Según datos de Infojobs, cruzando datos del precio del
alquiler con el salario medio bruto, los españoles han tenido que destinar
alrededor del 40% de su nómina mensual al arrendamiento de una vivienda media,
es decir, de 80 metros cuadrados.
Por otro lado, analizando
los incrementos acumulados relativos a los últimos cinco años, hasta el
comienzo de la pandemia, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda en
alquiler venía creciendo un 45% en España, mientras que los salarios medios en
nuestro país apenas se han incrementado un 3,4% desde el año 2015.
Esta subida del precio
medio de la vivienda en alquiler ha tenido lugar en casi todas las comunidades
autónomas. Ello explica que los españoles han tenido que destinar un porcentaje
más elevado de su salario al pago mensual del alquiler, ya que en este
tiempo los sueldos, claramente, no han subido en la misma proporción.
Si bien en 2019 el
Salario Mínimo profesional registró su mayor subida en 41 años (un 4,2% hasta
900 euros en catorce pagas, y un 22% respecto al existente en el año 2018),
quedó por debajo de la media en Unión Europea, ya que se sitúo en una cifra
equivalente al 80,6% del europeo.
Cruzando todos los datos,
se deduce que, de media, el esfuerzo es de un 40% de la nómina mensual media.
Lo que ocurre es que hay
sensibles diferencias de una comunidad autónoma a otra. Aquellas dónde se ha de
destinar mayor porcentaje del salario a la vivienda son Cataluña, Madrid y País
Vasco, donde los inquilinos han de destinar más de la mitad de su sueldo por su
vivienda (56% en las dos primeras y un 51% en Euskadi).
Igualmente, el esfuerzo
para pagar el alquiler es mayor en las islas: en Baleares, los arrendatarios,
exactamente, destinan la mitad de su renta (el 50%) a la vivienda.
Por el contrario,
Extremadura es la comunidad que disfruta de unos alquileres más económicos. Con
un precio medio de 394 euros mensuales (para un piso de 80 metros) y un salario
bruto promedio de 1.925 euros al mes, los extremeños tienen que destinar el
20,4% de su sueldo al pago de su vivienda de alquiler. Le siguen Castilla-La Mancha,
con un 23,4% destinado al pago del alquiler y Murcia, con un 27,5% del salario.
En Andalucía, Comunidad Valenciana o Aragón, el esfuerzo medio ronda el 34%.
Pero veamos que dicen
muchos estudios respecto a la parte de los ingresos se debe destinar a al
alquiler de la vivienda:
La mayoría de los
estudios coinciden en que no se debe superar el 30 por ciento de los ingresos
al alquiler de una casa. Y existen algunas conocidas reglas:
La
regla 50/30/20:
En realidad, se trata de
una fórmula para distribuir todo tu
presupuesto mensual o anual (como gastar tus ingresos). Cada cifra
está referida al porcentaje que debería suponer cada capítulo de nuestro presupuesto:
el 50% para los gastos, y el 30% de gastos a nuestra elección. El 20% restante debe
destinarse al ahorro.
Por tanto, el alquiler
estaría, con otros, dentro de ese 50% que debes destinar de tu salario para
gastos fijos.
La
regla de las 40 veces:
Se trata de un límite. Ya
que para calcular el precio máximo que una persona puede pagar por su vivienda.
Se multiplica por 40 la mensualidad, de forma que, para que todo sea correcto, la
cantidad resultante de dicha multiplicación no debe superar el salario bruto
anual del inquilino o comprador.
La
regla del 35%:
Es
el propio Banco de España el que recomienda no gastar en el alquiler de
vivienda más del 35% de los ingresos mensuales.
A efectos prácticos, esto
quiere decir que, para una persona con un salario de 1.000 euros netos, el
alquiler de la casa no debería suponer más de 350 euros mensuales.
En cualquier caso, se
deben tener en cuenta otros posibles factores: por ejemplo, la proximidad de la
vivienda arrendada al centro de trabajo, ya que te permitirá disminuir gastos en transporte o de comida fuera de casa.
En todo caso, es
importante elaborar un presupuesto realista y cumplirlo rigurosamente.
Por otro lado, si
comparamos la situación en España con el resto de Europa, tanto en España como
en la Unión Europea, la demanda de alquiler
en vivienda, fundamentalmente, está integrada por personas jóvenes. No solo por la
inclinación de las generaciones más mayores a la seguridad que aporta una
vivienda en propiedad, sino porque ofrece flexibilidad y precios a la medida de
los bolsillos más reducidos.
Ambas características se
adaptan perfectamente a las migraciones y búsqueda de “bajos costes” a las que
se ven sometidos la gran mayoría de los jóvenes. Estos son, precisamente, los
que más están sufriendo las fuertes
subidas que están experimentando los precios del alquiler en toda Europa,
y particularmente en España.
De acuerdo al Índice
de Alquiler Europeo 2018 de la plataforma inmobiliaria
HousingAnywhere, Madrid y Barcelona son las ciudades en las que más ha subido
el precio del alquiler (el indicador está centrado en las 7 ciudades preferidas
por los jóvenes estudiantes o trabajadores en Europa, Berlín, Bruselas, Milán,
Róterdam, Viena, Madrid y Barcelona.).
