Estados Unidos recobró el año pasado el nivel de
empleo previo a la crisis, en la misma línea ya lo habían conseguido el Reino
Unido y Alemania. Sin embargo la región del euro, sobre todo los países del
sur: Grecia, España e Italia, aún están en el inicio de la recuperación del
número de ocupados.
España ha dejado atrás en 2014 un sexenio de
destrucción de empleo: más de tres millones de puestos de trabajo. El año
pasado hubo en nuestro país más de 400.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social, y descendió
el paro registrado en algo más de 250.000 parados.
A falta de conocer los resultados del mejor indicador
– la Encuesta de Población Activa- se trata de un primer paso, pero aún quedan
2,6 millones de puestos de trabajo que recuperar, respecto al nivel de empleo
existente al comienzo de la crisis.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha estimado
en 800.000 puestos de trabajo la
creación de empleo prevista para 2014 y 2015. Solo si se supera ese pronóstico,
el nivel de empleo al final de la legislatura será superior al que se encontró
Rajoy a finales de 2011, cuando fue investido.
Ahora bien, la realidad es que sobresalen los
contratos temporales sobre los indefinidos. Su peso en la contratación total,
apenas un 8%, está muy alejada de lo que era habitual antes de la crisis.
Aumentan sobre todo los contratos a tiempo parcial, y ha aumentado la rotación
de los trabajadores en la empresa.
Igualmente, los salarios han retrocedido, situándose a
niveles de los existentes a principios de los años noventa.
Seguro que alguno dirá que “mejor es esto que nada”,
pero no debemos conformarnos con los resultados: se está ampliando la
desigualdad en contra de los jóvenes y de las nuevas incorporaciones, y es muy
cuestionable considerar como nuevos empleos contratos de una semana o de pocas
horas a la semana. En este caso, lo que se está produciendo es un reparto del
empleo existente.
En contraste, el rendimiento del capital ha sido mayor
al crecimiento de la economía y, por tanto, los agentes que disponían de ese
capital se han beneficiado más que aquellos que sólo disponen de su fuerza de trabajo.
Muy buena exposición. La triste realidad es que no han sabido hacerlo...aunque ahora tengan que convencer a los votantes de que los burros vuelan !
ResponderEliminarSaludos
Hola Mark, que buena comparación... Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSaludos
Juan José: yo no me creo ya que los burros vuelen...No hay que conformarse. Un beso
ResponderEliminarHola Agueda,desde luego que no.
ResponderEliminarBesos