martes, 30 de marzo de 2010

¿Cuántas cosas hay que cambiar?

¿Cuál es el significado de la palabra crisis? “Crisis” es…pues, eso, “crisis”. Para empezar, vamos a acudir a donde se debe, es decir, a su etimología: la palabra “crisis” procede del griego “Krisis” y ésta a su vez del verbo “Krinein”, que significa “separar” o “decidir”. Así, “crisis” es algo que se rompe y que requiere un análisis. De la misma palabra proceden términos como “crítica” (estudio o análisis de algo para emitir un juicio) y “criterio” (razonamiento adecuado).
El diccionario de la Real Academia Española liga su definición a términos como: “cambio brusco”, “mutación importante”, “situación en duda”, “momento decisivo”, “juicio”, “escasez” y “dificultad”. Todos ellos son fundamentales a la hora de comprender en qué estriba una situación de crisis y sus consecuencias.
Quiero centrarme en la acepción de “mutación importante”. En el convulsivo panorama social que nos envuelve, me dirige la idea de que aquellos que lean este post, puedan expresar libremente su opinión sobre las cosas, que a su juicio, deben cambiar.
Creo que más que mutación, precisamos de una regeneración profunda en demasiados aspectos.
Por citar algunos:
La clase política, más preocupada por el marketing electoral y en mantenerse o llegar al poder, que en los verdaderos problemas que sufrimos los ciudadanos. Y por si fuera poco salpicada de corrupción y de tramas de financiación ilegal mediante vericuetos poco o demasiado conocidos. Y aún mucho peor, su falta de ejemplaridad hacia la ciudadanía, y su absoluta pérdida de sentido público.
Determinados empresarios que sólo buscan el enriquecimiento y ganar dinero de cualquier forma, sin ser conscientes de su importantísimo papel social, como creadores de empleo y prosperidad del país. La sociedad pone en sus manos los recursos que disponemos para que se encarguen de dirigir el proceso productivo, no para que especulen o comentan abusos y desmanes inmunes.
El sistema financiero y bancario, que nos ha metido en un “callejón sin salida” por su avaricia, falta de profesionalidad, ausencia de rigor, etc. Conduciéndonos a una economía donde prima lo financiero, y olvidando que lo verdaderamente importante es la economía real. Esa de la que cada día comemos todos.
El fraude fiscal, en un país donde “defraudar a hacienda no está mal visto” y, sin embargo, se reclaman del Estado, cada vez más y más servicios públicos. Defraudar a Hacienda es un robo a los demás ciudadanos que puntualmente cumplen con sus obligaciones fiscales. Se precisa una profunda reforma fiscal que, no sólo persiga el fraude decididamente, sino que elimine determinadas figuras seudo-legales que permiten que la carga fiscal caiga, fundamentalmente, en los que tienen una nómina como trabajadores dependientes.
La falta de ética de los líderes, que hago extensiva no sólo a los políticos, sino en general al mundo interior de las empresas. No todo vale para llegar a cualquier puesto. La traición, la adulación, el “trepeo” han campado a sus anchas,… desapareciendo en muchos casos los valores de mérito y trabajo,… con la consiguiente pérdida de motivación que ello supone.
La inadecuada respuesta a la crisis que están teniendo muchas empresas, más volcadas en despedir personal que en buscar soluciones innovadoras y de aliento del necesario espíritu empresarial de sus trabajadores.
La hipocresía y desvergüenza en demandar pérdidas de derechos sociales, por aquellos que con toda seguridad no tienen, ni van a tener ningún problema económico. Aquellos que disfrutan de pensiones y puestos de privilegio casi garantizados de por vida. Por si fuera poco, su soberbia personal les lleva a hablar como “oráculos” o semidioses en posesión absoluta de la verdad.
Algunos medios de comunicación que, faltos de objetividad, sólo buscan el titular para la “parroquia” como medio de mantener sus ventas. No les importa mentir, inventar o manipular. No cabe mayor irresponsabilidad: olvidan que son generadores de opinión, y que deberían ser muy celosos con la veracidad de las noticias que lanzan. Sus soflamas sólo amplían la división y el odio en la sociedad.
En general, todas aquellas personas que con independencia de su condición, han olvidado que cada uno de nosotros debemos contribuir con nuestro esfuerzo diario, en la búsqueda de la mejora social y personal.
Podría continuar, pero como decía me gustaría que expusiérais vuestros comentarios. Quizá este modesto artículo sólo haya servido para dar un poco de salida al malestar que me genera tal cúmulo de cosas que deberían cambiar.

