miércoles, 13 de abril de 2016

SITUACIÓN ECONÓMICA A ABRIL 2016: fragilidad economía mundial, ralentización, bajan precios materias primas, y turbulencias financieras.

La economía mundial está dando señales de fragilidad: el crecimiento se ralentiza, caen los precios de las materias primas, y los mercados financieros están viviendo fuertes turbulencias.

GLOBAL:

El debilitamiento global ha llevado a los principales bancos centrales a revisar su estrategia contra la crisis: en China, se ha bajado el coeficiente de caja a los bancos para incrementar la liquidez del sistema;  Japón ha situado los tipos de interés en terreno negativo. Muchos bancos centrales en el mundo han mantenido o rebajado las tasas de interés oficiales, a fin de conseguir un mayor crecimiento y luchar contra la deflación.  
El Fondo Monetario Internacional (FMI) disminuyó durante el pasado mes de enero sus previsiones de crecimiento de la economía mundial del 3,6% al 3,4%. Varios son los elementos que explican, las dudas y riesgos que acechan a la economía: el impacto que los bajos precios del petróleo ocasiona en las economías productoras. Todo ello acompañado del miedo a que Estados Unidos retire de golpe todos los estímulos (suba los tipos de interés), e incluso los temores de las poco conocidas consecuencias del “Brexit” inglés, que afectaría, sin duda, al estancamiento económico de la eurozona.  
Por otro lado, en el informe global de estabilidad financiera del FMI, señala la institución que existe un nuevo riesgo sistémico (la inestabilidad del sistema financiero, potencialmente catastrófica, causada por situaciones o condiciones de los intermediarios financieros) en las aseguradoras.
Por esa razón, el FMI solicita a los supervisores mayor atención al comportamiento del sector asegurador, proponiendo un seguimiento igual al que están sometidos los bancos.
Advierte el Fondo que “cuanto más bajos sean los tipos, más vulnerables se vuelven las aseguradoras a los cambios de estos tipos", sobre todo en Europa y Estados Unidos. Propone el FMI que se garantice la solvencia de las compañías aseguradoras ya que están sometidas a los mismos riesgos que el resto de entidades financieras.
Ha apuntado el Fondo que "los shocks de liquidez durante los periodos de tensiones financieras podrían plantear riesgos sistémicos y, cuanto más fragmentada esté la red de seguridad financiera global, más difícil puede hacer el apoyo a países en momentos de crisis".
El FMI señala que “las empresas más débiles, pequeñas, y menos capitalizadas en algunos países, deben acometer más inversiones de riesgo con el fin de recuperar sus beneficios”. El FMI postula algunas medidas "como los colchones de capital, que las aseguradoras pueden construir durante las bonanzas económicas para poder utilizarlos en la crisis".

CHINA:

Se trata, sin duda, de la mayor preocupación respecto a la situación económica global. Pekín ha anunciado reformas para facilitar la transición de un modelo basado en las exportaciones, a otro con más impulso del consumo y la demanda interna. Pero hasta conseguirlo, China registrará un crecimiento de su PIB entre un 6,5 y un 7% este año. Se trata del peor dato de crecimiento desde 1990.
Esa situación, de menor tirón de la segunda potencia económica mundial sobre el resto de mundo, (menores importaciones chinas y menor crecimiento económico) afecta a muchos otros países desde Alemania a Brasil, y en general a los grandes socios comerciales de China.
En el caso de países productores de petróleo como el caso de Brasil, la caída del precio del petróleo afecta muy negativamente a su economía.
Por otro lado, el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, ha lanzado una advertencia sobre el alto nivel de endeudamiento de las empresas de ese país: “el peso de los préstamos sobre el porcentaje del PIB, especialmente en los préstamos corporativos, es demasiado alto”, y es que según los cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la deuda de las empresas en China ha crecido hasta, nada menos, que una cifra equivalente al 160% del PIB de la economía.
Además de estas advertencias, Zhou, señaló que los servicios financieros chinos son insuficientes,  comentando que su país necesita una mayor regulación para protegerse frente al exceso de apalancamiento o endeudamiento en moneda extranjera.
Los líderes chinos están tratando de transmitir el mensaje de que su economía va a continuar con las reformas estructurales necesarias.
Según Christine Lagarde, “esta transición va a ser buena para China, y también lo va a ser buena para el resto del mundo. Al igual que cualquier transición, esta no va a producirse sin algunos altibajos en el camino. China debe encontrar un delicado equilibrio entre conseguir un crecimiento más sostenible y avanzar en las necesarias reformas”. Citó tres políticas “imperativas”: la apertura, la reducción de la brecha entre pobres y ricos, y la inversión en I+D.
Respecto a los precios,  señalar que subieron, en tasa interanual, el 2,3% durante el pasado mes de febrero. Implica un aumento importante de la inflación, ya que durante enero pasado habían crecido un 1,8%. Se trata de la mayor subida de los precios desde julio de 2014.

