miércoles, 7 de diciembre de 2011

SITUACIÓN ECONÓMICA DICIEMBRE 2011: ¿futuro de la eurozona?

Durante la primera etapa de la crisis, las fuertes ayudas gubernamentales dirigidas a estabilizar a los mercados financieros, unidas a otros estímulos, permitieron iniciar cierta recuperación. Sin embargo, el crecimiento del déficit y de la deuda pública socavó el apoyo a nuevos estímulos fiscales.
Los Gobiernos de los países desarrollados, se han decantado del lado de la austeridad fiscal. Sin duda, esta circunstancia, afectará negativamente al crecimiento económico mundial durante este 2011, y el próximo 2012.
En Europa, el excesivo celo en la ortodoxia económica, y la lenta toma de acuerdos que en la práctica, demasiadas veces, tan sólo quedado en su anuncio, podría hacer estallar a la eurozona.

ECONOMÍA GLOBAL:

A primeros de diciembre, los principales bancos centrales a nivel internacional decidieron actuar de forma coordinada para prestar dinero al sistema financiero en la divisa que lo demande. Se trata de intercambios temporales de liquidez entre los bancos centrales a un precio más bajo. El acuerdo, que ya se tomó tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, estará en vigor hasta el día 1 de febrero de 2013 para aliviar las tensiones en el mercado financiero internacional.
La medida, que evidencia la gravedad de las disfunciones que sufre el sistema financiero, puede ayudar a mitigar las tensiones existentes, y conceder algo más de tiempo a los dirigentes europeos en su búsqueda de soluciones políticas. En realidad, se trata de una medicina de efectos restringidos que de poco servirá si no se toman a corto plazo las medidas precisas en la eurozona.

ESTADOS UNIDOS:

En el pasado mes de noviembre, la tasa de paro estadounidense cayó cuatro décimas, al 8,6%, situándose en el nivel más bajo desde marzo de 2009. Se han creado 120.000 empleos netos en el sector privado.
El foco de la creación de empleo se encuentra en la iniciativa privada, con 140.000 nuevos contratos firmados en el mes, de los que 50.000 empleos netos fueron en el comercio. Sin embrago, en el sector público se han destruido 20.000 empleos.
Teniendo en cuenta el hecho de los empleados que se han visto forzados a trabajar a tiempo parcial, y a las personas que no buscan una ocupación en la coyuntura actual, la tasa de subempleo (aquellos que tienen un trabajo por debajo de sus posibilidades potenciales) en noviembre fue del 15,6% (seis décimas menos que en el mes de octubre).
Por otro lado, los salarios han bajado una décima durante noviembre, lo que unido a la ligera subida de precios habida, ha reducido la capacidad de gasto de las economías domésticas estadounidenses.
El Banco Central de Estados Unidos (la Reserva Federal) estimaba, en sus previsiones de primeros de noviembre, una tasa de paro para este año en torno al 9,2%, y cercana al 8,6% durante 2012 (año electoral en esa economía). Sus previsiones es que se mantenga por encima del 8% hasta 2014. Sin duda, son datos que reflejan una muy débil recuperación económica en la principal economía mundial.
Aunque estos datos parecen reflejar el alejamiento del riesgo de recesión económica en Estados Unidos, la realidad es que a las tasas de crecimiento económico actuales, costará bastante años alcanzar los niveles de empleo necesarios en el mercado de trabajo.
La crisis europea de la deuda soberana, sin duda, puede empeorar la situación en la economía estadounidense si no se resuelve de forma urgente y ordenada. La situación explica las continuas presiones de las autoridades estadounidenses sobre las europeas para que, de una vez por todas, se adopten las necesarias medidas.
Por otro lado, la fiscal general del Estado de Massachusetts, Martha Coakley, cuando se ha cumplido ya un año del estallido del escándalo de los embargos ilegales, ha demandadado a JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo y Ally Financial.
La demanda no es una buena noticia para estos bancos. Sorprendentemente dados los antecedentes, desde hace tiempo están tratando tratan de alcanzar un acuerdo global con los fiscales de los 50 Estados de EE UU para resolver el expediente de los embargos automáticos sin necesidad de pasar por cada uno de sus tribunales. El escándalo, bautizado con el nombre de “robo-signing” es otro más de los posibles abusos de la banca.
La fiscal afirma textualmente en su demanda, “que las prácticas seguidas fueron ilegales y engañosas. Entre ellas está la tramitación de miles de embargos sin cumplir las condiciones exigidas, como consultar al embargado o dar la posibilidad de renegociar la hipoteca.
Martha Coakley ha incluido entre los demandados a Mortgage Electronic Registration System, que es quien permite a los bancos ejecutar los procedimientos de embargo. Está por ver como la denuncia afecta a la negociación global de los bancos con los fiscales anteriormente citada.
La investigación a la banca es una de las causas, junto a la elevada tasa de morosidad, que explica que los plazos para embargar una vivienda se estén alargando en los tribunales de Estados Unidos.

JAPÓN:

La economía japonesa se ha recuperado con rapidez del devastador seísmo que sufrió en el pasado mes de marzo. El PIB (producto interior bruto) avanzó entre julio y septiembre de este año por primera vez desde el terremoto, como consecuencia de la rápida recuperación de la producción industrial y en la mejoría habida en el consumo interno japonés. La tercera economía mundial avanzó un 1,5% respecto al segundo trimestre del año y un 6% en tasa anualizada, según datos preliminares divulgados por el Secretario de Estado de Política Económica, Motohisa Furukawa.
Se trata de la mayor expansión habida, en tasa intertrimestral, desde el primer trimestre del año 2010. Las claves, sin duda, han sido la mejora de las exportaciones (han aumentado por primera vez en los últimos tres trimestres), y la restauración de la cadena de suministros tras el terremoto y posterior tsunami que provocaron la crisis nuclear japonesa.
Igualmente ha jugado a favor, el leve repunte del consumo interno (equivale al 60% del PIB de esa economía). El gasto subió un 1% impulsado por la compra de vehículos, viajes y otras actividades de ocio, tras el frenazo que habían registrado esos capítulos a raíz del episodio nuclear.
No obstante, el Gobierno en boca del Secretario de Estado advirtió de que la recuperación económica de Japón se encuentra afectada por la ralentización mundial, y por la revalorización del Yen que está perjudicando a sus exportaciones. "Debemos estar atentos a los riesgos que persisten", señaló.

UNIÓN EUROPEA:

Según la Oficina Estadística (Eurostat), el PIB de la eurozona creció un 0,2% en el tercer trimestre de este año. La cifra confirma la fuerte desaceleración de la economía europea.
Mientras tanto, continúa el espectáculo en la grave crisis de la eurozona. En el momento de redactar este articulo, la mayoría de opiniones dan un corto plazo (hasta el 9 de diciembre) para arreglar, o por el contrario asistir a la muerte del euro.
En la historia de la vertiginosa y acelerada sucesión de acontecimientos, el pasado lunes 5 de este mes, Merkel y Sarkozy apostaron por un nuevo Tratado aunque no incluyera a todos los Estados actuales. El espectáculo entre besos, sonrisas y gestos de complicidad, del directorio franco-alemán (con el pavoroso silencio de los demás líderes europeos) que manda actualmente a la Unión Europea, informó al mundo desde el palacio del Elíseo de que habían alcanzado un acuerdo para “salvar el euro” y “reforzar y armonizar” la integración fiscal y presupuestaria de Europa.
Sin conocer en este momento los detalles, que París y Berlín enviarán por carta al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para ser discutidos con los socios europeos en Bruselas el 9 de diciembre, los dos líderes conservadores señalaron que impulsarán “un nuevo tratado europeo” que obligará a los Estados a aprobar en sus textos constitucionales el viejo postulado de la escuela económica clásica o liberal de “la regla de oro” del déficit, y una deuda más severa y que modificaría la forma de Gobierno de la eurozona para llevar los presupuestos nacionales hacia un mayor equilibrio presupuestario.
Francia y Alemania desean que la reforma, que permitiría de forma indirecta al Tribunal de Justicia europeo vigilar y multar a los países que no cumplan los requisitos esté lista para ser ratificada a nivel nacional, nada menos, que en marzo de 2012. Sarkozy informó de que a fin de respetar el calendario electoral francés la eventual aprobación del tratado se hará tras las presidenciales y las legislativas, no antes de julio de 2012.
Aunque París y Berlín no han excluido ampliar el tratado a toda la UE, creen más factible y realista limitarlo a los 17 países de la moneda única: “Preferimos un acuerdo a 27”, señalaron… “pero estamos listos para aprobarlo entre los 17 países del euro dejándolo abierto a todos cuantos quieran unirse”.
Ángela Merkel señaló que las bases del pacto habían sido “consultadas” con el resto de miembros de la UE. Pero en el “reparto de papeles” fue el presidente Sarkozy el encargado de enunciar los seis capítulos que “desean” aprobar las dos potencias del euro.
Su enumeración es la siguiente:
1. Refuerzo de las sanciones para quien no respete el déficit del 3%. Quienes no cumplan las reglas serán “castigados” por el Tribunal de Justicia europeo, salvo que se oponga a ello una mayoría cualificada del 85%.
2. Regla de oro “reforzada y armonizada”. Los Tribunales Constitucionales de cada país deberán vigilar que los presupuestos nacionales se ajusten al tratado.
3. Mensaje a los mercados: el impago de la deuda de Grecia no volverá a suceder jamás.
4. El lanzamiento del Mecanismo de Estabilidad Financiera se adelanta de 2013 a 2012. Las decisiones se tomarán por mayoría calificada del 85%, cuando ahora se toman con el 80%.
5. El consejo de presidentes de Gobierno y jefes de Estado será el gobierno económico de la zona euro. Se reunirá todos los meses mientras dure la crisis, y en su orden del día estarán siempre “la competitividad y el crecimiento”. Se trata de un duro golpe a la Comisión Europea.
6. Confianza en la independencia del Banco Central Europeo, con la abstención de todo comentario sobre su actividad.
Ambos países se mostraron “absolutamente de acuerdo en que los eurobonos no son una solución a la crisis”. “Mutualizar la deuda ahora no tiene sentido”. “Francia y Alemania contribuirían a pagar la deuda de los otros sin poder controlar sus deudas”.
Merkel justificó la opción de un nuevo tratado en dos elementos: “la urgencia de recuperar la confianza en la fiabilidad de la zona euro”, y la “necesidad de hacer modificaciones estructurales y jurídicas sobre la marcha”.
Sin duda, entre las modificaciones, la más novedosa será que la “regla de oro” de cada país podrá ser examinada por el Tribunal de Justicia europeo para verificar que se ajusta al pacto de estabilidad. Sarkozy matizó que el Tribunal de Luxemburgo “no podrá anular ni declarar ilegal un presupuesto nacional, pero sí podrá dar su opinión sobre si la regla de oro incorporada al ordenamiento nacional se ajusta al tratado. Así respetaremos la soberanía nacional y la estabilidad de la moneda”.
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha insinuado que la entidad está dispuesta a asumir un mayor protagonismo para afrontar la crisis en el futuro, si los Gobiernos europeos acuerdan "un nuevo pacto fiscal" que endurezca las reglas que limitan el déficit y la deuda pública.
En su comparecencia ante el Parlamento Europeo, Draghi fue muy explícito al recordar que "el BCE solo puede actuar dentro de los límites del Tratado" y que la compra de bonos soberanos que ha efectuado hasta ahora "no es para subvencionar a Gobiernos", sino "para reparar los canales de transmisión de la política monetaria".
La máxima autoridad monetaria de la UE abogó por un pacto fiscal, que "es el elemento más importante para empezar a restaurar la credibilidad". Y añadió que después "otros elementos pueden seguir", palabras que se interpretaron como la posibilidad de que el BCE intensifique la compra de bonos si los dirigentes europeos acuerdan previamente un nuevo marco fiscal más estricto en la cumbre del 9 de diciembre. De todas formas, Draghi enfatizó “que el programa de compra de bonos es temporal y limitado y no puede ser eterno".
El creciente deterioro (desde principios del 2010) de la zona euro ha puesto de relieve la debilidad de sus bancos. Una muestra de la creciente falta de confianza existente (sin la cual el sistema financiero no puede funcionar), es que los bancos prefieren depositar sus fondos en el BCE a bajísima remuneración que prestarlo a otras entidades con mayores rendimientos pero sin seguridad alguna. Los bancos comerciales de la zona euro han llegado a depositar 304.418 millones en el BCE (la cifra más alta durante este año), mientras que solo pidieron 4.306 millones para operaciones urgentes. El BCE paga por estos depósitos solo el 0,50%, muy debajo del 1,25% del precio oficial. Al mismo tiempo la demanda de liquidez se disparó hasta 265.000 millones de euros, el máximo de los últimos dos años.
Para la articulación del pacto fiscal, Draghi precisó que "no hay que descartar cambios en el Tratado de amplio alcance", pero señaló que "también se pueden concebir procesos más rápidos". Recordó de todas formas que "la acción del banco está permanentemente guiada por el objetivo de la estabilidad de los precios", que implica mantener la inflación cerca pero debajo del 2%. En su opinión, no hay riesgos inflacionistas a la vista lo que abre la posibilidad de que aplique una nueva rebaja del tipo de interés principal hasta el 1% (ya en noviembre lo bajó del 1,5% al 1,25%).
Por su lado, el pleno del Parlamento Europeo (bastante desaparecido en la crisis actual) aprobó una resolución en la que se elogia la "acción decidida y anticipatoria que ha adoptado el BCE a lo largo de la crisis" y se subraya que ante la falta de regulación adecuada se ha "visto obligado a asumir riesgos que no forman parte de sus competencias". Los diputados piden en el texto la creación de un Tesoro Europeo, para aliviar al BCE en su función cuasi fiscal, el establecimiento de un Fondo Monetario Europeo, y el nombramiento de un ministro de Finanzas Europeo, tal como ya había sugerido el anterior presidente del BCE, Jean- Claude Trichet.
Por otra parte, los ministros de Finanzas de los 17 países de la moneda única acordaron recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que debe sostener al euro. El FEEF no resulta suficiente para ese objetivo y su credibilidad está tocada. Nadie se atrevía a evaluar cuál será la capacidad última de fuego del FEEF, que hace un mes los líderes europeos habían fijado en un billón de euros. "Probablemente será menos de un billón de euros", apuntó Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo.
La crisis corre más deprisa que quienes han de atajarla, y los males de la eurozona se agravan por la perspectiva de un FEEF incapacitado para responder a las potenciales exigencias de países en dificultades.
Según Klaus Regling, responsable del FEEF, el objetivo de ese billón simbólico para el Fondo era garantizar un cortafuegos para evitar el contagio que pudieran crear países tensionados como Italia y España, justificando la no fijación de una cifra en el hecho de que "todo es impredecible, las condiciones del mercado cambian sobre la marcha". Esta afirmación revela el fortísimo grado de incertidumbre reinante en la Unión Monetaria.
Hasta Alemania ya ha recibido el primer impacto en su Deuda Pública por la crisis del euro. La baja demanda registrada en una subasta de bonos a diez años motivó que no logrará vender a los inversores los 6.000 millones que se había señalado como objetivo (sólo colocó 3.644 millones). Se trata del mayor porcentaje de bonos no vendido desde 1.995. Su rentabilidad escaló en el mercado secundario hasta el 2,15% (la mayor subida en un día en la era del euro).
En un afán de dar una visión distinta a la que estamos realizando, nos referiremos a las declaraciones de Jacques Attali, viejo consejero económico y político de François Mitterrand, que ha lanzado la siguiente afirmación: “Alemania y Francia organizaron cuatro veces en el último siglo el suicidio de Europa (en 1914, 1919, 1933 y 1936) y la redujeron a escombros. Hoy ha llegado el momento en que Alemania tiene otra vez en su mano el arma del suicidio colectivo del continente más avanzado del mundo. El caos está muy cerca, ya que el euro podría desaparecer antes de Navidad si el eje Berlín-París no deja de pensar en sus elecciones nacionales”.
El viejo político francés propone que el BCE compre deuda soberana sin límite, que se apruebe un nuevo plan en contra del déficit adaptado a la recesión para poder domar la deuda, y enseguida un proyecto federal para la zona euro con un presidente, un Parlamento, eurobonos y un férreo control de las cuentas de cada uno.
Afirma Attali que la deuda pública de Alemania supera el 82% de su PIB (más o menos como la de Francia); los 10 bancos públicos alemanes están cerca de la ruina (más o menos como los franceses); las importaciones energéticas alemanas se apoyan en un 37% en el gas ruso (y siguen aumentando); y su demografía catastrófica (un 44% de su población serán mayores de 65 en 2060) hará difícil pagar sus deudas a largo plazo.
En otro orden, la agencia Standard & Poor's anunció que se plantea rebajar la calificación de prácticamente toda la eurozona. La degradación afectaría incluso al hasta ahora intocable club de la triple A (la máxima nota crediticia) grupo encabezado por Alemania y en el que también están Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo. La "previsión negativa" supone que hay un 50% de posibilidades de que se le rebaje la nota en un plazo máximo de 90 días.
S&P, que justifica su decisión por el agravamiento de la crisis y las tensiones en la unión monetaria, menciona cinco factores de preocupación: el endurecimiento de las condiciones de crédito en la eurozona; los mayores riesgos en la deuda soberana de algunos países, incluidos algunos con la triple A; los desacuerdos continuos entre los líderes sobre cómo restablecer la confianza; los elevados niveles de endeudamiento, tanto público como privado; y el creciente peligro de recesión del conjunto de la eurozona en 2012.
Los mercados han venido especulado últimamente con una rebaja de la calificación de Francia, pero pocos esperaban que la máxima calificación de Alemania se pusiese en duda. S&P dice estar preocupado por "el impacto potencial (...) de la profundización de los problemas políticos, financieros y monetarios de la unión económica y monetaria europea".
Tras conocerse la noticia, París y Berlín emitieron un comunicado conjunto en el que afirman "tomar nota" de la amenaza y confirman su "voluntad de tomar las decisiones necesarias para asegurar la estabilidad de la zona euro".

