En las economías de Estados Unidos y de la zona euro se han agudizado, aún más si cabe, la incertidumbre y los riesgos sobre el crecimiento económico a corto y a medio plazo. Es apreciable el estancamiento que podría costar la pérdida de más millones de puestos de trabajo, proyectando un modelo de crisis similar al de la Gran Depresión.
GLOBAL:
Nadie tira del carro. Japón lleva dos décadas pérdidas y ha tenido que intervenir en el mercado de divisas para depreciar el Yen tratando de favorecer a sus exportaciones. Incluso China e India, que han permanecido hasta ahora inmunes, han comenzado a notar el impacto de la crisis de la deuda de los países desarrollados, que han disminuido el consumo de productos importados.
Existe una enorme debilidad del consumo en Europa y en Estados Unidos, y son pésimas las noticias para las empresas, ya que el sector privado está prácticamente estancado debido a la ralentización industrial en Alemania y Francia (el índice Ifo de confianza empresarial en Alemania ha caído bruscamente).
Otros inequívocos síntomas de recaída en la crisis, son la bajada del precio del petróleo motivada por la menor demanda, y las fuertes caídas en los mercados de valores.
La locomotora alemana muestra síntomas de flaqueza, ya que en el segundo trimestre registró un débil crecimiento en su PIB del 0,1%. En la misma línea, la producción manufacturera cayó en agosto en todos los países de la eurozona por primera vez en dos años, y los nuevos pedidos para exportaciones registraron un retroceso por segundo mes consecutivo.
Las turbulencias financieras sufridas este verano y la extrema volatilidad de los mercados bursátiles se mantendrán, y las expectativas para los meses próximos no son nada halagüeñas.
Lo peor es que no hay, como en el año 2008, posibilidad de estímulos fiscales para fomentar la actividad. Es más, la eurozona está embarcada en una carrera de recortes en el gasto público para tratar de solventar la crisis de la deuda soberana.
Hace ya tiempo que la política monetaria se ha quedado sin munición, en un contexto de falta de liquidez y de tensión interbancaria similares a los del comienzo de la crisis.
Si añadimos el grave problema del desempleo, está claro que la prioridad de los dirigentes debería ser el crecimiento económico. En contraste, parecen más ocupados en responder, de forma titubeante y con poco éxito a la vista de los resultados, a los dictados de los mercados.
En el foro de los grandes actores de las finanzas, reunidos en Jackson Hole, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, señalo que los bancos europeos necesitan de una " urgente recapitalización sustancial obligatoria a través de los canales privados, si es posible”. Añadiendo, respecto a Europa, que “si bien la consolidación fiscal sigue siendo imprescindible, las políticas económicas deben apoyar el crecimiento”.
Respecto a Estados Unidos, Lagarde señalo que “el equilibrio debe ser justo entre reducir la deuda pública y respaldar la recuperación, sobre todo confrontando seriamente el desempleo a largo plazo”.
ESTADOS UNIDOS:
La economía de Estados Unidos se encuentra en una fase de crecimiento anémico. Se ha “parado en seco”: en el primer trimestre, en tasa anualizada, creció tan sólo un 0,4%, y en el segundo, según lo adelantado, creció un exiguo 1,3%, cuando en realidad se necesita un crecimiento en su producto del 5%, para que mejoren el empleo y su déficit público.
Existen, nada menos, que 25,1 millones de parados, que originan un importante recorte del consumo privado contrayendo a la demanda interna del país. Los precios de la vivienda, situados en niveles del año 2002, no cesan de caer tras cuatro años de desplomes. Según la Reserva Federal, el valor de las propiedades inmobiliarias de las familias ha caído desde 13,5 billones de dólares en 2006, a 5,3 billones en 2009.
Superado el espectáculo político entre republicanos y demócratas, se consiguió elevar el techo de endeudamiento, pero por primera vez en la historia, Estados Unidos vio rebajada la calificación de su deuda por la Agencia Standard & Poor's, lo que provocó una tremenda sacudida en la economía mundial.
