lunes, 12 de marzo de 2018

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A MARZO 2018: crece el PIB de las economías y, sin embargo, hay cierta sensación de inestabilidad, debilidad y riesgo.


En este año 2018, el crecimiento de la economía mundial superará el 3% (un 3,1% según el dato del Banco Mundial y un 3,9% según el FMI), después de que el pasado año (aumento del PIB mundial del 3,7%) evolucionase mejor de lo que anticipaban las previsiones. Ello se ha debido a la recuperación de la inversión, sustentada por el aumento de la demanda y del comercio global, lo que, a su vez, ha impulsado la recuperación del sector industrial.
GLOBAL:
La economía global está viviendo momentos que invitan a un cauto optimismo: subsiste un amplio consenso en todas las economías desarrolladas y emergentes respecto de la conveniencia de mantener a las economías internacionalmente abiertas al comercio exterior.
Sin embargo, la excepción notable es Estados Unidos, ya su presidente Trump no ha dejado suficientemente claro lo que pretende hacer: ¿pretende retirarse de la cooperación internacional o simplemente se está posicionando para renegociar condiciones más favorables a su país?
Por ahora parece claro que el gobierno estadounidense no va a actuar como patrocinador del cambiante sistema económico global de nuevas pautas que vayan a mejorar las relaciones comerciales mundiales.
Igual ocurre respecto al cambio climático: en estos momentos Estados Unidos es el único país que no está comprometido con el acuerdo de París (que se sostuvo, pese a la retirada del gobierno de Trump). Incluso dentro de esa economía, numerosas ciudades, Estados y empresas, así como una variedad de organizaciones civiles, han dado señales de compromiso creíble con el cumplimiento de las obligaciones del país de cara al clima (con o sin el gobierno federal).
Sin embargo, el mundo todavía tiene mucho camino que recorrer, ya que su dependencia del carbón sigue siendo alta. Existe la posibilidad de que una reducción mayor del coste de las energías no contaminantes mejore esta realidad, pero la economía mundial está a años de distancia de un crecimiento negativo de las emisiones de dióxido de carbono.
Todo esto hace pensar que la economía global se enfrentará a serios desafíos en los meses y años venideros. Y acecha la amenaza de un alto endeudamiento que intranquiliza a los mercados, aumentando la vulnerabilidad del sistema a perturbaciones desestabilizantes. Pero el escenario de base en el corto plazo parece ser de continuidad. El poder y la influencia económicos seguirán desplazándose hacia Oriente, sin cambios súbitos en los patrones de empleo, ingresos y polarización política y social, ante todo en los países desarrollados.
ESTADOS UNIDOS:
El nuevo presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha manifestado que la economía estadounidense está viviendo una sólida situación, como consecuencia del aumento de las exportaciones derivada de la depreciación del dólar en el mercado de divisas.
Además, ha reiterado su compromiso con el ajuste monetario (ir endureciendo su política monetaria). Por esta razón, ha abierto la puerta a una nueva subida del tipo de interés en Estados Unidos (actualmente se encuentra dentro de una banda del 1,25% al 1,50%).
Powell ha señalado que: “a la hora de evaluar la senda apropiada para la política monetaria en los próximos años, continuaremos buscando un equilibrio entre evitar una economía sobrecalentada y situar la inflación en el 2% de una manera sostenida. En estos momentos, no vemos que las turbulencias vividas en los mercados financieros afecten mucho a las perspectivas de la actividad económica, el mercado laboral y a la subida de precios.”.
El banco central estadounidense espera, dentro de sus previsiones económicas para este 2018, un crecimiento estimado del PIB del 2,5%, y una tasa de paro por debajo del 4%. Se trata de niveles de desempleo considerados como de “pleno empleo”.
EUROZONA:
Respecto al año pasado, la actividad comercial de las empresas en la región del euro pierde empuje respecto al comienzo de año.
El ritmo de crecimiento de la actividad total de la zona euro se ralentizó (alcanzó su máximo de casi 12 años de enero pasado y sin embargo, en febrero ha caído a mínimos).