ESPAÑA:

Tras el profundo cambio en el panorama político habido el pasado 20 de noviembre, el nuevo Ejecutivo va a disponer de una sobrada mayoría política en un momento tremendamente difícil y complicado.
Y es que la economía española aparece acosada desde todos los frentes: extremada escasez de crédito, austeridad presupuestaria obligada por los compromisos con la Comisión Europea, un mercado inmobiliario hundido y una desconfianza enfermiza de los mercados hacia la solvencia española que ha llegado a situar a la deuda al borde mismo del impago. Las recetas tradicionales no sirven: los ajustes estatales y autonómicos destruyen empleo, mientras que las políticas de estímulo de la demanda, probablemente correctas para aumentar el consumo y la inversión, no pueden aplicarse porque las restricciones fiscales son prioritarias. El endeudamiento está severamente restringido (salvo la refinanciación) y su coste, en todo caso, resulta prohibitivo; el margen de maniobra presupuestario no existe y tampoco es posible actuar desde la política monetaria, puesto que los tipos de interés (que marca el BCE) ya son reducidos; aunque todavía pueden bajar, su efecto sobre la economía real es escaso. Sin crédito y sin demanda no hay recuperación, y ambas vías están cegadas por la crisis financiera, la contracción fiscal y el desempleo.
La próxima legislatura se inicia en condiciones económicas muy adversas y complejas, mucho más de las que había cuando se inició aquella de 1996 tras la crisis de 1992-93. Aquella crisis fue más suave y mucho más corta. La recuperación se inició a finales de 1993, y durante 1994 y 1995, el PIB creció a tasas del orden del 2,5%, impulsado por las devaluaciones de la peseta, pero también por la recuperación de la demanda interna, incluida la construcción. Con ello empezó a crearse empleo, y la tasa de paro, que llegó a estar en las cotas actuales, aunque partiendo de un nivel inicial bastante superior al del inicio de la crisis actual, empezó a bajar ya en la segunda mitad de 1994.
El déficit fiscal estaba en 1995 en torno al 7% del PIB (en realidad, menos, porque se hizo una limpieza de todo lo pendiente, atribuyendo a ese año gastos de años anteriores) y hubo que reducirlo al 3% en tres años. En el presente año 2011 quedará por encima del 7% y habrá que reducirlo al 3% en dos años.
Con todo ello, lo más difícil surge del hecho de que entonces la economía crecía (ahora puede estar estancada o en recesión), los tipos de interés bajaban, las entidades de crédito no tenían problemas importantes (con alguna excepción significativa) y el sector privado disponía de financiación. Una coyuntura extremadamente diferente de la actual.
La realidad, es que la OCDE prevé que el crecimiento económico en España alcanzará el 0,7% del PIB en 2011 y se reducirá a sólo el 0,3% en 2012, año en el que el desempleo puede subir hasta el 23%, disminuyendo muy lentamente a partir de 2013.
Esa evolución deriva en parte de la reducción del empleo público en todos los niveles de la administración para cumplir los objetivos de déficit público, que la OCDE asume que se tienen que cumplir: un 4,4% del PIB en 2012 y un 3% en 2013.
La OCDE, en su informe semestral de perspectivas, dejó su previsión de aumento del Producto Interior Bruto (PIB) español para 2011 dos décimas por debajo de lo había anticipado en mayo y una menos de lo que espera el Gobierno (0,8%, tras reconocer que era imposible el objetivo del 1,3%).
Detrás de estas cifras se encuentra la constatación de que la economía española se paró en el tercer trimestre, y que la actividad se puede estar reduciendo en el cuarto, en un contexto en que el incremento de la prima de riesgo que se paga por la deuda pública está trasladándose al sector privado con el deterioro resultante en sus condiciones de financiación.
La continuada bajada de los precios de la vivienda está afectando a las cuentas de los bancos, particularmente expuestos al negocio inmobiliario y las perspectivas de exportación de las empresas han empeorado ante la ralentización global, en particular en la zona euro.
Especialmente grave es el deterioro del mercado laboral español, que está suponiendo una amenaza al superávit de la Seguridad Social. El Gobierno en funciones señaló la posibilidad de que el sistema público pueda incurrir en déficit por primera vez desde 1998, pese a que las previsiones le otorgaban un superávit del 0,4% del PIB en 2011.
Y es que la fuerte destrucción de empleo del pasado noviembre (la segunda más abultada en un mes de noviembre desde la crisis), representa la cara más amarga del deterioro laboral experimentado el mes pasado. Y ese volumen de puestos que se siguen eliminando es lo que ha descuadrado las previsiones del sistema. Porque los gastos se ajustan a lo previsto, pero en los ingresos (provenientes principalmente de las cotizaciones de los empleados) se mantiene la incógnita.
No obstante, con los criterios europeos, la Seguridad Social ya incurrió en déficit el año pasado porque la contabilidad nacional obliga a imputar al sistema público las cuentas del desempleo. Y ese déficit que generaron ya no pudo ser neutralizado por el raquítico superávit en el sistema de pensiones. Con los nuevos retrocesos en el empleo, la amenaza de déficit es este año mayor.
Además, todos los indicadores invitan al desánimo. El registro de parados contabilizó 59.536 personas más, el nivel de cobertura del desempleo descendió hasta el nivel más bajo de la crisis (67,7% de los parados con experiencia laboral) y la contratación indefinida ha caído casi una cuarta parte en el último año.
Está claro que la desconfianza capea a sus anchas: el comercio minorista ya encadena 16 meses con caídas en las ventas (lleva acumulada una caída del 7%). Se espera que el aumento de las ventas navideñas logre salvar a duras penas el ejercicio.
En contraste, el sector del lujo en España cerrará 2011 con unas ventas de 4.500 millones de euros (un 25% más que en 2010). Se trata de un fuerte repunte que contrasta con el descenso generalizado del consumo por la crisis.
Para seguir creciendo, el sector reclama al nuevo Gobierno que apoye su promoción en el exterior, ya que si las empresas elevan sus ventas y generan más beneficios podrán crear más puestos de trabajo en el país y ayudar así a reactivar el consumo. "España es exportadora de lujo. Realmente, los grandes consumidores del lujo español son los turistas", según la presidenta ejecutiva de la Asociación Española del Lujo (Luxury Spain), Cristina Martín, quien auguró que en 2012 el sector se mantendrá al alza a pesar de la crisis.
En su opinión, también ayuda el hecho de que, cada vez más, los usuarios ven el lujo como una "inversión", en el sentido de que prefieren comprar un único producto de calidad y duradero antes que tres que sólo duren una temporada.
Explicó que los productos españoles que más tiran del mercado están relacionados con la gastronomía, la belleza, la hostelería y, poco a poco, la moda y los complementos. Para la campaña de Navidad, en la que el sector de la distribución se juega gran parte de su negocio, Martín señaló que será "muy positiva", dado que los turistas "están comprando muchísimo y porque es una época en la que el lujo vende".
Finalmente, señalar que las cuentas autonómicas para 2012 hunden la inversión en obra pública. Las comunidades han preparado unos presupuestos que congelan el gasto social y reducen en torno al 14% el dinero para crear infraestructuras. Con esta agonía de la inversión pública, que supone 1.700 millones de euros menos de negocio, sufre un nuevo retroceso uno de los principales motores de la creación de empleo. Este es el camino emprendido por 10 comunidades -el resto todavía no ha presentado los presupuestos- para el próximo ejercicio en un escenario de gravísima crisis económica.
Muy pocos Gobiernos autónomos se atreven a subir impuestos para mejorar los ingresos. Tan solo Andalucía y Aragón han anunciado un aumento fiscal. Cataluña piensa en otras fórmulas que también repercutirán en el bolsillo de los contribuyentes: desde un aumento, muy por encima de la inflación prevista, del coste del agua, los transportes o las tasas universitarias, hasta el cobro de una cantidad por receta cada vez que los ciudadanos acudan a la sanidad pública.

MERCADOS:

La cesión de soberanía para fijar una política económica común. Los préstamos del FMI a Italia y la posibilidad de un acuerdo europeo, motivó que las Bolsas se dispararan con subidas superiores al 4% y las primas de riesgo de los países con más problemas se relajaron. Estos diferenciales están aún en niveles altísimos, pero a tenor de lo visto, se alejan de los escenarios más catastróficos que hace unos días parecían prácticamente inevitables.
La prima de riesgo de España, que mide el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán del mismo plazo, se situó por debajo de los 300 puntos básicos, lo que no ocurría desde el pasado 13 de octubre.
Tras alcanzar el 17 de noviembre su cota más alta desde la creación del euro, 499 puntos básicos, el riesgo país de España comenzó entonces una moderada tendencia bajista que le ha llevado a perder en menos de tres semanas 200 puntos básicos. Otros países del entorno monetario han también estrecharon sus diferenciales con el bono alemán. La prima de riesgo de Italia cayó hasta 390 puntos básicos desde los 461 de la apertura; la de Francia alcanzó los 100 puntos básicos frente a los 114 precedentes, y la de Bélgica se redujo a 224 desde los 252 anteriores.
Lo cierto es que, tras la amenaza de Standard & Poor's de que revisará la nota a los países de la eurozona, los mercados no saben con qué carta quedarse, si con el anterior, o con el acuerdo entre Alemania y Francia para tratar de salvar el euro.
Respecto al mercado inmobiliario, hay que señalar que las grandes inmobiliarias están ya vendiendo pisaos por debajo de su coste. Hasta septiembre han perdido 80 millones de euros en el negocio residencial al no cubrir sus gastos, a lo que hay que añadir que afrontan una deuda de 22.550 millones de euros.