ESTADOS UNIDOS:

La economía estadounidense está muy próxima al pleno empleo, ya que disfruta de una tasa de paro del 4,7% (se considera que existe pleno empleo, cuando la tasa de paro está por debajo del 5%). Sin embargo, su crecimiento económico es muy lento.
La caída del precio del crudo petrolífero ha retraído a las inversiones en el sector energético, y la subida de tipos ha fortalecido el dólar (lo que debilita o no favorece a las exportaciones norteamericanas al resto de economías).
Estados Unidos creció un 2,4% en 2015 (igual tasa que en 2014). Esta circunstancia está generando dudas respecto a si será posible que avance económicamente al abandonar los enormes estímulos que ha recibido: La Reserva Federal (Fed) ha mantenido los tipos en la banda del 0,25% al 0,5% y, muy posiblemente, va a ralentizar la velocidad de nuevas alzas.
Y es que la inestabilidad del momento, y la debilidad de la economía global obliga a la Fed a ser más prudente. Su intención es que haya solo dos subidas de tipos de interés este año, la mitad de lo anticipado, para acercarlos al 1%.
Lo más probable es que la próxima subida sea durante el mes de junio. El aumento será, por tanto, más gradual de la que se anticipó a finales del año pasado. Se espera que las tasas estadounidenses se sitúen  en el 2% a finales de 2017, y en el 3% en 2018. Está ralentización de las subidas de la tasa de interés oficiales estadounidenses, ha llevado al euro a apreciarse un 0,5%  para volver a cambiarse a 1,11 dólares / euro.
El comportamiento de los precios en Estados Unidos, sigue dando tranquilidad a Janet Yellen, presidenta de la Fed,  para no apresurarse a subir los tipos, aunque no por mucho tiempo. Los precios cayeron dos décimas durante el mes de febrero, situando la previsión para todo el año en el 1%. Pero descontando los elementos más volátiles, es decir, energía y alimentos, la inflación  subyacente se eleva al 2,3%.
La previsión es que el PIB de Estados Unidos crezca a un 2,2% durante este año, dos décimas menos que en 2015, y un 2.1% el próximo.
Los salarios han subido, pero no existen riesgos de que el incremento de costes eleve los precios. La producción industrial, cayó un 0,5% en febrero.
La presidenta Yellen comentó que la actividad económica siguió expandiéndose a un ritmo "moderado" pese a las tensiones globales que introducen a los riesgos. Por ello, el ritmo de aumentos del tipo de interés será más lento.
Por otro lado, dado que el alza de las tasas de interés, podría apreciar aún más al dólar, en un momento en el que los candidatos republicanos y demócratas endurecen su retórica en el ámbito del comercio internacional, es un argumento que también juega a favor de la ralentización de las subidas de las tasas.
En todo caso, Janet Yellen señaló que la situación económica y financiera estadounidense no ha cambiado sustancialmente desde finales del año pasado. Afirmó que se justifica la cautela porque la economía global no está a la altura de lo que se esperaba.

