miércoles, 16 de noviembre de 2016

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A NOVIEMBRE 2016: ¿proteccionismo económico?

Dos gigantes alemanes, Voskswagen y Deutsche Bank, temen el castigo de las autoridades estadounidenses por delitos cometidos en los últimos años. Mientras que en Estados Unidos crecen las críticas por la tremenda multa que la Comisión Europea ha impuesto a Apple. Algunos hablan de guerra comercial proteccionista entra ambas economías.

GLOBAL:

Ya hace tiempo que Christine Lagarde, directora del FMI, viene advirtiendo sobre “el bajo crecimiento mundial”, señalando que se trata de un “crecimiento muy bajo durante demasiado tiempo”, y  “que beneficia a muy pocos”.
Se está evidenciando que el incremento de las medidas proteccionistas en Estados Unidos y en Europa puede ocasionar cierto empobrecimiento de las clases medias en los países desarrollados.
Lagarde ha señalado la necesidad de una “globalización más inclusiva”: hay que asegurar que se produzca un mayor crecimiento mundial, pero logrando un mejor reparto de los éxitos de la apertura económica mundial.
Christine Lagarde, ha apelado de nuevo a tres países, Alemania, Canadá y Corea, para que incrementen sus inversiones públicas. Aunque también ha llamado a aquellos que tienen menor margen, como España, a  dirigir parte de sus recursos a políticas que estimulen la productividad y la investigación.
Frente al paquete que prepara Berlin, de rebaja de impuestos por valor de 6.000 millones durante este año y el que viene, Lagarde se pregunta, si será suficiente. Señalando que “eso es parte, pero esperamos un paquete más amplio que aproveche el espacio fiscal que tiene. Dados los costes de financiación tan bajos, en particular para un país como Alemania, es el momento de desarrollar más las infraestructuras y contribuir a ese esfuerzo colectivo”.
También se ha referido Lagarde al Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania y unos de los mayores de Europa, que acumula un descenso en Bolsa del 50%, lastrado sobre todo por una multa en Estados Unidos de 14.000 millones. Ha señalado que “debe decidir qué tamaño quiere tener y cómo quiere reforzar su balance” y añadió que “no es el único en el sector bancario que debe hacer esa tarea”.

CHINA:

Al menos a corto plazo, parece que han tenido éxito las medidas de estímulo económico del Gobierno de China, ya que la segunda economía mundial ha crecido un 6,7% interanual entre julio y septiembre (aumento equivalente al experimentado en el primer semestre de este año).
El aumento del PIB chino se ha producido según lo esperado por la gran mayoría de analistas, dentro de las pautas hacia un modelo más sostenible. Se han acometido amplios y diversos programas de inversión: desde nuevas líneas de ferrocarril hasta la renovación de aldeas y poblados antiguos, de forma que la inversión en infraestructuras ha crecido, nada menos, que un 19,4% durante este año.
También ha contribuido el auge del sector inmobiliario, ya que la venta de viviendas residenciales ha aumentado un 43,2% interanual entre enero y septiembre, impulsada por un gran aumento de los créditos hipotecarios.
También ha aumentado un 10,7% el consumo en la economía de China.
No obstante, muchos analistas, cuestionan el crecimiento, al hacer énfasis en que los frutos de estas medidas lo serán sólo a corto plazo: "la actividad económica parece haber resistido razonablemente bien, con pocas señales de una desaceleración a la vuelta de la esquina. No obstante, la reciente recuperación es solamente prestada. A medida que sus efectos empiecen a desaparecer, probablemente en algún momento a principios del año próximo, los lastres estructurales harán que la economía se desacelere de nuevo, ya que todavía no están las bases para un crecimiento sostenido".  Las voces provienen de aquellos grupos menos partidarios de a utilizar los estímulos económicos de los Gobiernos.
Lo más paradójico, es que una economía que es prestamista neto de otras, vea crecer la Deuda China”, lo que se apunta como uno de los mayores riesgos financieros  del país. Algunas organizaciones internacionales han advertido a Pekín de un crecimiento insostenible por ser excesivamente dependiente del crédito. Según dice Lu Zhengwei, economista jefe del Banco Industrial de China, "el auge del sector inmobiliario trae un gran riesgo. Esta nueva ronda de inversión no tiene pinta de que vaya a frenarse pronto porque el optimismo de tanto los promotores como de las familias no tiene precedentes. Hay que andar con cuidado a la hora de gestionarla".
Por otro lado, la actividad del sector industrial de China ha aumentado durante el mes de septiembre según el indicador adelantado de actividad manufacturera, elaborado por Markit y HSBC, pasando de 50,1 puntos en agosto a 51,2 puntos. Se trata del mejor dato del último semestre (el umbral se encuentra justo en esa cantidad, suponiendo una lectura inferior contracción).
Según Zhao Qinghe, la buena noticia respecto a la industria de la economía  de China se debe a “la mejora simultanea de las condiciones de la demanda externa y doméstica”.

