lunes, 8 de noviembre de 2010

SITUACIÓN ECONÓMICA Noviembre 2010: estancamiento, intensificación de los riesgos e incertidumbre

Existe consenso respecto a que el Gobierno norteamericano ha evitado, durante sus dos años de presidencia, otra Gran Depresión como la de los años treinta del reciente siglo XX. No obstante, igualmente hay acuerdo respecto a que no se ha logrado una recuperación económica sostenida, ni mucho menos acabar con el fuerte desempleo estadounidense. Existe el temor a que la mayor economía mundial se encuentre encallada en lo que se ha dado en denominar "lóbrega Nueva Normalidad". Situación que podría durar varios años más. Tanto si la calificamos como “leve recesión” o “estancamiento”, esa es la situación real.

ECONOMÍA GLOBAL:

Parece mentira, pero al día de hoy casi nadie sabe qué va a suceder. Sólo unos pocos como el Nobel Paul Krugman que ha llegado a calificar a la economía como una “ciencia lúgubre” que durante los últimos 30 años “ha sido espectacularmente inútil en el mejor de los casos, y absolutamente dañina en el peor" se atreven a hacer vaticinios. También, el apodado como “Doctor Catástrofe”, Nouriel Roubini (uno de los pocos que fueron capaces de anticipar esta crisis y otras muchas que nunca llegaron a materializarse), extremadamente polémico, pero que tiene la valentía de ir a contracorriente, y que sigue dando que hablar con unas perspectivas económicas tildadas de pesimistas (él las llama realistas).
Afirma Roubini que "aún no hemos salido de esta y ya viene otra crisis: la cuestión es solo cuándo". Prosigue señalando que “nos esperan años de bajo crecimiento económico por muy bien que salgan las excepcionales y en ocasiones insólitas medidas de política fiscal y monetaria que se han puesto en marcha. Vienen años dolorosos por la resaca del alto endeudamiento público y privado en el mundo rico. La buena noticia es que podemos evitar una recaída en la recesión. La mala es que no se puede hacer mucho más que eso".
La crisis que padecemos nació como financiera en su primera fase, mutó en crisis económica en la segunda, la tercera fue la crisis fiscal y, finalmente en su último capítulo por ahora, es “la guerra” o crisis de divisas. Pues bien, señala Roubini que nos encontramos justo antes de la siguiente etapa: se avecina una situación en la que en aquellos países más castigados, la deuda privada se convertirá en deuda pública resurgiendo los problemas fiscales.
Roubini, doctorado en Harvard, antiguo profesor de Yale y presidente de su propia consultora, postula una mayor regulación: "la banca es la semilla del problema, el ojo del huracán, y todo lo que se haga por darle una vuelta de tuerca a la regulación llegará ya demasiado tarde y será demasiado poco; y aun así hay que reconstruir los diques financieros para hacer frente a futuras crisis. Al paso que vamos la siguiente crisis financiera será aún peor que esta" ha afirmado.
Fue en el año 2004, cuando el economista empezó a hablar de un aterrizaje brusco de la economía norteamericana. Sin embargo, fue en un seminario en el FMI en otoño de 2006 cuando predijo que se avecinaba un grandioso descalabro financiero: el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en el Atlántico Norte y, en última instancia, una depresión profunda. Otros muchos también acertaron, Robert Shiller o Kenneth Rogoff, por ejemplo, pronosticaron algo parecido en varios trabajos.
La realidad, es que siendo muy criticado, también es muy escuchado. Roubini cree que la economía está demasiado dominada por las matemáticas. Según el historiador económico Stephen Mihm (coautor de su obra “Cómo salimos de ésta” Roubini “viaja, escucha distintos puntos de vista de primera mano, intenta ver las cosas desde distintos ángulos, y además usa esos modelos, con los que está familiarizado desde hace más de veinte años. Esa es la clave de sus aciertos".
