lunes, 13 de febrero de 2012

LA REFORMA LABORAL, ¿UNA MEDIDA ÚTIL PARA QUIÉN?

Reiteradamente se ha afirmado por la CEOE, pretendidos y sesudos analistas, expertos y coros mediáticos, la necesidad de la reforma laboral que desaforadamente este Gobierno ha acometido.

Estaré equivocado, pero me gustaría hacer algunas reflexiones y aclaraciones al respecto:

Se dice que la causa del fuerte desempleo en España son las rigideces del mercado laboral y no es así. Se olvida que nuestro desempleo tiene un fuerte componente estructural consecuencia de las características diferenciadoras de nuestro modelo económico. Muchas de ellas arrancan del desarrollo tremendamente tardío, respecto a los países de nuestro entorno (años sesenta del siglo pasado), dónde se destruyó, en términos relativos, más empleo del que se creó. Gran parte del excedente fue absorbido por la emigración a Europa.

Posteriormente, el fuerte boom del turismo y, sobre todo de la construcción (ambos sectores intensivos en mano de obra), junto al desarrollo industrial experimentado, permitieron absorber parte del excedente.

La pérdida de tejido industrial en España, (en parte propiciada por la Política Industrial de la hoy Unión Europea y que, a diferencia de la política agrícola, prohíbe toda medida de apoyo e intervencionismo gubernamental), unida a la existencia de Gobiernos que han sido incapaces de buscar un nuevo modelo de desarrollo económico, propiciando tecnologías y sectores de futuro, son factores explicativos.

Por si fuera poco, hay que añadir a todo lo anterior, muchos años de auténtico descuido y falta de atención a la economía real. A nivel general, casi todos, los países desarrollados (curiosamente con la salvedad de Alemania) volcaron todas sus expectativas y esfuerzos en la economía financiera (sobre todo en la especulativa).

Se trata de operaciones que han permitido grandes transferencias de capital con movimientos puramente contables, sin reflejo o impulso sobre el crecimiento real de la producción económica. La especulación no aporta valor añadido económico (producción económica): si lo hacen las sociedades que la gestionan, pero nunca la especulación en sí misma.

Finalmente, no hay que olvidar que la Gran Recesión que sufrimos obedece, entre otras, fundamentalmente a dos causas:

a)El reventón del sistema financiero a consecuencia de los excesos cometidos, y que aún lejos de su resolución en el caso de las entidades de crédito españolas, motiva la no existencia de la financiación precisa.

b)Y una importante insuficiencia de demanda: continua caída del consumo privado e inexistencia de la inversión privada, acrecentados por la excesiva austeridad, y consiguiente contención de esos mismos componentes a nivel del Gasto Público.

Sin negar la necesidad de determinadas reformas en el mercado laboral –muy distantes de las decididas por el Gobierno- las medidas de fuertes rebajas en las indemnizaciones por despido y salarios, van en dirección contraria a los remedios que se precisan para salir de la crisis: generan mayor desconfianza y miedo en los ciudadanos y, por tanto, van a retraer aún más el consumo de las familias.

Pienso que cualquier español estaría dispuesto a sacrificarse si las medidas fueran a eliminar, o al menos paliar el fuerte desempleo y los graves problemas que padecen muchas familias.

Por otro lado, estoy convencido de la necesidad de apoyar al empresario – al auténtico empresario- que asumiendo riesgos y desvelos constituye el principal motor del crecimiento, generación de puestos de trabajo y riqueza en las economías de mercado.

Aunque también existe una parte de ese empresario, o un sector de sus “voceros” que llevan años reclamando una tras otra… las sucesivas reformas en el mercado de trabajo. Quizá esta, aunque se aproxime exageradamente a sus pretensiones, tampoco sea la definitiva para sus exigencias futuras.

Pues bien, la reforma emprendida no supone necesariamente un mayor empleo o demanda de fuerza de trabajo en el mercado. Sólo sirve para quitar a los trabajadores una serie de logros históricos que permitían una mayor estabilidad y sosiego social y económico.

Contablemente, es extremadamente sencillo argumentar caídas en los ingresos o en las ventas, y que decir en las propias expectativas que formule la empresa. Que el mero hecho de argumentar 3 trimestres de esas circunstancias, faculte a las empresas a reducir los salarios que paguen a sus trabajadores, con la amenaza, por si fuera poco, de que lo aceptan o serán despedidos con 20 días de indemnización, es de una gravedad tal, que hasta resulta difícil aún de creer.

