Citando al llamado, por el presidente del BCE Mario Draghi, Pacto de Crecimiento, se viene hablando de rebelión contra la política de austeridad a ultranza impuesta por Ángela Merkel. La realidad es que nadie sabe en qué consiste ese Pacto, por lo que podría ocurrir -ojalá no fuese así- que nos quedemos en una nueva proclama “a bombo y platillo” de nuestros responsables políticos europeos, pero sin articulación alguna de medida real a corto plazo.
GLOBAL:
Según el nobel Krugman, España se encuentra en una Depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total de casi un 24%, comparable a la que tuvo Estados Unidos durante la Gran Depresión (aún peor ya que la tasa de paro juvenil es superior al 50%).
Según Krugman, ese es el verdadero origen del aumento de la prima de riesgo para nuestro país, que en los comienzos de la crisis tenía una deuda baja y disfrutaba de superávit presupuestario.
Fue el estallido de la enorme burbuja lo que originó el arranque de la crisis económica, por lo que señala este profesor que los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa.
Según el catedrático de la Universidad de Princeton, la receta de una mayor austeridad fiscal es descabellada. “Europa ha tenido varios años de experiencia con programas de austeridad rigurosos, y los resultados son exactamente lo que los estudiantes de historia les dirían que iban a pasar: someter a las economías deprimidas a una depresión aún más profunda”.
Los prestamistas analizan en la economía que necesita esos fondos prestados su capacidad para devolver sus préstamos (su renta o producto), por lo que los programas de austeridad que conduzcan a menos producción o generación de riqueza, aumentan los riesgos y, consiguientemente, los costes de su financiación.
Una salida del euro y el restablecimiento de las monedas nacionales, sería enormemente perjudicial tanto económica como políticamente. Ahora bien, en palabras de Krugman, “es suicida imponer una austeridad cada vez más rigurosa a países que ya están sufriendo un gran desempleo en una situación de depresión económica”.
Señala, “que si los líderes europeos quisieran realmente salvar al euro estarían buscando un rumbo alternativo. Y la forma de dicha alternativa es en realidad bastante clara. Europa necesita más políticas monetarias expansivas por parte del BCE, y unas políticas fiscales igualmente expansivas en Alemania que contrarrestasen la austeridad en España y en otros países en apuros de la periferia europea, en lugar de reforzarla.
Incluso con esas políticas, los países periféricos se enfrentarían a años de tiempos difíciles, pero al menos existiría alguna esperanza de recuperación”.
Sin embargo, como contraste imperan la rigidez y la ausencia de flexibilidad: durante el pasado mes de marzo, los líderes europeos firmaron un pacto fiscal que establece de hecho la austeridad fiscal como respuesta ante todos y cada uno de los problemas.
Mientras tanto, los principales responsables del banco central europeo insisten en recalcar su voluntad de aumentar los tipos a la más mínima señal de una inflación más elevada.
Acusa Paul Krugman a los líderes europeos de “dar la impresión de que están decididos a tirar su economía y sociedad por un precipicio. El mundo entero pagará por ello”.
ESTADOS UNIDOS:
La situación en el mercado laboral estadounidense continúa siendo muy compleja y presenta grandes debilidades. Durante el pasado mes de abril se ha registrado el ritmo más lento de creación de empleo (115.000 empleos netos: exceso de los empleos creados sobre los perdidos), lo que viene a confirmar que la principal economía mundial ha entrado en una fase de moderación en su crecimiento.
La tasa de paro (porcentaje de parados sobre su población activa) descendió una décima (8,1%), pero se imputa este descenso al llamado “efecto desánimo”, es decir, al hecho de que hay desempleados que, tras un proceso de búsqueda infructuosa de empleo, se desaniman y abandonan su proceso de búsqueda (dejan de ser considerados y contados como parados).
La realidad es que se trata de un dato decepcionante, aunque la Casa Blanca señale que el sector privado sigue creando empleo desde hace ya 26 meses, los analistas esperaban mejores datos de empleo. Además, la tasa de actividad (el porcentaje de los que buscan empleo respecto a la población en edad de trabajar) ha caído al 63,6%. En Estados Unidos hay 12,5 millones de parados, siendo el desempleo juvenil casi del 25%.
