lunes, 23 de marzo de 2015

LA DEVALUACIÓN SALARIAL PROSIGUE.


El empleo crece pero la devaluación salarial prosigue. La encuesta de coste laboral ha señalado que en el año pasado, el salario medio descendió en tasa anual. El retroceso en gran parte tiene su origen en los sueldos de los nuevos empleos que son más bajos que los de los destruidos durante la crisis.
La devaluación salarial se ha producido en la nómina de aquellos que manteniendo su empleo cobran menos;… también en los salarios de los que trabajan más horas ganando lo mismo; … pero, sobre todo, es muy acusado en los salarios de aquellos empleos nuevos de aquellos que habían perdido su empleo.
Según el propio Mario Draghi, presidente del BCE, “en algunos países los salarios reales de los nuevos contratos están en niveles vistos en los años ochenta del siglo pasado”.
La reducción de los salarios para recuperar la productividad y la competitividad perdida, y así revitalizar el mercado de trabajo era uno de los propósitos de la reforma laboral. Una de las medidas de aquella norma era la de facilitar los despidos colectivos de los trabajadores indefinidos y con antigüedad. Ese camino, el de reducir los costes laborales, tuvo continuidad con subvenciones a la creación de nuevos empleos, como la tarifa plana de 100 euros en las cotizaciones por contingencias comunes de 2014 para la contratación indefinida, o su última corrección, que reduce en 500 euros la base de cotización de los nuevos contratos fijos.
Lo que también muestran los datos es la desigualdad de la devaluación salarial. El estudio de la EPA por deciles —división de la población asalariada en diez grupos por nivel de ingresos— muestra que el retroceso de los sueldos se ha cebado más en quienes menos cobran: en 2007 el salario medio de los trabajadores que más ganaban multiplicaba por 5,9 el de quienes tenían un sueldo más bajo; en 2013, el múltiplo llegaba a 8,1.

miércoles, 11 de marzo de 2015

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL MARZO 2015: inicio de la recuperación con graves problemas.

Debemos celebrar los cambios en variables que afectan de manera especial a la economía española: el desplome del precio del petróleo, la depreciación del euro, la incipiente afluencia del crédito, y la reactivación del turismo, han abonado el terreno para una recuperación de nuestra economía, que tiene su reflejo en la creación de empleo.
Ahora bien, según el CIS, ocho de cada diez ciudadanos considera que la situación es “igual o peor” que hace un año. De ahí que haya que ser prudente con los “brotes verdes”, ya que persisten retos y situaciones de riesgo a superar.

ESTADOS UNIDOS:

Se ha vuelto a ampliar la diferencia entre el mercado de trabajo en la región del euro y Estados Unidos, ya que la tasa de desempleo estadounidense bajó durante el pasado mes de febrero hasta el 5,5% (la cota más baja desde el año 2008), lo que supone justo la mitad del volumen de desempleo padecido en la región del euro de más de un 11%. Sin duda, es el reflejo de las políticas presupuestarias y monetarias tan diferentes que se han aplicado durante la crisis.
En el mejor escenario, la eurozona estaría, en estos momentos, viviendo la recuperación con retraso respecto a la primera potencia del mundo, ya que la Reserva Federal estadounidense comenzó, y con mayor rigor, sus políticas de expansión monetaria mucho antes que el Banco Central Europeo. Sin embargo, otra peor lectura sería que la región del euro pueda volver a tropezar, rozando de nuevo una recaída en la recesión.
Las políticas de austeridad han ralentizado el crecimiento en contraste con la política económica estadounidense que ha cosechado el éxito.
El PIB de Estados Unidos crecerá por encima del 3% (dado el volumen de esa economía se trata de una cifra muy considerable), mientras que en la eurozona, según la Comisión Europea, el crecimiento será del 1,3% este año y de un 1,9% el próximo. El mercado de trabajo estadounidense se encuentra a medio punto de lo que se considera pleno empleo, afectando a 1,7 millones menos que hace un justo un año.
En contraste, la situación de la eurozona es asimétrica: Alemania tiene la tasa de paro más baja desde su reunificación, en Italia es de un 13,4%, y es España, con una tasa superior al 23%, la que lidera con Grecia la peor situación de paro.
La buena situación del mercado laboral estadounidense, podría conducir a la Reserva Federal a elevar las tasas de interés en el próximo mes de junio.
En Estados Unidos, la primera etapa de la denominada expansión cuantitativa,  QE en inglés o “Quantitative Easing”, de la Reserva Federal comenzó comprando activos en 2008, de forma que la tercera y última etapa ha terminado. En contraste, el Banco Central Europeo, aún no ha terminado de acometer las compras de deuda pública a gran escala.
El Libro Beige publicado por el Banco Central de Estados Unidos (la Fed), muestra que la actividad económica ha continuado expandiéndose al comienzo de este 2015, como consecuencia de la mejoría en el consumo y el bajo precio de la energía.
La expansión monetaria que está iniciando actualmente el BCE, ha motivado que en este mes de marzo el interés exigido para su colocación a los bonos públicos a 10 años en España, haya llegado a bajar hasta el 1,23%. Mejoría que están registrando todos los bonos europeos. La QE de Mario Draghi ha tenido efectos positivos con su mero anuncio, antes de hacerse efectiva rebajando las primas de riesgo: los títulos alemanes (0,39%), franceses (0,68%) e italianos (1,31%), mientras que los griegos continúan a niveles elevados (9,09%).  
También la apreciación del dólar (depreciación del euro) que tiene un efecto positivo para las exportaciones europeas, no está afectando, por el momento, a las exportaciones estadounidenses.

