lunes, 14 de junio de 2010

RESULTADOS DE LA ENCUESTA "EL TERMOMETRO DE LAS EMPRESAS"

• El CEF ha publicado los resultados del Estudio “El termómetro de la empresa”. Un informe que ha sido elaborado con el fin de determinar en qué estado se encuentran las empresas frente a la crisis según sus empleados.
• Los despidos atendiendo a criterios objetivos, la eliminación de gastos superfluos y la realización de cambios organizativos buscando una mayor productividad son algunas de las medidas acertadas que han tomado las empresas.

El estudio ha sido dirigido por Juan José Pintado, Profesor del CEF y autor del libro El Economista en Casa. Decálogo de las soluciones prácticas para superar la crisis. “En momentos de crisis económica es obvio que todas las empresas se resienten, pero esa incidencia de la crisis será mayor o menos en función de si las estrategias que se toman para afrontar la situación son las más adecuadas o no”, señala el profesor Pintado.

La Encuesta

El estudio planteaba 15 preguntas tipo test y cada pregunta contaba con tres opciones de respuesta (A, B, C). Los encuestados debían responder cada pregunta eligiendo el supuesto que mejor se correspondieran con la realidad de su empresa. Una vez finalizado el cuestionario obtenían el resultado: “La temperatura” que tenía su empresa.

Resultados

El 47% de las empresas no están tomando las medidas adecuadas frente a la crisis.
En el 53% de los casos se obtuvieron MAYORÍA “A” = Temperatura: 36ª-37º. Temperatura Normal. Su empresa está tomando las medidas adecuadas y está sabiendo gestionar de una manera correcta y sin “tapujos” los posibles problemas y obstáculos que se puedan encontrar en este periodo de crisis. Si sigue por este camino, la salida del túnel cada vez está más próxima.

El 37% de los encuestados al finalizar la encuesta habían marcado MAYORÍA “B” = Temperatura: 37º-38º. Fiebre Moderada. Cuidado. La fiebre está empezando a subir. En general, su empresa tiene una buena actitud, pero ciertos comportamientos indican dudas y tendencias peligrosas. Es recomendable tomar algunas medidas correctivas para conseguir el rumbo adecuado.

Y el 10% restante obtuvieron MAYORÍA “C” = Temperatura 38º-40º. Fiebre alta. Las distintas políticas llevadas a cabo por su empresa deben revisarse y modificarse lo antes posible. Una mala gestión en estos momentos puede hacer más larga la recuperación o, directamente, imposibilitarla. Llame la atención a sus directivos de que las cosas no pueden seguir por ese camino.

Las diez conclusiones más significativas del estudio son:

El 64% piensa que la empresa ha despedido a trabajadores atendiendo a criterios objetivos.

El 62% indica que su empresa ha cortado de raíz los gastos superfluos como fiestas, cenas o regalos de empresa.

El 58% señala que los cambios organizativos introducidos en la empresa realmente persiguen encontrar soluciones e incrementar la productividad de la empresa.
El 56% afirma que las funciones de las personas despedidas han sido asumidas proporcionalmente por otros departamentos o han desaparecido del organigrama.
El 53% señala que respecto al redimensionamiento de la empresa, se ha mantenido, con algunos ajustes, la plantilla existente.

El 51% afirma que el mensaje que transmite la empresa a los empleados en tiempo de crisis es un mensaje destinado a reforzar la implicación del trabajador.

El 48% dice que sus empresas mantienen sus inversiones en el exterior, aunque buscan nuevas estrategias y soluciones que mejoren sus resultados.

El 47% afirma que su empresa ha reconocido abiertamente la crisis al tiempo que busca soluciones para mejorar la productividad y competitividad.

El 47% indica que en su empresa han disminuido los costes de los directivos, gastos de representación y otros bonus ligados a los directivos.

El 46% dice que los directivos siguen trabajando con tesón, aunque se muestran dubitativos y poco comunicativos.

CONCLUSIONES

Teniendo en cuenta las distintas cuestiones que se planteaban a lo largo de la encuesta podemos extraer las siguientes conclusiones significativas:

La pregunta que ha arrojado resultados más positivos es la número 3 (ver tabla completa en anexo) que hacía referencia a los despidos dentro de la empresa y al modo en que éstos se han producido. El 64% de las personas que ha realizado la encuesta respondió la opción “A”, señalando que su empresa siguió criterios objetivos a la hora de realizar los despidos. En segundo lugar, la pregunta número 8, referida a si la empresa había reducido los gastos superfluos, fue contestada de manera afirmativa por el 62% de los encuestados. Por último, el 58% de los encuestados escogieron la opción más positiva a la pregunta 6, que buscaba determinar si los cambios organizativos introducidos en la empresa realmente perseguían encontrar soluciones e incrementar la productividad de la empresa o si por el contrario se trataba de improvisaciones o mero maquillaje.

En el polo opuesto, las conclusiones más preocupantes han sido las planteadas por las preguntas números, 11, 2 y 1. La política de formación es una de las cuestiones que peor parada sale de este trabajo. El 28% de los encuestados señaló que su empresa ha cancelado totalmente los planes de formación, mientras que otro 36% indicó que se habían visto muy reducidas. La motivación es otro de los aspectos más críticos. El 28% de los encuestados hablan de una situación en sus empresas de desmotivación y falta de confianza en los directivos. Además, otro 37% reconoce inquietud e incertidumbre por falta de información.

En otras cuestiones, sin situarse en términos absolutos como negativas, la suma de las opciones “B” y “C” sí es suficientemente significativa. Es el caso de la pregunta número 15 hace referencia a la imagen que proyectan los directivos frente a los trabajadores. El 20% de los encuestados respondió la opción “C” que afirma que sólo parecen preocuparse por salvarse de la quema. A la misma pregunta, otro 46% habla de nerviosismo y falta de comunicación con el resto de la plantilla.

ANEXO: RESULTADOS DETALLADOS:

LOS ENCUESTADOS

De las personas encuestadas, el 84,69% procede de España, mientras que en el 16,69% restante hay respuestas de otros países, destacando los hispanohablantes (Colombia, Méjico, Perú, Argentina, Chile, Guatemala, Ecuador, Venezuela, etc.). Respecto a las dimensiones de la empresa, el 59,97% de los encuestados trabaja en pequeñas empresas, el 32,48% en medianas y el 7,54% restante lo hacen en grandes. Teniendo en cuenta el sector en el que trabajan el 97% ejerce su labor profesional dentro del sector terciario o servicios (destacando los informáticos, los comerciantes, los gestores, auditores y consultores).

