La débil recuperación
de la economía española impide perder de vista los daños causados por la doble
recesión, sin cuya superación no es posible que las autoridades económicas se muestren
satisfechas: un volumen de desempleo según la Encuesta de Población Activa de
casi 6.000.000 de personas, y un tremendo nivel de endeudamiento privado y ya
también público.
Urge la toma de
decisiones, ya que sin estímulos a la demanda no es factible superar a un ritmo
apreciable esos graves problemas de la economía española.
GLOBAL:
Ha tenido lugar una
mejoría de la economía internacional, ya que según el informe anual de la
Organización Mundial de Comercio (OMC), las transacciones internacionales aumentarán
un 4,7% en 2014 (durante el año 2013 crecieron el 2,1%).
El informe también
considera que han disminuido los riesgos en las economías desarrolladas y, por
el contrario, han aumentado en los países en desarrollo.
Para el próximo año 2015,
la OMC estima que el comercio internacional crecerá nada menos que un 5,3%.
En la presentación del
informe, se recalcó que “Asia lidera el camino", y que las estimaciones se
basan en que se produzca una recuperación de la demanda en Europa en los dos próximos
años.
Esta puntualización es
importante, ya que la Unión Europea supone los dos tercios del comercio mundial.
Igualmente, se advirtió
que estas cifras podrían ser revisadas a la baja en caso de alguna nueva
crisis, en particular como consecuencia del impacto de las tensiones en Ucrania.
"Es muy difícil predecir el momento y el impacto de una crisis, que puede
venir de cuestiones económicas o geopolíticas. Dependiendo del tamaño, del
momento y de su naturaleza, su impacto puede ser muy diferente".
CHINA:
Según el Banco
Mundial, el PIB de China, ajustado por la paridad de poder de compra, a finales
de 2011, ya suponía el 87% del PIB estadounidense.
Hay que aclarar que
cuando se quiere comparar el Producto Interior Bruto de diferentes países es
necesario homogeneizar la información, puesto que cada país mide su producto en
su moneda local; para ello se ha de traducir su PIB a una moneda común, a
través de los tipos de cambio. La paridad del poder adquisitivo es una de las
medidas más adecuadas para comparar la producción de bienes y servicios, puesto
que también toma en cuenta las variaciones de precios.
Pues bien, el FMI
estima que en estos años la economía de China
habrá acumulado un crecimiento del 24%, frente al 7,6% de Estados Unidos. Si se
confirma el dato, China superara este 2014
a Estados Unidos como primera potencia económica mundial. Se esperaba que ese
hecho ocurriese a finales de 2019.
No obstante, si el
cálculo se hace en dólares corrientes, ni el FMI ni el Banco prevén que el
avance se llegue a producir en toda la década. Estados Unidos seguiría siendo la
primera economía del mundo desde 1872, cuando superó al Reino Unido.
Por otro lado, el
Instituto de Estadísticas chino ha expresado su discrepancia por la metodología
empleada en los cálculos. Las autoridades rechazan los resultados, ya que no quieren ser
la primera potencia económica.
Con el método de
equivalencia “de paridad de poder adquisitivo” (un sistema habitual en las
comparaciones internacionales) se miden macromagnitudes económicas expresadas
en lo que una unidad monetaria (un dólar o un euro) es capaz de comprar en cada
país. La realidad es que algunos expertos dudan respecto a que este indicador permita
afirmar que China ocupe la primera plaza mundial.
Es cierto que en dólares
corrientes, la economía estadounidense todavía equivale al doble de la de China,
que sigue siendo un país mucho más pobre. Los ingresos per cápita en China
apenas suponen una quinta parte de los de Estados Unidos, incluso si los medimos
ajustados al poder de compra.
Sin duda lo peor es que
estaría en cabeza de la economía mundial un Estado sin un sistema político
democrático.
