viernes, 21 de julio de 2017

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A JULIO 2017: mejoría con amenazas derivadas del Brexit

Durante el primer trimestre de este año, el volumen global o mundial de deuda ha alcanzado un nuevo récord de 217 billones de dólares (190 billones de euros), una cifra equivalente al 327% del PIB mundial. Supone un incremento anual de  216,4 billones de dólares (189,4 billones de euros).  
Según el Instituto Internacional de Finanzas, las "economías maduras" sumaban al finalizar el primer trimestre de este  año una deuda total de 160,6 billones de dólares (140,7 billones de euros), un 1,4% menos que un año antes, mientras que la deuda de los países emergentes llegaba a 56,4 billones de dólares (49,3 billones de euros), un 5,4% más. El incremento se explica por el mayor endeudamiento de los hogares. La de los Gobiernos se ha mantenido estable.  

GLOBAL:

El Banco Internacional de Pagos  (BIS) ha señalado, en su informe anual, un panorama económico internacional más tranquilo, pero alerta de los riesgos que pueden volver a desencadenar una nueva crisis, cuando el mundo aún no se ha recuperado de la anterior. Peligros que amenazan a países emergentes como China y Brasil, y no especialmente a los que ya sufrieron a la burbuja inmobiliaria, como Estados Unidos, Reino Unido y   España.
El informe analiza los siguientes riesgos: el repunte de la inflación, las  tensiones financieras, un consumo e inversión debilitados por los altos niveles de deuda y, finalmente, un aumento del proteccionismo (el Brexit del Reino Unido, y Trump en Estados Unidos).
Igualmente detecta ciertos síntomas de recalentamiento financiero en los países emergentes: “en estos países, una expansión del crédito ya bastante duradera, normalmente acompañada de aumentos de precios inmobiliarios, indica el crecimiento de los riesgos”
En economías como España, Reino Unido y Estados Unidos, la gran preocupación se centra en “los problemas para arreglar los desequilibrios de su sector financiero, sobre todo en la zona euro”.
En particular, para el sistema financiero, el informe está repleto de “sí, pero...”. Entre los riesgos cita la incertidumbre sobre la recuperación, la necesidad de emprender cambios estructurales ligados a la innovación tecnológica y a las necesidades de consolidación, así como la reducción en los márgenes comerciales de los bancos como consecuencia de los bajos tipos de interés.
El Banco Internacional de Pagos se congratula respecto a que los bajos tipos de interés hayan rebajado los niveles de peligro existentes para el pago de los intereses de la deuda. Situación que podría cambiar, si tornase la situación a  continuas subidas de las tasas de interés.
Para el BIS, otros riesgos provienen del crecimiento del mercado de divisas y del elevadísimo endeudamiento.
Sin embargo, como mayor amenaza se señala “la marcha atrás en la globalización. Igual que nadie aboga por una involución tecnológica, dar marcha atrás en la globalización sería sumamente perjudicial para los niveles de vida".

ESTADOS UNIDOS:

La Fed (Reserva Federal) ha subido los tipos de interés por encima del 1%, encareciendo un cuarto de punto el precio del dinero.
Además ha detallado su plan para desprenderse de la ingente cantidad de  activos (bonos)  que ha acumulado durante la crisis con su ingente política monetaria.
El Banco Central de Estados Unidos ha situado el tipo de interés entre el 1% y el 1,25%. Con incremento ya van cuatro desde la primera que hizo en diciembre de 2016.  Y algunos miembros de la Reserva Federal, ven posible una quinta subida antes de finales de este año.
La Presidenta de la Fed, Janet Yellen, presidenta de la Fed, ha insistido en que el proceso de retirada de estímulos que se inició hace año y medio será gradual. El hecho de que se combine con la venta de deuda podría provocar que el alza de tipos no sea tan rápida. A esto se le suma que está aún por ver si efectivamente llega algún tipo de impulso fiscal de lado de las propuestas del presidente Donald Trump, lo que le daría un mayor margen de actuación a la Reserva Federal.
La Fed acumula activos (deuda pública que ha comprado) por valor de 4,5 billones de dólares, y su eliminación será un proceso que durará “algunos años”.
El balance de la Fed rondaba el billón antes de la crisis. Yellen evitó precisar el momento en el que empezará a ejecutarse el plan de venta de activos: "tan pronto como sea posible”. Según comentó, “será como ver secar la pintura”. De esta manera se quiere evitar tensiones en los mercados que provoquen un repunte inesperado de los tipos. Una vez en marcha, lo único que puede hacerlo descarrilar es un deterioro material en las condiciones económicas.
Por otro lado, la Reserva Federal ha señalado que la moderación del crecimiento a comienzos de este año 2017 fue exclusivamente temporal, considerando que los indicadores económicos evolucionan conforme a lo previsto.
La proyección de crecimiento del PIB estadounidense para este año es del 2,2%, y la tasa de paro bajó al 4,3% en el pasado mes de mayo (el nivel más bajo en 16 años).
Los precios se han moderado por segunda vez en tres meses. Los precios cayeron una décima en mayo. La tasa anual de inflación bajó así al 1,9%. Hace solo cuatro meses estaba en el 2,7%. Eso crea un dilema a Yellen a la hora definir la estrategia a seguir e implica, en principio, que el alza de tipos no será tan automática a partir de ahora.
La decisión de subir las tasas de interés es defendida en base a que “refleja los progresos tanto por el lado del consumo como de la inversión. Anticipa que la economía seguirá expandiéndose a un ritmo moderado y que el mercado laboral se reforzará. Eso, explica la Fed, permitirá que la inflación vuelva a subir y se estabilice en el entorno del objetivo del 2%”.
El mercado de divisas también refleja al dólar cambiándose al nivel más bajo desde octubre del pasado año respecto al resto de las divisas.

UNIÓN EUROPEA:

Transcurrido un año desde el Brexit, según un informe del Servicio de Estudios del Banco de España,  la economía del Reino Unido parece aguantar mejor de lo que se esperaba. Una prueba de ello, es que el gasto de los turistas británicos en España ha aumentado. Sin embargo, los intercambios  comerciales podrían estar resintiéndose.
La economía del Reino Unido se ha comportado mejor de lo previsto y las previsiones apuntan un crecimiento de su PIB al alza hasta el 2% en 2017. La razón es, sin duda, la política monetaria expansiva que ha aplicado el Banco de Inglaterra para compensar la incertidumbre. De hecho, este crecimiento ha permitido que las llegadas de turistas británicos a España aumentaran en 2016 un 12,5% hasta los 17,8 millones, el 23% de todas las visitas de foráneos.
Este dato consolida el liderazgo de Reino Unido como el principal emisor de turistas a España. Y la mejora no solo se refirió al número de visitantes: el gasto en 2016 también aumentó un 12,8% hasta situarse en los 16.000 millones de euros, un 20,9% del total. Además, se observaron incrementos del 3,6% en el gasto medio diario y del 0,3% en el gasto medio por turista. Esta evolución favorable ocurrió “a pesar de la notable depreciación que experimentó la libra frente al euro”, que en 2016 se debilitó un 12,9% de promedio, explica el organismo.
No obstante, el comercio de bienes entre el Reino Unido y España ha venido marcado por una evolución más débil que con el resto de países europeos. Y este empeoramiento “no se puede explicar totalmente por los tipos de cambio” de la moneda. Antes del referéndum relativo al Brexit, las ventas de España a Reino Unido habían crecido un 10,4% en 2015 y un 11,3% en la primera mitad de 2016, por encima del 6,4% y el 5,7% que avanzaron en esos periodos las exportaciones dirigidas al conjunto de la UE.
A partir del Brexit, esta tendencia se ha revertido: las exportaciones a Reino Unido registraron un retroceso del -1,1% en la segunda mitad de 2016 y un crecimiento del 2,5% en el primer cuatrimestre de 2017. En cambio, las ventas a la Unión Europea se anotaron un descenso del -0,9% en la segunda mitad de 2016 y un aumento del 8,8% entre enero y abril de 2017. Es decir, se están comportando mucho mejor las exportaciones al resto de Europa que al Reino Unido. Afirma el Banco de España, que aunque los exportadores de la zona euro al Reino Unido han abaratado sus productos, el esfuerzo no ha sido suficiente para compensar la depreciación de la libra.
Y si se examinan las importaciones españolas de bienes procedentes de Reino Unido, estas también han experimentado “un comportamiento relativo menos favorable que las que tienen su origen en el conjunto de la UE”, si bien esta evolución también estuvo condicionada por la caída de los precios del petróleo. El Banco de España percibe que los exportadores británicos habrían aprovechado la depreciación de la libra para mejorar márgenes y que, aunque todavía sea un poco pronto para extraer conclusiones, "es posible que la incertidumbre sobre el nuevo marco comercial haya afectado a las importaciones procedentes de este país. A más largo plazo, una reducción del grado de integración de Reino Unido dentro de los mercados europeos, en mayor o menor medida en función de la modalidad que finalmente pueda adoptar la relación comercial, conduciría a una disminución de los flujos comerciales. ualquiera de los escenarios se traducirá, probablemente, en un aumento de las barreras arancelarias y no arancelarias”.
Por lo que respecta a la economía italiana, el Gobierno italiano ha aprobado un decreto que autorizó la liquidación de los bancos Popolare di Vicenza y Veneto Banca.
El coste de la operación (unos 5.000 millones de euros iniciales con un margen de hasta 17.000 millones) recaerá sobre los contribuyentes. Una intervención opuesta a la utilizada para el Banco Popular en España, que ha levantado ya las críticas de oposición y asociaciones de consumidores.
La Junta Única de Resolución europea ordenó liquidar ambas entidades después de que el Banco Central Europeo (BCE) declarase que son inviables o estaban en camino de serlo. La única oferta era la del banco Intesa Sanpaolo, que aceptaba hacerse cargo de ambos bancos a cambio de un precio simbólico de un euro y unas rígidas condiciones de financiación pública que incluyen la ampliación del fondo de prejubilaciones por un valor de unos 1.200 millones para reestructurar las plantillas de las tres entidades.