Afirma el “Doctor Catástrofe” que “la crisis va por barrios: Estados Unidos está algo mejor que Europa; y la periferia de Europa peor que el centro. Y aún dentro de Europa, Grecia y algunos países del Este están peor que Irlanda y Portugal, y esos dos países tienen más problemas que España".
Da recomendaciones distintas a unos y a otros: "Estados Unidos tiene margen para un segundo estímulo monetario. Su banco central está haciendo los deberes. Pero a la larga no podrá mantener su enorme déficit fiscal: los riesgos se acumulan, y las presiones sobre el dólar dejan una especie de terror financiero. Estados Unidos está depreciando a su moneda con su política monetaria (una máquina de imprimir dinero para comprar deuda pública). Los países emergentes, empezando por China continúan comprando bonos estadounidenses e impiden así que el dólar baje más”.
Para Europa, ve más dificultades. Pronostica una década perdida a la japonesa o incluso algo peor: una espiral parecida a la que sufrió Argentina en 2001. "A pesar del plan de rescate anunciado, a pesar de las ayudas a Grecia y a pesar de las pruebas de esfuerzo a la banca, la deuda de los países periféricos sigue presentando problemas. Y el crecimiento en Europa, especialmente en Portugal, Italia, Grecia y España, va a ser muy bajo e incluso negativo”. Dice que “el panorama le asusta. Con deudas tan elevadas y con los planes de austeridad, la deflación es un riesgo serio. Y en esa tesitura, países como Grecia van a tener que reestructurar su deuda, y eso generará una nueva crisis fiscal: ya no es una cuestión de si va a ocurrir, sino solo de cuándo".
Roubini afirma que se están utilizando políticas equivocadas por el Banco Central Europeo y Alemania: “la tozudez del BCE, que se empeña en ver fantasmas de inflación, es un desastre para Europa y en particular para los países periféricos. El euro se ha ido por las nubes por la negativa del BCE a dar pasos en la compra de bonos parecidos a los de la Reserva Federal. Como siga en esa línea y el euro llegue a 1,60 por dólar habrá desaparecido cualquier posibilidad de recuperación, y probablemente veamos que junto a Grecia algún otro país tenga que pedir rescate. Irlanda y Portugal son los peor situados. España ha conseguido desmarcarse y está algo mejor, aunque está metida en otros líos".
"España está mucho mejor que Grecia, y mejor que Irlanda o Portugal. Pero tiene una deuda privada enorme, un paro muy elevado que no va a bajar a medio plazo y un pinchazo inmobiliario en el que los precios aún tienen que caer más. Las pruebas de esfuerzo de la banca fueron muy positivas y la competitividad está mejorando, pero aunque los ajustes han sido duros, probablemente tengan que ser aún más severos. Sobre todo si la manía de la austeridad fiscal alemana y del Banco Central Europeo persisten en sus graves errores".
En contraste con lo anterior, Robert E. Lucas, Nobel en 1995 por su teoría de las expectativas racionales (pupilo de Milton Friedman) como acérrimo neoliberal, está convencido de que ni la política monetaria ni los estímulos fiscales van a mejorar la situación, por lo que defiende la conveniencia de mantener bajos los impuestos para incentivar la iniciativa privada y recompensar el esfuerzo personal. Este profesor de la Universidad de Chicago mantiene una intensa rivalidad académica con Paul Krugman en todos sus planteamientos. En una reciente entrevista señala que los europeos, y España en particular, están demasiado inmersos en el Estado de bienestar y que deberían dar un paso atrás. Además se declara partidario de mantener las rebajas fiscales de Bush para las rentas más altas.

