Según Eurostat –la Oficina Estadística de la Unión Europea- se ha frenado la recuperación económica en la eurozona durante el tercer trimestre del año 2013, debido al debilitamiento de la actividad económica en Alemania y Francia. El producto interior bruto (PIB) del conjunto de la zona euro creció solo el 0,1% en el tercer trimestre del año respecto del trimestre anterior, lo que representa un importante parón respecto al crecimiento registrado en el segundo trimestre de este año del 0,3%.
JAPÓN:
Como consecuencia del ingente programa de estímulos fiscales y monetarios del ministro Abe, el Producto Interior Bruto japonés ha registrado un año de crecimiento, aunque también se ha ralentizado durante el tercer trimestre del año.
El incremento respecto al trimestre pasado ha sido del 0,5% (la mitad de lo que se crecía en la primera mitad del año).
La tasa anual de crecimiento del PIB se ha situado en el 2,6%. El primer objetivo de las “Abenomics” es conseguir escapar de la deflación que ha venido padeciendo a lo largo de las dos últimas décadas, por lo que se ha fijado como objetivo que los precios suban un 2% durante los dos próximos años.
Hay que citar que las fuertes inyecciones de liquidez (aumento de la cantidad de dinero) realizadas por el Banco de Japón, han dado lugar a una depreciación del Yen de alrededor de un 30% respecto al dólar y al euro, lo que debería haber facilitado los ingresos de los exportadores de ese país por el aumento de las mismas.
Sin embargo, las exportaciones y el consumo interno han sufrido un retroceso del 0,65 en el último trimestre.
EUROZONA:
El ritmo de crecimiento del PIB de la región del euro ha sido realmente decepcionante. La disminución del producto de las economías italiana y francesa y el retroceso de la alemana han sido significativos. Italia prolonga la recesión hasta nueve trimestres consecutivos y la recaída de Francia es notoria, volviendo a entrar en decrecimiento de su PIB en un 0,1%. Alemania ha crecido un 0,3%, frente al 0,7% del trimestre precedente, en gran medida como consecuencia del debilitamiento de sus principales socios comerciales europeos, a pesar de la diversificación geográfica de sus exportaciones.
Con esta situación es realmente imposible bajar el abultado desempleo, ni tampoco es posible conseguir la deseada estabilidad y el definitivo saneamiento del sistema bancario.
El estancamiento económico no favorece precisamente a la necesaria cohesión interna, y debilita los apoyos a la unión bancaria en la eurozona.
Por otro lado, la existencia de incrementos de precios muy reducidos produce cierto temor y desasosiego por la tozudez de algunos Gobiernos, especialmente el germano, en mantener políticas que van a propiciar unos efectos que ahonden aún más esos temores, ya que no tratan de estimular el necesario crecimiento económico.
Ha quedado suficiente probada la ineficacia de la simultaneidad de las restricciones en la política fiscal en la región. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, Alemania que alardea de su superávit público, debería de aplicar más estímulos económicos que compensaran los ajustes que están realizando las economías del Sur de Europa.
Frente al fantasma de la “situación a la japonesa” que amenaza a las economías del euro, la política monetaria del Banco Central Europeo ya está al borde de sus posibilidades: “se está agotando su munición”.
Durante el año 2009, con la Gran Recesión, registramos tasas negativas(caídas) de precios en la mayoría de países occidentales, y las respuestas fueron muy diferentes:los bancos centrales occidentales dieron “barra libre” de liquidez a sus bancos, y aceleraron las bajadas de tipos de interés; las autoridades del G20 coordinaron grandes estímulos fiscales.
En Estados Unidos, la Reserva Federal bajó las tasas oficiales de interés al cero por ciento, e intervino comprando deuda pública y valores de renta fija privados. Todo simultaneado con el mayor rescate de la historia del sistema financiero.
¿Consecuencia? El paro estadounidense es algo mayor del 7%, mientras que en la eurozona supera el 12%.
En Europa el Banco Central Europeo ha ido bastante por detrás de la Reserva Federal estadounidense, agravando los perjuicios de los recortes y rebajas salariales en contra del crecimiento económico. Por si fuera poco, las medidas de saneamiento bancario han sido más lentas.
Diversos autores que han estudiado a la deflación japonesa, insisten respecto a la posible antesala del viejo continente a la deflación, fruto de la perversa combinación de la austeridad fiscal con la ortodoxia monetaria.
Richard Koo, prestigioso economista japonés ha señalado que Europa se encuentra en, lo que él denomina “una recesión de balance”, es decir, una situación provocada tras el estallido de la burbuja, en la cual tanto individuos como empresas optan por pagar sus deudas en lugar de pedir dinero prestado, aunque las tasas de interés estén en cero por ciento.