Intesa Sanpaolo solo se quedará con los activos sanos de las dos entidades fallidas, es decir, unos 20.000 millones de euros en créditos. El resto pasará a formar parte de un banco malo y el Estado deberá financiar con unos 5.200 millones de euros iniciales al rescate como primer anticipo. Sin embargo, el fondo de garantía disponible llegará hasta los 17.000 millones (no existen dudas de que terminará alcanzándose esa cantidad cuando comiencen las reclamaciones de los obligacionistas subordinados y se descubra el alcance real del agujero de ambas entidades).
La Comisión Europea emitió un comunicado en el que dio su visto bueno a “las medidas italianas para facilitar la liquidación de los dos bancos, después de un largo periodo de serias dificultades financieras”. La comisaria de Competencia, Margrehe Vestager, añadía que “Italia apoyará la venta de algunas actividades y la transferencia de empleados a Intesa Sanpaolo. Los accionistas y los bonistas junior contribuyen, reduciendo los costes del Estado italiano, mientras que los depositantes quedan protegidos”.
En todo caso, se han suscitado muchos debates, respecto a las razones para utilizar un “rasero” distinto al empleado con el Banco Popular español.
En otro orden, existe bastante inquietud respecto al cumplimiento de las normas por parte de la llamada economía colaborativa. Es por esa razón, que el Parlamento Europeo ha pedido medidas comunes para evitar abusos y garantizar que las normas laborales, fiscales y de protección al consumidor se apliquen también a fenómenos como Uber, Airbnb o Deliveroo.
Se acusa al modelo de que “puede desembocar en situaciones de precariedad”, aunque también piden evitar trabas a la actividad que generan. De la misma forma, la Comisión Europea estudia nuevas directrices para el sector de alojamientos turísticos.
Y es que si bien no quieren ir en contra de la creación de nuevos empleos, se observan las dificultades  para lograr que esos servicios paguen impuestos, coticen por los trabajadores o respondan ante los usuarios como lo hacen los negocios de la economía tradicional.
Si bien se acogió con júbilo  un modelo participativo que procuraba ingresos económicos a segmentos de población con dificultades de acceso al empleo ordinario, la realidad es que el crecimiento vertiginoso de la economía colaborativa ha creado situaciones de competencia desleal (ejemplo es el del transporte urbano).
La realidad, es que los nuevos negocios no paran de crecer: durante 2014 los ámbitos de actividad de la economía colaborativa eran solo seis, actualmente el impacto se ha triplicado.
El Parlamento Europeo alerta sobre “la falta de claridad” de la Comisión en las propuestas que ha planteado hasta el momento y destaca “la importancia de garantizar un alto nivel de protección de los consumidores, de respetar plenamente los derechos de los trabajadores y de velar por el cumplimiento de las obligaciones fiscales” de las compañías. También exige distinguir entre quienes prestan los servicios de manera profesional y los particulares que lo hacen ocasionalmente.
No obstante, el texto del Parlamento Europeo es lo suficientemente ambiguo como para haber recibido el respaldo de sensibilidades políticas muy distantes.: “hay que regular para evitar una doble realidad legal entre la economía digital y la tradicional”.
Según la Comisión Europea “hay que facilitar el desarrollo de estos negocios, pero hace falta certidumbre jurídica”. Un año después de haber presentado una guía no vinculante de buenas prácticas para todos los fenómenos de la economía colaborativa, se está intentando abordar el fenómeno desde el punto de vista sectorial, y se pretende reforzar la responsabilidad de estas plataformas ante los usuarios cuando el servicio se presta en malas condiciones.
El Ejecutivo comunitario quiere igualmente poner coto a los abusos laborales, con la revisión de una directiva sobre contratos de trabajo este mismo año. El objetivo es fijar unas garantías mínimas para cada trabajador, especificando que también cubre a quienes trabajen en negocios de este tipo. También se quiere ampliar el foco de la protección social a estos empleados (autónomos y por cuenta ajena).