El índice PMI (Índice de gestores de compras) es un indicador macroeconómico que pretende reflejar la situación económica de un país basándose en los datos recabados por una encuesta mensual de sus empresas más representativas que realizan los gestores de compras. Este indicador, que elabora la empresa Markit Economics desde abril del 2008, viene a anticipar el resultado del Producto Interior Bruto (PIB). 
El PMI compuesto de la zona euro se queda en los 57,1 frente al 58,8 de enero y las estimaciones del 57,5, una caída intermensual notable, aunque el dato final encadena 56 subidas consecutivas y está muy por encima de los 50 puntos que dividen la contracción del crecimiento y también supera con creces el promedio de la serie (53 puntos).
El índice de actividad comercial del sector servicios cae a los 56,2 frente a su máxima de casi diez años y medio registrada en enero 58,0 del mes anterior.
Durante el pasado febrero la producción manufacturera superó al sector servicios, y ambos sectores continuaron en sus mejores cotas de los últimos siete años. Los fabricantes y las empresas de servicios observaron continuas entradas fuertes de nuevos pedidos, mientras que la creación de empleo y las presiones de los precios también se mantuvieron elevadas.
Alemania (57,6), en mínimos de tres meses, se situó a la cabeza, seguida por Francia (57,3, mínimos de cinco meses) y en tercer lugar, España (57,1, máximos de ocho meses).
Los ritmos de expansión en Irlanda (56,8) e Italia (56) cayeron a sus mínimas de cuatro y tres meses respectivamente.
Aunque los nuevos pedidos siguieron creciendo, las empresas no han podido satisfacer las órdenes pendientes y el optimismo empresarial se mantuvo elevado (próximo a su máximo de ocho meses de enero) que también impulsó el empleo, en máximos de siete años, sobre todo en Francia y España.
Chris Williamson, economista jefe de la empresa que elabora el PMI, ha destacado que "la economía de la zona euro parece haberse ralentizado en febrero después de un inicio de año estelar, aunque es demasiado pronto para darle demasiada importancia a la caída, ya que era de esperar una desaceleración frente a los máximos registrados. En lo que va de año, el índice PMI indica que la zona euro está en camino de la expansión trimestral más fuerte de los últimos 12 años, en consonancia con un aumento del PIB a una tasa trimestral boyante, del 0,8% al 0,9%".
Señala este analista, “el repunte también sigue siendo tan generalizado como fuerte. Italia se encamina hacia su mejor trimestre en 12 años, mientras que Alemania está disfrutando del mayor crecimiento de los últimos siete años en lo que va del año. El crecimiento de Francia sigue siendo fuerte y España está en vías de registrar su mejor trimestre desde la fuerte aceleración registrada en la primavera de 2017".
Por otro lado, han aparecido análisis que ponen de relieve que el “secreto bancario” continua intocado y que los paraísos fiscales gozan de ventajas importantes en Europa.
Se ha publicado en el pasado enero una lista de paraísos fiscales, donde aparecían apenas 17 jurisdicciones no cooperativas: no está Suiza (el mayor paraíso de todos), o Bermudas, o las islas del Canal de la Mancha, (algo así como un sumidero de la City de Londres).
En esa lista quedaron nueve nombres; ni siquiera está ya el país de los tristemente famosos Papeles de Panamá, en los que figuran varias grandes fortunas españolas con escaso interés de pagar al fisco.
Pues bien, una filtración masiva de documentos internos de la Unión Europea revela que, además de insuficiente, la lista de los Paraísos citada fue elaborada con la máxima opacidad, con criterios muy discutibles y con fuertes presiones de Reino Unido, Luxemburgo, Irlanda e, incluso, Francia para suavizarla o sacar directamente del listado a algunos aliados naturales.
El sistema tributario es una especie de “queso gruyer” plagado de agujeros para las multinacionales: las grandes empresas y las grandes fortunas se han especializado en establecer microfiliales en paraísos fiscales en los que los impuestos son bajos o nulos. Lo han hecho con impunidad y, a menudo, con la conciencia tranquila.