LATINOAMERICA:

La caída del precio del petróleo supone rápidamente una pérdida de la riqueza petrolera de los países productores, que se está notando intensamente en las petroleras latinoamericanas, desde Petrobras a PDVSA. Todas las petroleras nacionales en Argentina, Venezuela, Colombia o México, están mostrando su incapacidad para dar una respuesta rápida al hundimiento de los precios del petróleo.
Está comprobado en el sector petrolero, que las caídas bruscas en el precio del crudo, motivan graves dificultades en las empresas exclusivamente dedicadas a la extracción, afectando en menor medida a las que integran en su estructura a las actividades de refino o comercialización.
Aunque la tendencia dominante en los próximos meses sea la subida de los precios, la mayoría de analistas señalan que puede llegar a los 70 dólares a finales de este ejercicio.
Señalan muchos estudiosos de la notoria caída de los precios, que las economías latinoamericanas deberían tener en cuenta que los crudos petrolíferos, son un recurso cuyo precio puede manipular con facilidad la empresa que lidera el mercado, por lo que las petroleras, como en el caso de Argentina, no pueden tratar de alterar los precios que se ven obligados a pagar los consumidores finales del país,  ya que de esta forma pueden ocasionar un mal aún más grave: el hundimiento de las compañías nacionales, arruinando de esa forma a las posibilidades de generación de riqueza económica del país por esa vía.
JAPÓN:
Aunque lentamente, la economía de Japón, ha comenzado a recuperarse, ya que, según datos del Gobierno de ese país, su PIB aumentó un 0,6 por ciento (en tasa anualizada un 2,2%) entre octubre y diciembre del año pasado: la economía nipona ha dejado atrás dos trimestres de caídas consecutivas que llevaron a la tercera economía mundial a su cuarta recesión en los últimos seis años.
Las exportaciones que crecieron un 2,7% frente al trimestre anterior, han facilitado el crecimiento favorecidas por la debilidad del Yen en el mercado de divisas. Igualmente, ha contribuido la mejoría de las exportaciones, particularmente las del resto de Asia y de la economía estadounidense.  Por el contrario, el consumo que equivale a alrededor del 60 % del PIB japonés, no termina de arrancar, ya que sólo aumentó un 0,3%: aún perduran los efectos negativos de la subida que se llevó a cabo del IVA. También creció la inversión pública un 0,6%.
La estrategia del primer ministro Abe para incentivar a la débil demanda interna se basa en un mayor gasto público, el estímulo monetario y las reformas estructurales. Durante el mes de enero, se aprobó un presupuesto extraordinario de 13,1 billones de yenes (unos 96.800 millones de euros), y en pasado octubre, el Banco de Japón decidió ampliar su histórico plan de estímulo monetario al ver que la recuperación económica no terminaba de dejarse sentir.
Para la mayoría de analistas, las medidas comenzarán a notarse a partir del mes de abril, cuando empiece el nuevo año fiscal en Japón. La confianza empresarial y de los consumidores ha mejorado desde diciembre de 2014, por lo que se espera que en este 2015, la tercera economía mundial crezca a una tasa más elevada: la subida de los salarios, la depreciación del yen y la fuerte caída de los precios del crudo deberían contribuir a que Japón, por primera vez en muchos años, realmente pueda iniciar la ansiada recuperación económica.