EMPRESAS:

La CEOE ya ha concretado su propuesta de traslado de los días festivos a lunes. Se la ha enviado a los sindicatos. La verdad es que sorprende bastante:
El día de los Reyes Magos se celebraría en lunes, fuera el 6 de enero o no. El Primero de Mayo, la fiesta del Trabajo, se celebraría el primer lunes de mayo. El jueves santo en lunes... Y así en 10 de los 14 festivos que hay en el calendario.
Así que para acabar con esta costumbre, el pasado 25 de noviembre envió a UGT y CC OO un documento de 15 páginas con su propuesta, el plan va acompañado de un anexo de cuatro páginas en el que analiza el contexto europeo para argumentar más su demanda.
La propuesta de CEOE solo deja intactos cuatro días: el 1 de enero, Viernes Santo, el día de la Fiesta Nacional (12 de Octubre) y Navidad. El resto de festivos, fueran de ámbito estatal, autonómico o local se tendrían que celebrar necesariamente en lunes.
Los sindicatos están dispuestos a negociar el cambio: "estamos dispuestos a hablar de todo", pero recuerdan que no basta la negociación tripartita habitual (sindicatos, patronales y Administración), ya que habría que añadir a un cuarto actor: la Iglesia. El concordato firmado en 1979 da voz y voto a la Iglesia católica a la hora de determinar cuándo se celebran los días festivos religiosos.
En fin, sin quitar importancia a la propuesta –es preciso incrementar la productividad- no parece esta una necesidad acuciante dentro de “la que está cayendo”.

lunes, 7 de noviembre de 2011

SITUACIÓN ECONÓMICA NOVIEMBRE 2011. El euro en riesgo extremo

Robert Skidelsky, biógrafo de Keynes, en una reciente conferencia celebrada en Madrid señaló, y reproduzco textualmente la cita, que “la Gran Depresión del 29 fue tan dura y agria porque faltó liderazgo y cooperación internacional. Ahora estamos ante la primera gran crisis económica del siglo XXI que cada vez se va pareciendo más a la de los años treinta. Aún no sabemos del todo la intensidad, duración y coste de la crisis, pero por la senda que vamos puede ser peor que lo ocurrido hace más de 80 años. No soy de los que piensan que los responsables únicos son los políticos, los banqueros, los empresarios o los sindicalistas. En las sociedades democráticas todos somos responsables de todo. Y ahora, como entonces, vuelven a escasear las ideas, el coraje, el liderazgo y la cooperación. Lo único que nos puede salvar de la hecatombe”.

GLOBAL:

Una vez más, como en anteriores ocasiones, la cumbre del G-20 en Cannes en parte secuestrada por la crisis del euro, ha finalizado sin concretar medida alguna. Todo son intenciones y promesas que, a la vista de otras cumbres, no resuelven los problemas quedando en vagas declaraciones de acciones futuras.
Destacan en los resultados, la mera voluntad de hacer coincidir a la austeridad presupuestaria con estímulos selectivos a la demanda por parte de Alemania y China. Se trata, simplemente, de tratar de ahuyentar a la amenaza de recaída en la recesión.
Tras el sesgo retórico, no se concretan los detalles. Aunque al menos, implícitamente, se está aceptando que la austeridad por sí sola no garantiza el crecimiento económico.
En el ámbito exclusivamente europeo, aparte de ratificar las decisiones de reducción del déficit y la deuda, destaca la imposición a Italia de una supervisión mucho más contundente. El FMI se incorporará al equipo de la Comisión Europea que controlará las medidas adoptadas por el Gobierno de Berlusconi para comprobar que se atiene al ritmo prometido en la aplicación de las reformas. El Gobierno de Roma, simplemente, lo aceptó. La realidad, es que Italia ha quedado sometida a una inspección muy severa, algo sólo un grado por debajo de una intervención directa.
Se ha producido un total fiasco respecto a las expectativas de obtener el apoyo financiero de las economías emergentes. De la cumbre tan sólo resulta una vaga promesa de que el FMI dispondrá de cuantos recursos necesite.
Finalmente, de nuevo la intención futura de una mayor regulación financiera y un “enterado” a las intenciones europeas de instaurar una tasa sobre las transacciones financieras (mención a la posibilidad de que cada país decida aplicar dicha tasa a las transacciones financieras). Un auténtico “brindis al sol”, ya que es imposible aplicar esta tasa individualmente en cada Estado.
Todo ello contrasta con la urgencia de la reunión ante la amenaza, cada vez más cierta, de una recesión en los países avanzados.
Obama mostró su plan para reactivar el empleo, con medidas fiscales e inversiones en infraestructuras públicas (tiene muy difícil lograr el visto bueno del Congreso), y Japón señaló su plan de reconstrucción tras el terremoto y desastre nuclear.
Barack Obama, afirmó: "ha sido un curso acelerado de política europea". La verdad es que no estamos viviendo el momento más adecuado para que nuestros líderes se formen, sino para que de manera decidida y clara ejecuten las medidas pertinentes. Sobran decálogos de intenciones futuras y se precisa la adopción de medidas urgentes.

ESTADOS UNIDOS:

Estados Unidos se ha alejado un poco del riesgo de recesión, ya que en el tercer trimestre ha logrado un crecimiento (en tasa anualizada) del 2,5%. Aunque se trata de una mejoría, la expansión es modesta para que pueda tener un efecto positivo sobre el empleo estadounidense.
Lo más positivo es que la demanda interna repuntó algo: el consumo y la inversión empresarial aumentaron durante los meses de julio y septiembre. Además, acompañados de cierta bajada en los precios, lo que va a permitir a la Reserva Federal mantener su estrategia de estímulos monetarios.
Y es que el Banco Central de Estados Unidos ha recortado en casi un punto sus proyecciones de crecimiento para EE UU: la ha dejado en un anémico 1,65% en 2011, y en el 2,75% en 2012. Según Ben Bernanke, la situación en el Viejo Continente supone un "gran riesgo" para la economía mundial, y no sólo se mostró "frustrado" con la situación en Europa, sino también con el pobre rendimiento de la economía en EE UU.
Lo que más preocupa a Bernanke es el paro. Su estimación es que se sitúe en el 9,25% este año, bajando levemente al 8,6% en 2012. Pero no bajará del 8% hasta el año 2014.
Por otro lado, Estados Unidos prosigue en la búsqueda de medidas para contener la ola de desahucios y poder estabilizar el mercado inmobiliario. En este sentido, la Agencia Federal de la Vivienda ha eliminado varias restricciones que impiden a los propietarios, con una deuda muy superior al valor de sus casas, poder refinanciar los créditos para facilitarles el cambio a una hipoteca a corto plazo más barata.
Frente a la continua caída del precio de las viviendas, y con la finalidad de que sus endeudados propietarios puedan refinanciar sus créditos aprovechándose de tipos más bajos, se ha eliminado una clausula que vinculaba el valor de la deuda con el precio de la vivienda.
Igualmente, se han eliminado una serie de cargas que se aplican a los propietarios que opten por abandonar sus hipotecas a 30 años por unas a corto plazo. La idea es que el programa llegue a un millón más de propietarios cumplidores (hasta ahora ayudó a 894.000 deudores con hipotecas respaldas por el Gobierno).

UNIÓN EUROPEA:

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, no se anduvo por las ramas cuando señaló a finales de octubre que: “el mensaje que queremos dar es que esto no tiene buena pinta", centrando los problemas en la zona euro. Y es que según la Organización, el PIB de la región del euro crecerá apenas un 0,3% durante el año 2012 (hace cinco meses pronosticaba un 2%). "En la zona euro, lo más probable es un frenazo acentuado, con episodios de moderado retroceso", detalla el informe de la OCDE.
Los riesgos del parón amenazan igualmente a la economía de Estados Unidos: la previsión que se hace ahora es que para el 2012 su PIB avance un 1,8% (en primavera pronosticó el 3,1%).
No obstante, los problemas se focalizan en la región del euro, y la situación se está deteriorando vertiginosamente: en el pasado septiembre el FMI alertó de que la recesión volvía a ser una posibilidad, pronosticando que el PIB de la zona euro crecería un 1,1% en 2012. Un mes después, la OCDE deja esa previsión en el 0,3%.
La OCDE considera que los acuerdos adoptados por la zona euro: recapitalización de la banca, quita pactada de la deuda griega, y refuerzo del fondo de rescate, "van en la buena dirección" para contener la crisis financiera. Pero espera "una información más detallada sobre su desarrollo" para dar su veredicto definitivo.
A pesar de la ortodoxia presupuestaria, el organismo demanda el reforzamiento de los servicios públicos de empleo para invertir en formación, abundando en la necesidad de liberalizar el comercio y las actividades reguladas por colegios profesionales.
A finales de octubre, los líderes del euro reunidos en Bruselas, aprobaron una quita (los acreedores renuncian a parte de lo que se los adeuda) de la deuda griega del 50%, un fondo de rescate para los países con problemas con una capacidad de un billón de euros y un compromiso de recapitalización de la banca europea.
Tras más de siete horas de negociaciones, los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 países de la eurozona pactaron con la banca para que esta asumiera pérdidas del 50% en los bonos griegos en sus balances, (unos 100.000 millones de euros). La quita perseguía reducir el nivel de deuda de Grecia al 120% del PIB de aquí a 2020.
Igualmente, en la misma reunión acordaron incrementar el fondo de rescate (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, FEEF), hasta un billón de euros. El fondo, que actualmente cuenta con unos 250.000 millones disponibles (de los 440.000 de su dotación inicial) aseguraría solo una parte, (un 20%) de la deuda de los países con dificultades. Hasta el resto de fondos se confiaba que lo aportasen China y otros países emergentes. La realidad, es que tras el fiasco de lo manifestado por esas economías en la cumbre de Cannes, que anteriormente citamos, no parece que vaya a surtir efecto.
Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también ha resaltado la gravedad de la situación, con una factura en pérdida de puestos de trabajo muy elevada en casi todo el mundo. Calcula que harán falta cinco años, hasta 2016, para recuperar los niveles de empleo previos al estallido financiero (se precisan 80 millones de empleos). Pues bien, resulta que como consecuencia de "la reciente desaceleración económica" el pronóstico anterior no se va a cumplir a corto plazo, por lo que retrasa un año su previsión inicial de recuperación del empleo.
En su informe, la OIT critica con dureza la política seguida por la mayoría de países para salir de la crisis: "no se ha puesto suficiente atención al potencial que los empleos podrían tener para impulsar la recuperación. Los países se han enfocado principalmente en tranquilizar a los mercados financieros. El debate se ha enfocado en la austeridad fiscal y en cómo ayudar a los bancos. Por lo que el empleo ha quedado relegado como tema de segunda instancia", enfatiza.
Y no sólo eso, ya que la organización que agrupa a representantes de Gobiernos, empresarios, y sindicatos de todo el mundo, ataca también a la moderación salarial en los últimos 20 años: "no ha generado una mayor inversión real", explica. "La moderación salarial ha contribuido a exacerbar los desequilibrios globales, lo cual, aunado a las ineficiencias del sistema financiero, dio paso a la crisis y la sigue perpetuando".
Advierte, igualmente la Organización, respecto al aumento del descontento social, que, según las encuestas que maneja, ha crecido en el 40% de los países estudiados (119) como consecuencia de que han empeorado las condiciones de vida. Tomando como base los estudios sociológicos de la empresa de sondeos estadounidense Gallup, la OIT apunta a que es en las economías más desarrolladas donde existen más posibilidades de que más aumente el descontento social.
Por si fuera poco, el anuncio de  convocatoria de un referéndum en Grecia sobre el rescate aprobado, sacudió los cimientos de los mercados globales por los enormes riesgos que conlleva (salida caótica de Grecia del euro incluida).
La decisión provocó una colosal crisis que hundió a las Bolsas, hizo saltar todas las alarmas sobre la viabilidad del euro. Lo cierto, es que puso de relieve el hecho central de los problemas que padecemos.
Nunca se había puesto tan patente, que detrás de las constantes peleas entre los tecnócratas acerca de Grecia, de la banca y demás actores del drama económico está el auténtico problema de fondo: la supervivencia del euro. Lo vivido es otro capítulo más del hacia “no se sabe dónde”.
Yorgos Papandreu, cogió a contrapié a todo el mundo: a los mercados, a los líderes de la eurozona, preocupados por el efecto contagio sobre Italia y España, y hasta a los propios griegos.
El riesgo de una bancarrota incontrolada de Grecia, incluso de una salida del euro, nunca fue tan elevado. Y el miedo al contagio recorrió Europa de Helsinki hasta Madrid, ante la constatación de que el proyecto europeo peligra.
El hecho de que Europa haya llegado, una vez más, demasiado tarde y con demasiado poco al último plan de rescate, y de que no garantizase a Atenas una salida ni siquiera después de imponer tantas medidas, explica que Grecia haya explorando ahora la “vía de escape islandesa” de la crisis, aseguraba Carmen Reinhart del Peterson Institute.
Islandia era supuestamente el ejemplo perfecto de desastre económico: sus banqueros fuera de control cargaron al país con unas deudas enormes dejando a la economía en una situación desesperada.
El hecho es que mientras todos los demás rescataban a los banqueros y obligaban a los ciudadanos a pagar el precio, Islandia dejó que los bancos se arruinasen y, de hecho, amplió su red de seguridad social. Mientras que todos los demás estaban obsesionados con tratar de aplacar a los inversores internacionales, Islandia impuso unos controles temporales a los movimientos de capital para darse a sí misma cierto margen de maniobra.
Señalan estos analistas, en particular el nobel Krugman, que “Islandia no ha evitado un daño económico grave ni un descenso considerable del nivel de vida. Pero ha conseguido poner coto tanto al aumento del paro como al sufrimiento de los más vulnerables; la red de seguridad social ha permanecido intacta, al igual que la decencia más elemental de su sociedad. Las cosas podrían haber ido mucho peor".
Tras las presiones internacionales, y el castigo de Berlín y Paris, reteniendo 8.000 millones pendientes de entrega del primer rescate, así como de la revuelta que ocasionó en el propio partido del primer ministro, Papandreu, y el rechazo frontal de la oposición, el referéndum griego sobre el plan de rescate quedó aparcado.
Por lo que respecta a Italia, su situación es dramática. Si toda Europa peligra, Roma es la capital con menos defensas. La prima de riesgo italiana (el diferencial entre el bono alemán a diez años y el italiano ha superado los 450 puntos básicos.
La gravedad proviene del hecho, de que los países que anteriormente se situaron en ese límite (Irlanda y Portugal) han tenido que ser rescatados. En contraste, Silvio Berlusconi no tiene un discurso claro ni creíble, se encuentra amenazado por sus socios en el Gobierno, enemistado con su ministro de Economía, y cuestionado dentro y fuera de Italia.
Frente al clamor general, Berlusconi ha dado sobradas muestras de que no dispone de plan alguno para salir de la crisis. Se trata de un Gobierno mudo, noqueado, a remolque de los acontecimientos, incapaz de hacer los deberes que por pasiva y por activa le viene reclamando Bruselas. Frente a la situación, Berlusconi ha señalado que “no ve la crisis en Italia: los restaurantes están llenos y los italianos son muy felices…”
Ha sorprendido favorablemente en su estreno como nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi al decidir bajar los tipos de interés del 1,5% al 1,25%, sin duda, por las amenazas de recesión que se ciernen sobre toda Europa (incluida Alemania) y las presiones de algunos países y varios organismos, como la OCDE, que reclamaban un precio del dinero más bajo para insuflar algo de aire a la economía europea.
La decisión, según ha revelado el nuevo responsable del instituto emisor en la tradicional rueda de prensa que sigue a cada consejo del BCE, se ha tomado por unanimidad.
Draghi señaló que “las tensiones actuales de los mercados financieros pueden dañar el crecimiento económico en la segunda mitad de este año. El panorama económico está sujeto a una incertidumbre alta y a una serie de riesgos, algunos de los cuales se han materializado, empeorando las previsiones de crecimiento". Por tanto, no ha descartado una leve recesión en el último tramo del ejercicio.

