lunes, 11 de marzo de 2019

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A MARZO 2019: riesgo de ralentización económica e incertidumbre


Respecto al crecimiento de la economía global, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha empeorado sus pronósticos para 2019, en dos puntos porcentuales.
La expansión global continúa perdiendo impulso en medio de la incertidumbre política y la resistente tensión comercial.

ECONOMÍA GLOBAL:

A nivel internacional, la OCDE vislumbra un panorama económico menos expansivo. La institución ha reducido nuevamente sus pronósticos para la economía global en 2019 y 2020, al advertir que las disputas comerciales y la incertidumbre sobre el Brexit, podrían afectar el comercio y los negocios a nivel mundial.
La OCDE acaba de señalar, que la economía mundial crecerá un 3,3 por ciento en 2019, y 3,4 por ciento en 2020.
Esos pronósticos representan una reducción de 0,2 puntos porcentuales para 2019, y 0,1 puntos porcentuales para 2020 en comparación con las últimas previsiones de la OCDE divulgadas en noviembre. 
Señala que: “la gran incertidumbre política, las actuales tensiones comerciales y una mayor erosión de la confianza empresarial y del consumidor están contribuyendo a la desaceleración. La sustancial incertidumbre política se mantiene en Europa, incluyendo al Brexit. Una salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea, elevaría sustancialmente los costes para las economías europeas".

Para Alemania, la mayor economía de Europa, la OCDE ha reducido en más del 50% su pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 (a un 0,7 % desde el 1,6%), esperando una leve recuperación con un aumento de su PIB del 1,1% en el año 2020.
Por otro lado, la propia OCDE no ha dejado de señalar los peligros para la economía mundial de las tensiones comerciales.  Washington es, sin duda, el destinatario principal de estos avisos: los intercambios comerciales con China, la Unión Europea, y otros vecinos norteamericanos, se tambalean y los precios estén aumentando. Afirma la economista jefa de la OCDE, que “el comercio sigue siendo lo que más nos lastra”.
Según la OCDE, Estados Unidos ya ha comenzado a sufrir las tensiones que ella misma ha propiciado: “tarifas más altas han comenzado a influir en los costes empresariales y precios, y el crecimiento de la inversión empresarial y las exportaciones se ha moderado”.
Aunque los efectos son aún bajos, la OCDE insiste en pedir a Washington que se siente a dialogar en una mesa multilateral “porque esto es lo que ha sostenido un crecimiento económico elevado hasta el año 2017”.

ESTADOS UNIDOS:

El PIB de la economía de Estados Unidos creció durante el pasado 2018 a un ritmo del 2,9%, sin duda, gracias al impulso de los estímulos fiscales. Ahora bien, pese a la solidez del dato, (el aumento es mayor en siete décimas al registrado en 2017, igualando al conseguido durante 2015) pero es inferior al objetivo prometido por el presidente Trump.
El dato anterior correspondiente al año 2018, se ha publicado con retraso de un mes, como consecuencia del cierre parcial del Gobierno, que afectó a la agencia que lleva a cabo la realización y seguimiento de estas estadísticas.
El consumo privado, que representa las dos terceras partes del crecimiento del PIB estadounidense, creció a una tasa anualizada del 2,8% en los tres últimos meses del año (ocho décimas menos que en el tercer trimestre). Las exportaciones, aumentaron un 1,6% (habían caído un 4,6% en los tres meses anteriores).
Lo cierto, es que las rebajas fiscales impulsaron el crecimiento económico, pero su efecto comenzó a disiparse en el final del año pasado, por lo que se espera que durante este 2019, siga diluyéndose.
El Banco Central de Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed), ha señalado en su último informe de expectativas para 2019, un aumento del PIB estadounidense del 2,3%.  La realidad, es que se trata de una cifra importante dentro del crecimiento normal de una economía desarrollada, pero que se encuentra alejada de las promesas de Trump, una vez que ya era presidente de la primera potencia mundial.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, ya indicó en su intervención semestral ante el Congreso, que el crecimiento económico será más moderado que el del pasado año 2018.
Igualmente, Powell, señaló la existencia de, en sus propias palabras, “señales conflictivas” y “corrientes cruzadas” que obligan a “ser pacientes y prudentes” en el proceso de normalización de la política monetaria (las tasas de interés oficiales se encuentran en estos momentos entre el 2,25% y el 2,5%).
El presidente de la Reserva Federal, indicó que la Fed se encuentra preparada para poner “en pausa” el programa de reducción del balance (venta del enorme volumen de bonos que, como consecuencia de las medidas de expansión cuantitativa monetaria, se encuentran en poder del Banco Central estadounidense, y que se sitúan, en nada menos que, cuatro billones de dólares).
Powell citó como factores de incertidumbre, el Brexit, la moderación del crecimiento económico de la economía global, y las tensiones comerciales por el litigio entre China y Estados Unidos.
Algunos analistas afirman que el pasado 2018 ha sido el año en el que Trump ha tenido y tendrá un mayor crecimiento económico, ya que en 2020 el producto estadounidense volverá a moderarse, y se situará algo por debajo del 2%. Incluso, algunos anticipan que podría tener lugar cierta contracción económica cuando se pierda todo el efecto de los estímulos fiscales. Y es que la economía de Estados Unidos está teniendo un comportamiento totalmente irregular desde la Gran Recesión iniciada en el año 2008.
La mayoría de analistas económicos, coinciden en que para que la economía de Estados Unidos alcance un ritmo de crecimiento sostenido del 3%, es preciso incrementar la productividad (algo bastante alejado en este momento).
En definitiva, la oficina presupuestaria del Congreso, al igual que la Reserva Federal, ve así el crecimiento potencial al largo plazo en un nivel que está más cerca del 2% de aumento del PIB estadounidense.