Por otro lado, hay 7,9 millones de personas empleadas sólo a tiempo parcial, por lo que si tenemos en cuenta a todos los grupos, en Estados Unidos hay una tasa de subempleo (personas poco aprovechadas) del 14,5%.
Se trata de un escenario complicado, ya que el dato no pone de relieve la debilidad económica que desencadenase la reactivación de los estímulos económicos por parte de la Reserva Federal estadounidense.
No obstante, el banco central estadounidense espera que la tasa de paro baje al 8% al final de año. Esperemos que no se deba al efecto estadístico de desanimo señalado.
UNIÓN EUROPEA:
Según los datos preliminares difundidos por la oficina nacional de estadísticas del Reino Unido, la economía inglesa ha vuelto a entrar en recesión después de que su Producto Interior Bruto (PIB) se contrajera un 0,2% en el primer trimestre de este año. Está caída unida a la contracción, del 0,3% en el último trimestre de 2011, han motivado su recaída.
Tanto el Ejecutivo como el Banco de Inglaterra esperaban un repunte del crecimiento en 2012, lo que hubiera evitado caer en recesión (dos trimestres consecutivos de contracción).
Pese a estos datos y a la presión de la oposición laborista, el primer ministro, David Cameron, sigue insistiendo en la necesidad de profundizar en los recortes del gasto público aplicados para reducir el déficit: "la situación es dura", ha reconocido ante el Parlamento, pero se debe "reequilibrar la economía" y reducir la cifra de Deuda Pública que supone una cifra equivalente al 66% de su PIB.
La disminución de la actividad económica en el Reino Unido se debe a la contracción del 0,4% registrada en la industria, y al retroceso del 3% en la construcción (el mayor descenso habido en tres años en ese sector). Sin embargo, el sector servicios aumentó su producción en un 0,1%.
Por tanto, la mayor economía fuera del euro está sufriendo, desde los años 70, su primera "doble recesión". Entre 2008 y 2009, encadenó cuatro trimestres consecutivos de disminuciones de su PIB, en lo que fue la recesión más prolongada de la economía británica, que la condujo a un auténtico desplome del 7,1% en su producción.
En todo caso, el ejecutivo inglés ha precisado que se trata de una estimación preliminar, por lo que existe la posibilidad tanto de una revisión al alza como a la baja de las cifras señaladas.
George Osborne, ministro de Finanzas del Reino Unido, ha señalado que la situación económica del país es difícil y la recuperación llevará más tiempo del previsto, añadiendo que "lo que serviría para empeorar la situación sería abandonar nuestro creíble programa añadiendo de manera deliberada más endeudamiento”.
La realidad, es que la economía británica no se ha recuperado completamente desde la recesión anterior, sin duda, como consecuencia de la crisis de deuda en la zona euro, de los recortes de gasto decretados por el Gobierno y, cómo no, de un sector bancario seriamente dañado.
La situación económica peor de la prevista por los analistas, supone una mala noticia para el Gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas que, por el contrario, esperaba signos de recuperación económica para proseguir con su programa de recortes públicos.
ESPAÑA:
Desde los años que siguieron a la Guerra Civil, la economía española jamás había caído, en tan corto espacio de tiempo, en una doble recesión.
El servicio de estudios del Banco de España ha certificado lo que se venía esperando: durante el último trimestre de 2011 y el primero de 2012, el PIB español ha sufrido dos trimestres consecutivos de caídas. Lo peor, es que la nueva contracción económica tiene lugar, tan sólo, tres años después de que España cerrara, a finales del año 2009, la recesión económica más aguda y larga habida en medio siglo (21 meses).
El boletín de abril del Banco de España señala que la economía inicia el año 2012 en situación de recaída… con una demanda nacional muy débil (insuficiencia de demanda), cuyo impacto se ve únicamente amortiguado por la mayor fortaleza del sector exterior (aumento o mantenimiento de las exportaciones y caída de las importaciones consecuencia de la debilidad económica).
Además, la recesión se agrava, ya que en tasa trimestral, el PIB español perdió más entre enero y marzo (un 0,4%) que en el trimestre final de 2011 (un 0,3%).
La inversión, tan necesaria en estos momentos, en bienes de equipo retrocede hasta el 3,5% respecto al trimestre anterior.
