lunes, 13 de febrero de 2017

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A FEBRERO 2017: se mantiene la incertidumbre a nivel internacional.


Según el Banco de España la tendencia es la subida del precio de los créditos durante el año que hemos iniciado. Aunque, eso sí, será de una forma muy lenta.
La banca afirma que el motivo es la judicialización del crédito hipotecario. Es decir, como consecuencia de los varapalos de las clausulas suelo y de los gastos de formalización hipotecarios. Aunque la retribución a sus depósitos es prácticamente cero, precisan subir los intereses cobrados por sus activos para mantener o incrementar su margen de intermediación.
GLOBAL:
La elevación del precio del petróleo parece imparable. Según el Banco Mundial, en 2017 podría alcanzar los 60 dólares por barril. Todo ello, desde que la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) acordó reducir la producción mundial: de 33,7 millones de barriles diarios a 32,5 millones.
Por otro lado según la Organización Mundial de Turismo (OMT) el turismo mundial no has dejado de crecer, y lo continuará haciendo durante este año 2017.
Durante 2016, el turismo alcanzó, nada menos, que la cifra de 1.235 millones de turistas (46 millones más que en el año 2015). Se trata del séptimo año consecutivo de subidas y de nuevo récord histórico.
Según Taleb Rifai, secretario de la OMT, “el sector ha mostrado una fuerza y resistencia extraordinaria pese a los retos a los que se ha enfrentado, en particular los relativos a la seguridad”.
Asia y Pacífico han sido las zonas que más han crecido en términos relativos y absolutos. Un 8% de incremento, lo que suponen 24 millones más de turistas internacionales para alcanzar los 303 millones.
África también experimentó un crecimiento del 8%, aunque no es comparable al tener una cuota de mercado por debajo del 5% mundial.
Europa también crece, pero al 2% debido a resultados desiguales por destinos. América del Norte y América del Sur han experimentado una subida del 4% para mantener el impulso positivo de la región de los últimos años. El continente europeo se mantiene como líder en volumen y en el último ejercicio recibió a 620 millones de personas, lo que supone un 50% de la cuota mundial.
Oriente Medio, sin embargo, ha perdido turistas extranjeros ya que ha sufrido una disminución del 4%. Sin duda, la razón se debe a la fuerte inestabilidad e inseguridad de la zona.
ESTADOS UNIDOS:
La realidad es que resulta extremadamente difícil prever la deriva de la situación política y económica estadounidense, aunque es sumamente preocupante ya que se trata de la primera potencia mundial.
La confrontación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con homólogos de otros países (como México) y sus primeras semanas en el cargo han sido un caos absoluto, y las cosas siguen empeorando. “Tal vez porque responde a cada debacle con un intento desesperado de cambiar el tema que sólo conduce a una nueva debacle”, como ha señalado el nobel y premio Príncipe de Asturias, Paul Krugman, que ha llegado incluso a afirmar en un artículo publicado en el The New York Times, que podría estar encaminando a Estados Unidos a una confrontación o conflicto abierto con China.
La confrontación, sin duda, ha sido más fuerte con su mayor aliado, Australia: durante una llamada telefónica con Malcolm Turnbull, primer ministro australiano, Trump se jactó de su victoria electoral y se quejó de un acuerdo existente para tomar algunos de los refugiados que Australia ha mantenido. Después de sólo 25 minutos de conversación, Trump la terminó abruptamente colgando el teléfono.
Las explosiones con México y Australia han ensombrecido una guerra de palabras más convencional con Irán, que puso a prueba un misil el domingo. Esto fue definitivamente una provocación. Pero la Casa Blanca advirtió que estaba “poniendo a Irán en aviso”. Se plantea en el artículo antes mencionado Paul Krugman, cuál es ese aviso.
Por otro lado, otros analistas han realizado más énfasis en los fichajes de Trump para su equipo. Algunos de ellos, reclutados de Goldman Sachs, el que es considerado como “el banco que gobierna al mundo”.
EUROZONA:
La subida de precios en la eurozona fue en diciembre pasado del 1,1% (un rápido aumento desde el 0,6% del pasado noviembre), pero el Banco Central Europeo considera que es debida a los precios de la energía. El presidente Mario Draghi no se ha mostrado preocupado, señalando que “esa tendencia convive con alzas salariales modestas en el corazón de Europa, y con el sesgo deflacionario de una periferia que sigue intentando ganar competitividad”.
Draghi señaló, sin concederle importancia, la gran variedad de situaciones en las tasas de variación de los precios: leves incrementos del 0,5% en la debilísima situación económica de Italia, en contraste con la subida del 1,7% que empieza de Alemania.
Frente a ello, Draghi defendió alzas salariales del 4,5% al 6% en Alemania, tal como quieren los sindicatos germanos, aunque, eso sí, acompasando sueldos y competitividad externa.
