Según
el Banco de España la tendencia es la subida del precio de los
créditos durante el año que hemos iniciado. Aunque, eso sí, será
de una forma muy lenta.
La
banca afirma que el motivo es la judicialización del crédito
hipotecario. Es decir, como consecuencia de los varapalos de las
clausulas suelo y de los gastos de formalización hipotecarios.
Aunque la retribución a sus depósitos es prácticamente cero,
precisan subir los intereses cobrados por sus activos para mantener o
incrementar su margen de intermediación.
GLOBAL:
La
elevación del precio del petróleo parece imparable. Según el Banco
Mundial, en 2017 podría alcanzar los 60 dólares por barril. Todo
ello, desde que la OPEP (Organización de los Países
Exportadores de Petróleo) acordó reducir la producción mundial: de
33,7 millones de barriles diarios a 32,5 millones.
Por
otro lado según la Organización Mundial de Turismo (OMT) el turismo
mundial no has dejado de crecer, y lo continuará haciendo
durante este año 2017.
Durante
2016, el turismo alcanzó, nada menos, que la cifra de 1.235 millones
de turistas (46 millones más que en el año 2015). Se trata del
séptimo año consecutivo de subidas y de nuevo récord histórico.
Según
Taleb Rifai, secretario de la OMT, “el sector ha mostrado una
fuerza y resistencia extraordinaria pese a los retos a los que se ha
enfrentado, en particular los relativos a la seguridad”.
Asia
y Pacífico han sido las zonas que más han crecido en términos
relativos y absolutos. Un 8% de incremento, lo que suponen 24
millones más de turistas internacionales para alcanzar los
303 millones.
África
también experimentó un crecimiento del 8%, aunque no es comparable
al tener una cuota de mercado por debajo del 5% mundial.
Europa
también crece, pero al 2% debido a resultados desiguales por
destinos. América del Norte y América del Sur han experimentado una
subida del 4% para mantener el impulso positivo de la región de los
últimos años. El continente europeo se mantiene como líder en
volumen y en el último ejercicio recibió a 620 millones de
personas, lo que supone un 50% de la cuota mundial.
Oriente
Medio, sin embargo, ha perdido turistas extranjeros ya que ha sufrido
una disminución del 4%. Sin duda, la razón se debe a la fuerte
inestabilidad e inseguridad de la zona.
ESTADOS
UNIDOS:
La
realidad es que resulta extremadamente difícil prever la deriva de
la situación política y económica estadounidense, aunque es
sumamente preocupante ya que se trata de la primera potencia mundial.
La
confrontación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con
homólogos de otros países (como México) y sus primeras semanas en
el cargo han sido un caos absoluto, y las cosas siguen empeorando.
“Tal vez porque responde a cada debacle con un intento desesperado
de cambiar el tema que sólo conduce a una nueva debacle”, como ha
señalado el nobel y premio Príncipe de Asturias, Paul Krugman, que
ha llegado incluso a afirmar en un artículo publicado en el The
New York Times, que
podría estar encaminando a Estados Unidos a una confrontación o
conflicto abierto con China.
La
confrontación, sin duda, ha sido más fuerte con su mayor aliado,
Australia: durante una llamada telefónica con Malcolm Turnbull,
primer ministro australiano, Trump se jactó de su victoria
electoral y se quejó de un acuerdo existente para tomar algunos de
los refugiados que Australia ha mantenido. Después de sólo 25
minutos de conversación, Trump la terminó abruptamente colgando el
teléfono.
Las
explosiones con México y Australia han ensombrecido una guerra de
palabras más convencional con Irán, que puso a prueba un misil el
domingo. Esto fue definitivamente una provocación. Pero la Casa
Blanca advirtió que estaba “poniendo a Irán en aviso”. Se
plantea en el artículo antes mencionado Paul Krugman, cuál es ese
aviso.
Por
otro lado, otros analistas han realizado más énfasis en los
fichajes de Trump para su equipo. Algunos de ellos, reclutados de
Goldman Sachs, el que es considerado como “el banco que gobierna al
mundo”.
