Euforia,
dícese del estado de ánimo propenso al optimismo.
Jaime Caruana, director general del Banco
Internacional de Pagos (la institución que coordina a los bancos centrales) ha
señalado que hay euforia excesiva en los
mercados financieros.
No entiendo por qué no se habla claro… ¿Qué
problema hay en utilizar un lenguaje que entienda todo el mundo? Acaso ha
querido señalar que no debemos ser optimistas, o... ¿a qué se está
refiriendo?...
De entrada, con ese lenguaje críptico que
utilizan estos notables de los bancos centrales, viene a advertir sobre la
necesidad de que suban los tipos de interés.
Vamos,… se ponen “los pelos de punta” al pensar
en los efectos de esa medida, para una economía como la española, con un
elevado endeudamiento hipotecario de muchas jóvenes parejas que han visto
reducidos sus ingresos, bien por bajadas de sus salarios o, lo que es peor,
porque alguno de ellos se ha ido al paro. El efecto de una subida en los tipos
de interés sobre este colectivo sería devastador.
Textualmente se refiere a “los riesgos de
normalizar la política monetaria demasiado tarde”. Desde luego es innegable
que, dada la situación, la política monetaria ha tenido un carácter excepcional
Ahora bien, el término de normalizar, aunque correcto, podría ser interpretado
como si la política monetaria expansiva, no fuese también normal. ¡Claro! en
situaciones de estancamiento económico.
¿O es que acaso, sólo tiene sentido
restrictivamente? Esa idea o ideología económica, inspira a la mayoría de los
responsables económicos que desde hace tiempo nos dirigen.
Más realista parece Caruana, cuando señala que la
situación de máximos en los mercados, es difícil de justificar sólo por la
mejoría económica: “ha habido una agresiva búsqueda de rentabilidad por parte
de los operadores financieros y una cierta complacencia en el análisis de los
riesgos. Los mercados están descontando únicamente escenarios bastante
positivos, y quizá leyendo en las palabras de los bancos centrales más de lo
que estos quieren decir.
Respecto a las dudas sobre el saneamiento de los
balances de los bancos europeos, señala que es necesario que informen al
mercado respecto a sus posibles pérdidas y soluciones adoptadas.
Eso funcionó en su día en el mercado americano y
es la oportunidad que ahora tiene Europa para mejorar su credibilidad.
Habla también de la llamada “banca en la sombra”
–aquellas operaciones que tienen riesgos similares a los bancarios, pero que se
realizan fuera de sus balances- postulando un mayor control de las mismas, e
introduciendo algún tipo de regulación.
La verdad es que son conceptos bastante técnicos
pero que, dada su gran incidencia social, debería de utilizarse un lenguaje más
fácilmente entendible por todos los ciudadanos, que son los que verdaderamente
se verán afectados por las medidas.
Estimado pasisano: ¿por qué los economistas, políticos, banqueros.....no usan un lenguaje que podamos entender todos?...un placer verte por esta nueva andadura. ya ye he añadido para seguirte allá por donde estés. Un besito
ResponderEliminarHola Agueda, muchas gracias paisana por tu amable comentario.
EliminarBesos y un abrazo. Juanjo