EUROZONA:

La economía de la región del euro no termina de arrancar: durante el pasado año tan sólo creció un 1,5% y ello a pesar de disponer de tipos de interés próximos 0%; los precios no salen del entorno del 0%; y la tasa de paro sigue próxima al 20%.
Se trata de una situación que ha llevado a que el presidente del BCE, Mario Draghi, haya bajado a cero los tipos de interés, anunciando más compras de bonos, y aumentado de nuevo la liquidez para la banca.
Con todas esas medidas, el BCE lanzó un doble mensaje: no va a permitir que otra nueva recesión le pille desprevenido, y ha dejado claro que vamos a vivir nuevas turbulencias.
El programa de compra de bonos “QE” alcanza de esta forma su máxima expresión con 80.000 millones de euros más. Además, instaurando mayores facilidades a los bancos para obtener más liquidez. Se trata de conseguir, de una vez, que el crédito aumente en la región: la nueva "barra libre" de liquidez para los bancos, con cuatro subastas de liquidez a largo plazo a partir de junio, y pagando a las entidades por dejarles ese dinero con el fin de que lo dediquen a financiar a empresas y familias.
En consonancia con las medidas, el BCE ha rebajado las previsiones de crecimiento de la Eurozona: para este 2016, espera que la economía europea crezca un 1,4%, frente al 1,7% del pasado año. Mientras que para 2017 las reduce del 1,9% al 1,7%.
El BCE solicita que los países, que puedan permitírselo, hagan más expansiva su política de gastos públicos, empezando por Alemania.
La ampliación de las compras de activos, anteriormente citada, de 60.000 a 80.000 millones de euros mensuales, abriendo la posibilidad a adquirir bonos corporativos, supone un aumento de 240.000 millones, hasta los 1,74 billones de euros (hasta marzo de 2017).  Una cifras, realmente, espectaculares.
Draghi advirtió que "Europa crece, pero está por ver que ese crecimiento sea estable y sólido". Añadiendo que "no hay deflación en estos momentos, pero el coste de no actuar sería caer en ella".
Lejos de España, que creció el año pasado un 3,2%, se encuentran Alemania y Francia, con incrementos del PIB de, respectivamente, un 1,7% y 1,1%, e Italia, la principal preocupación de la economía europea, un 0,7% (padece una grave debilidad de su sistema financiero al sufrir una cartera de créditos dudosos, de nada menos, que 350.000 millones,  y su deuda pública es muy elevada, nada menos que el 130% del PIB).
En contraste, el PIB irlandés creció un 7,8% en 2015, superando los pronósticos más optimistas, situando al país como la economía que más crece de la eurozona: se trata del mayor crecimiento registrado desde el año 2000 (en esa época se llamaba a Irlanda “el tigre celta”). El repunte se debe un aumento mayor del previsto de las exportaciones y de la demanda interna en el último trimestre del año, en que la economía irlandesa se expandió un 9%
Es la única economía de las rescatadas hace cinco años por la Unión Europea y el FMI, que aparentemente está registrando una sólida recuperación económica. Todo ello tras un rescate con préstamos de 85.000 millones de euros, y de la explosión de su burbuja inmobiliaria en 2008, que provocó una quiebra de los bancos cuya deuda asumió el Estado.