1.- ¿Cómo ha sido la reacción de su empresa frente a la crisis?
A- La ha reconocido abiertamente y ha buscado nuevas soluciones o formas de mejorar la competitividad y productividad. (47,56%)
B- La empresa continúa sus actividades con relativa normalidad y sin mencionar la crisis, aunque sus efectos se dejan notar ya en algunos aspectos como la pérdida de algunos clientes. (25,87%)
C- Su reacción tan sólo ha consistido en reducir los costes de personal. (26,45%)

2.- ¿En qué situación se encuentran los trabajadores?
A- Se sienten integrados en la empresa y dispuestos a arrimar el hombro en estos momentos difíciles. (34,92%)
B- La actividad de los trabajadores continúa desarrollándose sin incidencias, si bien existe una cierta inquietud e incertidumbre entre el personal debido a la falta de información. (37,24%)
C- El espíritu de empresa está por los suelos, flaquea el ánimo y la confianza en los directivos. (27,73%)

3.- Si en su empresa se ha despedido a trabajadores últimamente, ¿qué criterios se están siguiendo a la hora de despedir?
A- Se ha despedido a aquellas personas cuyas aportaciones a la productividad de la empresa eran más dudosas, con independencia de su nivel salarial y antigüedad. (63,81%)
B- Se ha aprovechado la coyuntura para deshacerse de personas que resultaban molestas a la dirección. (22,16%)
C- Se ha despedido a miembros de la plantilla que implican una pérdida importante de experiencia profesional. (13,92%)

4.- ¿De qué forma ha sido reemplazado el personal despedido?
A- Sus funciones han sido asumidas proporcionalmente por otros departamentos, o bien, han desaparecido del organigrama por no ser precisas en el actual momento económico. (55,68%)
B- Las funciones de los empleados despedidos han recaído por entero en sus compañeros, doblando la carga de trabajo de estos.(35,03%)
C- Algunos de ellos siguen colaborando con la empresa como freelance, y en otros casos, se ha contratado nuevo personal con niveles salariales elevados y dudosa aportación a la generación de valor de la empresa. (9,16%)

5.- ¿Qué mensaje está transmitiendo la empresa a los trabajadores en tiempos de crisis?
A- Un mensaje destinado a reforzar la implicación de los trabajadores con la empresa. (51,28%)
B- La empresa no se prodiga en sus comunicaciones con los empleados. (32,25%)
C- Los mensajes siguen la política del miedo: “miedo al cierre” y “miedo al despido”. (16,36%)

6.- ¿Qué persiguen los cambios organizativos operados en su empresa?
A-Los cambios obedecen a una estrategia para salir de la crisis e intentan encontrar soluciones que contribuyan a conseguir una mayor productividad en la empresa. (58%)
B- Se trata de cambios improvisados, realizados sobre la marcha, con el riesgo de pérdida de la “imagen de marca” que disfrutaba la empresa en beneficio de sus competidores. (24,48%)
C- Son cambios puramente de cara a la galería. Se han realizado para justificarse ante terceros y transmitir la falsa imagen de que se está reaccionando correctamente frente a la situación. (17,40%)

7.- ¿Cómo han evolucionado en su empresa los costes directivos?
A- Han disminuido. Se ha apostado por una verdadera política de austeridad, eliminando o reduciendo gastos superfluos como son los de representación (comidas, viajes, etc.), y otros ligados a los bonus de los directivos. (47,22%)
B- Se han mantenido. Los gastos de los directivos siguen una línea muy similar a los niveles que tenían antes de la crisis. (40,84%)
C- Han aumentado. La reducción de costes no afecta al núcleo directivo. Éstos siguen incurriendo en gastos superfluos, y no sólo no se han producido recortes significativos en esta partida, sino que incluso han aumentado. (11,83%)

8.- ¿Se siguen realizando en su empresa eventos, fiestas, regalos de empresa y otros gastos, que en su mayoría son elevados y ofrecen, a su juicio, una aportación nula a la cuenta de resultados?
A- Se han eliminado o reducido drásticamente, dentro de una política coherente de austeridad y reducción de gastos. (61,60%)
B- Se han eliminado o reducido todos aquellos que tienen que ver con los empleados (comida y cesta de navidad, incentivos, etc.), pero no así los de los directivos y clientes. (23,09%)
C- El nivel de gastos de este tipo de partidas se mantiene y hasta se incrementa, recortándose, en cambio, otros gastos más necesarios para la empresa como son la inversión en formación o en tecnología. (15,20%)

9.- En el caso de que su empresa invierta en el exterior y hasta el momento los resultados sean poco favorables, ¿qué medidas se están tomando al respecto?
A- Se mantiene la inversión, pero buscando nuevas estrategias y soluciones para mejorar los resultados de la misma. (48,03%)
B- Se suspende temporalmente la línea de negocio en el exterior hasta que la situación económica sea más favorable. (31,90%)
C - Se abandona definitivamente la internacionalización de la empresa. (19,95%)

10.- ¿Qué medidas ha tomado su empresa en cuanto a la calidad de sus productos o servicios?
A- Se intenta mejorar dicha calidad, a través de políticas de I+D+i, para lograr una mayor competitividad. (40,49%)
B- Se mantienen los estándares anteriores a la crisis, paralizando momentáneamente la inversión en tecnología y la apuesta por la innovación. (41,18%)
C- Se prefiere mantener los márgenes de beneficios incluso a costa de rebajar la calidad. (18,21%)

11.- ¿Cómo ha afectado la crisis a la política de formación de su empresa?
A- Se mantienen e incluso se incrementan los planes de formación y las facilidades para que los empleados puedan acceder a los mismos. (35,15%)
B- Las acciones formativas dirigidas a los empleados se han visto reducidas, centrándose en aquellos aspectos más necesarios para ayudar al personal de la empresa a sacar a ésta de la crisis. (36,31%)
C- Los planes de formación han sido cancelados sine die. (28,42%)

12.- ¿Qué medidas se están tomando de cara al futuro?
A- Ya se están diseñando estrategias a medio y largo plazo, pensando en el momento en que remita la crisis. (39,68%)
B- Las medidas que se adoptan son cortoplacistas o, como mucho, a medio plazo. Están más focalizadas en salvar la situación actual que en preparar a la organización para el futuro. (34,69%)
C- No se está adoptando ninguna estrategia que no sea la del día a día. (25,52%)

13.- ¿Cuál es la situación actual de la política de comunicación y marketing de la empresa?
A- El presupuesto destinado a publicidad, comunicación y marketing se ha racionalizado, priorizando las acciones que mejor coste por impacto arrojan, pero siguen teniendo un peso muy importante en la política de la empresa. (37,59%)
B- Las acciones promocionales han descendido, si bien se siguen realizando de forma puntual o esporádica. (39,79%)
C- Se ha abandonado completamente la comunicación por entenderse un gasto no prioritario en la actual situación. (22,51%)

14.- ¿De qué manera se ha redimensionado la plantilla de su empresa?
A- Se mantiene dentro de lo posible la plantilla existente, con algunos ajustes para adaptarla a las nuevas circunstancias del mercado. (53,25%)
B- Aprovechando las circunstancias, se ha aligerado la plantilla, si bien este descenso no ha superado el 10% de la misma. (24,48%)
C- Se ha producido un descenso muy importante en el número de trabajadores que ha empeorado sustancialmente el clima laboral. (22,16%)