La posibilidad de acogerse a un ERE, para un despido colectivo sin autorización previa, deja en las exclusivas manos de una parte –los empresarios- las condiciones de existencia de muchas familias. Se está olvidando, que el mercado de trabajo es asimétrico, entre otras razones, debido a que la mayoría de trabajadores sólo dispone de su fuerza de trabajo para vivir, lo que no ocurre con muchos empresarios.

Que se contrate por un año como máximo, sin derecho de indemnización alguna, va a motivar una rotación en el mercado de trabajo aún mayor a la ya sufrida.

Por último, señalar que no entiendo que haya personas que, teóricamente, tienen una formación y supongo sensibilidad, que acometan estas medidas tan tranquilamente…, e incluso que las defiendan como un logro y mejora para los trabajadores... Concediéndoles la “buena fe”, habría que tacharles de demagogos o, quizá, ignorantes.

Por favor, señores, ¿piensan que los ciudadanos son tontos, o hasta dónde llega su ambición de poder e hipocresía?…

lunes, 6 de febrero de 2012

SITUACIÓN ECONÓMICA FEBRERO 2012: ¿será adecuada la reforma bancaria en España?

A modo de resumen, la edición de 2012 del Foro Económico Mundial se cerró en Davos con tres lamentos:
“Lamentamos sinceramente decirles que han vivido por encima de sus posibilidades y van a pasar años de penalidades. Lamentamos sinceramente reconocer que la banca es una de las grandes culpables de esta crisis, pero es intocable porque sin ella todo esto se viene abajo. Lamentamos sinceramente comunicarles que todos los problemas globales se resumen en uno, Europa, y que como las leyes de la economía son despiadadas Europa lo va a pagar caro.”
La Gran Recesión se encamina hacia su quinto año y lo más probable es que ese no sea más que el ecuador de esta amarga travesía, especialmente en el viejo continente.

GLOBAL:

La agudización de la crisis en la región del euro, ha sido una de las causas que han llevado al FMI a rebajar sus previsiones de crecimiento para la economía global. En estos momentos, el organismo estima un crecimiento del 2,5% para 2012, y del 3,1% en 2013 (en otoño pasado anticipó un 3,6% de aumento de la producción). Para la eurozona espera una caída (recesión) del 0,3%, en lugar del crecimiento que anteriormente esperaba del 1,8%.
Por otro lado, el FMI ha declarado que necesita más recursos para atender a las urgentes necesidades financieras de sus socios. Estima que necesitará en estos años próximos, nada menos que, un billón de dólares (cerca de 800.000 millones de euros) por lo que ha propuesto aumentar sus recursos en ese importe. En estos momentos, ya tiene comprometidos 200.000 millones de dólares de los miembros del euro, y como Estados Unidos se ha negado a aumentar su aportación, está buscando otros 300.000 millones entre el resto de países europeos, Japón y emergentes como China, Brasil, Rusia o India.
La cuestión será tratada en la próxima reunión de ministros de Economía del G-20 que se celebrará en México los días 25 y 26 de febrero. Según Christine Lagarde se trata de “un esfuerzo colectivo para contener la crisis de deuda soberana de la zona euro y evitar su propagación e impacto sobre el resto de las economías”.
El organismo dispone en la actualidad de 390.000 millones de dólares para atender las necesidades más urgentes de países como Grecia, Portugal e Irlanda. La propia directora gerente del Fondo, textualmente ha señalado que "explorará las opciones para aumentar su potencia de fuego".
El socio más importante, Estados Unidos, se ha negado a participar: el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ya declarado que está a favor de reforzar la capacidad de respuesta del FMI en la solución de la crisis, pero que en plena campaña electoral, se enfrenta al bloqueo del Congreso ante cualquier iniciativa que suene a rescate de Europa con dinero del contribuyente.