Sin embargo, el nuevo retroceso del PIB no es tan contundente como lo que había llegado a pronosticar la Comisión Europea (-0,7%), pero está en línea con los vaticinios más recientes de la mayoría de analistas, que anticipaban una recesión más extensa y profunda que lo que vaticinaban hace un par de meses. “Las caídas más intensas no tendrán lugar en el primer trimestre de este año, como se esperaba, sino en los trimestres centrales”, advertía el gabinete de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros (FUNCAS).
Estas nulas expectativas de crecimiento económico, complican extremadamente el ajuste presupuestario (Bruselas exige al Gobierno que recorte el déficit del 8,5% al 5,3% del PIB este año).
Como causa principal se apunta, cada vez en mayor medida, a la completa sequía del crédito en la economía española, señalando abiertamente al sistema bancario muy afectado por el -poco evaluado y conocido- peso de sus activos inmobiliarios dañados.
El resultado es una sangría de desconfianza en los mercados, que ha llevado a la Bolsa a niveles tan bajos como los que experimentó en lo peor de la Gran Recesión (el primer trimestre de 2009). Y un repunte de la prima de riesgo de la deuda pública española, que se acerca al récord de la época euro (468 puntos básicos en noviembre pasado).
La segunda recesión en tres años (la quinta de la democracia) deja en nada la mínima recuperación atesorada entre 2010 y el primer semestre de 2011. Además, aleja la posibilidad de recuperar el nivel de producción que la economía española había alcanzado antes de la crisis, un horizonte que el Fondo Monetario Internacional lleva hasta 2017 (una década perdida en toda regla).
Según el servicio de estudios del Banco de España, el PIB también habría entrado ya en terreno negativo en tasa interanual (0,5%). La inmensa mayoría de los analistas privados creen que esa comparación anual llegará a superar el -2% a lo largo de 2012.
El boletín económico del Banco de España detalla que el descenso del PIB se debe, de nuevo, al retroceso de la demanda interna (consumo más inversión, públicos y privados). Que la caída sea más intensa se debe a que la aportación del sector exterior, aunque positiva, es inferior a la del trimestre anterior.
Entre enero y marzo se dejó notar la ralentización de las economías europeas, clientes preferentes de las exportaciones españolas, que habrían encajado un descenso similar al del último trimestre de 2011 (-1,6%). Las importaciones, espejo de la débil demanda interna, también bajan, pero a menor ritmo que en los meses finales del año pasado (-6,5%).
El consumo privado, que explica más de la mitad de la demanda española, retrocede un 0,4% en términos trimestrales, mientras la inversión en bienes de equipo cae hasta un 3,5%, según las estimaciones del Banco de España. Ambos registros son algo mejores que en el trimestre de cierre de 2011. Eso y la expectativa de una recuperación de las economías centrales del euro (Alemania y Francia) alentarían un futuro próximo algo menos negro.
En contra juega la tensión de los mercados financieros (menos crédito), y sobre todo, el drástico ajuste presupuestario del Gobierno español en marcha, que, advierte el supervisor, “se profundizará y dejará sentir en mayor medida en los próximos meses”.
Por otro lado, aunque el Gobierno alude una y otra vez al exceso de gasto cuando recuerda el notable desvío del déficit público en 2011, último año de gestión socialista (el déficit cerró en el 8,5% del PIB, cuando debía haberlo hecho en el 6%), según ha aclarado el Banco de España, las razones del desfase hay que buscarlas por el lado de los ingresos: “en torno al 90% de la desviación presupuestaria observada en 2011 se debió a la extrema debilidad de los ingresos públicos.
El gasto público se contrajo un 2,3% en 2011, debido a que la infra ejecución en los pagos de capital (inversiones) compensó las desviaciones al alza en el pago de intereses. La merma de ingresos, que tuvo más impacto en las cuentas autonómicas que en las estatales, se produjo en paralelo al inicio de esta nueva recesión”
Centrándonos en este año 2012, según las cuentas expuestas por el Ministerio de Hacienda, en el primer trimestre, los ingresos tributarios bajaron un 2,5% respecto al mismo periodo de 2011.
En el proyecto de Presupuestos, el Gobierno pronostica que la recaudación por impuestos aumentará, en el conjunto del año, un 4,3%, más del triple que en 2011. Y esto a pesar de que también prevé que la recesión motive una caída del PIB de un 1,7% en este año.
