La economía española ha
despedido oficialmente la recesión (caídas en el PIB) más prolongada de su
historia reciente. Queda por delante un largo camino no exento de riesgos, pero
ha coincidido con la mejoría de los mercados, y fuertes entradas de inversiones
directas del exterior.
Sin embargo, para la
gran mayoría de los ciudadanos, agobiados por los recortes, las bajadas
salariales, y las deudas, es imposible divisar a corto plazo la leve mejoría
económica.
ESTADOS UNIDOS:
La economía de Estados
Unidos creció durante el tercer trimestre de este año a una tasa anual del
2,8%, superando de esta forma al 2,5% del segundo trimestre. No obstante, se trata de un crecimiento débil
y que, desde luego, no es
suficiente para que la Reserva Federal pueda retirar los estímulos
que viene aplicando.
La cifra publicada de
crecimiento no recoge el “cese administrativo” de los 16 días, ya que este afectará
al cuarto trimestre: muchos analistas esperan que puede motivar una diminución
de tres a cinco décimas, situando la tasa de aumento del PIB próxima al 2%.
El consumo
estadounidense (equivale a dos tercios del PIB) registró un moderado crecimiento
del 1,5% en el tercer trimestre. Una cifra menor a la del 1,8% del trimestre
anterior
Igualmente, se ha
debilitado la inversión empresarial: ha bajado del 4,7% en el segundo trimestre
al 1,6%.
La Reserva Federal
estadounidense ya había calificado al crecimiento actual como moderado, y la
tasa de paro se mantiene en un nivel elevado. Por lo que respecta a los
precios, subieron en el trimestre un 1,9%.
En relación al cierre
administrativo citando anteriormente, hay que señalar que por medio de un pacto
parlamentario alcanzado en el último momento, se ha cerrado en falso la crisis presupuestaria
que amenazaba con provocar la insolvencia de Estados Unidos. Y es que la
situación podría reproducirse en el próximo enero, puesto que el Gobierno
federal dispone de dinero sólo hasta el 15 de ese mes y el techo de la deuda ha
sido elevado hasta el 7 de febrero.
La crisis
presupuestaria constituye una manifestación de una serie de aspectos que
amenazan con romper completamente con el segundo mandato de Obama, tanto en el plano doméstico como en el
internacional.
El presidente estadounidense ha
sido el vencedor de una crisis que ha producido considerables daños económicos,
y perjudicado a la imagen internacional de Estados Unidos y que, sin embargo,
también ha causado una pérdida de la influencia del conservadurismo extremista
en ese país, haciendo más posible la cooperación entre los sectores moderados
de ambos partidos.
Obama ha aprovechado
para llamar a la unidad y convocar a la ejecución de las reformas suspendidas
por el enfrentamiento: “todo lo que tenemos que hacer”, dijo en una
comparecencia en la que agradeció a “los republicanos responsables” su
contribución a la solución temporal de la crisis presupuestaria, “es dejar de
fijarnos en los lobbys, en los blogueros, en los predicadores de la radio, en
los activistas profesionales que se benefician del conflicto, y concentrarnos
en la tarea para la que la mayoría de los norteamericanos nos eligió: en hacer
crecer la economía, en crear empleos, en fortalecer la clase media, en educar a
nuestros hijos, en sentar las bases de una prosperidad que alcance a todos y en
conseguir orden fiscal de largo plazo”.
Por otro lado, el
presidente Obama ha anunciado el nombramiento, como
próxima presidenta de la Reserva Federal, de Janet Yellen, quien, a sus
méritos académicos y dilatada experiencia como banquera central, suma
el hecho de ser la primera mujer en la historia al frente de esa institución.
Su elección, meses de
dudas y presiones en la Casa Blanca, aleja las sospechas de un inminente cambio
en la política monetaria y acentúa el protagonismo de la Reserva Federal en el
crecimiento económico y la creación de empleo.