ESTADOS UNIDOS:
La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, está convencida de que la economía tiene la solidez suficiente para crecer sin estímulos monetarios. Aunque la recuperación económica estadounidense se haya frenado durante el primer trimestre, se mantiene la retirada de las medidas monetarias excepcionales. El dato de empleo del pasado mes de abril señala que se han creado 288.000 puestos de trabajo, por lo que la tasa de paro bajó cuatro décimas (el 6,3%, la más baja desde septiembre de 2008).
Sin embargo, la
realidad es que una parte importante del descenso es consecuencia de una gran disminución de la población activa
(806.000 personas durante el mes de abril).
Esa importante
disminución está contemplada en la bajada del número de desempleados en 10
millones de personas. Hay dos motivos
que explican que casi un millón de personas abandonaran el mercado laboral en
abril. Por un lado, se calcula que hay 2,2 millones las personas que no buscan
empleo de forma activa en este momento de la recuperación porque creen que no
van a dar con el empleo que desean, (los llamados desanimados o desalentados),
y por otro lado, la ola de jubilaciones de la generación del “baby boom” que se
va dejando sentir.
En todo caso, para
calibrar a la calidad de la recuperación del mercado laboral en Estados Unidos,
hemos de analizar la cuantía del empleo a tiempo parcial. En este aspecto, no ha
habido demasiados cambios. Hay 7,5 millones de personas que se encontraban en
esa situación en abril porque sus empresas les redujeron las horas de trabajo,
o porque no encuentran un empleo a pleno tiempo.
También es interesante
el estudio comparativo de aumento de la contratación y el incremento de los
salarios. La recuperación estadounidense está siendo tan débil y lenta, ya que
los empleados no tienen fuerza para conseguir incrementos de sus salarios.
Durante los últimos años el salario medio creció menos de un 2%, y en abril se han
mantenido estables (un aumento del 0,1% durante
el mes de marzo).
UNIÓN EUROPEA:
La directora gerente del FMI, Cristine Lagarde, no ha dejado de alertar respecto a la baja inflación en Europa: “estamos preocupados por este riesgo potencial en las economías avanzas y en la zona euro en particular”.
Y es que si bien la
inflación históricamente ha inquietado (una pesadilla para Berlin), la gravedad
de la crisis ha ocasionado un cambio importante: la primera responsable del FMI
ha advertido de que “una baja inflación prolongada heriría tanto el crecimiento
como el empleo”.
El FMI ha señalado como
uno de los peligros principales para la reactivación europea, la pasividad del
Banco Central Europeo, que realiza declaraciones que, hasta la fecha, no se han
materializado. Aunque, en palabras de Lagarde, “anima el hecho de que el BCE
haya reiterado su compromiso de usar las medidas no convencionales necesarias”.
Dado que lo previsible
es que la subida de precios (actualmente el 0,7%) no volverá al objetivo del 2%
en más de dos años, en el próximo mes de junio el BCE se verá obligado a
revisar sus pronósticos a la vista de que los precios llevan desde noviembre
dando sorpresas. Si la inflación no repunta y el euro sigue fuerte (a 1,38
dólares, cifra que dificulta el despegue europeo), el Eurobanco activará la
primera fase del plan: ligera rebaja de los tipos de interés hasta el 0,15%,
acompañada de una medida extraordinaria: situar la tasa de depósito en
territorio negativo, de manera que los bancos tengan que pagar por dejar el
dinero en el BCE, según fuentes de Fráncfort.
Sus efectos, realmente,
son dudosos, pero sería una clara señal de que el Banco Central Europeo está
listo para hacer todo lo necesario. Se trataría de un claro mensaje a los
mercados, a las expectativas, para dejar claro que el BCE se mantiene en alerta.
Si después de eso no se
depreciara el euro, ni repuntaran los precios, se estudiaría el segundo paso:
un programa de compra de activos a la americana, la opción que llevó a cabo Estados
Unidos, el Reino Unido y Japón, más heterodoxos en su política monetaria, y que
en parte por ello se encuentran en una mejor situación económica.