La lista europea era una manera de poner coto a ese método, pero los 19 documentos del Consejo Europeo, que han sido filtrados por el grupo de Los Verdes en la Eurocámara, revela, sobre todo, la “absoluta falta de transparencia” en todo ese proceso. Hasta la Comisión Europea coincide: “nos gustaría ver más hambre de transparencia en todo el proceso, pero los Estados miembros no transigen”.
Reino Unido se va, pero Londres torpedea sistemáticamente cualquier tipo de iniciativa fiscal que perjudique a sus excolonias, en especial a las jurisdicciones no cooperantes en estos objetivos de transparencia fiscal. Se pone de manifiesto que el Reino Unido puso todas las trabas posibles para fijar una metodología útil: defendía, por ejemplo, que los países con un impuesto de sociedades “del 0% ó próximo al 0%” no tenían por qué ser paraísos fiscales, siempre según esos documentos. “A pesar de los obstáculos, se consensuó un lenguaje aceptable, pero que aguaba en parte los criterios”, admiten fuentes de la Comisión.
Irlanda y Luxemburgo, que no son paraísos, sí son limbos fiscales que durante décadas han desarrollado la competencia tributaria a la baja, apoyaron demandas británicas. Luxemburgo presionó para evitar las sanciones, que al fin y al cabo son el elemento coercitivo para que los países señalados intenten salir de esos listados. Incluso la Francia del presidente Macron presionó hasta el último minuto para sacar a Marruecos de la lista.
Hay nueve países señalados y 55 jurisdicciones en la lista gris europea (Andorra, Suiza, Qatar, Belice, Jersey, Liechtenstein y demás sospechosos habituales figuran en esa segunda lista, propuesta por el Gobierno español).
Esos 55 países no están en la lista negra porque han mostrado compromisos para cambiar su política fiscal. Pero esos compromisos no son conocidos. El calendario para aplicar las medidas imprescindibles para evitar su salto a la lista negra tampoco es público: Andorra debe anular o modificar cuatro regímenes tributarios (según uno de los documentos filtrados), pero nadie excepto su Gobierno sabe exactamente cuáles son y cuándo debe hacerlo.
ESPAÑA:
La economía española cerró 2017 con un crecimiento del PIB del 3,1%, después de sufrir una leve desaceleración en el cuarto trimestre, cuando creció un 0,7%, una décima menos que en los tres meses anteriores.
Según los datos de contabilidad nacional, la demanda nacional, sobre todo el gasto de las familias y la inversión, han sido las macromagnitudes que más han empujado al Producto Interior Bruto durante el cuarto trimestre, mientras que la demanda exterior disminuyó su ritmo de actividad.
Tras encadenar su cuarto año de crecimiento (ya van tres realizándolo a un a un ritmo superior al 3%), el PIB español se situó en 1,163 billones de euros, su máximo histórico en términos nominales (en euros corrientes), si bien en términos reales (euros constantes) su volumen aún no se ha igualado al alcanzado durante el año 2008.
Según detalla el Instituto Nacional de Estadística (INE), la demanda nacional, que representa el 97,3% del PIB, fue aumentando a lo largo del año pasado y aportó 2,8 puntos al crecimiento total. Creció un 3,2% interanual en el último trimestre, dos décimas más que el anterior y cinco más que en los dos primeros. En este terreno, se aceleró el consumo, para cerrar el año con un crecimiento interanual del 2,5% tras haberlo iniciado en el 1,9%. La aceleración se produjo tanto en el consumo de los hogares (2,5% en el último trimestre, una décima más que en los dos anteriores y tres más que en el primero), como en el público (2,4% a final de año frente al 1% del comienzo)
Igualmente destaca la Inversión dentro de la demanda interna. Sobresale la demanda en bienes de equipo por las empresas y de las familias que han adquirido viviendas.
