martes, 21 de julio de 2015

Optimismo de los ejecutivos de grandes empresas

¡Ojalá se confirme!
Según un informe de de la consultora KPMG, realizado en base a los resultados de una encuesta efectuada  a casi 1.300 ejecutivos de los países más industrializados, los  consejeros delegados de las principales empresas españolas están entre los más optimistas del mundo cuando se les consulta sobre las perspectivas económicas de su país a tres años vista. Así lo pone de relieve un informe de la consultora KPMG hecho en base a una encuesta realizada en Estados Unidos, Reino Unido, España, Alemania, Francia, Italia, China, India, Japón y Australia durante los meses de mayo y junio de 2015.
El 90% de los empresarios españoles consultados siente más confianza en el crecimiento económico que durante el año pasado, y un 60% encuentran "muy significativa" la recuperación de esa confianza.
¡Solo los ejecutivos chinos expresan una mayor confianza en la evolución de su país! 
Un 22% de los ejecutivos españoles prevén obtener mayores beneficios durante el próximo año 2016, mientras que un 30% espera obtenerlos en año 2017.
Según el presidente de KPMG España , "tras años de fuertes ajustes y gran incertidumbre, los directivos españoles han recuperado la confianza en el futuro y el apetito por la búsqueda de las mejores oportunidades para crecer".
El sentido común y la mayoría de las personas opinamos que ser optimistas no ayuda a obtener los mejores resultados.
El secreto parece estar en que las personas pesimistas y optimistas utilizan estrategias diferentes a la hora de afrontar situaciones estresantes. En el caso del optimismo, favorece que se empleen mecanismos mucho más eficientes y constructivos al enfrentarnos a los conflictos.
Se trata de una poderosa herramienta que no debe llevar a olvidar el problema mas grave de la economía española , que es el crear empleo suficiente para absorber a esas personas que se ven condenadas a no encontrar un trabajo que les permita vivir dignamente.....
 Ojalá se se confirmen esas buenas expectativas que tienen ese colectivo de grandes empresarios... 
Una última reflexión se me  ocurre en este momento,.... ¿tendrán esa misma percepción del futuro a corto plazo los pequeños y medianos empresarios españoles?....

viernes, 10 de julio de 2015

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A JULIO 2015: prosigue recuperación, con aumento de temporalidad, y mantenimiento de fuerte volumen de deuda.

La Unión Europea y la región del euro, están sufriendo un gran desgaste con la crisis griega. Solo es posible una mejoría con propuestas que permitan llegar a un acuerdo de Grecia con sus acreedores.
Se debe respetar el resultado del referéndum, y adoptar por ambas partes una actitud de dialogo, que permita eliminar las tensiones con los socios por la  consulta, y el caos bancario generado.
No es nada fácil negociar un tercer paquete de rescate, que requerirá ayuda financiera y reformas estructurales. Un obstáculo no menor, será el proceso de ratificación parlamentaria del resto de socios, en su mayoría reacios a conceder más ayudas a un país que consideran irreformable.
No hay excesivos motivos para el optimismo, pero lo cierto es que el deterioro de la situación perjudica a todos, por lo que se debería llegar a un acuerdo.

ESTADOS UNIDOS:

La economía estadounidense creó 223.000 empleos el pasado junio en comparación con el mes anterior, lo que ha permitido que la tasa de paro descienda dos décimas, desde el 5,5% al 5,3%, y marque su nivel más bajo desde abril de 2008, según ha informado el Departamento de Trabajo.
De esta manera, la economía estadounidense acumula dos meses consecutivos generando más de 200.000 puestos de trabajo cada mes, y ha creado en el segundo trimestre del año, alrededor de 221.000 empleos mensuales.
La tasa de paro (número de desempleados por cada cien activos) ha vuelto a descender tras la subida de una décima que registró en enero, y ha marcado su nivel más bajo desde abril de 2008, cuando fue del 5%.
El Gobierno estadounidense destaca que la mejora del empleo se ha registrado en los servicios profesionales y de negocios, la atención sanitaria, el comercio minorista, las actividades financieras y el transporte y almacenamiento.
El Departamento de Trabajo apunta que el número de desempleados ha descendido en junio en 375.000, hasta los 8,30 millones, mientras que el número de estadounidenses con un empleo ha bajado en 56.000 personas, hasta los 148,74 millones.
Sin embargo, no se ha cumplido el acontecimiento esperado para el 17 de junio, día en el que se iba a decidir el primer alza, en nueve años, de tipos de interés en Estados Unidos. El precio del dinero seguirá estancado en el 0% hasta tener "evidencias decisivas" del lado del crecimiento, el empleo y la inflación. Ahí lleva seis años y medio, desde diciembre de 2008. Y ahí se quedará hasta como pronto septiembre, que se ve ahora como el más probable para dar este paso simbólico.
El banco central de EE UU considera que lo más prudente es esperar. Hay temores de que un alza prematura de tipos provoque una recaída. Además de evitar errores, este margen permite preparar el terreno para poder salir del punto muerto y empezar a elevar con sumo cuidado las tasas de interés.
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, ha insistido en que se encarecerá el precio del dinero cuando estén convencidos de que es el momento adecuado. Los últimos datos de empleo y de ventas en el comercio indican que la economía repuntó en el segundo trimestre, aunque la producción industrial y las nuevas construcciones de viviendas se contrajeron. Se necesita, por tanto, más evidencias de que la actividad económica y el mercado laboral aguantarán el alza.
En el análisis de la coyuntura de la Reserva Federal, la nota final indica que la expansión avanza a un ritmo que califica de “moderado”. La proyección es de un crecimiento del 1,9% este 2015, medio punto menos de lo que se dijo, y que repunte al 2,6% en 2016. En cuanto al empleo, la previsión es que el paro ronde el 5,2% este año y baje dos décimas el próximo. La inflación, que está cerca del 0%, no se acercará al objetivo del 2% hasta comienzos de 2017.
Tanto el Fondo Monetario Internacional, como el Banco Mundial han aconsejado a la Reserva Federal que se abstenga de subir tipos hasta bien entrado el año que viene. Por un lado, dicen que es necesario ver que el crecimiento se consolida. Por otro, la política actual es una garantía contra el riesgo de deflación. Además, temen que un alza prematura acelere la apreciación del dólar.
Y no es solo que la economía de EE UU se esté recuperando con lentitud, pesan también los riesgos externos, por el lento crecimiento de la economía global y las tensiones que siguen emanando de Europa por la crisis en Grecia.
Parece ser que la presidenta de la Reserva Federal quiere cerrar el año con al menos dos subidas de tipos. En 2016, serían cuatro alzas más. Pero en este momento, los “halcones”de la Fed no están forzando cerrar el grifo de los estímulos convencionales. Por esta razón, la laxitud monetaria extrema durará siete años completos.
La verdad, es que es muy complejo encontrar el momento adecuado. El proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos debe coincidir con la liberación de todos los bonos de renta fija que ha acumulado por sus compras durante la crisis (casi 4,5 billones de dólares). Esta circunstancia podría inundar el mercado de bonos(antes de la crisis no llegaba al billón de dólares).
Por otro lado, la economía estadounidense se ha convertido en el principal productor de crudo petrolífero.  A consecuencia de la técnica del “fracking” ha pasado a ser durante el 2014 en el mayor productor mundial de petróleo, por delante de Arabia Saudí, superando a Rusia en la clasificación de los países que extraen más hidrocarburos. Por medio de esta “fracturación hidráulica”, Estados Unidos  está autosatisfaciendo, nada menos, que el 90% de su demanda energética.
El anuario estadístico de 2015 de British Petroleum certifica el avance de Estados Unidos hasta alcanzar el liderazgo. El año pasado fue clave para el mercado del crudo, el desplome de los precios en un 50%  que sentó las bases de una guerra comercial entre los productores tradicionales del Golfo Pérsico y las empresas estadounidenses.
Durante el año 2014 la producción norteamericana subió en 1,6 millones de barriles al día —el mayor incremento a nivel global— y alcanzó los 11,6 millones de barriles diarios, un 15,9% más que en 2013 y 139.000 por encima de Arabia Saudí. Se convirtió así en el primer país en aumentar su producción en al menos un millón de barriles al día durante tres años consecutivos. Algo realmente impensable hace poco tiempo.
No obstante, el exceso de oferta existente a nivel mundial, no ha llevado a  la OPEP (el cartel de los productores del petróleo) a rebajar su producción. Como consecuencia de esta estrategia de abaratar los crudos (no disminuyendo su producción) para que las empresas petroleras estadounidenses no sean rentables, aunque ha expulsado a algunas empresas del sector,  ha propiciado una mejora de la eficiencia en Estados Unidos.