CHINA:
La economía china está
mostrando síntomas de un renovado impulso, ya que su producto interior bruto
(PIB) ha crecido, nada menos, que un 7,8% en el periodo de julio a septiembre
respecto al año anterior. La actividad económica se ha visto beneficiada por una mayor firmeza
de las demandas exterior e interior, que han mejorado la producción
industrial y las ventas minoristas.
Según el departamento
estadístico de China, “la economía nacional en su conjunto ha logrado un
crecimiento constante y ha gozado de un buen impulso. Los principales
indicadores se han mantenido en un rango razonable, que favorece la promoción
de la reestructuración económica y empuja hacia las reformas”.
Las ventas minoristas ha
crecido un 13,3%, y la inversión en activos fijos (muestra el gasto
gubernamental en infraestructuras) ha ascendido un 20,2% en los nueve meses, y
la inversión inmobiliaria un 19,7% en el mismo periodo.
Sin embargo, han
aparecido algunos indicios de declive. Por lo que para muchos analistas las señales
de recuperación no son sólidas y la demanda global continúa siendo frágil.
EUROZONA:
El Banco Central
Europeo, aun estando la región lejos de esa palabra maldita que nadie quiere
nombrar – la deflación o caída generalizada de los precios- parece como si “le
hubiera visto las orejas al lobo”, ya que por sorpresa a principios de
noviembre decidió por unanimidad bajar las tasas de interés oficiales hasta el
0,25%.
Se trata de un mínimo
histórico que recuerda que la deprimida zona del euro continúa amenazada por
muchos riesgos. Draghi señaló a uno: “no creo que Europa vaya a experimentar
una deflación a la japonesa, pero esperamos una inflación baja
durante un largo periodo de tiempo”. Y no sólo eso, ya que frente al riesgo de que
empeore la situación, también señaló la posibilidad de adoptar futuras medidas
extraordinarias, que adentrarían a la institución en un territorio inexplorado
hasta ahora.
Los mercados
reaccionaron eufóricos y temerosos, ya que el BCE acaba de demostrar de nuevo que hará
todo lo que esté en su mano para evitar males mayores. Y a la vez
temerosos: ese movimiento inesperado apunta a que la debilidad europea puede ser
aún peor de lo que se temía.
La inflación cerró
octubre en el 0,7%, la menor cifra en cuatro años y muy, muy lejos del objetivo
del BCE (2%). Japón, sinónimo de deflación en las dos últimas décadas, presenta
ahora exactamente la misma subida de precios. La eurozona registra una anémica recuperación
económica, un desempleo en cotas máximas, y algunas economías con un sistema
financiero demasiado plagado de incertidumbres.
Draghi señaló que “la
economía va a seguir recuperándose, pero a un ritmo lento. Los mercados
financieros mejoran, pero debería haber nuevos progresos en la consolidación
fiscal. Hay varias incertidumbres que pueden afectar negativamente las condiciones económicas”.
Se trata de una
situación contradictoria e incómoda, él BCE
debe recordar los progresos europeos desde las palabras milagrosas de Draghi: “haré
lo que sea necesario”, y la necesidad de adoptar decisiones tratando de
eliminar los posibles nubarrones del horizonte.
Draghi abrió la posibilidad
de nuevas “medidas extraordinarias si la inflación sigue bajando por esa vía
que nos recuerda a la economía japonesa”.
El presidente del BCE
citó la posibilidad de fijar tasas de depósito negativas. Es decir, para forzar
a los bancos a conceder créditos: los bancos dejan la liquidez que les sobra en
la facilidad de depósito del BCE a unos tipos del 0%, en lugar de dar créditos
o invertir en otros activos; si el Eurobanco les hace pagar intereses por dejar
aparcado ese dinero ahí, podría ayudar a desatascar el crédito.
Draghi tampoco cerró la
puerta a la compra de deuda pública, una política que irrita en Alemania. No
obstante advirtió que hay pasos intermedios antes de activar el “quantitative
easing” que viene usando la Reserva Federal estadounidense.
Los tipos de interés
son una medida del miedo que hay en la economía; algo así solía decir Keynes.
Tan cerca del 0% y con el gatillo a punto para activar nuevas medidas
excepcionales, el BCE ha entrado en una zona completamente desconocida.
