¿Cómo
estará Europa, cuándo España ha
crecido por encima de la media?...
Han
bastado una serie de datos peor de los esperados y algunos rumores,
para que las Bolsas, especialmente los valores bancarios, hayan
sufrido importantes correcciones y la prima de riesgo de las
economías del sur se haya incrementado.
En
contra del aumento esperado del PIB de la zona euro de tres o cuatro
décimas, el alza ha sido de dos décimas. Sólo han crecido Alemania
-un 0,8%- y, en bastante menor medida, España, -un modesto 0,4%- en
gran parte consecuencia del afloramiento de facturas públicas que
habían quedado en el cajón a finales de 2013, y que han salido a
relucir ahora en forma de un mayor consumo público (como es sabido
la producción de las Administraciones Públicas se valora,
exactamente, por su gasto).
Francia
permanece estancada e Italia retrocede un 0,1%. No es un motivo de
alegría para España ya que si los mercados de nuestros socios se
mantienen estancados, se debilitará la incipiente recuperación
española.
Desde
todos los ámbitos se está postulando un mayor protagonismo a la
política monetaria, aunque es dudoso que está se traduzca en unas
mayores facilidades para el crédito de empresas y familias, que
además, y esto parece que a veces lo olvidamos, están
sobreendeudadas. Todo ello con un sistema financiero europeo que aún
no está suficientemente capitalizado.
En
cualquier caso, el Banco Central Europeo debe actuar cuanto antes, y
Alemania al frente, con otros países europeos que tienen unas
cuentas públicas más consolidadas, deben adoptar medidas fiscales
de impulso de la demanda que potencien el crecimiento económico en
toda la región.
La
fractura Norte-Sur se ha convertido en una enorme brecha entre
Alemania y prácticamente el resto de economías. Hasta Holanda y
Finlandia ya padecen importantes problemas.
La
Gran Recesión sufrida en Europa ha derivado en una situación de
prolongado estancamiento y de incertidumbre, acompañado de un
asfixiante paro. Aunque los defensores del rigor de la austeridad no
puedan evitar la palpable realidad de los daños causados, se siguen
planteando en Bélgica, Finlandia y Holanda, una nueva serie de
fuertes tijeteretazos, y Francia e Italia, dos importantes economías,
van a acometer duras reformas: congelación de pensiones, sueldos
públicos, y prestaciones sociales.
Es
evidente la imposibilidad del relanzamiento económico europeo, como
consecuencia de la abultadísima deuda existente, una situación de
peligro en el nivel de los precios, y la gran paradoja de un euro
tremendamente fuerte que dificulta la competitividad externa.
Cuanto
me gustaría estar equivocado...
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