Por su parte, el principal prestamista, China, respondió calificando a Estados Unidos de “país adicto a la deuda”, pidiendo al Gobierno de Washington determinadas garantías que difícilmente puede darle, por lo que ha surgido un nuevo riesgo: que el fondo soberano chino reduzca sus adquisiciones de deuda en dólares, agravando los problemas de financiación que padece la economía mundial y repercutiendo en el crecimiento y la creación de empleo.
Por otro lado, se ha sabido que la Reserva Federal norteamericana está controlando de cerca a las filiales en Estados Unidos de los grandes bancos europeos, por temor a que la crisis de la deuda llegue a afectar a Norteamérica.
La preocupación principal de la Reserva Federal es que la crisis de la deuda en la zona euro imponga una carga sobre esos bancos, algo que podría provocar futuras dificultades para financiar préstamos. Y es que la Reserva Federal ha detectado diversos síntomas de debilidad en los bancos, sobre todo en la parte europea, aunque "esos problemas aun no se acercan a la severidad de crisis pasadas", según han señalado diversos analistas.
La desaceleración económica ha obligado a la Casa Blanca a rebajar de manera notable sus previsiones de crecimiento para este año y el siguiente, ya que la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, prevé que la economía estadounidense crezca a un ritmo del 1,7% en 2011 y del 2,6% en 2012. Se trata de un notable recorte en sus previsiones, ya que en febrero estimaba que el crecimiento de su PIB fuese del 2,7% y 3,5% respectivamente.
En relación al déficit público federal hay que señalar que se ha reducido en este año a 1,3 billones de dólares (8,8% del PIB), frente a los 1,65 billones estimados previamente. Para el año 2012 se espera que se aproxime a una cifra equivalente al 6,1% del Producto Interior Bruto estadounidense.
Por otro lado, la Agencia Federal de la Vivienda ha presentado una demanda multimillonaria masiva contra la banca por negligencia. En total, son 17 entidades las demandadas.
Se trata de una acción legal por la vía civil muy similar a la que en julio lanzó contra el grupo suizo UBS, en la que le reclama 900 millones de dólares (633 millones de euros). Ya avisó en aquel momento el regulador que seguirían demandas contra otros bancos.
Se considera que los bancos faltaron a su obligación de comprobar la calidad de los activos que colocaban en el mercado y fallaron al ver que los hipotecados estaban aportando pruebas falsas o exagerando sus ingresos para hacerse con los préstamos.
Quizás sea la única vía por la que el regulador trata de exigir responsabilidades a Wall Street por los excesos durante los años del boom inmobiliario, buscando un cierto reembolso al contribuyente para limitar las pérdidas con la depreciación de esos activos.
CHINA:
El primer ministro chino, Wen Jiabao, hizo un llamamiento a los países afectados por la crisis de la deuda para que adopten "políticas fiscales y monetarias concretas y responsables".
La economía china creció un 9,5% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año pasado, lo que supone tan solo una ligera desaceleración frente al 9,7% del primer trimestre. En 2010 subió un 10,3%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo en junio que China crecerá un 9,6% este año.
La producción industrial ralentizó ligeramente su crecimiento al 14%, frente al 15,1% en junio, y la inflación alcanzó el 6,5% en julio (el valor más alto desde junio de 2008). Según Wen Jiabao, por ahora, la economía de China mantiene un buen ritmo de crecimiento, advirtiendo la necesidad de mantener alta la guardia ante los riesgos en alza de unos mercados tensos y las oscuras perspectivas económicas mundiales.
La balanza comercial china registró un superávit de 31.480 millones de dólares en julio, gracias a un aumento del 20,4% de las exportaciones, que llegaron a 175.130 millones de dólares, mientras las importaciones subieron un 22,9%.
Ahora bien, muchos analistas opinan que la falta de confianza de los consumidores en Estados Unidos y Europa disminuyendo sus importaciones, acabará afectando a China en los próximos meses.
EUROPA:
Si bien los casos no son parecidos, Francia e Italia, han entrado en la batalla de los ajustes presupuestarios tratando de conseguir estabilizar a sus déficits y, además en el caso de Italia además, como respuesta al fuerte aumento de su prima de riesgo.