EUROZONA:
La
subida de precios en la eurozona fue en diciembre pasado del 1,1% (un
rápido aumento desde el 0,6% del pasado noviembre), pero el Banco
Central Europeo considera que es debida a los precios de la energía.
El presidente Mario Draghi no se ha mostrado preocupado, señalando
que “esa tendencia convive con alzas salariales modestas en el
corazón de Europa, y con el sesgo deflacionario de una periferia que
sigue intentando ganar competitividad”.
Draghi
señaló, sin concederle importancia, la gran variedad de situaciones
en las tasas de variación de los precios: leves incrementos del 0,5%
en la debilísima situación económica de Italia, en contraste con
la subida del 1,7% que empieza de Alemania.
Frente
a ello, Draghi defendió alzas salariales del 4,5% al 6% en Alemania,
tal como quieren los sindicatos germanos, aunque, eso sí,
acompasando sueldos y competitividad externa.
En
esta situación, el Banco Central Europeo ha dejado invariables los
tipos de interés y el programa de compra de activos a la espera de
que la recuperación se afiance y de que la inflación se acerque al
2%. Pero sobre todo, sin duda, como resultado de “las
incertidumbres globales”: el Brexit y
Donald Trump.
Pese
a las críticas, cada vez más fuertes, de Alemania, Draghi solicitó
paciencia a los halcones alemanes: “a los partidarios de acabar
con las medidas extraordinarias, de endurecer la política monetaria,
les solicito templanza. Las cosas mejoran en casa, pero los riesgos
proceden de la incertidumbre global”.
Señaló
Draghi, que ante los riesgos políticos que acechan, “los tipos
seguirán en el nivel actual o incluso más bajos durante un largo
periodo de tiempo. El BCE mantiene el volumen de compras de activos y
está listo para actuar si las condiciones empeoran”.
Indicó
que la actividad económica mejora, “pero aún es pronto para estar
seguros de que seguiría al mismo ritmo sin las medidas
extraordinarias del BCE. Además, “los riesgos de deflación han
desaparecido y la inflación repunta, pero solo por los precios del
petróleo. Hay que mirar a la inflación subyacente (aquella que no
tiene en cuanta a los elementos más volátiles, alimentos y
productos energéticos) que sigue por debajo del 1%”.
También
señaló que “las condiciones financieras mejoran, pero los
indicadores de confianza están en máximos desde 2011 y el desempleo
ha caído a mínimos desde 2009, pero los riesgos sobre la eurozona
siguen siendo a la baja por las incertidumbres globales”.
Draghi
fue exageradamente ambiguo al referirse al presidente Donald Trump,
“que ha dicho que la eurozona tiene graves problemas y ha
mostrado sus claras tentaciones proteccionistas, pero es demasiado
pronto para saber si sus políticas apoyarán o no esas
declaraciones”.
De
igual forma, aunque la primera ministra británica, Theresa May,
aboga por un “Brexit duro
caiga quien caiga”, Draghi ha señalado que es “demasiado pronto”
para analizar el impacto de la salida de Reino Unido de la Unión
Europa: dependerá de la duración de la negociación y del acuerdo
final que se alcance”.
En
todo caso, Draghi alertó de lo negativo que sería una guerra
comercial con “devaluaciones competitivas” a uno y otro lado del
Canal de la Mancha; y también a uno y otro lado del Atlántico.
Por
otro lado, frente a los durísimos ataques de los agentes alemanes a
la política del BCE, Draghi ha señalado que “la política
monetaria del BCE ha beneficiado a toda Europa, incluidos a los
alemanes. Cuando la recuperación se afiance y la inflación se
acerque al objetivo, los tipos de interés subirán. Sean pacientes…
Las cosas han mejorado, pero no podemos relajarnos”.