Esto, hipotéticamente,
sería a partir de otoño (superado el examen a la banca). Pero sólo si el rumbo
se tuerce más veremos la “flexibilización cuantitativa” (el quantitative
easing) en Europa.
En otro orden, Portugal
despedirá a la troika el 17 de mayo sin la ayuda de un “rescate tutelado” y
regresará por sus propios medios a los mercados, como lo hizo Irlanda.
Han pasado casi tres
años. Durante este tiempo se han llevado a cabo las inspecciones periódicas, y
las sucesivas y crecientes medidas de ajuste y de austeridad exigidas como
contrapartida a los 78.000 millones de euros que el BCE, el FMI y el BCE
prestaron al país.
La oposición ha acusado
al primer ministro, Passos Coelho, de ir más allá de las exigencias de la
troika y este siempre se ha defendido asegurando que tenía las manos atadas.
Sea como fuere, los impuestos han subido brutalmente, las pagas extras de
funcionarios y pensionistas se han volatilizado, el IVA ha escalado hasta más
allá del 23%, y los servicios públicos se han resentido. Los expertos vaticinan
que la salida de la troika no significa el fin de la austeridad, pero que si constituye
el primer paso.
Es cierto que los
intereses del bono portugués son bajos, pero también lo es que cualquier vaivén
financiero repercutirá en Portugal: “A la mínima señal de inestabilidad en
Europa, corremos el riesgo de que los mercados se ceben con las víctimas de
costumbre”, aseguraba un destacado ministro luso.
El FMI, también se ha
felicitado por la decisión de Portugal, asegurando que el país se encuentra
ahora en “una posición fuerte para ir más allá en las reformas estructurales.
Aunque hay riesgos y desafíos”.
La troika dio el visto
bueno a la última inspección de las cuentas y las previsiones portuguesas y
giró la última entrega del préstamo de 78.000 millones. A cambio le exigió una
última subida de impuestos y el incremento del IVA. Con todo, el viceprimer
ministro portugués, Paulo Portas, resumió la situación con la frase: “misión
cumplida”.
Por lo que respeta a
Francia, el primer ministro, Manuel Valls, ha anunciado recortes de alrededor
de 50.000 millones de euros, con el compromiso de llevar el déficit público a
una cifra equivalente al 3% del PIB. La realidad es que Francia supone una
cuarta parte del PIB europeo, por lo que la medida se verá amplificada,
pudiendo abortar a la recuperación, intensificando los bajos precios, agravando
el problema de la deuda y la crisis del euro.
Muchos analistas ven
que esta Francia desorientada y sin liderazgo, deja a Ángela Merkel como la
“mandamás” del continente europeo. De forma que Alemania, desde el año 2010, ha
conseguido bajar sus tipos de interés reales para financiar a sus empresas a tipos
de interés mínimos históricamente. Esta circunstancia le ha permitido aumentar
el crédito, sus ingresos fiscales, y revalorizar su Bolsa, y al precio de la
vivienda en torno al 50%. Mientras el sur de Europa se empobrece, Alemania es
cada vez más rica.
ESPAÑA:
Según el avance publicado
por el INE, el Producto Interior Bruto (PIB) español creció un 0,4% en el
primer trimestre de 2014 respecto al trimestre anterior. Se sitúa dos décimas por
encima de la registrada en los últimos meses del pasado año (un 0,2%) y
representa el ritmo más alto de crecimiento desde 2008, cuando comenzó la
crisis que padecemos.
Según el Instituto
Nacional de Estadística, "este resultado se produce como consecuencia de
una mejora de la aportación de la demanda nacional, que es compensada
parcialmente por un empeoramiento de la aportación de la demanda externa".