Francia, con nada menos que una tasa de endeudamiento equivalente al 84% del PIB, y a pesar de que su economía ha sufrido una importante desaceleración en el segundo trimestre, ha adoptado un conjunto de medidas para cumplir el objetivo de déficit,
Italia, cuya economía no ha crecido prácticamente durante los últimos 10 años y una deuda que supera el 120% del PIB, ha aprobado un ajuste presupuestario adicional al de julio de este año de más de 45.000 millones de euros, incluyendo una subida fiscal para las rentas más altas, la supresión de Ayuntamientos y provincias, junto a recortes adicionales del gasto ministerial.
El programa de ajuste anunciado por Portugal (espectacular subida del IVA, que supone una retirada importante de rentas privadas), el adicional de España, y los que sufren Irlanda y Grecia, dibujan un escenario casi común, en el que aproximadamente el 50% del presupuesto europeo está sometido a importantes restricciones de gasto.
La causa inmediata es que no es posible aplicar políticas fiscales de estimulo a la demanda –ni disminución de impuestos, ni aumento de los gastos públicos- lo que hace aún más difícil la necesaria recuperación del consumo.
Los ajustes presupuestarios y de rentas precisos para mantener la estabilidad monetaria en la región del euro, pueden originar una recaída de Europa en un nuevo ciclo contractivo. Y es que pese al sufrimiento de los recortes, las deudas soberanas no descienden a corto plazo y la tasa de ahorro no aumenta al ritmo suficiente para financiar los gastos nacionales.
Surge, por tanto, una fuerte contradicción en las políticas aplicadas: una política fiscal contractiva fortísima con muy bajos tipos de interés, unida a la incapacidad de conseguir que los créditos bancarios fluyan normalmente como es indispensable en el grave contexto actual.
Son necesarias respuestas urgentes: quizá la reforma de los mercados y más unidad fiscal. A la vista de los resultados, en prácticamente todo el territorio europeo, las medidas adoptadas hasta ahora no parecen rendir los esperados efectos.
Los ataques de los mercados durante el pasado mes de agosto a España e Italia llevaron al euro a una auténtica situación límite, por lo que Francia y Alemania trataron de construir barreras de contención, reforzando las bases de la eurozona por los flancos más débiles, la gobernanza económica y la austeridad fiscal.
Nicolas Sarkozy y Angela Merkel declararon su intención de crear "un verdadero Gobierno económico europeo" que "devuelva la confianza a los mercados" y que suponga "una nueva fase de colaboración en la eurozona". "El euro sigue siendo nuestro futuro, es el fundamento de nuestra prosperidad", señaló el mandatario francés.
Acordaron crear un Consejo Europeo integrado por los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 países miembros de la eurozona, que se reunirá al menos dos veces por año y más si necesario.
Especial mención merece el acuerdo de establecer la denominada, en la teoría económica clásica, "regla de oro" del equilibrio presupuestario. Conlleva que las Constituciones de cada país incluyan un compromiso de disciplina fiscal, al estilo del que figura en la norma alemana. Merkel remachó que se trata de poner "un freno a la deuda". A juicio de los dirigentes, la iniciativa lanzaría un mensaje fuerte a los mercados de la voluntad de las economías de sanear el estado de sus finanzas. Para esto también los líderes europeos proponen un calendario claro, dado que esperan que los 17 países de la zona lo adopten antes del verano del año que viene.
La ley fundamental germana limita al 0,35% del PIB el déficit del Gobierno federal en 2015 y lo prohíbe para los Gobiernos regionales (länder) a partir de 2019. En Francia, Sarkozy quiere presentar la medida para su votación en otoño en su propio Parlamento, en el que la oposición socialista ya ha avisado de sus reticencias.
Además, Alemania y Francia van a trabajar juntos para establecer un impuesto sobre las transacciones financieras que será presentado al resto de los socios europeos durante el mes de septiembre. Se trata para Merkel de "una necesidad evidente", pero a la que algunos países, como el Reino Unido, son reticentes. Aunque no dieron más detalles, el impuesto emularía a la denominada tasa Tobin. La idea ha rondado en todas las cumbres europeas sin que hasta la fecha nadie haya sido capaz de concretarla. La suma conseguida podría ser destinada a algún tipo de fondo europeo de ayuda.
