martes, 4 de enero de 2011

SITUACIÓN ECONÓMICA A ENERO 2011: confusión y miedo al nuevo año

Mis sinceras felicitaciones y deseos de lo mejor en este año recién iniciado.

La realidad es que atravesamos un periodo de agudo desconcierto, dónde 2011 se prefigura como un ejercicio confuso, temeroso de desagradables sorpresas (sobre todo para la banca debido al posible aumento de la morosidad).
Hay una profunda sima entre las posibilidades de recuperación de los países llamados periféricos (entre ellos la economía española), y las estimaciones de crecimiento de Alemania para el nuevo año (alrededor del 2%).
Desafortunadamente, no es arriesgado aventurar que no desaparecerán los graves problemas ocasionados por la especulación en el mercado de la deuda.
Está meridianamente claro que el epicentro del desorden se encuentra en la banca internacional. En Europa y en Estados Unidos, tras destinar billones de euros a recapitalizar los balances de los bancos, la confianza de los inversores no se ha recuperado.

ECONOMÍA GLOBAL:

En el maremágnum económico que continúa amenazando a muchos ciudadanos, que temen acerca de su futuro y ven amenazados sus derechos con importantes recortes sociales, no está contribuyendo precisamente a recuperar la confianza y los ánimos, los papeles de Wikileaks.
Su interés se explica principalmente por una razón muy simple, y al mismo tiempo poderosa: revelan de forma exhaustiva, como seguramente no había sucedido jamás, hasta qué grado las clases políticas en las democracias avanzadas de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos.
Se podrá pensar que esta circunstancia no tiene un significado económico: todo lo contrario, socava el ánimo constituyendo un desestimulo económico muy importante.

UNIÓN EUROPEA:

Aunque quizá demasiado callados, muchos economistas se cuestionan si Alemania está comprendiendo adecuadamente el sentido y las consecuencias de la crisis financiera que padecemos. Alemania se ha opuesto a la creación de los eurobonos, el instrumento financiero en el que la mayoría de expertos y autoridades económicas veían como una cura para acabar con los ataques contra el euro. Merkel, paladín de la ortodoxia contra la inflación y guía de los ajustes presupuestarios en Europa, ha convertido a Alemania en “el espíritu que siempre dice no”.
Para muchos, su postura se apoya en la nostalgia del marco, y en la creencia de que el euro perjudica a sus exportaciones. Por tanto, no extraña que su política haya comenzado a ser fuertemente criticada: el mismo presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha acusado a Angela Merkel de “abordar la crisis de la deuda de forma antieuropea y con un pensamiento simple”.
Las autoridades alemanas se oponen a mezclar una política fiscal restrictiva (reducción del déficit y de la deuda) con una política monetaria selectivamente permisiva, con tipos de interés bajos y compras de bonos de los países afectados por las convulsiones de la deuda.
Consideran que la economía europea se está recuperando, cuando eso es cierto para Alemania, pero incierto para países como España. No parecen conscientes de las diferencias entre crisis de solvencia y crisis de liquidez (las instituciones bancarias españolas son más solventes que las alemanas, pero tienen problemas de liquidez). Detrás del “no a todo” está la excusa de que la vigente legalidad europea no permite los rescates, cuándo su negativa a la emisión de eurobonos difícilmente puede considerarse como tal.
Sus argumentos se basan en perjuicios políticos y morales, deseando otra Europa: la creencia de que los países del sur de Europa viven subvencionados a costa de los sacrificios alemanes, y de que cualquier medida para proteger al euro se pagará con el sudor alemán.
Se han opuesto al mercado de eurobonos, ya que desaparecería la discriminación de la deuda por países y dejaría de funcionar el mecanismo de premio y castigo de los mercados.
Alemania ha soltado lastres: una economía dónde la subida descontrolada de los precios arruinó dos veces el país en el último siglo, ha dejado de encarnar a los más europeos de los europeos, y aunque internamente crezcan las críticas a Berlín por debilitar sus vínculos con Europa, los alemanes están convencidos de que con el euro han tenido más inflación de la que tenían con el viejo marco. Tras el rescate a Grecia más de la mitad de la población germana creía que los precios iban a dispararse.
La crisis del euro, dentro y fuera de Alemania, es un triste espectáculo de declaraciones que evidencian las dudas, sospechas e inquietudes existentes: “Irlanda no es Grecia, Portugal no es Irlanda, España no es Portugal, Alemania tiene la culpa por insolidaria, las economías periféricas llevan al euro al fracaso por incumplidores, etc.”
La realidad es que, desde hace un año, la eurozona vive en un estado de excepción constante. Se ha situado justo al borde del precipicio, para que a última hora llegue el acuerdo para salvar a los países a “los pies de los mercados”: se les rescata a condición de durísimas purgas fiscales y de préstamos más caros. Aparece como completamente ilusoria una unión más allá del Banco Central y del mercado común, a todas luces, insuficientes para solucionar los graves problemas existentes.