El resultado del citado
estudio destaca que, pese a que Madrid y Barcelona contaban tradicionalmente
con los precios de alquiler más bajos de las 7 ciudades, "han
experimentado fuertes subidas que las sitúan en los dos primeros puestos de las
ciudades que más han aumentado el precio de alquiler".
Desde HousingAnywhere se
apunta como causa del fuerte encarecimiento “una creciente escasez en las propiedades de alquiler disponibles, así
como el aumento de la mayor demanda de los jóvenes profesionales para encontrar
una vivienda adecuada.
También se apunta a la
aparición de Airbnb (alquileres
vacaciones de pisos turísticos) como causa de subida del precio de los
alquileres, que ocasiona un efecto de subida en los precios de los alquileres.
El portal Fotocasa ha realizado el estudio Radiografía
del mercado de la vivienda, donde, claramente, se refleja que en la
vivienda en España no es mercado que facilite el acceso a los jóvenes. Este segmento que busca piso para alquilar,
en muchos casos, tienen insalvables dificultades: la subida de los alquileres
y la precariedad laboral, que recortan sensiblemente su capacidad de ahorro o
de poder pagar una entrada para la compra de vivienda.
De ahí, que se hable de
que el número de jóvenes de entre 18 y
24 años que ha conseguido alquilar vivienda ha descendido en un 58%. Sin
duda, se afirma textualmente por Fotocasa,
que “les estamos expulsando del
mercado pese a que por su momento personal y profesional deberían ser
demandantes de vivienda".
Ahora bien, la crisis
económico sanitaria que padecemos está dando lugar a que bajen los precios de
los alquileres, de forma que esta se ha generalizado y ya no es un fenómeno
exclusivo de la gran ciudad.
Según Fotocasa, el importe medio de los alquileres
en España ha retrocedido o se ha estancado en los registros de los principales
portales inmobiliarios por primera vez en años. La crisis del coronavirus ha
cortado durante el mes de enero una racha de crecimiento ininterrumpido desde julio
de 2015. Para otro importante portal, Idealista,
ya desde un año más atrás (junio de 2014).
Las bajas en el alquiler
han sido más fuertes en las grandes ciudades:
Barcelona (donde han bajado un
14,3% en un año), seguida de Madrid (-10,7%), Palma (-8,7%), Valencia (-6,3%),
Sevilla (-6,1%) y Málaga (-5,3%).
Según el portal Idealista, “la pandemia ha golpeado de
lleno el mercado del alquiler en España. los municipios más afectados han sido
los más dinámicos, allí donde la demanda era más fuerte. El confinamiento supuso
un parón de varios meses en el mercado. No se podían cerrar operaciones, pero
el número de viviendas que se ponía en alquiler no dejaba de crecer. Durante
este periodo la oferta se ha llegado a duplicar en algunas capitales".
Y está resultando que,
abierto de nuevo el mercado, señala el informe citado, “aunque la demanda se
mantiene fuerte, no es capaz de absorber todas las viviendas disponibles y los
propietarios que quieren alquilar se ven obligados a bajar el precio. Por eso
es de prever que, mientras se
mantenga el stock existente, los precios se mantendrán con ajustes a la baja. La
buena noticia para todas aquellas personas que están buscando una vivienda en
alquiler es que ahora hay una oferta disponible mayor donde elegir y a unos
precios muy por debajo de los que había en el mercado hace ahora un año".
Sin duda, puede
repercutir en que se reduzca el porcentaje del salario a destinar al pago de
los alquileres. Aunque previsiblemente, a mi juicio, no de una forma muy
acusada.
¿Y qué podemos esperar
respecto a la evolución futura del gasto en alquiler?
Según el citado informe
del Idealista, el precio del alquiler de viviendas en España se redujo un 3,8%
durante los 12 meses desde que estalló la pandemia. Lo que contribuiría a que, como
he señalado, disminuyese el porcentaje de los salarios que hay que dedicar al
pago del alquiler.
Ahora bien, la
finalización de los ERTE,s y su posible transformación en ERES, al contraerse la demanda, apuntan
también en la dirección de bajada de los precios. Según el portal Tecnocasa, “este año la crisis económica
no se va a solucionar, ojalá se solucione el sanitario, y la lógica indica que
la tendencia de bajada de los precios continuará”.
Ahora bien, si esta
bajada se ve acompañada de caída de los salarios reales (lo que va a depender
de cómo evolucionen las subidas del IPC) no tendría ningún efecto en relación a
la disminución del porcentaje de salarios dedicados al alquiler.
En todo caso, es
previsible que la ansiada recuperación económica tendrá reflejo primeramente en
los alquileres más que en los salarios reales.
Evidentemente, de lo
analizado se desprende que es un gasto fijo que, en demasiados casos, supone un
grave problema para las familias y, muy en particular, para los jóvenes que
desean poder independizarse de sus hogares familiares.
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