En esta situación, el Banco Central Europeo ha dejado invariables los tipos de interés y el programa de compra de activos a la espera de que la recuperación se afiance y de que la inflación se acerque al 2%. Pero sobre todo, sin duda, como resultado de “las incertidumbres globales”: el Brexit y Donald Trump.
Pese a las críticas, cada vez más fuertes, de Alemania, Draghi solicitó paciencia a los halcones alemanes: “a los partidarios de acabar con las medidas extraordinarias, de endurecer la política monetaria, les solicito templanza. Las cosas mejoran en casa, pero los riesgos proceden de la incertidumbre global”.
Señaló Draghi, que ante los riesgos políticos que acechan, “los tipos seguirán en el nivel actual o incluso más bajos durante un largo periodo de tiempo. El BCE mantiene el volumen de compras de activos y está listo para actuar si las condiciones empeoran”.
Indicó que la actividad económica mejora, “pero aún es pronto para estar seguros de que seguiría al mismo ritmo sin las medidas extraordinarias del BCE. Además, “los riesgos de deflación han desaparecido y la inflación repunta, pero solo por los precios del petróleo. Hay que mirar a la inflación subyacente (aquella que no tiene en cuanta a los elementos más volátiles, alimentos y productos energéticos) que sigue por debajo del 1%”.
También señaló que “las condiciones financieras mejoran, pero los indicadores de confianza están en máximos desde 2011 y el desempleo ha caído a mínimos desde 2009, pero los riesgos sobre la eurozona siguen siendo a la baja por las incertidumbres globales”.
Draghi fue exageradamente ambiguo al referirse al presidente Donald Trump, “que ha dicho que la eurozona tiene graves problemas y ha mostrado sus claras tentaciones proteccionistas, pero es demasiado pronto para saber si sus políticas apoyarán o no esas declaraciones”.
De igual forma, aunque la primera ministra británica, Theresa May, aboga por un “Brexit duro caiga quien caiga”, Draghi ha señalado que es “demasiado pronto” para analizar el impacto de la salida de Reino Unido de la Unión Europa: dependerá de la duración de la negociación y del acuerdo final que se alcance”.
En todo caso, Draghi alertó de lo negativo que sería una guerra comercial con “devaluaciones competitivas” a uno y otro lado del Canal de la Mancha; y también a uno y otro lado del Atlántico.
Por otro lado, frente a los durísimos ataques de los agentes alemanes a la política del BCE, Draghi ha señalado que “la política monetaria del BCE ha beneficiado a toda Europa, incluidos a los alemanes. Cuando la recuperación se afiance y la inflación se acerque al objetivo, los tipos de interés subirán. Sean pacientes… Las cosas han mejorado, pero no podemos relajarnos”.
Ahora bien, algunos analistas afirman que, frente al posible crecimiento y la inflación de los próximos meses, el BCE podría comenzar a elevar los tipos de interés a partir de primavera, para aliviar la situación de los bancos y acallar parte de las críticas en Alemania. Sin embargo, para las compras de activos del QE (expansión cuantitativa) habrá que esperar a finales de 2017; tal vez al próximo, con una nueva rebaja del volumen de adquisiciones combinada con una ampliación de los plazos. Aunque Mario Draghi haya negado que vaya a recalibrar este QE. Habrá que “esperar y ver”.
ESPAÑA:
Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), durante el pasado año el PIB (Producto Interior Bruto) español aumentó un 3,2%. Si bien, se aprecia cierta ralentización durante la segunda mitad del año 2016.
De forma que, dado el crecimiento del producto durante los últimos tres años, hemos recuperado casi el 80% de lo perdido durante los años de crisis.
Sin embargo la composición del PIB español es ahora bastante distinta:
Han aumentado las exportaciones del PIB, pero hay un menor volumen de empleo, menos inversión, y una menor masa salarial. Por una parte, hay muchas más exportaciones que en 2008. En cambio, existe menos empleo, menor masa salarial y menos inversión. El número de empleados se ha situado en 18,5 millones (según la EPA está 2,25 millones por debajo del máximo histórico previo a la crisis). La diferencia en la inversión se debe a la menor existente en la construcción. Incluso en el empleo, la diferencia es de 1,6 millones menos, que se deben a los perdidos igualmente en la construcción.
El aumento de las exportaciones es debido a varios factores: la devaluación salarial, la evolución del euro, la caída de los precios del crudo petrolífero, y a la mejoría de la economía europea. Igualmente, en 2016 el turismo batió récord.
Resumiendo las causas se deben al precio tan bajo del petróleo (España importa la práctica totalidad de los crudos); la magnífica evolución del turismo consecuencia de los riesgos de los lugares de la competencia, y a la depreciación del euro respecto al dólar en el mercado de divisas. A cualquiera de estas variables, tradicionalmente, la economía española ha sido y es altamente sensible.