Ahora
bien, algunos analistas afirman que, frente al posible crecimiento y
la inflación de los próximos meses, el BCE podría comenzar a
elevar los tipos de interés a partir de primavera, para aliviar la
situación de los bancos y acallar parte de las críticas en
Alemania. Sin embargo, para las compras de activos del QE (expansión
cuantitativa) habrá que esperar a finales de 2017; tal vez al
próximo, con una nueva rebaja del volumen de adquisiciones combinada
con una ampliación de los plazos. Aunque Mario Draghi haya negado
que vaya a recalibrar este QE. Habrá que “esperar y ver”.
ESPAÑA:
Según
el INE (Instituto Nacional de Estadística), durante el pasado año
el PIB (Producto Interior Bruto) español aumentó un 3,2%. Si bien,
se aprecia cierta ralentización durante la segunda mitad del año
2016.
De
forma que, dado el crecimiento del producto durante los últimos tres
años, hemos recuperado casi el 80% de lo perdido durante los años
de crisis.
Sin
embargo la composición del PIB español es ahora bastante distinta:
Han
aumentado las exportaciones del PIB, pero hay un menor volumen de
empleo, menos inversión, y una menor masa salarial. Por una parte,
hay muchas más exportaciones que en 2008. En cambio, existe
menos empleo, menor masa salarial y menos inversión. El número de
empleados se ha situado en 18,5 millones (según la EPA está 2,25
millones por debajo del máximo histórico previo a la crisis). La
diferencia en la inversión se debe a la menor existente en la
construcción. Incluso en el empleo, la diferencia es de 1,6 millones
menos, que se deben a los perdidos igualmente en la construcción.
El
aumento de las exportaciones es debido a varios factores: la
devaluación salarial, la evolución del euro, la caída de los
precios del crudo petrolífero, y a la mejoría de la economía
europea. Igualmente, en 2016 el turismo batió récord.
Resumiendo
las causas se deben al precio tan bajo del petróleo (España importa
la práctica totalidad de los crudos); la magnífica evolución del
turismo consecuencia de los riesgos de los lugares de la competencia,
y a la depreciación del euro respecto al dólar en el mercado de
divisas. A cualquiera de estas variables, tradicionalmente, la
economía española ha sido y es altamente sensible.
Por
otro lado, las compras del BCE han conducido a las tasas de
interés a niveles desconocidos, lo que ha supuesto una sensible
disminución de la carga de los hipotecados, y ha facilitado el
desapalancamiento o disminución de las deudas.
También
ha influido el leve aumento del consumo público, y la rebaja de los
impuestos de alrededor de 5.000 millones de euros.
Todas
estas circunstancias han permitido un mayor crecimiento español al
compararlo con nuestros socios de la Unión Europea.
Para
este 2017, la mayoría de analistas anticipan una desaceleración del
crecimiento hasta la zona del 2,5% debido a la incertidumbre externa,
y al aumento de precios de la economía española, que podría
afectar a la competitividad externa.
Y
es que la inflación ha crecido, básicamente como consecuencia de la
fuerte subida de los precios de la luz. El IPC (Incremento de Precios
al Consumo) se disparó en el mes de enero un 3% en tasa interanual.
El
indicador se ha situado casi un punto y medio por encima del habido
en el pasado mes de diciembre, aunque también se debe a la subida de
precios de los carburantes.
Sin
embargo, según el ministro Guindos, este aumento será "temporal,
de forma que se modere a partir del segundo trimestre, convergiendo
hacia los objetivos del BCE, próximos pero por debajo del 2%".
En este sentido, ha destacado que la inflación subyacente, sigue
estando "en el entorno del 1%".
En
todo caso, temiendo a los “efectos en segunda ronda”, el Gobierno
ha aprobado un decreto eliminando la indexación con respecto al IPC.
La Ley de Desindexación entró en vigor el 1 de abril de 2015 con
el fin de desvincular los precios de los servicios públicos del IPC.
Su desarrollo reglamentario quedó pendiente y en 2016 no pudo
aprobarse por estar el Gobierno en funciones.
Por
su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha subrayado
la pérdida de poder adquisitivo que la subida de precios provocará
para los pensionistas. "Me parece absolutamente insoportable que
un pensionista al que le han subido 12 euros o 20 euros al año su
pensión, empiece el año sabiendo que va a tener que pagar entre 40
y 100 euros más en la factura de la luz o ese 3% en el mes de
enero", ha señalado.