JAPÓN:

La economía nipona, continúa inmersa en un frágil crecimiento económico y amenazada de deflación. El Banco de Japón ha admitido que su objetivo de lograr un aumento de los precios cercano al 2% se encuentra a corto plazo fuera de sus posibilidades, de forma que ha retrasado, nada menos, que al mes de abril de 2019 el cumplimiento de este objetivo.
El Banco Central de Japón puso en marcha en el año 2013, un ambicioso programa de compra de activos, y llevó a cabo sucesivas bajadas de las tasas de interés, con el objetivo de alcanzar el ansiado crecimiento de los precios del 2% en dos años. Casi cuatro años más tarde el anhelado objetivo sigue estando muy lejos: en septiembre, el IPC retrocedió un 0,5% interanual, empujado por el abaratamiento de las materias primas y en particular del petróleo.
Frente a todo ello, el Banco de Japón ha decidido no ampliar su programa de estímulo: las compras de bonos seguirán a un ritmo de 80 billones de yenes anuales, manteniendo los tipos de interés en el -0,1%.
Igualmente, el Banco de Japón mantendrá la compra de deuda pública para mantener la rentabilidad del bono nipón a diez años cerca del 0%.
El PIB de la economía de Japón creció entre abril y junio, un débil 0,2%. Por lo que se aprecia, Japón continúa en una situación de estancamiento.
El economista Marcel Thieliant, de la consultora Capital Economics, augura un nuevo recorte de los tipos hasta el -0,3% y un mayor protagonismo del estímulo en el ámbito fiscal: "las dudas sobre la efectividad de seguir flexibilizando la condiciones monetarias se acumulan. Los tipos de interés de los bancos comerciales ya están en mínimos y las encuestas sugieren que la disposición de las entidades a prestar es muy alta. Sin embargo, no hay señales de que la demanda de préstamos se esté fortaleciendo".
El aumento del gasto fiscal y la puesta en marcha de reformas estructurales de la Abeconomía, (la política económica impulsada por el primer ministro Shinzo Abe), si bien al principio beneficiaron al sector exportador nipón, se han ido diluyendo mientras las autoridades desplegaban toda su artillería en política económica sin lograr relanzar de forma clara la actividad económica. Aunque la pregunta es que habría ocurrido si no se hubieran adoptado esas medidas.
Por otro lado, la aún débil demanda mundial, y la apreciación del yen respecto al dólar estadounidense han vuelto a afectar muy negativamente a las grandes empresas exportadoras de Japón.
Por si fuera poco, el consumo interno (supone alrededor del 60% del PIB japonés) se mantiene estancado como consecuencia de la práctica congelación salarial.
Sin embargo, algunos analistas, pese al periodo de estancamiento permanente vivido durante casi los últimos veinte años, creen que la deflación ha tocado fondo. En septiembre pasado la tasa de paro fue de solamente el 3%.

ESTADOS UNIDOS:

La Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) no ha querido  dar sorpresas antes de las elecciones presidenciales, por lo que ha mantenido las tasas de interés sin cambios. Sin embargo, ha señalado con más claridad a diciembre como fecha de la próxima subida de los tipos.
En un comunicado del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed se ha señalado que “el argumento para una subida de tipos de interés se ha continuado reforzando, pero decidimos, por el momento, esperar a contar con más evidencias sobre el progreso hacia los objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios.
La nota de la Fed no hizo mención alguna a las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, pero ya todos los analistas habían descartado cualquier movimiento de tipos antes de la cita electoral.
Los tipos de interés se mantienen en Estados Unidos entre el 0,25 y el 0,50%, después del ajuste de diciembre pasado, pero el banco central ha postergado su anunciada nueva subida a lo largo de este año por la debilidad global y las dudas sobre la economía doméstica.
La próxima reunión de la Fed está prevista para el 13 y el 14 de diciembre próximo.