ESTADOS UNIDOS:

Una buena noticia es que el mercado de trabajo estadounidense ha vuelto a crear puestos de trabajo a una velocidad similar a la de la pasada primavera, ya que en enero ha creado 243.000 empleos netos. Se confirma de esta forma, que a pesar de la incertidumbre global el crecimiento económico se mantiene en el arranque de este año 2012.
Su consecuencia, es que la tasa de paro se ha situado en el 8,3%, dos décimas menos que en diciembre (el nivel más bajo en tres años).
La economía de Estados Unidos viene creando empleo desde hace dos años, siendo el sector privado su principal motor. Obama, que se juega en noviembre su porvenir como presidente, ha señalado que “el buen dato certifica que la economía gana tracción”.
Ahora bien, la realidad es que para que el mercado laboral estadounidense vuelva a la situación anterior a la crisis, se deberían crear alrededor de seis millones de empleos. Y existe “otro pero” al estudiar la situación: el llamado “efecto desánimo” que consiste en el abandono de millones de ciudadanos que han dejado de buscar empleo (baja la población activa ya que los que dejan de buscar no lo son) por lo que mejora la tasa de paro (porcentaje de parados respecto a los activos que buscan empleo) por esa razón.
Si a los desanimados o desalentados, y a los 12,8 millones de parados se le suman los empleados que trabajan a tiempo parcial por la situación de su empresa o porque no tienen otra opción mejor, el subempleo se coloca en el 15,1%.
Otro importante problema estructural se debe al llamado “paro de larga duración”, que ya alcanza a 5,5 millones de personas desempleadas.

JAPÓN:

Una señal de las mutaciones vertiginosamente aceleradas que sufre la economía mundial, se encuentra en el hecho de que en el año 2011 Japón compró en el extranjero más de lo que vendió. Registró un déficit comercial equivalente a 2,49 billones de yenes (24.599 millones de euros) por primera vez en 31 años.
Sin duda, las razones de que una de las principales potencias exportadoras haya sufrido ese cambio, hay que buscarlas en el impacto del terremoto en su industria, y en la fortaleza del Yen (está en máximos desde la II Guerra Mundial frente al dólar) lo que, sin duda, debilita a sus exportaciones.
Sus ventas al exterior suponen, nada menos, que el 40% del PIB de su economía, y han caído el año pasado un 2,7% con respecto a 2010.
Por otro lado, la economía nipona se ha visto obligada a incrementar en un 12% sus importaciones de energía, como consecuencia del parón de las centrales nucleares provocado por la catástrofe de Fukushima.
También está detrás del hecho, la caída de la demanda exterior a consecuencia de la crisis en Europa y EE UU, donde sus ventas cayeron un 3,4%. Las papeleras, los fabricantes de tecnología y la industria automovilística fueron los más perjudicados.
Las previsiones para el futuro no son buenas. Las exportaciones seguirán evolucionando a la baja.
Para mayor preocupación, la persistente revalorización del yen en el mercado de divisas, está animando a las grandes compañías niponas a trasladar su producción a otros países: Panasonic ha abierto sucursal en Singapur, y Nissan ha decidido fabricar algunos modelos en Estados Unidos.
En todo caso, no pretendemos alarmar, ya que el déficit comercial apenas supone el 0,50% del PIB japonés, pero el dato está ahí, obligándonos a seguir su evolución.

EUROPA:

El profesor de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini que, cuando casi nadie la veía venir, vaticinó la llegada de la Gran Recesión, con ocasión de la cumbre de Davos, ha advertido de nuevo sobre la posibilidad de una ruptura del euro o de un accidente de un gran banco europeo.
Sin embargo, ha añadido algo más, coincidiendo con el incombustible George Soros en sus ataques a Ángela Merkel: "España y la periferia de Europa entrarán en un círculo vicioso si Alemania sigue imponiendo austeridad". Se refiere a que la austeridad significa recortes. “Se congela la inversión y el gasto público. Las personas se asustan e incrementan su ahorro. Entonces las empresas despiden trabajadores, no invierten, caen los beneficios empresariales. Y con ellos la recaudación de impuestos, y por lo tanto aumenta el déficit, y son necesarios nuevos recortes. Así ad infinitum”.
Lo que piden Soros y Roubini parece bastante lógico: que si unos aplican medidas austeras, otros países estimulen su economía para que los que recortan puedan compensar esos recortes vía exportaciones: "Europa está haciendo exactamente lo que se necesita para entrar en recesión: austeridad en la periferia, pero también en países con más margen de maniobra, como Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Austria”.
Incluso el FMI viene diciendo que si todo el mundo hace eso a la vez, el resultado será una recesión global. Europa debería empezar a meter el crecimiento en su agenda. Pero no hay nada de eso, ya que Alemania no está por la labor.
Roubini ha advertido que “de proseguir por ese camino, en Europa puede irrumpir el malestar social". Preguntado específicamente por España, su diagnóstico ha sido claro: "Hace falta reducir el déficit, pero también hay que crecer. Si toda la periferia de Europa aplica la austeridad, el núcleo debería estimular la economía, y aun con eso el BCE debería actuar como prestamista de último recurso" (se refiere a garante de la solvencia de los bancos: una importante función de cualquier banco central, que el BCE no dispone).
A mediados de enero, la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) decidió una rebaja masiva, nada menos que a nueve países, de las notas de solvencia en plena crisis de la deuda.
La agencia de rating ya había amenazado a consecuencia del atasco de los dirigentes de la Unión Europea para encontrar una solución a los problemas de la moneda única. Esas mismas autoridades europeas la calificaron de "aberrante".
Sin duda, la rebaja más importante es la que separa a Francia de los países con la máxima calificación (AAA). El recorte, que también sufre Austria, viene a hacer más difícil la financiación del Fondo de Rescate diseñado por las autoridades europeas como principal escudo frente a la desconfianza en la solvencia de los países periféricos.
Estos denominados periféricos (denominados así no sólo por su situación geográfica, sino también aludiendo a su importancia decisoria dentro del club), también sufren una nueva rebaja en su calificación: dos grados en el caso de España, Italia, Portugal y Chipre (los dos últimos se unen a Grecia en el nivel de “bono basura”).
Igualmente pierden un grado de solvencia: Malta, Eslovaquia y Eslovenia. Sin embargo, la agencia confirma de nuevo la calificación de cuatro países con la triple A (Alemania, Holanda, Finlandia y Luxemburgo) y de otros tres con nota inferior (Bélgica, Irlanda y Estonia).
La agencia Standard & Poor's considera que las cumbres de la Unión Europa "no ha producido un cambio de la suficiente magnitud y amplitud como para abordar de forma completa los problemas financieros de la Eurozona, y que el acuerdo político no provee suficientes recursos adicionales o flexibilidad operativa para reforzar las operaciones de rescate europeas, o para proporcionar suficiente apoyo a aquellos países de la Eurozona sujetos a las mayores presiones de los mercados".
Otro importante dato, quizá poco aireado, es que la agencia cree que la idea de que las turbulencias financieras se deben sobre todo al "derroche" de los países periféricos es equivocada. En su opinión, "un proceso de reformas basado únicamente en el pilar de la austeridad fiscal tiene el riesgo de provocar su propio fracaso, motivando una caída de la demanda interna asociada a la preocupación creciente de los consumidores por la estabilidad del empleo y la renta disponible, erosionando así los ingresos fiscales nacionales".
España ha perdido la doble A. La calificación de la deuda pasa de AA- a A, una nota que aún es considerada buena, pero que está cinco niveles por debajo de la máxima que España detentó hasta enero de 2009.
Según S&P, la solvencia de España está por detrás de la de Estonia, Eslovenia, la República Checa o Chile y al mismo nivel que Eslovaquia y Polonia. Una situación que no parece justa.
Para España, S&P hace hincapié en que la dependencia de la financiación exterior del sector privado amenaza el crecimiento y puede obstaculizar los esfuerzos del Gobierno para reducir el déficit. La agencia subraya desequilibrios estructurales entre ahorro e inversión, altos niveles de deuda externa a corto plazo, y una carga de amortizaciones concentrada en la primera mitad de 2012.
Además, S&P mantiene la calificación en perspectiva negativa (amenaza de nueva rebaja) si no hay medidas adicionales para reducir el déficit o si la banca necesita más ayudas de capital por parte del sector público.