ESPAÑA:
El Banco de España, y
el Instituto Nacional de Estadística (INE), han dado por finalizada la recesión
más larga de la democracia. Ahora bien, se trata de un avance del PIB de la
economía española completamente insignificante (0,1%), que ha sido suficiente
para abandonar la recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo
del producto).
Los estragos que ha
causado la recesión son muy graves: una deuda enorme (sobre todo del sector
privado) y prácticamente seis millones de parados. En más de cinco años de
recesión, se han perdido 3,7 millones de empleos, ha caído un 7,5% el PIB, y se
han ampliado espectacularmente la desigualdad y la pobreza.
Según declaraciones del
propio ministro de Guindos, “nos queda mucha crisis por delante, pero este es
el primer paso. Es un avance pequeño, tímido y limitado”.
En ese sentido, el
Ministerio de Economía pronostica que el PIB crecerá un 1,2% en 2015, tres
décimas más que lo que anticipó en abril (0,9%). Para 2016, el crecimiento se
situaría en el 1,7%, frente al avance del 1,3% que estimaba hace cinco meses
para ese año. Economía no justifica los motivos de esta revisión al alza,
aunque operan aquí las mismas razones que le llevaron a mejorar la predicción
de crecimiento en las cuentas de 2014.
No existen estimaciones respecto a cómo afectará ese
mejor pronóstico al empleo a partir de 2015. En el proyecto de Presupuestos
para 2014, la mínima revisión al alza del crecimiento económico se tradujo en
una disminución apreciable de la tasa de paro prevista, del 26,7% al 25,9%.
El leve mayor
crecimiento económico no impide que la Deuda Pública y el gasto en intereses siga
aumentado. El endeudamiento de las Administraciones públicas españolas, que en
estos momentos se sitúa en el 92%, llegará al 101% del PIB en 2015. El
Ejecutivo cree que esa proporción disminuirá, de modo casi imperceptible, en
2016.
Tanto las instituciones
como los analistas están corrigiendo al alza sus estimaciones sobre 2013 y
previsiones para el próximo año 2014. Pues bien, el Gobierno ha corregido su previsión de
crecimiento del PIB para 2014 desde el 0,5% al 0,7%. El Banco de España
mantiene de momento su previsión de marzo en el 0,6%, y el consenso de los
analistas del Panel de Funcas en el mes de septiembre, también sitúa la
previsión media en un 0,7%. El Fondo Monetario Internacional, tradicionalmente
mucho más prudente, ha elevado su previsión del 0 al 0,2% para 2014.
Está claro que detrás
de las cifras se encuentra el crecimiento de las exportaciones (demanda externa),
frente a la debilidad de la demanda interna. Ahora bien, es notorio que las
ganancias obtenidas en la productividad como consecuencia de la caída de los
salarios y consiguiente devaluación interna (esta la causa fundamental del
crecimiento de las ventas al exterior), y los mejores resultados del turismo,
en absoluto son suficientes para asegurar la continuidad de una tendencia
positiva en el crecimiento total de la actividad. Sin duda, lo que se necesita
es la reactivación del consumo, lo es que
nos debe conducir a la conclusión de que para mejorar la recuperación y volver
a generar empleo, es requisito imprescindible la mejoría de las rentas e
ingresos de las familias, así como las expectativas de las empresas.
Por otro lado, El
dinero invertido por los extranjeros en deuda soberana española tocó en
septiembre su nivel más alto
A cierre de septiembre,
los inversores extranjeros tenían en su poder 252.185 millones de euros en
títulos del Tesoro, un máximo desde enero del pasado año. Con respecto a
agosto, este dato supone un avance del 3% o 8.000 millones de euros. Sin
embargo, frente al conjunto de la deuda pública, las letras y bonos en manos
foráneas se reducen hasta el 37,4% del total.
La demanda ha superado
ampliamente lo finalmente adjudicado y se ha colocado por encima de los 8.600
millones de euros, mostrando que los mercados mantienen la confianza sobre la
economía española, que en el tercer trimestre del año dejó atrás la recesión.