EUROZONA:

Según Eurostat (la oficina estadística de la UE) la subida anual de precios en la zona del euro se situó en el 0,4% en septiembre, muy lejos del listón del 2% pero por encima del 0,2% de agosto.
Estos niveles cercanos a cero son la muestra más clara de que Europa sigue aún con serias dificultades. Pero esta cifra de aumento de los precios permite revisar al alza las previsiones del BCE, y por lo tanto hace más difícil una ampliación del programa de compra de activos, al que se oponen los halcones del consejo de gobierno, con Alemania a la cabeza. Empieza a hablarse justamente de lo contrario: de una retirada paulatina de los estímulos, aún improbable porque, a pesar de la mejoría, el 0,4% está muy lejos de la meta del 2%.
Los precios más altos de los restaurantes y los alquileres impulsaron los precios en septiembre. La energía y los alimentos suben también con fuerza. Ante la volatilidad de esas partidas, el BCE suele fijarse últimamente en la denominada inflación subyacente (subidas de precios excluyendo a alimentos y energía), que lleva cinco meses con alzas del 0,8%. Es decir, más de un punto por debajo del objetivo del 2%, incluso con este indicador de inflación subyacente.
En todo caso, los precios siguen en territorio cero o negativo en nada menos que once economías: España, Rumanía, Holanda, Grecia, Polonia, Irlanda, Dinamarca, Chipre, Eslovaquia, Croacia y Bulgaria. En ese último país la deflación es muy fuerte, con caídas de los índices superiores al 1%. Bélgica y Estonia, en cambio, alcanzan ya las cifras con las que sueña el BCE, en torno al 1,8%.
"El BCE revisará al alza sus previsiones en diciembre", aventuran los analistas de Oxford Economics. "Draghi podría mostrar un tono más positivo que en sus últimas comparecencias, pero a la vez alertará de que la política monetaria debe seguir siendo expansiva durante un tiempo para anclar las expectativas".
Algunas fuentes del BCE confirman que se están estudiando los próximos pasos del programa de compras de expansión cuantitativa. Los analistas esperan movimientos: una rebaja de las compras mensuales (situadas en 80.000 millones de euros), pero a la vez la posible ampliación del final del programa, previsto para marzo, a la vista que para entonces la inflación no estará, ni de lejos, en el deseado 2%.
Sin embargo, Mario Draghi ha dejado todo intacto: no ha movido los tipos de interés y el programa de compra de deuda sigue tal cual se había diseñado, hasta marzo del próximo año “y más allá si es necesario”.
Según  el presidente del BCE, es “poco probable un final abrupto del programa de compra masiva de títulos” al que se opone Alemania. De esta forma ha dado a entender que podría continuar más allá de lo planeado. Pero será en la reunión del próximo 8 de diciembre cuando el BCE, a la vista del débil crecimiento y de unos precios lejos del nivel deseado, cuando deba pronunciarse respecto al mantenimiento de las excepcionales medidas monetarias más allá del primer trimestre de próximo 2017.
Draghi que ha señalado que es consciente de que estas medidas extraordinarias no pueden durar para siempre., parece que se decanta por mantenerlas, ya que el escenario de “recuperación moderada pero continuada de la eurozona y un aumento gradual de la inflación” está ligado a la política monetaria actual.
El PIB de la eurozona creció entre abril y junio un 0,3%, menos que en el primer trimestre del año; y la inflación ha crecido ligeramente hasta el 0,4%. Pero sigue demasiado lejos del objetivo señalado como virtuoso del 2%.
El BCE se ha congratulado respecto a que la región del euro haya resistido los efectos adversos de la economía global y de la incertidumbre política, pero alerta al mismo tiempo de los riesgos a la baja. La conclusión es que la eurozona está en una especial situación: “ni va tan mal como para justificar nuevas medidas por parte del BCE, ni tan bien como para retirar las ya existentes”.
Draghi ha señalado que “no hemos visto ninguna evidencia de burbujas”. De esa forma intenta quitar la razón a los que alertan de que las actuales alegrías del BCE generarán tensiones futuras. “Los tipos bajos funcionan. Han funcionado”.
Por otro lado en la propia capital  de Alemania, Draghi ha declarado que “el euro seguirá siendo vulnerable mientras no se complete la unión monetaria” tratando así de presionar  a los Gobiernos para que avancen en la unión bancaria, que se encuentra en un auténtico “punto muerto”.