Paul De Grauwe, de la Universidad de Lovaina ha advertido que "el euro está en libertad bajo fianza". Pero lo peor, es que sólo cuándo las cosas sean aún más graves será posible adoptar –si se está aún a tiempo- las medidas que casi todo el mundo sabe: más unión fiscal, una agencia europea de deuda, un Fondo Monetario Europeo,…
Alemania, interesada en mantener su statu quo, y toda Europa se han quedado demasiado quietas. Muchas son las causas: “así es este negocio según un banquero de inversión de Fráncfort”; por motivos electorales; estrategias negociadoras; y razones parecidas…
Aunque los políticos griegos mintieran como bellacos en sus cuentas públicas, Alemania decidió cuándo y cómo se rescataba a Grecia en función de sus cálculos electorales. De forma parecida precipitó el rescate a Irlanda con el aviso, a la vez lógico e inoportuno, “de que el sector privado tiene que pagar parte de la crisis de la deuda”.
Cada día se afianza más el poderío germano en la Unión Europea: es la responsable de todos y cada uno de los fuertes movimientos en la arquitectura de la región del euro: el mecanismo de rescate a montar, nada menos que, a partir de 2013; los posibles cambios en el Tratado para aclarar la cláusula de rescate; etc.
Alemania, la primera economía de Europa, está disfrutando de una crisis excelente. Aquel enfermo de Europa con la reunificación (en palabras del dramaturgo Bertold Brecht) no ha dejado de ganar fortaleza dentro de la distribución de fuerzas en Europa. Su obsesión por la austeridad fiscal y la estabilidad monetaria, y el impulso reformista del ex canciller Schröder han permitido diseñar un Estado del Bienestar recortado, pero más eficiente.
Alemania creció en 2010 cerca del 4% y, según las previsiones oficiales, en 2011 y 2012 seguirá avanzando aunque más modestamente. La confianza está por las nubes, los acuerdos con sindicatos para congelar los salarios están impulsando a las exportaciones. El empleo no se ha resentido en la Gran Recesión (consecuencia de la flexibilidad en las empresas a los recortes de jornada para salvar empleos).
Hay que destacar el papel de la industria alemana, la única que no ha perdido protagonismo en la Política Industrial de “no intervención” que la propia Alemania introdujo para el conjunto de socios en la superada CEE, y que a ella le ha dado tan buenos resultados (fuerte protagonismo en las economías emergentes).
Sin duda, según el profesor De Grauwe, lo más criticable es que Alemania haya impuesto a Europa la idea de que nos encontramos en una crisis fiscal, ya que “las deudas y los déficits públicos acumulados son la consecuencia de la crisis, y no su causa". Añadiendo que “países como Irlanda y España presentaban antes de la crisis mejores cuentas públicas que Alemania: es la explosión de la burbuja lo que se puede llevar por delante a estas dos economías. En el otro lado, Alemania ha acumulado enormes superávits comerciales y es parcialmente responsable de esas burbujas, de las facilidades financieras de las que durante años disfrutó la periferia de Europa, a donde se dirigía buena parte del exceso de ahorro alemán”.
Wolfgang Münchau, presidente de Eurointelligence , ha sido duro al señalar que "el superávit comercial alemán es un problema enorme para la eurozona. Con la oleada de austeridad que recorre Europa, la falta de consumo en Alemania impide ser optimista sobre las perspectivas de Europa. Veremos qué pasa, incluso en Alemania, si eso ocurre. Los bancos están en muy mal estado. Una vez hayan desaparecido todos los estímulos, vendrán tiempos difíciles".
Otras críticas son aún más duras: el economista Jörg Bibow ha señalado que “toda esa contención salarial de los últimos años, conseguida tras fuertes presiones del poderoso lobby exportador, se parece peligrosamente a las políticas de empobrecimiento del vecino -las devaluaciones competitivas posteriores a la Gran Depresión- y ha socavado el euro, provocando grandes problemas en otros países de Europa y a la larga, si la crisis europea se recrudece por la masacre fiscal, perjudicará también a la propia Alemania: más de dos tercios de sus exportaciones van a sus socios europeos".
La crisis fiscal es la gran preocupación en la periferia y el centro de la Unión Europea, pero Alemania la observa desde una posición privilegiada: a medida que se han ido agravando los problemas en el mercado de la deuda, Berlín ha ido rebajando los intereses de los propios bonos que ella ha ido emitiendo. La deuda alemana es la más segura de Europa, un refugio cuando peor están las cosas. No obstante, Alemania también puede verse perjudicada si los mercados desconfían de la recuperación económica en la región del euro, ya que la banca alemana está muy expuesta a los problemas de la periferia.
Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), al hacer una recapitulación del 2010 y mirando, en concreto a Europa, señaló que “aunque la crisis financiera se haya superado, hay varios países europeos en un largo y duro proceso de ajuste estructural. En este contexto, se mostró partidario de someter a la banca a una segunda prueba de resistencia”.