CHINA:

El Banco Popular de China (BPC) ha recortado 25 puntos básicos  su tasa de interés de referencia hasta un 4,85%. Se trata de la cuarta reducción desde el mes de noviembre, y persigue impulsar su crecimiento económico que ha continuado enfriándose.
La autoridad monetaria china también redujo los tipos para depósitos referenciados a un año en el mismo nivel, hasta un 2%.
Igualmente, rebajó el Coeficiente de Encaje o de Reservas obligatorias  para los bancos comerciales en 50 puntos básicos. Igualmente, ha anunciado que este coeficiente, en el caso de las compañías financieras, también será reducido en unos 300 puntos básicos.
El Banco Central chino ya había recortado su tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos, hasta un 5,1%, y los tipos para depósitos referenciados a un año la misma cantidad, hasta el 2,25%, en mayo.
En este sentido, la Academia Nacional de Estrategia Económica (NAES, por sus siglas en inglés), perteneciente al gobierno, pronosticó que el país crecerá un 6,9% interanual en el segundo trimestre del año, por debajo del 7% registrado en el primero, que también es el objetivo anual del Ejecutivo.
Todo ello, está justificado por la circunstancia de que el PIB del país creció un 7% en el primer trimestre del año (su menor ritmo de expansión desde 2009). No obstante, muchos analistas consideran que la bajada de las tasas de interés puede ayudar a estabilizar las expectativas, pero que tiene que ir acompañada de un refuerzo de la política fiscal.
El crecimiento económico anual de China se desaceleró afectado fundamentalmente por un enfriamiento en el sector inmobiliario. Datos recientes mostraron una pérdida de impulso en el segundo trimestre, aunque diversos sondeos han  mostrado signos de estabilidad en junio, después de que el gobierno adoptara medidas de estímulo para combatir una desaceleración general de toda la economía.

EUROZONA:

Casi todo en la vieja Europa, en particular en la región del euro,está girando en torno a la crisis griega y del deseado final que pocos se atreven a vislumbrar con certeza. Se trata de un tema con consecuencias económicas imprevisibles, que está suponiendo cierto enfrentamiento entre los ciudadanos del norte y centro de Europa y los de la periferia.
Por esa razón, centraremos nuestro análisis principalmente respecto a este tema, dónde las noticias y los acontecimientos han fluido a una gran velocidad. 
Por primera vez, el Fondo Monetario Internacional (FMI) vino a justificar las posiciones del Gobierno griego al asegurar que la deuda de ese país es insostenible y que una quita es prácticamente inevitable.
El Fondo sentó las bases de un tercer rescate al país al cifrar las necesidades de financiación de Grecia en 51.900 millones de euros, de los que Europa debería aportar 36.000 millones. Una recomendación que llegó dos días después de que el Gobierno de Atenas incumpliera sus pagos con el Fondo, y a dos días de que se celebrara el referéndum sobre los planes de ajuste.
En una entrevista en Bloomberg, Yanis Varoufakis, el dimitido ministro griego, señalaba: “no me escuche a mí, que soy el ministro de Finanzas de un partido radical de izquierdas. Escuche al FMI”. Se escudaba de esta forma en el informe que horas más tarde publicó el Fondo para justificar el rechazo del Gobierno de Atenas a cualquier acuerdo con los acreedores que no contemplase una reestructuración de las deudas.
De hecho, el propio FMI admite que las finanzas de Grecia son prácticamente inviables, incluso cumpliendo el programa que estaba en vigor hasta el pasado martes: “los riesgos para la sostenibilidad de la deuda son muy significativos”. En concreto sostiene que si el crecimiento es menor del 1% (creció el 0,1% en el primer trimestre) o el “superávit primario” (saldo antes del pago de los intereses de la deuda) es inferior al 2,5% del PIB (fue del 1,7% en 2014) “sería necesaria una quita de deuda”, así como otorgar un periodo de gracia de 20 años a las deudas existentes y extender la vida de los créditos en vigor hasta los 40 años.
Según el FMI, como anteriormente se ha citado, hasta finales de 2018 las necesidades de financiación de Grecia ascienden a 51.900 millones de euros, “lo que requerirá una nueva aportación europea de, al menos, 36.000 millones de euros durante ese periodo”.
Como el informe del Fondo se realizó antes de que expirara sin acuerdo la prórroga del segundo rescate, esa cuantía no incluye los 7.200 millones de euros que no han sido desembolsados de aquel acuerdo, ni los 1.600 millones adeudados al Fondo, ni el impacto del corralito bancario. De esta forma, las necesidades de financiación del país superarían en estos momentos, los 60.000 millones de euros.
Las normas de funcionamiento del Fondo le impiden asumir una“quita”, ya que mantiene un estatus de acreedor preferente. Eso significa que su recomendación debería aplicarse únicamente sobre la deuda que Grecia mantiene con las instituciones europeas, sus mayores acreedores. Sin embargo, el Fondo tampoco podría participar en un tercer rescate a Grecia. Sus reglas le impiden prestar nueva ayuda financiera a un país que mantiene una deuda pendiente de pago con el organismo, como sucede en el caso de Grecia.
Para muchos, el informe del FMI es un reconocimiento implícito al fracaso de los planes de rescate para Grecia durante esta crisis, y en los que ha participado activamente el organismo, que controla Estados Unidos. 
Ya durante el año 2013, el Fondo reconoció que había sido un error aplazar hasta 2012 una quita de la deuda que entonces estaba en manos privadas, cuando se produjo el primer rescate, y que había subestimado el impacto de las políticas de austeridad sobre la economía.