EUROZONA:

A principios de marzo, por primera vez en la historia, la rentabilidad que los inversores exigieron a los bonos a 10 años de Portugal fue menor que la que reclamaron a los de Estados Unidos (del 1,8% frente al 2,0%).
De forma, que se exigió más intereses a la primera economía del mundo, con una tasa de paro inferior al 6%, que a un país de la zona euro que tuvo que ser rescatado y tiene más del doble de desempleo. Pero incluso hubo fenómenos aún más raros: el Tesoro alemán colocó deuda a cinco años con intereses negativos (los inversores aceptaron no sólo no lograr rentabilidad alguna, sino pagar por prestar su dinero) e Italia, que lucha por salir de la recesión, colocó letras a seis meses a un coste cero.
En España, la prima de riesgo (la diferencia de intereses que un bono a 10 años paga respecto al mismo tipo de título alemán, que es un valor refugio por excelencia, y que se considera un barómetro de la solvencia de un país) que hace casi tres años llegó a superar en mucho los 600 puntos básicos -seis puntos porcentuales-, ahora está por debajo de los 100.
Cabe preguntarse si la famosa Prima de Riesgo sigue teniendo el mismo significado –indicador de la solvencia- cuando la rentabilidad de la deuda está “realmente hundida” por el plan de estímulos del Banco Central Europeo (BCE) que no tiene precedentes históricos, salvo en Estados Unidos e Inglaterra. En este contexto, ¿siguen teniendo validez los fundamentales?
El QE de Draghi consiste en un ritmo de inversión mensual de 60.000 millones de euros en títulos de deuda, sobre todo pública, hasta al menos septiembre de 2016.
Algunos analistas dudan respecto a que el BCE vaya a encontrar suficiente papel en el mercado para cubrir su presupuesto. Es más probable que sean los bancos los que vendan títulos, frente a inversores finales como las aseguradoras o los fondos, pero tampoco será rápido.
Un informe de Barclays señala que “si el BCE tiene que comprar en el conjunto del programa un volumen de bonos públicos por valor de 850.000 millones de euros (el resto, hasta los 1,1 billones del total del QE, sería de otros activos), tendrá que desplazar una inversión por valor de más de 500.000 millones. En consecuencia, venderán más fácilmente los inversores de fuera de la zona euro. Pero los grandes tenedores de deuda europea son los propios bancos de la unión monetaria y es improbable que las entidades vendan sus carteras de deuda soberana y presten los recursos a la economía real inmediatamente hasta que el crédito suba de forma más notable”.
Por otro lado, parece ser que la austeridad fiscal a ultranza no se aplica para las economías grandes o centrales de la Unión Europea, ya que la Comisión Europea ha concedido dos años más a Francia para que rebaje su déficit público hasta la cifra equivalente al 3%  de su PIB.
A diferencia de otros, el Ejecutivo francés no ha recortado su gasto y apenas ha puesto reformas económicas en marcha en un contexto de casi estancamiento. Bruselas ha decidido no sancionar a la economía gala, por lo que quiere obligarla a acometer un esfuerzo mayor al que tiene previsto: apenas unos 4.000 millones de euros de ahorro, en una economía cuyo producto supone alrededor de dos billones de euros -el doble que España-, aduciendo que un mayor ajuste condenaría a la segunda economía europea a una larga y dolorosa anemia o debilidad económica.
Ahora bien, lo que no se ha explicado es por qué la relajación llega justamente cuándo las obligaciones y reglas afectan a los grandes, y no antes, cuándo las han sufrido las economías periféricas, como la española.
Por otro lado, el PIB de los Diecinueve países del euro avanzó un 0,3% en el último trimestre de 2014. Sin embargo, la economía no ha recuperado aún los niveles previos a la crisis, sigue con tasas de paro en máximos históricos, con tensiones deflacionistas y con unas tasas de crecimiento muy inferiores a las de EE UU. Tasas que incluso están en cero o negativas en economías tan importantes como Francia e Italia y, en lugares tan simbólicos como Grecia.
Alemania es la economía que, como califican algunos, está viviendo una “crisis estupenda”: durante el último trimestre de 2014, registró un avance del PIB del 0,7% (el mismo ritmo que el de la economía española). Con el desempleo alemán en mínimos desde la reunificación, cobrando por emitir deuda a plazos de hasta cinco años, liderando como nunca en Europa y, sin embargo, con la misma espada de Damocles de siempre: Alemania no invierte lo suficiente y sus enormes superávits comerciales obstaculizan el ajuste en todo el continente europeo.
España, en pleno año electoral, también ha iniciado la recuperación, pero en el resto de la eurozona destacan el estancamiento en Italia y el débil avance, anteriormente comentado, de la economía francesa, que sólo ha crecido un escaso 0,1% en el último trimestre del año pasado.
En definitiva, las razones que justifican la mejoría en las expectativas, hay que atribuirlas a la fuerte bajada de los precios del crudo petrolífero (deja más dinero libre en el bolsillo de los consumidores); la depreciación del euro que mejora las perspectivas de los exportadores, y las compras de deuda a gran escala del BCE (más de un billón de euros en los próximos 18 meses) que deberían desatascar el crédito bancario.
La realidad, es que ni tan siquiera convergen las grandes economías de la región del euro: Alemania crece y España se recupera tras unos importantes recortes, Italia continúa, ya durante, más de una década y media, en  estancamiento, y Francia se encuentra en una situación delicada. Mientras que Atenas negocia un nuevo rescate, con un nuevo Ejecutivo que trata de solventar la “crisis humanitaria” y con unos bancos en serios aprietos por la continua salida de capitales. Grecia  ha evidenciado el efecto de contagio que puede tener si volviesen de nuevo los problemas económicos más serios.