Hay que celebrar que la economía irlandesa haya retornado a la vía del crecimiento, permitiendo al Gobierno, incluso en los últimos Presupuestos Generales de octubre de 2015, introducir un paquete de estímulos fiscales. Sin embargo, lo negativo es según coinciden muchos analistas, que una parte de la población no ha notado los efectos de la recuperación.
Por otro lado, si bien durante la pasada década, el intenso crecimiento económico de Irlanda estuvo basado en el sector de la construcción, en la situación actual el nuevo crecimiento se apoya en otros sectores, como el tecnológico o el farmacéutico.
Irlanda se ve favorecida con una copiosa inversión directa extranjera, sin duda, atraída por una fiscalidad muy ventajosa en comparación con la situación europea.
Respecto a Alemania, si bien en los últimos treinta años, la demanda interna alemana no levantó cabeza, debido sin duda a la larga digestión de la integración de las dos Alemanias, en los años recientes el consumidor alemán está teniendo un comportamiento más activo, quizá sea como consecuencia de que Alemania ha sido el único país que ha revisado sustancialmente los sueldos de los trabajadores.
Se trata de un dato importante, ya que por primera vez en la Alemania reunificada, el consumo interno está relevando al sector exterior.
Por otro lado, respecto al Reino Unido, según un estudio de la consultora PwC, el “Brexit” o abandono del Reino Unido de la Unión Europea podría ocasionarle pérdidas de 100.000 millones de libras (130.000 millones de euros).
Según PwC, el país podría perder el equivalente a un 5 % de su Producto Interior Bruto (PIB) en los próximos cuatro años, si abandonase el Mercado Único tras el referéndum sobre la pertenencia a la UE del próximo 23 de junio.
En caso de que Londres rompiera con la Unión, y consiguiera un “Acuerdo de libre comercio” con Bruselas, el impacto económico para el Reino Unido se reduciría a un 3 % del PIB.
El análisis sostiene que el crecimiento económico se reduciría entre los años 2017 y 2020, y podría llegar a ser cero durante el 2017 y 2018, debido al impacto en el comercio y en las inversiones que implicaría salir de la Unión Europea.
Según el análisis, el abandono supondría “una pérdida real para los estándares de vida, el empleo y el crecimiento". Se añade que “el ahorro que supondría tener que contribuir menos al presupuesto europeo y tener que cumplir con menos regulaciones, quedaría  superado en mucha más cantidad por el impacto negativo".
Literalmente, según PwC, "incluso en el mejor escenario posible, supondría un serio golpe para las finanzas británicas. La economía acabaría recuperándose con el tiempo, pero nunca volvería a la senda de lo que podría haber sido. Dejar la Unión Europea llevaría a una economía más paupérrima en 2030. El "Brexit" conllevaría "tres grandes golpes" para el Reino Unido: Una mayor incertidumbre, un shock negativo para el comercio y las inversiones, y una fuerza laboral reducida por la inmigración".
El presidente del Banco Central Europeo, tras presentar las perspectivas económicas de la zona euro a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, señaló que “son necesarias reformas estructurales para incrementar la demanda, más inversión pública y recortes de impuestos. Y lo que es más importante, es necesario que haya claridad sobre el futuro de la unión económica y monetaria" 

