jueves, 10 de diciembre de 2015

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL DICIEMBRE 2015: necesidad de estímulos fiscales.

La última cumbre del G20  de Antalya, no pasará a la historia precisamente  por la adopción de nuevas medidas para solucionar los problemas que restan de la crisis financiera de la economía mundial. Todo ello, pese a admitir que el crecimiento económico mundial es desigual y sigue por debajo de las expectativas.

GLOBAL:

El año pasado, los países del G20 anunciaron todas las reformas que pensaban  llevar a cabo para conseguir dos puntos porcentuales más a su crecimiento en 2018. Los organismos internacionales que supervisan este objetivo (FMI, OCDE y Banco Mundial) coinciden en que más de la mitad de esas reformas ya se han llevado a cabo, pero su impacto en la evolución de la economía mundial ha sido muy escaso.
El frenazo de China, el efecto de la caída de las materias primas en los países emergentes, o las dificultades de Europa para retomar el crecimiento, están dando como resultado que en 2015, según el FMI, el PIB mundial apenas crecerá un 3%, frente al 3,4% del año pasado.
Durante la última cumbre del G20, el más claro fue el presidente de China, Xi Jinping, que emplazó al resto de líderes a encontrar con urgencia nuevas fuentes de crecimiento económico, porque a pesar de que la crisis financiera ha terminado, la recuperación es muy débil y no asegura una nueva era de prosperidad mundial.
El comunicado final de la cumbre refleja el recelo de las economías emergentes respecto a la forma en que los mercados vayan a digerir la subida de tipos que está preparando la Reserva Federal de Estados Unidos, de forma que en la reunión se ha pedido “calibrar y comunicar claramente las grandes decisiones de política monetaria, para mitigar la incertidumbre y minimizar efectos negativos”.
Por otro lado, los precios de las materias primas están en su cota más baja durante 16 años. El desplome no se limita solo al petróleo ya que algunos de los principales productos primarios (zinc, hierro o níquel) se dejan más de un tercio de su valor en el último año. La desaceleración económica de China, el principal importador de estos materiales, y la fuerte apreciación del dólar frente a otras divisas son las principales causas del hundimiento de los precios. Esta situación supone un reto para los países productores, muchos de ellos emergentes.
Hay que estar muy pendiente de la economía china, que es el mayor consumidor mundial y absorbe casi la mitad de la producción de aluminio, cobre y carbón. El cambio de modelo económico de Pekín, al pasar de uno centrado en las exportaciones y la inversión pública a otro basado en el consumo interno, ha disminuido su tremendo consumo  de materias primas: la ralentización de la economía china ha provocado un desplome en su demanda de productos primarios. En 2010 su consumo de materias primas crecía cada año al 35% y era capaz de asumir toda la parte que Occidente dejaba de consumir. Hoy, esta tasa interanual se sitúa en el 9%, casi cuatro veces menos.

CHINA:

Las autoridades chinas se han mostrado satisfechas al ver atendidas una de sus mayores demandas para ganar peso en las finanzas internacionales: la inclusión de su moneda, el yuan, en la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI). 
El Banco Popular de China aseguró en un comunicado que la decisión del organismo es "un reconocimiento al desarrollo económico" del país que "ayudará a mejorar el sistema monetario internacional vigente". Como respuesta a los numerosos escépticos que aseguran que el yuan aún no cumple como se precisa las condiciones necesarias para convertirse en una moneda de reserva, el regulador monetario chino prometió acelerar el ritmo de reformas económicas y financieras.
"El movimiento significa que la comunidad internacional espera que China juegue un mayor papel en el sistema económico y financiero global. De cara al futuro, China seguirá profundizando y acelerando las reformas económicas y la apertura financiera, y contribuirá a la promoción del crecimiento mundial".
A pesar del visto bueno de los técnicos del FMI, el yuan no es aún una divisa plenamente convertible en la cuenta de capital y su tipo de cambio sigue dependiendo en gran parte de la tasa media de referencia que fija el Banco Central. Las autoridades han ampliado durante los últimos años su banda máxima de fluctuación diaria respecto al dólar estadounidense y han adoptado criterios menos arbitrarios en el método de establecer el valor medio de su moneda. En su página oficial, el Banco Central de China asegura que la plena convertibilidad "no es una condición necesaria para que una moneda sea ampliamente negociada" y que puede serlo "incluso si el país emisor conserva algunas restricciones".
Hu Xingdou, profesor de Economía del Instituto de Tecnología de Pekín, asegura que la inclusión del yuan en la cesta del FMI supone un "hito" para el país y sostiene que promoverá más reformas "con toda seguridad". Otros analistas coinciden en que China deberá desmantelar parte de los controles de capital vigentes, aunque no necesariamente lo hará más rápido de lo planeado. 
El yuan se sumará así al dólar, el euro, la libra esterlina y el yen en su papel de divisa de reserva internacional, con consecuencias importantes para la economía global.
Los derechos especiales de giro (SDR, por sus siglas en inglés) carecen de relevancia en el sistema financiero global, apenas el 2% de las reservas internacionales de todo el mundo están denominadas en la divisa del Fondo, pero la decisión de incorporar el yuan supone un importante avance para la inclusión de China en el sistema financiero internacional.

JAPÓN:

A pesar del estímulo monetario más grande de toda su historia, continúa sin conseguir despegar la tercera economía mundial.
Japón ha entrado oficialmente en recesión técnica por quinta vez en los últimos siete años debido a la incertidumbre sobre el crecimiento global. Entre junio y septiembre, el PIB nipón cayó un 0,2% con respecto a los tres meses anteriores -o, a tasa anualizada, un 0,8%- después de que durante el segundo trimestre del año la economía ya se contrajera un 0,7%.
Según los datos preliminares del Gobierno, la principal causa de la caída fue el bajón de la inversión de las empresas (-1,3% con respecto al trimestre anterior), temerosas de la volatilidad en China y, en general, de la débil recuperación mundial. Todo ello, pese a que el consumo doméstico, que supone casi el 60% de la economía japonesa, creció un 0,5% frente a los registros entre abril y junio y las exportaciones japonesas también aumentaron un 2,6% intertrimestral.
Una de las prioridades del primer ministro nipón, precisamente, es lograr que Japón deje atrás dos décadas de estancamiento económico y para ello puso en marcha -inmediatamente después de su nombramiento- el mayor plan de estímulo de la historia del país, basado en un mayor gasto público, barra libre de liquidez y reformas estructurales. Pero el Plan no está dando los frutos esperados.  
Algunos observadores consideran que uno de los problemas que hace a Japón tan vulnerable es la falta de celeridad para implementar las medidas más dolorosas de las reformas estructurales: aumentar la participación de la mujer en el mercado laboral; eliminar  la dualidad entre los que trabajan en las grandes empresas del país, con mejores salarios, y los que lo hacen en pequeñas y medianas empresas en peores condiciones;  corregir el declive de la fuerza laboral de una población cada vez más envejecida; y eliminar las barreras al comercio exterior.

ESTADOS UNIDOS:

El mercado laboral de Estados Unidos registró en noviembre 211.000 nuevos ocupados, un ritmo de creación de empleo suficiente para eliminar el último gran obstáculo para que la Reserva Federal suba tipos de interés en este mes de diciembre. La tasa de paro estadounidense ha permanecido estable en el 5%, el nivel más bajo desde abril de 2008.
El mercado laboral, sin embargo, acusa algunas debilidades. Hay algo más de seis millones de personas forzadas a trabajar a tiempo parcial. Cuando se les suman los 1,7 millones apartados del mercado laboral, el subempleo se acerca al 10%. Hay 15,6 millones de personas que entran en esta categoría, cuatro millones más que antes de la recesión.
La recuperación económica actual está siendo la más lenta desde la Segunda Guerra Mundial, pese a la masa de estímulos que se inyectó durante los últimos siete años. En gran medida se debe a que la productividad sigue muy baja: el 2,2% en el tercer trimestre y de solo el 1% para el conjunto del año. Los salarios parece que empiezan a subir pero siguen por debajo de los anteriores a la crisis.
Además, al situarse la tasa de paro próxima al pleno empleo (una tasa de paro del 5% se considera como pleno empleo), es más complicado mantener el ritmo de contratación. Las últimas encuestas a los empresarios muestran que los ejecutivos de las grandes compañías no son tan optimistas hacia 2016 como hace seis meses, por el efecto combinado de la fortaleza del dólar y el desplome de la energía, lo que podría llevarles a reducir la inversión.
La realidad, es que la economía estadounidense, ha superado la Gran Recesión intensificando su actividad hacia el negocio del conocimiento que ya supone el 32% de su PIB.