ESPAÑA:

El Banco de España ha revisado al alza sus previsiones para la economía española, ya que ha subido en tres décimas  el pronóstico que había realizado hace tres meses. Ha elevado hasta el 3,1% su previsión de crecimiento del PIB este año y al 2,5% en 2018.
De la misma forma, ha mejorado su estimación respecto a la creación de empleo, estimando una tasa de paro del 13,2% a finales de 2019. El motor de todo ello, es la mejoría del contexto internacional.
Las exportaciones han alcanzado máximos históricos, a la vez que se ha reducido la deuda privada y ha mejorado la competitividad externa.
El Servicio de Estudios Económicos del Banco de España explica que “tras la modesta aceleración del PIB observada al inicio del año, la información disponible a la fecha de cierre de estas proyecciones sugiere que el producto podría registrar en el segundo trimestre un ritmo de avance algo superior al previsto hace tres meses. En particular, aunque, el repunte inflacionista habría restado pujanza al gasto de los hogares, los mercados exteriores han experimentado un vigor superior al proyectado anteriormente”
Por otro lado, aunque el panorama se ralentiza el próximo año, se eleva también   la previsión del PIB para 2018, tres décimas más que en el anterior cálculo, y al 2,2% en 2019.
El Banco de España estima que la demanda interna mantendrá su vigor durante 2017 “por la permanencia de las condiciones financieras favorables y el progresivo desapalancamiento (disminución de la deuda) de hogares y empresas”. Se favorece de esta forma el consumo ya que quedará disponible una mayor renta disponible de las familias o economías domésticas.
El sector inmobiliario se va sumando paulatinamente a la recuperación. “Se espera una continuación de la mejoría de la inversión residencial, con el trasfondo de la fortaleza del mercado de trabajo y de la disponibilidad de financiación a coste reducido”.
El empleo “mantendrá ritmos de crecimiento elevados”: aumentará un 2,9% este año y un 2,3% el próximo, tres y cuatro décimas más que en la estimación del pasado mes de abril. No obstante, es previsible una tasa de crecimiento de la productividad “muy modesta”. Igualmente se espera una caída de la población activa en el próximo trienio por el envejecimiento de la misma. Lo que conduce a la previsión de una  tasa de paro en el 13,2% a finales de 2019.
Los riesgos sobre la economía española tienden a diluirse pero no desaparecen. El supervisor alerta del peligro de “un empeoramiento del contexto exterior, por un eventual aumento del proteccionismo comercial, un hipotético endurecimiento de las condiciones financieras globales, y la incertidumbre asociada a la salida del Reino Unido de la UE”.
El Banco de España también ha analizado el comportamiento de los precios. "Tras el intenso repunte del IPC a principios de 2017, se proyecta una ralentización en el resto del año, como resultado de la trayectoria a la baja del componente energético". Se estima que la inflación media este año será del 2% y se proyectan incrementos de precios más moderados para 2018 y 2019 (un 1,3% y un 1,6% respectivamente).
A pesar del buen clima económico, el supervisor vislumbra algunas incertidumbres a nivel interno. Sobre todo, pone el énfasis en “el elevado endeudamiento público y la necesidad de cumplir con la senda de consolidación fiscal pactada con Bruselas”.
Por lo que respecta  al Paro Registrado (estadística del Ministerio de Empleo que recoge a aquellos desempleados que acuden a las Oficinas Empleo a inscribirse como demandantes de empleo) ha bajado en 98.317 personas, el mejor dato de la serie para este mes. Y el empleo, medido con los cotizantes a la Seguridad Social, ha crecido en 87.692 personas.
La mejora laboral, continuada desde 2014, ha reducido el paro registrado a 3,36 millones de desempleados. Y ha elevado la cifra de afiliados a la Seguridad Social hasta los 18,4 millones. En los últimos 12 meses, la Seguridad Social ha ganado 672.835 cotizantes, un 3,79% más que en el mismo periodo del año anterior.
En todo caso, durante el pasado mes de junio han sobresalido la precariedad y la alta rotación en el empleo, ya que, una vez más, se han superado los dos millones de contratos en un solo mes (de 2.089.520 contratos solo el 7,9% son indefinidos).
Es posible, que en las cifras de la próxima EPA (Encuesta de Población Activa) la tasa de temporalidad supere el 27%. Por el momento, tomando las cifras de afiliación al régimen general de la Seguridad Social, ya se aprecia que el total de contratos temporales supera el 30%.
Si sumamos a la de contratos temporales, la de contratos a tiempo parcial, se supera el 42% de los contratos inscritos en el régimen general de la Seguridad Social.
En otro orden, el Consejo General de Economistas y los asesores fiscales del REAF-REGAF han calculado el tamaño de la actividad económica oculta en España. El resultado no deja de sorprender: si en España se declarara toda la actividad, el déficit público seria del 2% y Hacienda ingresaría al año un 2,3% del PIB más cada año.
Concluyen las organizaciones citadas, que la “economía en B” existente en España alcanza los 168.000 millones (nada menos que un 16% del PIB). Esto implica un fraude en la recaudación de 26.000 millones de euros al año.