La mayoría de los servicios de estudios privados desconfía de la previsión de ingresos del Presupuesto por demasiado optimista. Debemos recordar que de ella depende que se cumplan los ambiciosos objetivos de déficit para este año (pasar del 5,1% al 3,5% del PIB en la Administración central, del 8,5% al 5,3% en el conjunto del Estado).
Sin embargo, la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, ha señalado que “estamos razonablemente satisfechos de cómo evoluciona la recaudación. Casi todas las medidas de ingresos adoptadas por el Gobierno están por activarse.
El Gobierno confía en recaudar 12.300 millones con el recargo al IRPF, la subida del impuesto de sociedades (vía recorte de deducciones) y la amnistía fiscal”.
De todas ellas, solo el recargo del IRPF se ha empezado a sentir en los datos de marzo. Fue el primer mes en el que se ingresaron las retenciones al trabajo efectuadas por grandes empresas y Administraciones con la nueva tarifa, que lleva el tipo máximo hasta el 52%.
En este momento no hay datos significativos en la recaudación del impuesto de sociedades. Y la evolución en los impuestos indirectos, donde no hay previstas medidas extraordinarias por ahora, va bastante peor. La recaudación por IVA hasta marzo desciende un 6,4% (casi el doble de lo que se prevé en los Presupuestos para todo el año) y la de los impuestos especiales, un 2,4% (aquí la previsión anual es una caída del 2,9%).
Fernández Curras, también presentó la evolución del déficit de la Administración central. En la información de la Intervención General del Estado, figura que el Gobierno acumula un desfase de casi 20.000 millones, equivalente al 1,85% del PIB, lo que supera el resultado de 2011 por estas fechas (-1,06%) y es más de la mitad del objetivo para todo el año.
Las previsiones de los servicios de estudios son, en sí mismas, una previsión. Los expertos de grandes empresas, entidades financieras, casas de análisis y centros de investigación universitaria empezaron a empeorar sus pronósticos sobre la economía española en septiembre pasado. Y así, mes a mes, hasta ahora. Pocos indicios más fiables de que se había vuelto a echar el freno y la marcha atrás, de la segunda recesión en tres años. La cosechas de pronósticos van todas a peor.
Para 2013, la mayoría de los servicios de estudios coincide en que se darán tasas trimestrales negativas que llevarán a una disminución del PIB de un 0,2% en tasa anual.
El próximo año, la tasa de paro, según el promedio de las estimaciones, ascenderá al 24,6% (una proporción que los más pesimistas sitúan por encima del 26%).
La insuficiencia de la demanda interna (consumo más inversión) seguirá siendo el mayor lastre de las expectativas de crecimiento y empleo.
La mayoría de analistas apunta a que la contracción del consumo privado se alargará hasta la segunda mitad de 2013. Hay que señalar que esta circunstancia deja poco margen a la anunciada subida del IVA, como medida que vaya a incrementar la recaudación.
Otro factor clave que explica la recaída en la recesión es, sin duda, el ajuste del déficit público: los drásticos recortes presupuestarios en el Gasto Corriente y en la Inversión de las Administraciones públicas agravan las caídas del PIB español, y se traducirán en una menor recaudación pública.
Y es que el ajuste presupuestario contribuirá de forma significativa a deprimir aun más el crecimiento de la economía española. Y por ello, tampoco posibilitará el alcance del objetivo de déficit público asumido.
Al término de este año, la frustración de los agentes económicos puede ser una de las consecuencias más explicitas, y no precisamente la menos dañina a medio plazo. En ausencia de cambios en la orientación dominante de las políticas en la eurozona, nuestra economía será una de las que siga sufriendo en mayor medida en los mercados financieros dónde se hace patente la erosión de la confianza, no solo en la capacidad para alcanzar el objetivo de déficit público, sino de saneamiento financiero del sector privado (en particular del sistema bancario).
En ese sentido se han conocido las conclusiones preliminares del informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el sector financiero español. Los técnicos del organismo alertan del riesgo de una morosidad “oculta” debido a la tolerancia de bancos y cajas con las refinanciaciones.
Fuentes financieras admiten que una de las preocupaciones internacionales es que fuera del delimitado perímetro de activos tóxicos haya más morosidad de la declarada y, por tanto, unos balances menos saneados.