ESPAÑA:

Según las estimaciones de la UE, la crisis de la deuda ha dejado en mala situación a la banca española: Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank y Popular acaparan la cuarta parte de las necesidades de capital de la banca europea.
 La Autoridad Bancaria Europea ha calculado que las entidades españolas requieren 26.161 millones de capital, tras sufrir una depreciación de 6.290 millones de su cartera de deuda pública. No obstante, la factura está inflada, pues los bancos españoles tienen al menos 9.500 millones en obligaciones convertibles en acciones, lo que reducirá dicha cifra.
La preocupación se hizo patente ya que las exigencias europeas obligan a exprimir las posibilidades de mejorar la solvencia de las entidades, y limitaran su margen de maniobra y los créditos.
Veamos algunos informes que se han conocido:
Las dos mayores entidades españolas BBVA y Santander tienen una exposición en sus balances de 127 y 177 millones de euros de deuda griega, y de 3.997 y 49.348 millones de euros de deuda italiana respectivamente. Prácticamente, son las que detentan el total de la deuda soberana.
En el tema del “ladrillo” las cosas están mal, ya que casi todo sigue igual. El balance inmobiliario es el verdadero “agujero negro” que lastra el futuro de bancos y cajas. En junio de 2010, la "exposición potencialmente problemática" al ladrillo era de 180.800 millones. Un año después, está en 176.000 millones, un 2,6% menos, lo que permite decir que el problema sigue enquistado en los balances bancarios.
Sin embargo, como hemos analizado anteriormente, los últimos exámenes de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), solo han tenido en cuenta la inversión en deuda pública citada para calcular el capital que necesitan las entidades en el futuro. Los hechos demuestran que en el caso español la inversión inmobiliaria sigue siendo el problema fundamental. Sobre todo porque la mochila de activos problemáticos en el ladrillo no se reparte a partes iguales entre las entidades.
El Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España ha ofrecido la cifra agregada del problema: 176.000 millones de euros, pero no el desglose que sí dio el año anterior. Por tanto, no ha aclarado qué parte de estos créditos son morosos, cuántos subestándar (que están al corriente de pago pero son de un sector problemático), y cómo han evolucionado los activos adjudicados y los fallidos. Existe una menor transparencia.
Según el catedrático de economía, José García Montalvo, de la Universitat Pompeu Fabra, "las entidades siguen refinanciando a las empresas inmobiliarias con problemas (no cobran nada y amplian los plazos de amortización). Estamos en la segunda ronda de refinanciación, no sé si veremos la tercera…". Según sus cálculos, el único movimiento que está haciendo la banca en este sector es promocionar los mejores suelos de su cartera. "Son propiedades en buenos sitios de grandes capitales, que los promocionan empresas de su máxima confianza, en algunos casos extranjeras", señala dicha fuente. En su opinión, el crédito a la construcción sigue cayendo con fuerza mientras crece levemente el promotor por las refinanciaciones citadas.
Las grandes inmobiliarias coinciden en la mala situación que reflejan los datos del Banco de España. El presidente del lobby de las grandes inmobiliarias, el G-14, Pedro Pérez, ha señalado que el sector está viviendo "otra recesión dentro de la recesión". "Pensábamos que habíamos tocado fondo y acabaremos el año con solo 80.000 viviendas iniciadas y 250.000 desempleados más del sector", lamenta.
Los 176.000 millones de créditos problemáticos representan más de la mitad del dinero (un 52%) que las entidades tienen prestado a los promotores, que atraviesan su cuarto año consecutivo de crisis ante el parón en las ventas y las dificultades de financiación.
La cobertura con provisiones (específicas y genéricas) alcanza el 33% de los préstamos con problemas. En cuanto a los morosos, el supervisor dice que "han aumentado ligeramente". El sector tiene una tasa conjunta del 7,2% hasta agosto, último dato disponible. Sin embargo, en construcción y promoción se eleva hasta el 17,1%, frente al 11% de un año antes.
El Banco de España ha destacado que desde que se iniciara la restructuración del sistema financiero hasta junio de 2011, las entidades han realizado saneamientos por 105.000 millones, en torno al 10% del PIB español.
Pero admite "un escenario difícil para la cuenta de resultados del sector". La razón es que el margen financiero seguirá cayendo por el incremento del coste del dinero, la caída del volumen y las mayores provisiones que serán necesarias. Los gastos del sector han subido, entre junio de 2010 y junio de 2011, un 4,9% por las compras internacionales. Mientras tanto, las cajas de ahorros han reducido sus costes un 5,5% en doce meses.
Ahora bien, aún es peor el dato del paro por su componente de tremendo drama humano: el desempleo ya afecta en España a 5.000.000 de desempleados. La crisis, cuatro años después, ha vuelto a sorprender. El escenario que refleja la última Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, a la que todo el mundo concede mayor fiabilidad es desolador. Realmente, serían más de cinco millones si se eliminan los efectos estacionales.
Con una tasa de paro del 21,5%, hay 1,4 millones de hogares donde nadie trabaja, 2,3 millones de parados buscando empleo más de un año. Cataluña y Madrid son las regiones de mayor destrucción de empleo.
Y no estamos aún en lo peor: llega el invierno y el estacional mercado laboral español se adentra en su peor época.
Por citar alguna circunstancia positiva, hay que señalar que la inflación interanual recuperó en octubre su tendencia descendente, tras la subida de septiembre, al ceder una décima y situarse en el 3%. Así lo refleja el indicador adelantado del índice de precios al consumo (IPC) publicado por INE.
El descenso es consecuencia, principalmente, de la estabilidad de los precios de la electricidad frente a la subida del año anterior por estas fechas. 
No cabe esperar otra cosa: Goldman Sachs vaticinó la caída en la recuperación de Alemania y Francia, y otra recesión en toda regla para Italia y España. Para 2012, el banco espera un retroceso del PIB español del 0,4% en tasa interanual.
También los analistas de UBS o Citigroup coinciden en poner números rojos a su previsión para España (-0,3% en 2012).
Y es que la mayoría de los servicios de estudios españoles esperan para este segundo semestre el estancamiento económico. Sólo se retornaría a un débil crecimiento económico en la primera mitad de 2012.
La demanda interna se encuentra bajo mínimos, por lo que al haber fallado el motor de las exportaciones, consecuencia del parón de media Europa, la economía española se ha estancado.
Los riesgos se concentran en el cuarto trimestre y en el principio de 2012, ya que algunos indicadores adelantados anticipan que durante los meses del pasado octubre y este mes de noviembre, las cosas se van a poner muy mal.
Por lo que respecta a las finanzas públicas, los desequilibrios que acumula el Estado en los nueve primeros meses del año ascienden a 37.016 millones de euros (el 3,42% del PIB, frente al objetivo anual del 4,8%). Lo más preocupante es que los ingresos públicos se han estancado por el frenazo económico.
Aunque la reducción del gasto sí se ajusta a lo previsto, un incumplimiento en los ingresos, unido a la más que probable desviación autonómica, aleja algo más el objetivo del 6% de PIB en el conjunto de Administraciones públicas para este año 2011.
Los ingresos cayeron un 6,5% durante el pasado septiembre. Destaca especialmente el IVA, un buen termómetro del consumo, que apenas despegó el 2% tras muchos meses de crecimientos muy abultados. A ese empeoramiento ha contribuido el retroceso en el gasto de familias y empresas.
Finalmente, señalar que según los datos de Eurostat (Oficina Estadística de la Unión Europea), la desigualdad entre los ingresos de los españoles se disparó el año pasado hasta el nivel más alto recogido en la serie de la estadística europea, que arranca en 1995.
La brecha económica no ha parado de crecer desde que comenzó el declive económico, aunque el salto más abrupto se dio en 2010. El paro, la bajada de los sueldos y el fin de algunas prestaciones han dado paso a la llamada “factura desigual de la crisis”. En 2009, último que permite comparar entre los países de la Europa de los Veintisiete, solo Letonia, Lituania y Rumanía superaban a España en disparidad de rentas.

MERCADOS:

Salvo que el lector sea un especulador y tenga nervios de acero, no son buenos días para invertir ni en Bolsa, ni en Deuda Pública. La Bolsa, según muchos analistas, está sufriendo las consecuencias de la falta de decisión de los políticos europeos. Se suceden las jornadas de sobresaltos continuos de malas noticias y posteriores desmentidos. En general ha cundido el pesimismo sobre el futuro del euro, con algunos ánimos por la bajada de tipos de interés del BCE.
En otro orden, las matriculaciones de automóviles se situaron en 57.278 unidades el pasado mes de octubre, con una caída del 6,7% respecto al mismo mes de 2010. Es el peor octubre desde 1989, año en que se comenzó a elaborar la actual serie de matriculaciones por parte de la patronal Anfac. Aunque en los años anteriores las cifras de matriculaciones recogidas por Tráfico no son plenamente homologables, hay que remontarse hasta 1985 para encontrar un nivel de ventas similar y hasta 1984 para encontrar una cifra claramente inferior en ese mes. Desde 1979 a 1985 la media de ventas en octubre fue de 45.000 unidades.
Los fabricantes ven complicado alcanzar las 820.000 unidades al cierre de 2011. En los 10 primeros meses del año, las ventas de turismos y todoterrenos en España alcanzaron 681.205 unidades, con un retroceso del 19,7% respecto al mismo periodo del ejercicio precedente. Son ya cuatro años seguidos por debajo de un millón en las ventas cuando la capacidad del mercado español supera los 1,2 millones de unidades al año.

EMPRESAS:

Partiendo de datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la remuneración de la cúpula directiva de los principales bancos y cajas aumentó casi el doble que los beneficios entre los años 2004 y 2010. En concreto, la retribución de los consejeros y la alta dirección aumentó un 48% frente al 27% que lo hicieron los beneficios.
En el caso de las nueve grandes cajas, la remuneración media de los consejeros creció un 80% y la de la alta dirección un 33%, frente a un descenso del beneficio del 7%.
En algunas entidades, las subidas en las remuneraciones llegan a cifras de tres dígitos. Valga el ejemplo de la CAM, dónde la retribución media de los consejeros nacionalizada en julio por el Banco de España, fue un 542% superior en 2010 que en 2004, si junto a estos cargos se tiene en cuenta a la alta dirección, el aumento es del 94%, frente a una subida de los beneficios del 3% en el mismo periodo.
Por último, para acabar con una buena noticia: un consorcio de 12 empresas españolas y dos saudíes se ha adjudicado el proyecto de construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad que unirá las ciudades de Medina, Yeda y La Meca en Arabia Saudí. Se trata de un megaproyecto presupuestado en 6.736 millones de euros, conocido como el “AVE del desierto o el AVE de los peregrinos”.
Supone el mayor contrato conseguido en el exterior por empresas españolas. En julio pasado, el consorcio español ya fue seleccionado frente al otro finalista, francés, que había recibido un fuerte apoyo del Gobierno de Nicolas Sarkozy. Una vez completados los trámites y consultas técnicas, la Saudi Railways Organization ha hecho oficial la decisión.
Se trata de un proyecto global que incluye desde la construcción de la plataforma de la línea (unos 450 kilómetros de longitud) hasta la instalación de su superestructura de doble vía electrificada (sistemas de señalización, electrificación, telecomunicaciones y seguridad). Está diseñado para velocidades de 320 kilómetros por hora, lo que permitirá que el tiempo de viaje entre La Meca y Medina se realice en menos de 2 horas y 30 minutos. También incluye la compra de 35 trenes de alta velocidad con capacidad para más de 450 pasajeros cada uno, pensado para dos velocidades de más de 300 kilómetros por hora (y opción de compra de otros 23 trenes más durante el periodo de operación) y el posterior mantenimiento de los trenes y del corredor durante 12 años.

jueves, 6 de octubre de 2011

SITUACIÓN ECONÓMICA A OCTUBRE 2011. Se agudizan los riesgos, y ¿qué hacen nuestros lideres?