Aunque la posibilidad de que alguna entidad financiera europea tenga que ser rescatada por algún Gobierno es "bastante limitada", es necesario realizar un nuevo examen a la solvencia de las entidades. Se trata de un ejercicio de "transparencia" que contribuiría a apuntalar la confianza de los mercados financieros.
En Estados Unidos, la Reserva Federal ya está en ese proceso de reexamen. Su finalidad es determinar si los grandes bancos cuentan con el capital suficiente para dar dividendos a los accionistas y para la recompra de títulos, Se trata de eliminar los riesgos para el caso de un hipotético deterioro de la economía.
Igualmente precisó, que esta segunda ronda de pruebas debe realizarse cuanto antes y deberá establecer criterios claros sobre cómo los acreedores, los Gobiernos nacionales y la Unión Europea absorberían futuras pérdidas ante un escenario económico adverso. Aunque cree que las previsiones del FMI se están cumpliendo, advierte que "las cosas no están bien, y habrá baches tanto en 2011 como en 2012”.
El equipo económico del FMI sigue hablando de una recuperación a dos velocidades: con los países ricos creciendo a un ritmo más lento que las economías emergentes los próximos años. En este contexto, Blanchard reiteró la necesidad de que se afronte esta nueva etapa con la atención puesta en el reequilibro de sus economías, dando pasos concretos para reducir la deuda.
Señaló, que la condición para una recuperación saludable es el reequilibrio a escala global: más ahorro en el caso de Estados Unidos, y menos dependencia de las exportaciones para países como China, donde el FMI quiere que se fomente la demanda interna.
Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) cuantificó en el pasado mes de diciembre los compromisos de deuda que deben afrontar las entidades de la eurozona durante los dos próximos años. En total, ascienden a un billón de euros, el equivalente a casi el PIB español. La institución aclara en su Informe publicado de Estabilidad Financiera, que no se trata de una cifra exagerada en relación a los años anteriores, pero en esta ocasión las entidades no lo van a tener tan fácil.
“El incremento de las dificultades para acceder a la financiación refleja el impacto directo de la crisis de la deuda soberana en la liquidez de los mercados financieros y la relación entre la posición fiscal de los gobiernos y la salud de sus respectivos bancos nacionales”, advierte el BCE.
El rescate de Irlanda y su efecto contagio sobre otras economías, como la española, han vuelto a cerrar los mercados mayoristas de financiación. “Mientras que las emisiones repuntaron considerablemente en septiembre, el importe colocado en los diez primeros meses del año es todavía un 10% inferior respecto al mismo periodo de un año antes”, según el BCE.
En una rueda de prensa en Fráncfort, el vicepresidente del Banco Central Europeo, Vitor Constancio, destacó que “seguirá siendo un desafío para los bancos comerciales conseguir refinanciación en los próximos años, ya que compiten por los fondos con el sector público”. Y en el informe se añade además que “algunos bancos afrontarán riesgos de refinanciación si no consiguen emitir la misma deuda que les va venciendo, situación que se agrava por el nerviosismo que permanece en los mercados y porque los bancos competirán con el sector público para captar fondos.
En España, bancos y cajas afrontan compromisos por un importe superior a 220.000 millones de euros para los dos próximos años en deuda a medio y largo plazo
Las tensiones en los mercados de financiación mayorista han sido precisamente las que han desencadenado “la guerra por los depósitos” de los clientes. Una estrategia que, señala el BCE, está presionado hacia abajo a los márgenes y rentabilidad del sector.
“En algunos países en los que el acceso de la banca a la financiación mayorista se ha visto más afectado por las turbulencias, el tipo de interés de los depósitos se ha incrementado significativamente durante la crisis, en contraste con la evolución plana registrada en países con una situación fiscal más sólida”, apunta el informe. “En el futuro, algunas entidades podrían seguir sufriendo una presión al alza en sus costes de financiación como consecuencia de mayores tipos de interés en los depósitos a partir de ahora, en caso de que el coste y acceso a los mercados mayoristas no mejore significativamente”, indica el BCE.
Ante esta situación, el BCE se vio obligado a alargar la barra libre de sus subastas de liquidez a una semana hasta, al menos, el 12 de abril de 2011, y a uno y tres meses, hasta al menos, finales del primer trimestre del año que viene. Constancio se mostró preocupado por la dependencia que algunos bancos tienen de la financiación del BCE. No obstante, las entidades españolas han reducido su deuda con el BCE en los últimos cuatro meses, de 130.209 millones a 67.947 millones de octubre.
Sin embargo, a pesar de la situación económica de muchos países europeos, los principales bancos del continente han conseguido una subida de beneficios del 66,6% en los primeros nueve meses del año pasado.
Sus ganancias conjuntas alcanzaron los 35.797 millones de euros. Los analistas prevén que la tendencia se haya mantenido en el último trimestre pasado.
Según las previsiones de FactSet, la banca seguirá beneficiándose de la caída de las provisiones, que compensará la débil actividad y la presión de los tipos sobre los márgenes. Como resultado, el beneficio conjunto de estas entidades alcanzará los 48.780 millones en 2010, un 38% más frente al ejercicio anterior.