ESTADOS UNIDOS:

La economía de Estados Unidos EE UU consiguió cierto repunte durante el tercer trimestre, ya que su PIB creció a una tasa anualizada del 2%, pero continua sumamente debilitada, y con cierto riesgo de caer en la deflación.
La senda expansiva de la economía comenzó en junio de 2009, pero el problema es que a este ritmo de crecimiento actual, no es posible generar los empleos necesarios para contener el paro, situado en el 9,6%.
Algunos economistas estiman, que para alcanzar cierta mejoría en el empleo, el PIB debería crecer de forma sostenida al 5%. El débil crecimiento actual, tampoco es el necesario para empezar a corregir otro importante problema: su enorme déficit público (una cifra equivalente al 9,8% de su PIB).
La realidad, es que los fundamentos de la economía de Estados Unidos dejan entrever una recuperación débil y un largo periodo de ajuste por el exceso de endeudamiento de la banca y de las familias.
Se ha acuñado el nombre de QE2 (quantitative easing) para referirse a la segunda ronda de expansión monetaria cuantitativa (reactivar la máquina de hacer dinero para comprar deuda pública e inyectar liquidez en el mercado).
La Reserva Federal ha anunciado que durante los próximos ocho meses movilizará 600.000 millones de dólares (425.000 millones de euros) para comprar deuda pública en plazos mensuales de 75.000 millones, hasta mediados de 2011. Trata de reanimar a la economía para evitar que quede atrapada en la temida deflación (continúa caída del nivel general de precios). El miedo a que esa difícil situación aparezca en el horizonte es lo que ha llevado a la autoridad estadounidense a tomar esta decisión. Se trata de recuperar a la economía que, en palabras de Ben Bernanke, es "lenta y decepcionante".
Como suelen hacerlo últimamente, ante la noticia, los mercados reaccionaron con fuertes bandazos. La Bolsa estadounidense subió con fuerza en los minutos posteriores al anuncio, para después bajar aún con más fuerza y acabar con moderadas subidas. El dólar ha hecho justo lo contrario, ya que ha llegado a cotizar hasta los 1,43 dólares por euro.
La Reserva Federal ha señalado que podría comprar incluso más bonos si la inflación sigue tan baja y el paro demasiado alto: "Seguiremos vigilando las perspectivas económicas y la evolución de los mercados financieros, y emplearemos los instrumentos monetarios cuando sea necesario".
Para algunos, como el Nobel Joseph Stiglitz e incluso algún miembro de la Reserva Federal la medida puede ser contraproducente, ya que puede hinchar burbujas en los emergentes, provocar una escalada en guerra de divisas (que analizaremos seguidamente) o activar incluso una inflación excesiva. Pero es que hace ya tiempo que la Reserva Federal agotó las tácticas convencionales: los tipos de interés están próximos al 0% y seguirán ahí durante meses. Desde otoño de 2008, la Reserva Federal ha inyectado 1,7 billones a través de la compra de bonos.
La nueva ronda de estímulos monetarios es una de las decisiones más importantes del banco central norteamericano desde el inicio de la Gran Recesión. El resto de grandes bancos centrales han puesto en marcha la misma medida, aunque en menor cuantía tanto en Reino Unido como en Japón, y en mucho menor volumen en el caso del Banco Central Europeo (BCE).
La gran pregunta es por qué la cantidad de estímulos movilizada desde 2008, no termina de dar un impulso definitivo a la economía de Estados Unidos. Algunos analistas señalan que se trata de un mecanismo formidable para luchar en las crisis, pero de una efectividad incierta en los ciclos de lenta recuperación.
Por otro lado, el manantial de dólares que inunda los mercados también busca provocar que la divisa norteamericana se deprecie, de forma que Estados Unidos mejore la competitividad de sus exportaciones.
Se ha desatado un nuevo peligro: “la guerra de las divisas”. El intento desesperado de diversos países y áreas monetarias, por salir del círculo vicioso de la atonía y débil crecimiento económicos por la vía de recuperar competitividad y ganar cuota de mercado internacional mediante el manejo de la política cambiaria.
Se trata de inducir la depreciación competitiva de la moneda propia para abaratar sus exportaciones, con la esperanza de conseguir un mayor crecimiento económico y la creación de empleo en el país, gracias al incremento de la demanda exterior. Máxime cuando la demanda interna no garantiza por sí misma el sostenimiento de la leve recuperación actual y mucho menos el relanzamiento del dinamismo económico y la necesaria generación de riqueza.
Esta “guerra de las divisas” supone un tremendo riesgo, ya que la espiral de depreciaciones forzadas de las divisas, de antemano, estaría abocada inevitablemente al fracaso para todos sus artífices: ningún país cobraría ventaja si todos deprecian sus monedas, por lo que el supuesto efecto dinamizador se disiparía. Además, podría tener repercusiones muy negativas sobre la marcha global de la economía, en la medida que podría acabar asfixiando a países emergentes que, como Brasil, están actuando como locomotoras de la recuperación internacional.
Además, supondría el abandono de la búsqueda de una salida conjunta de la crisis, que fue la estrategia internacional por la que se optó -sobre todo a partir de septiembre de 2008-, en la convicción de que sólo se sale de una gran recesión si lo hacen todos los países de la mano.
La instauración del “sálvese quien pueda” conduciría a repetir el tremendo error ya cometido por la comunidad internacional en la Gran Depresión de 1929 (el resurgimiento del proteccionismo como vía de escape de la crisis).
La realidad es que el dólar se ha depreciado, lo que puede favorecer a sus exportaciones (abaratándolas), pero tiene otro riesgo: China es el gran prestamista de Estados Unidos y ese país asiático tiene su cartera repleta de bonos denominados en dólares. Una depreciación del dólar implica para los prestamistas chinos -en el momento de la amortización de los bonos- un menor valor de esos títulos valorados en su moneda doméstica.
La pérdida del valor en Yuanes de los títulos de Deuda Pública denominados en dólares, supone que los ahorradores chinos, para continuar prestando a Estados Unidos (comprando sus bonos), exigirán un mayor interés. Ello puede suponer una subida de los tipos de interés a largo plazo.
La próxima reunión del G-20 este mes debería concluir con acuerdos que corten en seco la guerra de las divisas.
Por otro lado, los fiscales generales de Estados Unidos se han movilizado contra los embargos de viviendas de forma fraudulenta. Se investiga la práctica conocida como “robo signing”, por la que los empleados de los bancos ejecutaban los embargos sin revisar la documentación que sometían a la autorización judicial.
Y es que algunas entidades hipotecarias han realizado declaraciones juradas o firmado ejecuciones hipotecarias de manera defectuosa.
La banca estadounidense lo tiene difícil: durante la burbuja inmobiliaria se cuestionó su comportamiento al conceder hipotecas a propietarios insolventes. Ahora se teme que haya entregado a la Justicia documentación falsa para apoyar los embargos y así poder quitarse con rapidez activos de baja calidad de sus balances.