Las medidas de ajuste adoptadas por el nuevo Gobierno del presidente Rajoy no han sido suficientes para salvar la nota de España, entre otras cosas porque el ajuste, aunque necesario para equilibrar las cuentas, agravará la recesión.
Habitualmente, la rebaja de la calificación de la deuda encarece la financiación, pues los inversores toman esa nota como un indicador de solvencia, sin embargo, los mercados han ido por delante de las agencias de calificación y el recorte se daba ya por seguro en medios financieros. Por eso, aunque la reacción de los mercados al trascender la información fue negativa, tampoco ha sido dramática. La prima de riesgo española se ha relajado, sin duda, debido a los préstamos del BCE a la banca española que han alcanzado niveles récord (las entidades españolas acaparan el 30% del total de la zona euro).
Por otro lado, la economía del Reino Unido se contrajo un 0,2% en el cuarto trimestre de 2011, algo peor que la caída del 0,1% que esperaban los analistas. El dato, que es todavía provisional, deja el crecimiento del conjunto del año pasado en el 0,9%, lejos del 1,7% de 2010. Por lo que es muy posible que la economía inglesa esté ya sufriendo la recesión económica, si bien no es previsible que alcance la gravedad de la del año 2009 (cinco trimestres consecutivos contrajeron el PIB británico un 7,1%).
El mal dato se atribuye a los ajustes del gasto público, que son tildados de demasiado rápidos. El responsable del Tesoro, George Osborne, se ha apoyado en la crisis del euro para explicar la recaída en la recesión, defendiendo la necesidad de mantener el ajuste. Una explicación casi gemela a la que daban los laboristas en 2008 al echar la culpa de la crisis al entorno internacional.
Muchos analistas estiman que el Reino Unido superará con más facilidad la crisis, debido a que el Banco de Inglaterra probablemente incrementará su actual programa de inyección de liquidez a la economía. Una ventaja comparativa, sin embargo, que los británicos llevan ya años utilizando, sin que su uso, ni su autonomía en materia de tipos de interés, les haya reportado mejores resultados que a los grandes países de la vilipendiada por Inglaterra zona euro.
En el caso británico, la caída de un 0,9% de la producción industrial y la contracción de las ventas de gas y electricidad debido a un invierno inusualmente suave, están también entre las explicaciones de la contracción.
La recesión económica ha coincidido con la publicación de que el volumen de Deuda Pública británica superó en diciembre el billón de libras. Se trata de un dato que no ha creado ningún tipo de nervios en él “no siempre vigilante” mercado.
Respecto a Francia, hay que señalar que el número de desempleados continuó aumentando a un ritmo de 1.000 personas diarias, al menos hasta diciembre de 2011. Según los datos oficiales conocidos, el desempleo aumentó durante 2011un 5,6% respecto a 2010.
Se trata de las cifras más altas desde 1999: en la economía francesa se contabilizan actualmente 2.874.500 parados en la Francia continental (casi 4,5 millones si se incluye en el recuento a las regiones de ultramar).
Por lo que respecta a Grecia, el pacto final para su segundo rescate, que implica que los fondos y bancos acreedores asuman pérdidas, no acaba de cerrarse del todo y la presión crece para que el Banco Central Europeo (BCE) participe en ese esfuerzo. El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha reclamado que el BCE (el mayor tenedor de bonos griegos) también renuncie a cobrar una parte.
Igualmente, el consejero delegado del Deutsche Bank (también presidente del Instituto de Finanzas Internacionales, que representa a la banca en las negociaciones), Joseff Ackermann, tras admitir en la presentación de resultados de la entidad que los acreedores privados tendrán que asumir pérdidas reales del 70% de su inversión en deuda griega, lo reclamó: "la solución está cerca y todos deberían contribuir", dijo Ackermann.
Habrá que esperar a las conversaciones con la banca para que asuma la pérdida y, por otra, la exigencia de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el Gobierno de Atenas aplique nuevos ajustes y reformas como condición previa de concederle un segundo paquete de ayudas de entre 130.000 y 145.000 millones. Ambas negociaciones están ligadas.
En concreto, el Gobierno griego y la UE negocian con el sector privado (bancos y compañías de seguros) tenedores de bonos y deuda pública griega un acuerdo por el que estarían dispuestos a asumir una quita (pérdida) del 50% de los 200.000 millones de su inversión en Grecia. "Las negociaciones son muy difíciles" reconoció Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo. La operación se haría mediante un canje o swap de los títulos de deuda por otros nuevos a un vencimiento muchísimo más largo, de hasta 30 años.
La mayor dificultad se encuentra en el tipo de interés de esos nuevos bonos: los acreedores privados exigen al menos un 4% de rendimiento, mientras que la UE presiona para rebajar el tipo hasta el 3% para permitir que el país salga del atolladero. Cuanto más bajo el interés, serán mayores las pérdidas para la banca (por esa razón aunque la quita nominal sea del 50%, se habla de una quita real del 70%).