ESPAÑA:

El déficit público español cerró 2015 ligeramente por encima del 5% del PIB. Supone una desviación cercana a los 9.000 millones de euros con respecto al objetivo del 4,2% del PIB pactado con Bruselas. El desfase se debe sobre todo a las Comunidades Autónomas y a la Seguridad Social que han rebasado con creces sus límites presupuestarios.
España ha vuelto a incumplir el objetivo de déficit, y lo ha hecho por un margen muy superior al que había adelantado el propio presidente del Gobierno (lo había fijado en un 4,5% del PIB).
Hacienda explica que parte de esta desviación corresponden a partidas one-off, (de una sola ejecución, en la jerga contable). Es decir, que no requerirán ajustes adicionales. Es el caso de cerca de 2.000 millones de facturas afloradas en Cataluña y en la ciudad de Zaragoza por obras en la construcción de cárceles y en el tranvía de la capital aragonesa. En estas partidas extraordinarias también incluye otros 1.100 millones por la factura de la hepatitis C, y otro tanto por el resto del céntimo sanitario.
Pero lo cierto es que el fuerte desfase en las cuentas públicas coincide con un año en que el crecimiento económico ha superado ampliamente las previsiones y la recaudación por impuestos ha aumentado con fuerza. Los números rojos se tenían que haber reducido del 5,8% del PIB registrado en 2014, al 4,2% previsto solo con la inercia del tirón económico. Sin embargo, las secuelas del año electoral (en 2015 se celebraron elecciones autonómicas y municipales en mayo, y generales en diciembre) y las fisuras en la financiación de la Seguridad Social han tirado por tierra la consolidación fiscal.
El Gobierno adelantó la rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en plena precampaña electoral, alegando que había margen para ello, y eso ha contribuido también a que el déficit sea mayor; también devolvió la mitad de la paga extra a los funcionarios, y aumentó otras partidas de gasto en vísperas electorales. Aun así, la desviación con respecto a los objetivos se debe sobre todo a la Seguridad Social y a las cuentas de las comunidades autónomas, especialmente las de Cataluña y la Comunidad Valenciana.
La mayor parte de las comunidades autónomas también vivieron sus procesos electorales. Y los diferentes Gobiernos regionales aplazaron los ajustes de los últimos años para no ensombrecer su gestión antes de la carrera electoral. Además, el nuevo panorama político salido tras los comicios autonómicos, propició que algunos ejecutivos no estuviera conformados hasta casi pasado el verano, una circunstancia que también ha provocado retraso en la reducción de su déficit.
La gran preocupación está en el boquete de la Seguridad Social: las múltiples bonificaciones y la precarización del empleo ha provocado que el aumento de los puestos de trabajo no se haya traducido en incrementos de las cotizaciones al mismo ritmo. Al tiempo, el gasto en pensiones ha seguido creciendo con fuerza pese a limitarse la revalorización al 0,25%. El Gobierno había previsto una reforma del sistema de las pensiones, y tenía planeado convocar en este primer trimestre el Pacto de Toledo.
Respecto al empleo, la Semana Santa ha propiciado que el empleo, según datos del Paro Registrado del Ministerio de Trabajo, crezca en 138.036 cotizantes más de media en un solo mes. En la serie histórica solo en 2015 y 2007 hubo mayores crecimientos.
El descenso de 58.216 parados mejora la cifra del año pasado y la de 2002 en los últimos años. El paro registrado bajó hasta los 4.094.770. Poco ha faltado para que se sitúe por debajo de los cuatro millones.
 El aspecto negativo, es que la creación de empleo no está manteniendo el ritmo del año pasado.
La influencia del empuje del turismo en la Semana Santa se nota en la afiliación de la hostelería, que empleó a 61.049 trabajadores más. También se confirma esta tesis si se analizan los datos de la Seguridad Social por comunidades autónomas. Uno de los mayores incrementos se obtuvo en Baleares, donde la hostelería tiene un peso decisivo en la evolución de su mercado laboral.
Un dato muy positivo es, sin duda, el incremento de afiliados de 432.970 cotizantes, que  en 12 meses ha sido de un 2,81%.
El número de contratos firmados en marzo ha sido de 1,508 millones, de los que el 9,99% son indefinidos (el resto temporales). Durante los tres primeros meses del año ha crecido la contratación un 6,11%.
En relación a los precios, según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) mantuvo su tasa de caída  interanual dentro del -0,8%. Sin duda, el comportamiento se debe a la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, y a que la subida de los carburantes fue menor a la experimentada hace un año.
Con este último dato, el IPC interanual lleva tres meses en negativo después de haber cerrado el año 2015 en un 0%. La tasa del -0,8% es de las más bajas desde enero del año pasado (los precios se situaron en el -1,3%).