Previamente al referéndum,  el Banco Central Europeo (BCE), racionó la liquidez de emergencia del sistema financiero y con ese sutil movimiento obligó a Atenas a anunciar el cierre de los bancos (el “corralito”), el cierre de la Bolsa y la imposición de controles de capital para evitar el total colapso bancario.
Fráncfort mantuvo la respiración asistida, pero no dio ni un solo euro más a las maltrechas entidades helenas, a pesar de las continuas retiradas de depósitos desde la convocatoria del referéndum sobre el plan europeo. Sin bancos, la crisis pasó a una vía muy alarmante. Grecia y el euro se adentraron de esa forma en una situación desconocida.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, confirmó en un breve mensaje la imposición de controles de capital, asegurando que los depósitos están garantizados, así como el pago de las pensiones.
El dimitido Varoufakis acertó al declarar que se trata de “un momento oscuro para Europa”.
La realidad, es que Tsipras no se fía de Europa, ni tampoco Europa se fía de Grecia. De forma que estamos inmersos en una crisis incierta respecto al euro.
Finalmente, la amplísima mayoría del 61,30% de los electores griegos se negaron mediante el referéndum a aceptar las condiciones que ofrecía la Troika. La situación ha pasado de esta forma, a ser aún más complicada, ya que Grecia necesita imperiosamente el dinero de Europa para mantener su funcionamiento económico.
El Banco Central Europeo, frente a este resultado, ha mantenido abierto el grifo de liquidez a los bancos griegos, con un límite de 89.000 millones de euros, pero a cambio de      esto deben presentar más avales, y un nuevo Plan de propuestas. Es preciso evitar el llamado Grexit, o forma abreviada de referirse a la salida de Grecia del euro.
Los sucesos van acaeciendo a una velocidad vertiginosa. En el momento de redactar esta edición, se sabe que Grecia pedirá un tercer rescate. Será un programa completo de hasta tres años. Y el importe está en el aire, pero las fuentes consultadas explican que será de alrededor de 50.000 millones. Grecia destila incertidumbre: Alexis Tsipras se presentó en la reunión del Eurogrupo en Bruselas sin la esperada petición, que habría facilitado las cosas y reducido el riesgo en sus bancos. Pero Bruselas ultima el diseño definitivo, con un programa que combina un plan a corto plazo —seis meses y 15.000 millones, con condiciones y medidas prioritarias para las necesidades financieras inmediatas de Grecia— y otro a medio y largo plazo.
Tsipras debe aceptar las condiciones de los socios sobre la base de la oferta del 30 de junio si quiere evitar la salida del euro.
El BCE no ha desenchufado a los bancos de la financiación de emergencia, Y Atenas negociará lo más sustancioso en una cumbre de líderes de la región.
Tsipras ganó, en el referéndum sobre la propuesta europea, el respaldo político necesario en casa para no tener problemas con lo que se avecina. El primer ministro ha conseguido cerrar un consenso entre los grandes partidos griegos que minimiza la posibilidad de una crisis política. Ahora queda por saber qué quiere exactamente y, sobre todo, qué van a concederle los socios: qué condicionalidad tiene ese programa.
Pese a que aún hay muchas incógnitas sin resolver, las fuentes consultadas han explicado que Grecia pedirá el citado tercer programa al mecanismo de rescate europeo (Mede) por un periodo de entre dos y tres años y “sobre la base de la propuesta presentada el pasado 30 de junio, con las adaptaciones necesarias tras el referéndum y para responder a las necesidades de liquidez de urgencia”. Resumiendo: Atenas quiere que el plazo sea el mínimo imprescindible, porque el programa de ayudas acarrea condiciones y continuos exámenes de las instituciones anteriormente conocidas como troika. 