15.- ¿Cuál cree que es la imagen que la dirección proyecta a los trabajadores?
A- Están dando ejemplo para conseguir una mayor motivación del personal, trabajando codo con codo con la plantilla, manteniendo la serenidad y reforzando así su liderazgo. (34,11%)
B- Siguen al frente de la nave, trabajando con tesón, aunque a veces se muestran algo dubitativos y con escasa comunicación con el resto de la plantilla. (45,71%)
C- Los directivos están muy nerviosos y dan la impresión de preocuparse únicamente por “salvarse de la quema”. (20,07%).

lunes, 7 de junio de 2010

SITUACIÓN ECONÓMICA: DOMINAN LA ESPECULACIÓN Y LA INCERTIDUMBRE

Por primera vez en la historia económica y, sin duda como consecuencia de la globalización financiera y de la interconexión existente por los avances en la comunicación, el panorama y situación económica cambian de un día para otro. El seguimiento de la evolución económica causa entre los agentes y analistas cierta sensación de desánimo e incluso ansiedad, frente a los deseos de que, de una vez por todas, escampe el temporal y asistamos al inicio de una verdadera reactivación. Desafortunadamente, todavía falta tiempo y queda bastante sufrimiento económico.
ECONOMÍA GLOBAL:
El director de asuntos monetarios del FMI, José Viñals, reconoció en Madrid que las economías internacionales estuvieron al borde del colapso a principios de mayo por la crisis de Grecia, lo que obligó a tomar medidas urgentes a la UE. Según el ex subgobernador del Banco de España, es la segunda vez que el mundo vive una situación similar en esta crisis. La primera fue en 2008 y tuvo su epicentro en Estados Unidos con la quiebra de Lehman Brothers.
Destacó que la crisis vive una segunda fase por la agudización de los riesgos soberanos y las dudas de que las respectivas autoridades aborden ajustes. Insistió en las reformas estructurales, especialmente la laboral, en tándem con la mejora de la productividad y competitividad. Solicitó “una revolución de la política financiera", pidiendo mayor implicación del sector privado. "Ha llegado la hora de la verdad y en parte depende de la joint-venture (asociación) entre iniciativa privada y pública".
Por otro lado, según un informe confidencial del FMI y de la Comisión Europea, relativo a la factura de las ayudas a la banca, los recursos movilizados superan el 25% del PIB en los países desarrollados.
El trabajo del FMI ha sido encargado por el G-20 a la vista de los impresionantes recursos aportados o garantizados por los contribuyentes (superiores a los 9,6 billones de dólares) para salvar los bancos, aunque una parte de ellos no han sido utilizados. El G-20 tiene previsto discutir en su reunión a finales de junio en Toronto "cómo el sector financiero podría hacer una justa y sustancial contribución para reparar el sistema bancario".
El impacto para el sector público de la crisis bancaria se concentra prácticamente en los llamados países avanzados del G-20 (Australia, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea, Reino Unido y Estados Unidos) con más de 9,5 billones. En los países emergentes del grupo sólo han consumido el dinero de los ciudadanos, Brasil (1,3% del PIB) y Rusia (9,6%). El resto de miembros del club (Argentina, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, África del Sur y Turquía) no han gastado ni un céntimo.
Las secuelas más graves de este empleo masivo de dinero de los contribuyentes se verán reflejadas en el preocupante aumento de la deuda pública, que en los países avanzados será de 40 puntos porcentuales entre los años 2008 a 2015, lo que supondrá una grave hipoteca para generaciones futuras. Paralelamente, el impacto de la crisis financiera ha provocado hasta ahora una pérdida acumulada del PIB del 27% en estos países.
Sin duda, el aspecto más preocupante de la crisis financiera que nos azota, ha sido la enorme pérdida de millones de empleos. La tasa de paro ha alcanzado el 10% tanto en Europa como en Estados Unidos. En la Unión Europea el número de desempleados ha aumentado en 7,2 millones desde marzo de 2008 (un crecimiento del 45%).
De momento, solo Estados Unidos ha acordado una medida para pagar los costes incurridos hasta ahora. Sin embargo Europa, a pesar de un informe de la Comisión Europea que cifra en 4,1 billones de euros los recursos públicos comprometidos por 19 Estados europeos (entre octubre de 2008 y marzo de 2010, alrededor del 32,6% del PIB de la UE), tan sólo se han iniciado consultas para crear un fondo de resolución para futuras crisis bancarias, cuya propuesta legislativa no estará lista hasta principios de 2011, y que cuenta con la oposición del Banco Central Europeo. En fin, parece que se prefiere “pasar página”…
Bien es cierto, que sólo se han utilizado finalmente una parte de ellos. En los países avanzados, si se excluyen los avales o garantías públicos (que representan el 11% del PIB), los fondos disponibles para ayudas directas del Gobierno ha representado el 6,2% del PIB. El coste neto para los Estados ha sido del 2,7% del PIB en los países avanzados, es decir, nada menos que 862.000 millones de euros. Sin embargo, las intervenciones directas de los Estados no recuperadas han sido especialmente elevadas en Reino Unido (5,4% del PIB); Alemania (4,8%) y Estados Unidos (3,6%).
Para el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, "mientras la situación continúe frágil, es crucial para el conjunto de la economía que los bancos no sigan dependientes de los Estados por más tiempo del necesario y que se financien crecientemente en el mercado". "Algunos han empezado", añadió, "otros serán inducidos a ello y algunos de estos habrán de sufrir una necesaria reestructuración".
Es preciso que este importante asunto de la recuperación de los gastos públicos dirigidos a ayudar a la Banca, sea debatido en la próxima reunión del G-20 en Toronto, y en las instituciones europeas y Estados afectados.
De nuevo han aparecido voces a favor de una instaurar una tasa del 0,05% que recaiga sobre las transacciones financieras, dirigida especialmente a las operaciones especulativas (movimientos de capital a corto plazo). Teniendo en cuenta que el volumen de transacciones financieras mundial es de alrededor de 3.000 billones de euros (movimientos en absoluto controlados), se podrían obtener unos ingresos de 500.000 millones el año próximo, incluidos unos 200.000 millones en Europa, lo que permitiría crear más de tres millones de empleos.
ESTADOS UNIDOS:
Observando la situación de especulación en los mercados financieros con los países del sur de Europa, es posible plantearse qué ocurriría si los agentes de ese mercado perdieran la fe en Estados Unidos. La deuda total estadounidense crece rápido, y alcanza ya a los 12,9 billones de dólares, el equivalente al 92% de su PIB.
Algunos expertos temen que esa situación se pueda dar pronto, ya que el empeoramiento de las cuentas públicas en Estados Unidos comienza a acercarse a un nivel que amenaza con poner a prueba a los mercados en plena crisis del euro.
Para algunos, es la consecuencia de haber puesto el dinero de los contribuyentes a rescatar a la banca y combatir a la recesión. El hecho es que las circunstancias han llevado a que la deuda en los países ricos pueda alcanzar, nada menos, que el 100% del PIB en el año 2014 (37 puntos más que antes de la crisis).