Según Koo, en este tipo de recesión la política monetaria no funciona, y no se saca nada con reducir las tasas de interés a cero. Tampoco funcionan los recortes de impuestos,puesto que aumentan el ahorro de los hogares que los lleva a pagar cuanto antes la deuda. Afirma que “si las familias y empresas están ahorrando, la economía se dirige al abismo y lo único que la puede contener es el gasto del gobierno. Por lo menos hasta que la economía alcance el punto en el cual las empresas y las familias vuelvan a estar en condiciones de pedir prestado de nuevo para echar a andar el sistema financiero”.
Esta política de gasto público ha funcionado bien en Japón, Estados Unidos y el Reino Unido. De hecho, las deudas públicas de estos tres países son bastante mayores a las de los países europeos, como España. Sin embargo, no podemos olvidar la presión que, no han sufrido esos países en sus Primas de Riesgo, pero si países como el nuestro, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda.
Una de las razones explicativas de Koo, es que están insertas en la moneda única y no tienen una verdadera soberanía monetaria.
Por otro lado, el Banco Central Europeo ha avisado de que relajará los criterios de los test de estrés que se van a realizar a los bancos, en las próximas pruebas a realizar. En el sector se entiende que serán bastante más suaves que las de hace un año, ya que la situación ha cambiado: la inflación sigue contenida, y al BCE lo que le preocupa ahora es precisamente el riesgo de que sea demasiado baja. De ahí, su afirmación respecto a que mantendrá anormalmente bajos los tipos de interés.
Finalmente, en otro orden, citar que las agencias de calificación siguen siendo cuestionadas. El supervisor bursátil europeo (ESMA, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que denuncia una serie de ineficiencias en el trabajo de las tres grandes agencias de solvencia (S&P, Moody’s y Fitch).
La investigación se centra en los procesos usados por estas firmas para evaluar la calidad de la deuda soberana de los Estados europeos.
La ESMA identifica cuatro grandes lagunas en la labor de las agencias: la existencia de conflictos de interés que condicionan su labor; la proliferación de grietas informativas que ponen en peligro la confidencialidad de los datos; la tendencia a demorar la publicación de cambios en las notas; y la escasez de recursos técnicos y humanos para afrontar su misión.
“La investigación de la ESMA ha desvelado deficiencias en el proceso de calificación soberana que podrían suponer un riesgo para la calidad, la independencia y la integridad de sus informes”. Aunque la ESMA no ha decidido todavía si los fallos detectados vulneran la normativa y advierte de que “podrían tomar las medidas apropiadas en su momento”, en referencia a las posibles multas.
En la resolución de conflictos de interés, se han detectado una serie de aspectos que deberían mejorarse para no poner en peligro la independencia y la calidad de las calificaciones. Una de las prácticas con la que el supervisor europeo se muestra más crítico, es la participación de directivos de alto nivel y miembros del consejo de las agencias en las decisiones sobre las notas de solvencia. Se señala en el estudio que, en algunos casos, las decisiones finales acerca de subir o bajar la calificación de un país ha sido tomadas por estos directivos y no por los analistas especializados y que, en al menos en un caso, estos analistas “recibieron opiniones explícitas y sugerencias” por parte de los directivos seniorsde las agencias.
ESPAÑA:
Oficialmente, la economía española ha salido oficialmente de la recesión más larga vivida en nuestro país, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,1% en el tercer trimestre. La causa que ha dado lugar a la ligera mejoría económica, ha sido el repunte del consumo de los hogares, que registró su primer avance desde comienzos de 2012.
Debemos permanecer atentos para comprobar si la actividad de la economía española consigue crecer al ritmo preciso para crear empleo y poder alcanzar el objetivo de déficit público.
Según los datos de Contabilidad Nacional del INE, el gasto de los hogares españoles creció un 0,4% en el tercer trimestre comparado con el anterior. También ha mejorado levemente la inversión de las empresas (un 0,2%).
El resultado de los dos factores citados –consumo e inversión- es que han crecido las importaciones más que las exportaciones: las ventas al exterior aumentaron un 2,2% y las compras lo han hecho un 2,8%.
Hasta la fecha, el motor que ha ido tirando de la economía han sido las exportaciones. En estos momentos sigue siéndolo pero con menor fuerza.
Ha sorprendido algo la incipiente recuperación del consumo, en un marco de caídas de las rentas (han disminuido un 3,6% en el trimestre)y de los salarios (la remuneración por asalariado en el sector privado crece solo una décima respecto al tercer trimestre del año pasado). Para bastantes analistas, las razones se encuentran en la mejora de la confianza del consumidor, y los planes de incentivos a la compra de automóviles.