ESPAÑA:

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB español registró un avance del 0,7 % durante el último trimestre de 2014. El  aumento se debe básicamente al consumo de los hogares. Se trata de una variable muy importante, ya que equivale al 56% de la demanda nacional española.
Para el Instituto oficial, el PIB creció un 1,4 % en 2014, lo que permitió a la economía española dejar atrás seis años de recesión casi continua, gracias a un aumento del gasto de las familias de un 0,9%.
Por primera vez desde el inicio de la crisis, y gracias a la campaña navideña de diciembre (supuso un aumento anual del 6,5%), las ventas del comercio del año pasado volvieron a tasas de crecimiento positivas.  
Sin embargo, hay que señalar que el repunte no se corresponde con una recuperación de la renta disponible de las familias, que apenas avanzaró durante el año pasado: la mejora de los ingresos derivada del primer aumento anual del empleo en siete años apenas compensa la devaluación salarial y el descenso de las aportaciones públicas a los hogares.
Tal vez la razón haya que buscarla en los beneficios de una cesta de consumo de bienes y servicios más barata, ya que el IPC cerró diciembre con una caída del 1%. Quizá, también como consecuencia de un mejora en las condiciones financieras  que se traduce en un aumento de los préstamos al consumo.
Es de esperar que la mejoría del consumo se mantenga durante este 2015 como consecuencia de la rebaja del IRPF, que empieza a aplicarse este año, y una mínima mejora de parte de los salarios, con la negociación entre sindicatos y patronal, todavía por cerrar, (tal vez del 0,9%). 
Por lo que respecta al empleo, tras haberse perdido más de tres millones de puestos de trabajo, en febrero ha tenido la afiliación a la Seguridad Social un crecimiento del 2,8%. Los datos que ha difundido el Ministerio de Empleo, reflejan el mejor mes de febrero para la ocupación desde el comienzo de la crisis, pero también reflejan todo el camino que queda por recuperar: el número de afiliados a la Seguridad Social creció en 96.910 personas respecto al mes de enero, con lo que la cifra total de inscritos se ha situado en 16,7 millones de personas. Suponen más de 450.000 ocupados que hace un año, pero aún muy lejos de los 19,3 millones que se contabilizaban a principios del año 2008.
No obstante, la contratación indefinida durante el pasado mes, no llegó al 10% de la contratación total: se registraron más de 1,1 millones de contratos temporales, y en ellos el aumento de los que se hacen por horas (16% anual) fue todavía mayor que el de los que se efectúan a jornada completa (13%). Destacan también la evolución de los contratos de formación, aprendizaje y en prácticas (16.923, un 27,8% más).
Sin embargo, el aspecto más negativo es, sin duda, la caída a mínimos de la protección por desempleo. Según los datos dl Ministerio de Empleo correspondientes a enero, la tasa de cobertura del sistema cayó al 56,49% en el arranque del año. Hay que retrotraerse a abril de 2003, en las postrimerías de la crisis que sacudió España al inicio de aquella década, para encontrar una tasa tan baja.
Las razones de este desplome se deben, de una parte,  a que la protección a los desempleados lleva cayendo de forma generalizada desde la reforma del sistema en 2013; y de otra,  por el hecho de que los parados de larga duración están agotando sus derechos a cobrar la prestación ante las dificultades que sufren para volver a ocuparse.
A finales de enero había 2.416.786 beneficiarios con derecho a la prestación. Cifra que supone un descenso respecto al mismo mes del año anterior del 13,8%. En enero de 2014, la tasa de cobertura, que mide el número de parados que cobran la prestación con el volumen total de desocupados que han tenido un empleo antes de apuntarse a las listas del antiguo INEM, era del 61,39%. Frente a los 2,4 millones de parados con derecho a cobrar el subsidio, en enero había un total de 4,5 millones de parados, de los que 370.779 no tenían empleo anterior.