No obstante, la
supuesta recuperación no ha tenido efectos sobre la creación de empleo, tal y
como ha señalado la Encuesta de Población Activa (EPA), que posteriormente será
comentada, que ha puesto de relieve una destrucción de empleo de 184.600
puestos de trabajo.
En cualquier caso, el
Gobierno mantiene su optimismo en relación a la recuperación. El propio
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó tras conocerse los malos datos
de la EPA que "las cosas van bien y van a ir mejor. Falta mucho, pero van
a ir mejor”.
Con esa misma
orientación, el Consejo de Ministros ha revisado al alza el cuadro macroeconómico,
de forma que espera un crecimiento del PIB del 1,2% y el 1,8%, respectivamente
en 2014 y 2015 (se esperaba del del 0,7% y del 1,2% para este y el próximo
ejercicio).
Contrasta este
entusiasmo con el tono más templado que
nos llega desde Bruselas. La Comisión Europea ha anunciado una mejoría general
en sus pronósticos para España, pero matizando los ímpetus del Gobierno español:
desde la Unión Europea se espera una recuperación de baja intensidad y casi sin
creación de empleo.
Según el Ejecutivo comunitario,
el PIB español crecerá el 1,1% este año y el 2,1% en 2015, y la tasa de paro no
bajará del 24% el año próximo. Desgraciadamente, seguiremos capitaneando las
tasas de paro en la región del euro.
Tampoco existe
coincidencia respecto al déficit público: la Comisión considera que el déficit
público cerrará este ejercicio en el 5,6% del PIB, en línea con el objetivo, pero subirá
hasta el 6,1% el próximo año, (por encima del objetivo del 4,2%).
De cumplirse esas expectativas,
se llegaría al 2015 (año electoral) con un desfase público de 20.000 millones,
y una tasa de desempleo superior a la que se encontró a su llegada al poder en
noviembre de 2011.
Ha habido dos factores que
posiblemente aumenten el endeudamiento público: la decisión del tribunal de
Luxemburgo de declarar ilegal el céntimo sanitario, y la tarifa plana de
cotizaciones sociales para nuevos contratos indefinidos. En contra de lo
expuesto por el Gobierno, esta medida podría suponer alrededor de 1.000
millones de déficit.
Durante este año, la
deuda pública rebasará el 100% del PIB y llegará al 104% en 2015, (el triple de
su valor previo a la crisis económica). El pinchazo de la burbuja inmobiliaria
no ha acabado, y la posible desaceleración en América Latina y el resto de
emergentes, podría perjudicar a nuestro sector exterior.
Con respecto al riesgo
del bajo nivel en los precios, han vuelto subir durante el mes de abril en España
y en Europa, pero por debajo de lo esperado.
Según el INE, el IPC ha
pasado del 0,1% de marzo a un positivo 0,4%, mientras que en la eurozona, según
Eurostat, ha subido del 0,5% al 0,7%. Como se aprecia, sigue por debajo del 1%
que el propio presidente del BCE, calificó como "zona de peligro".
La variación en lo que
va de año del indicador adelantado del IPCA se sitúa en abril en el 0,3%, y si
el dato se confirmara supondría también un aumento de cinco décimas respecto al
mes anterior. La evolución de la tasa mensual, por su parte, se sitúa en el
0,6% en el cuarto mes del año.
Consiguientemente, se
mantiene la presión contra el BCE para
que tome medidas con vistas a reanimar los precios, a fin de no dar al traste
con la incipiente recuperación.
En la eurozona, los
sectores que experimentaron la mayor subida de precios fueron los servicios,
los alimentos, las bebidas alcohólicas y el tabaco, mientras los precios de la
energía retrocedieron un 1,2%. El cálculo del indicador europeo se basa en los
datos adelantados proporcionados por los Estados miembros.