Según el FMI, de la cifra anterior (del 37% más que antes de la crisis) entre otras causas, 3 puntos del incremento se atribuyen a la ayuda masiva al sector financiero. Otros 3,5 puntos a los paquetes de estímulos fiscales. 4 puntos a los intereses que deben pagar los Gobiernos por la deuda que acumulan. Y a esto hay que añadir otros 9 puntos derivados de la pérdida de ingresos debido a la recesión económica.
Afirman muchos analistas, que las finanzas públicas de las potencias industrializadas "están en su peor estado desde la revolución industrial", excluyendo, claro, los periodos de guerra y de posguerra. Y por eso no son pocos los que empiezan a mirar más allá de la crisis inmediata en Europa, y se anticipan a la siguiente etapa, con la atención puesta en EE UU (algunos no lo ven muy lejana en el tiempo).
La oficina presupuestaria del Congreso de EE UU estima que para el año 2020, el 14% del gasto público irá destinado a pagar los intereses de la deuda. Eso equivale a 916.000 millones de dólares (cinco veces más que el año pasado). Buena parte de esa deuda está en manos de extranjeros, es decir, el dinero saldrá del país en lugar de invertirse en el mismo.
En las próximas dos décadas, si esa política no cambia, la deuda podría doblarse y superar el 150% del PIB estadounidense (consecuencia del gasto sanitario y de las pensiones). Ante este panorama, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha reclamado un plan para reducir el déficit público (ronda el 11% del PIB) a un nivel sostenible.
Bernanke ha llegado a afirmar que “el caso griego debe ser tomado como una lección. Ya que si no, se perderá la confianza de los mercados". EE UU tiene, además, su propio drama en casa. A día de hoy es más arriesgado prestar dinero a California que a Irak, ya que este Estado estadounidense aparece el séptimo en una lista liderada por Venezuela, Argentina y Grecia.
En general, se niega cualquier comparación entre la situación fiscal estadounidense y el drama que se vive en Europa. Pero en Washington siguen muy de cerca la evolución en Europa: existe el riesgo de que la crisis de la eurozona haga descarrilar a la débil e incipiente recuperación en Estados Unidos.
La caída libre del euro encarece los productos estadounidenses en el exterior. La zona euro es el segundo mercado para EE UU (15,3%), por detrás de Canadá (19,4%) y seguido de México (12,2%).
El problema llegaría, si el parón en Europa derivado de la crisis fiscal afectara a otras economías, con las que EE UU tiene estrechos lazos comerciales. Y lo que preocupa especialmente es el riesgo de contagio al sistema financiero, restringiendo, aún más, a las condiciones financieras.
En relación al sistema financiero, el Senado norteamericano ha aprobado la ley de reforma financiera. Teóricamente, se persigue reformar a Wall Street, evitando el riesgo de que los ciudadanos paguen los errores de los bancos. La ley creará nuevos instrumentos de control y otorgará a las agencias reguladoras más poderes para intervenir en las operaciones financieras.
Ahora se precisa refundir el texto aprobado en el Senado con el que la Cámara de Representantes aprobó en el mes de diciembre, y volver a votar de nuevo el proyecto resultante en los plenos de ambas cámaras. Ese proceso puede requerir aún algo más de un mes para su conclusión.
No existen diferencias notables entre los textos de las dos cámaras, pero sí hay algunos detalles que es necesario conciliar, sobre todo en lo que respecta al mercado de derivados. Mientras el proyecto de la Cámara apenas incluye modificaciones en ese campo, el del Senado deja a los grandes bancos prácticamente fuera de ese mercado y prohíbe las operaciones directas entre dos entidades. El Senado entiende que los derivados, un complejo producto financiero diseñado por aumentar el rendimiento de una inversión mediante la pura especulación, son parte principal de la crisis provocada por Wall Street en 2008.
La reforma persigue evitar situaciones como la que dio lugar a la burbuja urbanística, limitar el riesgo que asumen las firmas financieras. En definitiva, se intentan corregir los problemas que colocaron a la economía mundial al borde del colapso total.
Las autoridades podrán impedir la entrega de bonos millonarios a los ejecutivos de empresas, que se considere que están en mala posición o en riesgo de quiebra.
Se establece un nuevo Consejo de Estabilidad Financiera cuya función será la de asistir a la Reserva Federal en el seguimiento del riesgo que van asumiendo las instituciones financieras y se crea también, dentro de la Reserva Federal, una nueva agencia de protección al consumidor que será la responsable de vigilar las condiciones de los créditos más frecuentes, ya sean hipotecas o tarjetas de crédito.
También la ley creará un nuevo organismo de vigilancia de las compañías de seguros y de las agencias de rating financiero. Estas agencias, hasta ahora, otorgan su valoración a las mismas empresas que les pagan, lo que genera sospechas. Con esta legislación, se incorporarán al proceso de calificación representantes de la Comisión de Valores.
Por lo respecta al grave problema del desempleo en Estados Unidos, durante el pasado mayo ha vuelto a aumentar, aunque con menor intensidad que en meses anteriores. Según el Departamento de Trabajo, la destrucción de puestos de trabajo ha sido de 345.000 personas (menos que en el mes de abril pasado). Se trata de un mal dato, pero que se ha tratado de interpretar como no demasiado malo, al haber disminuido la destrucción de empleo. La tasa paro ha crecido al 9,4% (la más alta desde el año 1983). Y según Bernanke, la destrucción de empleo persistirá, al menos, durante todo este año 2010.
UNIÓN EUROPEA:
Todos los Gobiernos insistían en proclamar las diferencias de sus países con Grecia. Pero Hungría provocó un nuevo sobresalto al subrayar que atraviesa una situación económica gravísima, "comparable a la de Grecia", y que la posibilidad de impago de su deuda no es exagerada. Lo hizo por boca del Gobierno de centro-derecha que acaba de tomar posesión, y que acusa al anterior Ejecutivo socialista de haber mentido sobre la situación económica y manipulado las cuentas. Al día siguiente, el mismo Ejecutivo, manifestó que la situación no era realmente esa, y que había exagerado los problemas.
Hungría, con un PIB próximo al 1% de la Unión, recibió ya un auxilio financiero para evitar la quiebra de unos 19.000 millones de euros por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la UE y el Banco Mundial en octubre de 2008. Aunque Hungría no pertenece a la zona euro, la noticia contagió inmediatamente a los mercados financieros europeos con fuertes caídas en las Bolsas de Madrid (3,8%), Milán (3,7%), París, (2,8%), Francfort (1,8%) y Londres (1,6). El euro cayó hasta 1,19 dólares, el nivel de cambio más bajo desde hace cuatro años.
Sorprende el anuncio de Hungría, ya que esta no es la visión que tenían los expertos del FMI sobre esa economía. En su quinto informe sobre el plan de ayuda, redactado el pasado marzo, los expertos del Fondo señalaron que el programa económico del Gobierno "ha puesto a Hungría en el camino de la estabilidad y el crecimiento". Igualmente señalaban que “bajo el programa de apoyo del Fondo, la posición fiscal subyacente ha mejorado, se proporcionó oportuna liquidez al sistema y se mejoró significativamente la supervisión bancaria”.