El informe original en inglés utiliza un duro término para referirse a ese mayor riesgo de crédito que el reconocido: habla de que esa indulgencia de los bancos puede haber enmascarado u ocultado –masked- el verdadero riesgo de crédito de la banca. La traducción española difundida por el Ministerio de Economía, sin embargo, suavizó ese mensaje y tradujo ese “ocultado” por “impedido apreciar”, lo que ha contribuido a que la advertencia del Fondo pasase inadvertida.
Una forma de retrasar los problemas por parte de las entidades financieras ha sido la de refinanciar préstamos a particulares y empresas que no pueden pagarlos. En la medida en que se les concede un nuevo crédito y su obligación de pago se difiere, no aparecen como morosos, pero probablemente no se les habrían concedido los nuevos préstamos de no existir los antiguos a los que no habrían podido hacer frente sin la refinanciación.
No se conocen los datos a este respecto de las refinanciaciones existentes, lo que alimenta las sospechas del Fondo Monetario Internacional y de los inversores internacionales. Dice el informe del FMI que el impacto de la tolerancia de las entidades “no ha podido ser recogido plenamente en la prueba de resistencia debido a la falta de datos y esto puede haber ocultado la dimensión del riesgo de crédito en algunas entidades”.
Los técnicos del Fondo admiten en sus conclusiones que este problema es "algo que las autoridades supervisoras señalan está siendo vigilado de cerca". La realidad es que a nivel de diversas fuentes solventes en este ámbito, se señala que existe la conciencia entre los potenciales prestamistas inversores en los mercados financieros, de que esta vigilancia no está siendo suficiente.
Algunos analistas señalan en esa línea que el FMI también subraya que para "orientar sobre la mejor estrategia para el sistema bancario español de cara al futuro, un diagnóstico completo de los activos problemáticos puede ser particularmente útil".
Pese a que los bancos han publicado información detallada sobre sus riesgos con el sector del ladrillo (inmuebles adjudicados, créditos con garantía de suelo o promociones sin terminar, etcétera), el Fondo da a entender que el diagnóstico aún no es completo.
Es precisa “la realización de una evaluación independiente y detallada de las carteras de préstamos, en particular de los activos inmobiliarios, lo que sumaría transparencia y credibilidad al proceso”.
La tasa de morosidad del sistema financiero español se ha situado, según el Banco de España, en el 8,16% (su nivel más alto desde octubre de 1994), y la recaída en la recesión empeorará esta tasa, tanto por la entrada en mora de nuevos préstamos como por la aún mayor contracción del crédito. A menor volumen total de crédito, un mismo importe de créditos dudosos representa una mayor tasa de morosidad.
Claramente, es que la ocultación que supone la refinanciación (realizada con la esperanza de que la situación económica mejore y permita superar las dificultades de pago), si la realidad impone todo lo contrario (su empeoramiento), la morosidad oculta acabara aflorando. Numerosas empresas, sobre todo del sector inmobiliario, han realizado ya dos y hasta tres rondas de refinanciaciones con los bancos.
Las conclusiones preliminares del informe del Fondo Monetario Internacional, no deslizan críticas expresas sobre la labor supervisora del Banco de España, pero sí señalan deficiencias en su marco regulatorio. Se alaba al supervisor por “su personal altamente experimentado y respetado, apoyado por buenos sistemas de información y por rigurosos procesos supervisores”, pero se reclama fortalecer la independencia regulatoria del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, dotándoles de más poderes.
Son estas dudas sobre el sector financiero español, las que han llevado a la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) a rebajar la nota de solvencia de la deuda soberana en dos escalones, hasta BBB+, un nivel que se considera aprobado alto, pero que está a solo tres pasos del bono basura.
Este nivel BBB+ supone para España dejar el grupo A, el de los mejores, y aleja aún más a la deuda española de la máxima nota (está siete peldaños por debajo de la triple A), que España perdió en enero de 2009. “Hemos adoptado un nuevo escenario base macroeconómico, que consideramos acorde con la rebaja de rating y con la perspectiva negativa”, afirma la agencia en un comunicado. “Así, hemos revisado nuestra previsión de evolución real del PIB para 2012 y 2013 y ahora prevemos una contracción del 1,5% y de un 0,5%, respectivamente, comparado con crecimientos del 0,3% y del 1% que estimábamos en enero de 2012”, añade.
La caída de la demanda interna y el plan de consolidación fiscal del Gobierno -“cuyos principales ajustes se concentran en los primeros años del programa”- son algunos de los elementos que explican el deterioro de la situación económica, a juicio de la agencia.
