Según Christine Lagarde, directora del FMI, la economía mundial "ya
no parece tan peligrosa como hace meses, pero existen nuevos
riesgos que evitan que las mejoras en los mercados se trasladen a la
economía real y a la vida de la gente”.
"La
crisis ha sido larga, amarga y dura. La prioridad es aprovechar cualquier respiro financiero y hacer un buen uso de él…
La diferencia entre regiones es más marcada que nunca… Está
surgiendo una economía global a tres velocidades: los países que lo
están haciendo bien, los que están en vías de recuperación y los
que aún tienen un camino que recorrer”.
Y
es que como resultado de la crisis, la economía mundial se ha dividido en áreas
monetarias que han optado por políticas de relajación monetaria
masiva (dólar, libra y yen), y otra que mantiene una ortodoxa
contención por el temor a la inflación (la del euro). Estados
Unidos ha volcado todos sus esfuerzos para combatir el desempleo, mientras que la eurozona, continúa empeñada en los recortes
presupuestarios para reducir el déficit.
En
una parte del mundo, se dice que hay un “sobreexceso” de ahorro,
Mientras que para Merkel y su ortodoxo ministro de finanzas, la
solución es el ahorro, por lo que el ajuste es la única salida
acertada de la crisis.
Es
clarificador, el hecho de que actualmente, el ahorro fluya
incesantemente desde los países en crisis del Sur hacia Alemania: un
círculo vicioso que impide salir del túnel.
Si las entidades de crédito no recuperan la
actividad que les da nombre: -el crédito- no mejorarán las
expectativas de credibilidad del pago de la deuda externa, por lo que
la crisis financiera puede convertirse en crónica.
Es
preciso el relanzamiento de la economía europea, para que lo haga de
forma decidida la economía global. El foco en
Alemania que tiene la última palabra respecto a si las políticas a
corto plazo de recorte del déficit y de restricción presupuestaria
son las adecuadas para conseguir el despegue económico entre 2013 y
2014 o si, por el contrario, acabarán por deteriorar un poco más la
situación del sistema financiero (en primer lugar el alemán que es
el que se pretende proteger).
Si
el problema es que los votantes alemanes no van a respaldar políticas
expansivas que favorezcan la inflación, se debería escuchar también
a los votantes de Francia, España, Italia, Irlanda, Grecia y
Portugal… En ese caso, quedaría claro que es falso que la salida
de la crisis se conseguirá con austeridad presupuestaria y
monetaria. Su defensa se debe a otros intereses políticos
particulares…
No hay comentarios:
Publicar un comentario