Además, Francia y Alemania pactaron reforzar su propio gobierno económico con dos medidas. La primera consistirá en una armonización del impuesto de sociedades de los dos países (el 33,3% en el caso de Francia y el 29,41% en el de Alemania), decisión que se tomará en un consejo conjunto a principios de 2012. La segunda es el compromiso a coordinar y establecer políticas presupuestarias comunes previas a la aprobación de sus cuentas en los respectivos Parlamentos.
Pese a las reticencias de algunos políticos alemanes, no queda totalmente descartada la emisión de eurobonos para financiar los déficits públicos.
Francia no pedirá a los ricos un gran esfuerzo. Se decantará por aplicar un gravamen excepcional del 3% a los ingresos procedentes del trabajo y de las rentas del capital que superen los 500.000 euros anuales, y lo hará por un plazo de tiempo limitado, hasta que el déficit público se limite al 3% del Producto Interior Bruto (previsto para el año 2013). Esta contribución supondrá un importe estimado de 200 millones de euros en el año 2012.
Igualmente, se eleva el impuesto sobre las ganancias del capital desde el 12,3% al 13,5% y se sube el precio del tabaco en un 6%, entre otras actuaciones de emergencia.
Ahora bien, existe un problema de solvencia de varios de los mayores bancos de la eurozona, en los que el “agujero” de la banca gala está poniendo en peligro al fondo de rescate europeo, como consecuencia de que los bancos franceses tienen comprometidos 37.000 millones en Deuda griega. Con los títulos bancarios “cayendo a plomo”, marcada por el pánico y la inefectividad de los gobiernos y reguladores para frenar la espiral bajista en las Bolsas.
Si bien las tres grandes agencias de calificación de riesgos, por ahora, no se plantean bajar la calificación de la deuda francesa, también se ha visto sometida al castigo de los mercados. La razón, para muchos analistas, es que se trata del país de la eurozona con mayor volumen de deuda pública con respecto al PIB, aunque tiene todavía la máxima calificación de las agencias (triple AAA). Francia es un país vulnerable, sobre todo si empeora aún más la economía griega.
Realmente, la situación se plantea en forma extremadamente delicada en los próximos meses: la crisis de la deuda soberana puede estar provocando otra crisis financiera que provocará a su vez otra gran recesión, dando lugar a más crisis de deuda soberana, lo que supondría el fin del área euro.
Hemos asistido durante el pasado mes de agosto a un episodio más en la crisis de la deuda europea (no será el último), agravado por la falta de reflejos y decisión del BCE a la hora de intervenir en los mercados, ahuyentar a los especuladores y calmar a los asustados inversores.
El ataque fue muy grave, ya que afectó a dos grandes economías de la región del euro (Italia y España), cuya deuda a 10 años llegó a pagar diferenciales respecto a la alemana de más de cuatrocientos puntos básicos. La tormenta amainó relativamente, tras la intervención comprando títulos el Banco Central Europeo, y aún en estos momentos dichos diferenciales se sitúan muy por encima de los 300 puntos (un nivel insoportable para estas economías a medio plazo).
ESPAÑA:
La situación de la economía de nuestro país es muy compleja, y puede agravarse durante los próximos meses. Según algunos cálculos, las facturas impagadas de las Administraciones se han multiplicado por cuatro desde el estallido de la crisis, hasta superar los 50.000 millones. La cifra supone alrededor del 5% del PIB y, unida al desplome de los ingresos y la sequía del crédito, se ha convertido en la pesadilla más cruel para los 3,2 millones de empresas españolas, de las que un 99% son pymes. En marzo de 2009 los impagos a proveedores sumaban 12.300 millones, según el sindicato de inspectores de Hacienda Gestha.
El retraso en los pagos afecta con contundencia a los empresarios de obra civil (15.050 millones de euros de deuda) y a los trabajadores autónomos (14.983 millones de euros). La industria del medicamento (5.450 millones de euros), las empresas de recogida de basura (4.000 millones) y las de limpieza (1.000 millones) están acusando a los Gobiernos de las distintas Administraciones de financiarse a su costa.