Si en nuestra economía se ingresara esa cantidad, habríamos salido del Procedimiento de Déficit Excesivo, de Bruselas. Una autoridad académica en esta materia, el profesor austríaco Friedrich Schneider, opina que la economía sumergida es del 16% en España, por debajo de la de Italia o Grecia y en la media europea.
Por otro lado, según el Banco de España, la deuda externa de la economía española ha tocado máximos históricos en términos absolutos. Entre pasivos públicos y privados, el montante total bruto con el exterior ha alcanzado en el primer trimestre de 2017 los 1,911 billones de euros, por encima de los 1,868 billones contabilizados en el trimestre anterior y una cifra nunca registrada en la historia de España.
En porcentaje del Producto Interior Bruto, esta deuda en manos extranjeras ha subido en marzo de 2017 hasta el 170% del PIB, frente al 168% anotado en diciembre de 2016. Incluso con el PIB español creciendo, se incrementa algo la deuda en términos relativos. De ahí que todavía permanezca cerca de los máximos de comienzos de 2015, cuando se dio el récord del 174,6% del PIB.
Con el déficit público a la baja y el sector privado reduciendo deuda, lo normal sería que el endeudamiento externo disminuyese, tal y como ha venido ocurriendo durante los últimos dos años. Sin embargo, eso no ha sucedido en este trimestre. Aunque se trata de un dato volátil y puntual, de confirmarse esta tendencia la economía española podría desperdiciar el crecimiento y no reducir lo suficiente su mayor vulnerabilidad.
No obstante, esas cifras muestran que todos los sectores han reducido deuda, salvo el Banco de España que está viendo crecer sus obligaciones frente al eurosistema a consecuencia de las inyecciones de liquidez que fija la política monetaria del Banco Central Europeo.
Lo anterior es tranquilizador, ya que el Banco de España no va a sufrir de improviso una reclamación para que amortice esta deuda. Tan solo se trata de una liquidez que el Banco de España ha concedido a entidades españolas y que estas se han llevado a otro país del eurosistema, por ejemplo a Alemania, bien sea para abonar una deuda o para invertir. En principio, esa liquidez generada no debe entrañar un gran riesgo para los bancos españoles que la tomaron, en parte porque son bonos que tenían en cartera y que el banco central les compró y, además, porque puede proceder de operaciones de liquidez que el BCE va renovando según vea preciso.
Por tanto, no son pasivos que se vayan a reclamar, y el tipo de deuda es muy importante: las acciones o la inversión directa no representan un gran peligro cuando aumentan, puesto que en el caso de una crisis es el inversor foráneo el que sufre el ajuste de valor. En cambio, si lo que se eleva es pura deuda si sí que supone un problema muy serio, pues la deuda sigue siendo exigible aunque se haya perdido capacidad para devolverla. Es más, amplifica los vaivenes financieros porque hay que renovarla y puede no haber inversores dispuestos a arriesgar su dinero, dejando a la economía sufriendo tipos de interés demasiado onerosos o, incluso, al borde del impago.
Aproximadamente la mitad de la deuda española, ya sea pública o privada, está en manos extranjeras, y eso la hace todavía más sensible a las turbulencias. Italia, por ejemplo, presenta unos niveles de endeudamiento más altos que España. Sin embargo, no tiene apenas deuda con el exterior, la refinancia con los ahorros generados internamente y eso le brinda una mayor sostenibilidad a sus obligaciones financieras. España ha recompuesto algo sus pasivos durante los dos últimos años, incrementando los del Banco de España y aminorando los del resto. Pero en todo caso, todavía queda mucho por hacer.
En otro orden, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha afirmado que en España "se ha producido una concentración bancaria muy fuerte desde 2008" y que "no contempla" que el sistema bancario español tenga menos de cuatro o cinco grandes bancos "por razones de concentración de riesgo y alternativa de financiación". Según sus datos, en España la cuota de las cinco mayores entidades por volumen de activos es ahora del 72%, (frente al 42% de 2008), "una tasa muy superior" a la de todos los países europeos, excepto Holanda.
Tras la adquisición del Popular por el Santander, el primer ejecutivo del cuarto banco por el negocio en España, “pidió que se reflexione sobre cómo se  financia la economía. En la Unión Europea los créditos están muy bancarizados, más que en Estados Unidos por ejemplo, y en España todavía más que en Europa. Cambiar este modelo exige mucho tiempo y estas características influyen en el tejido industrial, que se compone sobre todo de pequeñas pymes dispersas geográficamente. Una estructura por debajo de cuatro o cinco bancos no lo veo para España por razones de financiación de la economía".
Igualmente, el presidente de Bankia se ha mostrado partidario de que "se investigue lo que se tenga que investigar" sobre las salidas de depósitos de Popular que se produjeron los días antes de su resolución y posterior venta. Estas palabras llegan después de que la presidenta del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Daniéle Nouy, asegurara en el Parlamento Europeo que hay "margen" para que la Justicia española investigue si las comunidades autónomas y ayuntamientos utilizaron información privilegiada para retirar sus depósitos. Ello en contraste con las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, de que no veía nada extraño en las salidas de depósitos del Popular.