Y no contentos con lo anterior, en el plazo de una semana, S&P volvió a rebajar la credibilidad de la economía española en su flanco más débil: el de las cuentas autonómicas: además de sembrar dudas sobre la posibilidad de que Cataluña pueda pagar su deuda, S&P recortó en dos escalones las calificaciones de Madrid, Galicia, Canarias, (de A a BBB+), País Vasco y Navarra (de AA- a A); y en tres las de Andalucía, Aragón (de A a BBB) y Baleares (de A- a BBB-). Baleares y Cataluña se quedan al borde del bono basura.
En el caso de País Vasco y Navarra, la agencia destaca sus perfiles crediticios "fuertes", debido a su autonomía fiscal, su sólida gestión financiera, su baja carga de deuda y sus economías orientadas a las exportaciones.
Sin embargo, en contraste, es muy preocupante la emisión a seis meses de 500 millones de la Comunidad de Valencia, forzada por vencimientos inmediatos, a un tipo de interés del 7%, un coste superior al que pagan países intervenidos como Grecia o Portugal. La deuda valenciana cotiza al nivel de bono basura y eso explica las penosas características de la emisión.
La cuestión inmediata es por qué el Tesoro español ha permitido una emisión de tales características, ya que, dada la práctica imposibilidad de devolución de la deuda contraída con los inversores institucionales, sin duda, degradará indirectamente la calidad crediticia del Estado español.
El paro bajó, por primera vez en ocho meses, y la afiliación a la Seguridad Social aumentó. Aún así, este mes de abril solo fue mejor que los de 2008 y 2009, cuando la crisis económica se manifestó con toda su virulencia. Porque abril, aupado por el inicio de la campaña turística que marca la Semana Santa, suele ser un mes de creación de empleo. Y las cifras que ofrece esta vez, marcadas por la segunda recesión en tres años, son raquíticas.
El número de parados registrados en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo, al finalizar el mes de abril, se situó en 4,74 millones de personas, habiendo bajado durante el mes en 6.632 desempleados, un descenso porcentual del 0,14% respecto a marzo.
Si realizamos la comparación en términos interanuales, la perspectiva cambia: el paro repunta en referencia a abril de 2011, para anotarse un aumento anual del 11,1% (474.875 parados más). La reducción del desempleo de abril es apenas una décima parte de la experimentada en el mismo mes de 2011, cuando el paro bajó en 64.309 personas. Solo en dos ocasiones ha subido el paro este mes: en 2008 y en 2009, cuando se registraron 37.542 y 39.478 desempleados más.
La contratación indefinida siguió a la baja, pese a que la reforma laboral lleva ya más de dos meses en vigor, una señal más del poder destructivo de la recesión. Del millón escaso de contratos registrados, solo 90.123 eran indefinidos, cifra equivalente al 8,98% del total y un 6,3% inferior a la del mismo mes de 2011.
En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, más de los mismo. Se registró un incremento medio de 16.549 afiliados (+0,10%) respecto a marzo. Pero en la comparación anual, las cifras empeoran y el retroceso es ya del 3,18%.
También empeoran las cifras desestacionalizadas, que en este caso filtran el impacto de la Semana Santa: desde este prisma lo que hubo fue más destrucción de empleo, unos 73.000 afiliados menos que en marzo.
Y lo que es peor, el gasto en protección contra el paro ha aumentado con fuerza. Esta cuestión no ha sido valorada por el Gobierno al elaborar los Presupuestos para este año, por lo podría encontrarse con el hecho de que antes de que el Presupuesto sea aprobado por el Parlamento, el mercado laboral haya triturado las previsiones.
Hacienda calcula que el gasto en prestaciones por desempleo bajará casi un 5% respecto a 2011. En cambio, hasta marzo, esta partida ha consumido un 2,7% más de lo gastado en el mismo periodo del año anterior, según el Ministerio de Empleo.
MERCADOS:
La Bolsa española agudiza su caída acumulada en el año. El Ibex 35 ha cerrado el mes de Abril acumulando un retroceso del 20% en lo que va de año. Es más de lo que perdió en el conjunto de 2011 y ha quedado situado por debajo de los 7.000 puntos.
Y no solo es que se encuentra en el nivel más bajo desde marzo de 2009, en lo más duro de la recesión, sino que empieza a acariciar el valor de 2003, lo que significaría casi una década perdida.