Tímidamente, están apareciendo posturas que resaltan que a los mercados les interesa más la recuperación de la economía que las medidas de austeridad. Es obvio que la recuperación de la demanda efectiva inyectaría a los deudores privados y públicos una mayor renta y, consiguientemente, posibilidades de hacer frente al pago de sus deudas.
Algunos analistas señalan que las actitudes más conservadoras constituyen, más que medidas económicas necesarias, el objetivo de empequeñecer al Estado de Bienestar. La realidad es que los mercados no han bajando significativamente las primas de riesgo ante las políticas contractivas que debilitan la solvencia de sus deudores.
La ausencia de crecimiento en Estados Unidos y la complejísima situación de la deuda pública en la eurozona, puede erosionar aún más la solvencia de los sistemas bancarios que comprenden el núcleo de la región del euro. Algunos bancos franceses y alemanes con grandes carteras de Deuda Pública de las economías periféricas, hacen peligrar a la estabilidad bancaria.
Es necesario compatibilizar el logro de una mayor eficiencia de los gastos y el saneamiento de las finanzas públicas a medio plazo, con estímulos a la demanda. Sin crecimiento económico, las medidas de corrección del Déficit y Deuda Pública no influirán significativamente en la valoración del riesgo que realizan los mercados.

GLOBAL:

La tesis dominante acerca del futuro inmediato de la economía global, es que nos espera un estancamiento plagado de sustos durante, tal vez, una década. Las opiniones de los economistas se mueven con un pesimismo más o menos matizado, dominando los tonos sombríos, sin precisar sus análisis por la vertiginosidad de los acontecimientos, incertidumbre y desconfianza que nos envuelve.
El denostado Keynes, transcurridos dos años del crash de 1929, decía que la economía mundial estaba "descansando en un estanque tranquilo entre dos saltos de agua" y, sin duda, acertó ya que lo peor vino después.
El historiador económico Barry Eichengreen de la Universidad de Berkeley), ha asegurado que “en realidad nunca salimos de la crisis: la economía empezó a crecer en EE UU y Europa, pero ni el paro bajó ni se disolvieron los excesos de endeudamiento o los agujeros inmobiliarios que hacen pensar en una lenta recuperación. Nunca resolvimos los problemas que desataron la crisis en 2007. Y eso hace que haya grandes probabilidades de recaída, superiores al 50%.
Otro destacado experto europeo, Charles Wyplosz del Graduate Institute, ha señalado que “la suspensión de pagos de Grecia puede tener consecuencias devastadoras: los bancos europeos están en el centro de la diana por ese cóctel de riesgo soberano, posibilidad de recaída y en general por el estigma que ha calado en los mercados para con todo lo que proceda de Europa”. Asegura que la UE sería tremendamente afortunada "si solo sufriera una pequeña recesión. Los mercados están cerca del pánico. Una crisis bancaria es cada vez más posible. Italia va hacia el abismo y Grecia está metido en él, y un incidente de ese calibre podría arrastrar a España, e incluso a Francia".
Paul De Grauwe de la Universidad de Lovaina, ha señalado al culpable: "la recaída está cerca, y lo más duro es que puede que sea autoinfligida: Europa ha sido demasiado obsesiva con la austeridad, tal vez porque el miedo de los mercados ha empujado en esa dirección. Eso, paradójicamente, puede hacer más difícil de resolver la crisis fiscal ya que complica la vuelta al crecimiento".
Frente a la crisis global, a mediados del pasado mes de septiembre, se puso de relieve el desencuentro entre EE UU y Europa para hacer frente a la gravedad de la situación.
El responsable del Tesoro de Estados Unidos, Geithner, en su encuentro con los ministros del euro, les reprochó la imagen de falta de unidad: "lo que es verdaderamente perjudicial no son solo las divisiones sobre la estrategia, sino el continuo conflicto entre Gobiernos y el banco central y ustedes necesitan a ambos y deben trabajar juntos para hacer lo que es necesario para la resolución de una crisis". Pidió a los Gobiernos y bancos centrales que despejen de los mercados "los riesgos catastróficos". Asegurando que Europa necesita actuar para que se descarte la amenaza de una quiebra en cascada de los países de la UE, y las especulaciones de que el euro y otras instituciones de la UE podrían ser desmanteladas.
Las recomendaciones del responsable de Economía del Gobierno de Obama sentaron especialmente mal a algunos ministros, pero en cualquier caso, la presencia de un alto funcionario estadounidense en una reunión de responsables económicos europeos fue una clara prueba de la amplitud que está adquiriendo la crisis y la incapacidad de la Unión Europea para resolverla y que, como ha señalado algún analista, probablemente los líderes continúan fingiendo que la crisis está bajo control viviendo una realidad paralela. Su incapacidad para manejar el problema de Grecia (una de las más pequeñas economías de la UE), inspira poca confianza.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han hecho saltar las alarmas ante el riesgo de una doble recesión. Justo después de que el FMI reconociera el peligro de otro colapso financiero y elevara a 300.000 millones las pérdidas potenciales para la banca europea, la Reserva Federal estadounidense realizaba otra histórica inyección de liquidez.
A principios de Octubre, el FMI anunció que contemplaba comprar Deuda de España o Italia junto con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en los mercados primario o secundario si fuera necesario para recuperar la confianza en la eurozona.
Junto a ese anuncio, solicitó al Banco Central Europeo (BCE) que rebajase los tipos de interés, y que reinstaurase las medidas extraordinarias de liquidez a largo plazo. El FMI quiso mostrar "su compromiso explícito" de que comprará deuda de los países bajo presión durante "todo el tiempo que sea necesario" hasta que el FEEF esté plenamente operativo.
En un documento del FMI, se señaló que el BCE "debería rebajar su tasa de referencia si los riesgos a la baja sobre el crecimiento y la inflación persisten", afirmando que “son necesarias medidas que ayuden a superar las débiles perspectivas de crecimiento que afronta la eurozona y que están poniendo en riesgo el crecimiento internacional”.
Por otro lado, la subida en septiembre de la inflación hasta el 3% en la zona euro (el objetivo prioritario del BCE es que los precios suban como máximo el 2%) recorta considerablemente su capacidad de maniobra.
No obstante, según el FMI, la crisis de la deuda ha entrado en una "nueva fase ampliada", lo que requiere "acciones decisivas. Hay motivos serios para sentirse preocupado por Europa. Las persistentes tensiones en los mercados de deuda soberana y el estancamiento global hacen que los riesgos a la baja sean particularmente acusados. Las renovadas dudas sobre las desviaciones en los programas de los países con déficits excesivos o la falta de compromiso para apoyar a los socios rescatados podrían amplificar las consecuencias de los problemas, tal y como se ha visto durante todo este verano, con repercusiones negativas a nivel regional y global", según el citado informe del Fondo.
Respecto a las crecientes dudas sobre el sector bancario europeo, el FMI señaló que “las incertidumbres no afectan de forma específica a determinadas entidades sino al conjunto del sistema”. Reclamando a las instituciones que “pongan fin a las restricciones de crédito motivadas por la creciente desconfianza entre los bancos. La banca debe recibir "una atención inmediata" que permita recuperar la confianza en el sector”.

UNIÓN EUROPEA:

En su momento, algunos mantuvimos en el nacimiento del euro que tal como está diseñado tenía dos importantísimos fallos: no contemplar las asimetrías económicas existentes, y la no existencia de una política fiscal común. Para algunos países habría sido mejor no adoptarlo, pero ahora ya no hay marcha atrás porque el abandono de la unión monetaria sería enormemente costoso para todos los miembros de la eurozona.
Pero no todos los expertos están de acuerdo. Algunos creen que a Grecia no le queda otra alternativa que suspender el pago de su deuda, salir del euro y decretar una devaluación brutal de su recuperada moneda nacional para salvarse de una larguísima recesión. Una vez fuera del euro, solo quedaría un paso para “el corralito”.
La realidad, es que cunde el temor de que se produzca el contagio que afectaría a Irlanda y Portugal, pero que inmediatamente apuntaría a dos economías mayores: Italia y España, lo que pondría en franco peligro a la totalidad del proyecto europeo.
La temida quiebra griega, abocada a “la quita” de una parte de su deuda, es una posibilidad que casi todo el mundo da como segura. El Gobierno alemán se apresuró a decir que se está preparando para apoyar al sector financiero de su país en caso de que Grecia entre en default o suspensión de pagos. Un portavoz gubernamental avanzó que el plan de emergencia incluye medidas para compensar a bancos y aseguradoras, que se enfrentan a unas pérdidas del 50% de sus activos en deuda helena. "Grecia está en el filo de la navaja", ha dicho el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en una reunión con diputados a puerta cerrada, dónde llegó a declarar que “estamos al borde del desastre”.
El Banco de España mantuvo una reunión con bancos, cajas, fondos de inversión, y aseguradoras para estudiar las pérdidas que les ocasionaría la quiebra griega. El hecho supondría unas pérdidas pequeñas para las entidades financieras españolas, que solo tienen 800 millones en deuda helena. No obstante, las consecuencias son imprevisibles: a continuación podría caer Portugal, donde España concentra un tercio de la exposición de la banca, en torno a 75.000 millones.
En Italia las cosas están peor que en España. La Deuda Pública italiana supera ya una cifra equivalente al 120% del PIB (el 63% en el caso español), y los vencimientos a los que Roma tiene que hacer frente en los próximos meses casi triplican los del Tesoro español.
Cabe plantearse si se podrían rescatar a economías de tanto peso en Europa, y si las circunstancias conducirían a la total ruptura de Unión Monetaria. El profesor Emilio Ontiveros (presidente de Analistas Financieros) ha manifestado que “no es imaginable un mecanismo de auxilio para España similar al de Grecia” y respecto a la posibilidad de que el euro se vaya a pique, justifica su negativa argumentando que “uno de los principales beneficiados de la moneda común es Alemania, que no va a permitir que eso ocurra”.
La propia Merkel ha reconocido que “el euro ha contribuido mucho a la prosperidad de su país". Sin embargo, reiteradamente ha expuesto su negativa a los eurobonos, que para la mayoría, son una de las pocas salidas que le queda a la eurozona. Merkel, ha señalado que su implantación supondría la creación de la “Unión del Endeudamiento”, en lugar de la Unión Europea.
Los dictados de Berlín están siendo asumidos por los Gobiernos de las economías más afectadas por la crisis de la deuda soberana. Pero las instituciones alemanas no terminan de adoptar una clara posición sobre sus exigencias para apoyar mecanismos de mutualización de la deuda pública en el conjunto de la región del euro.
Las tensiones en los mercados de estos días, trasladadas a las Bolsas en sucesivos sobresaltos, no solo reflejan la indecisión alemana, sino también la evidencia de un menor crecimiento económico y la correspondiente erosión en los beneficios empresariales. Los mercados de acciones de toda Europa sufren tremendas adversidades, en particular los bancos. Sobre todo los más expuestos a Grecia, como los franceses.
Los dos grandes bancos alemanes han perdido en el último año más del 50% de su valor, y los españoles, sin apenas deuda griega en sus balances, siguen cotizando muy por debajo de su valor contable.
Todo ello condujo a que los cinco bancos centrales más importantes del mundo lanzaran, a mediados de septiembre, una acción coordinada para evitar un nuevo colapso financiero mundial. Coincidiendo con el tercer aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, la Reserva Federal de EE UU, el Banco Central Europeo y los bancos centrales de Japón, Reino Unido y Suiza anunciaron que facilitarán liquidez en dólares sin límites a la banca mediante tres subastas en los próximos tres meses.
La medida salvó a la banca europea de las dificultades para lograr liquidez en dólares, debida a la desconfianza de los bancos y fondos de inversión asiáticos y estadounidenses hacia el sistema financiero europeo.
La debilidad manifestada por algunas grandes entidades financieras, especialmente las francesas y belgas, con unos balances cargados de deuda pública de Grecia, Portugal, Irlanda, España y sobre todo de Italia, que ha sufrido una clara depreciación de su valor, requiere como medicina inmediata un aumento de sus capitales. BNP Paribas, Dexia, Crédit Agricole, Société Générale, ING y KBC, tienen una exposición en conjunto de más de 100.000 millones.
Grecia está al borde del impago. Su situación económica es más que terrible: el PIB se contrajo un 7,3% en el segundo trimestre. El consumo se redujo casi un 7% y la inversión un 17%. El alza de las exportaciones de los últimos meses se ha agotado. Los bancos están con “el agua al cuello”. El desempleo, según las estimaciones más fiables, supera ya el 20% (oficialmente roza el 17%). Esas son las consecuencias de una economía que ha vivido muchos años por encima de sus posibilidades, pero también lo son de las condiciones excesivamente leoninas en las ayudas de la UE y del FMI. Todo es consecuencia de errores propios, pero también de las políticas que han impuesto el Gobierno, la Unión Europea y el FMI: impuestos, todo tipo de ajustes, despidos y recortes de sueldo en varias oleadas. Grecia se ve condenada a una mayor caída de la demanda, desempleo aún más alto y más que probable incumplimiento de los objetivos de déficit, además de la completa pérdida de control sobre la dinámica de la deuda pública.
El peso económico de EE UU es mayor, y por tanto, el bajo crecimiento de la primera economía mundial condiciona las posibilidades de recuperación globales. Sin embargo, Estados Unidos es una economía integrada, dirigida por una unidad política identificable, regulada monetariamente por un Tesoro único y una idea clara de política económica. Este no es el caso de Europa, dónde la unidad monetaria existe formalmente, pero no hay instituciones ni legislación común que permita una respuesta única ante una crisis. No tenemos iniciativa política contra la crisis, ni tampoco resortes legales para combatirla.
Como se ha señalado anteriormente, la salida de un solo Estado de la eurozona, y el consiguiente caos, haría imposible redistribuir la carga del endeudamiento fallido entre las instituciones públicas y privadas del resto de los Estados.
Esa circunstancia era conocida desde el comienzo de la crisis financiera, por lo que resulta difícil entender cómo ni Alemania o Francia, o las cumbres europeas de ministros de Finanzas, o el Banco Central Europeo (BCE), o todos juntos, se hayan preocupado de esta cuestión.
Ni tan siquiera se han abordado los problemas de mera supervivencia. Veremos si el BCE se decide a corregir el error que cometió al subir los tipos de interés (existe consenso respecto a que debería bajarlos).
Frente a la, más que probable, “quita” de la deuda Griega, Merkel, Sarkozy y el BCE aparentan “sangre fría”, sugiriendo que la ruina griega se solucionará con innumerables cumbres en las que no se resuelve nada y donde todo queda para la siguiente. La unidad económica y monetaria real, puesta en funcionamiento a través de la emisión de los solicitados Eurobonos, permanece estancada en las barreras de la ortodoxia antiinflacionista de Merkel y sus aliados.
Los ministros de Economía de la zona euro a primeros de octubre han analizado la situación de Grecia. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró que ningún país de la eurozona aboga por dejar que Grecia suspenda pagos o salga del euro, aunque la aprobación del sexto tramo de ayuda se retrasará. "Tengo que negar firmemente todos los rumores de que Grecia podría decidir, o ser invitado a salir de la zona del euro y cualquier rumor sobre cualquier tipo de suspensión de pagos del país heleno”.
La realidad es que los ministros de Finanzas de la zona del euro no decidirán el próximo 13 de octubre sobre el desembolso del sexto tramo de ayuda, de 8.000 millones de euros, sino en una fecha aún por definir, dado que el informe de la troika -formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- aún no estará listo. "Lo más probable es que el informe de la troika no esté preparado hasta el 13 de octubre”.
La nueva crisis del banco franco-belga Dexia ha despertado una vez más las alarmas sobre la fragilidad de algunas entidades financieras europeas y la necesidad de su recapitalización a pesar de las ingentes ayudas públicas recibidas. Los ministros de Economía de la UE, reunidos en Luxemburgo, dedicaron la mayor parte del encuentro a valorar el impacto de la crisis de la entidad, cuyos activos de 577.000 millones de euros representan el 150% del PIB de Bélgica.
El primer ministro belga, Yves Leterme, intentó tranquilizar a los clientes del banco asegurando que "ningún ahorrador va a perder ni un céntimo de euro".
Con cerca de 70.000 millones de activos tóxicos, el Consejo de Administración de Dexia comunicó a los sindicatos que la solución va a consistir en dividir la entidad, especializada en créditos a instituciones locales francesas, separándola en varios trozos: varios bancos sanos situados en Luxemburgo, Bélgica y Turquía, y un banco malo que quedaría establecido en Francia y contaría con la garantía de los Estados francés y belga.
La Caisse des Dépôts (CDC, brazo financiero del Estado) y la Banca Postal (entidad pública francesa) serán los avalistas principales del grupo franco-belga.
Dexia, que está dirigido desde 2008 por Pierre Mariani, ex asesor del presidente francés Nicolas Sarkozy, estuvo cerca de la quiebra hace ya tres años, cuando las autoridades belgas, luxemburguesas y francesas corrieron a inyectar en sus arcas cerca de 6.400 millones tras la caída de Lehman Brothers. Después de eso, el banco recibió 96.000 millones más, pero su desequilibrio estructural (captaba ahorros en Bélgica y Turquía y los invertía en Francia, donde no tiene banca comercial) y la marea de la deuda han acabado suspendiendo a esta entidad, que en los últimos test de stress obtuvo un sobresaliente.
Por si fuera poco, la agencia de calificación de riesgos Moody's ha rebajado la nota de la deuda soberana de Italia en tres escalones (desde Aa2 hasta A2, con perspectiva negativa), alegando sus elevados niveles de deuda pública.
Se trata de la segunda rebaja que sufre Italia en poco tiempo, ya que el pasado 19 de septiembre fue Standard & Poor's la que empeoró la nota en dos peldaños, de A+ a A, como reacción a su débil crecimiento. La solvencia italiana sigue en caída libre.
La revisión, según Moody's se debe también a las incertidumbres existentes sobre el crecimiento económico por el empeoramiento de las perspectivas a nivel global, y las pocas garantías de que el país transalpino logre sus objetivos de consolidación fiscal.
La agencia ha señalado algunos datos que justifican la rebaja: la deuda pública italiana alcanzará el 120% con relación al PIB este año, frente al 104% en que estaba situada al inicio de la crisis, recordando que el país necesita refinanciar más de 200.000 millones de euros en 2012. Además, duda de que vaya a cumplir sus objetivos fiscales debido a que la mitad del plan se basa en la recuperación de los ingresos y recalca que las reformas estructurales apenas han echado a andar.