CHINA:

La economía de China sigue dando muestras de gran vitalidad. Según ha informado la Oficina Nacional de Estadísticas de ese país, el PIB creció un 9,6% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior. En el segundo trimestre había subido un 10,3%, y en el primero, un 11,9%. La ralentización es consecuencia de las medidas aplicadas por las autoridades ante el riesgo de sobrecalentamiento. La inflación, sin embargo, alcanzó el 3,6% en septiembre, cuando las previsiones oficiales para 2010 son que no supere el 3%.
Los líderes chinos han tomado medidas para restringir la concesión de créditos y enfriar la especulación en el mercado inmobiliario y la Bolsa. La previsión oficial de crecimiento del PIB para el conjunto del año es del 8%. El Banco Mundial calcula que llegará al 9,5%.
Por otro lado, el Banco Central de China ha elevado por sorpresa 0,25 puntos porcentuales los tipos de interés de referencia a un año. Ello refleja la preocupación de las autoridades por la inflación y el sobrecalentamiento de la segunda economía del mundo. Se trata de la primera subida que realiza Pekín desde diciembre de 2007.
Queda por conocer si se producirá una mayor flexibilización del yuan, como ha pedido Estados Unidos. Washington considera que la divisa china está artificialmente infravalorada para favorecer a las exportaciones asiáticas.
Durante el pasado mes de junio, China acabo con el anclaje de su moneda respecto al dólar que mantenía desde hacía 23 meses, y ha permitido que se revalorice alrededor de un 2,8% respecto al dólar.
Durante el próximo 2011, según Liu Shijin, subdirector del Centro de Investigación de Desarrollo, China sufrirá una ligera ralentización, creciendo su PIB un 9%. Liu afirmó que el producto interior bruto (PIB) tendrá un moderado crecimiento en los próximos tres a cinco años, debido al alza de los costes laborales, el exceso de liquidez y las dificultades para encontrar nuevas vías de crecimiento.

UNIÓN EUROPEA:

Frente a la última decisión de la Reserva Federal estadounidense de inyectar 600.000 millones de dólares (420.000 millones de euros) -en contraste con la mayor debilidad de la economía europea-, el Banco Central Europeo, aunque mantendrá los tipos de interés excepcionalmente bajos (1% desde hace año y medio) continuará retirando paulatinamente los impulsos monetarios excepcionales.
Rápidamente, en el mercado de divisas tuvo lugar la consiguiente apreciación del euro (depreciación del dólar). Se trata de una pésima noticia para las exportaciones europeas, y muy buena para las estadounidenses.
Los mayores bancos centrales del mundo (el estadounidense, el europeo, el británico y el japonés) han ido de la mano en toda la crisis “dándole a la maquina” para inyectar dinero. La decisión del BCE de retirada paulatina de esas medidas heterodoxas, le sitúa en una dirección opuesta a la de la Reserva Federal.
Por otro lado, Alemania ha conseguido introducir en la agenda europea un proceso que busca permitir la reestructuración ordenada de la deuda de los países con problemas. Es decir, que un país pueda quebrar de forma que sus acreedores (los bancos) tengan que asumir que no van a cobrar todo lo que se les debe. Esa medida va para largo, y no está claro que al final se apruebe. Además, ocasiona problemas en la deuda de los países periféricos, en especial de Irlanda y Portugal, y en menor medida también de España y de la inevitable Grecia.
El diferencial del bono español a 10 años con el alemán -el considerado más seguro en los mercados- se encaramó a sus niveles máximos en el último mes: España paga un 4,2% por su deuda (Alemania apenas un 2,4%). La confianza en la deuda española está soportando nuevos ataques. Otros están peor: Grecia paga más de un 10% de intereses por las dudas que despierta en los mercados, Portugal paga más del 6%, e Irlanda, que en las dos últimas jornadas ha liderado las subidas de las primas de riesgo, tiene que abonar intereses superiores al 7%.
La realidad es que, sin llegar al pánico del pasado mes de mayo, un nuevo brote de crisis fiscal se ha instalado en los mercados de deuda pública. Los inversores han entendido que las propuestas alemanas elevan drásticamente la probabilidad de futuras suspensiones de pagos de la deuda pública en la eurozona. Especialmente en Irlanda, donde el agujero de sus bancos, la crisis y el aumento galopante del déficit y la deuda son considerables.
Por otro lado, los responsables económicos europeos han acordado reforzar las sanciones a los infractores del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pero con mucha menos severidad de la que postulaban Alemania y la Comisión Europea. El carácter "automático" de las sanciones económicas que había exigido el Gobierno de Berlín para los infractores de los criterios del déficit (3%) y deuda (60%), ha quedado completamente diluido y no tiene nada que ver con las propuestas de la Comisión.
A tenor de lo acordado, la Comisión no podrá adoptar directamente decisiones sobre sanciones, sino que, en todo caso, serán adoptadas por acuerdos del Consejo a propuesta de la Comisión.
En la práctica, el procedimiento de sanciones queda en manos del Consejo que, contando con la mayoría cualificada, deberá aplicar "sanciones automáticas" si un Estado miembro no ha tomado las medidas correctoras necesarias en el plazo de seis meses. También se ha diluido mucho la pretensión de incluir el volumen de deuda pública como referente susceptible de sanción, debido a la preocupación que había generado su espectacular crecimiento (1,5 billones en los dos últimos año).
Alemania, por ahora la ganadora de la crisis, ha revisado al alza su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) hasta el 3,4% en 2010, frente a la anterior estimación del 1,4%.
Sin embargo, el Ministerio de Economía y Tecnología germano también augura una ralentización de la expansión alemana en 2011, cuando el PIB crecerá sólo un 1,8%.
El ministro de Economía y Tecnología, Rainer Brüderle, destacó el fuerte crecimiento previsto para la economía alemana este año (el más alto desde la reunificación) y afirmó que la recuperación se sostiene sólidamente "sobre dos piernas", pues a la fortaleza de las exportaciones se suma también una mejora del consumo doméstico, que crecerá una décima en 2010 y subirá al 1,1% en 2011.
Asimismo, el ministro destacó que las nuevas previsiones del Gobierno contemplan una reducción del paro de 190.000 personas, hasta los 3,2 millones de desempleados este año, mientras que esperan que en 2011 la cifra media de desempleados se sitúe por debajo de los 3 millones.
En la misma línea, el Gobierno germano confía en situar el déficit público por debajo del 3% del PIB ya en 2011 (objetivo anteriormente previsto para el año 2013). "Podemos tener confianza en el cumplimiento del umbral del 3% el año que viene", señaló el portavoz del Ministerio de Finanzas durante una conferencia de prensa. Los institutos alemanes de investigación económica pronostican un déficit del 2,7% del PIB el próximo año.
Según el Plan de Estabilidad alemán entregado a Bruselas en mayo pasado, Alemania esperaba situar el déficit al 4,5% del PIB en 2011, un punto menos que este año. Pero el fuerte crecimiento de la economía alemana motiva que los objetivos presupuestarios se puedan alcanzar bastante antes de lo previsto.
En relación al Reino Unido, el Gobierno del primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado el mayor recorte del gasto público que se recuerda en ese país desde la II Guerra Mundial. Sin duda, es el mayor ajuste del Estado del bienestar habido en ese país hasta la fecha: casi 500.000 trabajadores del sector público van a perder su empleo; las tasas universitarias se va a multiplicar, y va a costar mucho más trabajo conseguir una vivienda social.
Se sabe que los departamentos ministeriales van a disminuir su gasto corriente en un 19% en los próximos cuatro años. Se retrasará un año la edad de jubilación (de 65 a 66 años).
Las medidas anunciadas suponen un recorte adicional de 7.000 millones de libras (8.000 millones de euros) en ayudas sociales, que se une a los 11.000 millones de libras (12.500 millones de euros) de ahorro en medidas que ya se habían anunciado.
El retraso en la edad de jubilación pretende ahorrar 5.700 millones de euros al año. La reforma de las pensiones públicas permitirá ahorrar algo más de 2.000 millones de euros al año para 2015, con un más que probable incremento de las contribuciones de los trabajadores del sector público.
Los recortes en el sistema de ayudas a las familias con hijos, que penaliza a aquellos matrimonios en los que uno de los cónyuges tiene ingresos superiores a 50.000 euros anuales, permitirán un ahorro de 2.850 millones de euros al año.
También se ha anunciado un nuevo sistema de ayudas a la vivienda: aunque se mantienen las actuales condiciones para quienes tienen ahora un contrato en vigor, a partir de ahora los nuevos contratos significarán que el beneficiario de la ayuda deberá pagar un precio equivalente al 80% del precio de mercado por el alquiler de la vivienda.