La mala racha de la banca, que suscita grandes dudas en la Eurozona, sigue lastrando el selectivo español, a lo que se añadió la expropiación de la filial argentina YPF a Repsol.
En contraste, los cereales, las grasas, la carne y otros alimentos se han convertido estos últimos años en una línea de productos especulativos más para los inversores, disponibles además en una gran variedad de formatos, desde los futuros y opciones hasta los fondos o ETF.
Y lo cierto es que la popularización de estos instrumentos ha coincidido con un ascenso histórico de las materias primas agrícolas en los mercados de Chicago, Londres o París. El índice del FMI especializado en estos productos subió desde los 75 puntos de 2002 hasta los 191 de febrero de 2011. Ahora está en torno a 170. Otro de los índices de referencia, el FAOFOODI de Naciones Unidas, subió en febrero hasta los 215 puntos, un 140% más que en 2000.
Las materias primas agrícolas han ofrecido retornos notables en los últimos años. “Debido a las buenas condiciones meteorológicas y a la existencia de excedentes, lo que ha provocado caídas del 10% en cereales e incluso del 20% en otros productos, todos parecen apostar por un nuevo repunte de estos productos, esenciales para el día a día de la población mundial”, señalan en la firma de compraventa ETF Securities.
Algo que, siendo esperado por los inversores, es temido por los consumidores. La fuerte subida registrada por estas commodities en 2007-2008 provocó una crisis alimentaria en muchos países y desató una ola de críticas.
Tan preocupante como las subidas de precios es la gran volatilidad de estos mercados.
Una volatilidad que hace años no existía debido a la regulación existente. “Desde que la UE decidió eliminar las políticas regulatorias, estamos en un nuevo paradigma, marcado por la liberalización del comercio mundial, que acabó con la estabilidad de precios y estuvo en el origen de las grandes subidas de precios de 2007 y 2008”.
Por todo ello, además de la peligrosidad que supone el alterar los precios de materias que constituyen el sustrato alimenticio básico de gran parte de la población mundial más pobre, preocupa que esa volatilidad acabe inflando una nueva burbuja mundial.
En otro orden, según los datos de la asociación de fabricantes ANFAC, la venta de coches en España registró su peor abril con una caída de las matriculaciones de casi el 22%, hasta 56.250 unidades. Se prevé que este año sea el peor para el sector desde que se creó el registro de matriculaciones, en 1989.
La industria del automóvil sobrevive en España gracias a las exportaciones (más del 80% de la fabricación se vende fuera). Pero la venta a particulares se está viendo especialmente afectada. Las matriculaciones disminuyeron en abril un 16,6%, con lo que ya son 22 meses de caídas consecutivas.
Según el director de comunicación de ANFAC, David Barrientos, “el mes de abril ha supuesto un nuevo golpe, con un volumen más cercano a principios de la década de los noventa que a los tiempos actuales”.
De confirmarse esta evolución, se superarían las malas cifras de 1993, acumulando el canal de ventas a particulares 22 meses de descensos consecutivos.
Los fabricantes también han alertado respecto a que la situación afecta a la “vulnerabilidad” de la veintena de plantas instaladas en España, ya que las exportaciones también están cayendo (un 20% en el primer trimestre) como consecuencia de la caída de la demanda en Europa, el principal mercado de las mismas.
EMPRESAS:
Los 900 altos directivos que están al frente de las empresas de la bolsa española cobraron en 2011 alrededor de 480 millones de euros, el equivalente al salario medio de 40.000 personas o 56.000 que cobrasen el Salario Mínimo Interprofesional.
Las compañías cotizadas también aumentaron el salario de sus consejeros casi un 4%.
Repsol es la compañía que más subió la retribución de su órgano de administración, con un alza del 48%. Los consejeros de Santander, Telefónica y Repsol son quienes más ganan.
La media de los vocales de las empresas del Ibex se sitúa en los 600.000 euros anuales, aunque la horquilla es muy amplia. Varía desde los siete millones que cobra un consejero ejecutivo de Telefónica hasta los 36.000 euros de un dominical de BME. Los independientes de la operadora son los mejor pagados, con algo más de medio millón de euros de retribución. Santander y Repsol retribuyen a cada consejero ejecutivo con seis millones de euros.
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