Por otro lado, las compras del BCE han conducido a las tasas de interés a niveles desconocidos, lo que ha supuesto una sensible disminución de la carga de los hipotecados, y ha facilitado el desapalancamiento o disminución de las deudas.
También ha influido el leve aumento del consumo público, y la rebaja de los impuestos de alrededor de 5.000 millones de euros.
Todas estas circunstancias han permitido un mayor crecimiento español al compararlo con nuestros socios de la Unión Europea.
Para este 2017, la mayoría de analistas anticipan una desaceleración del crecimiento hasta la zona del 2,5% debido a la incertidumbre externa, y al aumento de precios de la economía española, que podría afectar a la competitividad externa.
Y es que la inflación ha crecido, básicamente como consecuencia de la fuerte subida de los precios de la luz. El IPC (Incremento de Precios al Consumo) se disparó en el mes de enero un 3% en tasa interanual.
El indicador se ha situado casi un punto y medio por encima del habido en el pasado mes de diciembre, aunque también se debe a la subida de precios de los carburantes.
Sin embargo, según el ministro Guindos, este aumento será "temporal, de forma que se modere a partir del segundo trimestre, convergiendo hacia los objetivos del BCE, próximos pero por debajo del 2%". En este sentido, ha destacado que la inflación subyacente, sigue estando "en el entorno del 1%".
En todo caso, temiendo a los “efectos en segunda ronda”, el Gobierno ha aprobado un decreto eliminando la indexación con respecto al IPC. La Ley de Desindexación entró en vigor el 1 de abril de 2015 con el fin de desvincular los precios de los servicios públicos del IPC. Su desarrollo reglamentario quedó pendiente y en 2016 no pudo aprobarse por estar el Gobierno en funciones.
Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha subrayado la pérdida de poder adquisitivo que la subida de precios provocará para los pensionistas. "Me parece absolutamente insoportable que un pensionista al que le han subido 12 euros o 20 euros al año su pensión, empiece el año sabiendo que va a tener que pagar entre 40 y 100 euros más en la factura de la luz o ese 3% en el mes de enero", ha señalado.
Por otro lado, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), señalan que el año pasado ha terminado con 413.600 ocupados más, un 2,3% más que el año anterior. Sin embargo, el ritmo de aumento ha descendido ya que había empezado el año con incrementos más fuertes. Sin duda, es consecuencia de la caída en el sector público, dónde a finales de 2016 se perdieron empleos.
Según la EPA, el número de parados se sitúa en casi 4,2 millones de personas (una cifra considerable) y la población ocupada en 18,5 millones.
El peso de los temporales sigue creciendo entre los asalariados, y ya suponen el 26,5% del total, casi un punto porcentual más que hace un año. Su retroceso durante la crisis se debe, únicamente, a la destrucción de este tipo de empleos, mucho más sencillo que el de los puestos de trabajo fijos. Y una vez ha vuelto a subir la actividad, también lo ha hecho la demanda de este tipo de contratos.
Sin embargo, un aspecto negativo y quizá poco comentado ha sido la caída de la población activa (la suma de los ocupados más los parados) que ha caído en más de 100.000 personas y en el conjunto del año en 127.800. Por tanto, se ha situado en 22,75 millones de personas.
La reducción del mercado laboral llega tanto por la disminución de la fuerza laboral española como de la extranjera. No obstante, en este periodo ha sido esta la que más ha menguado, especialmente la procedente de Latinoamérica.
En este último caso, la reducción de esta mano de obra comenzó bastante antes que en el conjunto del mercado laboral. Concretamente alcanzó su techo en la primavera de 2009. De entonces a finales del año pasado, la población activa de esa región ha bajado de 1,67 millones de trabajadores hasta los 798.800.
En el caso de la población activa española, la principal característica que se ha observado durante estos años es que la crisis apenas ha frenado la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. La mano de obra femenina en España lleva décadas creciendo. Esto explica que la tasa de actividad de las mujeres españolas esté en el 53,4%, muy cerca de sus niveles máximos. Mientras que este tasa, en el caso de los hombres, ahora en el 64,8%, sí que se ha alejado del máximo tocado en 2008 (69,7%).
La población activa reaccionó tarde al desplome del mercado laboral. La destrucción de empleo no desanimó su imparable crecimiento de la época de bonanza. Con algún altibajo aumentó hasta bien entrado 2012, ya en la segunda recesión, cuando se llegó a casi 23,5 millones de trabajadores con empleo o parados y una tasa de actividad que llegó al 60,5%. Ahora este porcentaje es dos puntos porcentuales inferior.