UNIÓN EUROPEA:

Los países de la Unión Europea han adoptado medidas para incentivar a sus economías. Ante las tensiones políticas y sociales y el impacto en las exportaciones de las guerras comerciales, Bruselas constata que, junto con la creación de empleo, unas políticas más expansivas permitirán que los socios de la Unión Europea sigan creciendo a un ritmo del 1,5%, y los del euro, del 1,3%.
Alemania, Francia y Holanda, con una posición fiscal más que cómoda, lideran esos planes, mientras que Italia sigue con unas medidas que rayan el incumplimiento de la normativa comunitaria.
Los tiempos en los que la Unión Europea crecía más que Estados Unidos han pasado. Por lo que el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, ha señalado como prioridades, “reducir los riesgos políticos, e impulsar la expansión de la demanda interna gracias al crecimiento del empleo, los salarios y la expansión fiscal”.
En el mismo sentido, la Comisión Europea ha constatado que los presupuestos de la zona euro para este 2019, han adoptado un “ritmo ligeramente expansivo”: un incremento global del gasto y un deterioro del déficit estructural (aquel que no incluye al déficit derivado del ciclo económico) de 0,3 puntos, sobre todo en Italia, Alemania y Holanda. Fuentes del Ejecutivo comunitario, no obstante, han señalado que estos datos pueden ser mayores ya que aún no recogen las medidas adoptadas por Macron en Francia para intentar atajar la crisis de los chalecos amarillos.
La economía germana aumentará su gasto público en una cifra equivalente al 0,5% de su PIB, fundamentalmente, en educación, vivienda, e incentivos y reducciones fiscales.
En Holanda, las medidas consisten en rebajar el impuesto sobre la renta, y destinar 8.000 millones de euros a innovación, defensa, seguridad e infraestructuras.
Ya la Comisión Europea había pedido a ambos países, Alemania y Holanda, que aprovechasen sus superávits fiscales para invertir. “la política fiscal en la eurozona debería ser idealmente anticíclica (déficit en depresión económica y superávit en etapas de expansión). El problema es que muchos planes de gasto no tienen en cuenta esa orientación. Más bien, son el resultado de la presión política.
España también incrementará el gasto y ha decidido una subida del salario mínimo que supondrá mayores ingresos para las familias.
Italia es un caso aparte: su plan, aceptado a regañadientes por Bruselas, podría quedar anulado por la desconfianza de los mercados.
Las últimas previsiones de la Comisión también identifican hasta 18 países de dentro y fuera de la zona euro que han adoptado medidas para apoyar el crecimiento, desde el Reino Unido hasta Estonia. Entre ellos también están los países del Este, de los que se espera que aceleren las inversiones gracias a un uso más intensivo de los fondos comunitarios.
Analistas cualificados señalan que “algunos países, como Alemania u Holanda, tienen muchas más posibilidades fiscalmente. Pero hay otros países en los que, en caso de que hubiera una recesión, sería más complicado que pudieran seguir con esas políticas”.
Ahora bien, existen dudas respecto a la eficacia de estos planes de expansión económica. Bruselas opina que muchos de esos planes van a tener un efecto temporal y limitado. Y, en el caso de los aumentos salariales, considera que el deterioro de la confianza del consumidor puede llevar a que el aumento de la renta disponible lleve a ahorrar en lugar de gastar más.
Además, esos planes se han realizado sin coordinación entre Estados, lo que ha llevado al presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, a solicitar que sean “diseñados con mucha prudencia” y en coherencia con las políticas de la zona euro.
Por otro lado, la OCDE ha alertado de que no queda nada del aterrizaje suave al que se refería respecto a la Eurozona. La región, está en un continuo estado de turbulencias, entre otros motivos por el Brexit, que pagará este año con un crecimiento de solo el 1%, (el inicialmente previsto en noviembre era el 1,8%).