Lo cierto es que según los datos publicados por Eurostat (la oficina estadística de la Unión Europea), el PIB de Hungría durante el primer trimestre creció el 0,9%, muy por encima del 0,2% de media europea. Hungría tiene una deuda pública del 78% del PIB, también algo superior a la media de la UE.
Por otro lado, la Unión Europea impondrá sanciones a los países que violen en el futuro el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que ha quedado inoperante por las políticas fiscales contra la crisis. Si bien es cierto, que Alemania, fue uno de los primeros países incumplidores del mismo.
No obstante, es Alemania la que está liderando las peticiones de disciplina, rigor y mano dura en la Unión Europea.
El Pacto de Estabilidad sigue en vigor, con sus exigencias básicas de mantener el déficit por debajo del 3%, y de que no supere la deuda una cifra equivalente al 60% del PIB. Lo que ahora se persigue, es aplicar de forma decidida sanciones financieras y no financieras a los incumplidores.
El pacto actualmente vigente prevé sanciones graduales (con fiscalización muy pautada de los programas de vuelta a la normalidad) que pueden llegar al límite de gravosas multas (con tope del 0,5% del PIB). Extremo nunca alcanzado y que se evocó en 2003 precisamente contra las, entonces, incumplidoras Alemania y Francia. En aquel momento, ambas potencias económicas, forzaron una reforma del pacto para flexibilizarlo.
Da la impresión que Alemania se propone desandar el camino andado en su calidad de principal contribuyente al plan de rescate de Grecia y al fondo de 750.000 millones de euros para otros posibles afectados.
Frente a los apoyos fiscales llevados a cabo durante la Gran Recesión, se ha intensificado la necesidad de los ajustes presupuestarios. Ahora bien, una intensa reducción del gasto público -excesivamente concentrada en el tiempo- no es el remedio adecuado a la creciente anemia de las economías europeas. Es una señal necesaria, orientada como mensaje a los mercados, pero de dudosa utilidad para la recuperación del crecimiento y del saneamiento de las finanzas públicas.
Con reducciones improvisadas en el gasto de inversión no se conseguirá un buen saneamiento, ya que los ingresos públicos también han de contribuir. Los impuestos no deben ser elevados en momentos recesivos, sino que hay que propiciar el consumo y la inversión, creando la suficiente confianza en los agentes económicos. Confianza que, en estos momentos, brilla por su ausencia en el viejo continente europeo.
En Inglaterra, la nueva coalición de conservadores y liberal-demócratas ha anunciado un recorte presupuestario de 6.250 millones de libras (cerca de 7.300 millones de euros) para el actual ejercicio fiscal 2010 /2011. Para ello, el Gobierno se ha apoyado en la crisis de la zona euro (aunque no forme parte de ella).
Gran Bretaña es el país con el déficit público más elevado de la UE, por lo que el ajuste presupuestario ha de servir para prevenir que los mercados acaben cebándose en su deuda como lo han hecho con la zona euro.
Según ha anunciado el Gobierno inglés, se trata de "los primeros pasos" de un ajuste mucho más duro que empezará a trazarse en otoño, cuando el nuevo Gobierno presente sus prioridades de gasto público a tres años con la vista puesta en reducir el déficit (actualmente equivale al 13% de su PIB) y empezar a dominar la deuda pública.
Se ha anunciado la congelación de hecho de la contratación de nuevos funcionarios, pero no han explicado cuántos perderán su empleo. El Instituto para Personal y Desarrollo del Reino Unido, estimó que serán unos 50.000 en este ejercicio presupuestario. Del ahorro final, 580 millones de euros serán reinvertidos en gasto público productivo.
El Estado ahorrará 5,8 millones de euros al suprimir los coches oficiales asignados personalmente a los miembros del Gobierno (incluyendo lo que en España se conoce como Secretarios de Estado), que a partir de ahora deberán compartir coche o utilizar transporte público cuando sea posible. La orden de prohibir a todos los funcionarios públicos viajar en primera clase permitirá recortar gastos por 11,6 millones de euros.
El Gobierno espera ahorrar 2.000 millones de euros retrasando, suspendiendo o renegociando contratos y proyectos ya firmados y otros 1.350 millones en consultoría y gastos de viaje. Las distintas medidas propuestas significan que los Gobiernos locales deberán reducir el gasto en 1.350 millones de euros, pero tendrán libertad para decidir cómo gastan un total de casi 2.000 millones de euros cuyo destino estaba hasta ahora previamente decidido por el Gobierno central.
También los Ejecutivos autónomos de Escocia, Irlanda del Norte y Gales se ven afectados por las reducciones (820 millones de euros) pero si lo desean podrán retrasar el ajuste al año que viene. Entre los recortes que pueden ser más polémicos están la supresión los llamados Child Trust Funds, unas cartillas de ahorro con dinero público para los recién nacidos (370 millones de euros).
También Italia, aunque Silvio Berlusconi ha presumido de que Italia lideraba la recuperación, ha presentado con una frase latina: “Primum vivere, deinde filosofare” (primero vivir, después filosofar), un plan de ajuste fiscal con una fuerte división del Gobierno.
Más de la mitad del esfuerzo recaerá en las regiones, las provincias y los ayuntamientos, que verán mermada su inversión en 13.000 millones. La dureza del plan no tiene precedentes en Italia. Y, contra lo asegurado por el Gobierno, la política social se verá afectada.
La reforma congelará los salarios de los 3,5 millones de funcionarios y bloqueará los contratos (incluidas renovaciones de temporales) hasta 2013. Para dar ejemplo, se reducen las retribuciones de los ministros y parlamentarios y se racionalizan o suprimen varios entes improductivos.
Las pensiones tampoco se escapan: se retrasa seis meses, hasta julio de 2011, la jubilación de los trabajadores que cumplan los requisitos este año. Y la edad de retiro de las mujeres funcionarias se equiparará progresivamente a la de los hombres, hasta situarse en 2016 en los 65 años (actualmente está en los 60 años).
La austeridad rozará también a los altos directivos privados, al subir la fiscalidad sobre opciones por acciones y bonos de sus empresas. Una gran novedad es la guerra contra el fraude fiscal y la economía sumergida. Italia es el segundo país europeo que, tras Grecia, más impuestos evade (100.000 millones anuales, según datos de la propia hacienda italiana).
Más en consonancia con el estilo del Gabinete Berlusconi es la regularización, con una multa rebajada al 33%, de alrededor de 2,5 millones de inmuebles no declarados (ilegales) que afloren voluntariamente. La amnistía puede generar hasta 5.000 millones de euros, pero según la oposición es un regalo a las mafias. También se ha decidido que los turistas tengan que pagar 10 euros por su estancia en Roma.
Con relación a Alemania, algunos analistas están señalando a Alemania como claro ganador de la crisis fiscal de la eurozona. El desplome del euro favorece al ya abultado superávit comercial alemán. Y el incendio en los mercados de deuda de los países periféricos deja el mismo caballo ganador: de nuevo Alemania. Nunca en los últimos 20 años su deuda había pagado tipos de interés tan bajos: el 2,5% en el bono a 10 años. Un punto menos que hace un año, y dos menos que antes de la quiebra de Lehman Brothers. Cuando nació el euro, hace una década, Alemania pagaba más del 5% por el famoso bund. Veinte años atrás, en plena reunificación, casi el 10%.