Frente al extendido pesimismo, señaló que “en países grandes como España o Alemania, el efecto de los bajos tipos de interés ha sido positivo”. Pero, más allá de las diferencias regionales, Draghi pidió –en un mensaje evidente a los que le acusan de dañar los intereses de los ahorradores alemanes- una visión de conjunto. “Tenemos todos los motivos para creer que nuestras medidas están funcionado como esperábamos: impulsando el consumo y la inversión y creando empleo, que es siempre lo mejor para la sociedad”.
No obstante, Mario Draghi ha manifestado que es consciente de los inconvenientes y que esta política no puede mantenerse indefinidamente. “Sin duda, preferiría no tener que mantener las tasas de interés a niveles tan bajos durante un tiempo excesivamente largo, ya que los efectos indeseados pueden acumularse con el tiempo”, aseguró.
Lo dilatado que sea ese periodo de tiempo no depende solo del BCE. Las políticas que Draghi reclama son aquellas que puedan abordar las fuentes de un exceso del ahorro sobre la inversión. “En otras palabras, políticas fiscales y reformas estructurales”.
Por otro lado, respecto al Reino Unido, hay que destacar que, ante la perspectiva de un “brexit duro”, la cotización de la libra frente al dólar se ha debilitado hasta los niveles del año 1985,  por debajo de 1,28 dólares.
A pesar de que la propia Theresa May subrayó que el país abandonará la Unión Europea conforme a los procedimientos legales, descartando la posibilidad de una retirada desordenada del bloque europeo, la postura sobre libertad de movimientos defendida por Londres hace presagiar un difícil acuerdo con los socios europeos sobre el acceso del Reino Unido al mercado único, lo que agravaría el impacto del 'brexit' sobre la economía británica.
Según la Oficina Nacional de Estadística británica (ONS), los precios en Reino Unido crecieron a un ritmo anual del 1% el pasado septiembre. Se trata de su mayor nivel en los últimos dos años. En apenas un mes, el aumento ha sido de cuatro décimas. En agosto pasado el aumento anual era del 0,6%.
La ONS, en su comunicado, es muy cauta sobre el papel que pueda haber tenido la depreciación de la libra. No obstante, sí que afirma que esta depreciación “es probable que aumente el coste de la importación de bienes y la externalización de la producción”. Aunque matiza que “hay informes de empresas que han adoptado medidas para proteger contra los vaivenes del tipo de cambio en el corto plazo”.
La depreciación de la Libra Esterlina ha despertado los temores de que suban  los precios en Reino Unido por el encarecimiento de las materias primas, que normalmente cotizan en dólares en los mercados internacionales.
Según la ONS, los principales factores que contribuyeron al aumento fueron los crecientes precios de los artículos de ropa, así como el coste de los restaurantes y estancias de hotel. Otros elementos que influyeron en la subida del IPC fueron la subida de los precios del combustible y el gas.
En otro orden, hay que resaltar que la reforma de las bases fiscales del impuesto de sociedades, diseñada por la Comisión Europea para dificultar la elusión de impuestos a las multinacionales, tendrá un impacto negativo sobre las arcas públicas europeas.
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aunque ha evitado dar detalles, señaló que “tendrá un impacto significativo”. Pero la información facilitada por Bruselas señala que podría haber una caída notable de la recaudación: casi 12.000 millones en toda la UE, y 2.200 millones en España.
Según el citado Comisario, “la reforma será favorable a las empresas”,  pero nadie sospechaba que hasta el punto de socavar los ingresos públicos en el continente. Los técnicos de Bruselas aseguraron que hay que poner en cuarentena los cálculos del Centro de Investigación de la Comisión Europea: no tienen en cuenta medidas como las deducciones al I+D y otros incentivos fiscales, y solo se refieren a las multinacionales, no al resto de empresas. Pero ese análisis deja a España entre los perdedores, junto con Luxemburgo, Reino Unido y Malta, tres países que han hecho bandera de las facilidades fiscales a las empresas, en especial a las multinacionales.
El análisis es especialmente negativo si solo se tiene en cuenta el impuesto de sociedades, y no el efecto de la propuesta sobre otras figuras tributarias. España perdería en ese caso 6.500 millones anuales en el impuesto de sociedades, cuya recaudación se ha desplomado en lo que va de crisis. 
En el conjunto de la UE, el impacto negativo sobre Sociedades rozaría los 40.000 millones. Puede que esos números no sean más que una aproximación, pero son el único análisis de los efectos de la reforma que ha aportado la Comisión.