Por lo que respecto a la confianza del consumidor, los españoles cada vez tienen peor percepción sobre la marcha de la economía. El optimismo por la recuperación económica se desinfla punto a punto y lo hace desde las elecciones generales de diciembre, tras las que no se conseguido formar Gobierno. De forma que el Índice de Confianza del Consumidor, que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), bajó 2,6 puntos durante marzo (su tercer descenso encadenado). Aunque el CIS no bucea en las causas de esa caída de la confianza, lo cierto es que en diciembre se produjo el punto de inflexión: aquel mes se habían alcanzado niveles de optimismo récord desde que se elabora la serie en 2004.
Un aspecto sumamente preocupante, es la deuda externa española: a finales del 2015, debíamos a nuestros acreedores más de 1,8 billones de euros (el 167% del PIB español), lo que supone la mayor cifra jamás alcanzada, y que coloca a España como uno de los países del mundo con mayor deuda externa.
El incremento de la deuda externa en 2015 fue solo inferior al registrado en 2014, cuando la deuda externa creció casi en 100.000 millones de euros. Las administraciones públicas coparon la mayor parte de la deuda. Al cierre de 2015, más de 551.000 millones, algo menos de una cuarta parte del total, dependió de la deuda de las administraciones con el exterior. Otros 440.000 millones correspondieron a la deuda de instituciones financieras como los bancos privados, mientras que el Banco de España tuvo un saldo de 330.512 millones, y los otros sectores residentes (principalmente las empresas españolas) debían más de 303.000 millones a acreedores internacionales.
Si nos referimos a la Balanza de Pagos española, pese a la incertidumbre, ha habido un repunte de la entrada de capitales del exterior, mientras que la balanza de pagos por cuenta corriente (mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias) registró en enero un déficit de 700 millones de euros.
En particular, los pagos por las importaciones de bienes y servicios aumentaron a un ritmo interanual superior al de los ingresos (3,7% y 2,2%), hasta los 24.900 millones y 25.500 millones, respectivamente. Del componente de servicios, la rúbrica de turismo y viajes registró un superávit de 6.800 millones, 200 millones más, mientras que el saldo de servicios no turísticos se redujo en 400 millones en el cuarto trimestre, hasta los 3.800 millones.
Sin embargo, aún con la caída del precio del petróleo, ha habido déficit comercial, aunque menor que el registrado en los últimos 17 años.
En consonancia con el déficit exterior –la economía gasta más de lo que puede- la entrada de capitales extranjeros en España se disparó el pasado enero. Los inversores inyectaron 16.000 millones de euros, más del doble que los 7.800 millones que invirtieron en enero de 2015. Este repunte se debe a la entrada de 7.900 millones en inversiones de cartera, así como al ingreso de 9.500 millones que llegaron mediante préstamos y depósitos.
El repunte de las inversiones extranjeras refleja el hecho de que no se ha quebrado la confianza en la economía española. Esta entrada contrasta con los más de 70.000 millones que los inversores retiraron de España en el conjunto de 2015.
Por otro lado, según los datos del Banco de España, el saldo vivo de créditos bancarios se ha reducido en medio billón de euros desde sus niveles máximos, pasando de 1.800 millones en 2010 a unos 1.300 millones con los que cerró el año pasado. La caída, no obstante, no ha sido homogénea. Mientras las Administraciones Públicas han mantenido un nivel de crédito similar al de los años previos a la crisis, hogares y empresas han concentrado el grueso del ajuste.
Según cálculos elaborados por Analistas Financieros Internacionales (AFI), familias y corporaciones acumulan ahora algo más del 90% del crédito vivo, con ligero predominio ahora del destinado a hogares frente al evidente dominio del crédito a empresas existente al inicio de la crisis. «Ello es consecuencia de una caída desde máximos cercana al 40% del crédito a empresas y que sin embargo sólo es del 20% en el crédito a hogares», asegura la firma de análisis citada en un reciente estudio en el que analiza el crédito bancario en nuestro país.
Los últimos datos también apuntan en esta dirección. En concreto, la deuda de las familias españolas contraídas con entidades financieras alcanzó este febrero su nivel más bajo desde mayo de 2006. La deuda se situó en 718.595 millones de euros, un 3,19% menos que el mismo período en 2015. Según los últimos datos publicados por el supervisor, la deuda de los hogares españoles también cayó (aunque levemente, un 0,42%) respeto al mes de enero, cuando la deuda se situó en 721.596 millones de euros.
Para las empresas los préstamos concedidos por las entidades financieras también se redujeron un 3,86% durante el mes de febrero de 2016. La financiación llegó a los 910.769 millones de euros frente a los 947.370 millones del mismo mes en 2015. Estos datos suponen una bajada del 0,43% en comparación con los del mes de enero, que alcanzaron los 914.687 millones de euros.