ESPAÑA:

Los datos recopilados en septiembre por los servicios públicos de empleo –el llamado “Paro Registrado”- han tirado por tierra a las previsiones del Gobierno, que confiaba en que el año se saldara, por primera vez desde 2007, con más puestos de trabajo que el anterior. Por el contrario, el repunte sostenido del paro hace prever, que vamos a una segunda oleada de destrucción de empleo.
El incremento del paro registrado el pasado septiembre: 95.817 personas respecto a agosto es el mayor aumento habido durante septiembre, en la serie manejada por el Ministerio de Trabajo que comienza en 1996. Tampoco hay rastro de una subida así para este mes en la estadística del Ministerio de Economía, que se retrotrae a 1964.
La quiebra en la incipiente recuperación del mercado laboral se insinuó en el arranque del verano y ha acabado siendo flagrante al cierre de la temporada estival. "El aumento del paro en septiembre casi duplica el incremento del año pasado", según la Secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez. No solo eso: septiembre es, desde enero, el primer mes en el que la cifra de paro registrado empeora a la de 2010. En esa comparación anual, la diferencia se había cerrado hasta marcar un aumento del 3% en mayo, tras 14 meses de paulatina moderación. En septiembre, la tasa interanual se ha ampliado hasta el 5,2%, lo que eleva el número total de parados registrados a 4,23 millones de personas.
Los servicios concentraron el 80% del aumento del paro, lo que Trabajo relacionó con el fin de la contratación por la temporada turística. Excepto en los mejores años del mercado laboral (el trienio 2005-2007), septiembre suele ser un mes en el que sube el paro registrado. Al fin de esos contratos estivales se suma la incorporación de personas que no tenían empleo, singularmente jóvenes que han acabado su formación. El colectivo sin empleo anterior aumentó esta vez en 18.986 personas, un alza mensual del 1,06%. El efecto de los ajustes completa un cuadro realmente terrible.
La evolución del empleo, reflejada en los datos de afiliación a la Seguridad Social, también ha evolucionado mal. En septiembre, el número de afiliados bajó en 64.956 personas, una cifra también mayor que la de 2010, pero no tan abultada como la del paro registrado. La comparación anual refleja otra vez aquí una preocupante tendencia al alza en la destrucción de puestos de trabajo.
A la vista de los datos, no parece que la reforma laboral haya surtido efectos ni en la creación de empleo, ni en la mejora de los empleos fijos.
Por otro lado, el banco estadounidense Goldman Sachs, uno de los referentes financieros a ambos lados del Atlántico, ha publicado sus previsiones macroeconómicas sobre Europa. La califica como una "leve recesión e inflación al alza”.
Señala en su informe que “el parón provocado por la agudización de las tensiones financieras, tendrá una especial incidencia en los países con más problemas de déficit como España e Italia, que volverán a sufrir una recesión desde finales de 2011 hasta el tercer trimestre de 2012”.
Goldman también incluye en el grupo de los países que recaerán en la recesión, a Alemania, Francia y Holanda. "Teniendo en cuenta la intensificación de las turbulencias en los mercados europeos, hemos revisado a la baja nuestras previsiones sobre la actividad en la eurozona de forma significativa", afirma Goldman Sachs en la cabecera de su informe.
Como se ve, señala un deterioro mayor de lo esperado en los países periféricos del euro hasta el año 2012, como consecuencia de los planes de ajuste y consolidación fiscal adoptados.
El planteamiento coincide con el realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales de septiembre, dónde señaló que el PIB de España volverá a registrar tasas negativas en el último trimestre de 2011 (-0,2%), en el arranque de 2012 (-0,2%) y en el segundo y tercer trimestre del próximo año, cuando volverá a caer en una décima.
En cuanto a los países del "corazón" de Europa, la caída de la demanda que viene de los periféricos y las dificultades de que este descenso sea enjugado por las compras desde Asia provocarán que Alemania, Francia y Holanda también vuelvan a la recesión. No obstante, lograrán recuperarse antes que sus vecinos del sur y volverán a tasas positivas de crecimiento ya en el segundo trimestre de 2012, para cuando también se espera una moderación en el ritmo de subida de los precios. La suma de la economía de los países del euro registrará a su vez, según Goldman Sachs, dos trimestres en rojo, con sendos descensos del 0,1% en este periodo.
En el caso de España, hay que señalar que también la contracción de las economías clientes de la nuestra (Alemania, Francia y Holanda) han supuesto el final de la única variable que estaba tirando de nuestro “pobre crecimiento”: las exportaciones. El gran esfuerzo realizado por muchas empresas españolas para vender en el exterior, se ve así frustrado por la contracción de las economías citadas. Sobran comentarios para ilustrar la gravedad de la situación.
En contraste, el Gobierno no dispone apenas de capacidad de maniobra. Ninguna de las políticas convencionales de demanda está disponible. Las de carácter estrictamente monetario dependerán de lo que haga el BCE. Las políticas presupuestarias, aunque formalmente dependientes del Gobierno, hace tiempo que lo único que pueden depararnos son restricciones adicionales de gasto. El BCE o las autoridades alemanas bendicen esa suerte de sacrificios, pero los mercados de bonos ya empiezan a dudar de la rentabilidad del radicalismo fiscal a corto plazo. Los mercados de deuda pública valoran favorablemente esos propósitos de enmienda, pero sin que lleguen al límite de sacrificar las posibilidades de crecimiento económico. Los mercados de acciones tampoco serán favorables: en su comportamiento influyen mucho más las posibilidades de crecimiento de los beneficios de las empresas que cotizan. Lo que ocurrirá sólo si las empresas venden más..
Respecto a los bancos, hay que señalar que la creciente debilidad de la economía está mermando las posibilidades de recuperación del valor de sus activos (créditos a empresas, familias y Administraciones públicas) y, dependiendo en gran medida de ello, la devolución de sus propias deudas a los acreedores en los mercados mayoristas, ya que el acceso a esos mercados no es ahora mucho más fácil que en los peores momentos de la crisis financiera global.
El propio Gobernador del Banco de España, Fernández Ordoñez, ha señalado que lo que lastra las cuentas de las entidades bancarias y genera desconfianza internacional es su inversión inmobiliaria, sobre todo en suelo, al manifestar que "según los cálculos de la Comisión Europea, el BCE y los nuestros, España se recupera moderadamente. Con estas previsiones, y tras la prueba de esfuerzo europea, la banca podría aguantar. Ahora bien, si el mercado continúa cayendo y los activos se deprecian, está claro que hará falta más capital para evitar la insolvencia de los bancos. Hay colchón, pero la crisis no se ha acabado y sigue siendo muy dura". Incluso llegó a decir que la ley permite que el Banco de España llegue a "nuevas intervenciones" además de las habidas con la nacionalización (con 4.751 millones de euros) de tres cajas de ahorro. La crisis no se puede dar por cerrada.