ESPAÑA:

Al referirnos al mayor problema de la economía española -su sistema financiero- señala un gran amigo y experto “que hablan pocos de los que saben, y opinan muchos que no saben”. Y es cierto, ya que pocos y escasamente críticos, han sido los análisis que han aparecido sobre la necesaria reforma financiera que ha acometido el Gobierno.
De un lado, se han utilizado en su diseño cifras referidas a la situación a diciembre de 2010; de otro las cifras son claramente insuficientes; y finalmente, no se orientan a prevenir los claros riesgos existentes, sino que apuntan exclusivamente a los ya materializados (se sigue sin atender a las pérdidas por posible deterioro que sufren un importante volumen de activos renegociados o refinanciados).
Consecuencia de ello, es el mantenimiento de las dudas de los inversores internacionales que no se creen los balances bancarios. Esta razón, y no otras de déficit público y otras variables, es la que motiva que la prima de riesgo (el diferencial entre el bono español y el de Alemania) no baje de los 300 puntos.
Mientras siga en esos niveles, la banca española no obtendrá crédito en los mercados, y por tanto no tendrá lugar el imprescindible flujo de recursos financieros a la economía.
Según el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se precisa poner unos 50.000 millones de euros (el doble del beneficio de explotación que obtiene el sector en un año en España). Este dinero puede provenir de los beneficios o del capital. "Desde 2008, el sector ha provisionado 66.000 millones, por lo que esta medida supone hacer en un año lo mismo que en los tres últimos", según ha comentado el ministro. "Es el proceso de saneamiento más intenso de la UE, pero es asumible por el sector", dijo.
Los activos inmobiliarios y créditos al sector promotor de la banca ascendían a 323.000 millones a 30 de junio de 2011, de los que 175.000 son potencialmente problemáticos. De ellos, 88.000 millones están en suelo y promociones y 87.000 millones en promociones terminadas y viviendas adjudicadas.
Pese a la confianza de Guindos en que está al alcance de las entidades, algunas arrastran años de crisis y sus exiguos beneficios no les permitirán cumplir lo pedido en un solo año. Estas deberán buscar una fusión y pedir ayudas al Estado. El instrumento que utilizará el Gobierno es antiguo. Ha reactivado el fondo de rescate (FROB) de 2009, que tanto criticó cuando lo creó el Ejecutivo anterior. La ayuda llegará a través de unos activos de renta fija (bonos convertibles contingentes) que se pueden convertir en acciones si la entidad entra en pérdidas o su nivel de capital es insuficiente. Las que sean ayudadas pagarán un tipo de interés de mercado, cercano al 8%. El Gobierno reforzará el capital del FROB desde los 9.000 millones hasta los 15.000 millones mediante una emisión de deuda.
Para que una fusión sea válida tendrá que elevar su tamaño en un 10% (en casos excepcionales) o un 20%. Las entidades fusionadas tendrán que someter su plan de negocio y los sueldos de los ejecutivos a la vigilancia del Gobierno y del Banco de España. Incluso se comprometerá a mantener, como mínimo, el volumen de crédito. Ahora está cayendo entre un 5% y un 10%, dependiendo de las entidades.
Tras la inyección de 50.000 millones, los créditos en suelo quedarán provisionados en un 80%; las promociones en curso en un 65%, y la promoción terminada y la vivienda, en un 35%. Además, se exigirá una provisión genérica del 7% sobre los créditos a promotores aunque estén al corriente de pago. Para pagar esta factura, las entidades podrán usar las provisiones genéricas, aquellas que no están asignadas a morosos.
¿En qué consiste hacer una provisión? Hasta ahora, los bancos y cajas que han otorgado créditos para la compra de suelo, pisos y las promociones tienen cubiertos los préstamos en un porcentaje muy pequeño, entre el 31% y el 25%. De esta forma, cuando las entidades ponen a la venta el suelo o los pisos solo los rebajan un tercio del precio que ya han dotado en sus balances. Si lo hicieran en más, incurrirían en pérdidas.
Ese es el margen que tienen para bajar los precios. "Esto facilitará la salida de estos activos a precios más baratos, que se asemejarán más a los de mercado. Los ciudadanos que quieran comprar viviendas se beneficiarán de esta medida", comentó Guindos. Si llega este bajón de precios, los propietarios de los pisos serán conscientes de su pérdida de riqueza, y las inmobiliarias tendrán que realizar fuertes ajustes.
El plazo para hacer estos cargos acaba el 31 de diciembre de 2012. Sólo en el caso de que se plantee una fusión, el Gobierno concederá una prórroga hasta diciembre de 2013. Los que se unan, tendrán que presentar su plan de negocio ante Economía antes del final de mayo y recibir la aprobación.
El principal problema es que la crisis en España, desafortunadamente, va para largo: el Fondo Monetario Internacional calcula que la economía española retrocederá un 1,7% en 2012 y un 0,3% en 2013 por el deterioro derivado de la crisis del euro y los recortes aprobados para reducir el déficit.
El FMI pronostica para España una dura recesión que impedirá cumplir los objetivos de déficit. Según sus cálculos, el retroceso de la economía provocará que el déficit se sitúe en el 6,8% y el 6,3% en estos dos años, muy por encima de lo pactado con Bruselas (4,4% y 3%).
Tras conocer las previsiones del FMI y ser preguntado en Lisboa sobre las posibilidades de que las exigencias se suavicen, el presidente Rajoy señaló: "Eso se verá en su momento. España va a cumplir los objetivos de déficit que se marquen en el programa de estabilidad; hoy es el 4,4% y España hoy va a cumplir ese objetivo".