ESPAÑA:

Según el Banco de España, la débil recuperación económica se ha frenado. El fin de las ayudas al automóvil, la subida del IVA, y los planes de ajuste fiscal hacían temer que hubiera decrecido el PIB. Al final, no ha sido así ya que en el tercer trimestre la economía española ha tenido un comportamiento completamente plano: ni ha crecido ni ha disminuido. Si bien en términos interanuales ha registrado un leve crecimiento del 0,2%.
Según el Banco de España, después de este estancamiento "transitorio" habrá una "suave recuperación" que no será suficiente para crear empleo. Ahora bien, si persiste la crisis de deuda, surgirá un tremendo mal: las entidades financieras acabarán por encarecer sus créditos.
Casi todos los analistas y organismos internacionales anunciaban el parón del consumo y la puesta en marcha del drástico plan de ajuste público aprobado conducirían a la economía española a una recaída. El informe del Banco de España viene a certificar el retroceso habido en el consumo
Si bien el mercado de la Deuda Pública está castigando de nuevo a los títulos del Tesoro Público español (consecuencia del contagio de las dudas relativas a la banca irlandesa), el Boletín económico del Banco de España se precipita al dar por superado.
El supervisor considera que para reducir el paro es "imprescindible" una mejora continuada de la demanda exterior y del sector privado, "asentada en la mejora de las expectativas que un abanico ambicioso de reformas estructurales debería propiciar".
El organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha corroborado que el consumo y la inversión en bienes de equipo retroceden respecto al trimestre anterior (una quiebra en los leves incrementos de la primera mitad del año). Al continuar estancadas la industria y la construcción, la recaída se ha evitado gracias al sector exterior: “las exportaciones vuelven a crecer con fuerza", en contraste con el descenso de las importaciones.
La economía española no ha recaído pero se ha estancado. Comportamiento distinto al del resto de países avanzados: en el tercer trimestre EE UU creció un 0,5% y el Reino Unido un 0,8%. En cualquier caso un crecimiento insuficiente para comenzar a reducir el fuerte volumen de paro.
Hay que resaltar un importante riesgo: si continúa la presión que los mercados someten a la deuda española -tanto a la pública como a la privada- acabará repercutiendo en el bolsillo de las familias y las empresas. Si las primas de riesgo siguen siendo altas, esta situación "podría acabar trasladándose a los tipos de interés del crédito", explica el Banco de España en su boletín de octubre.
Se trata de una gravísima amenaza sobre la lenta recuperación española: la restricción del crédito a autónomos y empresas. Es indispensable la normalización de este mercado para la recuperación económica española. El posible encarecimiento de los préstamos planea sobre un futuro lleno de incertidumbres.
Y es que el revuelo en el mercado de la Deuda a causa de los problemas en Irlanda, ha motivado que la diferencia entre los bonos a 10 años españoles y los alemanes, de nuevo, se haya situado en los 200 puntos básicos. Se volvía así a los niveles previos a la publicación de los resultados de las pruebas de resistencia a la banca europea, que tuvieron un efecto balsámico, tan sólo momentáneo, a la vista de lo sucedido tras recrudecerse la crisis de deuda soberana por los problemas aludidos de Irlanda. Si bien en esta ocasión, a medida que pasaron las horas, la tensión se aflojó un poco (tanto sobre la deuda española, como sobre la irlandesa y la portuguesa). Por ahora, parece detenida.
Las primas de riesgo, no solo las paga el Tesoro Público español, ya que también castiga a las entidades financieras cuando intentan captar dinero en los mercados exteriores. Según el Banco de España, "produce un elemento de presión en el coste de la captación de pasivo". Por ello, probablemente, bancos y cajas de ahorros se verán obligados a pagar más para atraer el dinero a sus balances, recrudeciendo aún más la actual guerra de depósitos. Lo que, según pronostica el supervisor, lo acabarán pagando los clientes en sus créditos.