Italia, según la OCDE prevé que continuará en recesión técnica (crecimiento negativo del PIB durante dos trimestres consecutivos).
Pero la incertidumbre generalizada en la eurozona, advierte la OCDE, es una de las causas de que las empresas “planean emplear menos”. Lo que ya es un hecho desde hace un tiempo en Reino Unido a causa del Brexit, empieza a suceder también en la eurozona, donde “la creación de empleo podría reducirse a la mitad, a dos millones, entre 2019 y 2020”.
De forma que, para la Eurozona, la OCDE rebaja el crecimiento del PIB en 0,8 puntos, hasta un aumento previsto para 2019 de un 1%, que llegará escasamente al 1,2% en el 2020.
Sobre todo, preocupan dos países: Alemania, para la que la OCDE prevé ahora un crecimiento de 0,7% en 2019 (hace solo tres meses todavía preveía 1,4%) y de 1,1% el año próximo. También Italia, economía que como hemos señalado se encuentra en recesión técnica.
Una de las principales causas, según la OCDE, es una débil producción industrial.  También una leve caída de la demanda externa y, lo que llama, “factores excepcionales”, como la “perturbación del sector del automóvil tras nuevos test de emisiones para vehículos”. Además, señala como peligro para que se prolongue la situación, “un debilitado crecimiento del comercio en la eurozona, una alta incertidumbre política y una confianza moderada que apuntan a una ralentización subyacente de la demanda, que podría persistir”.
Según la OCDE, se precisa actuar urgentemente y coordinadamente, de forma que aquellas economías que tengan cierto margen fiscal, deben “aprovechar las bajas tasas de interés para realizar más inversiones públicas, continuando con las reformas estructurales”.  
Por otro lado, la realidad es que todos los países se están preparando para lo peor: una salida dura del Brexit. De forma que el BCE y el Banco de Inglaterra han anunciado una línea de liquidez mutua: Londres tomará prestados euros que podrá inyectar cada semana en las entidades financieras británicas si les hiciera falta. A cambio, Fráncfort recibirá libras esterlinas. La operativa sigue el modelo de crisis anteriores. Los bancos centrales tratan así de alejar el riesgo de tormentas financieras ante la posibilidad, que nadie se atreve a descartar de la salida dura del Reino Unido de la Unión Europea.
Las líneas de liquidez que ahora se activan forman parte de unos acuerdos ya antiguos, firmados en octubre de 2013, no solo por el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, sino también por los bancos centrales de Estados Unidos, Canadá, Japón y Suiza.
Tal como ocurrió durante crisis como la de los ataques yihadistas del 11-S, o la caída de Lehman Brothers en 2008, los banqueros centrales tratan de eliminar factores de riesgo, ahuyentando los temores a un escenario de falta de liquidez.
El Banco de Inglaterra adopta la decisión de conceder préstamos en euros a partir del 13 de marzo a las entidades que requieran liquidez pese a que, como señala la entidad, “el sistema bancario británico es lo suficientemente fuerte para hacer frente a los shocks económicos que podrían acompañar al peor escenario de un Brexit desordenado”. Así lo aseguraba el Comité de Política Financiera de la autoridad monetaria británica en su reunión del pasado 26 de febrero, cuyas actas acaban de ser publicadas. La estabilidad financiera no es lo mismo que la estabilidad de los mercados. Y es previsible una volatilidad significativa en estos mercados en el caso de un Brexit sin acuerdo, añadía ese organismo.
La fecha de salida de Reino Unido de la UE está fijada oficialmente para el próximo 29 de marzo, y los esfuerzos realizados por la primera ministra, Theresa May, por ahora, han resultado fallidos.
Por su lado, el Gobierno español ha aprobado un decreto con el que persigue asegurar que, de consumarse el Brexit duro, se mantendría el funcionamiento normal de los flujos comerciales entre los dos países y, sobre todo, garantizar los intereses de los españoles en Reino Unido.