Por otro lado, el volumen de crédito pendiente de
pago por las familias y empresas españolas se redujo un 4,4% en agosto hasta
alcanzar 806.065 millones de euros, en tanto que la de las empresas cayó un 11%
hasta 1,078 billones de euros, en ambos casos el nivel más bajo desde antes del
inicio de la crisis, en marzo de 2007.
Los datos de agosto
confirman por segundo mes consecutivo la contracción
de este indicador, después de que en junio la deuda de las familias
españolas creciera, por primera vez en seis meses, por el repunte de los
créditos al consumo.
El recorte en el
endeudamiento de los hogares obedece al descenso de los préstamos para la
adquisición de vivienda, que constituyen el 77 % del total y se redujeron un
4,4 % en agosto, hasta 620.800 millones de euros. Se trata de la tasa
más baja desde junio de 2007.
Los préstamos al
consumo, así llamados aquellos “para fines distintos de la adquisición de
vivienda”, se redujeron en la misma medida, un 4,4, %, hasta 182.225 millones
de euros.
Por lo que respecta a
las deudas de las sociedades no financieras -las empresas- el descenso del 11 %
se debe a la caída de los préstamos titulizados y fuera de balance, que
representan el 62 % del total y que se desplomaron un 15,5 %, hasta 669.653
millones de euros.
En otro orden, el
empuje del turismo ha permitido la creación de 39.500 puestos de trabajo y la
caída de la tasa de paro al 25,98.
Ahora bien, la mejora
laboral se debe exclusivamente, según muchos analistas, al “efecto verano”.
El paro registrado (aquellos desempleados que
se inscriben como desempleados demandantes de empleo en las Oficinas de
Empleo), subió en 87.028 personas durante el mes pasado, situándose el número
de parados, según esta estadística, en 4.811.383 personas.
Por lo respecta a los
precios, el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó en octubre un 0,4%
respecto a septiembre y recortó cuatro décimas su tasa interanual, hasta el -0,1%, por el descenso de los
precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, y por la menor subida en la
enseñanza universitaria respecto a la experimentada el año pasado, según el
indicador adelantado sobre la evolución de los precios en España publicado por el
Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por tanto, el IPC ha entrado
en negativo por primera vez desde
octubre de 2009, cuanto la tasa de inflación interanual se situó en el
-0,7%.
El dato sugiere una
posible deflación de la economía española, si bien para
considerarse como tal se requiere una caída generalizada de precios
durante un periodo más largo. Con el descenso de octubre, el IPC interanual
encadena cuatro meses consecutivos de descensos.
En los últimos dos
meses, en los que más se habría notado la desaparición del efecto generado el
año pasado por la subida de tipos en el IVA, los precios han caído 1,6
puntos, lo que revela el efecto que las subidas de impuestos han tenido sobre
el coste de la vida.
Por otro lado, la
crisis ha cambiado el mapa de los
hogares españoles. Durante el pasado año, han desaparecido alrededor de 80.000
hogares como consecuencia de la pérdida de población y del reagrupamiento
familiar. El tercer trimestre de este año ha acabado con un total de 17.391
millones de viviendas familiares, lo que supone una pérdida de 48.900 respecto
al trimestre anterior y de 80.000 si se echa la vista al mismo septiembre de
hace un año, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Muchas personas han
vuelto a casa de sus padres porque han perdido el trabajo y no pueden
mantenerse, pero también pesan todos esos hogares que no se han
creado por los jóvenes que, por ejemplo, no tienen capacidad para emanciparse.
El 53% de los menores
de 25 años que buscan trabajo no lo encuentran y entre los 25 y los
29 esta tasa de desempleo se sitúa en el 33%. En total, casi el 26% de la
población activa española no tiene forma de ganarse la vida y eso ha llevado a
muchas familias o individuos con problemas para pagar su alquiler o su hipoteca
a agruparse.