Por
otro lado, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA),
señalan que el año pasado ha terminado con 413.600 ocupados más,
un 2,3% más que el año anterior. Sin embargo, el ritmo de aumento
ha descendido ya que había empezado el año con incrementos más
fuertes. Sin duda, es consecuencia de la caída en el sector público,
dónde a finales de 2016 se perdieron empleos.
Según
la EPA, el número de parados se sitúa en casi 4,2 millones de
personas (una cifra considerable) y la población ocupada en 18,5
millones.
El
peso de los temporales sigue creciendo entre los asalariados, y ya
suponen el 26,5% del total, casi un punto porcentual más que hace un
año. Su retroceso durante la crisis se debe, únicamente, a la
destrucción de este tipo de empleos, mucho más sencillo que el de
los puestos de trabajo fijos. Y una vez ha vuelto a subir la
actividad, también lo ha hecho la demanda de este tipo de contratos.
Sin
embargo, un aspecto negativo y quizá poco comentado ha sido la caída
de la población activa (la suma de los ocupados más los parados)
que ha caído en más de 100.000 personas y en el conjunto del año
en 127.800. Por tanto, se ha situado en 22,75 millones de personas.
La
reducción del mercado laboral llega tanto por la disminución de la
fuerza laboral española como de la extranjera. No obstante, en este
periodo ha sido esta la que más ha menguado, especialmente la
procedente de Latinoamérica.
En
este último caso, la reducción de esta mano de obra comenzó
bastante antes que en el conjunto del mercado laboral. Concretamente
alcanzó su techo en la primavera de 2009. De entonces a finales del
año pasado, la población activa de esa región ha bajado de 1,67
millones de trabajadores hasta los 798.800.
En
el caso de la población activa española, la principal
característica que se ha observado durante estos años es que la
crisis apenas ha frenado la incorporación de la mujer al mercado de
trabajo. La mano de obra femenina en España lleva décadas
creciendo. Esto explica que la tasa de actividad de las mujeres
españolas esté en el 53,4%, muy cerca de sus niveles máximos.
Mientras que este tasa, en el caso de los hombres, ahora en el 64,8%,
sí que se ha alejado del máximo tocado en 2008 (69,7%).
La
población activa reaccionó tarde al desplome del mercado laboral.
La destrucción de empleo no desanimó su imparable crecimiento de la
época de bonanza. Con algún altibajo aumentó hasta bien entrado
2012, ya en la segunda recesión, cuando se llegó a casi 23,5
millones de trabajadores con empleo o parados y una tasa de actividad
que llegó al 60,5%. Ahora este porcentaje es dos puntos porcentuales
inferior.
Por
otro lado, si nos referimos a la otra estadística, la del Paro
Registrado que elabora el Ministerio de Empleo, (recoge el número de
personas que acuden a las Oficinas de Empleo a inscribirse como
desempleados demandantes de empleo), el final de la campaña navideña
se ha dejado sentir en sus cifras.
El Paro
Registrado ha aumentado en 57.257 personas respecto a diciembre
y deja el número total de desempleados inscritos en las oficinas
públicas en 3,76 millones. Ha disminuido la afiliación a
la Seguridad Social en 174.880 cotizantes, situándose la
cifra total de afiliados en 17,7 millones de personas.
Siendo
malos datos, no son los peores en comparación con otros años.
En
todo caso, ha mejorado de enero del 2016 hasta la fecha en 569.817
cotizantes.
MERCADOS:
Los
índices bursátiles de París, Madrid y el Eurostoxx 50 son casi una
fotocopia: un tramo descendente que se prolonga durante casi todo el
pasado mes de enero; dos sesiones al alza y las cuatro finales a la
baja. Sólo el Dax de Fráncfort desentona: plano durante todo el
mes.
En
EEUU la similitud del Dow Jones, el S&P 500 y el NYSE es
extraordinaria; planos, o con ligerísimos recortes todo el mes.