ESPAÑA:

Según el Ministerio de Trabajo, el empleo creció en 69.172 afiliados a la Seguridad Social, y elevó la cifra total de cotizantes hasta los 18,9 millones.  Se trata del menor incremento de los últimos tres años. Aunque la recuperación continúa, están reflejándose los síntomas de desaceleración. Además, el paro volvió a crecer: las oficinas públicas contaron 3.271 desocupados más. Aunque este es el peor dato desde 2013.
En un solo año ha aumentado el número de cotizantes (un 2,86% más). Creación de puestos de trabajo que se da en pocas economías de la UE, pero es menor al que se venía manteniendo hasta la fecha.
También ha habido cierta ralentización en la reducción del Paro Registrado (aquellos que acuden a las oficinas de empleo, a inscribirse como desempleados demandantes de empleo). El número de parados registrados ha aumentado en 3.279, a diferencia de lo que pasó en los años 2017 y 2018, cuando ser redujo. El dato del pasado febrero es el peor desde 2013, cuando en los últimos meses de la recesión, el desempleo aumentó casi 60.000 personas.
Por otro lado, si bien el resto de economías europeas se ralentiza, y el consumo de las familias españolas se ha moderado, la economía española, por ahora, está resistiendo. Entre octubre y diciembre arrojó un crecimiento trimestral del 0,7%, muy por encima del 0,2% que se registraba en la zona euro.
Una de las razones que justifica ese comportamiento, ha sido el fuerte incremento del gasto de las Administraciones: ya que de no ser por el consumo público, el PIB habría crecido un 0,5% y no un 0,7%. Es decir, a ritmos anuales del 2% y no del 2,8%.
En definitiva, casi un tercio del crecimiento del último trimestre de 2018, se explica por un mayor aumento del gasto público, que ha pisado el acelerador mientras el resto de rúbricas perdía impulso.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el último trimestre de 2018 el consumo público avanzó al 1,2% trimestral, un ritmo que, salvo por un trimestre de 2015, no se daba desde 2008. Además, estos datos de consumo público no incluyen el aumento de la inversión.
El reciente tirón del sector público se ha visto, igualmente, confirmado por la Encuesta de Población Activa (EPA), que ha señalado cómo entre octubre y diciembre, el sector público creaba 43.400empleos, mientras que el privado destruía 6.900 empleos.
Es probable que el Déficit Público acabe el año 2018 en el 2,7% del PIB.
Por otro lado, en relación al sector exterior, hay que señalar que se ha reducido el superávit de España con el exterior. Según los datos publicados por el Banco de España, en diciembre de 2016 la diferencia entre pagos e ingresos alcanzó los 28.000 millones de euros a favor de la economía española. Dos años más tarde, al cierre de 2018, el saldo de flujos con el extranjero se sitúa en un superávit más pequeño, de 14.000 millones, justo la mitad. Solo en el acumulado de 2018, este excedente con el exterior se ha desplomado un 53%, desde los 24.000 millones hasta esos 14.000 millones, un significativo empeoramiento por valor de 10.000 millones de euros. 
Y respecto a la deuda con el exterior (una cifra equivalente al 84% del PIB) hay que señalar que se trata de un importante factor de vulnerabilidad de la economía española. 
El turismo ha mantenido en 2018 su importante contribución a la balanza de pagos a pesar de la recuperación de otros destinos competidores. En parte porque han subido los desembolsos de los visitantes. Gracias a los ingresos del sector turístico, la economía española consigue compensar los déficits en mercancías y rentas que se van al exterior, sobre todo remesas de inmigrantes. De modo que lo que ha hecho disminuir la capacidad de financiación con el extranjero ha sido el comportamiento de las ventas de bienes y servicios no turísticos.
Una parte de ese deterioro se corresponde al encarecimiento del precio del petróleo. Pero otra parte sustancial se debe al peor comportamiento de la cuenta de bienes y servicios no energéticos y no turísticos. Según se desprende de datos de aduanas, las exportaciones solo de bienes crecían un 2,9%. En cambio, las importaciones avanzaban mucho más: un 5,6%. De ahí que el saldo comercial se deteriore.
El déficit comercial en mercancías no energéticas se duplicó desde los 4.000 a los 8.700 millones. Y el energético empeoró en cerca de 4.000 para situarse cerca de los 25.000 millones. La ralentización de los principales socios comerciales de España está pesando bastante. Por países, están lastrando mucho las ventas a Alemania, Reino Unido, Italia o Turquía. 