Esa caída de los intereses se explica por la huida en desbandada de los inversores hacia la seguridad. Alemania tiene una reputación intachable de buen pagador, y como país refugio se beneficia del bajo coste de su financiación cuando se incendian los mercados. La credibilidad deja un ahorro colosal en las arcas del Tesoro alemán, directamente proporcional al sobrecoste que paga ahora la periferia del sur de Europa.
Los ahorros que ocasiona el bajo coste de su financiación son millonarios. Tenía una deuda pública de 1,76 billones de euros a finales del año pasado, el 73,2% del PIB. Según Barclays, asumiendo que el 20% de la deuda debe ser refinanciada cada año, al final Alemania se ahorra 3.500 millones anuales por cada punto que cae el coste de financiación de su deuda.
Mientras las cosas sigan igual, los alemanes seguirán sacando provecho a esa situación: pueden recaudar mucho dinero de forma barata (con las emisiones de deuda) y obtener un gran retorno con los préstamos a los países con problemas. El problema es que puede llegar el momento en el que Alemania se encuentre con un montón de deudas incobrables, y el sentimiento del mercado se vuelva en su contra como un vendaval.
Sin embargo, no todo son luces. Un parte importante de la banca alemana tiene serios problemas. El sistema de pensiones preocupa. Y, en definitiva, la crisis fiscal europea favorece ahorros en el pago de intereses, pero a la postre Alemania necesita que los compradores de sus exportaciones (los países más golpeados, en gran medida) sigan siendo capaces de comprarlas. Si el resto de la UE se hunde en la recesión, Alemania también pagará las consecuencias.
Los alemanes están mejor porque hicieron las grandes reformas antes de la crisis. Son más competitivos. Y ahorran más. Pero a menudo pasan por alto que fueron los primeros en incumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que sus bancos fueron los que más se metieron en el cenagal de las subprime, y que han sacado inmensas ventajas económicas y financieras de la Unión. Alemania va a aprobar una subida de impuestos en lugar de incentivar la demanda interna, que es lo que la UE necesita para salir de la crisis. Olvida de esta forma, que si todo el mundo hiciera lo mismo el mundo iría directo hacia el desastre.
Francia también ha anunciado medidas: los franceses deberán trabajar más para obtener la jubilación y el Gobierno de Sarkozy está dispuesto a poner en marcha un gravamen extra destinado a las rentas más altas y a los rendimientos de capital con objeto de aumentar los recursos para las pensiones. Esas son las principales propuestas del documento elaborado para reformar las pensiones que el ministro de Trabajo, Eric Woerth, ha remitido a los sindicatos. Los franceses pueden jubilarse a los 60 años, aunque para ello el trabajador debe haber cotizado durante 40 años. Con estas medidas, el Gobierno francés espera "aportar una respuesta a las dificultades financieras del sistema hasta 2020 y 2030".
Finalmente, hay que señalar la previsible admisión de Estonia, ex estado soviético que ingresó en la Unión Europea en 2004, a la zona euro. La noticia demuestra que los máximos órganos comunitarios no están dispuestos a dejar que la crisis impida extender el actual bloque hacia los países del Este. Los gobiernos europeos aprobarán, durante este mes de junio, que el país báltico pase a formar parte de la Eurozona, con la advertencia del Banco Central Europeo (BCE) de que mantenga su inflación bajo control.
ESPAÑA:
El consumo de los hogares y el gasto corriente de la Administración, dos de los pilares de la economía española, aumentaron en el arranque de 2010. Y, de su mano, el producto interior bruto (PIB) emergió para anotarse su primer crecimiento en tasa trimestral. Un avance muy débil, apenas del 0,1%, pero que vale para cumplir con la condición técnica que marca el fin de la recesión. Los datos sobre lo que ocurrió entre enero y marzo, facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), certifican que la mayor recesión en medio siglo se acabó. Al menos por el momento…
Con las tasas negativas en retirada, el INE recapitula: "La contracción acumulada del PIB durante el periodo de recesión de la economía ha sido del 4,6%". La pérdida del PIB durante esos años ronda los 50.000 millones de euros. Algunos analistas lo comparan con la pérdida habida si todos los turistas extranjeros se hubieran puesto de acuerdo para no visitar España durante un año.
En palabras del Secretario de Estado de Economía "hay una tendencia hacia la estabilización de la economía", ya que el mínimo crecimiento del PIB español nos acerca al crecimiento europeo (en la zona euro, el avance solo fue del 0,2%).El mercado laboral, con una tasa de paro cercana al 20%, sin embrago, tira por tierra la comparación. La destrucción de empleo apenas aminoró su paso (110.000 puestos de trabajo menos frente a los 140.000 perdidos en el trimestre anterior).
Frente a la pésima situación laboral, el consumo familiar consolidó su recuperación en el arranque de 2010 con una tasa trimestral del 0,5%, respaldada por el incremento del gasto público corriente.
El INE imputa el avance del gasto público corriente al alza de la remuneración de los funcionarios y al repunte en compras y subvenciones a determinados productos, como los farmacéuticos.
La inversión, según el Instituto retrocedió con más intensidad (-2,7%) que en el trimestre anterior. El frenazo del gasto en infraestructuras llevó a la inversión en construcción a una tasa negativa (-3,4%) que emparenta con lo peor de la crisis. La inversión en bienes de equipo también desfalleció (-1,2%) tras dos trimestres al alza. Sin embargo, lo que no decayó durante el primer trimestre fue el sector exterior, que encadena más de dos años de aportación al crecimiento económico español.
Por otro lado, según la OCDE (organización que aglutina a las 30 economías más desarrolladas) España se contraerá a lo largo de este año un 0,2%. Una décima menos que lo calculado en noviembre (0,3%), que coincidía con la previsión del Gobierno. El año que viene, según esta institución, España, tras dos años de recesión y a pesar de las medidas antidéficit adoptadas por el Gobierno, crecerá un 0,9%. Al contrario de lo que ocurre con el dato de 2010, en esta ocasión la OCDE es más pesimista que el Gobierno de Zapatero, que confía en alcanzar el 1,3% en 2011.
La OCDE afirma que España seguirá casi doblando a Europa en tasa de paro (19,1% frente a 10,1% este año). Espera una tasa de paro del 18,2% en 2011. Los economistas de la organización advierten que la "reducción del alto desempleo español" pasa por una "reforma de envergadura del mercado laboral". Igualmente, recomienda a España una reforma del sistema de pensiones.
La verdad, es que la crisis, además de tremendas dudas sobre el futuro, está poniendo de relieve muchas paradojas. Pese al incremento de la prima de riesgo, jamás le había salido a España tan barato financiarse; y nunca jamás los Gobiernos europeos se pusieron, aparentemente, tan de acuerdo para generar confianza en la zona euro, con un resultado tan grande de desconcierto generalizado. La realidad, es que la tiranía del mercado financiero se están ensañando con España, que acaba de aprobar el plan de ajuste más traumático históricamente habido.