Por otro lado, si nos referimos a la otra estadística, la del Paro Registrado que elabora el Ministerio de Empleo, (recoge el número de personas que acuden a las Oficinas de Empleo a inscribirse como desempleados demandantes de empleo), el final de la campaña navideña se ha dejado sentir en sus cifras.
El Paro Registrado ha aumentado en 57.257 personas respecto a diciembre y deja el número total de desempleados inscritos en las oficinas públicas en 3,76 millones. Ha disminuido la afiliación a la Seguridad Social en 174.880 cotizantes, situándose la cifra total de afiliados en 17,7 millones de personas.
Siendo malos datos, no son los peores en comparación con otros años.
En todo caso, ha mejorado de enero del 2016 hasta la fecha en 569.817 cotizantes.
MERCADOS:
Los índices bursátiles de París, Madrid y el Eurostoxx 50 son casi una fotocopia: un tramo descendente que se prolonga durante casi todo el pasado mes de enero; dos sesiones al alza y las cuatro finales a la baja. Sólo el Dax de Fráncfort desentona: plano durante todo el mes.
En EEUU la similitud del Dow Jones, el S&P 500 y el NYSE es extraordinaria; planos, o con ligerísimos recortes todo el mes. Terminan el mes con recortes. Sólo el Nasdaq ha sido alcista todo el mes, pero lo termina con recortes.
Para este mes de febrero, las tensas relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México si van a peor, no sentarán nada bien a las empresas españolas con intereses en aquel país, donde un total de 36 cotizadas en la Bolsa española están presentes en México; de ellas, 19 son del Ibex y cinco son bancos: BBVA, Sabadell, Popular, Santander y CaixaBank.
Esperemos que el Congreso, el Senado de EEUU, la FED y Europa, pongan freno al presidente Donald Trump. 
Y es que, como se cita en un titular del “El economista”, “Trump mueve 1.260 millones cada vez que cita a una firma en Twitter”. El impacto es tan real que la agencia publicitaria “T3” ha desarrollado un robot que toma posiciones bajistas en las compañías que son mencionadas en los tuits de Donald Trump si entiende que el contenido del mensaje es negativo. Porque, también es cierto, no siempre utiliza la red social para echar reprimendas, sino que, en ocasiones, la aprovecha para dar palmaditas en la espalda a las empresas que “van por el buen camino”, es decir, que se ajustan a los preceptos proteccionistas y nacionalistas que el defiende.
Los inversores europeos se muestran cautos tras las polémicas medidas de Donald Trump, e interpretan negativamente el dato de inflación de la eurozona que roza ya el objetivo del BCE. El euro roza los 1,08 dólares, el bono español se afianza el 1,6% y el Ibex acabó el pasado enero con una caída del 0,4% hasta 9.315,20 puntos.
EMPRESAS:
Según los datos provisionales recabados por Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA), las aseguradoras elevaron un 12,24% los ingresos por la venta de pólizas al cierre de 2016, hasta los 63.827 millones, un “récord histórico de facturación”. No obstante, en el sector no se cree que el beneficio suba en la misma proporción porque los márgenes han caído, en línea con los tipos de interés.
El importe total se reparte casi al 50% entre los seguros de no vida (32.703 millones, que aumentó un 4,49%) y los de no vida, que facturaron 31.124 millones, un 21,7% más.
El sector asegurador ha recogido todos los efectos de la mejoría económica. El año pasado se incorporaron más de un año de coches al parque, por lo que este seguro fue uno de los que más creció. No solo en número de asegurados, también en precios, ya que las compañías han elevado sus tarifas tras la entrada en vigor de nuevos baremos de indemnizaciones de accidentes de tráfico. Los seguros de coches se incrementaron un 5,11%, hasta los 10.565 millones.
Otro sector que ha crecido mucho ha sido salud: la presidenta de la patronal del seguro Unespa, Pilar González de Frutos, ha señalado que en el año 2016 se alcanzaron los 11 millones de asegurados en salud, lo que, en su opinión, “prueba que el seguro de salud ofrece cosas que los consumidores quieren comprar”. El seguro de salud para empresas ha sido determinante en este crecimiento. La facturación subió un 5,07%, hasta los 7.734 millones.
Por su parte, los multirriesgos (hogar, comunidades de vecinos, comercios e industrias) ingresaron un 3,09% más por la venta de pólizas, hasta los 6.767 millones.
Mientras tanto, el ahorro gestionado en productos de seguro de vida alcanzó los 177.735 millones en el año, lo que supone un incremento interanual del 5,98%. Frente a estos buenos datos, González de Frutos ha señalado que la tasa de ahorro por asegurado apenas se ha expandido en el caso de las rentas y estas lo han hecho en una medida “muy significativa”: desde unos 13.000 euros en 2006 hasta casi 33.000 euros en 2016. En su opinión, los datos ponen de manifiesto que la sociedad española no está incrementando sus hábitos de ahorro.