En términos generales, la inversión se aceleró al 5,6% en la segunda mitad del año, para crecer un 5% en el conjunto del año, casi dos puntos más que en 2016. En este capítulo, las empresas dispararon su inversión en bienes de equipo un 6,1% a lo largo del año (7,7% en el último trimestre). Una tendencia positiva que indica que las empresas se están preparando para afrontar aumentos de su demanda y ventas.
Asimismo, la inversión en construcción creció un 4,6% en 2017, casi el doble que el año anterior y al mayor ritmo desde 2006, antes de la crisis, bien es verdad que desde niveles muy inferiores a los que tenía antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Actualmente, esta variable solamente alcanza el 68% del volumen que llegó a tener en 2007.
El sector exterior, que contribuyó con tres décimas al crecimiento de la economía en 2017, mostró un comportamiento algo distinto. Las exportaciones crecieron en el conjunto del año un 5%, si bien la tasa del último trimestre del 4,4% fue 1,2 puntos inferior a la del trimestre anterior.
Desglosando ese capítulo, se aprecia una brusca desaceleración de la exportación de servicios, merced al frenazo del turismo extranjero en el último trimestre: el gasto de los no residentes pasó de crecer a ritmos cercanos al 10% en los tres primeros trimestres a un 4,2% en el último. El parón que se aprecia en la contabilidad nacional está en sintonía con el que refleja la estadística de llegada de turistas extranjeros.
Crecieron más las exportaciones que las importaciones, que aumentaron a un ritmo anual del 4,7%, con una desaceleración de todos los capítulos en el último trimestre del año. En una economía que reaccionó a la crisis volcándose hacia las exportaciones, este capítulo encadena máximos históricos de volumen desde hace siete años, mientras que las importaciones (reflejo del consumo interno) aún están lejos de los niveles de 2007. El saldo entre exportaciones e importaciones es positivo en 31.032 millones.
Por lo que respecta a la oferta, las actividades agrícolas e industriales crecieron en 2017 un 3,7%, pero mientras el sector primario registra una trayectoria descendente a lo largo del año, la de la industria es creciente.
El sector servicios se ha mantenido en un 2,6% interanual, cuatro décimas menos que el año pasado. Dentro del sector terciario destaca un trimestre más la reducción de volumen de las actividades financieras (banca) y de seguros. Reducen su tamaño un 1,5% en 2017 y encadenan su noveno año de descenso, situándose en niveles de 2003.
Respecto al empleo, creció en el cuarto trimestre un 2,9% interanual, la misma tasa que había registrado en los dos trimestres anteriores. En el conjunto del año, la tasa de crecimiento es del 2,8%, frente al 3% del año anterior. Esa tasa de crecimiento se traduce en aproximadamente 490.000 empleos equivalentes a tiempo completo más que el año anterior.
Por sectores, el empleo crece más en la construcción, un 5,2%, con un fuerte acelerón en el último trimestre, por un 2,5% en los servicios, un 3,7% en la agricultura y un 3,2% en la industria. Dentro de los servicios, destaca el aumento del 7,8% del empleo en actividades inmobiliarias, mientras que los servicios bancarios y financieros sólo ganan un 0,1%.
Por lo que refiere al comportamiento de los precios, según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios de consumo (IPC) ha subido en febrero hasta el 1,1%, frente al descenso que experimentó hace un año.
Los precios suben cinco décimas como consecuencia del repunte de los precios de la electricidad en febrero, y después de que la inflación interanual se moderara en el pasado mes de enero hasta el 0,6% como consecuencia de la bajada del recibo de la luz en ese mes.
De forma que en febrero la tasa interanual del IPC ha encadenado 18 meses consecutivos en positivo, después de que, en el pasado enero, se registrara una tasa de crecimiento interanual del 0,6% (la más baja en 16 meses) el IPC interanual ha vuelto en febrero a superar el 1%, registrando la misma tasa que en diciembre de 2017.
Respecto al mes anterior, los precios aumentaron un 0,1% en contraste con los descensos del 0,4% registrados en los meses de febrero de 2016 y 2017.