ESPAÑA:

Según la EPA (Encuesta de Población Activa) elaborada trimestralmente por el INE, la tasa de paro en España (porcentaje de activos que buscan empleo y no lo consiguen) ha caído por debajo del 20% (superados los meses de verano ha quedado en el 18,91%).
Ha finalizado de esta forma el  periodo más largo con el desempleo por encima de ese porcentaje (si bien en los últimos cuarenta años ya se había alcanzado en otras dos ocasiones, durante los años ochenta y noventa).
La mejora esta fundamentalmente apoyada en los contratos temporales, que aumentan fuertemente: la tasa de empleo temporal ha alcanzado el 27%.
La pérdida de empleo había sido tan fuerte, que bajar de una tasa de paro del 20% ha llevado seis años. Sin embargo, respecto a la Unión Europea, sólo es superada por Grecia.
Durante el último trimestre, el paro ha descendido en  253.900 desocupados, que dejan la cifra total en 4,3 millones, la más baja desde hace siete años. Desde que se tocó el techo histórico de desempleo en España a comienzos de 2013, el número total ha caído en casi dos millones de parados. Pero el dato agregado sigue siendo malo –la comparación internacional es clarificadora- y todavía lo es más cuando si solo se toma a aquellos que llevan un año o más sin trabajar: los llamados parados de larga duración, casi 2,5 millones de los que el 74% incluso llevan más de dos años en esta situación.
La otra cara, la del empleo, también tiene una primera lectura positiva. Ha crecido tanto en el trimestre (226.500 ocupados más) como en el año (478.800) hasta elevar el número total de puestos de trabajo en España hasta los 18,5 millones. También hay un aumento agregado, el 0,77%, si se mide la ocupación de forma desestacionalizada, es decir, eliminando de las cifras los altibajos que provoca el calendario (temporadas turísticas, campañas agrícolas, puentes, Semana Santa).
Sin embargo, la práctica totalidad del empleo creado en verano ha sido temporal. Estos números pueden explicarse a partir del turismo, que siempre marcan el mercado laboral durante el tercer trimestre. Traducción: más actividad hostelería y comercio, sustituciones en el sector sanitario…
Ahora bien, el problema es que la interpretación temporal casi se convierte en estructural al analizar el último año: en ese tiempo, el empleo asalariado ha crecido en 455.700 nuevos trabajadores, de los que más de la mitad son temporales. Esta circunstancia es la que eleva la tasa de temporalidad hasta el 27%.
Hay que remontarse al otoño de 2008, cuando cayó Lehman Brothers para encontrar porcentajes de temporalidad más altos que ese 27% (tuvo lugar una destrucción de empleo sin precedentes en España).
Otro aspecto destacable de la EPA del tercer trimestre es el vigor que ha mostrado el sector privado en el mercado laboral, que ha creado 217.700 empleos en tres meses. En las administraciones, en cambio, las plantillas apenas han subido en 8.900 nuevos trabajadores. 
A finales de octubre, el Paro Registrado en la Oficinas de Empleo, estadística publicada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a la que se le concede menor significado que a la EPA anteriormente analizada, ha registrado un aumento de la ocupación de 101.335 personas, subiendo el desempleo en 44.685 nuevos desempleados. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social suman 591.889 afiliados más que hace un año.
El sector que más afiliación ha ganado ha sido Educación por el comienzo de los cursos académicos. Por el contrario hostelería, actividades sanitarias y servicios sociales son los que más ocupados han perdido.
Por otro lado, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos y Fiscales, el francés Pierre Moscovici, enviaron una carta al Gobierno español, en ese momento en funciones, en la que pedían nuevas "garantías en los próximos días" de que habrá un nuevo Presupuesto "lo antes posible" y que contendrá las medidas necesarias para reducir el déficit público, algo que, como llevan meses recordando, sólo puede hacer un Ejecutivo con plenos poderes.
El pasado 15 de octubre el Gobierno en funciones remitió a Bruselas el borrador de Presupuestos para el año 2017. Un borrador incompleto, que en la terminología de Bruselas se conoce como “no policy changes”, puesto que al enviarlo un Gobierno en funciones no puede contener nuevos cambios políticos de calado y se limita a ser una extensión del de 2016 con pequeñas variaciones.
La Unión Europea entendiendo la situación política española, dio su visto bueno para esta fórmula provisional, a cambio de que en cuanto hubiera un Ejecutivo plenamente en funciones se actualizara el Presupuesto para garantizar que el déficit público acabará 2017 en el 3,1% del PIB, tal y como está pactado.
En la carta enviada, los comisarios europeos agradecen que se enviara el texto en tiempo y forma, pero recuerdan que "no hay nuevas medidas para 2017". Por ello, aunque el Presupuesto dice que se cerrará 2016 en el 4,6% del PIB, tal y como estaba acordado, habrá una desviación "de 0,5% sobre el objetivo" en 2017, algo inaceptable.
Ese desvío, dijo la Comisión, amenaza "la senda fiscal recomendada y eso puede entrañar riesgos para la corrección apropiada del déficit excesivo en 2018".
Además se destacaba en la carta remitida, que el borrador español "no contiene varios de los elementos obligatorios", por lo que piden "garantías en los próximos días de las autoridades españolas de que el Gobierno entrante, tan pronto como sea posible desde que asuma el poder, enviará un borrador actualizado a la Comisión y el Eurogrupo que garantice el cumplimiento de los objetivos de déficit fijado en agosto de 2016". Es decir, un nuevo ajuste de 5.500 millones de euros.