Ha habido cambios en el ránking de entidades por beneficios, en el que Santander ha perdido el cetro a manos de BNP Paribas. El primer banco francés por capitalización bursátil ganó hasta septiembre 6.293 millones, frente a los 6.080 millones del español. Este nuevo escenario se debe, principalmente, a que las cuentas de Santander sufrieron el impacto del cambio de normativa del Banco de España sobre provisiones. De hecho, el grupo español reconoce que no alcanzará el objetivo de beneficio que se había propuesto para este año –8.943 millones de euros–. Ya al cierre del primer semestre, BNP, que en 2009 se hizo con el belga Fortis, había conseguido recortar distancias con Santander.
Sin embargo, según las previsiones de FactSet, el español podría volver a superar al francés a finales de año: les separarían unos 300 millones.
En el pleno de la crisis financiera, BNP Paribas recibió ayudas del Estado francés por 5.100 millones, que devolvió tras realizar una ampliación de capital el año pasado.
La crisis ha puesto el foco de la banca en la solvencia: con la excepción de Deutsche Bank, todas las demás entidades han elevado su ratio de “core Tier 1” (capital y reservas sobre activos ponderados por riesgo). El promedio de las grandes entidades europeas se ha elevado un punto porcentual, hasta el 9,6%.
Las nuevas reglas de Basilea III sólo pretenden que esta ratio alcance el 7,5% en 2019. Sin embargo, hay que tener en cuenta que entre los bancos con mayor solvencia Barclays es el único que no ha recibido ayudas públicas.
La tendencia al empeoramiento de la eficiencia (ratio que mide qué parte de los ingresos se destina a los costes, y que es mejor cuanto más baja) es común. Sólo se escapan Société, UBS y Commerzbank que, sin embargo, siguen siendo menos eficientes que el promedio. Como suele ser habitual, BBVA y Santander son líderes con diferencia en este ámbito, a pesar de que su ratio empeora por la caída de los ingresos, común a toda la banca española.
En otro orden, ha sido escandaloso que, según denunció la cadena de televisión RTE, la entidad irlandesa Allied Irish Banks (AIB) -que recibió 3.500 millones de euros de ayuda del Gobierno-, haya pagado más de 40 millones en bonus a sus directivos durante el pasado mes de diciembre.
Más de 2.400 directivos recibieron sobresueldos, después de que algunos de ellos recurrieran a la justicia para asegurarse estos pagos recogidos en contratos que firmaron antes de la crisis financiera, que comenzó en 2008.
Fue precisamente el rescate del Gobierno irlandés a los bancos -entre los que está el AIB- lo que disparó el déficit público hasta el 32% del PIB irlandés. Factor desencadenante de tener que solicitar la ayuda financiera de la Unión Europea y del FMI valorada en 85.000 millones.
El presidente ejecutivo del AIB, David Hodgkinson, ha asegurado en una carta enviada a su plantilla, que el bonus que este año se pagará a los directivos "refleja el pasado. Se trata de una obligación legal de la entidad, refleja el pasado y no es la manera en la que tenemos previsto trabajar en un futuro".
Hodgkinson aseguró, que está trabajando para que próximamente la política de pagos y beneficios "refleje más las responsabilidades de la organización, su comportamiento y el clima económico general".

ESPAÑA:

Para la mayoría de las familias españolas, 2011 no será un año más. Será, sin lugar a dudas, un año más difícil.
Jamás habían coincidido tantas noticias negativas para el ciudadano medio: subidas de tarifas generalizadas –la mayor subida en veintiocho años y muy por encima de la inflación- de servicios esenciales como la luz o el transporte; recortes sociales y fiscales; salarios y pensiones congelados o a la baja; y, por si fuera poco, la amenaza de perder el empleo.
Para quien tome decisiones tan esenciales como comprarse un piso o tener un hijo, el castigo será mayor. La eliminación de la desgravación de la vivienda para los ingresos medios, vigente desde hace décadas -desde la introducción del IRPF-, y la supresión del cheque-bebé -con tan solo tres años de vida- les privarán de hasta 4.000 euros al año.
No le irá mejor a los más desfavorecidos: la congelación de la mayor parte de las pensiones y la subida real del 1% para las más bajas supone un riesgo serio de que se deteriore el poder adquisitivo de los jubilados con menos ingresos. Peor aún les irá a los parados que hayan agotado su prestación, que no tendrán ya la ayuda de 426 euros de la que disfrutaban en 2010, en un horizonte en el que hasta el mismo Gobierno reconoce que la creación de empleo será mínima.
Los 2,6 millones de trabajadores al servicio de las distintas Administraciones públicas sufrirán el mayor recorte de su poder de compra. A la rebaja del 5% en sus salarios que se les aplicó en junio pasado, se sumará la congelación para este año.
Por lo que respecta al sector inmobiliario español, probablemente el país donde con más alegría se vivió la cresta de la ola, también va a ser la economía donde digerir los excesos sea más pesado. En este sentido, se acaba de publicar un informe de Axesor sobre la verdadera dimensión de la crisis del sector de la construcción.