El FMI estima que 2011 se cerró con un déficit del 8% del PIB, en línea con lo anticipado por el nuevo Gobierno del PP y muy lejos del objetivo del 6%. El Fondo pronostica para España un saldo presupuestario negativo del 6,8% en 2012 y del 6,3% en 2013, con una desviación aún mayor que la de 2011 sobre la senda de ajuste acordada con la Comisión Europea, que establece que el déficit no debería superar el 4,4% del PIB este año, ni el 3% el próximo.
La drástica rebaja de las previsiones, como las señaladas del FMI o las publicadas por el Banco de España, han llevado al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a expresar dudas sobre la posibilidad de alcanzar el objetivo. El resto del Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, se ha esforzado por reiterar que el compromiso permanece intacto. Pero los nuevos datos del FMI evidencian que es una tarea casi imposible, incluso contraproducente, y el Gobierno disimula cada vez menos su ansiedad por que se cambie.
Sobre las cifras del FMI, el ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló que "esa previsión no está teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal que va a llevar a cabo el Gobierno". El informe y las declaraciones de los técnicos del Fondo evidencian que sí han tomado nota del primer paquete de medidas de Rajoy. Y si, como mantuvo Guindos, no se ha incorporado el resto del ajuste previsto para este año (pendiente de concretar en los presupuestos), el impacto final en las previsiones es todo menos tranquilizador: algo menos de déficit a cambio de más recesión por el ajuste.
Tampoco Francia (-4,4%) ni Reino Unido (-6,5%) serán capaces de alcanzar el deseado 3% en 2013, según el FMI, que no deja de valorar en su último informe que el déficit se redujo en muchas economías avanzadas a lo largo de 2011, fruto de los planes de ajuste introducidos. Pero aunque en el caso español el ajuste conseguido (del 9,2% al 8%) se califica de "sustancial", el impacto del recorte es más cuestionable. Un gráfico del Fondo ilustra que los países que más se han apretado el cinturón son los que han encajado una mayor rebaja de sus previsiones económicas (España es el ejemplo más extremo).
Advierten los expertos del FMI, "que mayores ajustes en el déficit puede llegar a ser un objetivo indeseable desde la perspectiva del crecimiento", por lo que solicitan a hacer más suave la ortodoxia reinante, al señalar que: "un mayor ajuste durante una recaída puede exacerbar más que aliviar las tensiones de los mercados por su impacto negativo en el crecimiento". En ese sentido se ha manifestado el consejero económico del FMI, Olivier Blanchard, "el ajuste es un maratón, no un sprint".
La combinación de recesión y déficit también hará estragos en la deuda pública española. Según el FMI, llegará al 84% del PIB en 2013, de nuevo muy por encima de sus anteriores proyecciones y de lo comprometido con Bruselas (debería situarse por debajo del 70% el próximo año). Aun así, solo Alemania (79,8% en 2013), presentaría un nivel de deuda pública menor que España entre los países avanzados. En ese sentido, el español José Viñals, responsable financiero del Fondo, señaló que, dado su relativamente bajo nivel de deuda, España cuenta con margen para dilatar el ajuste.
Por otro lado, la gravedad del paro no deja de manifestarse: ¿llegaremos a los seis millones de desempleados?
La encuesta de población activa (EPA) del cuarto trimestre de 2011 que elabora el INE, el mejor termómetro del mercado laboral, evidencia que hemos vuelto a la recesión. Hemos regresado a lo peor de la crisis: una fuerte destrucción de empleo que supone arrojar a centenares de miles de personas al paro en un solo trimestre.
El desplome del mercado laboral sufrido sólo es comparable al sufrido en los peores momentos de la Gran Recesión. En el último trimestre del año pasado se perdieron 348.700 puestos de trabajo (más de la mitad de los 600.000 destruidos en todo el año). El resultado es realmente estremecedor: 2011 acaba -como ya hiciera 2010 y como ya hizo 2009- con un nuevo récord de desempleados, 5.273.600 parados y una tasa de paro en el 22,8%, solo un cambio en la metodología de cálculo que se hizo en 2002 evita que también este dato sea el peor de la serie.
La caída de empleo respecto al año anterior, el 3,26% (triplica la del año 2010) mantiene los peores rasgos de la crisis (congelación del crédito y hundimiento inmobiliario), y añade uno nuevo: los recortes presupuestarios. En el último trimestre de 2011, las administraciones públicas destruyeron 90.000 empleos, y señalan analistas de AFI que "el sector público no ha hecho el ajuste gordo. Acaba de empezar”.
La construcción ha perdido 295.600 empleos más en 2011. En lo que va de crisis ha destruido 1,5 millones (el 55% del total). Y las que habían cicatrizado se han vuelto a abrir en canal. La industria ha perdido 50.000 ocupados en tres meses y los servicios, donde se concentra el grueso del empleo, se han dejado 305.700 entre octubre y diciembre.
La nueva fase de la crisis también conlleva un aumento de los despidos de los trabajadores con empleo indefinido. Y sin duda, uno de los datos más preocupantes que ha dejado el pasado enero en el mercado laboral, es que la Seguridad Social haya bajado de los 17 millones de afiliados. Los conocedores de las cuentas del instituto público afirman habitualmente que bajar de esta cifra es sinónimo de déficit en el sistema de pensiones. Y esto ha pasado al comienzo de un año en que el empleo va a seguir cayendo con fuerza.
Sabedor de esto, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, trató de lanzar un mensaje de tranquilidad para los jubilados: "el sistema dispone de recursos para afrontar el pago de pensiones". Entre estos recursos, Burgos cuenta con los más de 66.000 millones que tiene acumulados el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. No obstante, advirtió de que la llamada “hucha” de las pensiones será el último elemento del que tirará de necesidad. Aunque no lo descartó: "Hay que ver esto sin dramatismo".