UNIÓN EUROPEA:

La eurozona creció apenas el 0,3% en el tercer trimestre de este 2015. Según los datos publicados por Eurostat, y ya lleva más de seis meses  desacelerándose.
El PIB de las grandes economías del continente crece poco, y solo España crece algo más, y para colmo, el frenazo de los emergentes está afectando al viejo continente.
Ni el petróleo, ni el euro bajo mínimos, variables que favorecen el consumo y las exportaciones, logran incrementar al PIB europeo. Ni la política monetaria históricamente súper expansiva lo está consiguiendo, ni tampoco las reformas y ajustes patrocinados por Bruselas: nada consigue despertar a la economía europea.
Con subidas de precios del 0%, un enorme volumen de deuda pública, y un volumen de paro en máximos, la extremadamente lenta recuperación de la eurozona contradice las declaraciones demasiado optimistas de algunos políticos.
El frenazo en los emergentes, y en particular de China, está haciendo daño a la economía europea. Por esa razón, Mario Draghi viene alertando de los riesgos que padecemos.
Pero la política monetaria refleja que no puede dar más de sí. Ello hace preciso acabar con la austeridad, algo a lo que continúan resistiéndose las autoridades alemanas y las propias de la Unión Europea.  Alemania no quiere aumentar su demanda incrementando su gasto fiscal.
En contraste, la economía alemana ha cerrado el último trimestre,  marcado por el escándalo Volkswagen, con un reducido avance del 0,3% (menor del esperado).
Las grandes economías no terminan de arrancar: Francia crece el 0,3%, e Italia menos (el 0,2%). Solo España consigue cierto crecimiento -el PIB español creció el 0,8%- pero con una tasa de paro situada en niveles récord, un nivel de elevada deuda, y la necesidad de crecer durante años mucho más que el resto de socios europeos para recuperar el terreno. La realidad, es que la explosión de la burbuja inmobiliaria y los fuertes problemas de la banca española con el rescate de 40.000 millones, ha dejado una huella que tardará en desaparecer.
El PIB ha disminuido en tres países (Grecia y las supuestamente virtuosas Estonia y Finlandia), lo que deja el crecimiento de toda la Unión en el 0,4%, en línea con la economía del Reino Unido y de Estados Unidos.
Francia no ha hecho reformas económicas, y apenas ha recortado su déficit, pero su crecimiento actual permite sostener el avance del PIB europeo: de un estancamiento en el segundo trimestre, ha pasado a tasas de crecimiento del 0,3%.
Sin embargo, tanto Alemania como los Países Bajos no consiguen sacar partido de sus grandes superávits comerciales (alrededor del 10% del PIB y creciendo).
La economía holandesa está prácticamente estancada, y la alemana se desacelera lentamente, con niveles de inversión alarmantemente bajos. Entre los rescatados, solo España e Irlanda presentan reactivaciones dignas de ese nombre. La economía portuguesa se ha parado de golpe. Y Grecia ha pasado de tasas positivas a un retroceso del 0,5% en su PIB durante el trimestre.
La versión europea de la Gran Recesión, va camino de la década con una “mala salud de hierro”: en general, quizá con la excepción de España, la recuperación es lenta y decepcionante. En particular en Alemania, que nota más que otros países los problemas de China.
Sin duda por esta razón, el jefe del Banco Central Europeo, Draghi, ha vuelto a rebajar los tipos de interés, anunciando una ampliación del ingente programa de compras de activos (QE, por sus siglas en inglés): el BCE inyectará un mínimo de 360.000 millones adicionales, ampliándose hasta, al menos, marzo de 2017, y llegando a alcanzar un volumen total de 1,5 billones de euros.
La política monetaria será, en fin, aún más expansiva para apuntalar la anémica recuperación de la eurozona y evitar los signos de congelación en los precios.
En todo caso, Draghi disgustó a los mercados, que esperaban más tras la reciente escalada de declaraciones: los mercados se han sentido decepcionados tras la enésima rebaja de los tipos de interés (están incluso en tasas negativas), y por una inyección adicional de centenares de miles de millones que se destinarán a comprar deuda pública y privada.
Estas dos medidas, inconcebibles hace una década, no bastaron. El consejo de gobierno del BCE aprobó por amplia mayoría una vuelta de tuerca a la política monetaria súper expansiva para apuntalar la anémica recuperación e impedir que los precios se deslicen más hacia la temida deflación.
En cualquier caso, el Bundesbank alemán lideró una facción que impide ir un paso más allá, y eso hizo que Draghi no estuviera esta vez a la altura de las expectativas: el BCE se había autoimpuesto un listón muy alto en anteriores declaraciones (lo que en la jerga de los ortodoxos monetarios se denomina “intervención verbal”), y se quedó corto respecto a las expectativas  del mercado.
El BCE rebajó el tipo de interés de la facilidad de depósito hasta el -0,3%, es decir, cobrará aún más intereses a los bancos que dejan ocioso su dinero, para tratar de que presten más. Esa rebaja contrasta con la mil veces anunciada subida de tipos en Estados Unidos, donde la Reserva Federal tiene previsto endurecer en breve su política monetaria.
Esa divergencia de tipos de interés al alza en EE UU y a la baja en la zona euro, está ocasionando problemas a la economía global. Se produce en entorno de tensiones geopolíticas y con los emergentes a punto de caer en su particular Gran Recesión.
Draghi tuvo que esforzarse en la sala de prensa: “hacemos más para que el programa de compras funcione. Queremos consolidar una política que ha sido un éxito con la mejora de las condiciones de crédito, de los mercados financieros y en apoyo de la economía real”.
Amplió el horizonte temporal del QE, y comprará deuda regional y local (básicamente alemana, donde comienza a haber problemas para encontrar bonos y poder seguir comprando). Explicó que el BCE seguirá imprimiendo billetes fuertemente mientras los precios no se acerquen al 2%: el índice de precios de la eurozona está lejos, en el 0,1%, y el Eurobanco reconoció que las previsiones son aún peores de lo que se temía.
Este panorama sugiere que el QE estará en activo durante años. El propio BCE se encargó de enfatizarlo, al aprobar la posibilidad de recomprar los bonos que ya tiene en cartera.

ESPAÑA:

Durante el tercer trimestre las exportaciones, eliminando efectos estacionales, en volumen, corregidas de factores estacionales, crecieron un 8,3% en tasa anual sobre el trimestre anterior, frente al 14,6% en el segundo. Aunque sigue siendo fuerte, el ritmo de crecimiento se ha frenado. En términos tendenciales, aunque haya cierta desaceleración, el crecimiento de las exportaciones españolas, alcanza en los últimos meses una tasa anualizada del orden del 6%.  La estimación del crecimiento del comercio mundial en volumen que realiza la Comisión Europea para 2015, es del 2,5%.
El crecimiento nominal es prácticamente el mismo que el que registran las exportaciones de la zona euro. Es decir, nuestras exportaciones se comportan más o menos igual que las del resto de nuestros socios. A su vez, la zona euro está ganando cuota de mercado internacional a costa de los Estados Unidos, de China y de los países productores y exportadores de productos energéticos y otras materias primas. Aunque no sea el único, hay que señalar la depreciación del euro como uno de los factores explicativos.
Por lo que respecta a las importaciones, se han moderado aún más que las exportaciones que la de las exportaciones. No obstante, los datos acumulados desde el comienzo del año muestran un mayor crecimiento en volumen de las importaciones que de las exportaciones (6,2% frente al 3,7% citado), por lo tanto, su aportación al crecimiento del PIB español es negativa.
En los intercambios con la Unión Europea (las exportaciones en volumen aumentan un 5,5% y las importaciones, un 8,2%). La zona euro registra superávit comercial con el resto del mundo (la región gasta menos que su capacidad de gasto) pero con resultados escasos porque las familias y empresas no se endeudan más, ya que continúan muy endeudadas (o apalancadas). Por todo ello, son precisos, aparte de los estímulos monetarios del BCE, importantes estímulos fiscales en los países que tengan margen para ello, básicamente de Alemania.
No obstante, a pesar del mayor crecimiento de las importaciones españolas respecto a sus exportaciones, el déficit comercial acumulado en el año disminuye ligeramente, un 1,1%. La causa, es sencillamente, la caída de los precios del petróleo importado.
Por lo que respecta a los precios, el IPC han caído el 0,3 % durante el pasado  noviembre respecto al mismo mes del año 2014, cuatro décimas menos que en octubre, debido a una mejor evolución de los precios de electricidad y carburantes que un año antes.
El indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra una contención del descenso de los precios que dura ya dos meses y que, según las previsiones de Gobierno y analistas consultados, continuará para cerrar el año en torno al cero o, incluso, en positivo.
En concreto, en diciembre han contribuido a su menor caída el encarecimiento de la electricidad y el mantenimiento de los precios de los carburantes (gasoil y gasolina), frente a las bajadas de un año antes.
De forma que el IPC enlazará cuatro meses consecutivos en negativo (0,4 en agosto, 0,9 % en septiembre y 0,7 % en octubre).
Esta senda bajista ha sido la tónica de los últimos 17 meses, con la excepción de junio y julio de 2015, cuando se registró una tasa positiva, en ambos casos de sólo el 0,1 %.
El Gobierno ha manifestado en distintas ocasiones su previsión del IPC, según las cuales la subida de precios terminará el año "ligeramente en positivo" muy cerca del 0 %.
En cuanto a la variación anual del IPC Armonizado (refleja la evolución de los precios de la misma forma en todas las economías de la eurozona) el indicador adelantado ha caído al 0,4 % en noviembre respecto al mismo mes de 2014, cinco décimas más respecto a la tasa de octubre (-0,9 %).
Por lo que respecta al Paro Registrado (aquellos que acuden a registrarse como desempleados demandantes de empleo en las Oficinas de Empleo), en noviembre, un mes estacionalmente desfavorable para este indicador, ha arrojado una caída del mismo de alrededor de 27.000 parados menos. A la vista de esta secuencia de datos, es posible que estemos en presencia de un cambio en la estacionalidad, que se vuelve menos desfavorable en este mes, a lo que cabe añadir que la economía está creando empleo ahora a buen ritmo, que la población activa ya no crece como en los años de expansión y que este indicador es bastante volátil en su comportamiento, como consecuencia de la metodología de su elaboración.
De los 4,15 millones de parados registrados, sólo el 54,4% está cubierto por alguna prestación de desempleo (al comenzar la crisis esta tasa era el 70%), lo que quiere decir que hay dos millones sin esa prestación, además de los 360.000 que no han tenido empleo anterior y otros colectivos que no han generado derechos. La gran mayoría de ellos son parados de larga duración, un colectivo que se está quedando descolgado del sistema económico y cuya inserción debería ser otra de las prioridades del nuevo Gobierno.
En cuanto a los afiliados a la Seguridad Social -un indicador bastante más significativo del mercado laboral-  su aumento mensual fue escaso, 1.600 afiliaciones, pero también aquí hay que tener en cuenta la desfavorable estacionalidad. Corrigiendo este factor y otros elementos atípicos, el aumento asciende a 44.000 (525.000 anualizando el dato), lo que constituye una buena cifra.
Lo más importante es que la desaceleración del ritmo de crecimiento de las afiliaciones, que se observó en el tercer trimestre de este año, se ha frenado e incluso apunta de nuevo al alza, alcanzando otra vez tasas anualizadas del orden del 3% en los tres últimos meses.
Respecto al consumo interno, sobre todo se ha notado  en el comercio al por menor. En octubre volvió a crecer, lo hizo un 5,3% sobre el mismo mes del año anterior, y encadena ya 15 meses consecutivos al alza. El incremento sería mayor si en este dato se incluyeran las compras en gasolineras y estaciones de servicio. Se elevaría hasta el 5,8%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En lo que va de año, estas cifras muestran que el comercio vive su mejor año de la crisis. No obstante, todavía quedan lejos los niveles alcanzados durante los años 2005, 2006 y 2007.
El índice con el que el INE mide la evolución del comercio al por menor ha llegado en octubre a su nivel más alto desde que comenzó la segunda recesión de la crisis, en 2011. Se situó por encima de los 89 puntos tanto incluyendo los datos de las estaciones de servicio como sin ellas.
La buena marcha del sector durante el último año, ha llevado al optimismo respecto de la campaña navideña. No obstante, todavía falta bastante para que se alcance el nivel de gasto previo a la crisis.
De este ambiente, se han beneficiado todo tipo de establecimientos del sector: tanto al pequeño comercio como a las grandes superficies, pasando por los grupos de cadenas comerciales como a las cadenas intermedias. No obstante, son los grandes los que más han crecido, tanto las superficies (El Corte Inglés) como en cadenas (Zara). En ambos casos, el incremento supera los siete puntos porcentuales. En el otro lado, aparecen las pequeñas cadenas, donde el aumento de ventas apenas ha sido del 3,9%.
Por tipo de producto, se observa que la significativa subida no se debe a la alimentación, que creció un 2%. El resto, en cambio, registraron incrementos en la cifra de negocio del 7,6%, destacando especialmente las subidas del equipo personal (8,5%).
Finalmente, señalar que según la Central de Balances del Banco de España, la contratación estable continúa sin aparecer, aún con los beneficios empresariales en franca recuperación. Los datos más recientes, que incluyen la información suministrada por 811 grandes empresas con cerca de 890.000 trabajadores, revelan que todo el nuevo empleo generado en los nueve primeros meses de 2015 se formalizó con contratos temporales.
Hasta septiembre, el empleo temporal (unos 150.000 trabajadores en esas 811 empresas) había crecido un 13,2% respecto a los tres primeros trimestres de 2014. Por el contrario, el empleo fijo, aún con la economía creciendo ya al 3%, sigue en retroceso: el trabajo estable (740.000 empleados) se redujo en el periodo un 0,4%, un ritmo de caída menor que el reflejado en los datos hasta septiembre de 2014 (un 1,2% menos). En total, las plantillas de estas grandes compañías crecieron un 1,6%.

MERCADOS:

Como hemos comentado anteriormente, los mercados esperaban que Draghi ampliara las compras mensuales hasta finales de 2017, y que aumentara el catálogo de activos que puede adquirir. Incluso que elevara el tamaño de las compras mensuales (actualmente 60.000 millones de euros). Pues bien, al no ir tan lejos el Jefe del BCE, los mercados reaccionaron desfavorablemente a los anuncios realizados.
El euro se revalorizó bruscamente hasta rozar los 1,10 dólares por unidad. Las Bolsas se dieron un buen batacazo, con caídas en torno al 3% en Europa y con las primas de riesgo de las economías periféricas de nuevo al alza tras varios días dando alegrías. “No estábamos haciendo lo suficiente, había que hacer más porque hay riesgos en el horizonte. Pero hay que dar tiempo a estas medidas para que sean totalmente apreciadas: ya veremos”, dijo un Draghi sorprendentemente a la defensiva, sugiriendo que los mercados no interpretan correctamente “no entienden” el alcance del nuevo calibre de su artillería monetaria.
Por otro lado, las compañías del Ibex 35 ganaron 26.638 millones de euros hasta septiembre. Se trata de un aumento del 22.63% en los beneficios de las grandes cotizadas si se compara con el mismo periodo del año anterior. La mejora de los resultados se ha visto impulsada por algunos beneficios extraordinarios. Esta circunstancia ha compensado la volatilidad en los tipos de cambio, especialmente en Latinoamérica. Las empresas del Ibex incrementaron su deuda en un 6,41% durante el periodo.
Salvo imprevistos de última hora, las principales empresas de la Bolsa española están a punto de culminar su tercer ejercicio consecutivo de mejora en las ganancias. Además, por primera vez, el impulso de los beneficios va a venir acompañado de un cierto repunte de la facturación. Esta circunstancia es clave para que las empresas generen unos resultados sostenibles ya que hasta ahora buena parte de la mejora de las cuentas había venido por los ajustes en los costes, una partida que también tiene sus límites.
Por lo que respecta al mercado de la vivienda, según un informe de la sociedad tasadora Tinsa, en España hay 389.000 pisos nuevos vacíos (el 24,9 % de las terminadas desde el 2008) que el mercado tardará en absorber unos dos años y medio. La gran mayoría es propiedad de particulares o de los bancos que se han quedado con las que no han podido financiar. Solo el 14% está en manos de los promotores que las iniciaron. Apenas el 9% de las reservas está destinado al alquiler.
Las provincias de Madrid, Valencia, Murcia y Barcelona son las que concentran el mayor número de inmuebles desocupados. Sin embargo, es más revelador saber en qué provincias abundan más las viviendas sin ocupar construidas en los últimos siete años, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Así destacan Almería, Cuenca, Castellón y Toledo en donde se acumula un stock de entre el 35 y el 40%.

EMPRESAS:

Las grandes compañías continentales registran más pasajeros y sus cuentas de resultados arrojan beneficios millonarios al calor del petróleo barato, lo que ayuda a compensar la dura guerra de precios. En España, por los aeropuertos de AENA pasaron hasta octubre 179 millones de viajeros, lo que supone rozar el récord de pasajeros de 2006, el mejor año hasta ahora.
Los aeropuertos de España están en racha desde hace 23 meses. Dejan atrás la crisis económica que lastró la marcha de la sobredimensionada red española. Las instalaciones comenzaron a perder miles de viajeros, especialmente a partir de 2008. Aunque en el año 2011 comenzaron a mejorar, ha sido en este 2015, cuando el sector aéreo realmente ha despegado  en Europa gracias al petróleo más barato.
Según cifras de Eurocontrol, el tráfico de pasajeros en España entre enero y octubre creció un 5,5% con respecto a 2014. En toda Europa, en septiembre se elevó un 2,5% de media. Ese organismo mantiene al alza las perspectivas de tráfico para los próximos siete años. En 2015, calcula un crecimiento medio de entre un 1,1% y un 1,9%. Para 2016 lo eleva, en el mejor de los escenarios, incluso al 4%, igual que en 2017.

Sin duda, la buena marcha del sector responde, en su mayor parte, a la bajada del precio del petróleo, uno de los costes variables más elevados a los que se enfrentan las aerolíneas. Si baja, las compañías mejoran sus márgenes de beneficio, reducen los precios de los billetes para estimular la demanda y elevan la oferta de rutas.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Qué es un testaferro? Algo, parece ser que bastante normal....

El término, surgido en Italia durante el siglo XVI,  significa en su origen «cabeza de hierro»  y hace referencia a la persona que presta su nombre en un contrato que en realidad es de otro.

El testaferro, por lo tanto, actúa encubriendo a otro sujeto. Lo que hace es prestar su identidad para emular el rol social de aquel al que representa. Esto permite que la persona representada pueda disfrutar ciertos beneficios al eludir obligaciones legales.

Supongamos que la ley de un país establece que una persona no puede ser propietaria de más de tres medios de comunicación. Dicha medida obedece a la necesidad de garantizar la pluralidad de voces y discursos. Pues bien, un empresario que ya tiene dos canales de televisión y un periódico, sin embargo, desea comprar una radio. Con el objetivo de evadir la ley, esa persona paga a un individuo para que sea su testaferro. De este modo, la persona contratada presta su identidad para realizar la compra, aunque el propietario real será el empresario que le ha pagado.

Otro ejemplo clarificador, sería el de un político corrupto que cuenta con un testaferro, ya que el político no está en condiciones de utilizar su nombre para realizar ciertas operaciones comerciales o financieras. De lo contrario, tendría que justificar cómo accedió a los fondos que obtuvo de manera ilícita.

La verdad, es que en nuestro país, una enorme cantidad de gente “tiene las cosas a nombre de otro”.
Lejos de ser una característica propia de una clase cultural o económica, puede verse éste fenómeno en personas de cualquier clase social, motivadas por diversas razones: pagar menos impuestos, ocultarse de los acreedores, beneficiar a determinados familiares, prevenir futuros juicios, etc.

Se trata de una figura, por tanto, que sirve especialmente para esconder, por decirlo de alguna manera, propiedades, bienes o contratos... y que conlleva unos problemas legales para quién acepta ser testaferro de otro...

Tan es así, que en la prensa o en internet es posible encontrar personas que ofrecen sus servicios como testaferro para diferentes figuras financieras.

En Economía y Derecho, un testaferro es la persona, ya sea física o jurídica que suplanta a otra en alguna compra, donación o algún otro negocio, en general con fines fraudulentos…
Por ejemplo, si una persona posee deudas y no desea tener bienes susceptibles de embargo, los transfiere a otra persona que aparece como titular del dominio, pero en realidad es alguien de mucha confianza que en los hechos solo se comporta dando su nombre a los efectos de no perder esa propiedad y defraudar a los acreedores.

Otro caso es lo que sucede en caso de que una persona tenga la obligación de brindar aportes para alimentos y no quiera demostrar ingresos, por lo que sus ingresos son facturados por otra persona.

En esos casos en que se persigue ocasionar un daño a intereses de terceros, es ilegal.

En España es considerado un mandatario carente de representación que contrata en su propio nombre y luego transferirá el negocio a su verdadero titular. Y sorpréndase, es legal si no encubre acciones delictivas.

Sin embargo, en el ámbito penal, un testaferro es el que toma el lugar del autor del ilícito para evitar que sea procesado y/o condenado, lo que evidentemente es ilegal.

Y que riesgos comporta para el que acepta figurar como “hombre de paja”?

Muchas veces en estas operaciones se hace un “contradocumento” que les hacen pensar a los protagonistas que están cubiertos.
Se trata de un documento escrito en el que las partes explican la realidad que está detrás de la simulación (por ejemplo, la persona que vende ficticiamente una propiedad a un amigo, firma un “contradocumento” en el que ese amigo reconoce que no es el dueño real de la propiedad).

Obviamente, el contradocumento se oculta de los terceros a quienes se pretende perjudicar (el Fisco, el acreedor, el ex cónyuge, etc.), razón por la cual las partes saben que lo firman ante un eventual conflicto futuro entre ellas.

¿Y por qué se protege un documento firmado por personas que acordaron violar la ley o perjudicar a terceros? ¿Por qué no está prohibido? ¿Para qué sirve?...

El contradocumento sirve solamente para que alguno de los que lo firmó pueda ir, si es preciso a juicio para anular la operación simulada… siempre que no se beneficie.

En otras palabras, la ley protege el contradocumento únicamente para permitir una especie de “arrepentido”. Pero que no sirve en ningún caso frente a terceros: por ejemplo, si a un testaferro le embargan la propiedad  por deudas personales, o se divorcia y le debe dar la mitad a su exmujer, el dueño real no le serviría el contradocumento para nada. De la misma forma, si fallece el testaferro, el propietario real tampoco puede presentarlo contra los herederos.

Por lo tanto, la persona que acepta poner algo de su patrimonio a nombre de otra corre un cierto riesgo de perderlo por algunas de las vicisitudes de la vida que hemos citado: traición del testaferro, muerte, divorcio, deudas, etc.

Y, ¿arriesgarse a ser descubierto o al menos ceder la identidad a los negocios de otro... Es algo que exige recompensas importantes?

Pues no, es el resultado de una negociación y, al final, no se puede saber tampoco cuál la retribución real que cobra el que presta su identidad.