Al record de la prima de riesgo española superior a los 400 puntos, alcanzado durante el mes de agosto, hay que unir que el Gobierno ya ha admitido que el crecimiento durante este año será menor. El Ejecutivo reconoce que no será posible el crecimiento de nuestra economía del 1,3% que se había marcado como objetivo este año.
Los datos del segundo trimestre, con el desplome de la inversión y la contención del gasto doméstico, no le han dejado otra opción. El Banco de España ya pronosticó hace meses que el crecimiento del PIB como mucho será del 0,8%.
Los datos publicados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) también han arrojado un jarro de agua fría sobre las expectativas. El PIB aumentó un exiguo 0,2% en el segundo trimestre respecto al primero, dos décimas menos que en el periodo de enero a marzo. El avance respecto al año anterior es del 0,7%, lo que también supone una desaceleración de dos décimas.
El frenazo ha sido aún mayor de lo esperado. Las administraciones públicas siguen con el cinturón apretado, y al retroceso de la construcción y de la inversión en bienes de equipo se sumó la marcha atrás en el consumo de los hogares. El gasto doméstico, aunque creció el 0,6% en el segundo trimestre con relación a los primeros meses del año, se redujo de abril a junio un 0,2% respecto al mismo periodo de 2010, algo que no sucedía desde hace año y medio, en plena recesión.
A principios de septiembre, el Congreso de los diputados con el exclusivo apoyo de los dos grandes partidos (PSOE y PP), decidió de forma apresurada la reforma de la Constitución española para introducir la prohibición de los déficits públicos.
El Gobierno y el Partido Popular trataron de justificar la reforma por la necesidad de incrementar la confianza en la economía española. Existe unanimidad en que se trata de una justificación para “salir del paso”, ya que se trata de una medida que no entrará en vigor hasta el año 2020, y que además depende para su concreción de lo que establezca una ley orgánica.
Claramente, la reforma no es una respuesta a los mercados, sino a los dos miembros de la eurozona que han sido más reticentes a la compra de deuda española e italiana por parte del Banco Central Europeo, y que también se han mostrado más reacios a la imprescindible creación de los eurobonos (Francia y Alemania).
Sin embargo, los mercados no se dieron por enterados: la Bolsa española lideró las pérdidas en Europa, con una caída del 1,4%, y la prima de riesgo de los bonos españoles aumentó. La desconfianza se mantiene pese a la reforma.
Por otro lado, Agosto fue otro mal mes para el mercado laboral. Según el registro de los Servicios Públicos de Empleo, el paro aumentó en 51.185 personas respecto al mes anterior (un 1,25% más). Se quiebra así una racha de cuatro meses consecutivos con recortes en el número de parados, una tendencia que ya había perdido fuelle en julio.
El incremento del paro registrado, como viene ocurriendo desde mediados de 2009, es menor que el del año pasado (algo más de 61.000 parados en agosto), pero la diferencia es ya muy escasa. El Ministerio de Trabajo destacó que es el mejor dato en este mes desde 2006, pero hasta entonces lo habitual era que el desempleo aumentara, por el final anticipado de contratos relacionados con la temporada turística, entre 20.000 y 30.000 personas respecto a julio.
En agosto, el paro creció sobre todo en el sector servicios, en 37.707 personas (1,59%), seguido de la construcción, en 10.392 (1,44%), y la industria, con 9.421 (2 %), aunque bajó entre el colectivo sin empleo anterior en 3.868 (-1,06%) y en la agricultura, en 2.467 (-1,75%). Solo Navarra, La Rioja y Canarias esquivaron el aumento del paro registrado, mientras que Cataluña, Murcia y Extremadura encabezaron las subidas, con incrementos superiores al 2% respecto a julio.
Tras el alza del mes pasado, el número de parados registrados se eleva a 4.130927 personas. Como se sabe, este registro, basado en el número de personas que dicen buscar trabajo en los registros de los Servicios Públicos de Empleo, es diferente al que realiza el Instituto Nacional de Estadística, que situó el desempleo en 4,8 millones de personas entre abril y junio. El INE hace sus estimaciones a partir de una Encuesta de Población Activa (EPA), que los expertos suelen preferir para tomar el pulso al mercado laboral.