Por otro lado, según datos del Banco de España, la inversión extranjera directa en España aumentó desde los 6.700 millones registrados en 2017 hasta los 38.200 millones de 2018. Se trata del mejor dato desde 2008, cuando justo antes del estallido de la burbuja entraron en España unos 52.000 millones. La buena noticia puede explicarse por el mayor crecimiento de la economía española respecto a la media de la zona euro. También se han elevado las inversiones de España fuera: desde los 23.600 millones de 2017 hasta los 29.100 millones de 2018. 
Por el contrario, la inversión extranjera de cartera, aquella que es puramente financiera y más volátil, ha caído desde los 60.400 millones hasta los 36.800 millones. De hecho, el Ibex 35 arrojó una caída superior al 10% en 2018. Y la de los españoles fuera, retrocedió desde los 78.600 millones hasta los 42.100 millones.
En total, la balanza cuenta financiera obtuvo en 2018 un saldo favorable de 38.427 millones de euros. "Lo que significa que las inversiones españolas en el exterior superaron a las de los extranjeros en España. Es decir, hubo una salida neta de fondos, aunque inferior a la de un año antes (53.601 millones de euros).  
Con respecto al turismo, en el pasado año 2018 terminó con un nuevo récord de llegada de turistas (82,7 millones) y de gasto desembolsado (89.856,4 millones de euros), gracias al tirón del último tramo del año. El comienzo de 2019 sigue la inercia de ese tirón y en el mes de enero se batieron los récords históricos de llegadas y de gasto turístico para un primer mes del año. En total, visitaron España casi 4,2 millones de turistas, un 2,2% más que en el mismo mes de 2018, y gastaron un total de 4.689,3 millones de euros, un 3,6% más.
Según los datos publicados por el INE, visitaron España 4.196.939 turistas extranjeros, 90.000 más que en enero de 2018, anterior récord histórico. De hecho, el de este año es el sexto año consecutivo en que se supera el máximo de la serie histórica. Reino Unido ha sido el país que más visitantes ha enviado, 807.347, apenas un 1% más que el año pasado. El colectivo, además, que más ha aumentado su nivel de gasto, un 7,88% más que un año antes, hasta 811,6 millones de euros.
También ha crecido ligeramente el número de alemanes, el siguiente mayor mercado español, con más de medio millón, aunque aumentaron el gasto más levemente (1,24%). Mientras, cae con fuerza el número de turistas franceses, el tercer mercado, un 8,7%, hasta 446.307, con una caída del gassto del 8,2%. Pero el mayor impulso es el de los turistas estadounidenses, un mercado en fuerte alza para los destinos españoles. En enero llegaron 149.000, un 25,5% más que un año antes. También creció mucho el mercado portugués, un 21%, hasta 141.000.
Como suele ser en esta época invernal, el destino preferido de los turistas ha sido Canarias, que recibió a 1,16 millones de extranjeros, un 27,6% del total. No obstante, fueron un 2,1% menos que los llegados en enero de 2018. Cataluña fue el siguiente destino preferido, con 910.000 visitantes, un 5% más. Madrid y Andalucía superaron el medio millón de visitantes, con crecimientos robustos del 9 y el 6,6%, respectivamente.
La mayor parte de los turistas, tres millones, se alojaron en establecimientos de mercado (en los que hay transacción monetaria), mayoritariamente en hoteles (2,4 millones), cuya demanda crece más (4,9%) que la de las viviendas de alquiler de mercado (2,4%, hasta 378.467 turistas). Por el contrario, cae un 3,2% la demanda de alojamiento de no mercado (vivienda en propiedad, vivienda de familiares o amigos y otro alojamiento de no mercado). Los hoteles, además de alojar a la mayor parte de los turistas, también atrajeron la mayor parte del gasto, con 2.668 millones de euros, un 4,8% más. El gasto en establecimientos de no mercado ascendió a 1.228,1 millones, un 4,4% más.
El gasto que realizaron los turistas para visitar España también marcó un nuevo máximo histórico, con 4.689 millones de euros, un 3,6% más que en el mismo mes del año anterior. Aunque esta cifra no supone exactamente lo que los turistas dejan en España, puesto que incluye gastos como el billete de avión, que pagan en origen, la ecuación de mayor crecimiento del gasto que del número de visitantes es la que busca el sector para rentabilizar más cada visita sin que los destinos se vean saturados.
El gasto diario por turista, que sí refleja algo mejor el desembolso en destino, crece un 5%, hasta los 138 euros al día. Sin embargo, la estancia media volvió a descender hasta situarse en una media de 8,1 días, 0,3 días menos que en enero de 2018. Solo en cuatro de los últimos 40 meses se han registrado tasas positivas de crecimiento de la estancia media.