ESPAÑA:

Según la patronal del sector, las cifras de llegadas de turistas y de ocupación de los hoteles durante este verano serán muy altas: esperan una ocupación media del 80% y alcanzar el récord de 68 millones de turistas (tres millones más que en 2014).
Por otro lado, los precios de consumo en junio volvieron a alcanzar una tasa positiva del 0,1%. El repunte de tres décimas respecto a mayo es, paradójicamente, una buena noticia porque aleja el fantasma de la deflación.Y el Gobierno espera que el crecimiento del PIB en 2015 será superior al del 2,9%.
En junio, los precios repuntaron tres décimas respecto a la tasa registrada en mayo, cuando cayó el 0,2%, y la tasa interanual vuelve a ser positiva, tras once meses de tasas negativas, según el indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC). El principal motivo del alza es el aumento de la tarifa eléctrica, y de los alimentos y bebidas no alcohólicas.
Esta es la primera subida de 2015, que comenzó enero con una caída del 1,3%, y siguió con descensos aunque más moderados hasta mayo. En concreto, los precios bajaron el 1,1% en febrero; el 0,7% en marzo; el 0,6% en abril, y el citado 0,2% el pasado mayo. Los datos adelantados por el INE son orientativos puesto que las cifras definitivas de junio se conocerán el próximo 14 de julio.
Pese a ese repunte, los analistas siguen considerando que en el conjunto de 2015 los precios tendrán una evolución negativa o muy cercana al estancamiento. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha señalado que el consumo está aumentando y trasladando su presión al IPC, un efecto que se dejará notar más aún en el cuarto trimestre del año, según señaló la coordinadora del IEE, Almudena Semur. No obstante, el IEE aunque mantiene su previsión de que la tasa media anual de los precios en 2015 se sitúe en el -0,3 %.
La inflación subyacente (que no tiene en cuenta los alimentos frescos y la energía) continúa en niveles moderados, aunque positivos.
Por otro lado, la intervención del Banco Central Europeo, la recuperación económica y los recortes presupuestarios han amortiguado la presión de los mercados sobre España, incluso cuando la crisis griega vuelve a proyectar una sombra de duda sobre la zona euro.
Sin embargo, la razón por la que los inversores consideraron vulnerable a España hace unos años sigue igual que estaba: los últimos datos reflejan que la deuda externa bruta volvió a niveles récord en el primer trimestre de 2015, al superar los 1,78 billones de euros. Es una cifra equivalente al 167% del PIB, lo que mantiene a la economía española entre las más endeudadas.
La última entrega de la balanza de pagos, elaborada por el Banco de España,  muestra un incremento de la deuda externa bruta sin precedentes en la crisis: en los tres meses que van de diciembre de 2014 a marzo de 2015, el valor de los depósitos, títulos de deuda y préstamos de extranjeros con empresas, familias, administraciones o bancos españoles aumentó en casi 83.000 millones de euros, pasando de 1,7 a 1,78 billones de euros.
El Banco de España introdujo el año pasado cambios metodológicos y solo ha actualizado los datos desde finales de 2012. Pero en la serie anterior los mayores incrementos trimestrales recogidos no superaban los 40.000 millones. En esa serie sin actualizar, la deuda externa bruta rozó los 1,78 billones en varias ocasiones (marzo de 2010, finales de 2011, mediados de 2012), aunque solo en 2012, en plena recesión, llegó a superar el 170% del PIB.
“Un nivel de deuda externa tan elevado nos hace muy vulnerables ante los mercados”, recalca Ángel Laborda, de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), “Mientras crezcamos a un ritmo mayor que la carga de intereses, los problemas parecen menores, pero si el crecimiento se frena con este nivel de deuda externa, volveríamos a una situación insostenible”.
En ese sentido, el propio Banco de España ha mejorado en tres décimas las perspectivas para la economía española en 2015 hasta situar su pronóstico en un avance del 3,1% del PIB para el conjunto del año. Su revisión al alza se basa en lo que ha ocurrido en el primer semestre y, de hecho, estima que la actividad podría acelerar hasta crecer el 1% intertrimestral entre abril y junio. No obstante, augura una ligera contención a partir del verano, que se extendería a principios de 2016, debido a que el impacto del abaratamiento del petróleo y la devaluación del euro se están difuminando.
Los datos de contabilidad nacional habían relacionado ya el inicio de la recuperación económica en España con un repunte significativo del consumo privado durante el año pasado. Pues bien, los datos de la encuesta de presupuestos familiares, difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), confirman la tendencia aunque de forma tibia, más cerca de la estabilización que de un avance apreciable. A partir de las respuestas y las anotaciones de 24.000 hogares, el INE concluye que las familias se gastaron 494.876 millones de euros el año pasado, un 0,3% más. Si se descuenta el efecto de los precios (al haber caído estos el gasto real, en euros constantes,  es mayor), el gasto total aumenta un 1% respecto a 2013. El  aumento en el número de hogares hace que el gasto por familia, 27.038 euros, retroceda un 0,2% en el año, mientras que sube un 0,5% en términos reales.