Terminan el mes con recortes. Sólo el Nasdaq ha sido alcista todo el
mes, pero lo termina con recortes.
Para
este mes de febrero, las tensas relaciones diplomáticas entre
Estados Unidos y México si van a peor, no sentarán nada bien a las
empresas españolas con intereses en aquel país, donde un total de
36 cotizadas en la Bolsa española están presentes en México; de
ellas, 19 son del Ibex y cinco son bancos: BBVA, Sabadell, Popular,
Santander y CaixaBank.
Esperemos
que el Congreso, el Senado de EEUU, la FED y Europa, pongan freno al
presidente Donald Trump.
Y
es que, como se cita en un titular del “El economista”, “Trump
mueve 1.260 millones cada vez que cita a una firma en Twitter”. El
impacto es tan real que la agencia publicitaria “T3” ha
desarrollado un robot que toma posiciones bajistas en las
compañías que son mencionadas en los tuits de Donald Trump si
entiende que el contenido del mensaje es negativo. Porque, también
es cierto, no siempre utiliza la red social para echar reprimendas,
sino que, en ocasiones, la aprovecha para dar palmaditas en la
espalda a las empresas que “van
por el buen camino”,
es decir, que se ajustan a los preceptos proteccionistas y
nacionalistas que el defiende.
Los
inversores europeos se muestran cautos tras las polémicas medidas de
Donald Trump, e interpretan negativamente el dato de inflación de la
eurozona que roza ya el objetivo del BCE. El euro roza los 1,08
dólares, el bono español se afianza el 1,6% y el Ibex acabó el
pasado enero con una caída del 0,4% hasta 9.315,20 puntos.
EMPRESAS:
Según
los datos provisionales recabados por Investigación Cooperativa de
Entidades Aseguradoras (ICEA), las aseguradoras elevaron un
12,24% los ingresos por la venta de pólizas al cierre de 2016, hasta
los 63.827 millones, un “récord histórico de facturación”. No
obstante, en el sector no se cree que el beneficio suba en la misma
proporción porque los márgenes han caído, en línea con los tipos
de interés.
El
importe total se reparte casi al 50% entre los seguros de no vida
(32.703 millones, que aumentó un 4,49%) y los de no vida, que
facturaron 31.124 millones, un 21,7% más.
El
sector asegurador ha recogido todos los efectos de la mejoría
económica. El año pasado se incorporaron más de un año de coches
al parque, por lo que este seguro fue uno de los que más creció. No
solo en número de asegurados, también en precios, ya que las
compañías han elevado sus tarifas tras la entrada en vigor de
nuevos baremos de indemnizaciones de accidentes de tráfico. Los
seguros de coches se incrementaron un 5,11%, hasta los 10.565
millones.
Otro
sector que ha crecido mucho ha sido salud: la presidenta de la
patronal del seguro Unespa, Pilar González de Frutos, ha señalado
que en el año 2016 se alcanzaron los 11 millones de asegurados en
salud, lo que, en su opinión, “prueba que el seguro de salud
ofrece cosas que los consumidores quieren comprar”. El seguro de
salud para empresas ha sido determinante en este crecimiento. La
facturación subió un 5,07%, hasta los 7.734 millones.
Por
su parte, los multirriesgos (hogar, comunidades de vecinos, comercios
e industrias) ingresaron un 3,09% más por la venta de pólizas,
hasta los 6.767 millones.
Mientras
tanto, el ahorro gestionado en productos de seguro de vida alcanzó
los 177.735 millones en el año, lo que supone un incremento
interanual del 5,98%. Frente a estos buenos datos, González de
Frutos ha señalado que la tasa de ahorro por asegurado apenas se ha
expandido en el caso de las rentas y estas lo han hecho en una medida
“muy significativa”: desde unos 13.000 euros en 2006 hasta casi
33.000 euros en 2016. En su opinión, los datos ponen de manifiesto
que la sociedad española no está incrementando sus hábitos de
ahorro.