MERCADOS:

El Ibex 35 ha despedido  el primer trimestre del año con una caída del 8,6%, y ha cedido el soporte de los 8.730 puntos. Se trata de las segundas mayores pérdidas del Viejo Continente (sólo por detrás del MIB italiano, que recortó un 15,41 por ciento). Es la mayor caída del selectivo desde el sufrido a finales de septiembre de 2015 (crash de la bolsa china).
No ha llegado la mejoría a las Bolas internacionales: tanto el Dow Jones, como el S&P 500 han salvado el trimestre en positivo, con una subida del 1,61 y el 0,85%, respectivamente. Eso sí, en dólares, porque en euros también cierran en negativo.
Sin embargo, el Nasdaq no ha tenido la misma suerte que sus compatriotas y acumula pérdidas del 2,7% en lo que va de año. Estados Unidos está reaccionando sorprendentemente mejor que Europa, a pesar de que Europa debería estar haciéndolo mejor por su relación crecimiento/beneficio.
El comportamiento de las economías asiáticas ha sido otro de los factores que han lastrado los avances de los mercados mundiales y, por supuesto, de los principales índices de la zona. El Nikkei japonés ha retrocedido un 11,95% desde enero, y el chino Hang Seng, un 5,19%.
El estancamiento de las economías emergentes tampoco ha traido buenas noticias. Aunque se han recuperado desde principios de año, solo el índice de Brasil, una de las economías más cuestionadas, y el de Rusia consiguen cerrar en positivo, con subidas del 15,24 y del 6,23 % respectivamente.
En relación al Euribor, (índice al que están referenciadas las mayorías de las hipotecas en España), ha cerrado marzo otra vez en terreno negativo por segundo mes consecutivo. El índice se ha situado en tasa mensual en el mes citado, en el -0,012%, con lo que ha profundizado en su mínimo histórico mensual de febrero (-0,008%).
Durante los 21 días en los que ha habido actividad bancaria en marzo, el índice ha registrado tasas diarias negativas, con algunos repuntes puntuales tras la decisión del BCE de bajar el precio del dinero al 0%.
El euríbor se ha establecido en tasa diaria en el -0,005% a 31 de marzo. De este modo, las hipotecas de 120.000 euros a 20 años, y euríbor más un diferencial de 1 punto, a las que les toque revisión, tendrán una rebaja en su cuota anual de unos 147 euros o algo más de 12 euros al mes.
En relación al oro, la volatilidad que acechó a los mercados durante la primera parte del año -principalmente, los primeros quince días de enero- ha llevado al oro a protagonizar un rebote del 16,21%, hasta la cota de los 1.233,08 dólares la onza. Se trata del mayor repunte de los últimos treinta años, que le retrotrae a 1986. En ese ejercicio, el oro vivió una revalorización del 22,49% a cierre del tercer trimestre del año, cuando cotizaba sobre el nivel de los 423 dólares la onza. Desde entonces, su precio ha escalado un 190%.
Y es que parece que los inversores están buscando refugio ante un futuro incierto para la economía global. 

EMPRESAS:

La caída de los tipos de interés, que ha llevado al euríbor a terreno negativo por primera vez en su historia, ha provocado un importante agujero al sector financiero español, que ha visto cómo sus ingresos vuelven a caer en 2015 y se sitúen en niveles de hace diez años.
Las entidades españolas redujeron el ejercicio pasado un 7% el margen bruto, que estuvo afectado también por los menores ingresos extraordinarios por venta de Deuda Pública y por comisiones.
La bajada de las tasas, pese a este impacto adverso, sí ha permitido reducir drásticamente los costes financieros, en casi un 40%, según los datos del Banco de España. Pero este efecto positivo no ha podido compensar las consecuencias negativas de la política monetaria puesta en marcha hace años por el BCE para impulsar la economía y elevar la inflación.

El principal perjuicio para las entidades es que el margen de intereses, es decir, los ingresos típicos netos han vuelto a bajar, un 4,3%, tras la subida experimentada en 2014. Esta rúbrica alcanza los 26.400 millones.

2 comentarios:

  1. Excelente informe, muy bien redactado y argumentado.

    Saludos

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  2. Muchas gracias Mark por tu valoración... viniendo de ti, tiene un gran valor.
    Saludos.

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