La realidad, es que hay bastante consenso respecto a que en lo que va de crisis, ha acontecido una considerable pérdida de poder adquisitivo, en especial de la clase media. Así, las rentas salariales suponían algo más del 50% del total en 2009 y ahora se sitúan en el 45,6%. Mientras las rentas empresariales han pasado del 43% al 45%.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado al alza sus previsiones para España y prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) del país caiga un 1,3% al final de este año (frente a su anterior estimación del-1,7%), y que suba hasta el 0,5% en 2014. Ese cambio de tendencia permitiría, según la organización, disminuir la tasa de paro una décima, para situarse en el 26,3% el próximo año.
Hasta el año 2015, según la OCDE, el PIB español no alcanzará una tasa de crecimiento del 1%.
En cuanto a la tasa de paro, prevé que cierre 2013 en el 26,4%, frente al 27,3% estimado anteriormente, para mejorar una décima en 2014 (26,3%), sensiblemente inferior al 28% estimado en sus anteriores previsiones. En 2015 se situará en el 25,6%.
En lo relativo a déficit público, la OCDE (el club de los países ricos) estima que España cerrará el año con un desequilibrio del 6,7%, dos décimas mejor que en su anterior previsión, para situarla en el -6,1% en 2014 —tres décimas mejor de lo que había estimado con anterioridad— y cerrar 2015 con una cifra equivalente al 5,1% del PIB español.
Sin embargo, el FMI es menos optimista, ya que prevé que en 2014 el PIB crezca sólo un 0,2% y que la tasa de paro se sitúe en el 26,7%.
Por su parte, el Ejecutivo español espera para el año próximo un crecimiento del PIB del 0,7%. En la revisión del cuadro macroeconómico, el Gobierno mejora medio punto la tasa de paro que espera registrar a final de año, hasta el 26,6%, mientras que ha reducido en ocho décimas el paro esperado para el año que viene, hasta el 25,9%.
En cualquier caso, hay que resaltar que la demanda interna sigue siendo completamente insuficiente e, íntimamente relacionada con ella, se encuentra el descenso de la renta disponible de las familias españolas. La devaluación interna promovida por las rebajas salariales –la razón de la posible competitividad de las exportaciones- no mejorará significativamente al consumo.
Por todo ello, frente a “las flores de invernadero” del ministro de Guindos, se mantiene el escepticismo para un número amplio de españoles. Es difícil aceptar esas esperanzas de recuperación cuando las tasas de crecimiento avanzadas por las instituciones internacionales, desde el FMI hasta la OCDE, no aportan ritmos de crecimiento suficientes en los próximos años para reducir de forma significativa el principal desequilibrio de la economía española: un desempleo por encima del 25%, con un componente cada día mayor de paro de larga duración.
En contraste con muchas pequeñas y medianas empresas, que siguen sin la necesaria financiación y ven peligrar su supervivencia por la ausencia del crédito (o el mayor coste que en otros países), otras empresas han mejorado sus resultados como consecuencia de los apoyos públicos. Nos referimos al sistema bancario, que ha recibido las ayudas del contribuyente para fortalecer su capital, y se está beneficiando de las facilidades crediticias del BCE para adquirir deuda pública con unas tasas de rentabilidad considerables.
La inflación subyacente de España -la que no contiene la de los productos energéticos, alimentos y otros de gran volatilidad- fue en octubre la segunda más negativa de los 34 países miembros de la OCDE con un -0,3 %, sólo superada por el -2,6 % en Grecia, según datos publicados.
Sin embargo, en tasa mensual, los precios de consumo registraron en noviembre un aumento del 0,2 % respecto a octubre.
El INE también ha publicado el indicador adelantado del IPC armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro, según el cual, la inflación interanual se sitúa en noviembre en el 0,3 %, lo que, si se confirma, supone un aumento en tres décimas respecto a la tasa registrada el mes anterior (0,0 %).
En el lado positivo, hemos de citar que para principios de enero tendrá lugar el fin del rescate de los bancos españoles. España sólo ha usado 41.300 millones de los 100.000 millones que tuvimos a nuestra disposición. No están realizadas las cuentas definitivas pero, hasta la fecha, puede haber costado alos bolsillos del contribuyente español casi 37.000 millones.
El Eurogrupo, la Comisión Europea y el Gobierno español han coincidido en destacar que “el rescate ha disipado las dudas sobre la banca y ha provocado una mejora sustancial de los indicadores de tensión financiera de España”.