El presidente anunció, entre otras medidas, la rebaja de sueldos para los funcionarios y la congelación de las pensiones. La prima de riesgo de la deuda española (la diferencia entre el bono español y el alemán, el más seguro), encaramada entonces a máximos que llegaron a los 164 puntos básicos, cayó en solo unos días por debajo de la barrera de los 100 puntos. Pero desde entonces, el sobreprecio que tiene que pagar España para financiarse ha seguido creciendo sin freno. Se han superado los niveles previos al 9 de mayo (cuando la Unión Europea y el FMI aprobaron un salvavidas para los países del euro en riesgo de bancarrota por valor de 750.000 millones de euros), hasta cerrar en los 194 puntos a principios de junio.
España tiene que ofrecer casi dos puntos porcentuales más que Alemania para estimular la compra de su deuda: un 4,5% frente al 2,5% que paga el bono alemán. La conclusión es que la situación es ahora peor que antes de que Europa y España lanzaran su doble órdago. Y no solo porque los fríos indicadores así lo digan, sino porque apenas queda munición en la recámara para usar en caso de emergencia.
Los mercados buscan siempre el flanco más vulnerable, que ahora es España: los inversores detectan la enorme debilidad del Gobierno vivida en la votación del plan de ajuste en el Congreso de Diputados, o con el continuo baile de fechas de la reforma laboral. Igualmente, asaltan las dudas respecto a la forma en que el Gobierno pueda aprobar los Presupuestos para 2011, que será al menos tan severo como el plan de recortes ya aprobado (el Gobierno pretende gastar un 7,7% menos que en 2010).
Entre los países de la zona euro, la deuda española ha sido la más castigada en el último mes. Solo el coste de financiación del bono a 10 años de Grecia, Portugal y Bélgica se ha encarecido más que el español. Las razones para el pesimismo no se encuentran únicamente en el mercado secundario de deuda. La Bolsa española, que se ha convertido en el termómetro de los miedos ante la perspectiva de un futuro de anémico crecimiento a medio y largo plazo, es la que más ha retrocedido de los parqués más importantes de Europa. El Ibex ha perdido una cuarta parte del valor que tenía a principios de año.
No obstante, entre tantas malas noticias que llegan de todos los frentes, es importante no perder de vista que España continúa financiándose a los precios más bajos de los últimos años. Desde los años noventa, cuando el tipo de interés medio de la deuda en circulación superaba el 10%, este ha ido cayendo progresivamente hasta el 3,5% de abril de este año, según los datos del Tesoro. Se trata de los tipos más bajos que ha conocido el mercado -un recorte paralelo al del precio del dinero que fija el Banco Central Europeo-, pero que afectan a un volumen de dinero cada vez mayor. Porque la deuda del Estado central en circulación se ha multiplicado por cuatro en dos décadas, hasta alcanzar los 488.392 millones del pasado mes de abril.
Según denuncian varios analistas, está teniendo lugar un cierto histerismo de los inversores y especuladores: “la actitud del que cuando coge una presa, ya no la suelta pase lo que pase”.
Según algunos analistas, estamos asistiendo a una “guerra de propaganda", y “hay cierta sobrerreacción”. Pero también hay razones de peso. La mayor preocupación es la dispersión entre los países del euro. Una zona que hasta ahora funcionaba con cierta armonía. Está en juego si volverá funcionar como bloque; y si los países periféricos podrán volver a crecer sin el apoyo de Alemania. Si no hay economías que gasten, será difícil financiar a esos países.
A las dudas sobre la capacidad de crecimiento futuro de los países más atrasados de Europa, se ha unido el escepticismo ante el plan de rescate de 750.000 millones que se pactó el 9 de mayo, y que desde entonces no se ha desarrollado. Esperemos que no sea habitual que la Unión Europea responda a los ataques de los mercados con medidas que calman la voracidad de los especuladores sólo durante unos días.
El plan de ajuste aprobado tendrá consecuencias desfavorables para el crecimiento y el empleo. Incluso el Gobierno español ha revisado a la baja sus previsiones económicas, anunciando que, entre 2011 y 2013, el PIB aumentará medio punto porcentual menos cada año, mientras el paro descenderá menos que lo anunciado.
En 2013, la tasa de desempleo aún será del 16,2%, casi el doble que antes de la crisis. Esa ralentización del crecimiento ha sido uno de los motivos por los que la agencia Fitch ha rebajado un escalón la nota de la deuda española (de la máxima nota de solvencia AAA -matrícula de honor- la ha rebajado un escalón, hasta AA+ -un sobresaliente- que implica que la probabilidad de impago de la deuda es aún prácticamente nula). La decisión se tomó solo 24 horas después de que el Parlamento aprobara por un voto el plan de ajuste del Gobierno.
Por su parte, el Banco de España ha señalado que los Bancos y las Cajas de Ahorros tendrán que acelerar las provisiones que hacen cuando los clientes les dejan de pagar. Hasta ahora tenían un plazo que alcanzaba entre los dos y los seis años, mientras que ahora se reduce a un año. La medida supone un golpe para las cajas con mayor número de créditos “al ladrillo”, que son las más débiles, tratando, de esta forma que aceleraren las fusiones. El supervisor quiere que el 15 de junio se hayan pedido las ayudas públicas necesarias para las entidades con problemas. Para los mercados, el supervisor lanza el mensaje de que no va a permitir que se oculte “ladrillo” en los balances, como le han acusado medios anglosajones.
La medida que afecta en mayor medida a las Cajas con mayores problemas, está dando lugar a la proliferación –al menos a su intento- de las llamadas “fusiones frías”, o “Sistemas Institucionales de Protección” (SIP). Se trata de acuerdos que permiten mantener lo más sensible (los consejos de administración, la obra social y las oficinas con la marca comercial), mientras se une en un banco el corazón del negocio: los modelos de riesgo, los sistemas informáticos, el capital y, al menos, el 40% de los beneficios. También se firma un compromiso mutuo de solvencia y de permanencia por un mínimo de 10 años. Algunos las denominan "fusión a fuego lento", ya que si se analiza con detalle la letra pequeña establecida por el Banco de España, es difícil que en el futuro se pueda romper el acuerdo.
Para muchos analistas, las urgencias no están actuando convenientemente (el calendario posible acaba el 15 de junio). Para muchos, las SIP son un sistema rápido y flexible, pero deben demostrar que pueden eliminar oficinas y plantillas. El entorno es muy complicado. Si no lo hacen bien, llegará una segunda ronda de fusiones.
Señalan, igualmente, muchos analistas, que las SIP tienen de bueno que las cajas reconozcan sus pérdidas y refuercen su capital con el fondo de rescate, pero no es un sistema adecuado para recortar gastos, en un momento de márgenes a la baja y provisiones al alza. Las SIP por sí solas no resuelven los problemas de solvencia. Al fin y al cabo se trata de préstamos que hay que devolver algún día, y para eso se necesita algo más.