En la comparación interanual, el aumento del paro registrado sigue por encima del 4%, cuando en el primer tercio del año esa tasa había disminuido al 3%.
Lo inesperado fue el hecho de que el número de afiliaciones cayó (136.834 ocupados menos), como también es normal en agosto. Pero lo que ya no es tan corriente durante la crisis económica es que el descenso en las afiliaciones sea mayor que en el mismo mes del año anterior.
MERCADOS:
En el momento de redactar este análisis, los mercados europeos se han desplomado ante el temor a una nueva recesión a ambos lados del Atlántico, dando lugar a un nuevo "lunes negro", donde el Ibex sufrió la tercera mayor caída del año.
Las Bolsas, han sufrido fuertes caídas por el miedo al nuevo escenario que se avecina de Gran Recesión. Los bancos se hundieron en la Bolsa, los bonos italianos recibieron un duro castigo por undécima jornada consecutiva, pero sobre todo la deuda de Grecia señala ya inequívocamente el camino de la suspensión de pagos. El bono griego a dos años ha llegado a pagar en algunos momentos tipos de interés del 50%, señalando que la probabilidad de quiebra es exageradamente elevada: los mercados se cobran en intereses el capital que quizá ya no recuperen.
Existe un doble desafío: la amenaza de recaída en la economía global que va calando, especialmente en Europa y Estados Unidos; y la grave circunstancia de crisis fiscal europea cada vez más patente, con dos boquetes abiertos en Grecia e Italia (y a su rebufo, España) que contrastan con la proverbial inacción de los líderes europeos, incapaces de hacer valer el acuerdo alcanzado en julio para rescatar a Atenas.
Realmente, la incertidumbre es enorme. La Bolsa española ha sufrido importantes caídas, y en todos los parqués europeos ha ocurrido lo mismo, arrastrados por los bancos.
Las primas de riesgo de los periféricos (el sobrecoste que pagan los países que despiertan más dudas) se fueron otra vez por las nubes. La prima de riesgo italiana escaló hasta los 371 puntos, y la española hasta los 341 puntos. El miedo se ha llevado el dinero a otros sitios: los intereses de la deuda a 10 años de Alemania y Estados Unidos (los bonos a los que acuden los inversores en tiempos de desasosiego) cayeron en ambos casos por debajo del 2% por primera vez. Se trata de un listón que para los analistas da muestras de la creciente probabilidad de recaída en la recesión.
El oro, el dólar y el franco suizo (valores refugio por antonomasia) volvieron a subir ante esa búsqueda de seguridad por parte de los inversores.
EMPRESAS:
A consecuencia de la crisis, los beneficios de las empresas han caído, y sin embargo no se han visto afectados los bolsillos de los encargados de dirigirlas.
De enero a junio de este año las empresas del Ibex 35 ganaron 19.970 millones de euros. Esta cantidad supone una caída del 6,13% respecto a los beneficios obtenidos en el mismo periodo del año anterior
En este contexto, los consejeros y miembros de la alta dirección han visto incrementarse de forma notable sus honorarios. En el caso de los componentes de los consejos de administración de los grupos del Ibex la retribución agregada en el primer semestre de 2011 sumó 120,6 millones de euros, cifra que equivale a un incremento del 13,7% sobre 2010. Por lo que se refiere a los directivos, estos se embolsaron 151,5 millones, un 14% más.
Hola Churro, la verdad es que está más complicado de lo que parece.
ResponderEliminarsaludos.
Juan José Pintado
No se, me parece que la incertidumbre crece a ritmos imparables, mientras que millones de desempleados están deseando tener un puesto de trabajo, otros que tienen trabajo fijo, se niegan a hacer un esfuerzo o aporte a la sociedad.
ResponderEliminarMe parece descabellados los sueldos de grandes directivos, banca, funcionarios...
Estimado anónimo:
ResponderEliminarProcuro ser optimista, pero a veces pienso que la situación es peor de lo que parece.
Es más, en Europa se están aplicando políticas contrarias a las precisas.
Un cordial saludo.