Para hacer frente al incremento de los parados de larga duración, Gobierno y sindicatos han puesto en marcha una nueva prestación para este colectivo, siempre y cuando tengan cargas familiares. El número total de posibles beneficiarios se sitúa entre los 400.000 y los 450.000, según los cálculos de CC OO y UGT. Esto eleva el coste del nuevo programa a una cantidad que oscila entre los 1.000 y los 1.200 millones. Los perceptores cobrarán 426 euros al mes durante medio año.
En relación al sector exterior, las importaciones han crecido más de lo que lo han hecho las exportaciones de mercancías, lo que explica que el déficit comercial se haya deteriorado durante el año pasado.
En 2014, las compras al exterior aumentaron un 5,7% respecto a 2013, tras tres años en retroceso. Por el contrario, las ventas avanzaron al menor ritmo anual en cinco años (un 2,5%), un incremento que permitió en todo caso elevar el récord exportador a 240.035 millones. Eso supone que las importaciones (264.507 millones) aumentaron más que las exportaciones por primera vez desde 2006. Se trata de un comportamiento previsible una vez que se ha ido materializando la recuperación económica.
La realidad, es que la economía española solo ha logrado cosechar un superávit por cuenta corriente durante 2012 y 2013, tras haber registrado déficit muy abultados (cercanos al 10% del PIB) en los años previos a la crisis. Ese tradicional desequilibrio de nuestra economía, significa que existe un gasto mayor que la capacidad de gasto,  lo que ha motivado la deuda externa elevada (160% del PIB) que padecemos.

MERCADOS:

En el mercado de divisas, el euro ha llegado a cambiarse por  1,107 dólares, algo que no se producía desde abril de 2003. Muchos analistas consideran que, en el momento que el BCE inunde el sistema de euros, la moneda acelerará su caída hasta, al menos, igualarse con la divisa de Estados Unidos.
Que ese escenario ocurra va a depender de la actuación de la Reserva Federal de Estados Unidos en los próximos meses. Si, como es previsible, rebaja el nivel de sus estímulos a la primera economía del mundo y, por lo tanto, hay una menor cantidad de dólares, y sube los tipos de interés, la tendencia actual se mantendrá y la pérdida del 20% que el euro ya acumula, aumentará.
Desde luego, la depreciación del euro no se limita al dólar. No en vano, la libra esterlina se ha apreciado un 10% frente a la divisa europea en los últimos 12 meses. Además, en enero el Banco Central de Suiza decidió eliminar el tope que en 2011 impuso al franco suizo frente al euro. Como resultado, el euro ha perdido más de un 11% respecto a la moneda suiza en apenas mes y medio. Pero, además, la medida tomada por el Swiss National Bank agudizó aún más la guerra de divisas en la que también están inmersas economías tan fuertes como la de Japón.
En relación al mercado de la vivienda, durante el pasado mes de enero, se produjo un repunte del 9,6% en las operaciones de compraventa de viviendas. Durante ese mes, se registraron 33.416 transmisiones, la mayor cifra de los últimos 14 meses, y se consolidó el crecimiento ininterrumpido desde septiembre, según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese al destacable alza interanual, la variación frente a diciembre fue la más baja del último lustro (28,5%). 
Por tipo de viviendas transmitidas en operaciones de compraventa, el 26,9% eran nuevas y el 73,1% de segunda mano. Tal y como venía sucediendo en los últimos meses, el número de operaciones sobre viviendas nuevas disminuyó un 37,1% en enero, mientras que la compra de casas usadas repuntó un 50,8% interanual. El porcentaje de viviendas libres (88,8%) vendidas en enero también superó al de las protegidas (11,2%).