Por el camino han desaparecido decenas de cajas de ahorro, han perdido parte de su dinero decenas de miles de inversores en preferentes, y la economía española se ha visto sometida a una estricta tutela por parte de los socios del euro, que han obligado a acometer duros ajustes. Y por delante, a pesar de los signos de mejoría, se esperan durante demasiado tiempo unas tasas de paro más propias de una gran depresión económica.
El rescate bancario (un crédito a plazo de 12,5 años, al 0,5% de interés), ha implicado la pérdida del control de la política económica, que pasó a estar bajo estricto control de los “hombres de negro”.
Durante el próximo mes de enero, aunque el Gobierno español recupere parte de la dirección económica, el Eurogrupo mantendrá labores de supervisión, (dos revisiones anuales, aunque algunas fuentes señalan cuatro).
No obstante, el comisario de asuntos económicosOlli Rehn ha subrayado, “que España aún debe aprobar la reforma de las cajas, y hacer frente a los retos que plantea un endeudamiento excesivo.Los deberes del Gobierno, por tanto, no acaban aquí. Ni mucho menos. España es la prueba de que un rescate funciona si hay compromiso de los Gobiernos, y por ello el país debería seguir comprometido con la agenda reformista”.
Desafortunadamente, la situación no implica que automáticamente vuelva el crédito a la economía española, ya que la banca sigue enfrentándose a importantes riesgos la morosidad roza el 13% y seguirá subiendo mientras no haya crecimiento y prosiga el ajuste.
Por lo que respecta el principal problema de la economía española, el desempleo, las cifras de Paro Registrado (aquellos que acuden a las Oficinas de Empleo a inscribirse como desempleados demandantes de empleo), durante el mes de noviembre se ha registrado un mínimo descenso: unas 2.475 personas con respecto a octubre. Lo más importante, es que en noviembre es habitual que ocurra lo contrario (sólo en noviembre de 1989 hubo otra caída en ese mes).
Sin embargo, la afiliación a la Seguridad Social no ha tenido la misma orientación, ya que se han vuelto a destruir empleos como refleja el descenso de 66.829 afiliados.
La proporción de contratos indefinidos sobre el total de los firmados en noviembre es del 7,5%, tras otro descenso de la contratación fija (un 6,15% menos que el año pasado) y un nuevo repunte de la contratación temporal (un 9% más que en 2012). Un tercio de los contratos son temporales y parciales.
A pesar de ello, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha defendido que la reforma en vigor desde 2012, que abarata el despido y facilita la devaluación salarial, “dará las mejores alegrías en forma de empleo de mejor calidad”.
El número de parados registrados en el antiguo INEM, tras el recorte de noviembre, es de 4.808.908 personas, muy cerca aún del récord de cinco millones que se alcanzó en febrero de este año.
En la afiliación a la Seguridad Social, un termómetro bastante fiable de la evolución del empleo, la comparación anual arroja cifras negativas, aunque cada vez más atenuadas: el mes pasado hubo un 1,44% menos de afiliados que en noviembre de 2012, la tasa anual menos negativa en dos años. Y, si se descuenta el impacto que tuvo el año pasado la salida de 145.000 cuidadoras familiares de la Seguridad Social, a las que el Gobierno dejó de pagar sus cotizaciones, la tasa anual negativa baja al 1%.
Los datos desestacionalizados (en los que se corrige la incidencia de los trabajos de temporada para hacer una comparación mes a mes más homogénea) refuerzan la idea de que la crisis toca fondo. Según las cuentas de Empleo, con este filtro el paro habría descendido en 40.885 personas respecto a octubre, y lo haría por cuarto mes consecutivo. En Seguridad Social, tras un repunte del empleo desestacionalizado en octubre, el mes de noviembre reflejaría un descenso de afiliación de apenas 2.828 personas.
No es la primera vez que el paro registrado baja al mismo tiempo que se destruye empleo. Se trata de una aparente paradoja que suele explicarse por varios factores: la caída de la población activa, de las personas que buscan trabajo, es la más determinante, aunque eso tendrá que corroborarlo la próxima Encuesta de Población Activa (EPA).
En el caso del paro registrado en los servicios públicos de empleo, puede ocurrir que las personas sin incentivos para seguir registrados, al agotar las prestaciones por desempleo, se desapunten. También que los jóvenes sin trabajo decidan volver al sistema educativo, o que la salida de inmigrantes de España se refleje en una caída del paro.
