punto álgido”.

Veamos que quiere decir esto en lenguaje que todo el mundo entienda: resulta que los bancos cuando se produce el impago de los créditos que tienen concedidos, han de “provisionar” esta morosidad como pérdidas en sus cuentas de resultados. Es decir, considerarlo en ese momento como pérdida en sus cuentas de resultados.
Como es sabido, el sector bancario español tiene una excesiva exposición a la tremenda crisis que vive el sector inmobiliario. Y no sólo porque casi dos tercios del crédito de las entidades esté concentrado en el mercado hipotecario, sino porque la deuda con promotores, imposible de cobrar por el hundimiento del sector, supera los 300.000 millones de euros.
Pues bien, al comienzo de la crisis las entidades españolas partían con cierta ventaja ya que contaban con una regulación financiera, impuesta por el Banco de España, que les había obligado a crear un colchón de provisiones. Esa era su fortaleza frente al resto de la banca internacional. El problema es que dicho colchón podría estar desinflándose…
Para entender la cuestión, debemos recordar que el problema es que si las perdidas motivadas por esa pérdida de valor de los créditos (activos) que obligan a dotar las mencionadas provisiones es mayor que los fondos propios del banco en cuestión, o dicho de otra forma, el valor de los activos de los bancos fuese menor que sus pasivos (depósitos de los clientes en los bancos y préstamos obtenidos en el mercado internacional), la situación del banco, que en esta tesitura se encuentre, es la de “bancarrota” o quiebra.
Pasando al informe de Moody´s, la institución calcula que la "pérdida esperada" a la que deben hacer frente las entidades bancarias de nuestro país asciende a 108.000 millones de euros. Si se tiene en cuenta que las provisiones para insolvencias (morosidad de los préstamos) de todo el sistema, tanto genéricas como específicas, se situaban en los 51.000 millones de euros a finales del primer semestre, a la banca española aún le faltarían por provisionar otros 57.000 para afrontar la posibilidad de futuros impagos. Es decir, que habrían de dar pérdidas en sus cuentas de resultados en la citada cifra de 57.000 millones de euros.
La pérdida esperada (o provisión que ha de dotar) estima la probabilidad de morosidad de la cartera de préstamos, el importe pendiente de pago y el agujero que finalmente podría resultar si no se logra recuperar la deuda. Es, en definitiva, lo que un banco o caja piensa que finalmente va a perder de su cartera morosa.
El informe de Moody's calcula que con el ritmo de las dotaciones o provisiones realizadas en los últimos seis meses, se necesitarían cinco años para cubrir el desfase entre pérdidas calculadas y las provisiones realizadas por el deterioro de activos.
"Esto afectaría gravemente a la capacidad de generar beneficios de numerosos bancos españoles en los próximos años", advierte la firma de calificación, que contempla unas pérdidas de incluso 225.000 millones de euros en su escenario conservador "si la economía española continuara deteriorándose significativamente"…
Moody's señala, además, que numerosas entidades bancarias están evitando reconocer la magnitud real del deterioro de sus activos en sus cuentas, lo que podría provocar que persista la debilidad del sector bancario a menos que se haga frente a este asunto "con mayor decisión". Y es que las entidades han ido buscando soluciones -para tratar de salir del paso- para esta parte de la deuda, que se han traducido, en unos casos, en el canje por activos (quedarse con las viviendas o con los terrenos que garantizaban a la hipoteca), o incluso en refinanciaciones para evitar la quiebra de las endeudadas promotoras y controlar de esa manera que no se disparara la mora.
En algún caso, se comenta que algunos bancos frente al impago de enormes préstamos concedidos a promotores para la compra de terrenos, han canjeado el préstamo por los terrenos valorando estos últimos incluso a un precio superior al real (con la ganancia del “listo” endeudado que ha aprovechado la situación) a fin de no tener la entidad que dar como pérdida (provisionar) el total del voluminoso préstamo…
El objetivo final era ganar tiempo con la esperanza de que se normalizara el mercado y que los activos volvieran a ser líquidos (pudieran ser vendidos). El problema es que no parece que estemos cerca de que eso ocurra…
En el caso de refinanciamiento de los créditos, las negociaciones que mantienen las entidades financieras con las propias promotoras para refinanciar la deuda están descontando un aplazamiento en el pago de entre cuatro y cinco años, que es el periodo que los agentes están estimando que se puede prolongar el parón en el sector inmobiliario. Los últimos datos sobre el stock de viviendas señalan que hay más de un millón de casas en España que buscan comprador, de las cuales un 10% es propiedad de los bancos.
A pesar de estos datos negativos, Moody's también reconoce que la banca española ha demostrado su fortaleza ante las "presiones negativas", y señala que la ayuda del Gobierno español en apoyo del sector financiero cercana a 100.000 millones de euros destinados al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) debería ser suficiente para hacer frente a las necesidades de capital de la banca española. Esto, de nuevo en lenguaje que todos entendamos, quiere decir que necesitan este dinero, no para poder prestar más a sus clientes, sino para sanearse, o sea, distanciarse de la quiebra… o capitalizarse...
Con toda seguridad hay un porcentaje de morosidad latente y el margen para eludir el problema es cada vez más estrecho. Ahora bien, aunque el problema existe y puede ser gravísimo, no está justificado sembrar la duda sobre la totalidad del sector financiero español.
Moody´s acusa en el fondo a las entidades de crédito de no reconocer en sus cuentas la auténtica gravedad de la crisis, y en particular el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, de forma que hasta el momento casi no se ha reflejado en sus beneficios. En definitiva, los bancos y cajas españoles están "retrasando el reconocimiento de la morosidad mediante las acciones anteriormente comentadas. Señala el informe que "numerosas entidades parecen evitar la magnitud real del deterioro de los activos en sus cuentas, lo que podría provocar que persista la debilidad del sector bancario a menos que se haga frente a ese asunto con mayor decisión"
Como apunta algún periódico, “la banca basa su buena salud actual en varios trucos legales -perfectamente legales-, pero que únicamente aparcan el problema, que podría estallar más adelante”… Recemos para que así no sea…
La realidad, es que tanto el FMI como el Banco Central Europeo (BCE) consideran que la banca europea apenas ha empezado a limpiar aún sus balances. Moody's alerta respecto a que la banca británica, por citar alguna, se enfrenta a unas pérdidas aún mayores que las de la española: unos 140.000 millones de euros, que podrían ascender hasta cerca de 270.000 millones en el peor de los posibles escenarios.