Resulta que a pesar de que el 18% de las viviendas están vacías, España siguió construyendo un número desproporcionado de pisos. El alquiler sólo representa un 13,5% del mercado. El 60% del crédito total de la economía sigue vinculado al sector inmobiliario y el 95% de las hipotecas se contrataron a tipos de interés variable. El resultado es que, tras años después del pinchazo, el futuro de familias, empresas y entidades financieras sigue sujeto a esta actividad.
Desde el punto más álgido de la burbuja hasta mediados de 2010, han desaparecido 153.000 sociedades. Entre otras actividades, 26.692 promotoras; 47.942 constructoras; 50.000 inmobiliarias; y otras 25.000 relacionadas con servicios, comercio e industrias auxiliares.
Las grandes corporaciones del sector, en especial las constructoras de obra civil, han salvado la crisis gracias a los resultados de sus filiales en el exterior. Pero cuatro de cada diez empresas en España estén vinculadas al presente y futuro del ladrillo, lo que pone de relieve los problemas de futuro para la economía nacional. Muchas son pequeñas y medianas empresas que crecieron al abrigo de la expansión inmobiliaria y no han tenido contacto con otros mercados. Sufren, por tanto, mayores riesgos.
Concluyen los autores del estudio, que junto a la recuperación del crédito y el acceso a la financiación y la mejora en los plazos de cumplimiento de pago, otros factores que condicionarán el futuro del sector en los próximos trimestres serán las expectativas de mayores caídas de precios que existan entre los potenciales compradores, la influencia que los incentivos fiscales tengan sobre el comportamiento de los agentes, la evolución que siga el desempleo y la capacidad de pago de los hogares y, finalmente, el ritmo de ajuste del stock de viviendas, el cual, por un lado, indica a los compradores la capacidad que tienen para presionar a los vendedores, y, por otro, predice caídas en los precios en los siguientes periodos.
La realidad es que lejos de recuperarse, el mercado inmobiliario profundiza su caída e, incluso, lo hace a un mayor ritmo. El goteo de datos del sector muestra que la brecha por la que se coló en España una crisis de dimensiones desconocidas en la última década no se cierra: hipotecas, visados de construcción y precios muestran que la mejoría ni llega ni llegará en un futuro próximo.
En octubre se constituyeron 39.542 hipotecas para comprar viviendas, lo que supone una caída del 25,3% menos que en el mismo mes de 2009, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). También bajó el importe medio de estos préstamos, que quedó en 111.368 euros, un 2,7% menos. Hasta el pasado agosto la caída del mercado de la vivienda había frenado su desplome, pero ya en septiembre los datos de hipotecas mostraban que la caída se aceleraba.
No se comportó mucho mejor el conjunto del mercado inmobiliario. En octubre se constituyeron 62.541 hipotecas sobre todos los activos, una caída levemente menor que la de las viviendas.
A los datos del INE se suman los del portal inmobiliario Idealista.com, que calcula que en lo que va de año el precio de la vivienda usada bajó un 5,7% y se situó en 2.270 euros el metro cuadrado. "La lentitud en el ajuste de los precios en España está siendo mayor de lo esperado, con lo que 2011 será de nuevo un año duro para la venta de viviendas", pronostica el portal.
La cascada de datos finalizó con el descenso de visados concedidos para construir nuevas viviendas hasta octubre, 71.016 (un 23,7% menos que en 2009). Estos números evidencian que la recuperación del sector, y del empleo que conlleva, desafortunadamente, está muy lejos.
Incluso el propio Banco de España en su boletín económico de diciembre señala: "algunos factores fiscales han podido amortiguar el ajuste en 2010, pero ya en 2011 parece probable que los precios sigan moderándose, de modo que el esfuerzo financiero para adquirir una vivienda no aumente al desaparecer la desgravación fiscal para los contribuyentes de mayores rentas".
Estos factores, a los que se refiere el organismo que encabeza Miguel Fernández Ordóñez, son la subida del IVA a mediados de 2010 y, sobre todo, la retirada de la desgravación a partir de 2011. Así, el precio de la vivienda puede bajar hasta compensar la eliminación de esta ventaja fiscal.
El supervisor señala lo mismo que otros organismos, que llevan tiempo anunciándolo: las caídas del precio de las viviendas aún no han llegado a su fin.
Tras casi tres años en los que el ladrillo vale cada vez menos, la estadística oficial refleja que desde el punto álgido del ciclo, los precios han caído una media del 12,8%, pero el supervisor asegura que el porcentaje supera el 20% en algunas provincias de la costa mediterránea o zonas limítrofes de Madrid.
La decisión del propio Banco de España de obligar a las entidades financieras a provisionar el 30% del valor de los pisos embargados que lleven en cartera más de 24 meses puede suponer un acicate para que bancos y cajas ofrezcan viviendas más rebajadas con la esperanza de desembarazarse de unos activos que cada vez pesan más en sus balances. Aunque sea a costa de vender a pérdidas.