Por otro lado, en España las ejecuciones hipotecarias se han disparado. Mientras que en la primera mitad de 2007, los tribunales ejecutaron poco más de 11.000 hipotecas, en el primer trimestre de este año se han rozado las 52.0000, según los datos del Consejo General del Poder Judicial. La situación es especialmente grave en Cataluña, La Rioja y Aragón, donde en tres años se han quintuplicado, o en Murcia, donde se multiplicaron por seis. Pese a este ascenso vertiginoso, aún son volúmenes minúsculos en comparación con los más tres millones de estadounidenses morosos. El motivo es que las entidades españolas prefieren renegociar las condiciones del préstamo hasta el infinito y solo embargan si no les queda otra opción.
Parece como si se quisiera retrasar el problema, y esperar a ver si las circunstancias mejoran. Es como si la idea fuese hacer todo lo posible por no perder al cliente y no admitir que ese crédito va a ser fallido.
Por si fuera poco, el Banco de España ha alertado sobre la guerra de depósitos en la que ha entrado la banca. El mercado español es el único de Europa donde se vive esta tensa situación de máxima competencia por el ahorro de los clientes. Bancos y cajas ofrecen desde el 4% al 4,75% a un año, frente al 1,85% que ofrecen las Letras del Tesoro. Es decir, más del doble.
Afirma el supervisor en el Informe de Estabilidad Financiera publicado que "las entidades que acometan estas estrategias deben valorar, en función de sus fortalezas y de su rentabilidad, los retos que les plantean”. Menciona el estrechamiento del margen que sufren las entidades en los últimos tiempos. Y avisa de que la competencia por la captación del ahorro de las familias se traduce en un mayor coste de los depósitos nuevos, "lo que introduce un elemento de presión adicional sobre las cuentas de resultados". Por todo ello, asegura que esta estrategia "debe ir acompañada de un reforzamiento de la reducción de costes y de un aumento de la eficiencia".
Pero si el Banco de España lanza un toque de atención general, es más directo con las entidades que recibieron dinero público del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). En su caso, dice el informe, "se habrá de actuar con especial prudencia a la hora de acometer estrategias de captación de depósitos precisamente por el apoyo público recibido, y acelerar al máximo la culminación de sus planes de integración y reestructuración".
Fuentes del sector consideran que la guerra por el pasivo debilita al sector en su conjunto. "Es lícito defenderse de los competidores, incluso si se ha recibido ayudas públicas. Pero todo tiene un límite", añaden. "Puede que una caja o un banco gane a corto plazo porque capte más dinero, pero puede perder si al final quiebra una entidad y tiene que acudir a su rescate", dicen estas fuentes. La competencia es libre, lo que dificulta la intervención del Banco de España. Sin embargo, parece claro que si después de este aviso no se apacigua la guerra, el supervisor podría actuar. Sobre todo si detecta que se daña la solvencia del sector, algo que ya ha empezado a suceder.
El Banco de España, en el mismo informe, también alerta los riesgos inherentes para bancos y cajas del desplome inmobiliario. Los problemas de pago de promotores, constructores y, en mucha menor medida, de los ciudadanos que compraron casas que ahora no pueden pagar, lastra cada vez más las cuentas de las entidades de crédito.
En otro orden, la EPA del tercer trimestre señala una leve caída de la tasa de paro. Es la primera vez que ocurre desde mediados del año 2007. En aquel momento se situaba en el 7,95%. Ahora está en el 19,79%.
Un hecho explicativo de esa minúscula disminución de la tasa de paro es la evolución de la población activa: el estancamiento del número de personas en edad de trabajar que no están desanimadas (activos que siguen buscando empleo) es lo que ha permitido reducir la tasa de paro. La creación de 69.900 empleos unida al estancamiento citado de la población activa en 23,1 millones de personas ocasiona la leve caída de la tasa de paro.
Lo positivo, es que ha descendido el número de familias que tienen a todos sus miembros en paro.
La realidad es que los nuevos contratos son temporales, básicamente, en el sector público: son contratos de sustitución de funcionarios en vacaciones, o para actividades públicas veraniegas, o contratos eventuales en la educación (típicos de septiembre).