En el lado positivo,
hay que situar (dentro del fuerte contraste que tradicionalmente viene
ocurriendo entre los datos de la EPA y los de las Oficinas de Empleo: el
llamado Paro Registrado o desempleados que se inscriben como demandantes de
empleo), que según los datos publicados por el Ministerio de Empleo, este
último ha bajado en 111.565 personas en el mejor mes de abril de toda la serie
histórica.
Tras este descenso, el
número de apuntados en el antiguo INEM cae a 4.684.301 desempleados. El empleo,
por su parte, presenta un balance muy positivo de 133.765 cotizados más de
media. La recuperación de la ocupación ha tenido lugar, principalmente, gracias
a la campaña de contratación de la Semana Santa y al inicio de la temporada
turística. Prueba de ello, es que la hostelería (actividad con los sueldos más
bajos, trabajadores poco cualificados y puestos muy condicionados con la
estacionalidad) acapara más de la mitad de las nuevas afiliaciones.
Con este balance, el Paro
Registrado suma su tercer mes consecutivo a la baja si se toma como referencia
el mes anterior, y el séptimo si la comparación se hace con los datos
interanuales. En abril, el recorte frente a este mes de 2013 es de 304.892
personas, lo que supone un descenso del 6,11%. El sector que ha propiciado el
nuevo descenso ha sido el de los servicios, ya que tres de cada cuatro
desempleados que salieron de las listas del INEM estaban apuntados en él. Este
hecho consolida la teoría de que la recuperación ha venido de nuevo de la mano
del turismo.
En este sentido, sin
tener en cuenta el efecto estacional que tanto incide en el turismo, el paro
disminuye bastante menos con 50.202 personas. En cualquier caso, la
recuperación queda patente en que contrasta con el resultado habitual de los
últimos cinco años de crisis, que era que el paro subiese en 37.000 personas.
En los archivos, la
serie histórica sobre el paro que más se remonta en el tiempo arranca en julio
de 1933. Dentro de la estadística y con el matiz de que presenta importantes
huecos —como la Guerra Civil—, el dato de abril de 2014 aparece como el mejor
para este mismo mes de todo el periodo. De hecho, solo en junio de 2013 el paro
bajó con más intensidad que en abril de este año, con 127.248 desempleados
menos.
Un dato que no está
afectado por el efecto desánimo (los parados que dejan de apuntarse al INEM
ante las dificultades de encontrar trabajo o por agotamiento de las prestación
o subsidio por desempleo), es el del número de afiliaciones a la Seguridad
Social. Pues bien, el balance también es positivo por el favorable
comportamiento del turismo: la mejora de la afiliación eleva el número medio de
inscritos en la Seguridad Social a 16.430.053 personas. Un 0,82% más que en el
mes de marzo (llevamos tres meses de recuperación).
Durante abril, el
avance de la ocupación ha sido de 133.765 personas. Supone el mejor
comportamiento de la afiliación en este mes de la serie estadística,
exceptuando 2005, año en el que tuvo lugar la última regularización extraordinaria
de inmigrantes en España.
El Ministerio de Empleo
ha destacado que desestacionalizando los datos (corregidos del efecto
calendario) el empleo crece por octavo mes consecutivo al sumar 61.111
trabajadores.
Es notoria la discrepancia
existente entre los datos del Paro Registrado (del Ministerio de Empleo) y los
de la Encuesta de Población Activa (EPA) que trimestralmente elabora el INE.
Este sondeo, considerado más fiable para analizar la evolución del mercado
laboral que el del Ministerio de Empleo, refleja que en España se sigue destruyendo empleo, tras haber
transcurrido más de seis años desde el inicio de la crisis.
Objetivamente, el
primer trimestre del año, tradicionalmente, es malo para el mercado laboral y además
está probado que el empleo siempre va por detrás de los aumentos en el PIB. Esto
es lo que ha puesto de relieve la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer
trimestre de este año: que entre enero y marzo se destruyeron puestos de trabajo:
respecto al mismo periodo del año anterior 79.600; desde diciembre 184.600, y
de forma desestacionalizada 15.200.