Otro argumento para que los promotores se decidan a reducir precios es adelgazar el stock que no logran vender, y que el Banco de España calcula entre 700.000 y 1,1 millones de viviendas, entre el 2,8% y el 4,6% del parque total.
"Algunos cambios regulatorios, como la mayor neutralidad fiscal entre la compra y el alquiler, deberían tender a moderar los precios de la vivienda", añade el boletín. Además, la demografía prevista para los próximos años también anuncia que el furor constructor no va a volver a medio plazo. El Banco de España augura una "estabilización" de la población en la próxima década y un aporte migratorio "pequeño". "Todo lleva a pensar que asistiremos a un proceso muy lento de absorción gradual del exceso de oferta", concluye el informe.
Como muestra de los tiempos que corren, los propietarios de pisos, que gracias al boom se veían cada vez más ricos, asisten ahora a un proceso de empobrecimiento. El Banco de España certifica que la riqueza neta de las familias cayó en el primer trimestre de 2009 un 6% respecto a 2005.
"Tras el fin de la desgravación asistiremos a unos primeros meses de 2011 muy deprimidos. Después de venirse abajo el dogma de que la vivienda nunca pierde valor; ahora se demuestra que tampoco es verdad que en España siempre se fueran a crear 200.000 o 300.000 hogares al año", sostiene el ex presidente del Banco Hipotecario, Julio Rodríguez.
Más pesimista aún se muestra el consejero delegado de la consultora Irea, Mikel Echavarren. "Con más de la mitad de los suelos que tienen los bancos no hay nada que hacer por mucho que bajen precios. Nunca los podrán vender. Y en 2011 vamos a asistir al estallido de inmobiliarias sin encaje que no tienen ningún futuro", asegura. Concluye con un mensaje nada esperanzador: "Este va a ser el cuarto año de travesía por el desierto. No espero nada bueno de 2011".
Otro problema añadido es que se ha sabido que Bancos y Cajas financiaron con 136.000 millones de euros la compra de terrenos sin garantías. Nicolás LLari director general de residencial y entidades financieras de CB Richard Ellis, ha afirmado que “es muy duro decir a bancos y promotores que esos terrenos no valen nada, pero esa es la realidad”.
Los últimos datos conocidos sobre la evolución de los riesgos inmobiliarios, ofrecidos por la banca estadounidense Merryll Lynch, no resultan muy halagüeños. Señalan que las “pruebas de esfuerzo” realizadas el verano pasado han quedado obsoletas, por lo que las provisiones de los bancos para cubrir sus posibles pérdidas deberías ser mayores: se estima en un 30% las pérdidas relativas a las viviendas sin terminar y no vendida; del 50% en el caso de créditos comprometidos en la construcción; y de más del 60% en cuanto al precio del suelo se refiere.
En contraste, los efectos de la crisis económica -que tanto debe a la arriesgada gestión de muchos bancos- son inmediatos para todos los afectados por ella, la reforma bancaria se hará de forma gradual y no se completará hasta 2019.
El comité de Basilea, que reúne a los supervisores del sector financiero y es el cerebro de la reforma, ha puesto cifras al argumento en que se ha basado para conceder plazos tan amplios y cómodos a las entidades. Según sus cálculos, la aplicación inmediata de la reforma en los bancos, les habría obligado a aumentar su dotación de acciones y reservas en más de 600.000 millones de un día para otro.
En el campo de las previsiones, las perspectivas para 2011 son más inciertas que nunca: lo que ocurra en los próximos meses dependerá de los ataques especulativos en el mercado de la deuda, en los que, desgraciadamente, España está situada en la primera línea de fuego. Aún incluso, si el mercado se fuera normalizando, las huellas de la crisis van a perdurar, ya que continuarán las restricciones en los créditos.
Hay que tener en cuenta, además, los efectos del fuerte ajuste fiscal: el objetivo es reducir el déficit público en 3,3 puntos porcentuales del PIB, dos terceras partes recortando gastos y el resto recaudando más impuestos, conlleva a una menor demanda pública en consumo y sobre todo en inversión (los presupuestos del Estado han recortado en más de un tercio los créditos para infraestructuras), y menos transferencias y prestaciones a las familias y empresas, quienes además tendrán que pagar más impuestos, todo lo cual disminuye su renta disponible.
Se han recortado los salarios públicos. De la misma forma, se han moderado acusadamente los privados, a consecuencia de las elevadas tasas de paro. Esta circunstancia tiene un efecto restrictivo sobre la demanda. Por si fuera poco, los precios del petróleo están registrando una nueva escalada, provocando algo más de subida en los precios, con el consiguiente recorte del poder adquisitivo de las familias.
La posible recuperación de la economía española será lenta, a razón de un par de décimas por trimestre al comienzo del año y de cuatro al final, lo que, según estimaciones de Funcas, dará lugar a un crecimiento medio anual del PIB de siete u ocho décimas. Esta previsión coincide con el consenso de analistas privados y de los organismos públicos, que se queda medio punto por debajo de la del Gobierno
No cabe, por tanto, ser muy optimista respecto a la evolución del paro. Quizá sea en la segunda mitad del año cuándo se comience a crear algún empleo. Todo ello, bajo la hipótesis de que la población activa no aumente de forma importante, ya que en ese caso, el paro sería mayor.