MERCADOS:

El Ibex 35 cerró el pasado mes de octubre con una subida del 2,84%, pero a pesar de esa subida, el Ibex 35 puso fin a su corta racha de tres semanas consecutivas de ganancias y termino cediendo el 1,02%.
El sector bancario volvió a ser el protagonista destacado en el mercado español, primero, porque la agencia de calificación de riesgo Moody's se hizo eco de los datos de morosidad del sector del mes de agosto publicados por el Banco de España y anunció que la rentabilidad de los bancos españoles podría seguir bajo presión durante año y medio más. Las cotizaciones de los valores bancarios cayeron con fuerza ese día, lo que era un mal preludio para comenzar la presentación de resultados trimestrales algunos días después: los beneficios de los bancos españoles se han resentido en el tercer trimestre por la nueva normativa sobre provisiones y por los descensos de los márgenes provocados por la guerra del pasivo.
Los grandes valores bancarios, Santander y BBVA, han defraudado a los inversores al no conseguir que sus negocios del exterior compensaran la debilidad de la actividad doméstica.
Por otro lado, el Euribor, hasta hace poco en mínimos históricos, empezó una leve remontada hace medio año, aunque fue en el pasado mes de agosto cuando empezó a afectar a los bolsillos de familias y empresas. No obstante, cerró el mes de octubre en el 1,495% (el nivel más elevado desde junio del año 2009).
Tomando como ejemplo a una familia que revise una hipoteca de, por ejemplo, 150.000 euros, con un plazo de amortización de 25 años, y un diferencial sobre el Euribor del 0,5%, tendrá que pagar unos 635,4 euros al mes (venía pagando unos 617,2), por lo que la subida del Euribor le costará unos 18 euros al mes.
En relación al mercado del automóvil, en el pasado mes de octubre se vendieron 61.366 unidades, con una caída del 37,6% sobre igual mes de 2009. En el segundo semestre del pasado año y en el primero del año actual las ayudas directas de 2.000 euros por vehículo mantuvieron al sector con cierta actividad. El segmento de particulares, que supone el grueso de los compradores (casi el 85%) bajó sus compras el 50% en octubre, mientras que las empresas y las compañías alquiladoras frenaron una poco la caída.
Finalmente respecto al precio de los pisos, el mercado no está tocando fondo. Según el índice que elabora la tasadora Tinsa, el precio medio de la vivienda cayó en septiembre un 5% respeto al mismo mes del año anterior, cuatro décimas más de lo que había descendido en agosto. El mercado inmobiliario arrastra ya dos años y nueve meses de caídas en el precio de un bien fundamental que durante el boom muchos sostenían que nunca perdería valor.
El índice de tasaciones inmobiliarias sobre pisos libres, tanto nuevos como usados, refleja una caída mayor tras meses en los que parecía que los precios tendían a moderarse.
La bajada acumulada desde el máximo de diciembre de 2007 se acentúa tras los descensos de los últimos tres meses hasta el 18%. La zona más castigada por el reventón de la burbuja inmobiliaria sigue siendo la costa mediterránea, con un descenso interanual del 8,7%, aunque se aleja de los porcentajes de un año antes, cuando las caídas superaban el 11%.
Por debajo de la media se sitúan las capitales y grandes ciudades (donde los precios caen un 4,6%), las islas Baleares y Canarias (-4,2%) y el resto de municipios (-3,4%).

EMPRESAS:

Está claro que el beneficio muchas veces comienza por el propio. Las compañías Iberia y British Airways han anunciado los sueldos que cobrará la cúpula de la compañía.
El consejero delegado de British Airways, Willie Walsh, que ocupará ese mismo cargo en la compañía resultante de la fusión, recibirá un salario fijo de 825.000 libras (unos 943.000 euros) al año, lo que supone un incremento del 22,4% respecto a lo que cobró por ese concepto en el último año. A Keith Williams, primer ejecutivo de British Airways (anteriormente su director financiero), se le asigna un sueldo base de 630.000 libras (719.000 euros), una mejora del 56% sobre el pasado ejercicio.
Hay que sumar a esas retribuciones una aportación a planes de pensiones del 25% del salario base (para todos los consejeros ejecutivos y altos directivos de la compañía), dietas y bonus por cumplimiento de objetivos (básicamente en función de los resultados económicos) de hasta el 200% del salario base en el caso de Walsh y del 150% como máximo para Williams, como también para el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, que tendrá un fijo de 632.000 euros. Además, tendrán incentivos ligados a la cotización.
La comparación del sueldo de los españoles resulta menos exacta, ya que Iberia no informa de los salarios individualizados.