Se cerró el primer trimestre
con 16.950.000 ocupados, la cifra más baja desde finales de 2002. Un mal dato
que se completa con el incremento en dos décimas de la tasa de paro, hasta el
25,9%.
Hay un dato
especialmente negativo en la última EPA publicada: la población activa (aquellas
personas en edad y disposición de trabajar) cayó en el último año en 424.500
personas. Eso permitió que, pese a que se siga destruyendo ocupación, disminuyera
el paro en 344.900. Acabó de esta forma el trimestre con 5.933.300
desempleados.
Ojalá de una vez por
todas, se comience en España a solucionar el más grave de todos los problemas
económicos que padecemos.
MERCADOS:
El volumen de negociación en la renta variable española subió en abril un 36,4 por ciento interanual, a 78.687 millones de euros. Se trata de la mayor cifra registrada en un mes desde octubre pasado.
Entretanto, la
contratación acumulada en los cuatro primeros meses de 2014 registró un
crecimiento interanual del 22,5 por ciento a 269.206 millones de euros.
Una magnífica noticia,
es que el interés exigido al bono español a 10 años ha caído al 2,97%
por primera vez en la historia. Algo que tampoco había sucedido nunca desde que
hay datos sobre la evolución de la deuda del Tesoro en los mercados
secundarios.
El origen de la mejora
está en que los inversores ven cada vez más lejos la crisis del euro, confían
en que el BCE no permitirá que los problemas vuelvan, y en que regresa la
confianza en España que lleva meses beneficiándose de esta recuperación. Dentro
de esta tendencia, además, acaba de recibir el respaldo de dos de las tres
grandes agencias de calificación, que nos han ascendido en la lista de notas de
solvencia.
Según las referencias de
Bloomberg, el bono a 10 años (que es el que se usa para calcular la prima
de riesgo sobre Alemania) solo había estado hasta ahora por debajo del 3% en
una ocasión: el 21 de septiembre de 2005, cuando llegó a marcar un 2,981%.
Independientemente de
las centésimas, lo cierto es que los bajos intereses reclamados para comprar los
bonos del Estado suponen la señal más clara de que España ha dejado atrás
la crisis de deuda. En el camino, no obstante, ha aumentado el total del pasivo
a cotas desconocidas, se han aprobado duros recortes sobre el Estado de
Bienestar, y se ha forzado una devaluación interna apostando por la rebaja de
los salarios.
En lo peor de las
turbulencias -verano de 2012- cuando se temía en una ruptura del euro, la
rentabilidad exigida por los bonos a 10 años del Tesoro llegó a superar el 7,6%
(el peor dato de toda la historia del euro). Para
el Estado, la principal consecuencia de la recuperación es que el descenso de
intereses logrado en el secundario acaba por trasladarse a las emisiones que
realiza el Tesoro.
Por tanto, se han
abaratado los costes de financiación, algo esencial con vistas a soportar el
elevado volumen de deuda alcanzado a lo largo de la crisis. En 2013 ya se
ahorró 8.500 frente a los 38.600 millones presupuestados y, con vistas a 2014, el
Gobierno espera dejar de gastarse otros 5.000 millones con respecto a los
36.600 millones previstos.
En cuanto a la prima de
riesgo, el sobreprecio exigido a la deuda española frente a la alemana apenas
se ha movido con respecto a sus niveles de las jornadas previas.
Por otro lado, respecto
al mercado de trabajo, hay que señalar que la recuperación está llegando en
España a través del empleo precario. Nuestro país es el de la Unión Europea con
una tasa más alta de empleados a tiempo parcial que quieren un trabajo a tiempo
completo. Técnicamente este fenómeno se llama “subempleo”.
Observando los datos de
afiliación a la Seguridad Social, sólo el empleo indefinido a jornada completa
es el que se mantiene en disminución.
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