MERCADOS:

El Ibex está en máximos desde el cierre del pasado 31 de octubre y los analistas confían en que pueda alcanzar la cota de los 9.000 puntos. La resistencia se encuentra ligeramente por debajo de ese nivel -en torno a los 8.950 puntos- y algunos analistas señalan que un acuerdo definitivo sobre la quita de la deuda griega sería el motor que permitiría a las Bolsas recobrar el pulso.
Curiosamente, la falta de un acuerdo en Grecia no ha impedido que los mercados concluyeran mejor de lo esperado el mes de enero. Por un lado, aunque los resultados empresariales conocidos al otro lado del Atlántico no han sido tan buenos (ha habido luces y sombras), los inversores han preferido quedarse solo con las buenas noticias: el dato de paro en Estados Unidos (como hemos señalado se han creado 243.000 puestos de trabajo en enero).
Respecto a la prima de riesgo, ya hemos comentado anteriormente, que en la actualidad oscila en torno a 300 puntos básicos respecto al bono alemán en los mercados secundarios. El interés del bono a 10 años cotiza en torno al 5% cuando en Alemania se financian en torno al 2%.

EMPRESAS:

El juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, ha citado a declarar como imputados al ex presidente de Viajes Marsans, Gerardo Díaz Ferrán, y a su socio, Gonzalo Pascual, por un delito continuado de apropiación indebida en la quiebra de Marsans por valor de 4,43 millones de euros, según un auto hecho público por el magistrado.
El juez, según el documento, observa en la documentación aportada por el fiscal "aparentes indicios de criminalidad" en la gestión de la empresa, actualmente en liquidación tras declararse en concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) con una deuda de 420 millones de euros.