martes, 15 de marzo de 2022

LA ESPIRAL PRECIOS - SALARIOS O BENEFICIOS - SALARIOS, Y LA POLITICA DE RENTAS. ¿ESTANFLACIÓN?

 

Desde hace años, es frecuente confundir inflación con meras subidas de precios. Es normal que los precios registren variaciones como consecuencia de variaciones en las fuerzas que los determinan. A corto plazo, estos varían, alcanzándose un nuevo equilibrio para el nuevo precio.

Sin embargo, la inflación es un proceso fundamentalmente dinámico, Se trata de un proceso persistente y notable del nivel general de precios, iniciado por alguna variación (de la demanda o de la oferta), y propagado a lo largo de la economía, por las reacciones de los dos grupos más dinámicos que existen, empresarios y trabajadores. Cuanto más agresivas sean estas reacciones mayor impacto final tendrá el proceso.

La confusión entre meras subidas de precios e inflación, es lo que ha llevado a que, a veces, se utilicen términos que no tiene mucho sentido, como “inflación negativa”, “desinflación”, etc…

En las economías de mercado, los precios se fijan añadiendo un margen de beneficios al coste del producto o servicio. De forma, que una subida del coste de determinadas materias primas, o de la energía, o de cualquier input utilizado en el proceso productivo, podría motivar el desencadenamiento de una espiral precios – salarios, o beneficios - salarios.

Veamos cómo funciona el proceso: la subida del precio del input utilizado en la empresa, motiva que, para mantener el margen, se repercuta en el precio del producto o servicio vendido. Pues bien, este incremento de precios, supone una pérdida del poder adquisitivo de los salarios, razón por la que los trabajadores, a su vez, exigen un incremento de sus sueldos.

Ese incremento de los salarios, da lugar a un nuevo incremento de los costes, que, a su vez, para mantener los márgenes, provoca una nueva subida de los precios, y así continuamente… Se desencadena la temida espiral precios salarios o beneficios salarios. En la práctica, ambos grupos luchan por mantener su participación en distribución del producto o de la renta nacional. Viene a ser, algo parecido a la lucha de clases.

Este proceso puede desencadenarse con independencia de cuál sea la situación de crecimiento económico y del empleo existente en ese momento, por lo que podría tener lugar, incluso, en una situación de estancamiento económico y elevadas tasas de paro. Se trata de la llamada “estanflación”. Una situación muy grave, como la que vivimos en los años 70 del siglo pasado, donde registramos tasas de inflación de hasta un 44%, coexistiendo con tasas de paro superiores al 20%, con una enorme destrucción de empresas y puestos de trabajo.

La solución, fue aplicar lo que se conoce como “política de rentas”. Que, dicho sin ningún eufemismo, no es otra cosa que el control de los salarios. Se trata de cortar la espiral inflacionista, asumiendo el sacrificio de los trabajadores para cortar la espiral conteniendo los precios.

En España, junto a otras importantes medidas, se llevó a cabo a través de los “Pactos de la Moncloa”. Se alcanzaron una serie de acuerdos no solo económicos, firmados por el Gobierno, partidos políticos, sindicatos y empresarios.

En la situación actual, llevamos 14 meses registrando subidas de precios. En el pasado mes de febrero los precios subieron un 7,6%, incremento no visto desde el año 1986 (periodo de tiempo en el que, incluso, hemos sufrido deflación o disminuciones de precios). Esta cifra de febrero, no refleja los incrementos causados por la invasión y el conflicto en Ucrania.

Similar comportamiento está teniendo la subida de precios en todo el mundo: en Estados Unidos, se ha registrado un aumento del 7,9%, y en la zona euro el 5,8%.

Pero la realidad, es que, por ahora, no se dan los elementos que desencadenen una situación de estanflación: en España aquellos salarios que se revisaron en 2021, tan solo afectaron a casi 3 millones de trabajadores, subieron un 1,47%. En el reciente mes de enero subieron un 2% (cinco puntos por debajo de los precios). Además, por el momento, la economía sigue creciendo.  

Que la situación sea muy negativa para familias y empresas, no quiere decir que nos encontremos en una situación de coexistencia de estancamiento, inflación y paro. Para que se produzca esa gravísima situación de espiral inflacionaria, es imprescindible que las subidas de precios se trasladen a los salarios por la presión de los sindicatos. Esta subida de los salarios provocaría que los empresarios, para mantener los márgenes, la trasladasen a los precios y, a su vez, vuelta a empezar.

Hasta el Banco Central Europeo ha sido bastante optimista, de forma que espera que la inflación media de la eurozona se situé en el 5,1% este 2022, de forma que en los próximos años se vaya situando próxima al objetivo del 2%.

Ahora bien, en la situación actual de subidas de precios, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo, se encuentran con el dilema de comenzar a restringir la política monetaria tan expansiva que han venido aplicando en las sucesivas crisis que hemos venido padeciendo, e incluso desactivar o bien mantener la “cláusula general de escape” (suspensión de las reglas fiscales de deuda y déficit fiscal).

Si a ello, añadimos el efecto “bumerang” de las sanciones económicas a Rusia, nos lleva al riesgo de un excesivo enfriamiento económico, provocando un crecimiento nulo, e incluso la recesión o caída del producto.

En cualquier caso, la incertidumbre es tan grande, sobre todo acrecentada por las consecuencias de la guerra en Ucrania, que es muy difícil predecir cuál será la evolución final y sus consecuencias, que, desde luego, podrían ser tremendamente graves y complicadas para la economía.

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