MERCADOS:

Las Bolsas han acumulado importantes caídas en Europa y en Estados Unidos. Pesan el parón del crecimiento en los países avanzados, el temor a una suspensión de pagos en Grecia y las dudas sobre el impacto de la crisis de la deuda en la banca europea.
La Bolsa española en lo que va de año ha caído un 18,8%, y casi un 50% desde sus máximos históricos de noviembre de 2007. Este desplome supone que en cuatro años la capitalización conjunta de las empresas del Ibex 35 se ha visto reducida en 226.347 millones de euros. Y cuanto menor es el valor de mercado de una compañía, más expuesta la deja a una posible oferta (OPA) no deseada.
El ritmo de pérdida de valor bursátil es mayor al recorte de los beneficios empresariales en la mayoría de los casos. La consecuencia de esta asimetría es que el potencial de las compañías se puede comprar a precios mucho más baratos que antes de la crisis. El PER es un ratio que pone en relación la capitalización de una sociedad con sus beneficios. En la última década los grupos cotizados españoles han cotizado a una media de 12 veces sus beneficios, mientras que actualmente el PER del mercado está por debajo de las ocho veces. Otro dato que atestigua la acumulación de auténticas “gangas” es que más de la mitad de los valores del Ibex 35 cotiza actualmente por debajo de su valor contable o valor en libros.
Respecto al mercado inmobiliario, durante el segundo semestre del año la pérdida del valor de las casas se aceleró, sobre todo lastrada por los descensos de precios de la vivienda de segunda mano. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en ese periodo descendieron el 6,8% respecto al mismo trimestre del año anterior. El precio de las viviendas no experimentaba una caída similar desde 2009, que fue, con diferencia, el peor año para el sector. Hasta junio, los precios cayeron en todas las comunidades autónomas, y solo en las islas Baleares lo hicieron por debajo del 5%.
La subida de dos puntos del IVA de julio de 2010, y el fin de las desgravaciones fiscales por la adquisición de vivienda para rentas superiores a los 24.000 euros anuales, en vigor desde el pasado mes de enero, contuvieron la caída de los precios que auguraban los servicios de grandes bancos y consultoras internacionales, y los del FMI o la OCDE. Todos ellos apuntaban que el valor de los pisos en España debía bajar entre el 30% y el 40% en relación a su máximo histórico de finales de 2007. Los datos de los organismos españoles indican, de momento, bajadas inferiores. Según el Ministerio de Fomento, desde el fin del boom inmobiliario los precios han caído el 16,6%, mientras que firmas de tasación como Tinsa elevan ese derrumbe hasta el 22,3%.
De cualquier modo, todos los indicadores coinciden en que esa bajada se ha acentuado durante el primer semestre del año. El descenso ha sido especialmente duro en las viviendas usadas, cuyo precio retrocedió entre abril y junio el 8,3%, la mayor disminución interanual desde el tercer trimestre de 2009. Las casas de obra nueva también perdieron valor con mayor intensidad y se dejaron el 5,2%.
Por otro lado, según datos de la patronal de fabricantes (Anfac) y distribuidores (Ganvam), las matriculaciones de automóviles se situaron en 55.572 unidades el pasado septiembre, con un descenso del 1,3% respecto al mismo mes de 2010. Se trata del peor mes de septiembre de los últimos 15 años, y se sitúan las ventas en el nivel de 1993.
El mercado automovilístico español acumula 14 retrocesos en los últimos 15 meses y solo en agosto pasado, con un crecimiento del 5,9%, interrumpió la tendencia de continuas caídas.
En los meses de verano (julio, agosto y septiembre) se han vendido 181.709 unidades, lo que supone el peor verano desde el año 1989 cuando arranca la serie estadística de la patronal. En los nueve primeros meses del año, las ventas de turismos y todoterrenos totalizaron 623.926 unidades, lo que se traduce en una caída del 20,7% en comparación con el mismo periodo del ejercicio precedente.

EMPRESAS:

Según el escrito de la administración concursal de petición de embargo de los bienes de los Ruiz-Mateos, el grupo Dhul tardaría más de 142 años en pagar su pasivo ordinario de 712 millones de euros, y hasta 76 en caso de aplicar una quita del 50% de las deudas. Para los administradores, la crítica situación patrimonial de la sociedad hace muy probable que la compañía tenga que liquidarse.
El documento considera que la capacidad de pago del grupo empresarial es "claramente insuficiente", y describe las irregularidades cometidas por la familia Ruiz-Mateos, entre las que cita salidas netas de la caja de la compañía de 7,3 millones de euros en 2010 (83 millones de euros contando otros ejercicios). El principal destino de los fondos era la sociedad Bardajera, de la familia Ruiz-Mateos, que aparentemente funcionaba como “caja única”.
Además, el grupo Dhul garantizó deudas de otras empresas de Nueva Rumasa que representaban más de tres veces todo su activo, sus ventas en un periodo de entre 10 y 12 años y el beneficio de explotación de cientos de años, facturando 17,73 millones de euros entre 2006 y 2009 de ventas ficticias a sociedades del grupo.
Tras estudiar el informe, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada decretó el embargo preventivo de bienes por valor de 618,26 millones de euros a los Ruiz-Mateos para cubrir el déficit patrimonial total del Grupo Dhul, ante los "visos reales" de calificación de concurso culpable.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA SITUACIÓN ECONÓMICA A SEPTIEMBRE 2011: la incertidumbre y desconfianza en niveles máximos

En las economías de Estados Unidos y de la zona euro se han agudizado, aún más si cabe, la incertidumbre y los riesgos sobre el crecimiento económico a corto y a medio plazo. Es apreciable el estancamiento que podría costar la pérdida de más millones de puestos de trabajo, proyectando un modelo de crisis similar al de la Gran Depresión.

GLOBAL:

Nadie tira del carro. Japón lleva dos décadas pérdidas y ha tenido que intervenir en el mercado de divisas para depreciar el Yen tratando de favorecer a sus exportaciones. Incluso China e India, que han permanecido hasta ahora inmunes, han comenzado a notar el impacto de la crisis de la deuda de los países desarrollados, que han disminuido el consumo de productos importados.
Existe una enorme debilidad del consumo en Europa y en Estados Unidos, y son pésimas las noticias para las empresas, ya que el sector privado está prácticamente estancado debido a la ralentización industrial en Alemania y Francia (el índice Ifo de confianza empresarial en Alemania ha caído bruscamente).
Otros inequívocos síntomas de recaída en la crisis, son la bajada del precio del petróleo motivada por la menor demanda, y las fuertes caídas en los mercados de valores.
La locomotora alemana muestra síntomas de flaqueza, ya que en el segundo trimestre registró un débil crecimiento en su PIB del 0,1%. En la misma línea, la producción manufacturera cayó en agosto en todos los países de la eurozona por primera vez en dos años, y los nuevos pedidos para exportaciones registraron un retroceso por segundo mes consecutivo.
Las turbulencias financieras sufridas este verano y la extrema volatilidad de los mercados bursátiles se mantendrán, y las expectativas para los meses próximos no son nada halagüeñas.
Lo peor es que no hay, como en el año 2008, posibilidad de estímulos fiscales para fomentar la actividad. Es más, la eurozona está embarcada en una carrera de recortes en el gasto público para tratar de solventar la crisis de la deuda soberana.
Hace ya tiempo que la política monetaria se ha quedado sin munición, en un contexto de falta de liquidez y de tensión interbancaria similares a los del comienzo de la crisis.
Si añadimos el grave problema del desempleo, está claro que la prioridad de los dirigentes debería ser el crecimiento económico. En contraste, parecen más ocupados en responder, de forma titubeante y con poco éxito a la vista de los resultados, a los dictados de los mercados.
En el foro de los grandes actores de las finanzas, reunidos en Jackson Hole, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, señalo que los bancos europeos necesitan de una " urgente recapitalización sustancial obligatoria a través de los canales privados, si es posible”. Añadiendo, respecto a Europa, que “si bien la consolidación fiscal sigue siendo imprescindible, las políticas económicas deben apoyar el crecimiento”.
Respecto a Estados Unidos, Lagarde señalo que “el equilibrio debe ser justo entre reducir la deuda pública y respaldar la recuperación, sobre todo confrontando seriamente el desempleo a largo plazo”.

ESTADOS UNIDOS:

La economía de Estados Unidos se encuentra en una fase de crecimiento anémico. Se ha “parado en seco”: en el primer trimestre, en tasa anualizada, creció tan sólo un 0,4%, y en el segundo, según lo adelantado, creció un exiguo 1,3%, cuando en realidad se necesita un crecimiento en su producto del 5%, para que mejoren el empleo y su déficit público.
Existen, nada menos, que 25,1 millones de parados, que originan un importante recorte del consumo privado contrayendo a la demanda interna del país. Los precios de la vivienda, situados en niveles del año 2002, no cesan de caer tras cuatro años de desplomes. Según la Reserva Federal, el valor de las propiedades inmobiliarias de las familias ha caído desde 13,5 billones de dólares en 2006, a 5,3 billones en 2009.
Superado el espectáculo político entre republicanos y demócratas, se consiguió elevar el techo de endeudamiento, pero por primera vez en la historia, Estados Unidos vio rebajada la calificación de su deuda por la Agencia Standard & Poor's, lo que provocó una tremenda sacudida en la economía mundial.
Por su parte, el principal prestamista, China, respondió calificando a Estados Unidos de “país adicto a la deuda”, pidiendo al Gobierno de Washington determinadas garantías que difícilmente puede darle, por lo que ha surgido un nuevo riesgo: que el fondo soberano chino reduzca sus adquisiciones de deuda en dólares, agravando los problemas de financiación que padece la economía mundial y repercutiendo en el crecimiento y la creación de empleo.
Por otro lado, se ha sabido que la Reserva Federal norteamericana está controlando de cerca a las filiales en Estados Unidos de los grandes bancos europeos, por temor a que la crisis de la deuda llegue a afectar a Norteamérica.
La preocupación principal de la Reserva Federal es que la crisis de la deuda en la zona euro imponga una carga sobre esos bancos, algo que podría provocar futuras dificultades para financiar préstamos. Y es que la Reserva Federal ha detectado diversos síntomas de debilidad en los bancos, sobre todo en la parte europea, aunque "esos problemas aun no se acercan a la severidad de crisis pasadas", según han señalado diversos analistas.
La desaceleración económica ha obligado a la Casa Blanca a rebajar de manera notable sus previsiones de crecimiento para este año y el siguiente, ya que la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, prevé que la economía estadounidense crezca a un ritmo del 1,7% en 2011 y del 2,6% en 2012. Se trata de un notable recorte en sus previsiones, ya que en febrero estimaba que el crecimiento de su PIB fuese del 2,7% y 3,5% respectivamente.
En relación al déficit público federal hay que señalar que se ha reducido en este año a 1,3 billones de dólares (8,8% del PIB), frente a los 1,65 billones estimados previamente. Para el año 2012 se espera que se aproxime a una cifra equivalente al 6,1% del Producto Interior Bruto estadounidense.
Por otro lado, la Agencia Federal de la Vivienda ha presentado una demanda multimillonaria masiva contra la banca por negligencia. En total, son 17 entidades las demandadas.
Se trata de una acción legal por la vía civil muy similar a la que en julio lanzó contra el grupo suizo UBS, en la que le reclama 900 millones de dólares (633 millones de euros). Ya avisó en aquel momento el regulador que seguirían demandas contra otros bancos.
Se considera que los bancos faltaron a su obligación de comprobar la calidad de los activos que colocaban en el mercado y fallaron al ver que los hipotecados estaban aportando pruebas falsas o exagerando sus ingresos para hacerse con los préstamos.
Quizás sea la única vía por la que el regulador trata de exigir responsabilidades a Wall Street por los excesos durante los años del boom inmobiliario, buscando un cierto reembolso al contribuyente para limitar las pérdidas con la depreciación de esos activos.

CHINA:

El primer ministro chino, Wen Jiabao, hizo un llamamiento a los países afectados por la crisis de la deuda para que adopten "políticas fiscales y monetarias concretas y responsables".
La economía china creció un 9,5% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año pasado, lo que supone tan solo una ligera desaceleración frente al 9,7% del primer trimestre. En 2010 subió un 10,3%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo en junio que China crecerá un 9,6% este año.
La producción industrial ralentizó ligeramente su crecimiento al 14%, frente al 15,1% en junio, y la inflación alcanzó el 6,5% en julio (el valor más alto desde junio de 2008). Según Wen Jiabao, por ahora, la economía de China mantiene un buen ritmo de crecimiento, advirtiendo la necesidad de mantener alta la guardia ante los riesgos en alza de unos mercados tensos y las oscuras perspectivas económicas mundiales.
La balanza comercial china registró un superávit de 31.480 millones de dólares en julio, gracias a un aumento del 20,4% de las exportaciones, que llegaron a 175.130 millones de dólares, mientras las importaciones subieron un 22,9%.
Ahora bien, muchos analistas opinan que la falta de confianza de los consumidores en Estados Unidos y Europa disminuyendo sus importaciones, acabará afectando a China en los próximos meses.