MERCADOS:

En la Bolsa, un total de 86 compañías, cierran el pasado febrero con ganancias, y más del 50% de ellas, con incrementos de dos dígitos.
Los resultados empresariales correspondientes al cierre del ejercicio 2018 han sido buenos y los síntomas de desaceleración de la economía europea no se trasladaron a la economía real de un día para otro.
Según analistas destacados, “las Bolsas son en cada momento lo que son quienes invierten en ellas”. Y el sentimiento optimista o pesimista de los gestores de fondos y grandes carteras da lugar a mercados alcistas o bajistas.
Para marzo el entorno, salvo imprevistos, es propicio: la guerra comercial entre EEUU y China ha entrado en un periodo de calma. Los tipos no van a subir, Los bancos centrales echarán, si hace falta, dinero a paladas y hay predisposición a ver la situación con optimismo.
Respecto al Euribor, ha cerrado el mes de febrero con cifras récord:  el indicador, referencia para el cálculo de los préstamos variables, ha cumplido tres años en tasas negativas. En concreto, ha cerrado en el -0,108%, un 0,008% más que en enero de 2019, cuando se situó en el -0,116%.
Hace un año, el euríbor tocaba fondo con el -0,191% por lo que la tasa interanual ha aumentado 0,083 puntos en estos doce meses, el crecimiento más alto registrado desde 2014. En este caso, los ciudadanos que tengan que revisar su hipoteca este mes pagarán más cuota que hace un año.
Aunque se va acercando a cero, el euríbor seguirá en negativo los próximos meses y es muy difícil que a corto plazo veamos un cambio drástico. La tendencia seguirá siendo creciente, pero no será hasta finales de 2019 cuando se llegue a esa cifra de cero.
En el caso de un ciudadano con una hipoteca de 130.000 euros a 20 años con un diferencial de euríbor +0,99% ahora pagará 591,04 euros cada mes, 4,53 euros más que hace un año. Por lo que, en el total de 2019 pagará 54,30 euros más por su hipoteca. Si el importe de la hipoteca fuera de 300.000 en lugar de 130.000, el hipotecado pagará gasta 125,64 euros más en este año, según indica el comunicado remitido a los medios de comunicación por iAhorro.
Para una hipoteca de 130.000 euros a un plazo de 30 años y con un diferencial de 0,99%, el cliente pagará 411,12 euros al mes, 56,76 euros más al año comparado con lo que ha pagado durante el 2018. Si la hipoteca fuera de 300.000, el nuevo importe a pagar se dispararía a 130,92 euros más al año.
La diferencia a la hora de pagar la hipoteca ahora o hace un año comienza a crecer poco a poco.

EMPRESAS:

Según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Iberdrola obtuvo un beneficio neto récord de 3.014,1 millones de euros en 2018, con un incremento del 7,5 % con respecto al ejercicio anterior.
El resultado bruto de explotación (EBITDA) de la energética se situó al cierre de 2018 en los 9.349 millones de euros, con un crecimiento del 27,7 % frente al año anterior, gracias al buen comportamiento de todos los negocios.  El 78 % de este importe procedió de áreas reguladas o con contratos a largo plazo, de acuerdo con el enfoque estratégico del grupo.
El grupo señaló que este resultado se vio impulsado por las inversiones de cerca de 200.000 millones de euros realizadas en los últimos cuatro años, de las cuales 5.320 millones de euros correspondieron al ejercicio pasado, la expansión internacional, la normalización de las condiciones operativas en España y la buena marcha de todos los negocios.
Por su parte, la energética aumentó su flujo de caja un 13,1 % hasta los 7.328 millones de euros, mejorando la ratio entre caja operativa y deuda neta hasta el 21,5 %.
Mientras, las compras del grupo, excluyendo los aprovisionamientos energéticos, alcanzaron los 8.000 millones de euros a miles de suministradores en 2018, siendo un 85 % empresas locales.
En lo que respecta a la plantilla, tras incorporar a más de 1.600 profesionales en el ejercicio, supera los 34.000 trabajadores -el 99 % con contratos indefinidos- y genera un total de 425.000 puestos de trabajo.