El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), por su parte, también avanza cinco décimas en comparación interanual hasta el 1,2% y respecto al mes anterior sube un 0,1%. El dato definitivo se publicará el próximo 13 de marzo.
Por otro lado, el Gobierno ha iniciado el rescate de más de 500 kilómetros de autopistas. Todas ellas volverán a ser gestionadas por el Estado momentáneamente después de presentar respectivos concursos de acreedores y ser liquidadas. Serán rescatadas en los próximos meses, si bien los plazos varían en función de cada vía en particular. Entre febrero y marzo el Estado se hará con la mayoría de ellas.
El Consejo de Ministros ha aprobado estos rescates, al autorizar la ruptura de los contratos referentes a la explotación de estas carreteras, que con más de 500 kilómetros representan el 20% de la extensión de la red de carreteras de pago.
Una vez estas pasen a ser gestionadas por Fomento, comenzará la cuenta atrás para determinar la responsabilidad patrimonial de la administración (RPA) que tendrá que hacer frente el Gobierno por asumir su gestión. La RPA es una cláusula muy habitual en los contratos referentes a infraestructuras de titularidad pública, como estas autopistas. Establece que el Estado tiene la obligación de indemnizar a las concesionarias en el caso de quiebra o rescate del activo en cuestión.
Según los cálculos de Fomento, la RPA total será de más de 2.000 millones de euros. Una cuantía notablemente inferior a la señalada por los fondos que adquirieron la mayor parte de la deuda que soportaban las autopistas (unos 4.000 millones), por el Tribunal de Cuentas (3.500 millones) o por Seopan, la patronal de grandes empresas y concesionarias (5.000 millones).
MERCADOS:
Durante febrero se ha vivido el peor mes desde el Brexit en el Ibex, y sin embargo, se ha reactivado la negociación en renta variable y, en mayor medida aún, en futuros y ETF (fondos cotizados en la Bolsa).
Y es que el aumento de la volatilidad ha ido acompañado de un repunte de la contratación en la Bolsa española. De acuerdo con los datos publicados por BME (el Grupo Bolsas Mercados Españoles es el operador de todos los mercados de valores y sistemas financieros de nuestro país) el importe negociado en renta variable española durante el mes de febrero ascendió a 46.555 millones de euros.
Esa cifra supone un aumento del 2,8% respecto a las registradas en el mismo mes del año anterior, y permite reducir al 4,1% el descenso acumulado en el año. Entre enero y febrero se negociaron 97.418 millones de euros.
La fuerza de las caídas con las que comenzó el pasado febrero y el resurgir de los bandazos, dispararon la contratación de fondos cotizados (ETF) un 41,8%. Este porcentaje se eleva al 87% en el número de negociaciones.
Al igual que los fondos cotizados, las turbulencias en los mercados también han elevado la negociación de futuros y derivados. El importe contratado en futuros sobre el Ibex 35 ha subido un 24,6% en febrero, y un 34,5% en el caso de los futuros Mini Ibex 35.
El informe mensual publicado por BME refleja por último un comportamiento más estable en el mercado de renta fija. El volumen negociado bajó un 3,9% en febrero, si bien las admisiones a cotización aumentan un 46,9%.
Por otro lado, el Tesoro Público ha colocado 6.000 millones en un bono sindicado a 30 años, con una demanda de 26.221 millones, la mayor de su historia para esta referencia y la segunda mayor para un soberano europeo a ese plazo. Los títulos cuentan con un cupón del 2,70% y una rentabilidad del 2,726%, la más baja de la historia en este plazo.
En el mercado secundario, en donde ya están cotizando estos activos, el bono a diez años ha subido hasta el 1,53% y la prima de riesgo hasta los 79 puntos básicos. Estos niveles equivalen a 105 puntos básicos por encima del tipo mid-swap (tipo de referencia del mercado interbancario de permutas de tipos de interés), un diferencial 80 puntos básicos más estrecho que en la anterior sindicación a 30 años, que tuvo lugar en marzo de 2016.