La tendencia de muchas
personas a volver a casa de los padres se manifiesta cuando se observan los
pensionistas que acogen a parados: la cifra se ha duplicado en lo que va de
crisis. En concreto, las casas con un jubilado como persona de
referencia sumaban 3.123 millones al acabar septiembre, 64.200 más que hace un
año, y de estas había 313.800 en las que vivían uno o más parados, unas 22.000
más. En 2008 había menos de la mitad de familias en esta situación: 129.900.
Los jubilados, en
definitiva, se han convertido en una de las últimas redes de seguridad de los
casi seis millones de parados que hay en España.
Las migraciones también han
tenido que ver en esta contracción del número de hogares, ya que España
registró en 2012 la primera caída de población desde al menos 1971, cuando
comenzó la serie estadística del INE. Se perdieron 113.902 habitantes, un 0,2%.
Al margen del saldo entre defunciones y nacimientos, el número de inmigrantes
bajó un 2,3%, hasta los 5,1 millones, mientras que los españoles en el
extranjero aumentaron un 6% en un año, hasta rozar los dos millones.
En otro orden, hemos
sabido que los volúmenes de deuda de las empresas y familias han vuelto a los
niveles del inicio de la crisis (año 2007). Se trata de un requisito – la
necesidad de bajar el endeudamiento sobre todo privado (casi el 200% del PIB) –
pero también es un síntoma de lo costoso que va a resultar la salida de la
crisis. Mientras exista el exceso de endeudamiento empresarial, prácticamente
no crecerá la demanda de crédito.
Finalmente, señalar que
también el suelo agrícola ha perdido valor, ya que Por quinto año consecutivo,
los precios de la tierra para uso agrario mantienen su tendencia de
bajadas. Según los datos recogidos en la encuesta que realiza el
Ministerio de Agricultura, el precio medio de una hectárea en 2012 se situó en
9.705 euros, frente a la cifra récord de 11.070 euros que alcanzó en 2007.
La inestabilidad ante
la reforma de los
planes europeos de ayudas para la agricultura, sumada a los
cambios del mercado y las cosechas, han provocado que en cinco años los
precios hayan caído el 10% y solo en 2012, cerca del 3%.
MERCADOS:
La Bolsa ha recobrado
el aliento animada por la ligera mejoría económica, y por la mejora de la
deuda. El índice ha remontado impulsado por los bancos y las eléctricas,
llegando a superar la cota delos 10.000.
Por lo que respecta a
la Prima de Riesgo, la diferencia que exigen los inversores que compran deuda
española con respecto a la alemana, prácticamente, se ha mantenido estable en
torno a los 240 puntos, si bien ha estado cerca de mínimos de 230 puntos
básicos. Por lo que si bien no baja al ritmo que ha mejorado la Bolsa, sí que
parece mostrar cierta estabilización.
El interés exigido al
bono español a diez años se ha llegado a situar por debajo del 4% (zona de
mínimos desde2010).
EMPRESAS:
La primera emisión de
deuda de El Corte Inglés ha tomado forma a través de la titulización de los
derechos de cobro de sus tarjetas y préstamos al consumo otorgados por su
financiera.
El importe previsto
para la emisión alcanza los 600 millones de euros. Los bonos tendrán un
vencimiento de dos años, y un cupón del 2,8%. El Corte Inglés señala que la
colocación ha sido calificada por Standard & Poors y Fitch con un ráting de
AA, una nota "que destaca su solvencia y la posiciona como una de las más
atractivas en el entorno de las últimas emisiones en el mercado".
El pasado mes de mayo
El Corte Inglés anunció un proceso de reestructuración de su deuda por unos
5.000 millones de euros. La emisión se produce en medio de la tregua que ofrece
el mercado a la deuda española.
Finalmente, hemos de
referirnos a otro aspecto destacable: la banca ha cerrado oficinas desde 2008 y
230.000 personas se han quedado sin sucursal en sus pueblos. Todo ello como
consecuencia de las exigencias de la troika (el FMI, la Comisión Europea y el
BCE), que exigieron el año pasado el cierre de las oficinas menos productivas
de las antiguas Cajas de Ahorro con ayudas públicas.
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