Dice el refranero español, “los males nunca vienen solos”: y es que, por si fuera poco, se ha comenzado a hablar de los efectos de la retirada del dinero procedente del presupuesto comunitario (uno de los grandes motores del crecimiento económico español). España ha recibido desde su entrada en la UE entre 140.000 y 170.000 millones de euros en fondos europeos, que, entre otras cosas, han financiado casi un 50% de la inversión en infraestructuras. Esta valiosísima fuente de recursos amenaza con secarse. Todo indica que la quinta economía europea perderá buena parte de este dinero a partir de 2014, lo que podría rebajar la tasa de crecimiento anual español en cerca de medio punto.
El actual presupuesto comunitario (de 2007 a 2013) ya supuso un recorte de los fondos -de 60.000 a 32.000 millones-, y cada vez es menor la aportación del dinero europeo al crecimiento económico español. En el próximo presupuesto podría ser peor: es posible que España, hasta ahora receptor neto, tenga que aportar, aunque sea a un nivel bajo.
Ante la pérdida paulatina de fondos europeos, hay que confiar en recaudar más impuestos, bien a través del IVA o del IRPF, y tener margen para reinvertir una parte de lo recaudado en suplir la pérdida de fondos. La Administración central y las comunidades tienen que hacer un esfuerzo de coordinación e inversión para mantener el pulso.
Por acabar con mejores noticias, hay que señalar que con la entrada del verano, el paro ha bajado durante el mes de mayo. Las Oficinas de Empleo registraron 76.223 desempleados menos que en el mes de abril. Dentro de la peor crisis económica española en medio siglo, la noticia ha sido bien recibida.
Durante los dos años de recesión económica, ni el buen tiempo ni el repunte estacional de actividad económica valieron para impedir que el paro aumentara, incluso en mayo. Y en el año 2009 apenas se registró un leve descenso del desempleo. El descenso de 76.223 parados habido en mayo ha sido el mejor registro desde que arrancó la crisis.
En términos absolutos, hay que echar la vista atrás al menos cinco años para encontrar un mes (también mayo) en el que la lista del paro se acortara de esta manera. "En su conjunto, este mes de mayo se parece mucho más a los años anteriores a la crisis económica", comentó Octavio Granado, Secretario de Estado de la Seguridad Social.
Ya sea porque la intensa destrucción de empleo no va a más, tras dejar en la cuneta más de dos millones de puestos de trabajo (un 10% de los que había antes de la crisis), o ya sea porque la recuperación económica halla arraigado, el mercado laboral parece estabilizarse. Encadena ya cuatro meses de aumentos en el número de afiliados a la Seguridad Social (en mayo, la afiliación creció en 113.237 ocupados, un 0,6% más que en abril) y dos meses consecutivos de reducción de paro. Y, sobre todo, recupera un comportamiento estacional, propio de etapas menos turbulentas.
No obstante, es muy pronto para asegurar que la economía haya comenzado a crear algún empleo. Habrá que esperar a la cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA).
MERCADOS:
A lo anteriormente resaltado de la crisis del mercado de Deuda, hay que añadir que la Bolsa ha cerrado el mes de mayo una caída del 5,33%, cosechada en su mayor parte cuando Hungría destapó el posible nuevo problema de insolvencia financiera.
El Ibex 35 cerró el pasado mes en el mínimo anual de 8.923,40 puntos. Nivel solo superado a la baja por el mínimo intradía del pasado día 25 de mayo, cuando la UE anunció la propuesta de creación de un impuesto a la banca para crear fondos estatales con los que hacer frente a posibles crisis en las entidades. Pocos días después de hacer la UE esa propuesta, desde el BCE se avisaba de que los bancos de la eurozona sufrirían considerables pérdidas por la posible depreciación del valor de sus préstamos.
Para algunos inversores, la presión a que las autoridades europeas están sometiendo a la banca en momentos difíciles es incomprensible, y justifica la desbandada que se está produciendo.
Aun así, en los mercados de valores se detectó la posibilidad de un rebote en algunas sesiones al considerarse que se estaba dando una situación clara de sobreventa por la acumulación de malas noticias de toda índole. Primero fue Grecia, luego la eurozona casi en su totalidad, después las posibles regulaciones del sector financiero y, más tarde, Corea e Israel, y en todos los casos hubo amplias retiradas de la inversión, más por el ambiente de inestabilidad global que por la importancia de cada una de las noticias.
Por otro lado, en el mercado de divisas, la cotización del euro se ha visto perjudicada por cada una de las malas noticias, cayendo a finales de mayo a su nivel más bajo desde 2006 (llegó a cotizar a 1,1998 dólares por euro).
La depreciación del euro en el mercado de divisas es un problema añadido, ya que está frenando la entrada de inversores, que ven en la posible evolución del tipo de cambio una posibilidad más de perder dinero al efectuar el retorno de su inversión (menos unidades de la divisa por cada euro).
En el mercado español, el sector más perjudicado ha sido otra vez el bancario, tanto por los avisos de los responsables del BCE sobre la calidad de los créditos como por la evidente depreciación de sus carteras de deuda. A esto hay que añadir que a finales de mayo, Morgan Stanley decidió bajar el precio objetivo de los bancos Santander y BBVA desde 11 euros y 12 euros, respectivamente, hasta 9 euros -por la situación económica española-, lo que para muchos gestores es casi una forzada orden de venta.
Los intentos del Ibex 35 por sostenerse por encima de los 9.000 puntos, que tuvieron éxito en un par de ocasiones, se han venido abajo al perderse ese nivel que, además, le ha llevado a acumular una pérdida anual del 25,26% (la mayor entre los principales índices europeos).
EMPRESAS:
Las ventas de coches han mantenido una buena velocidad, pero “los automóviles ya pisan el freno”. Durante el pasado mes de mayo se vendieron 102.873 unidades (un 44,6% más que en el mismo mes del año 2009). De esta forma, el número de matriculaciones en mayo se ha situado al nivel de 1998 (muy alejado del fortísimo periodo de ventas habido de 1999 a 2007). En lo que va de año, se han vendido 482.677 unidades (una aumento del 43,5%).
No obstante, tanto la patronal de fabricantes Anfac, como la de vendedores Ganvam, han declarado que se ha constatado un descenso en la afluencia de clientes a los concesionarios, con una reducción del 20% en el número de pedidos respecto al mes anterior, lo que anticipa bajadas del mercado (previsiblemente a partir de julio).
Las ayudas directas del Plan 2000E (2.000 euros por coche entre las ayudas del Estado, comunidades autónomas y las de los fabricantes) han logrado nueve meses seguidos de subidas en las ventas, pero los recursos se acabarán a mediados de junio.
Fabricantes y vendedores han insistido en la necesidad de prorrogar el Plan 2000E, alegando que, además de ayudar a mantener el mercado y aumentar la recaudación fiscal, generaría ahorro en prestaciones por desempleo. Asimismo, avisaron de que, en caso contrario, será difícil mantener el volumen de empleo en el sector, especialmente en la distribución, es decir, en los concesionarios.