El aumento de gasto total ya se había producido en 2010, aunque entonces contribuyó el aumento de los precios al gasto corriente. En 2014, sin embargo, los precios bajaron, por lo que fue el gasto real el que subió más. De modo que la subida en el gasto real medio por hogar es la primera de la que da cuenta la encuesta de presupuestos familiares en siete años. En términos corrientes (sin descontar la evolución de los precios), el gasto total se quedó aún un 14% por debajo de los 541.000 millones que se gastaban las familias españolas en 2008 (31.711 euros por familia). 
Por lo que respecta a los bancos en España, según un cualificado ex alto directivo bancario, Carmelo Tajadura, “parece difícil que todos los bancos actuales sobrevivan. Sobre todo entre los ocho de menor tamaño [Kutxabank, BMN, Bankinter, Liberbank, Unicaja, Ibercaja, Abanca y Cajamar] puede darse por segura la desaparición de algunos de ellos, por absorción o por fusión, en los próximos dos o tres años. E incluso entre las seis mayores [Santander, CaixaBank, BBVA, Bankia, Popular y Sabadell] podría haber algún caso adicional”.
No hay duda de que la mitad de los bancos españoles se enfrentan a un panorama complicado por los bajos tipos de interés que presionan los márgenes y los beneficios. Tras haber sobrevivido a la mayor crisis financiera española por volumen de activos, aún no se ha alcanzado la necesaria tranquilidad. El Banco Central Europeo (BCE), quiere que tengan más capital y para eso necesitan ser más rentables, una tarea muy complicada.
Todos los analistas coinciden en señalar que las fusiones entre los citados pequeños serán “inevitables”.
En relación al empleo, aunque los datos de afiliaciones a la Seguridad Social tienen un ritmo de crecimiento elevado, se aprecia  una cierta desaceleración en términos desestacionalizados, como consecuencia de la pérdida de empuje que se observa en los sectores de la construcción y los servicios públicos. Una de las causas explicativas es, sin duda, el final de un periodo preelectoral municipal y autonómico en el que todas las administraciones habían forzado la máquina del gasto y de las contrataciones de personal para congraciarse con unos ciudadanos enfadados tras años de crisis y de ajustes de todo tipo.
Los datos de junio corroboran esa tesis, el aumento mensual de la afiliación, corregido de estacionalidad y fenómenos atípicos, registró una cifra superior a 63.000 en marzo y en los tres meses posteriores se ha ido reduciendo hasta unos 35.000 en junio. Los sectores que más han contribuido a ello han sido la construcción y los servicios predominantemente de no mercado. Por ello es el trabajo temporal el que más se resiente). La industria mantiene el ritmo y los servicios de mercado se desaceleran, aunque levemente.
Aún así, el crecimiento trimestral de la afiliación en el conjunto del segundo trimestre es superior al del primero, lo que apoya la idea de que el PIB también haya crecido más. Pero la tendencia mensual apoya la previsión de que este crecimiento, basado en buena parte en factores de impulso transitorios, perderá algo de fuerza en la segunda mitad del año.
Un aspecto especialmente negativo, es que casi el 25% de los contratos laborales que se han firmado en los cuatro primeros meses del año han durado siete días o menos. El porcentaje aún es más alto si solo se tienen en cuenta los suscritos a tiempo parcial, el 28,7%, según el Ministerio de Empleo. El peso creciente de este tipo de acuerdos en el mercado de trabajo español,muy asociados a la precariedad, viene de largo: crecía en 2006 y 2007, años de burbuja; aumentó entre 2008 y 2013, época de hundimiento laboral; y prosigue en 2014 y 2015, tiempo de recuperación.
La temporalidad, esa gran enfermedad del mercado laboral español, a tenor de las estadísticas mensuales de contratación, está lejos de solucionarse. El pasado mayo solo el 7,9% de los contratos firmados eran indefinidos. Pero cuando se baja al detalle de la duración concreta de los contratos, la situación se agrava. Hasta el pasado abril —último mes con cifras desmenuzadas, los datos detallados de contratación se publican días más tarde que los de paro registrado, prestaciones y contratos agregados— el 24,4% de todos los compromisos laborales suscritos apenas se prolongaban una semana como máximo. En concreto 1.333.837 de un total 5.476.901, incluyendo tanto los temporales como los fijos.
El peso de estos acuerdos de muy corta duración crece todavía más cuando se analizan solo los de los empleos a jornada parcial. En este caso, el porcentaje sube hasta el 28,7%. Esto se explica porque mientras el incremento de los contratos de siete días o menos han crecido un 48% para los de jornada completa, el salto ha sido del 123% para los de empleos por horas.