EMPRESAS:

La Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) ha impuesto multas por un importe total de 88,2 millones de euros a nueve empresas y dos asociaciones que operan en el mercado de aprovisionamiento de leche cruda de vaca en España por haber participado en "conductas anticompetitivas que infringen la legislación de competencia".
Esta multa es la cuarta de mayor cuantía impuesta por Competencia a lo largo de su historia y que afecta a Danone, la más sancionada con 23,2 millones de euros, Corporación Alimentaria Peñasanta (21,8 millones de euros), Grupo Lactalis Iberia (11,6 millones de euros), Nestlé España (10,6 millones de euros) Puleva Food (10,2 millones) y Calidad Pascual (8,5 millones de euros), entre otras.

También han sido sancionadas con una menor cuantía económica las empresas lácteas de Senoble Ibérica (929.644 euros), Central Lechera Asturiana (698.477 euros), Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña (200.000 euros), Asociación de Empresas Lácteas de Galicia (100.000 euros) y Central Lechera de Galicia (53.310 euros).

lunes, 9 de marzo de 2015

¿MÁS TEMPORALIDAD Y FORMACIÓN? ¡Que lio!...


¡Que galimatías! De verdad, que en la situación actual, no entiendo nada...
En febrero, la contratación indefinida rondó el 10% de la contratación total. Hubo más de 1,1 millones de contratos temporales, y el aumento de los contratos por horas fue mayor de los efectuados a jornada completa. Es decir, que de manera destacadísima crecen los temporales.

Sin embargo, ...¡Qué paradoja! … el dato contrasta con el estudio publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas:
Según ese estudio, en España los nuevos procesos productivos serán intensivos en mano de obra altamente formada, expulsando del mercado de trabajo a aquellos de menor cualificación.
Según sus cálculos, el 58,5% de las 7,6 millones de oportunidades laborales que emergerán en los diez próximos años exigirán un perfil de empleado con estudios superiores —universitarios o de Formación Profesional de grado superior—, frente al 39,4% que requerirán estudios medios y el 2,2% que reclamarán formación básica. En el escenario "más pesimista" el estudio contempla, incluso, la destrucción de trabajos elementales.
En la próxima década las oportunidades de empleo se concentrarán en los jóvenes más cualificados (en términos de nivel formal de estudios y de las competencias prácticas adquiridas), mientras que los niveles formativos más bajos quedarán fuera del mercado, acentuándose las desigualdades laborales observadas durante la crisis”.
Por si fuera poco, los firmantes del informe ponen el foco sobre una realidad escasamente tratada, el buen aprovechamiento educativo (entendido como las destrezas y los conocimientos efectivamente adquiridos). Y lo hacen con un dato revelador: ya en 2012, un alto nivel de competencias adquiridas aumentaba la probabilidad de inserción laboral un 13%, tanto como estar en posesión de un título de educación superior. “La empleabilidad y el tipo de ocupación dependen de los conocimientos adquiridos y no solo de tener un diploma”. Señalan que “en bastantes casos” las competencias son menores de las que deberían poseer por su nivel de estudios.
Según sus datos, uno de cada dos jóvenes teóricamente sobrecualificados (aquellos ocupados en puestos que no requieren estudios superiores) tienen un nivel bajo o medio bajo de competencias, mientras que quienes poseen el nivel más alto de competencias ocupan puestos de trabajo adecuados y apenas padecen el problema de la sobrecualificación de sus estudios para el puesto que ocupan.
¡Menudo lío!