5 comentarios:

  1. Felicidades por este artículo. Es una exposición de verdades, que tristemente muchas personas no las ven, no las quieren ver, o las observan con una indiferencia alarmante.

    Hay muchas cosas que cambiar y desgraciadamente mi lista objetiva es también muy larga.

    Ánimo a todos aquellos que honradamente y de una manera profesional, intentamos hacer aquello que esta en nuestra mano, dando lo mejor de nosotros, porque somos los que sujetamos a nuestro país.

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  2. Gracias ánonimo por tu comentario.
    Lo importante, es que seamos conscientes y obremos en consecuencia.
    Saludos.

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  3. Apreciado Juan José, estoy plenamente de acuerdo con tu post y el comentario anónimo.

    Lamentablemente, la sociedad está plagada de enfermedades morales, siendo estas el resultado aproximado de un acuerdo social. Así, mientras no se actúe en la esencia de cada uno de los problemas existentes no hay solución al caos actual y a todos y cada uno de los problemas en el orden y prioridad que se quiera y mejor proceda. La mayoría de los debates que se crean son artificiosos y secundarios en relación a lo esencial que es lo primero que hay que solucionar en cualquier asunto que queramos.

    A lo largo de la historia muros y murallas de piedra y barro se han derribado a costa de ir construyendo un muro invisible intangible del pensamiento domesticado enjaulando en su entorno en celdas individuales al ser humano.

    Dónde están el camino de la democracia y libre elección de los seres humanos sometidos a la tiranía y dictadura del poder y el dinero. Dónde se ha quedado el ampliar el progreso sin división o causa alguna en donde todo cuanto ha creado el hombre estaría a disposición de la humanidad, sin más restricción que la libre disponibilidad de los recursos, aunando el conocimiento en bien del progreso para todos, en libertad de elección, preferencia y disponibilidad de cada cual.

    Mientras despertamos y salimos de la jaula, solo cabe seguir tirando los dados del azar y esperar que sobrevenga algún hecho imprevisto para los que aquí estamos, podamos alcanzar y disfrutar el buen deseo del progreso para todos sin tiranías, dictaduras y sometimientos, salvo los propios por las diferencias naturales del intelecto y fisiológico de cada cual, que no son pocas, aunque queden muchas otras cuestiones por resolverse de la conducta y actuación de las personas.

    A menudo me pregunto qué, cómo y cuándo podemos hacer? para cambiar el curso de los acontecimientos, siendo que hay tanta empatía y coincidencia entre las personas en el fondo de las cuestiones esenciales. Qué es lo que se necesita para que esta latente sinérgia se ponga en marcha y se reanude el progreso del ser humano libre de condicionantes.

    En ocasiones me asalta la duda y la tristeza llegando al pensamiento de que no tenemos solución como seres humanos racionales.

    Quizás se deba esta tristeza al hecho de haber perdido el sentido de los valores refugio ancestrales y los condicionantes de la fe.

    Abrazos,
    Juan Bernardo

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  4. Hola Juan Bernardo, comparto lo que dices y la reflexión final que haces, pero no debemos desistir y hay que procurar ser positivos.
    De esta saldremos, y debemos procurar que sea a mejor.
    Un fuerte abrazo.

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  5. Cuanto es lo que tenemos que cambiar? Va mas allá de nuestra propia convicción... lo tenemos que traer encrustado en los huesos.

    El Cambio nos permite crecer. Duele? Si. Duele el esfuerzo y el coraje de querer hacer las cosas bien... mirar al rededor y darse cuenta que la inercia de la sociedad va en sentido contrario. No es divertido, por el contrario es angustia y ansiedad. Cuando vamos a despertar!! Si las cosas no funcionan, tomemos una decisión. Y nadar en contra la corriente es mas duro de lo que pensamos.

    Soy mujer, madre, esposa, empleada, emprendedora y creeme que hacer cada una de estas actividades y responsabilidades es agotador. Pero aqui estoy... nadando contra la corriente.

    Gracias por el articulo.

    Un fuerte abrazo, Adriana

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