A modo de ejemplo, cito uno de los múltiples anuncios que aparecen en Internet con esta finalidad:


“Me ofrezco como testaferro a cambio de seguridad social y sueldo, nacionalidad española, de Coruña u otras partes de Galicia preferiblemente. Seriedad … etc….

Blanqueo de capitales

El blanqueo de capitales, también denominado lavado de dinero o lavado de capitales, comprende  un conjunto de mecanismos o procedimientos orientados a dar apariencia de legitimidad o legalidad a bienes o activos de origen delictivo.

El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo internacional formado en 1989 por G 7 o países más industrializados, para aunar esfuerzos internacionales contra el lavado de dinero, considera como blanqueo de capitales la conversión o transferencia de propiedad, a sabiendas de que deriva de un delito criminal, con el propósito de esconder o disfrazar su procedencia ilegal o ayudar a cualquier persona involucrada en la comisión del delito a evadir las consecuencias legales de su acción.

El lavado de dinero, en general, involucra la ubicación de fondos en el sistema financiero, la estructuración de transacciones para disfrazar el origen, propiedad y ubicación de los fondos, y la integración de los fondos en la sociedad en la forma de bienes que tienen la apariencia de legitimidad.

El blanqueo de dinero busca a través de una serie de transacciones hacer aparecer como fondos provenientes de actividades legales, aquellos que tuvieron su origen en actividades delictivas.

Aunque los términos blanqueo de capitales y dinero negro están estrechamente relacionados, debemos  establecer una distinción entre dos tipos de dinero negro:

  • El Dinero negro procedente de actividades delictivas de muy diversa naturaleza: tráfico de drogas, contrabando de armas, prostitución, extorsión, trabajo ilegal y, últimamente, terrorismo.

  • El Dinero negro en el sentido de evasión fiscal: aquel que no ha sido declarado a la hacienda pública, normalmente para evadir impuestos.

Si es dinero negro en el sentido de que se ha evadido el pago de impuestos, pero procede de actividades económicas legales, se intentará emplearlo en bienes que no dejen rastro fiscal.

Sin embargo, en el dinero negro procedente de actividades ilegales, el objetivo de su poseedor es blanquearlo, es decir, conseguir que aparezca dinero obtenido legalmente, y que ese dinero tribute y figure oficialmente como procedente de una actividad lícita.
Esta actividad es exactamente la que, realmente, es el blanqueo de capitales.

Por lo que respecta a su difuminación, existen formas muy sencillas, como ir depositando importes pequeños en múltiples cuentas bancarias. Al tratarse de movimientos poco relevantes, estos normalmente no levantarán sospechas (se trata de cantidades que se encuentran muy por debajo del límite a partir del cual el banco tiene obligación de reportar o verificar el origen de los fondos).

Otra manera habitual de lavar el dinero es mediante la compra de instrumentos financieros como cheques de caja u órdenes de pago, las cuales se pueden adquirir pagando en efectivo, a veces incluso en oficinas de correos o en tiendas. Estos documentos después se depositan en bancos situados en países alejados del origen del negocio ilícito.

Otro canal, relativamente reciente, es utilizar medios de pago pago y monedas virtuales utilizadas en Internet. Normalmente no es necesaria la identificación del cliente para abrir una cuenta de moneda virtual y su compra-venta se produce mediante cambistas de diferentes países.

Un método más sofisticado utilizado por bandas mafiosas consiste en la utilización de negocios “tapadera”. Aquellos en los que se maneja gran cantidad de dinero en efectivo, como el pequeño comercio, la hostelería (bares y restaurantes) o la construcción. Declarando unos importes de ventas superiores a las que se producen realmente y pagando a proveedores en efectivo, sin factura, resulta sencillo inyectar dinero negro en el negocio. Este se mezclará con los ingresos legítimos procedentes de las ventas reales. 
Este tipo de fraude es enormemente difícil de detectar, ya que es casi imposible controlar las pequeñas ventas en efectivo que se producen en una tienda o un restaurante.

A nivel internacional, la comunidad internacional ha venido considerando a los paraísos fiscales como principales responsables del lavado de activos, aunque esto es relativamente cierto. Aunque es de dominio público que la legislación de muchas jurisdicciones de este tipo de paraísos  tradicionalmente ha favorecido este tipo de actividades delictivas, las cosas han cambiado bastante en los últimos años.

La mayoría de las entidades bancarias situadas en paraísos fiscales, han comenzado a aplicar las mismas políticas contra el lavado de dinero que el resto de los bancos, y han  firmado tratados de asistencia mutua en temas legales con otros países, que contemplan el intercambio de información en todos los casos de delitos graves, como terrorismo o narcotráfico. Aunque no consideran a la evasión fiscal como un delito grave, por lo que normalmente no está cubierta por estos tratados.

Es cierto que se sigue permitiendo el uso de accionistas o directores fiduciarios que ayudan a ocultar la identidad de los propietarios reales de las empresas; pero esto también es legal en países como Estados Unidos o el Reino Unido, respetables miembros de la OCDE.

Es más, el propio GAFI reconoce que el lavado de dinero se produce prácticamente en cualquier lugar del mundo, en los grandes centros bancarios y de negocios mundiales: la enorme cantidad de transacciones que se producen en estas urbes financieras hace que las transacciones resulten mucho más discretas y desde luego menos sospechosas a ojos de las autoridades que otras, en las que intervienen paraísos fiscales.

También sirven mercados inmobiliarios de todo el mundo. Por citar un ejemplo los casos de blanqueo de capitales en determinadas zonas de la costa española, dónde el afincamiento de capitales mafiosos de Europa, motivó que el sector subiera como la espuma. Todo ello con el aplauso de los ciudadanos que celebraban la creación de miles de puestos de trabajo creados por la construcción y las autoridades locales acusadas de mirar para otro lado.
Todos estos complejos factores, e intereses económicos en juego, lo convierten en uno de los delitos más difíciles de controlar y erradicar.

En nuestro país, es la Comisión de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias el máximo responsable del desarrollo de la política preventiva y de lucha contra el blanqueo de capitales. Esta Comisión es un órgano colegiado del que forman parte representantes de diferentes departamentos ministeriales y Agencias, el Ministerio Fiscal, así como de las Comunidades Autónomas.


Y existe como principal institución encargada de su vigilancia y sanciones,  el Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac).

SITUACIÓN ECONÓMICA NOVIEMBRE 2015: ¿Peligro de recaída? ¿Se agudiza el estancamiento? El terrorismo y los riesgos geopolíticos también lo propician

El crecimiento del PIB de la eurozona este año no superará el 1,5% y será del 1,6% en el próximo año 2016, una décima menos de lo previsto en julio. A más largo plazo, hasta 2020, la región del euro no superará la de 2016, manteniéndose las tasas de desempleo en niveles históricamente elevados.

GLOBAL:

Los indicadores económicos siguen reflejando la anemia que sufre la eurozona y, lo que es peor, la existencia de riesgos de recaída. La débil y lenta superación de los daños originados por la crisis y su gestión encuentra ahora un obstáculo añadido en las dificultades de algunas economías emergentes, China en particular. Sin duda, esa es la principal razón, que ha motivado el anuncio del BCE respecto a su disposición para ampliar la vigencia, composición, y eventualmente la cuantía, de su programa de estímulo cuantitativo.
Las tasas negativas de evolución de los precios, y el menguado crecimiento económico, siguen siendo las piezas básicas de cualquier diagnóstico, el más reciente del FMI.
Este 2015, considerado como el de la recuperación del área monetaria, registrará un crecimiento del PIB, que no superará el 1,5%, siendo la previsión para el próximo 2016 del 1,6%. Las perspectivas se mantienen, nada menos que hasta el año 2020 en ese reducido 1,6%.
Este crecimiento potencial se mantendrá muy bajo, debido a las secuelas de la crisis, también debido a una evolución demográfica adversa, e igualmente consecuencia de una débil evolución de la productividad total de los factores.
No es ajeno a todo ello, la política fiscal de consolidación llevada a cabo en la eurozona. 