MERCADOS:

El volumen de contratación de la Bolsa española se situó en junio en 73.206 millones de euros, un 18% más que en mayo y un 11,1% más que en el mismo mes de 2016, de forma que se convirtió en el mes con mayor volumen de negociación desde abril del año pasado. Durante los seis primeros meses de este año se negociaron en renta variable unos 364.867 millones de euros, un 6,4% menos que en el mismo período de 2016.
El número de negociaciones acumuladas hasta junio ascendió a 26,6 millones, un 11,6% menos que el registrado en el mismo período del ejercicio pasado, mientras que las negociaciones del mes de junio fueron 4,8 millones, un 1% más que en mayo.
El efectivo acumulado hasta junio en el segmento de fondos cotizados fue de 2.292 millones de euros, un 38,7% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior. En junio, el volumen negociado se situó en 376,3 millones de euros, un 14,4% menos que en el mes anterior.
Por otra parte, el número de emisiones de warrants y certificados admitidas a negociación en el primer semestre de 2017 ascendió a 2.584, un 35% menos que en el mismo periodo de 2016.
La actividad del mercado de warrants y certificados hasta junio alcanzó los 243,5 millones de euros, un 38,3% menos que en el mismo periodo de 2016. Durante el mes de junio, el efectivo negociado alcanzó los 36,9 millones de euros, un 3,2% más que en el mes anterior y un 50,7% menos que en el mismo mes de 2016.

EMPRESAS:

Altadis, la filial española de Imperial Tobacco, ha acordado con sus trabajadores pagar 31 millones de euros para no tener que regalarles tabaco. Así lo explica la tabaquera, propietaria de marcas como Fortuna, Nobel o Ducados, en sus cuentas anuales del ejercicio 2016.
La empresa explica que hasta 2006 la empresa venía regalando tabaco promocional y de fumar a sus empleados pero una ley sanitaria aprobada ese año prohibió dicha práctica. Los trabajadores de la antigua Tabacalera recibían desde hace casi un siglo una gratificación extra por parte de la compañía. A principios del siglo XX la empresa les entregaba tabaco de picadura y en los últimos años les regalaba tres cartones de una de las labores de la firma.
Pero a partir de la ley sanitaria de 2006, que también prohibió fumar en locales públicos, estos pagos en especie desaparecieron. Desde entonces los sindicatos han estado reclamando a la compañía que les siguiera entregando tabaco o les ofreciera una compensación. Incluso una sentencia de la Audiencia Nacional de 2006 instó a la sociedad a satisfacer a los trabajadores el importe en metálico equivalente al producto que les había entregado hasta entonces.
Tras diversos recursos ante los tribunales, que llegó hasta el Tribunal Supremo, el año pasado la compañía acordó con los trabajadores una compensación económica “por la compra del derecho a recibir una compensación por la no entrega de tabaco”. La compañía optó por una doble vía, entregar la citada indemnización mediante un único pago o convertirlo en renta vitalicia. La medida le ha supuesto a la compañía un coste de 31,221 millones de euros, de los que ya ha abonado cerca de la mitad. El acuerdo afecta a la totalidad de la plantilla activa y a un amplio porcentaje de los que ya están jubilados, en total algo más de 1.000 empleados.  
                                                                                                                                                                                                          


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