Respecto a la evolución de los precios, hay que destacar que la tasa de aumento del 2,3% anual, no refleja adecuadamente las inexistentes tensiones de los precios en nuestro país, ya que si eliminamos el impacto de la subida del IVA (unas seis décimas porcentuales) -otras cinco las han absorbido los márgenes comerciales-, y el aumento de los precios de la energía (una subida de precios motivada por las importaciones de crudo), la subida de precios anuales sería del 0,5%.
Ahora bien, las previsiones para este 2011 sí han variado al alza: la subida de los impuestos sobre el tabaco añadirá un par de décimas al IPC de diciembre y enero; las nuevas subidas del precio del petróleo; la importante subida de la luz,… En resumen, 2010 podría terminar en el 2,8% a finales de diciembre pasado.
Por otro lado, según la OCDE, la caída de la presión fiscal en España fue la más drástica entre los países avanzados durante la Gran Recesión.
Entre 2007 y 2009, el peso de impuestos y cotizaciones sociales sobre el PIB español pasó del 37,3% al 30,7%, un recorte de 6,6 puntos que supera los registros de las otras 32 economías avanzadas de la OCDE. La comparación consigo misma da también medida del retroceso: para hallar una presión fiscal tan baja hay que retrotraerse más de 20 años, hasta 1986 (29%).
En consonancia, las Comunidades Autónomas, según los datos difundidos por el Banco de España, han mostrado que la deuda contraída por las comunidades supera el 10% del PIB (en el último año han crecido a un ritmo que casi duplica al de la Administración central). En el conjunto del Estado, la deuda pública escaló hasta el 57,7% del PIB al cierre del tercer trimestre.
El aumento de la deuda pública es generalizado en todas las comunidades, aunque Cataluña y País Vasco -la agencia Moody's ha quitado la máxima calificación a la última- concentran un tercio del aumento registrado en el pasado año. Cataluña y Comunidad Valenciana, las dos comunidades más endeudadas, han tenido que recurrir a colocar títulos a un año entre los particulares (a un coste superior al 7%) ante las dificultades para hallar financiación en los mercados.
El crecimiento de la deuda autonómica se justifica por la necesidad de financiar el abultado déficit de las comunidades en 2010. Y, pese a su repunte, es todavía solo un 17% de la deuda pública española. Pero los inversores y las agencias de calificación recelan de la capacidad de los Gobiernos autónomos para reducir el gasto público, tras años de expansión.

MERCADOS:

El principal indicador bursátil español, el Ibex 35, protagonizó durante el pasado 2010 la mayor caída entre las grandes Bolsas, con un descenso del 17,43%. El vuelco es absoluto respecto a lo ocurrido en 2009, cuando la Bolsa española logró una subida de casi el 30%.
Durante el año pasado, la Bolsa española sufrió la tercera mayor caída de la década, tras 2008 (-39,4%), con la quiebra de Lehman Brothers, y 2002 (-28%), con la crisis de América Latina.
La crisis de deuda contaminó el año pasado la actividad del parqué, al ahuyentar a los inversores de todo aquello que procediera de España, y la crisis del sector financiero, con un peso primordial en el Ibex, lastró al indicador. El mal año para los títulos del Santander (-30,48%) y el BBVA (-38,19%) explica más de la mitad de la bajada de la Bolsa, aunque Gamesa, con menor peso en el indicador, ha protagonizado la principal caída, del 50,8%. De hecho, de los 2.176 puntos que se ha dejado el indicador en el año, el Santander y el BBVA han perdido 854,7 y 548,9, puntos respectivamente.
En el otro extremo de la lista, Iberia ha logrado la subida récord del grupo, del 68,2%, en el año de su fusión con British Airways, aunque Inditex, con la segunda mejor marca (29,35%), tiene más peso en el indicador. Solo nueve de las cotizadas del Ibex han acabado el año con ganancias.
Paradójicamente, si observamos al conjunto de la década, la Bolsa española se sitúa como la más rentable entre las principales Bolsas mundiales, ya que la ganancia acumulada anual llega al 4,39% si se añade el efecto de los dividendos.
Ha sido un año que va a quedar bien grabado en la memoria de los que invierten en Bolsa. La gravísima situación griega y los pulsos al euro, poniendo a España en el punto de mira, no son ajenos a la situación. El mayor recorte social en la democracia española aprobado ese mismo mes (congelación de pensiones y bajada de sueldo de los funcionarios) no impidieron que la Bolsa española tocara mínimos en junio del año pasado.
El resto de indicadores europeos ha aguantado mejor el tipo durante 2010: el Euro Stoxx 50, índice que agrupa a las mayores compañías del área euro, bajó un 5,33%; el Dax alemán, en cambio, se revalorizó un 16,06%; el CAC francés cayó un 2,17% y el Footsie británico subió un 10,31%. En Asia, el Nikkei japonés bajó un 3,01%. En Estados Unidos el Dow Jones acumulaba una subida del 10,87% en el año; el Standar & Poor's un 12,73% y el Nasdaq un 17,39%.