EUROPA:

Si bien los casos no son parecidos, Francia e Italia, han entrado en la batalla de los ajustes presupuestarios tratando de conseguir estabilizar a sus déficits y, además en el caso de Italia además, como respuesta al fuerte aumento de su prima de riesgo.
Francia, con nada menos que una tasa de endeudamiento equivalente al 84% del PIB, y a pesar de que su economía ha sufrido una importante desaceleración en el segundo trimestre, ha adoptado un conjunto de medidas para cumplir el objetivo de déficit,
Italia, cuya economía no ha crecido prácticamente durante los últimos 10 años y una deuda que supera el 120% del PIB, ha aprobado un ajuste presupuestario adicional al de julio de este año de más de 45.000 millones de euros, incluyendo una subida fiscal para las rentas más altas, la supresión de Ayuntamientos y provincias, junto a recortes adicionales del gasto ministerial.
El programa de ajuste anunciado por Portugal (espectacular subida del IVA, que supone una retirada importante de rentas privadas), el adicional de España, y los que sufren Irlanda y Grecia, dibujan un escenario casi común, en el que aproximadamente el 50% del presupuesto europeo está sometido a importantes restricciones de gasto.
La causa inmediata es que no es posible aplicar políticas fiscales de estimulo a la demanda –ni disminución de impuestos, ni aumento de los gastos públicos- lo que hace aún más difícil la necesaria recuperación del consumo.
Los ajustes presupuestarios y de rentas precisos para mantener la estabilidad monetaria en la región del euro, pueden originar una recaída de Europa en un nuevo ciclo contractivo. Y es que pese al sufrimiento de los recortes, las deudas soberanas no descienden a corto plazo y la tasa de ahorro no aumenta al ritmo suficiente para financiar los gastos nacionales.
Surge, por tanto, una fuerte contradicción en las políticas aplicadas: una política fiscal contractiva fortísima con muy bajos tipos de interés, unida a la incapacidad de conseguir que los créditos bancarios fluyan normalmente como es indispensable en el grave contexto actual.
Son necesarias respuestas urgentes: quizá la reforma de los mercados y más unidad fiscal. A la vista de los resultados, en prácticamente todo el territorio europeo, las medidas adoptadas hasta ahora no parecen rendir los esperados efectos.
Los ataques de los mercados durante el pasado mes de agosto a España e Italia llevaron al euro a una auténtica situación límite, por lo que Francia y Alemania trataron de construir barreras de contención, reforzando las bases de la eurozona por los flancos más débiles, la gobernanza económica y la austeridad fiscal.
Nicolas Sarkozy y Angela Merkel declararon su intención de crear "un verdadero Gobierno económico europeo" que "devuelva la confianza a los mercados" y que suponga "una nueva fase de colaboración en la eurozona". "El euro sigue siendo nuestro futuro, es el fundamento de nuestra prosperidad", señaló el mandatario francés.
Acordaron crear un Consejo Europeo integrado por los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 países miembros de la eurozona, que se reunirá al menos dos veces por año y más si necesario.
Especial mención merece el acuerdo de establecer la denominada, en la teoría económica clásica, "regla de oro" del equilibrio presupuestario. Conlleva que las Constituciones de cada país incluyan un compromiso de disciplina fiscal, al estilo del que figura en la norma alemana. Merkel remachó que se trata de poner "un freno a la deuda". A juicio de los dirigentes, la iniciativa lanzaría un mensaje fuerte a los mercados de la voluntad de las economías de sanear el estado de sus finanzas. Para esto también los líderes europeos proponen un calendario claro, dado que esperan que los 17 países de la zona lo adopten antes del verano del año que viene.
La ley fundamental germana limita al 0,35% del PIB el déficit del Gobierno federal en 2015 y lo prohíbe para los Gobiernos regionales (länder) a partir de 2019. En Francia, Sarkozy quiere presentar la medida para su votación en otoño en su propio Parlamento, en el que la oposición socialista ya ha avisado de sus reticencias.
Además, Alemania y Francia van a trabajar juntos para establecer un impuesto sobre las transacciones financieras que será presentado al resto de los socios europeos durante el mes de septiembre. Se trata para Merkel de "una necesidad evidente", pero a la que algunos países, como el Reino Unido, son reticentes. Aunque no dieron más detalles, el impuesto emularía a la denominada tasa Tobin. La idea ha rondado en todas las cumbres europeas sin que hasta la fecha nadie haya sido capaz de concretarla. La suma conseguida podría ser destinada a algún tipo de fondo europeo de ayuda.
Además, Francia y Alemania pactaron reforzar su propio gobierno económico con dos medidas. La primera consistirá en una armonización del impuesto de sociedades de los dos países (el 33,3% en el caso de Francia y el 29,41% en el de Alemania), decisión que se tomará en un consejo conjunto a principios de 2012. La segunda es el compromiso a coordinar y establecer políticas presupuestarias comunes previas a la aprobación de sus cuentas en los respectivos Parlamentos.
Pese a las reticencias de algunos políticos alemanes, no queda totalmente descartada la emisión de eurobonos para financiar los déficits públicos.
Francia no pedirá a los ricos un gran esfuerzo. Se decantará por aplicar un gravamen excepcional del 3% a los ingresos procedentes del trabajo y de las rentas del capital que superen los 500.000 euros anuales, y lo hará por un plazo de tiempo limitado, hasta que el déficit público se limite al 3% del Producto Interior Bruto (previsto para el año 2013). Esta contribución supondrá un importe estimado de 200 millones de euros en el año 2012.
Igualmente, se eleva el impuesto sobre las ganancias del capital desde el 12,3% al 13,5% y se sube el precio del tabaco en un 6%, entre otras actuaciones de emergencia.
Ahora bien, existe un problema de solvencia de varios de los mayores bancos de la eurozona, en los que el “agujero” de la banca gala está poniendo en peligro al fondo de rescate europeo, como consecuencia de que los bancos franceses tienen comprometidos 37.000 millones en Deuda griega. Con los títulos bancarios “cayendo a plomo”, marcada por el pánico y la inefectividad de los gobiernos y reguladores para frenar la espiral bajista en las Bolsas.
Si bien las tres grandes agencias de calificación de riesgos, por ahora, no se plantean bajar la calificación de la deuda francesa, también se ha visto sometida al castigo de los mercados. La razón, para muchos analistas, es que se trata del país de la eurozona con mayor volumen de deuda pública con respecto al PIB, aunque tiene todavía la máxima calificación de las agencias (triple AAA). Francia es un país vulnerable, sobre todo si empeora aún más la economía griega.
Realmente, la situación se plantea en forma extremadamente delicada en los próximos meses: la crisis de la deuda soberana puede estar provocando otra crisis financiera que provocará a su vez otra gran recesión, dando lugar a más crisis de deuda soberana, lo que supondría el fin del área euro.
Hemos asistido durante el pasado mes de agosto a un episodio más en la crisis de la deuda europea (no será el último), agravado por la falta de reflejos y decisión del BCE a la hora de intervenir en los mercados, ahuyentar a los especuladores y calmar a los asustados inversores.
El ataque fue muy grave, ya que afectó a dos grandes economías de la región del euro (Italia y España), cuya deuda a 10 años llegó a pagar diferenciales respecto a la alemana de más de cuatrocientos puntos básicos. La tormenta amainó relativamente, tras la intervención comprando títulos el Banco Central Europeo, y aún en estos momentos dichos diferenciales se sitúan muy por encima de los 300 puntos (un nivel insoportable para estas economías a medio plazo).

ESPAÑA:

La situación de la economía de nuestro país es muy compleja, y puede agravarse durante los próximos meses. Según algunos cálculos, las facturas impagadas de las Administraciones se han multiplicado por cuatro desde el estallido de la crisis, hasta superar los 50.000 millones. La cifra supone alrededor del 5% del PIB y, unida al desplome de los ingresos y la sequía del crédito, se ha convertido en la pesadilla más cruel para los 3,2 millones de empresas españolas, de las que un 99% son pymes. En marzo de 2009 los impagos a proveedores sumaban 12.300 millones, según el sindicato de inspectores de Hacienda Gestha.
El retraso en los pagos afecta con contundencia a los empresarios de obra civil (15.050 millones de euros de deuda) y a los trabajadores autónomos (14.983 millones de euros). La industria del medicamento (5.450 millones de euros), las empresas de recogida de basura (4.000 millones) y las de limpieza (1.000 millones) están acusando a los Gobiernos de las distintas Administraciones de financiarse a su costa.
Al record de la prima de riesgo española superior a los 400 puntos, alcanzado durante el mes de agosto, hay que unir que el Gobierno ya ha admitido que el crecimiento durante este año será menor. El Ejecutivo reconoce que no será posible el crecimiento de nuestra economía del 1,3% que se había marcado como objetivo este año.
Los datos del segundo trimestre, con el desplome de la inversión y la contención del gasto doméstico, no le han dejado otra opción. El Banco de España ya pronosticó hace meses que el crecimiento del PIB como mucho será del 0,8%.
Los datos publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) también han arrojado un jarro de agua fría sobre las expectativas. El PIB aumentó un exiguo 0,2% en el segundo trimestre respecto al primero, dos décimas menos que en el periodo de enero a marzo. El avance respecto al año anterior es del 0,7%, lo que también supone una desaceleración de dos décimas.
El frenazo ha sido aún mayor de lo esperado. Las administraciones públicas siguen con el cinturón apretado, y al retroceso de la construcción y de la inversión en bienes de equipo se sumó la marcha atrás en el consumo de los hogares. El gasto doméstico, aunque creció el 0,6% en el segundo trimestre con relación a los primeros meses del año, se redujo de abril a junio un 0,2% respecto al mismo periodo de 2010, algo que no sucedía desde hace año y medio, en plena recesión.
A principios de septiembre, el Congreso de los diputados con el exclusivo apoyo de los dos grandes partidos (PSOE y PP), decidió de forma apresurada la reforma de la Constitución española para introducir la prohibición de los déficits públicos.
El Gobierno y el Partido Popular trataron de justificar la reforma por la necesidad de incrementar la confianza en la economía española. Existe unanimidad en que se trata de una justificación para “salir del paso”, ya que se trata de una medida que no entrará en vigor hasta el año 2020, y que además depende para su concreción de lo que establezca una ley orgánica.
Claramente, la reforma no es una respuesta a los mercados, sino a los dos miembros de la eurozona que han sido más reticentes a la compra de deuda española e italiana por parte del Banco Central Europeo, y que también se han mostrado más reacios a la imprescindible creación de los eurobonos (Francia y Alemania).
Sin embargo, los mercados no se dieron por enterados: la Bolsa española lideró las pérdidas en Europa, con una caída del 1,4%, y la prima de riesgo de los bonos españoles aumentó. La desconfianza se mantiene pese a la reforma.
Por otro lado, Agosto fue otro mal mes para el mercado laboral. Según el registro de los Servicios Públicos de Empleo, el paro aumentó en 51.185 personas respecto al mes anterior (un 1,25% más). Se quiebra así una racha de cuatro meses consecutivos con recortes en el número de parados, una tendencia que ya había perdido fuelle en julio.
El incremento del paro registrado, como viene ocurriendo desde mediados de 2009, es menor que el del año pasado (algo más de 61.000 parados en agosto), pero la diferencia es ya muy escasa. El Ministerio de Trabajo destacó que es el mejor dato en este mes desde 2006, pero hasta entonces lo habitual era que el desempleo aumentara, por el final anticipado de contratos relacionados con la temporada turística, entre 20.000 y 30.000 personas respecto a julio.
En agosto, el paro creció sobre todo en el sector servicios, en 37.707 personas (1,59%), seguido de la construcción, en 10.392 (1,44%), y la industria, con 9.421 (2 %), aunque bajó entre el colectivo sin empleo anterior en 3.868 (-1,06%) y en la agricultura, en 2.467 (-1,75%). Solo Navarra, La Rioja y Canarias esquivaron el aumento del paro registrado, mientras que Cataluña, Murcia y Extremadura encabezaron las subidas, con incrementos superiores al 2% respecto a julio.
Tras el alza del mes pasado, el número de parados registrados se eleva a 4.130927 personas. Como se sabe, este registro, basado en el número de personas que dicen buscar trabajo en los registros de los Servicios Públicos de Empleo, es diferente al que realiza el Instituto Nacional de Estadística, que situó el desempleo en 4,8 millones de personas entre abril y junio. El INE hace sus estimaciones a partir de una Encuesta de Población Activa (EPA), que los expertos suelen preferir para tomar el pulso al mercado laboral.
En la comparación interanual, el aumento del paro registrado sigue por encima del 4%, cuando en el primer tercio del año esa tasa había disminuido al 3%.
Lo inesperado fue el hecho de que el número de afiliaciones cayó (136.834 ocupados menos), como también es normal en agosto. Pero lo que ya no es tan corriente durante la crisis económica es que el descenso en las afiliaciones sea mayor que en el mismo mes del año anterior.

MERCADOS:

En el momento de redactar este análisis, los mercados europeos se han desplomado ante el temor a una nueva recesión a ambos lados del Atlántico, dando lugar a un nuevo "lunes negro", donde el Ibex sufrió la tercera mayor caída del año.
Las Bolsas, han sufrido fuertes caídas por el miedo al nuevo escenario que se avecina de Gran Recesión. Los bancos se hundieron en la Bolsa, los bonos italianos recibieron un duro castigo por undécima jornada consecutiva, pero sobre todo la deuda de Grecia señala ya inequívocamente el camino de la suspensión de pagos. El bono griego a dos años ha llegado a pagar en algunos momentos tipos de interés del 50%, señalando que la probabilidad de quiebra es exageradamente elevada: los mercados se cobran en intereses el capital que quizá ya no recuperen.
Existe un doble desafío: la amenaza de recaída en la economía global que va calando, especialmente en Europa y Estados Unidos; y la grave circunstancia de crisis fiscal europea cada vez más patente, con dos boquetes abiertos en Grecia e Italia (y a su rebufo, España) que contrastan con la proverbial inacción de los líderes europeos, incapaces de hacer valer el acuerdo alcanzado en julio para rescatar a Atenas.
Realmente, la incertidumbre es enorme. La Bolsa española ha sufrido importantes caídas, y en todos los parqués europeos ha ocurrido lo mismo, arrastrados por los bancos.
Las primas de riesgo de los periféricos (el sobrecoste que pagan los países que despiertan más dudas) se fueron otra vez por las nubes. La prima de riesgo italiana escaló hasta los 371 puntos, y la española hasta los 341 puntos. El miedo se ha llevado el dinero a otros sitios: los intereses de la deuda a 10 años de Alemania y Estados Unidos (los bonos a los que acuden los inversores en tiempos de desasosiego) cayeron en ambos casos por debajo del 2% por primera vez. Se trata de un listón que para los analistas da muestras de la creciente probabilidad de recaída en la recesión.
El oro, el dólar y el franco suizo (valores refugio por antonomasia) volvieron a subir ante esa búsqueda de seguridad por parte de los inversores.

EMPRESAS:

A consecuencia de la crisis, los beneficios de las empresas han caído, y sin embargo no se han visto afectados los bolsillos de los encargados de dirigirlas.
De enero a junio de este año las empresas del Ibex 35 ganaron 19.970 millones de euros. Esta cantidad supone una caída del 6,13% respecto a los beneficios obtenidos en el mismo periodo del año anterior
En este contexto, los consejeros y miembros de la alta dirección han visto incrementarse de forma notable sus honorarios. En el caso de los componentes de los consejos de administración de los grupos del Ibex la retribución agregada en el primer semestre de 2011 sumó 120,6 millones de euros, cifra que equivale a un incremento del 13,7% sobre 2010. Por lo que se refiere a los directivos, estos se embolsaron 151,5 millones, un 14% más.