La mayor participación en las compras ha correspondido a las gestoras de fondos, con un 40,9%; seguido de entidades bancarias, con un 27,2%; compañías aseguradoras y fondos de pensiones, con un 20%; fondos apalancados, con un 6,2%; bancos centrales e instituciones oficiales, con un 5,6%. Otros inversores han participado con un 0,1% del total de las compras.
Por lo que respecta al mercado de la vivienda, Según datos publicados por el Ministerio de Fomento, el precio medio de la vivienda libre se situó en el cuarto trimestre de 2017 en 1.558,7 euros por metro cuadrado (supone un repunte interanual del 3,1%, encadenando once meses consecutivos al alza).
Frente al tercer trimestre de 2017, los precios subieron el 1,2%, según la misma fuente.
No obstante, el precio de la vivienda se mantiene alejado de las variaciones que alcanzó en el primer trimestre de 2008 (-25,8%). Por contra, se ha recuperado el 7,1% desde el valor mínimo contabilizado en el tercer trimestre de 2014.
En términos reales (descontada la inflación, por tanto, en euros constantes), entre octubre y diciembre del año pasado el precio de la vivienda libre en España creció el 1,7% respecto al mismo trimestre de 2016.
En el caso de la vivienda nueva (menos de cinco años), los precios subieron el 2,3%, hasta una media de 1.804,4 euros por metro cuadrado. Las casas de más de cinco años de antigüedad se encarecieron el 3,1%, con un precio medio de 1.550,7 euros por metro cuadrado.
Por comunidades autónomas, el precio de la vivienda libre subió en trece, lideradas por Madrid (6,9%), Baleares (6,5%), Cataluña (5,3%), Navarra (4,1%) y Canarias (3,9%). Los descensos correspondieron a La Rioja (1,8%), Castilla y León (1%), Castilla La Mancha (0,8%) y Galicia (0,4%).
En los municipios de más de 25.000 habitantes, los precios más elevados se dieron en San Sebastián (3.437,3 euros/m2), Sant Cugat del Vallès (3.060,5 euros/m2), Barcelona (3.053,6 euros/m2), Santa Eulalia del Río (3.004,9 euros/m2), Ibiza (2.939,0 euros/m2), Madrid (2.861,5 euros/m2), Getxo (2.858,6 euros/m2) y Calvià (2.760,5 euros/m2).
Los precios más bajos se registraron en Elda (521,6 euros/m2), Alcoy (577,8 euros/m2), Ontinyent (586,6 euros/m2), Crevillent (599,4 euros/m2), Villarrobledo (601,1 euros/m2) y Puertollano (610,8 euros/m2).
El precio medio de la vivienda protegida en el cuarto trimestre del pasado ejercicio se situó en 1.128,3 euros por metro cuadrado, lo que supone un repunte del 0,4 % respecto al mismo periodo de 2016.
EMPRESAS:
Durante el año 2017 las grandes empresas que cotizan en el Ibex 35 aumentaron sus ganancias aprovechando la mejoría de la economía española.
Estas grandes sociedades ingresaron un 7,6% más en su cuenta de resultados. Las empresas aumentaron sus márgenes tras reducir su carga financiera.
Las empresas españolas han aprovechado durante este tiempo para reducir su endeudamiento (apalancamiento en términos financieros). Esta circunstancia ha aligerados sus costes financieros y mejorado sus márgenes de beneficio.
Esta es una de las razones por la que las empresas que cotizan en el Ibex 35 hayan aumentado más sus ganancias que sus ingresos. La cifra de negocio de las 34 sociedades más grandes de España ascendió a 474.173 millones. Para entender la dimensión de esta cifra, es equiparable a la totalidad del gasto de todas las Administraciones públicas de España. El dato, además, supone un crecimiento del 7,66% respecto al ejercicio 2016, según los datos recopilados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El beneficio neto atribuido de estas empresas ascendió a 40.122 millones, lo que supone un incremento del 16,26% sobre el año anterior.
La rentabilidad de estas grandes compañías ha crecido durante el último año.

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