MERCADOS:

La Bolsa española ha reaccionado con temor al Grexit, de forma que en su peor sesión en tres años, llegó a retroceder hasta un 4,56%.
Sin embargo, los grandes fondos internacionales alcanzaron en 2014 su nivel máximo histórico de participación en el mercado local con el 43% del total, casi cinco puntos porcentuales más que el año anterior y 7,2 puntos superior a 2007. Los inversores extranjeros se mantienen como los principales propietarios de acciones españolas cotizadas y su peso es tres puntos superior a la media de la Unión Europea, según un informe sobre la distribución de la propiedad de las acciones publicado por Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Más de una cuarta parte (26,2%) de la propiedad de las acciones de empresas cotizadas está en manos de familias españolas, con datos definitivos de cierre de 2014. Este porcentaje supone un valor superior a los 167.000 millones de euros. La participación de las familias españolas en la Bolsa creció seis puntos con respecto al que tenían al principio de la crisis (2007). "Es el mayor porcentaje en los últimos 12 años y supone más del doble que en el conjunto de la Unión Europea. Estos datos ponen de manifiesto  el atractivo de las acciones cotizadas como destino del ahorro financiero de las familias", destacan los autores del informe.
Respecto a la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes creció tras decretarse el 'corralito' en Grecia, que ha llevado al diferencial a marcar sus niveles más elevados desde mayo de 2014.
En concreto, el diferencial entre el bono español a diez años y el 'bund' ha llegó a tocar los 177,7 puntos básicos, aunque posteriormente se ha relajado.

EMPRESAS:


Los astilleros españoles, que hace dos años estaban inmersos en una gran crisis, van recuperándose, dando por superada la crisis abierta por la decisión de la UE de exigir la devolución de las ayudas fiscales que en España se otorgaron a la fabricación de barcos (tax lease). La actividad en las gradas repunta ligeramente, “sin alegrías”, aseguran los constructores, pero lo hace con luces y sombras. Si en Euskadi hay carga de trabajo para los próximos dos años y reina un moderado optimismo, en Galicia cunde el desánimo por la escasez de pedidos.

lunes, 6 de julio de 2015

EL NO DE GRECIA, UN TOQUE DE ATENCIÓN A LA VIEJA EUROPA


Siempre he sido un defensor de la Unión Europea, y creo que hay que respetar los derechos de los acreedores. Ahora bien, como saben el termino griego democracia significa poder del pueblo, y en ese sentido los ciudadanos griegos han tratado de dar sentido de nuevo a esa palabra.
Con independencia de las transcendentales repercusiones económicas que la decisión va a ocasionar, muchas ellas aún desconocidas, ha quedado claro que no se puede construir Europa de espaldas a los pueblos que la integran.
Desde hace años, se vienen imponiendo condiciones de gran calado a los ciudadanos, por unas instituciones carentes de legitimación en las urnas de cada Estado miembro, pero sustentadas por el poder económico del norte y centro de Europa sobre la periferia.
Las decisiones tomadas en negociaciones carentes de transparencia, presentadas como las únicas posibles, sin ningún debate entre los ciudadanos que han de soportarlas, han supuesto que la actual Unión Europea se haya alejado de aquella Europa solidaria y ejemplo de bienestar y derechos en todo el mundo.
En gran parte, asuntos que han supuesto importantes retrocesos sociales, se han vendido por los gobernantes de turno como algo que venía impuesto desde Europa, de forma que la juventud, como en otros aspectos, ya no siente la admiración que, particularmente las generaciones de mayor edad hemos sentido por Europa.
Es un clamor desde hace años, que Grecia no puede pagar esa deuda. Es imposible,… por esa razón lo primero es tratar de ayudar a la economía griega para que pueda crecer, y reestructurar su deuda.
Negar esto, en base a la proximidad o no, ideológica con el Gobierno Griego es una enorme irresponsabilidad. Es preciso respetar las ideas y la voluntad de cada pueblo, con independencia de su color político. No ayudar a un país, que quiere seguir estando en el euro y en la Unión Europea, porque no comulgue con el recetario impuesto por los que pretenden tener la única solución y razón, es una temeridad, que acabará pasando factura en toda la región.
Para facilitar la devolución de las deudas, no se puede poner el pie sobre el cuello del deudor, sino buscar soluciones conjuntas que permitan la ilusión y la dignidad del que tiene que hacer frente a los pagos.