Por otro lado, las hipotecas referenciadas al euríbor también se encarecerán próximamente. Aunque las subidas serán moderadas y no impedirán que el índice hipotecario continúe en los valores más bajos de sus años de existencia.
El euríbor a doce meses, el indicador más utilizado para fijar el precio de la mayoría de hipotecas en España, cerró diciembre en torno al 1,528%. Se trata de la quinta subida consecutiva respecto al mismo mes del año anterior. Así, las familias que vayan a revisar con el dato de diciembre una hipoteca de 150.000 euros, a devolver en un plazo de 25 años y con un diferencial de 0,5 puntos, pagarán unos 637 euros al mes por el préstamo, 20 euros más de lo que hacían hasta ahora. Si se suman las 12 cuotas de un año, la revisión le costará a esa familia casi 250 euros.
El euríbor alcanzó su mínimo histórico el pasado mes de marzo, cuando cayó al 1,21%. Tan solo dos años antes este índice se había disparado hasta rozar el 5,4%. Los expertos prevén que en los próximos meses continuará subiendo, aunque de una forma moderada mientras el Banco Central Europeo no se decida a aumentar los tipos oficiales, en el mínimo histórico del 1%.
Respecto a los costes laborales, bajaron en el tercer trimestre del año pasado un 0,6% respecto al mismo periodo de 2009. Aunque muy moderada, se trata de la primera caída en el índice de coste laboral armonizado desde que comenzó a elaborarlo el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2000. El descenso se explica en buena medida por la rebaja salarial de los empleados públicos que entró en vigor en junio.
Hasta ahora los costes laborales parecían comportarse de forma opuesta al resto de la economía. En plena crisis, subían a tasas aun muy superiores a las de los años de bonanza. El motivo era doble: el ajuste del empleo se realizó principalmente por los niveles más bajos, los contratos temporales y peor remunerados. Así, la media de los que quedaban en el mercado subía. Por otra parte, los costes laborales incluyen los pagos que realizan las empresas al indemnizar por despido, lo que también elevaba la factura laboral.
Al agotamiento de esos dos factores se une ahora con fuerza la rebaja de salarios en la Administración. De hecho, el sector público es uno de los que más pesan en el índice de coste laboral armonizado con el resto de Europa que elabora el INE, solo por detrás de la industria manufacturera y los servicios. A falta de resultados más detallados, esa combinación de factores ha provocado la rebaja del 0,6% en el coste laboral por hora trabajada en el periodo julio-septiembre. La evolución corrige las diferencias de calendario entre el ejercicio 2009 y 2010 y los picos ligados a la coyuntura.
La rebaja de sueldo de los funcionarios no ha bastado, sin embargo, para hacer caer el conjunto de salarios. Si se aísla solo lo que el trabajador cobra de su empresa (remuneración en metálico y en especie, sin cotizaciones a la Seguridad Social ni indemnizaciones), lo abonado no llega a bajar, pero casi lo hace. Los costes salariales están estancados, con subidas mínimas del 0,1%, que muy probablemente avecinan descensos. En la serie bruta, sin correcciones, los salarios ya caen.

EMPRESAS:

Felipe González, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996, se ha sumado a la lista de políticos que han dado el salto al mundo de la empresa. Gas Natural Fenosa, anunció en el pasado diciembre la incorporación del político socialista como consejero independiente de la sociedad. Por su pertenencia al consejo -y al margen de otras posibles responsabilidades en la sociedad o en el grupo- González percibirá 126.500 euros brutos anuales, según explicaron fuentes de la empresa participada por La Caixa y Repsol YPF. Gas Natural detalló que el nuevo consejero es accionista de la sociedad, aunque no cuantificó su participación.
González sustituye en el órgano de administración de la compañía que preside Salvador Gabarró a José Arcas, consejero independiente desde 2005. Gas Natural Fenosa explicó en un comunicado la decisión de incorporar a un peso pesado de la política como es González y destacó el "amplio reconocimiento y prestigio nacional e internacional" del ex presidente, especialmente "como estadista y experto conocedor de Latinoamérica, y también de los países de la Unión Europea y del arco Mediterráneo", donde la compañía tiene una presencia significativa.
"En el área internacional", sostiene la empresa energética, " se desenvuelve con total seguridad y goza de unanimidad de criterio sobre su valoración como estadista". Su prestigio y reconocimiento también le viene desde la Unión Europea, donde en los últimos años ha sido candidato a ocupar entre otros el cargo de presidente del Consejo Europeo".
El ex presidente del Gobierno compartirá su cargo en el consejo con el que fuera ministro y vicepresidente en sus Gobiernos, Narcís Serra, quien entró en el órgano rector de Gas Natural Fenosa en marzo de 2009, en representación de la caja que preside, Caixa de Catalunya.