MERCADOS:

Wall Street no había vivido un periodo de tanta incertidumbre para los inversores en años. El índice industrial S&P 500 cerró a principios de noviembre  en números rojos (-0,16%), sumando nueve jornadas consecutivas en negativo, la peor racha en 36 años. 
El Dow Jones también cerró en pérdidas (-0,23%), acumulando siete sesiones en negativo. No es el periodo en el que Wall Street ha registrado más pérdidas, sino el que más sesiones consecutivas ha terminado en números rojos.
El buen dato de empleo en EE UU difundido no fue suficiente para calmar los ánimos de los inversores, inquietos desde que las encuestas sobre las presidenciales estadounidenses comenzaron a elevar las probabilidades de que gane Trump. Pese a que durante buena parte de la sesión los mercados se anotaban ganancias, finalmente cerraron en rojo.
Hace tan solo un par de semanas los inversores daban prácticamente por descontado que la candidata demócrata, Hillary Clinton, ganaría las elecciones de EE UU. El anuncio por parte del FBI de que reabría la investigación sobre el uso de correos privados por parte de Clinton mientras era secretaria de Estado ha disparado el nerviosismo en los mercados financieros. La mera posibilidad de que el republicano Donald Trump gane las presidenciales de EE UU ha despertado el miedo en los inversores, acostumbrados a huir de escenarios desconocidos.
Se ha comentado, que una victoria de Trump generaría una subida de 10 puntos básicos en la deuda a diez años del Tesoro estadounidense, ahora en el 1,85%.
Otro valor refugio, el oro, ha seguido creciendo en su precio a consecuencia de la incertidumbre existente en este momento.

EMPRESAS:

Alibaba muestra una vez más que su negocio es inmune a la ralentización de la economía china. La mayor compañía de comercio electrónico del mundo registró un nuevo récord de ingresos durante el tercer trimestre del año, hasta los 4.640 millones de euros, un 55% más que el mismo periodo de 2015. El aumento de la cifra de negocio se ha sostenido gracias al buen comportamiento de las ventas en sus portales en China y al despegue de nuevos segmentos de negocio como los servicios de computación en la nube o los medios de comunicación digitales.
Las plataformas de comercio electrónico gestionadas por la compañía presidida por Jack Ma en China, principalmente Taobao (compraventa entre usuarios particulares) y Tmall (venta de empresas a consumidores), incrementaron sus ventas un 40% en comparación con el tercer trimestre del año pasado. El número de usuarios activos alcanzó los 450 millones -prácticamente una tercera parte de la población del país- y casi 8 de cada diez yuanes que la compañía ingresa lo hace a través de los dispositivos móviles.

El beneficio neto de Alibaba se situó en los 956 millones de euros, un 69% menos. La caída se explica por los beneficios anormalmente altos que se registraron entre junio y septiembre del año pasado debido a la revalorización de su participación en Alibaba Health, su división de salud. Descontando el efecto de esta operación puntual, las ganancias hubieran crecido un 41%.

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