MERCADOS:
La Bolsa española ha sido una de las estrellas de este año: es el segundo índice más alcista de Europa en el ejercicio, al acumular una revaloración del 20% en 2013. Algunos analistas prevén acabar este año en torno a los 9.800 puntos, pensando que podría continuar la senda alcista el próximo año.
Respecto al mercado de la vivienda, hay que señalar que el ajuste del mercado inmobiliario español sigue y el precio de la vivienda lleva ya 22 trimestres consecutivos despeñándose. Pero tras más de un lustro de descensos, el ritmo de la caída se va moderando. En el tercer trimestre de este año, el valor medio de la vivienda libre retrocedió el 4,5%, según el Ministerio de Fomento.
El anterior dato constituye el menor descenso desde el último trimestre de 2010, cuando el mercado vivió un paréntesis porque los compradores anticiparon sus adquisiciones por las sucesivas medidas fiscales adoptadas por el Gobierno central. Pero, además, ya hay cuatro comunidades autónomas en el que el precio de la vivienda sube: Madrid, Baleares, Navarra y Extremadura.
En Madrid, el precio no había dejado de bajar en términos interanuales en toda la crisis. Ahora tras el tercer repunte trimestral consecutivo (del 0,6%) los precios ya suben un 0,3% en los últimos 12 meses, frente al ritmo anual de caída del 4% del anterior trimestre, según los datos revisados.
Por otro lado, como es sabido, el euríbor es el precio al que los bancos se prestan dinero entre sí en el mercado interbancario a diferentes plazos. Con la media de los datos de cada día de los tipos a un año se calcula el euríbor hipotecario, que sirve como referencia para fijar las cuotas de las hipotecas.
Pues bien, este euríbor hipotecario (índice al que están referenciadas la mayoría de los préstamos españoles para la compra de vivienda) cerró el mes de noviembre en el 0,506%.
El dato de noviembre es el segundo más bajo de toda la serie del euríbor, solo por encima del 0,484% de mayo pasado. La rebaja mensual es la mayor también desde mayo y se produce después de que el Banco Central Europeo (BCE) acordase por sorpresa una rebaja de 0,25 puntos en los tipos de interés, hasta el 0,25%.
Con ello, las hipotecas referenciadas al dato de noviembre de dicho índice que se revisen anualmente y no tengan cláusulas suelo en vigor se abaratarán con respecto a 2012, año en que el euríbor hipotecario se situó en el 0,588%.
El abaratamiento de las hipotecas es, en todo caso muy pequeño, de aproximadamente 50 euros al año (algo más de 4 euros al mes) para una hipoteca tipo de 120.000 euros.
EMPRESAS:
Las empresas se han aplicado en reducir su gran apalancamiento (deuda) y se han empleado a fondo para reducir la enorme deuda que generaron en los años del boom económico. El ritmo se ha acelerado en el último año, de forma que tomando como referencia las cuentas del tercer trimestre de 201, se han batido todos los récords de desapalancamiento. En esos últimos doce meses, de septiembre de 2012 a septiembre de 2013, las compañías no financieras del Ibex han reducido su deuda neta en 31.408 millones, lo que supone un descenso del 14,9%, hasta dejar su posición deudora en 179.448 millones de euros.
¿Recuerda aquello, de si al El Corte Inglés le va mal…? Pues bien, se ha conocido que la financiera de El Corte Inglés registró en 2012 una morosidad del 10,96%, frente al 10,66% del año anterior.
Aunque la cartera de créditos dudosos descendió, la bajada del volumen total de crédito fue mayor, lo que generó que la tasa de impagos aumentara. En cuanto a los préstamos considerados fallidos, cuya recuperación es más improbable, aumentó el 75%, al pasar de 42 millones al final de 2011 a 73,5 millones al acabar el año pasado. Aun así, la financiera, centrada casi en exclusiva en los créditos al consumo y las ventas a plazos que ofrece a los clientes del grupo, registró un resultado más positivo que el año anterior: ingresó 168,41 millones, un 9,4% más, y obtuvo un beneficio neto de 43 millones, lo que supone un ascenso del 44%.
La financiación total concedida a clientes, a través de diferentes medios (tarjeta de pago a plazos, financiación con diferentes intereses...) sumaba ese año 6.664 millones de euros, un 9,5% inferior a la de 2011. En cuanto a la cartera de préstamos de la financiera, ascendía a 1.413,3 millones de euros, frente a los 1.573,5 millones de 2011. De estos, 154,8 millones se consideran deteriorados, menos que el año anterior, cuando se apuntaban en este epígrafe 167,7 millones. Sin embargo, como sucede con la mayoría de los bancos, el porcentaje de créditos morosos en relación con toda la cartera es mayor, de ahí, la subida de la mora.
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