ESTADOS UNIDOS:

La economía de Estados Unidos creció entre julio y septiembre de este año,  a una tasa anualizada del 1,5%. Se trata de una acusada moderación, sobre todo si la comparamos con el crecimiento habido del 3,9% del trimestre anterior.
Esta circunstancia viene a justificar que la Reserva Federal haya optado, de nuevo, por mantener  los tipos de interés próximos al 0%.
Wall Street daba por hecho que el crecimiento caería a la mitad por el debilitamiento del comercio internacional. El empeoramiento del sector exterior de la economía estadounidense, viene motivado por la apreciación del dólar y la moderación de la economía global. Las exportaciones progresaron un 1,9% en el tercer trimestre. Las importaciones lo hicieron un 1,8%, aunque aquí jugó a favor el fuerte abaratamiento del precio de la energía desde julio.
El consumo creció un 3,2%. En este caso el ritmo es inferior al 3,6% del segundo trimestre, cuando se registró un sólido repunte tras pasar el efecto del invierno. Es una progresión que podría ser aceptable en todo caso para una Reserva Federal que no espera un crecimiento económico muy superior al 2%. La inversión empresarial, por su parte, repuntó un 5,4% tras caer el 4%. La construcción de vivienda subió un 6,1%.
La primera lectura del dato es positiva y consistente con el análisis que hace la Reserva Federal, ya que se considera que el crecimiento interno es robusto,  y se anticipa que el consumo hará la mayor contribución al PIB desde 2005.
Por otro lado, a finales de octubre, el número de estadounidenses que solicitaron subsidios por desempleo ascendió hasta las 16.000 personas, situándose en 276.000 peticiones, su mayor avance desde finales de febrero. Sin embargo, las ayudas a los parados en Estados Unidos siguen rondando mínimos desconocidos desde el año 1973.
No obstante, todo apunta a que será la cifra  que veamos en noviembre la más importante, para tomar o no, la decisión la Reserva Federal de subir los tipos de interés en Estados Unidos.
La realidad es que la Fed, desde hace meses, lleva transmitiendo a los mercados, que el encarecimiento del precio del dinero no puede esperar mucho más.
Si no lo ha hecho ya, es por la incertidumbre global existente. Así se entrevé en el último comunicado realizado: “el comité sigue viendo los riesgos en las perspectivas de actividad y del mercado de trabajo próximo a equilibrarse, pero está monitorizando la economía global y la evolución financiera”.
Los tipos llevan en cero desde 2008 y eso genera vértigo en la institución por el calentamiento que puede suponer para la economía tanto tiempo bajo semejante estímulo, una vez que la Gran Recesión ha pasado. Pero, al mismo tiempo, la subida, que sería la primera en nueve años, hace temblar a medio mundo por el freno que puede suponer para el crédito y la economía.
En ese sentido, ha sido muy clarificador el llamamiento a la “responsabilidad global” de la Reserva Federal, que el ministro chino de Finanzas, Lou Jiwei, ha lanzado reclamándole que esperase a subir los tipos de interés. Sin duda también por el hecho de que el propio Banco Central Europeo, inmerso en un programa de estímulos sin procedentes (compras masivas de deuda) haya anunciado que incrementará las compras aún más.
No obstante, el banco central estadounidense ha dejado claro que mantiene abierta la puerta a subir los tipos, alrededor de un 0,25%, antes de que finalice este año.
La tasa de paro está en el 5,1%, un dato aceptable para la subida, aunque el incremento de precios actual de un 0,3%, está por debajo del objetivo del 2% actual. En todo caso, como la propia Yellen ha manifestado, el Comité de la Fed aún no ha tomado una decisión al respecto.
CHINA:
En la misma semana que el régimen chino ha planteado la abolición de la política del hijo único, el primer ministro, Li Keqiang, aseguró en Seúl que su país mantendrá sus altos niveles de crecimiento a medio y largo plazo y rechazó las predicciones que apuntan a una desaceleración. “No existe motivo para preocuparse a pesar de algunas sacudidas e impactos menores”, Una de las sacudidas de las que hablaba fue el desplome bursátil de este verano, que impactó de lleno en los mercados mundiales.
Igualmente afirmó, que “el mercado de China de 1.300 millones de personas se encuentra todavía en una fase de expansión, y el Gobierno mantiene un firme compromiso de mejora”.
La realidad es que China ha avanzado un 6,9% entre julio y septiembre de este año (una décima menos que las previsiones del Gobierno). Es la primera vez, que el gigante asiático crece a un ritmo inferior al 7%. La transición de un modelo productivo que da un mayor peso a su sector servicios, y al consumo interno, ha enfriado a  su economía.
A esa reestructuración, que implica una profunda reconversión industrial, se ha sumado el pinchazo de la burbuja bursátil china durante el verano pasado.

EUROZONA:

La recuperación europea es  más débil que en otras regiones económicas. Es por eso, que el BCE ve más que peligros en el horizonte. Mario Draghi ha destacado que los riesgos que acechan al euro le obligan "a mirar a todo el menú de la política monetaria".
Ya venía anunciando que podría cambiar el diseño de las medidas de expansión cuantitativa  QE (compra masiva de títulos) para ampliar su abanico de opciones. La principal es ampliar las compras más allá de septiembre de 2017: seis meses adicionales supondrían un estímulo extra de 360.000 millones. Puede elevar el monto de las adquisiciones, aunque los expertos consideran que no hay suficientes bonos alemanes (Berlín incluso cobra intereses en bonos a plazos de dos años) para garantizar el éxito de esa medida. Puede ampliar el abanico de activos que compra. Y tiene aún una cuarta opción: recortar aún más los tipos de interés.
Pues bien, a finales del pasado octubre Draghi  anunció más estímulos a través del programa de compra de activos (pretendía gastar 1,1 billones de euros hasta otoño de 2016). Finalmente será aún más dinero durante más tiempo.
La tímida recuperación europea puede debilitarse aún más si la economía  China se debilita: la Gran Recesión amenaza con su enésima resurrección, esta vez en los emergentes, y Europa puede sufrir.  Todo ello, conducen a Draghi a ampliar las medidas del QE, y a anunciar nuevas medidas excepcionales ante el riesgo de deflación.
“Tendremos que revisar el grado de los estímulos en la reunión de diciembre”. Draghi, que es todo un especialista en frases contundentes, provocó con su anuncio toda una fiesta de las Bolsas, las divisas y de los bonos.  Ahora bien, estas alegrías de los mercados, sin embargo, esconden dos cosas: que las cosas van peor de lo que se pensaba, y que ante los riesgos, el BCE se ve obligado a perder definitivamente el miedo a la tradicional  oposición  alemana.
La recuperación económica no termina de arrancar, con grandes bolsas de paro, y la sensación de que solo el BCE y el precio del petróleo han permitido tímidas alegrías. Los precios siguen amenazado (ya van tres años por debajo del mandato del 2%), y en el último año prácticamente ha pasado más tiempo en terreno negativo que en positivo. Y China y los grandes países emergentes se suman al abanico de riesgos que amenazan con reavivar los rescoldos de la crisis económica.
Por ello, Draghi declaró que los 1,1 billones previstos hasta septiembre de 2016, se prolongarán durante más tiempo. Probablemente, hasta el verano de 2017.
Por si fuera poco, aseguró que los tipos de interés pueden bajar aún más: el BCE podría cobrar aún más por el dinero que los bancos dejan ocioso en su ventanilla. Hace unos meses, Fráncfort situó ese tipo de interés (el de la denominada facilidad de depósito) en territorio negativo, al -0,2%. Ahora puede ir aún más allá, con el objetivo de que los bancos pongan ese dinero a trabajar.
El IPC europeo fue del -0,1% en septiembre. Lleva meses por debajo del 1%. El mismo hundimiento se refleja en los índices de precios sin los elementos más volátiles (alimentos y energía). Y con esa tendencia, la inflación europea tardará varios trimestres, quizá años, en volver al “por debajo pero cerca del 2%”.
En todo caso, Draghi defendió que no hay deflación en Europa: “eso no ocurrirá mientras no haya al menos un año de precios en territorio negativo”. Pero ese riesgo está ahí.
Europa está aún lejos de ese punto, pero cerca de la denominada “trampa de la liquidez” japonesa: estancamiento o bajo crecimiento con la inflación al 0% por el empacho de deudas acumulado antes de la crisis. Junto con ese riesgo, Draghi destacó el asociado a una economía china que flaquea cada vez más y que sería la puntilla para la renqueante reactivación europea.
Sin pretender inquietar, la verdad es que la gravedad de la situación se refleja en las nuevas medidas excepcionales anunciadas por el BCE: los tipos de interés negativos en los que planea adentrarse Draghi son una rareza (apenas hay experiencias internacionales parecidas),
Con una inflación aún más débil de lo esperado y un contexto internacional más preocupante, Europa tiene dos alternativas. “una posibilidad serían los estímulos fiscales, de los que parece que podemos olvidarnos por la ortodoxia clásica existente en ese sentido, y los estímulos monetarios.
Estos anuncios de nuevos estímulos del Banco Central Europeo ya han tenido repercusiones en el mercado español de deuda, de forma que el precio de los bonos españoles a dos años,  se situó en terreno negativo por primera vez en su historia (la rentabilidad bajó hasta el -0,034%). El bono italiano a dos años también entró en terreno negativo por primera, algo inédito, y el alemán (por debajo de cero desde hace meses) batió un nuevo récord en el -0,327%.
En el caso español, también el interés de la deuda con vencimiento a cinco años también ha experimentado un notable abaratamiento y cayó hasta el 0,541%. En el caso del bono a 10 años, el interés bajó hasta el 1,523%, muy por debajo de la rentabilidad del 1,769% marcada antes de que hablase Draghi.
El bono alemán a cinco años, un activo considerado libre de riesgo, ha caído hasta el 0,51%, mientras que la rentabilidad del bono italiano a diez años llegó a situarse en el 1,443%.
En relación a Grecia, hay que destacar que la incertidumbre política, con meses de duras negociaciones que provocaron millonarias salidas de depósitos, un corralito y una nueva recaída en la recesión antes de acordar el tercer rescate europeo, ha dejado una profunda cicatriz en el sistema financiero griego.
El Banco Central Europeo ha señalado  que el agujero de capital en los cuatro grandes bancos helenos asciende a 14.400 millones de euros. Se trata de una cifra enorme (alrededor de un 8% del PIB griego), pero considerablemente menor de lo que se pensaba en verano: Atenas y la troika reservaron entonces 25.000 de los 86.000 millones del rescate para la banca.
Barrida por un viento de desastre desde 2010, Grecia empieza a asomar la cabeza tras la fenomenal incertidumbre que siguió a la llegada de Syriza al poder, en enero de este año, a la que siguió una ardua negociación que acabó con un tercer rescate asociado a exigentes condiciones.
Atenas aún necesita muchas nuevas medidas, pero el BCE ha despejado una incógnita clave: las cuatro grandes entidades griegas (Banco del Pireo, BNG, Alpha y Eurobank) necesitan prácticamente de inmediato 14.400 millones, después de las salidas de depósitos, el corralito y la vuelta a la recesión que provocó la inestabilidad asociada a las negociaciones entre Grecia y los socios del euro. Los analistas estiman que los bancos pueden levantar en los mercados en torno a 5.000 millones; el resto de la factura correrá a cargo del rescate.
Los problemas de Grecia no se han acabado: su recesión económica es menos profunda de lo previsto, los controles de capital se levantan paulatinamente y la banca está menos tocada de lo que parecía. Pero Atenas depende del primer examen de la troika, que tendría que estar listo en unas semanas, para obtener los fondos que necesita imperiosamente para no asfixiarse. Y sobre todo, para acceder a la reestructuración de la deuda, que daría a Grecia un sensacional balón de oxígeno.
La Comisión Europea y el Gobierno de Alexis Tsipras saludaron el examen del BCE como un paso en la buena dirección para recuperar la maltrecha confianza en Grecia. Pero ese chequeo dejan alguna señal preocupante: la morosidad —los créditos con impagos de al menos 90 días— afecta a deudas por importe de 107.000 millones, más del 60% del PIB.
El Ejecutivo de Tsipras asegura que lleva bien encaminadas el 90% de las medidas que exige el rescate; Bruselas habla de apenas el 30%. Faltan leyes espinosas, con una subida del IVA educativo o la normativa de desahucios, y en breve entrarán en vigor las rebajas de pensiones acordadas con la troika.
Al presidente Tsipras le queda un camino complicado por delante. Todo sería algo más fácil si los bancos vuelven a la normalidad, las ayudas llegan en tiempo y forma y Grecia se quita una parte de la deuda con la prometida reestructuración. Pero para eso hay que cumplir todas y cada una de las exigencias de los acreedores.

ESPAÑA:

El crecimiento del PIB español en el último año, ha perdido algo de ritmo durante el verano. La primera estimación del Instituto Nacional de Estadística (INE) corrobora la que ya hiciera el Banco de España hace un mes, y sitúa el avance del PIB en el 0,8% respecto al trimestre anterior. Es una expansión algo más lenta que la registrada en el primer (0,9%) y segundo (1%) trimestres, pero es aún un ritmo de crecimiento importante.
En la comparación anual, el PIB aumenta un 3,4% respecto al mismo periodo de 2014. Un dato que hizo al Banco de España reafirmase en su pronóstico para el conjunto de 2015 (3,1%), sólo algo menos optimista que el del Gobierno (3,3%). Los últimos datos, sobre todo los condicionados por las perspectivas internacionales, en las que pesa el frenazo de China, apuntan a que es más factible el vaticinio del supervisor, compartido por los organismos internacionales.
En cualquier caso, la recuperación de la economía española, más tardía y desde niveles más bajos, doblaría en 2015 el ritmo de crecimiento previsto para la zona euro. La última previsión del FMI coloca a España como la cuarta economía más pujante de la eurozona este año, detrás de Irlanda (4,8%), Luxemburgo (4,4%) y Eslovaquia (3,2%).
Las estadísticas parciales, como las del comercio, la venta de vehículos o el movimiento de mercancías en aduanas, apuntalan lo que anticipó el Banco de España: "los indicadores disponibles apuntan a una leve pérdida de vigor en los distintos componentes del gasto”, aunque tanto el consumo privado como la inversión “mostraron un comportamiento favorable”.
El Banco de España ha atribuido la moderación del crecimiento a que el sector exterior restó algo más que en trimestres precedentes (0,3 puntos porcentuales), como consecuencia de que las importaciones de bienes y servicios habrían crecido a mayor ritmo que las exportaciones, algo que la contabilidad nacional empezará a aclarar dentro de un mes.
Por otro lado, el paro registrado creció en octubre  en 82.327 nuevos desempleados. Por lo que el número de personas registradas en las oficinas públicas se situó en 4.176.369. En cambio, creció la afiliación a la Seguridad Social en una media mensual de 31.652, hasta llegar a los 17.221.467, gracias de nuevo sobre todo a los contratos temporales. El aumento de la afiliación llegó principalmente por el tirón de la educación con el comienzo del curso, que ganó 115.000 cotizantes.
Octubre es tradicionalmente un mal mes y así lo admitió la ministra Fátima Báñez nada más conocerse los datos: “octubre siempre ha sido malo para el empleo. Es una subida estacional, normal por el mes del que se trata”.
Si el comportamiento en 2015 fuera similar al de 2014, el número de parados registrados quedaría en un nivel parecido al de diciembre de 2011, cuando Rajoy llegó a La Moncloa. Con una diferencia significativa: si hace cuatro años España se encontraba en medio de una recesión que hundía día a día su mercado laboral, ahora está en una senda ascendente que le ha llevado en el último año a ganar un 3,18% de afiliados y perder un 7,7% de parados registrados.
Esto también se aprecia en los datos desestacionalizados (cuando a los datos brutos se les quitan los efectos de la temporada turística, las campañas agrícolas y otros altibajos propios del calendario). En el caso de la Seguridad Social, los cotizantes crecieron en 35.000 en octubre, y en el del desempleo, se contabilizaron 6.727 personas menos.
Sin embargo, en los empleos fijos la situación es desfavorable: en diciembre de 2011, los indefinidos a jornada completa sumaban 6,7 millones de trabajadores. En octubre se sitúan en alrededor de medio millón por debajo de esa cifra.
La caída del empleo indefinido se ha visto compensada en ese tiempo, en buena medida, por los empleos por horas. En octubre los indefinidos con jornada parcial ascendían a una media de afiliados de 1,4 millones, 131.000 más que hace cuatro años. Los temporales a media jornada sumaban a 1,416 millones, unos 140.000 más.
Por ramas de actividad, el incremento de afiliación en el mes de octubre se debe en gran medida a la marcha de la educación, que creció en casi 115.000 cotizantes. En cambio, la Seguridad Social también notó el final de la temporada turística y vacacional: la hostelería y la sanidad perdieron trabajadores dados de alta.
Por lo que respecta a la contratación, el mes de octubre creció al menor ritmo de todo el año. Los 1,7 millones de contratos firmados suponen un incremento del 3,43% respecto al mismo mes de 2014. El incremento fue incluso menor entre los contratos indefinidos, y los 151.000 firmados suponen el 8,6% del total.
Una buena noticia, es que está disminuyendo la deuda de las familias y empresas. Se trata de un ajuste sin precedentes en la Unión Europea, ya que han reducido su saldo de préstamos y títulos de deuda en casi medio billón de euros en cinco años.
Un saldo que ha bajado de los 1,9 billones a mediados de 2015, frente a los 2,35 billones del primer semestre de 2010. Según los últimos datos publicados en octubre por el Banco de España, la deuda acumulada por el sector privado español, sin contar a las entidades financieras, equivalía en junio pasado al 179% del PIB, un nivel que no se alcanzaba desde 2006.
El explosivo aumento de la deuda privada durante la expansión de la economía española se gestó sin apenas disparar alarmas. Entre 2004 y 2008, el saldo vivo de préstamos y títulos de empresas y familias casi se duplicó (de 1,2 a 2,3 billones de euros), pero los mercados se fijaban en el crecimiento, y Bruselas en la deuda pública, aparentemente bajo control.
España, que había entrado en la zona euro solo con un sector privado más endeudado (103% del PIB en 1999) que el de Italia y Grecia, desembocó en la antesala de la crisis en la situación opuesta: la deuda relativa de familias y empresas (208% del PIB) llegó a ser solo menor a la de Luxemburgo, Chipre y Holanda, tres centros financieros que sirven de base a sociedades que operan en todo el mundo. Pero ahora el desendeudamiento o desapalancamiento está siendo casi igual de vertiginoso.
La deuda de empresas y familias apenas creció algo más hasta 2010, cuando la Gran Recesión ya había mermado a la actividad económica y, sobre todo, al empleo.
En contraste, la Comisión Europea mantiene un escenario económico peor que el del Gobierno. Bruselas pronostica un avance del PIB del 3,1% este año y del 2,7% el próximo, mientras que el Ministerio de Economía prevé alzas del 3,3% y del 3%, respectivamente. Bruselas pone el acento en los riesgos por el flanco del sector exterior, en particular por la desaceleración en países emergentes.
España no es la economía que más crece de Europa, como reiteradamente repite el presidente del Gobierno. Es el cuarto país con mayor avance del PIB del euro, y muestra una recuperación sólida, pero Bruselas es menos optimista que el Ejecutivo y pone el acento en los desafíos que aún tiene por delante: un déficit que no termina de embridarse, una deuda pública que sigue subiendo, y un desempleo que se reduce con dificultad y que seguirá por encima del 20% aún en 2016.
Todo ello aderezado con una novedad preocupante: mayores riesgos por la desaceleración de la demanda global, en especial por la posibilidad de una crisis en las economías emergentes, según el borrador de las previsiones de otoño de la Comisión.
Bruselas, la OCDE y el Fondo Monetario Internacional vaticinan una recuperación por el lado del PIB (su avance duplica la media europea), pero con una exasperante lentitud por el lado de la creación de empleo. Y, sobre todo, coinciden en vaticinar que España está en riesgo de incumplir los objetivos de déficit. La deuda pública cerrará el año en el 99% del PIB, y alcanzará el 99,5% en 2016. Y el paro acabará 2015 en el 22,4%, para situarse en el 20,6% el próximo ejercicio.
Bruselas pone el énfasis en que la recuperación española se sostiene a través de la demanda interna. El crecimiento procedente del exterior es ya prácticamente inexistente, a pesar de que la devaluación salarial interna buscaba desesperadamente conseguir superávits comerciales sostenidos.
El análisis de la Comisión va en la línea de la pasada primavera, pero pone el acento en los riesgos a la baja del sector exterior, básicamente por la crisis que se avecina en el mundo emergente, con China y Latinoamérica en el centro de las preocupaciones. La economía española se verá afectada directamente, pero también a través de su mayor socio, Alemania, cuyos vínculos con China son notables.
Realmente, los motores de la reactivación, tanto en España como en Europa, son las compras masivas de activos por parte del BCE (que han reducido los tipos de interés de la deuda y tiran a la baja del tipo de cambio) y sobre todo del desplome de los precios del petróleo y las materias primas.

MERCADOS:

El Ibex 35 ha cerrado el mejor mes de los dos últimos años al terminar octubre subiendo 800 puntos, equivalentes a una revalorización del 8,4%.
Ha sido un mes de dudas con la vista puesta en el BCE y en la Fed. Draghi ha dejado claro que incrementará en cuantía y tiempo la compra de activos. Por su parte, la Fed sigue sin tener claro el momento para subir los tipos sin abortar la recuperación económica.
Dudas que no han abrigado los inversores norteamericanos, ya que tanto el Dow Jones como el S&P 500 han tenido una evolución brillante y han sido los motores que han tirado de las bolsas europeas.
El Ibex 35 sólo ha recuperado lo perdido en septiembre, pero por delante tiene una ardua tarea: dejar las cosas como estaban al cierre de julio.
Por lo que respecta al mercado del automóvil, se está recuperando a buen ritmo. En octubre, se matricularon 80.055 coches, un 5,2% más que en el mismo mes del año anterior. En lo que va de año, la subida llega al 20,5%. Ya se han vendido 863.973 unidades y las patronales del sector están seguras de que este año se superará el millón de vehículos matriculados por primera vez desde 2008. En octubre, además, Volkswagen perdió el liderato de las ventas en favor de Peugeot. El sector desliga este movimiento del escándalo de los motores trucados de la firma alemana. 

EMPRESAS:

El escándalo de Vokswagen está alcanzado nuevas proporciones. Hasta el momento la compañía sólo había reconocido la instalación de un software en 11 millones de vehículos en todo el mundo, para trucar las emisiones de óxidos de nitrógeno en motores diésel, pero la multinacional alemana ha reconocido que la investigación interna ha sacado a la luz “incoherencias inexplicables” en otras emisiones de dióxido de carbono en al menos 800.000 coches, algunos de gasolina.
Por otro lado, Apple ha anunciado este martes unos beneficios netos históricos de más de 10.000 millones de euros (11.100 millones de dólares) en el cuarto trimestre de su año fiscal, cerrado el pasado 26 de diciembre. Se trata del mayor beneficio jamás logrado por una empresa.
Los resultados, según ha indicado Apple, han sido impulsados por un cuarto trimestre fiscal récord en ventas de iPhone, por la más amplia disponibilidad del Apple Watch, y por el récord histórico alcanzado por las ventas de Mac y de servicios. Un 62 por ciento de ellas han sido realizadas fuera de Estados Unidos.

Tim Cook, consejero delegado de Apple, ha declarado que "entramos en la campaña de Navidad con la mejor gama de productos que hemos tenido jamás, incluyendo el iPhone 6s y el iPhone 6s Plus, el Apple Watch con una más amplia gama de modelos y correas, el nuevo iPad pro y el novedoso Apple TV".